INTERNACIONAL
La joven multimillonaria que fue sepultada viva y sobrevivió tras haber estado 80 horas enterrada en un ataúd

Un plan preparado al detalle
Era diciembre de 1968 y Estados Unidos vivía días convulsionados: el país todavía estaba bajo el impacto de los asesinatos de Martin Luther King y Robert Kennedy, la guerra de Vietnam y las protestas estudiantiles. En ese clima, un hecho singular iba a sacudir otra vez al país.
Barbara Jane Mackle, de veinte años, estudiante de la Universidad de Miami e hija del magnate inmobiliario George Mackle, había viajado a Atlanta con su mamá, Jane, para visitar al padre que estaba hospitalizado. Pero el viaje coincidió con un detalle imprevisto: Barbara tenía una fuerte gripe, y en vez de quedarse en la casa de un familiar, madre e hija se alojaron en el Rodeway Inn, un motel cercano a la universidad local.
La noche del 17 de diciembre, mientras Barbara estaba en cama, dos personas golpearon a la puerta de la habitación y se presentaron como agentes del FBI, con placas en la mano. Dijeron que había ocurrido un accidente de tránsito que involucraba a alguien cercano. Jane Mackle se preocupó y los dejó pasar.
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Eran Gary Steven Krist, un joven de 23 años con antecedentes por robo y estafas, y su cómplice, Ruth Eisemann-Schier, de 26, inmigrante hondureña de familia judía austrohúngara. Su plan estaba preparado al detalle: secuestrar a Barbara para exigir rescate a su padre millonario. Entraron armados, redujeron a la madre con cloroformo y sujetaron a Barbara. Le pusieron cinta adhesiva en la boca, la ataron y la sacaron a la fuerza del motel.
Jane Mackle quedó tendida en el suelo, aturdida y aterrada. En cuestión de minutos, su hija había desaparecido en manos de dos extraños que usaban insignias falsas del FBI.
Para Barbara, comenzaba la pesadilla
Fue llevada en automóvil hasta un paraje boscoso cercano a Norcross, Georgia. Allí, Krist y Eisemann-Schier habían preparado la pieza central de su plan: un ataúd de madera y fibra de vidrio diseñado como cápsula de supervivencia subterránea. Gary Krist, el secuestrador de Barbara.
La caja medía poco más de un metro ochenta de largo y unos sesenta centímetros de ancho. No era un cajón improvisado: Krist había invertido semanas en acondicionarlo. Tenía un sistema rudimentario de ventilación con tubos de plástico que llegaban hasta la superficie, una lámpara alimentada por batería, un ventilador pequeño, varias botellas de agua y hasta leche con brandy para mantenerla hidratada y atontada. Incluía barras energéticas, tranquilizantes y un libro: The Berlin Diary, de William Shirer (un relato sobre el ascenso del nacionalsocialismo). En un costado había un recipiente plástico para orina y heces. Era, en apariencia, una “cápsula de supervivencia”, pero en el fondo no dejaba de ser un ataúd.
Barbara, aún febril y debilitada por la gripe, fue obligada a escribir una carta que le dictaron y luego a entrar en la caja. Le dieron pastillas sedantes y le explicaron que estaría segura si su familia pagaba el rescate. Luego cerraron la tapa, atornillaron los bordes y comenzaron a cubrirla con tierra. La joven escuchaba el golpeteo de palas sobre la superficie, cada palada alejándola más de la vida cotidiana para hundirla en una pesadilla inimaginable: ser enterrada viva.
Dentro de la caja, el aire llegaba en ráfagas frías por los tubos, el ventilador zumbaba con una fuerza mínima, y la oscuridad solo se interrumpía con la tenue luz de la bombilla. El silencio del bosque pesaba tanto como la tierra sobre ella.
El reloj de la pesadilla había comenzado a correr
Era el 17 de diciembre de 1968. Cada hora, en ese encierro, dependía de la voluntad de sus captores, de la eficiencia del FBI y, sobre todo, de que el rescate llegara a tiempo.
En cuanto Jane Mackle recobró el sentido en la habitación del motel, avisó a la policía. La noticia corrió con rapidez: la hija de George Mackle, el poderoso empresario inmobiliario de Florida, había sido secuestrada en Atlanta. El FBI se movilizó de inmediato. Era un caso de alto perfil: no solo por la fortuna del padre, sino porque el secuestro de una joven universitaria, en un año marcado por violencia política y social, capturaba la atención de todo el país. El secuestrador tomó esta fotografía que muestra a Mackle en su ataúd y la utilizó como parte de su nota de rescate.
La primera comunicación de los secuestradores llegó pocas horas después. Una voz masculina, fría y metódica, exigió 500.000 dólares en billetes de 20. Para dar prueba de vida, entregaron a la policía una carta escrita de puño y letra por Barbara. En ella, la joven relataba que estaba bien, que estaba encerrada en un ataúd pero con aire suficiente, y suplicaba que se pagara el rescate. Era la confirmación escalofriante de que estaba bajo tierra, pero viva.
George Mackle aceptó sin titubear
La fortuna familiar venía de la construcción de grandes urbanizaciones en Florida y el dinero no era un problema. Lo que importaba era la vida de su hija. La familia reunió el monto en efectivo, bajo la supervisión del FBI, que anotó los números de serie de todos los billetes.
La tensión en la mansión de los Mackle era insoportable. Los agentes del FBI instalaban teléfonos especiales para interceptar las llamadas, los periodistas merodeaban la entrada y cada minuto que pasaba sin noticias aumentaba el pánico. Jane se debatía entre la culpa de haber abierto la puerta del motel y la desesperación por rescatar a su hija.
Mientras tanto, en la caja bajo tierra, la joven sentía el tiempo desmoronarse. Le habían prometido aire suficiente para varios días, pero cada inspiración era un recordatorio de su fragilidad. Su única esperanza era esa carta que había escrito antes del entierro, esperando que sus padres la leyeran a tiempo.
El FBI, con la carta manuscrita de Barbara en la mano, se encontró con una mezcla de alivio y terror. Alivio, porque la joven estaba viva; terror, porque las líneas confirmaban que estaba enterrada en algún lugar remoto, con aire limitado. El tiempo se convirtió en el enemigo principal.
Rastrearon llamadas telefónicas y movimientos sospechosos en las inmediaciones de Atlanta. El dinero del rescate ya estaba preparado, y el FBI tenía un plan: entregar los billetes marcados y seguir a los secuestradores hasta el escondite. Pero Krist era astuto: se movía con precauciones, cambiaba de coche, no repetía rutas, y dejaba instrucciones en lugares previamente acordados.
La carta de Barbara era breve, escrita con trazos tensos: confirmaba su identidad, decía estar con vida y pedía que se cumplieran las exigencias. Esa hoja fue mostrada a los padres como prueba indiscutible. George Mackle, con el rostro desencajado, repitió una y otra vez que daría lo que hiciera falta.
Rastrillajes fallidos
Mientras tanto, equipos del FBI registraban bosques, casas abandonadas y terrenos baldíos en los alrededores de Norcross y Decatur, siguiendo pistas vagas, testimonios de vecinos y huellas de neumáticos. Cada rastrillaje terminaba en nada.
La prensa comenzó a publicar titulares como: “La heredera enterrada viva”; “Carrera contra el tiempo en Atlanta”. El país entero estaba pendiente, pero esa atención mediática no ayudaba a la investigación: los secuestradores también leían los diarios y cada noticia podía empujarlos a precipitarse.
El 18 de diciembre, siguiendo las instrucciones de los secuestradores, el padre de Barbara se presentó en un punto acordado con el medio millón de dólares en efectivo. Era una fortuna, incluso para una familia millonaria. El FBI vigilaba a distancia, con la esperanza de seguir a los secuestradores hasta donde mantenían a la joven. El intercambio, sin embargo, no salió como estaba previsto. Los secuestradores recogieron el dinero, pero algo en el operativo los alertó que los estaban siguiendo. En medio de la confusión, huyeron, abandonando parte de sus pertenencias, incluido el coche que usaban.
Dentro del vehículo quedaron huellas y documentos que serían clave. Entre ellos, papeles con la letra de Ruth Eisemann-Schier, fotografías y datos que permitieron al FBI identificarla rápidamente. Era la primera mujer que entraría en la lista de los “Diez más buscados” del FBI. Ruth fue capturada poco después, pero Gary Krist, el cerebro del plan, logró escapar.
Más de tres días bajo tierra
Mientras tanto, la situación de Barbara seguía siendo incierta. Llevaba ya más de dos días enterrada bajo tierra, con aire limitado y la amenaza constante de que cualquier falla técnica en la caja la matara.
Con Ruth Eisemann-Schier ya detenida, todas las esperanzas estaban en que la mujer hablara, pero la información fue mínima. Aun así, la huida precipitada de Krist había dejado huellas: el coche abandonado, rastros de barro, herramientas, mapas. Todo señalaba hacia un área boscosa en las afueras de Atlanta, cerca de Norcross.
El 20 de diciembre, con más de tres días de cautiverio, los agentes dieron con la zona indicada. Comenzaron a excavar siguiendo las pistas, atentos a cualquier señal de la cápsula. De pronto, uno de ellos escuchó un leve zumbido: el ventilador a batería que todavía funcionaba bajo tierra. Esa vibración tenue fue la clave. Barbara Mackie rescatada por el FBI
Excavaron con frenesí hasta dar con la tapa de fibra de vidrio. La destornillaron a toda prisa y allí, en la penumbra, apareció el rostro pálido de Barbara Jane Mackle. Llevaba enterrada más de 80 horas, febril y exhausta, pero viva. Había sobrevivido gracias al sistema improvisado de aire, a su propia calma y a la esperanza de que la rescataran.
La imagen de la joven emergiendo de la tierra con una manta alrededor recorrió los noticieros de todo el país. Era la prueba de que, contra todo pronóstico, una estudiante de veinte años había sobrevivido al secuestro más escalofriante de su tiempo.
El rescate fue recibido como un milagro
Para los Mackle, la angustia de tres días terminó con el abrazo de una hija que había vuelto del subsuelo. Para el FBI, fue uno de los operativos más dramáticos y exitosos de la década.
Con Barbara a salvo, la cacería se concentró en Gary Steven Krist, el cerebro del secuestro. Fue capturado poco después en Florida, todavía con parte del dinero del rescate. El juicio fue rápido y mediático. Krist se declaró culpable en 1969.
Fue condenado a prisión perpetua, aunque gracias a reducciones de pena y programas de rehabilitación salió en libertad condicional en 1979, apenas diez años después. Durante un tiempo, intentó rehacer su vida como médico en Alabama, pero volvió a ser arrestado en 2006 por delitos relacionados con tráfico de inmigrantes ilegales. El antiguo secuestrador nunca dejó atrás del todo su perfil criminal.
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Ruth Eisemann-Schier fue condenada a siete años. Cumplió cuatro y fue deportada a su país de origen. De ella, poco se supo después.
Para la familia Mackle, el juicio fue un cierre necesario, aunque la herida permaneció. Barbara, que había sobrevivido a 83 horas enterrada, buscó rehacer su vida en silencio. Publicó un libro titulado “83 Hours Till Dawn”, donde narraba su experiencia con sobriedad y un tono de resistencia, y luego eligió mantenerse lejos del foco mediático.
criminales históricos
INTERNACIONAL
Tensión con Estados Unidos: al ritmo del reguetón, Nicolás Maduro convoca una marcha de milicianos para desmentir que sea un narcotraficante

Las calles de Caracas estarán parcialmente bloqueadas esta semana hasta el jueves por la marcha que ha convocado el régimen chavista para defender a Nicolás Maduro de las acusaciones de que lidera organizaciones de narcotraficantes y criminales, mientras escala la tensión por las amenazas de que la Embajada de Estados Unidos en Caracas sufriría atentados terroristas.
La insólita marcha de cuatro días ha sorprendido a propios y extraños por la instalación de una tarima oficialista frente a la sede de las Naciones Unidas, interrumpiendo el tránsito en la capital venezolana por el corte de la Avenida Francisco de Miranda, que es la principal arteria vial que enlaza la ciudad del este al oeste.
Más que un acto político, la marcha parece un festival musical en el que bandas pocos conocidas prodigan y hacen propaganda a favor de Maduro al ritmo de reguetón mientras los milicianos bailan con fusil en mano y se hacen fotografiar para su álbum familiar.
El tema de la convocatoria es para protestar la presencia de la flota aeronaval de Estados Unidos desplegada en el Caribe frente a las costas de Venezuela y desmentir que Maduro lidere el Cártel de los Soles y el Tren de Aragua, según acusaciones del presidente Donal Trump y el secretario de Estado Marco Rubio.
Los pocos que acudieron al primer día de la marcha dijeron que “estaban contra el imperialismo. Nuestro presidente Maduro no es narco. Queremos que Estados Unidos quite los barcos en el Caribe”, dijo una mujer de unos 60 años, que lucía orgullosa un uniforme militar.
«Queremos decirle al señor Trump que saque sus barcos, su poco de baterías que tiene aquí, porque este no es un país narcotraficante, es un país que combate al narcotráfico», dijo un trabajador aeroportuario de 62 años.
Otra caraqueña de unos 30 años, exclamó a Clarín: “Esto es una locura, los chavistas están quemando los últimos cartuchos o días que le quedan con esta marchita. Se sienten perdidos. Ya falta poco. Los que acuden al llamado son todos empleados de los ministerios”.
En las barreras policiales un agente agregó: “Qué le voy a decir, no hay gente, esta marcha está vacía, siempre lo mismo, tenemos que trabajar sea el gobierno de izquierda o de derecha”, dijo el uniformado con cara de aburrimiento.
En la solitaria tarima con funcionarios vestidos de negro sonaba un reguetón elogiando a Maduro. En algunas pancartas se leía: “No somos narcoestado, somos bolivarianos”, mientras las ancianas empuñaban unos fusiles viejos sin balas.
“Aprendí a disparar al enemigo interno”, repetía otra mujer mientras bailaba al compás de la banda musical y se tomaba las fotos para su álbum familiar.
El bloqueo de las calles de Caracas durará hasta el jueves para reclutar a civiles que quieran defender a Maduro.
La embajada de EE.UU.
Este lunes el régimen de Maduro también alertó que la Embajada de Estados Unidos en Caracas sería atacada con explosivos por un supuesto “grupo terrorista local” de derecha, lo que aumentó la escalada de tensión.
El que dio el pitazo del supuesto atentado en la sede diplomática de EE.UU. fue Jorge Rodríguez, presidente de la chavista Asamblea Nacional en un comunicado que publicó en su cuenta de X, alertando sobre la amenaza de “extremistas” para colocar “explosivos” en su Embajada en Caracas.
En su programa televisivo, Maduro dijo que un «grupo terrorista local» planeaba colocar una carga explosiva para una «operación de falsa bandera» que buscaba «comenzar una escalada de enfrentamiento».
«Hubo dos fuentes, una fuente de carácter nacional y una fuente de carácter internacional, que se le hizo seguimiento y coincidió con la posibilidad de que un grupo terrorista local colocara una carga explosiva en la embajada de Estados Unidos en Caracas», afirmó. «Era una acción de provocación», aseguró.
Maduro dijo que Rodríguez informó la tarde del lunes «oficialmente al gobierno de Estados Unidos» sobre «los responsables de la preparación de este ataque terrorista» y señaló que buscan a algunos de los responsables en Venezuela.
Esta amenaza se produce después que el gobierno de Donald Trump amenazara con explotar los centros del narcotráfico en Venezuela y fuera autorizado por el Congreso de Washington.
La Embajada de EE.UU. en Caracas, una fortaleza construida en Valle Arriba al sureste de la ciudad, está fuertemente custodiada por vehículos oficiales de inteligencia militar, policial y seguridad. Las relaciones diplomáticas entre ambos países están rotas desde enero de 2019 porque el gobierno de EE.UU. reconoció a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela.
Desde hace dos semanas circula un fuerte rumor de que María Corina Machado, que hoy cumple 58 años, se encuentra refugiada allí. Es el propio ministro de Interior y Justicia, Diosdado Cabello, quien ha insinuado que Machado se refugia en esa sede diplomática. «Ella está en Valle Arriba, en una casa grandota, que dicen que no hay nadie, pero sí hay (…) pero no le vayan a decir a nadie porque es secreto«, ironizó Cabello el pasado 17 de septiembre.
INTERNACIONAL
Climber dies near Mount Everest, where hikers begin to evacuate after snowstorm

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A South Korean climber has died in Nepal after getting caught in a powerful storm while attempting to summit a Himalayan peak just south of Mount Everest. Meanwhile, hundreds of hikers have begun evacuating after severe weather left them stranded across the region.
The Nepal Mountaineering Association confirmed the South Korean climber’s death Tuesday. He had been reported missing over the weekend near the summit of Mera Peak, a 21,250-foot mountain in the northern Himalayas. Other climbers on the mountain have been reported safe.
The tragedy unfolded as heavy snow and rain stranded hundreds of hikers near Everest. One hiker, identified only by the surname Dong, told China’s Xiaoxiang Morning Herald he had never seen such a severe storm, describing intense snowfall and lightning.
By late Monday, 350 people had descended safely, while more than 200 others were being guided to a designated meeting point, according to Chinese state broadcaster CCTV.
BLIZZARD TRAPS HUNDREDS ON MOUNT EVEREST AS RESCUE TEAMS RACE TO SAVE LIVES
In this photo taken Oct. 4, 2025 and released by Lingsuiye, villagers with their oxen and horses ascend the mountain during rescue efforts to reach hundreds of hikers trapped by heavy snow at tourist campsites on a slope of Mount Everest in Tibet on Sunday, Oct. 5, 2025. (Lingsuiye via AP)
The stranded hikers had been camping at altitudes above 16,000 feet. Mount Everest, which reaches 29,000 feet and straddles the border between China and Nepal. The Chinese side of Everest is located at the southern edge of Tibet.

Search and rescue efforts were underway across the region as hundreds of hikers were reported trapped due to the extreme weather. (Lingsuiye via AP)
Elsewhere in China, search teams were combing the Qilian Mountains in Qinghai province Tuesday after another deadly storm. One hiker died from hypothermia and altitude sickness and 213 others were evacuated from the rugged region since Sunday.
RESCUE EFFORT HALTED FOR STUCK CLIMBER ON TREACHEROUS MOUNTAIN AFTER CLIMBER DIES TRYING TO HELP HER: REPORTS
Many had entered the remote area after seeing it promoted on social media, according to the official Xinhua News Agency.

In this October 1996 file photo, Mount Everest is seen from the Gokyo Ri peak in Nepal. (AP)
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Search operations, including drones, launched Sunday after hikers reported being trapped in Laohugou, a valley in Menyuan county. The high-altitude search—at more than 13,100 feet—has been hampered by difficult terrain, ongoing snowfall and rapidly changing weather, state media reported.
The Associated Press contributed to this report.
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Senate stalls on shutdown vote amid warning furloughed workers may lose pay

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An expected sixth vote to reopen the government didn’t come to fruition on Tuesday, but lawmakers face a new wrinkle: the possibility that furloughed employees won’t be paid.
The government shutdown marched into its seventh day with both Senate Republicans and Democrats still at odds on a path forward, and no real clear end in sight. The Senate was expected to vote on the GOP’s plan again, but no agreement could be reached to bring the bill, along with the Democrats’ counter-proposal, to the floor.
Both sides are still entrenched in their positions, too. Senate Democrats want a firm deal on the extension of expiring ObamaCare tax credits to earn their votes to reopen the government, while Senate Republicans have promised that negotiations on the credits can happen once the government is open again.
GOVERNMENT LIMPS DEEPER INTO SHUTDOWN CRISIS WITH NO DEAL IN SIGHT
President Donald Trump points to a reporter in the Oval Office of the White House, Tuesday, Sept. 30, 2025, in Washington. (Alex Brandon/The Associated Press)

President Donald Trump listens during a news conference with Israeli Prime Minister Benjamin Netanyahu in the State Dining Room of the White House, Monday, Sept. 29, 2025, in Washington. (AP Photo/Evan Vucci)
Lawmakers failed to hold a sixth vote to reopen the government Tuesday as a new White House memo warned that furloughed workers may not get paid.
Senate Minority Leader Chuck Schumer, D-N.Y., has continued to ramp up his messaging that Americans broadly support their push, and blamed House Speaker Mike Johnson, R-La., and House Republicans for not being in session as a major roadblock to progress.
«Hundreds of thousands of federal workers are furloughed and thousands more are working without pay. And meanwhile, House Republicans are getting paid and not working,» Schumer said. «So federal workers working and not getting paid. House Republicans paid and not working. Very bad. Very bad thing for them. Very bad picture for them.»
While lawmakers traded barbs and discussed an off-ramp on Capitol Hill, the latest memo from the White House, first reported by Axios, signaled that up to 750,000 nonessential furloughed federal workers may not be paid.
The memo adds fresh uncertainty for hundreds of thousands of federal employees caught in the political crossfire.
SCHUMER’S SHUTDOWN HOLDS AS SENATE DEMS BLOCK GOP BID TO REOPEN GOVERNMENT

Senate Minority Leader Chuck Schumer, D-N.Y., is holding firm on his and Senate Democrats’ blockade of President Donald Trump’s nominees as Senate Republican march toward a nuclear rules change. (Tom Williams/CQ-Roll Call, Inc via Getty Images)
When asked if it was the White House’s position whether federal workers should be paid back pay, President Donald Trump said, «I would say it depends on who we’re talking about.»
«I can tell you this,» Trump said. «The Democrats have put a lot of people in great risk and jeopardy, but it really depends on who you’re talking about. But for the most part, we’re going to take care of our people. There are some people that really don’t deserve to be taken care of, and we’ll take care of them in a different way.»
Many lawmakers had just learned about the memo as of Tuesday afternoon. It suggested that a 2019 law signed by Trump that guaranteed back pay for furloughed workers in future shutdowns may not have to be followed.
«I just heard that,» Sen. Shelley Moore Capito, R-W.V., said. «My phones are lighting up.»
When asked if the memo hurt or helped talks, she said, «It could get more urgent, it also could tick a lot of people off.»
Sen. Thom Tillis, R-N.C., said that the memo was «probably not a good message to send right now to people who are not being paid.»
«I’m not an attorney, but I think it’s bad strategy to even say that sort of stuff,» Tillis said. «We got a lot of hard-working people there on the sidelines now because the Democrats have put them there.»
Sen. Susan Collins, R-Maine, said that she believed that issue had been settled with the 2019 law, but as a «back up,» Congress could pass a bill that any «obligations that were incurred during the shutdown are authorized to be paid.»
And Sen. Brian Schatz, D-Hawaii, argued that regardless of the memo, the law said «shall.»
«I left my law degree in the car, but ‘shall’ is relatively straightforward,» he said. «I think it doesn’t matter at all, because we’re fighting for healthcare.»
The latest pressure tactic on Senate Democrats comes after the Office of Management and Budget (OMB) directed in a previous memo that mass firings could be on the horizon beyond the typical furloughs during a shutdown.
KENNEDY CLAIMS DEMOCRATS WANT MILLIONS FOR FOREIGN LGBT PROJECTS, ELECTRIC BUSES TO END SHUTDOWN

Sen. Majority Leader John Thune, R-S.D., speaks with reporters near his office on Capitol Hill, Thursday, Sept. 18, 2025, in Washington. (AP Photo/Mariam Zuhaib)
It also comes after OMB Director Russ Vought announced nearly $30 billion in federal funding was set to be withheld from blue cities and states.
Both Johnson and Senate Majority Leader John Thune, R-S.D., wanted to see federal workers get paid, but contended that the issue would go away if Schumer and Senate Democrats reopened the government.
«My assumption is that furloughed workers will get back pay,» Thune said. «But that being said, this is very simple. Open up the government and this is a non-issue. We don’t have to have this conversation. Everybody gets paid when the government is open.»
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Meanwhile, the previous tactics did little to nudge Democrats from their position, and so far, have not killed talks between either side.
But Sen. Jean Shaheen, D-N.H., who has been a key communicator for Senate Democrats in bipartisan talks, said that Vought’s actions weren’t helping matters.
«It would be a lot easier to resolve the situation if Russ Vought would stop talking,» Shaheen said.
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