INTERNACIONAL
Malaparte, el camaleónico escritor que intentó que ser fascista pareciera genial y después todo lo contrario

En los últimos días de Curzio Malaparte, dos fuerzas dominantes de la Italia de posguerra —la Iglesia Católica y el Partido Comunista— se disputaron su lecho de muerte, intentando conseguir una conversión final. Según Maurizio Serra, ambas facciones afirmaron haberlo logrado. Este episodio, descrito en la biografía Malaparte, ilustra la naturaleza contradictoria y teatral de un personaje que, hasta el final, mantuvo en vilo a quienes lo rodeaban.
A partir de este retrato, Serra advierte contra la visión de la “opera buffa” que trivializa el fascismo italiano como una mera comedia, y se empeña en revelar los hechos detrás de un hombre que se puso al servicio de las tendencias políticas más oscuras del siglo XX.
La noticia central de la obra de Serra es la reconstrucción de la vida de Malaparte —nacido Kurt Erich Suckert en 1898, hijo de padre alemán y madre italiana—, quien adoptó su célebre seudónimo en los años 20, en parte por sugerencia de Benito Mussolini, que deseaba que el escritor “italianizara” su identidad. El nombre, un juego con “Bonaparte” al que se antepone el prefijo “Mal-” (malo), resume la artificiosidad que caracterizó su trayectoria. Serra, exmiembro del servicio exterior italiano y autor de libros sobre figuras como Mussolini, Marinetti y d’Annunzio, sostiene que la vida de Malaparte fue un ejemplo de coherencia estilística, no moral.
El fascismo, según Serra, fue un proyecto más imaginativo que racional, impulsado por élites europeas que se presentaban como populistas en su búsqueda de grandeza. Walter Benjamin definió el fenómeno como “la introducción de la estética en la vida política”, una idea que la biografía de Malaparte confirma.

El escritor encarnó las contradicciones de su generación: fue un intelectual anti-intelectual, un hombre viril que usaba maquillaje y cuidaba su peinado, valiente como soldado y corresponsal de guerra, pero cobarde en política y en su vida personal. Aunque despreciaba a los perdedores, sus propios fracasos y proyectos fallidos lo situaron entre ellos.
En su juventud, Malaparte militó en el Partido Republicano Italiano, de tendencia izquierdista, anticlerical y antimonárquica. Se ofreció como voluntario en la Primera Guerra Mundial antes de que Italia entrara en combate y en 1918 luchó en los bosques de Bligny contra el avance alemán, enfrentándose a figuras como el filósofo Ernst Jünger, quien compartía su visión estetizada de la guerra.
Tras la contienda, frecuentó círculos bohemios en Roma, redactó un manifiesto de vanguardia y cultivó la imagen de artista atormentado. Un libro crítico con el alto mando militar le valió notoriedad y lo acercó a los descontentos políticos, aunque pronto abandonó la izquierda para abrazar el nacionalismo.
Durante los años 20, Malaparte se alineó con el ala más radical del fascismo, el “sindicalismo nacional”, que proponía una revolución liderada por la clase obrera nacionalizada contra una élite decadente. Celebró la violencia callejera en sus escritos, aunque no participó en la Marcha sobre Roma de 1922, hecho que luego ocultó y utilizó en su beneficio tras la caída del régimen.

A medida que el gobierno de Mussolini buscaba alianzas con sectores conservadores, Malaparte se distanció de los ultras fascistas con la esperanza de avanzar en una carrera diplomática. Al no lograr sus objetivos, adoptó una actitud burlona hacia la dirigencia fascista, lo que le costó el confinamiento en la isla de Lipari. Más tarde, utilizó este episodio para presentarse como antifascista, pero Serra aclara que, tras su liberación anticipada por clemencia de Mussolini, Malaparte volvió a codearse con la alta sociedad fascista, incluyendo al ministro de Asuntos Exteriores Galeazzo Ciano y su esposa Edda, hija de Mussolini.
La relación de Malaparte con el fascismo fue ambivalente. No figuró entre los ideólogos principales, como Giuseppe Bottai, pero su fama literaria durante el periodo de entreguerras mostró el lado seductor del movimiento y le permitió mantener una relación tensa con Mussolini hasta los años 30.
Serra sostiene que el fascismo no fue solo un culto colectivo al líder, sino también una empresa individual: una adoración narcisista del yo y una oportunidad para jóvenes ambiciosos de provincias insatisfechos con su lugar en la sociedad liberal.
Sus aparentes transformaciones políticas respondieron al oportunismo o al capricho, y aunque abandonó el Partido Fascista cuando fue necesario, “de principio a fin, se encuentra en él una veta fascista que nunca desmintió bajo ningún régimen, en particular un gusto por la fuerza, la única ideología real de un hombre que despreciaba todas las ideologías”, según Serra.

El desprecio de Malaparte por los perdedores fue el hilo conductor de su vida y explica la facilidad con la que abandonó a Mussolini tras su caída para unirse al Reino del Sur, alineado con los Aliados. Su talento literario lo salvó tantas veces como lo metió en problemas. Sobrevivió a las purgas antifascistas del posguerra gracias a la intervención de su amigo, el jefe comunista Palmiro Togliatti, que esperaba aprovechar sus dotes para el partido.
En 1931, Malaparte publicó “Technique du Coup d’État”, donde retrató a Adolf Hitler como un cobarde y un débil, consolidando su imagen de anti-nazi. No obstante, su oposición al nazismo no le impidió que el Tercer Reich le permitiera cubrir el frente oriental y acceder a altos cargos nazis para el periódico italiano Corriere della Sera.
Sus crónicas periodísticas sirvieron de base para Kaputt (1944), una novela que ofrece un testimonio de primera mano sobre la guerra y que figura entre las primeras obras en abordar con seriedad la catástrofe europea. Para entonces, Malaparte ya había cambiado de bando, aunque no sin resentimiento: cinco años después, en La piel (1949), trató la ocupación aliada de Italia con ironía corrosiva.

La obra de Malaparte ha trascendido los márgenes de la extrema derecha. Entre los admiradores de “Kaputt” y “La piel” se cuentan Milan Kundera, Edmund White y Gary Indiana. El Premio Malaparte, que lleva su nombre, ha sido recibido por novelistas como Rachel Cusk y Karl Ove Knausgaard.
El sociólogo Michael Mann definió el fascismo como “un movimiento de la pequeña intelectualidad”, pero Malaparte fue un talento de primer orden tanto en el periodismo como en la ficción, aunque nunca logró canalizar su energía creativa de forma constructiva.
Serra analiza con precisión los vaivenes políticos de Malaparte y su habilidad para alternar la adulación y la sátira. El resultado es el retrato de un camaleón social que falseó su vida, un personaje que hoy resulta reconocible en quienes persiguen el poder y la fama sin atender a principios ni prudencia.
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INTERNACIONAL
Egipto calificó de “vergonzosa” la respuesta internacional ante la crisis humanitaria en Gaza

El ministro de Relaciones Exteriores de Egipto, Badr Abdelatty, calificó el miércoles en Atenas como “vergonzosa” la respuesta internacional a la crisis humanitaria que atraviesa la Franja de Gaza, tras reunirse con su homólogo griego Giorgos Gerapetritis. Abdelatty instó a las potencias occidentales a aumentar la presión sobre Israel para permitir el acceso de ayuda humanitaria al enclave, donde persisten informaciones sobre el aumento de la hambruna y las consecuencias devastadoras de la ofensiva militar israelí.
“La comunidad internacional debería avergonzarse de la trágica situación que se desarrolla en Gaza y de las devastadoras acciones que está llevando a cabo Israel”, declaró Abdelatty a los periodistas en la capital griega. El canciller egipcio calificó la campaña militar israelí como un “genocidio sistemático” y enfatizó que su gobierno rechaza “firmemente cualquier desplazamiento del pueblo palestino de sus tierras ancestrales”.
El conflicto, que atraviesa su segundo año tras los ataques liderados por el grupo terrorista Hamas el 7 de octubre de 2023 dentro de Israel, mantiene a la población gazatí bajo severas restricciones y expuesta a un deterioro humanitario sin precedentes. Abdelatty aseguró: “Lo que está ocurriendo es una tragedia humana, y el sufrimiento que se presencia es una mancha en la conciencia de la comunidad internacional”.
Al margen de los encuentros diplomáticos, decenas de camiones con ayuda humanitaria permanecen varados en el paso de Rafah, en la frontera entre Egipto y Gaza, a la espera de la autorización israelí para acceder al enclave a través del puesto de Kerem Shalom, donde los convoyes pueden enfrentar demoras de varios días en los controles.
Organizaciones de la sociedad civil egipcia denunciaron durante una rueda de prensa en el propio paso fronterizo que “miles de camiones con ayuda humanitaria siguen esperando entrar en Gaza”. Un portavoz de la Coalición Nacional para Gaza afirmó: “La ayuda está lista, pero no llega a quienes la necesitan desesperadamente”.
Hamed Ibrahim, vicepresidente de la fundación Sonna al Hayah, declaró: “Estamos aquí cada día en Rafah, esperando que nos dejen pasar”. Ibrahim pidió un esfuerzo global: “Pedimos a la conciencia del mundo que se movilice. La gente en Gaza muere de hambre y los bombardeos continúan”.
Según testimonios recogidos en Rafah, la espera para cruzar puede extenderse hasta diez días y la inspección de los camiones en Kerem Shalom avanza de manera lenta. “Cada día cruzan entre cinco y diez camiones como máximo. No permiten comida fresca, solo latas. También rechazan la harina”, relató uno de los conductores. Otro transportista afirmó llevar casi diez días aguardando autorización para ingresar. “Ayer, de 500 camiones listos, solo pasaron 70”, agregó.
Aquellos que logran cruzar deben superar inspecciones con escáneres, perros y detectores, y en ocasiones algunos productos, como sacos de dormir de color verde o paquetes con harina, son devueltos bajo criterios que los conductores califican como “arbitrarios”.

Las organizaciones denuncian que las “pausas tácticas” anunciadas por el Ejército israelí el 27 de julio no han permitido una mejora sustancial en el acceso humanitario. Exigen la reapertura estable y segura del paso de Rafah para garantizar el flujo constante de ayuda.
Desde la implementación de estas pausas, la Media Luna Roja Egipcia informó que se ha permitido el paso de 800 camiones con unas 8.000 toneladas de ayuda, en su mayoría alimentos y medicinas, aunque más de 200 vehículos preparados siguen detenidos en el lado egipcio de la frontera.
Las autoridades egipcias aseguran que podrían movilizar al menos 500 camiones diarios, una cifra similar a la demanda previa al estallido bélico en octubre de 2023, pero resaltan que las limitaciones impuestas por Israel hacen imposible alcanzar ese volumen.
Desde el inicio de la guerra han partido más de 36.000 camiones de ayuda desde Egipto, el equivalente a unas 500.000 toneladas, según datos oficiales compartidos en la rueda de prensa.
La directora ejecutiva de la Media Luna Roja Egipcia, Amal Imam, afirmó que las operaciones de entrega de ayuda se realizan en coordinación con agencias de la ONU. Imam subrayó el carácter nacional del esfuerzo logístico y social: “Desde el inicio de la crisis hemos enviado ayuda desde todas las provincias egipcias. Esta es una epopeya nacional popular, no solo una operación logística”.
Desde la reanudación parcial del paso de Rafah el 27 de julio, se han movilizado cerca de 1.500 toneladas diarias de ayuda a través del convoy ‘Zad al Izaa’ (Provisión del Orgullo), aunque la mayor parte de los camiones sigue aguardando la autorización de paso.
(Con información de AP y EFE)
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El ejército de Israel comienza a rebelarse contra la ocupación total de Gaza

La orden del ministro de Defensa
Benjamin Netanyahu reúne a su gabinete de seguridad
Más muertos en un centro de distribución de comida
INTERNACIONAL
‘Should have been prepared’: GOP senators fight for unified message on Trump’s ‘big, beautiful bill’

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Now that the Senate has fled Washington until after Labor Day, Republicans finally have a chance to sell President Donald Trump’s «big, beautiful bill» to their constituents, but some fear that Democrats already have an advantage in the messaging war.
Sen. Ron Johnson, R-Wis., said that Republicans could «absolutely» do better in selling the colossal bill to combat Democrats’ «lies.»
«Well, we should have been prepared right off the bat and talked about, ‘No, we’re not talking about reforming Medicaid designed for [women, children and the elderly]. We’re looking at how we can save and preserve it and repair the damage done by the Obamacare addition to it,’» he told Fox News Digital. «We should have been talking about that, but we didn’t.»
SENATE GOP READY TO GO NUCLEAR AFTER SCHUMER’S ‘POLITICAL EXTORTION’ OF NOMINEES
President Donald Trump in the East Room of the White House on July 30, 2025, in Washington. (AP Photo/Mark Schiefelbein)
Since Trump signed the bill into law, and throughout the entire process to get it to his desk, Democrats have largely been unified in their attacks against the bill, rebranding it as Republicans’ «big, ugly betrayal,» and targeting cuts to Medicaid, food assistance and a litany of other policies.
«It’s a very unpopular bill, so if I were them, I would probably go out and start trying to spin,» Sen. Chris Murphy, D-Conn., told Fox News Digital.
Messaging against the bill has become routine in Senate Minority Leader Chuck Schumer’s floor speeches, where he often targets the cuts to Medicaid touted by the GOP as reforms to a broken system.
«The more Americans learn about the Republicans’ bill, the more they are realizing that Donald Trump and Republicans sold them a raw deal,» the New York Democrat said in a floor speech last week. «The Republicans’ ‘big, ugly betrayal’ is one of the most devastating bills for Americans’ healthcare that we’ve ever seen.»
TRUMP TELLS SCHUMER TO ‘GO TO HELL’ OVER SENATE NOMINEE DEAL FUNDING DEMANDS AFTER NEGOTIATIONS COLLAPSE

Senate Minority Leader Chuck Schumer, D-N.Y., turns to an aide during a news conference where he commented on Elon Musk’s criticism of President Donald Trump’s spending and tax bill, at the Capitol in Washington on June 3, 2025. (AP Photo/J. Scott Applewhite)
Polling of the bill’s favorability among Americans is also working against Republicans. A Fox News poll conducted in June after the House GOP passed the legislation found that 59% of respondents opposed the bill.
Sen. Roger Marshall, R-Kan., charged that «90% of the media is lying» about the bill, and countered that Republicans were actually increasing Medicaid spending faster than the rate of inflation «to the tune of $200 billion a year when it’s all said.»
«This is not the first message like this that we’ve struggled to get the truth through,» he told Fox News Digital.
«Republicans need to lean into it,» he continued. «We worked really hard, and we’re going to save and preserve Medicaid for those who need it the most. And we need to be sharing that.»
TAX CUTS, WORK REQUIREMENTS AND ASYLUM FEES: HERE’S WHAT’S INSIDE THE SENATE’S VERSION OF TRUMP’S BILL

Sen. Tommy Tuberville (R-AL) arrives for a Senate Republican Caucus luncheon at the U.S. Capitol in Washington on April 2, 2025. (Nathan Posner/Anadolu via Getty Images)
Sen. Josh Hawley, R-Mo., contended that Republicans shouldn’t be shy about the work they put into the bill.
Hawley, shortly after the bill passed early last month, held an event in his home state pushing the bill. He, alongside former Rep. Cori Bush, D-Mo., lauded the bill’s inclusion of his Radiation Exposure Compensation Act, which renewed and expanded compensation funding for people exposed to nuclear waste.
When asked if Republicans had gotten off to a slow start on selling the bill, he said that too much time had been devoted to talking «about Medicaid, for my own taste.»
«It’s less of that,» he said. «Talk about the tax cuts in this bill for working people, you know. I mean, that’s what people want. I mean, I was asked when I went home. I was asked immediately by people, ‘When are those no taxes on tips? When does that start?’ So, I mean, people are tracking it, but they’re tracking what’s for them.»
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And Sen. Tommy Tubberville, R-Ala., charged that Democrats had «zero credibility» when it came to bashing the GOP for cuts and reforms.
«We got a lot of time,» he told Fox News Digital. «There will be a lot of water underneath the bridge. You won’t hear about the ‘big, beautiful bill’ here in another year because there’s going to be a couple more big, beautiful bills.»
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