INTERNACIONAL
Quién es el “Francisco asiático” y qué impacto tendría en China su eventual elección como papa

La esperanza de los fieles en Manila es muy difícil de ocultar. Más allá del dolor por la muerte de Jorge Bergoglio, el futuro cónclave expuso al cardenal filipino Luis Antonio Tagle, a quienes algunos apodan el “Francisco asiático”, como una figura papable.
El arzobispo emérito de la capital filipina, actual pro-prefecto del Dicasterio de la Evangelización, tiene el mismo perfil progresista e inclusivo que el fallecido pontífice.
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Su eventual designación sería un hito histórico en la Iglesia católica y generaría un fuerte impacto en Asia, en especial en las siempre difíciles relaciones entre el Vaticano y China.
“La elección de un papa de esa región tendría implicaciones profundas, porque evidenciaría el giro del catolicismo hacia Asia, donde el cristianismo está creciendo con rapidez. Además, se podría dar un diálogo entre el Vaticano y Beijing”, dijo a TN el analista Jorge Malena, director del Comité de Asuntos Asiáticos del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) y profesor titular de la UCA.
En Filipinas piden frenar el entusiasmo por la eventual designación de Luis Tagle como sucesor de Francisco
Pero ese creciente entusiasmo que brota en las bases de la Iglesia filipina preocupa a la jerarquía eclesiástica. En privado recuerdan el viejo refrán que sobrevuela ante cada cónclave: “Quien entra como papa sale como cardenal”. Los favoritos muy difícilmente son electos.
En público, el posicionamiento de la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas (CBCP) es más directo. El secretario ejecutivo de la Comisión Episcopal de Asuntos Públicos de ese organismo, el padre Jerome Secillano, llamó a la cautela.
“No es prudente que la gente presione públicamente para que el cardenal Tagle sea el próximo papa, ya que podría malinterpretarse que el cónclave puede verse influenciado por fuerzas externas si se convierte en el próximo pontífice”, declaró a Radio Veritas.
ARCHIVO -El cardenal Luis Antonio Gokim Tagle (AP Foto/Andrew Medichini, Archivo)
Solo concedió la posibilidad de dedicar una plegaria por él. “Hay que respetar la independencia de los electores, y lo mínimo que podemos hacer es rezar por el cardenal Tagle y el resto de los cardenales electores”, dijo.
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Otro de los cardenales filipinos, Pablo Virgilio David, presidente de la Conferencia Episcopal y obispo de Kalookan, también intentó frenar el entusiasmo popular. “No podrán decir: ‘Estos son los que pueden ser papa’. Nuestra única obligación es conocernos. Así que debemos hacer nuestra tarea. Yo ya estoy haciendo la mía”.
Además, pidió no confundir el cónclave con una campaña electoral. “No proyecten nuestra concepción de las elecciones (nacionales). Sabemos que hay algo muy enfermizo en la forma en que llevamos a cabo nuestros comicios, reforzado por la política clientelar, la cultura de la ayuda y la desinformación”, afirmó.
Quién es y qué piensa Luis Tagle: sus vínculos con China
Tagle y Bergoglio tuvieron una muy estrecha relación en los 12 años de pontificado del papa argentino. Tienen el mismo perfil progresista dentro de la Iglesia católica, más allá de la clara diferencia de edad. Incluso, en el Vaticano se sugería que Tagle era su favorito para la sucesión papal.
El cardenal filipino, de 67 años, es conocido en los pasillos vaticanos por tener una sólida formación teológica y una visión religiosa abierta, inclusiva y multicultural. Por algo lo llaman “el Francisco asiático”. – En esta foto de archivo del miércoles 27 de septiembre de 2017, el papa Francisco saluda al cardenal Luis Antonio Tagle, arzobispo de Manila (Foto AP/Andrew Medichini, Archivo)
A Tagle se lo conoce por su férrea defensa de los migrantes, en sintonía con Bergoglio. Además, denuncia habitualmente las desigualdades sociales y fomenta el acercamiento de la Iglesia hacia los sectores más postergados, a las periferias de la que hablaba el fallecido pontífice. También por sus críticas al modelo económico neoliberal.
“¿A cuántos empleados de fábricas se les están negando salarios justos por el Dios de la ganancia? ¿Cuántos árboles están siendo sacrificados por el Dios del progreso? ¿Cuántos pobres están siendo sacrificados por el Dios de la avaricia?”, se preguntó en una de sus homilías.
Su nombramiento como prefecto del Dicasterio para la Evangelización, un puesto estratégico en la estructura vaticana, fue impulsado por Francisco.
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Tagle nació en Manila. Su familia es de origen tagalo (la étnia indígena local) y chino. De joven le decían Chito. Pronto dejó de lado su sueño de ser médico para unirse al seminario.
Su paso en el arzobispado de Manila dejó la misma impronta que Francisco: todos recuerdan su vida austera, su preocupación social y su conexión con los jóvenes. Incluso, usaba el transporte público y andaba en bicicleta por todos lados. En esa época llegó a conducir un programa de televisión dedicado a la religión. Además, compuso canciones cristianas que él mismo interpretaba.
En su carrera eclesiástica, estuvo al frente de Caritas entre 2015 y 2022. Fue designado cardenal por Benedicto XVI en 2012. Su pensamiento, afirman quienes lo conocen, tiene el mismo perfil que Francisco, por ejemplo con su visión inclusiva hacia las minorías sexuales, madres solteras y divorciados.
Cómo podrían impactar en China un “papa asiático”
Muchos se animan a sugerir incluso que su origen chino (por parte de la familia de su madre) podría funcionar como un puente natural en las relaciones entre el Vaticano y Beijing en caso de ser electo papa.
Ese escenario provocaría una enorme revolución en el continente.
“Aunque el Sudeste Asiático es predominante budista y musulmán, el catolicismo tiene una presencia importante en algunos países como Filipinas, donde más del 80% de la población se identifica como católica. Hay otros países con mayoría católica como Timor oriental, mientras que en otros países, si bien en términos cuantitativos es minoría, la comunidad católica es muy activa, por ejemplo en Tailandia, Malasia e Indonesia”, dijo Malena en su diálogo con TN.
Para el analista, “en términos históricos, el catolicismo en el Sudeste de Asia ha sido una plataforma local de organización comunitaria, promoción de valores sociales y resistencia a la opresión”.

El cardenal Luis Antonio Tagle toma una foto durante la visita del papa Francisco a Indonesia en 2014 (Foto: Reuters/Guglielmo Mangiapane)
Según Jorge Malena, “la elección de un papa de esa región tendría implicaciones profundas, porque evidenciaría el giro del catolicismo hacia Asia, donde el cristianismo está creciendo con rapidez. Asimismo, un papa asiático podría influir en el diálogo con gobiernos autoritarios del continente, abriendo oportunidades para una apertura política. También podría reforzar el enfoque en las periferias del mundo, en línea con la visión de Francisco».
Pero más que nada, esa eventual designación abriría un nuevo universo en las siempre complejas relaciones con Beijing.
“La implicancia puntual que podría tener para China la elección de un papa asiático sería la existencia de un mayor conocimiento sobre las realidades de la República Popular. Por ende, se podría dar un diálogo entre el Vaticano y Beijing con mayor autoridad sobre temas sensibles como mejorar las relaciones con la Santa Sede, la libertad religiosa y el nombramiento de obispos, entre otros“, concluyó el analista.
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Nayib Bukele ahora se adueña del fútbol: mientras su hermano asume en la federación local, él sueña con el Mundial 2030

El fútbol es un poderoso imán para gobernantes como Nayib Bukele. El presidente de El Salvador tomará el control de la Federación Salvadoreña de Fútbol (Fesfut) a través de su hermano, Yamil.
No es un hecho aislado. Con una gran popularidad basada en una cuestionada política de “mano dura” que acabó con el crimen organizado y la violencia, el mandatario ya tiene un absoluto control de los tres poderes del Estado. Ahora, puso la mira en el deporte más popular del mundo.
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El objetivo es simple: tener injerencia total sobre un fenómeno social y cultural que une a seis millones de salvadoreños. Quien controla el fútbol domina gran parte del humor ciudadano. El propósito es llevar al débil seleccionado local al Mundial de 2030 que se jugará en varios países, entre ellos la Argentina.
Para el próximo torneo, de 2026, llegó tarde. El Salvador quedó eliminado en la instancia final de las eliminatorias de la Concacaf.
“El principal objetivo es utilizar el fútbol para alimentar la narrativa de que Bukele está cambiando por completo El Salvador, aun y cuando eso está muy lejos de ser cierto”, dijo a TN el salvadoreño Víctor Aguilar, analista para América Latina de la ONG internacional Crisis Group.
Yamil Bukele asume en la Federación Salvadoreña de Fútbol
Yamil Bukele, de 47 años y medio hermano del presidente, asumirá como titular de la Federación Salvadoreña de Fútbol cuando concluya la misión de la FIFA que intervino la entidad en 2022.
Entonces, el presidente de la Fesfut, Reynaldo Vásquez, fue sentenciado en Nueva York a un año y medio de prisión como parte del “Fifagate”, el escándalo de sobornos y corrupción que sacudió a la FIFA y en especial a América Latina.
El presidente salvadoreño, Nayib Bukele (Foto: EFE)
Yamil Bukele es el único candidato inscripto para las elecciones internas de la federación previstas para el 12 de diciembre. Los distintos delegados de las ligas locales solo tendrán la opción de inclinarse por el hermano del presidente.
“Esperamos que nos vaya muy bien, por el bien del fútbol y de nosotros mismos”, dijo el actual presidente “ad honorem” del Instituto Nacional de los Deportes al lanzar su candidatura.
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Según Aguilar, “Nayib Bukele ha mostrado interés en tener influencia en la Federación Salvadoreña de Fútbol desde hace mucho tiempo. Por ejemplo, en junio de 2015, cuando recién había sido elegido alcalde de San Salvador, en una publicación en Twitter que después eliminó, dijo: ´Por ahí tengo un familiar que se ofrece para arreglar la FESFUT´”.
En octubre de 2021, ya siendo presidente, tras una derrota de la Selección Nacional ante México en las eliminatorias para el Mundial de 2022, fue incluso más claro y señaló: “Yo creo que es hora de intervenir. Nos sancionan un par de años y luego volvemos jugando de verdad“.
La selección salvadoreña jugó solos los Mundiales de 1970 y 1982. En España 82 sufrió una estrepitosa goleada en contra por 10 a 1 ante Yugoslavia y cayó ante la Argentina de Diego Maradona 2 a 0.
Ahora, el gran sueño es volver a llevar al seleccionado a un Mundial que se niega desde hace 44 años.
“Al presidente Bukele le encanta afirmar que todas sus medidas son ´hitos´ en la historia del país. No dudo de que le encantaría que la selección regrese a un Mundial para poder afirmar que también logró cambiar ese pasado lleno de fracasos y decepciones», afirmó Aguilar.
Por qué el fútbol seduce tanto a los poderes de turno
El fútbol ha sido utilizado por la política (y en especial por distintas dictaduras, como la Argentina) desde siempre. El caso más actual es el de Arabia Saudita, que invirtió cifras multimillonarias para contratar figuras internacionales en su desconocida liga local y aplacar las denuncias sobre violaciones a los derechos humanos.
El reino saudita ya se agendó la sede del Mundial de 2034 y extendió sus inversiones al tenis, el golf y hasta la Fórmula 1. Hoy Arabia Saudita es sinónimo de fútbol y deporte. Muy pocos hablan de abusos.
Pero Bukele no tiene los petrodólares sauditas. Tiene, eso sí, algo clave a su favor: en pocos años logró pacificar a un violento El Salvador. ¿Cómo hizo? Encarceló a decenas de miles de supuestos pandilleros en una ofensiva total contra el crimen organizado. Los salvadoreños prefieren mirar hacia otro lado cuando se habla de las denuncias por violaciones a los derechos humanos que se acumulan en la puerta de la Casa de Gobierno. El presidente fue reelecto el año pasado con casi el 85% de los votos. Su popularidad es enorme.
Sus detractores lo acusan de controlar los tres poderes del Estado, de encarcelar a miles de inocentes y silenciar a la oposición y la prensa. Tras una serie de maniobras, hasta logró imponer la posibilidad de reelección indefinida prohibida por la Constitución. Ahora, quiere echar a rodar la pelota.
Diego Murzi, investigador del CONICET y de la Escuela IDAES-UNSAM, dijo a TN que “el fútbol es el deporte más popular y convocante a nivel global en un momento en que el deporte se ha convertido en un hecho cultural y social central de la vida contemporánea”.
“Con lo cual tener injerencia en el fútbol implica tener decisión sobre asuntos que convocan e interesan a la población”, afirmó.

Aficionados de El Salvador animan un partido de las las eliminatorias de la Concacaf (Foto de archivo: EFE/Rodrigo Sura)
Para Murzi, especializado en sociología del deporte, “el fútbol se ha convertido en un juego geopolítico. Queda de manifiesto con (Donald) Trump interesándose por el Mundial o apareciendo en el Mundial de Clubes, cuando no forma parte de ninguna manera de su biografía”.
“Lo que refleja eso es lo importante del fútbol. Si pensamos en el proyecto de Bukele, que aspira a exceder los límites nacionales y proyectarse como figura relevante a nivel global, es lógico que intente tener bajo su control el fútbol de su país”, afirmó.
Según el analista, “gran cantidad de gente, sobre todo en Latinoamérica, piensa a la geopolítica basándose en el fútbol. Por eso cree que Argentina es un país relevante en el concierto global, o que India y China no lo son. Creo que para un proyecto político totalitario, o de largo alcance como el de Bukele, es importante movilizar esa dimensión”, dijo.
Bukele no ha inventado nada. Muchos gobernantes han intentado acercarse al deporte en los últimos años como “vehículo de promoción nacionalista o a los deportistas como personificación exitosa de ciertos valores intrínsecos que la actividad deportiva competitiva moviliza y que son afines a la ideología liberal o ´de derecha´ (éxito personal, meritocracia, individualismo, mercantilización, sacrificio, autosuficiencia)”, concluyó Murzi.
Habrá que ver ahora si el presidente salvadoreño logra tapar con el fútbol -y su enorme popularidad interna- los crecientes cuestionamientos internacionales a su política de “mano dura”.
El Salvador, Nayib Bukele, Sumario
INTERNACIONAL
Tokio rechazó las acusaciones “infundadas” de Beijing tras una carta remitida a la ONU e instó a China al diálogo

El Ejecutivo japonés salió este sábado al cruce de las recientes denuncias de China contra la primera ministra Sanae Takaichi, a quien el régimen chino acusó de alterar la postura histórica de Tokio sobre su respaldo a Taiwán.
Desde Tokio calificaron las imputaciones como “totalmente infundadas” y subrayaron la continuidad de su línea política, negando un cambio en la posición oficial sobre el estrecho. Así lo expresó la portavoz Maki Kobayashi durante la cumbre del G20 en Johannesburgo, en declaraciones reproducidas por Bloomberg.
Kobayashi aseguró estar al tanto de la carta enviada por Beijiing a António Guterres, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y recalcó que Japón explicó ya “en repetidas ocasiones” el sentido de los comentarios de su primera ministra, remarcando la apuesta del gobierno nipón por “el diálogo”.
Pese a ello, en Johannesburgo no fue posible avanzar en una conversación directa: desde China descartaron una reunión oficial entre Takaichi y el primer ministro Li Qiang, aunque ambos compartieron espacio en la foto de grupo de la cumbre.
El origen de la controversia radica en las declaraciones de Takaichi sobre la potencial respuesta japonesa ante una posible escalada militar de China contra Taiwán. El régimen liderado por Xi Jinping reaccionó enviando una misiva donde advierte de posibles “medidas de autodefensa” si Japón llegara a intervenir militarmente en apoyo a la isla, al tiempo que buscó movilizar respaldo internacional en Naciones Unidas.
Lejos de dar marcha atrás, Takaichi reiteró este viernes su negativa a retractarse de sus afirmaciones referidas a Taiwán y defendió la determinación japonesa de actuar igual ante una emergencia de seguridad en la región. Al calor del conflicto, incluso el cónsul chino en Osaka, Xue Jian, llegó a compartir (y luego eliminar) un mensaje en el que apostaba por “cortar el sucio cuello” de la primera ministra nipona.
Al mismo tiempo, las relaciones bilaterales registran nuevas restricciones: entre las últimas medidas, Beijing desaconsejó a sus ciudadanos visitar Japón, ordenó la suspensión de importaciones de mariscos japoneses y detuvo el estreno de nuevas películas japonesas en su mercado.
En cuanto a la relación entre Tokio y Taipéi, Taiwán confirmó el viernes pasado el levantamiento de las restricciones que, desde 2011, afectaban a las importaciones de alimentos originarios de Fukushima (Japón). Las autoridades informaron que dejarán de aplicar los requisitos de doble certificación y la inspección exhaustiva por lotes.
La medida surge poco después de que el gobernador de Niigata, Hideyo Hanazumi, autorizara la reactivación de la central nuclear de Kashiwazaki-Kariwa —la mayor del mundo—, que permanecía fuera de servicio desde el accidente nuclear ocurrido en Fukushima Daiichi en 2011 a raíz de un terremoto y posterior tsunami.
El anuncio del gobierno taiwanés marca la normalización de criterios para la entrada de productos japoneses en la isla, en un contexto donde la energía nuclear y la seguridad alimentaria siguen siendo ejes de debate en Japón.
La disputa regional se enmarca en décadas de sensibilidad diplomática. Desde que los lazos políticos entre China y Taiwán se cortaron en 1949 tras la guerra civil, solo se restablecieron en formatos no oficiales a partir de los años 80, mientras Tokio y Beijing mantienen diferencias históricas sobre la soberanía y seguridad en la región.
International,Relations,Africa,Diplomacy / Foreign Policy
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