INTERNACIONAL
León XIV, un bergogliano en lo social, pero más moderado y aferrado a las tradiciones

Robert Prevost camina por la ancha avenida del medio de la curia. Progresista en lo social, pero menos inclusivo y aferrado a posturas doctrinales más tradicionalistas, el papa León XIV refleja hoy la unidad de la Iglesia bajo la tensa puja entre reformistas y conservadores.
Dos hechos moldearon esa síntesis que buscaba el colegio de cardenales para tomar su decisión. El primer gesto fue visible apenas se asomó al balcón de la Basílica de San Pedro: la elección de volver a vestir de la manera tradicional, como lo hizo Benedicto XVI al asumir el pontificado en 2005.
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Prevost optó por la sotana blanca acompañada de la clásica muceta roja, la cruz pectoral dorada con bordados y el tradicional solideo blanco. Francisco, en 2013, lució una sencilla sotana blanca y una cruz de plata en el pecho, evitando incluso calzar los zapatos rojos característicos de los papas.
Fue un mensaje claro. La primera gran diferencia palpable entre Prevost y Bergoglio. Una nota al pie que no pasó desapercibida y que fue tomada con satisfacción por el ala más conservadora del cuerpo cardenalicio.
El segundo gesto demostró la profunda inclinación social del nuevo papa, recostada hacia el “bergoglismo”. En su discurso, León XIV habló de paz, de tender puentes (en un mundo donde se erigen muros, en especial en su país de origen) y rescató la figura de Francisco.
Una de cal y otra de arena. La síntesis negociada que buscaban los cardenales para imponer un papa más cercano en lo social a Francisco, bajo la presión mayoritaria de los purpurados reformistas, pero apegado a las tradiciones doctrinales de la Iglesia y con un discurso más alejado de las políticas de inclusión del último pontífice. En suma, un moderado de perfil social.
Cuál es el pensamiento de Robert Prevost
Pero entonces, ¿Prevost es “bergogliano” o conservador?
En lo social, no cabe dudas de que León XIV seguirá el camino impuesto por Francisco en sus 12 años de pontificado. La extensa estancia de Prevost en Perú -de casi tres décadas- moldeó en él un profundo compromiso con los más desprotegidos. El recién elegido papa León XIV, anteriormente cardenal Robert Francis Prevost, en la logia central de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, poco después de su elección como el 267mo pontífice de la Iglesia católica romana, el jueves 8 de mayo de 2025. (AP Foto/Domenico Stinellis)
La elección de su nombre, León XIV, dice mucho sobre el perfil de su pontificado. A León XIII se lo considera el creador de la “doctrina social” de la Iglesia.
También comparte con Francisco su discurso a favor de los migrantes, un firme perfil que vaticina un enfrentamiento con el presidente estadounidense, Donald Trump. Fue más que un gesto. Nombrar a un papa estadounidense proinmigrantes fue toda una declaración de principios geopolíticos de parte del colegio cardenalicio.
Pero León XIV no es Francisco. Por algo no eligió continuar con su nombre. Era necesario diferenciarse del papa argentino, aunque mantuviera su impronta social.
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El ala conservadora se muestra ahora más tranquila porque Prevost no ha demostrado a lo largo de los últimos años la misma política de Francisco hacia los gays y la comunidad LGTBQ+.
Bergoglio tuvo una clara apertura hacia los homosexuales durante su pontificado tras su recordada frase “¿Quién soy yo para juzgar?“, que inició una política inclusiva hacia una Iglesia sin excluidos.
Prevost no ha tenido las mismas actitudes. Por ejemplo, en 2012, dijo que los medios y la cultura popular fomentan “simpatía por creencias y prácticas en desacuerdo con el Evangelio”. En ese marco, citó el “estilo de vida homosexual” y las “familias alternativas compuestas por parejas del mismo sexo y sus hijos adoptados”.
También expuso sus reparos a la ideología de género cuando era arzobispo de Chiclayo, en Perú. “La promoción de la ideología de género es confusa, porque busca crear géneros que no existen”, dijo.
En los próximos días, semanas y meses, Prevost deberá delinear hacia dónde irá la Iglesia, si mantendrá el rumbo en lo social y dará un giro en sus reformas más profundas, o si solo moderará ese estilo de Francisco que, a juicio del ala conservadora, creaba “confusión”. De ahora en más, cada una de sus palabras develará quién es realmente León XIV, el sucesor de un hombre que provocó una verdadera “revolución” en la Iglesia católica.
Robert Prevost, Vaticano, papa León XIV
INTERNACIONAL
La vida cotidiana en Cuba, según Leonardo Padura: “Hombres y mujeres se descubren más pobres que nunca”

La vida cotidiana en Cuba se ha visto atravesada por la precariedad y el silencio, según describe Leonardo Padura en su más reciente novela, Morir en la arena. El autor, galardonado con el premio Princesa de Asturias, aborda en esta obra la historia de una familia marcada por la tragedia y el desencanto, mientras ofrece un retrato de medio siglo de transformaciones en la isla. En una conversación telefónica desde La Habana con el periodista Jorge Morla del diario español El País, Padura revela que, ante los frecuentes apagones, ha debido instalar una batería con paneles solares en su hogar, una inversión de 4.000 dólares que considera inaccesible para la mayoría de los cubanos. “No todos pueden permitirse esto”, comenta, aludiendo a las estrategias individuales de supervivencia que se han vuelto habituales en el país.
La trama de Morir en la arena se centra en Rodolfo, un hombre que, tras haber combatido en la guerra de Angola y sufrir el asesinato de su padre a manos de su hermano Geni, enfrenta la inminente excarcelación de este último, gravemente enfermo. El reencuentro con su cuñada Nora, antiguo amor de juventud, y la llegada de su hija, desencadenan una semana de tensiones, resentimientos y recuerdos dolorosos. La novela recorre cincuenta años de historia cubana, explorando el desencanto de una generación que, tras décadas de sacrificio y lealtad a la revolución, se descubre más empobrecida que nunca y dependiente de las remesas enviadas desde el extranjero. Padura sostiene que este fenómeno refleja una tendencia global: el retroceso de las políticas de seguridad social, que en Cuba se manifiesta con especial dureza.
Aunque la novela se presenta como inspirada en hechos reales, el escritor aclara que se trata de una ficción con raíces en la vida. El punto de partida fue un parricidio ocurrido en una familia cercana a la suya. “Pasó en una familia cercana a la mía. Conocí a los implicados en la historia”, confiesa Padura. Sin embargo, subraya que los personajes de la obra poseen características distintas a los reales. El autor explica que la adaptación de la realidad a la ficción responde a necesidades dramáticas: “La mejor historia que te puedan contar, cuando la escribes, a veces no funciona. Los procesos de la realidad y los procesos dramáticos tienen distinto orden. Yo reescribo la realidad para lograr un fin dramático, porque al final es la ficción la que decide cómo organizas una trama”.

“Hombres y mujeres que estudiaron, trabajaron, se sacrificaron, repitieron consignas, incluso pelearon en la guerra de Angola y, sin embargo, con el correr del tiempo, lo primero que sienten es que vuelven a pisar mierda”, dice y agrega: “Tras años de esfuerzo, se descubren más pobres que nunca, viviendo de las remesas enviadas desde el extranjero”. Para Padura, lo que sucede en Cuba es reflejo de una tendencia más amplia: el retroceso de las políticas de seguridad social, que golpea en todas partes, aunque en la isla se sienta con particular crudeza.
Padura no busca ofrecer respuestas definitivas en sus novelas, sino plantear enigmas que desafían al lector. “Hay cuestiones que no se resuelven en la trama, que funcionan como ganchos”, señala. Esta estrategia narrativa ya estaba presente en obras anteriores como Adiós Hemingway y Como polvo en el viento, donde los misterios centrales permanecen sin resolver. El escritor cita a Cortázar para describir el tipo de lector que espera: “busco un lector macho, copartícipe, no hembra [que no quiere problemas, sino soluciones, decía Cortázar]… ¡Aunque estas cosas ya no se pueden decir!“, comenta entre risas.
En el corazón de la novela se encuentra Raymundo Fumero, intelectual y narrador que intenta reconstruir los hechos a través de la escritura. Padura considera a este personaje una reivindicación de la figura del intelectual en Cuba, especialmente de aquellos que sufrieron la represión durante el Decenio negro de los años setenta. “Muchos fueron apartados y murieron en la marginación, como José Lezama Lima o Virgilio Piñera”, recuerda el autor. Por ello, palabras como miedo, pavor y temor se repiten en la obra, mientras Fumero se empeña en documentar “la crónica de la derrota de esta generación”.
El escritor reconoce que los mecanismos de censura persisten en la actualidad, aunque de forma menos drástica. “Hoy no son tan drásticos, pero existen. Hay una manera muy fácil de censura: decir que no hay papel, y que tu libro no se puede imprimir. Que, además, es cierto”, ironiza. Padura atribuye su libertad creativa a la relación con la editorial Tusquets desde los años noventa, lo que le ha permitido publicar en 32 lenguas y enviar sus manuscritos a Barcelona de manera inmediata: “Termino el libro, aprieto una tecla y en dos segundos está en Barcelona. Soy muy afortunado”.

La novela utiliza símbolos potentes para retratar la fractura social y familiar en Cuba. Aitana y Violeta, hijas de los dos hermanos protagonistas, representan a la diáspora y la distancia generacional. El muro que separa las casas de los personajes funciona como metáfora de la división íntima y colectiva. Padura explica que la obra está “llena de símbolos, también de guiños con los que el lector se identifica”, y que su objetivo es construir un universo que refleje la vida contemporánea del país.
En el ámbito cultural, Padura observa con preocupación la evolución del reguetón en Cuba. “Es terrible. Ahora el reguetón tiene modalidad cubana, que se llama reparto. Ha avanzado en el gusto popular en la misma proporción que ha avanzado en lo escatológico, sexista, soez y agresivo”, afirma. Considera que este fenómeno es síntoma de una degradación social, económica y política que se remonta al Período Especial de los años noventa, cuando el colapso económico provocó profundas desigualdades. “Lo que antes era la libreta de abastecimiento, hoy solo te da un poco de arroz, azúcar y poco más”, señala. A esto se suman los apagones, que en algunas zonas pueden durar hasta 20 horas al día. “Un día así, y otro, y otro… No nos queda más remedio que incorporar toda esta miseria a la vida, y en muchos casos callar”, lamenta. El escritor recuerda las protestas de julio de 2021, cuando centenares de personas recibieron condenas de hasta diez años de cárcel por actos como romper un cristal. “La gente sufre y calla, porque lo otro…”. Padura repite con ironía una frase popular: “Si en la calle la comida está tan difícil, imagina en la cárcel…”.
Al concluir la entrevista, Padura expresa incertidumbre sobre el futuro de Cuba y del mundo. “No lo sé. El presente está tan deprimido que necesariamente tiene que haber algo que ocurra, un gran cambio, no sé si para mejor o para peor”, admite. Observa que la duda sobre el porvenir afecta tanto a la isla como al contexto global, marcado por “el auge de las derechas más xenófobas y nacionalistas”. Antes de regresar al calor de La Habana, el escritor resume su escepticismo: “Me temo que estamos abocados a un gran signo de interrogación”.
INTERNACIONAL
Pritzker rails against ‘un-American’ possible National Guard deployment by Trump

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Illinois Gov. J.B. Pritzker blasted President Donald Trump as a «wannabe dictator» Monday, accusing him of trying to «occupy» Chicago with National Guard troops after reports the White House is preparing a possible deployment as soon as September.
The Democrat railed against a Washington Post report detailing the potential move, warning that Trump was escalating rhetoric against Chicago and its leaders over crime.
«This is exactly the type of overreach that our country’s founders warned against,» Pritzker said at a press conference in front of Trump Tower in downtown Chicago.
‘SLAP IN THE FACE’: MAJOR BLUE STATE GOVERNOR SIGNS BILL OPENING FINANCIAL AID TO ILLEGALS
«What President Trump is doing is unprecedented and unwarranted. It is illegal. It is unconstitutional. It is un-American.»
Illinois Gov. J.B. Pritzker speaks to reporters in front of Trump Tower in Chicago as he denounces a potential plan by the Trump administration to deploy National Guard troops to the city. (Brian Cassella/Chicago Tribune)
Pritzker vowed to fight the move in court, accusing Trump of trying to occupy a U.S. city for political gain.
«Go talk to the people of Chicago who are enjoying a gorgeous afternoon in this city… ask if they want their neighborhoods turned into a war zone by a wannabe dictator,» Pritzker said, flanked by Chicago Mayor Brandon Johnson and other local officials.
«Donald Trump wants to use the military to occupy a U.S. city, punish his dissidents and score political points. If this were happening in any other country, we would have no trouble calling it what it is — a dangerous power grab.»
The Democrat said Trump was trying to militarize a blue state while simultaneously slashing $800 million in federal crime prevention grants. Most of the grants were headed to nonprofits and local community groups, not to police departments or federal law enforcement.
Pritzker said that crime rates are down in Chicago, the nation’s third-largest city, and that Trump’s narrative of the city being engulfed in crime is manufactured.
For instance, he said that murders are down 32% compared to last year and nearly cut in half since 2021.
«You are neither wanted here nor needed here,» Pritzker added. «We will see the Trump administration in court. We will use every lever at our disposal to protect the people of Illinois and their rights.»
Hours earlier Trump suggested he would prefer to be «asked» before sending troops. He has been floating the idea of deploying the National Guard in Chicago, replicating operations in Washington D.C. which has also seen the federal government take control of the local police. More than 1,000 arrests have been made and the capital has gone 11 days straight without a homicide, according to the latest figures.

Illinois Gov. J.B. Pritzker delivers remarks in Chicago alongside Mayor Brandon Johnson and other officials after reports the White House is preparing to deploy National Guard troops to the city. (Kamil Krzaczynski/AFP via Getty Images)
ILLINOIS GOV CALLS FOR MASS PROTESTS AGAINST TRUMP ADMIN: GOP ‘CANNOT KNOW A MOMENT OF PEACE’
National Guard units sent without state approval are generally restricted to defending federal property and personnel. When Guard troops were deployed to Los Angeles in June over anti-ICE protests, they were confined to federal buildings and escort duties for immigration agents. In Washington, D.C., which is under federal jurisdiction, Guard units have conducted armed patrols alongside local police.
«In a certain way, you really want to be asked to go,» Trump told reporters, before taking a jab at Pritzker: «He has to spend more time in the gym.»
Trump continued his attacks on Pritzker and ripped the Windy City’s crime record.
«I’m thinking about you know, when I have some slob like Pritzker criticizing us before we even go there. I made the statement that next year be Chicago because, as you all know, Chicago’s a killing field right now and they don’t acknowledge it. And they say, we don’t need him.»
Chicago recorded 573 homicides in 2024, marking the 13th straight year Chicago has led the nation in total murders, according to Chicago Police Department data compiled by Wirepoints.
According to the Council on Criminal Justice’s year-end 2024 update, aggravated assaults declined by 4% compared to 2023 but remained 4% higher than in 2019, gun assaults fell 15% though they were still 5% above 2019 levels, and carjackings dropped 32% year-over-year yet were 25% higher than in 2019.
Meanwhile, Johnson echoed Pritzker’s defiance, insisting Chicagoans don’t want a «military occupation.»
«We believe that you don’t solve crime by sending in the military,» Johnson said. «The last thing that Chicagoans want is someone from the outside of our city who doesn’t know our city, trying to dictate and tell us what our city needs.»

President Donald Trump speaks in the Oval Office as he continues to defend a potential National Guard deployment to Chicago. (Chip Somodevilla/Getty Images)
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Johnson called the plan «a stunt,» saying Trump’s targeting of Chicago is rooted in racism.
«We cannot incarcerate our way out of violence. We’ve already tried that, and we’ve ended up with the largest prison population in the world without solving the problems of crime and violence,» Johnson said.
«The addiction on jails and incarceration in this country. We have moved past that. It is racist. It is immoral. It is unholy. And it is not the way to drive violence down.»
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