La mujer que por décadas estuvo en el corazón de la red de tráfico sexual del multimillonario Jeffrey Epstein -que se suicidó en la cárcel en 2019 y se llevó los secretos a la tumba- negó los temas explosivos del caso: dijo que no había una lista de clientes, ningún esquema de chantaje y, que ella sepa, ningún rico o famoso relacionado con los crímenes del abusador sexual.

Resaltó, además, que “absolutamente nunca, en ningún contexto”, había escuchado que Donald Trump hubiera participado en alguna actividad inapropiada.

Ghislaine Maxwell, una socialité británica que fue pareja, socia y confidente de Epstein por décadas, fue condenada en 2021 por ayudarlo en su plan de años de abuso sexual y tráfico de niñas menores de edad. Fue declarada culpable de cinco cargos federales, incluido el tráfico sexual de un menos, el transporte de un menor con la intención de participar en actividades sexuales y conspiración. Actualmente cumple una condena de 20 años de cárcel.

El Departamento de Justicia reveló este viernes la transcripción de varias horas de entrevistas de Maxwell con un alto funcionario judicial, en una muy inusual sesión de dos días el mes pasado.

Maxwell, de 63 años, le dijo al fiscal general adjunto (equivalente al viceministro de justicia) Todd Blanche que, durante su tiempo con Epstein, que abarcó desde principios de la década de 1990 hasta mediados de la década de 2000, nunca presenció ni escuchó ninguna actividad inapropiada o criminal por parte de Trump, el expresidente Bill Clinton ni ninguno de los hombres conocidos que se asociaron con Epstein, según la transcripción que se reveló este viernes.

La declaración trajo alivio a la Casa Blanca porque el presidente Trump, en sus épocas de empresario neoyorquino, era amigo de Epstein y había sido visto en varias de sus fiestas. Incluso, según publicó The Wall Street Journal, Trump le había regalado para su cumpleaños un sugestivo dibujo con forma de mujer desnuda. El presidente siempre negó haber estado involucrado en las actividades ilícitas de Epstein.

Una transcripción de la entrevista de Maxwell con Blanche, y el audio de la entrevista, fueron algunos de los elementos proporcionados por el Departamento de Justicia el viernes al Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental de la Cámara de Representantes, en respuesta a una citación del Congreso para obtener los archivos completos de investigación sobre Epstein.

El Departamento de Justicia le otorgó a Maxwell inmunidad limitada para que pudiera discutir su caso penal, lo que significa que nada de lo que dijo podría usarse en su contra, a menos se obtengan pruebas independientes de su culpabilidad. Pero, según la transcripción, no se le prometió ningún otro beneficio a cambio de su testimonio.

Sin embargo, ella fue trasladada a una prisión de federal de menor seguridad en Texas después de su entrevista con Blanche. No está claro por qué Maxwell fue transferida, pero ella ha pedido repetidamente ser trasladada a prisiones más cómodas en el pasado.

En su declaración, Maxwell le dijo a Blanche que los 30 millones de dólares que los fiscales dicen que Epstein le pagó por encontrar y reclutar mujeres jóvenes eran en realidad parte de préstamos que el millonario le daba para bienes raíces y otras inversiones.

En cuanto a la relación con Trump, dijo que nunca presenció nada controvertido en la amistad del republicano con Epstein y nunca escuchó ninguna acusación de que Trump actuara de manera inapropiada, «absolutamente nunca, en ningún contexto», dijo.

Maxwell también negó que haya visto a Trump en ningún entorno de masajes o en la casa de Epstein. También dijo que no recordaba, pero era posible, que las masajistas del spa de Mar-a-Lago le hubieran dado masajes privados a Epstein. Maxwell negó haber reclutado a una mujer de la finca de Trump en Mar-a-Lago.

Blanche, quien anteriormente se desempeñó como abogado defensor personal del presidente Trump, anunció su intención de hablar con Maxwell en una publicación en las redes sociales el mes pasado, mientras el gobierno del republicano buscaba sofocar la controversia en torno a su decisión de no publicar los archivos de investigación del gobierno sobre Epstein, después de que Trump había prometido varias veces en su campaña y al comienzo de su presidencia que haría públicos todos los documentos.

El Departamento de Justicia, en un memorando sin firmar publicado el mes pasado explicando su decisión, había dicho que una «revisión sistemática» de los documentos relacionados con el caso no reveló ninguna lista de clientes incriminatorios ni evidencia “que pudiera predicar una investigación sobre terceros no acusados”.

La Casa Blanca pensaba que la presión sobre el caso iba a bajar entonces, pero no fue así. Incluso los más fervientes seguidores de Trump piensan que hay alguna conspiración que involucra a importantes personalidades y que todo debe ser revelado.

Una encuesta de The Wall Street Journal del mes pasado reveló que un 76% de los votantes, incluido el 64% de los republicanos, dijeron que creen que el Departamento de Justicia está ocultando información importante de sus hallazgos en la investigación de Epstein.

Casi la mitad dijo que no confiaba en esa investigación, y un 21% adicional dijo que tenía poca confianza. Menos de una cuarta parte dijo que tenía plena confianza o al menos cierta confianza en la investigación.

La declaración de Maxwell y la revelación de esta transcripción apunta a intentar bajar ese nivel de desconfianza en un caso de alto perfil que incomoda al presidente. También hay muchas dudas sobre los posibles beneficios que Maxwell podría haber negociado para emitir su declaración, más allá de su traslado a una prisión más confortable.