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Un ex cura uruguayo denunciado por abuso sexual a 30 niños en Bolivia lleva 17 años oculto en su casa en Salto

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Una iglesia en Tapacarí, en Bolivia (@LawiLawita)

El ex sacerdote uruguayo Juan José San’Anna, denunciado por abusar sexualmente de 30 niños que tenía bajo su cuidado en un internado en Bolivia, lleva 17 años prófugo de la Justicia de ese país. Pero encontrarlo no es ningún misterio: el ex cura está en la casa de sus padres en un tranquilo barrio de Salto, un departamento de Uruguay limítrofe con Argentina.

Así lo revela una investigación del diario uruguayo El País, que fue al encuentro del ex sacerdote. Se podría decir que Sant’Anna está en un escondite, pero en realidad siempre ha estado en el mismo lugar. El tema es que, pese a las denuncias que tiene en su contra, nadie ha ido a buscarlo.

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El ex cura tiene una vida reservada. Está todo el día encerrado en su casa y, solo en algunas ocasiones, sale a caminar algunas cuadras cuando está por caer el sol. En estos 17 años ha recibido a tres periodistas que le han pedido explicaciones por sus acusaciones. Él ha admitido esas situaciones, aunque también ha intentado esquivar el tema.

Un cura acusado de 30
Un cura acusado de 30 abusos sexuales se oculta hace 17 años en Uruguay (Montaje Infobae)

Los abusos por los que es acusado Sant’Anna ocurrieron en Tapacarí, una localidad pobre de apenas 23.000 habitantes cercana a Cochabamba. Tiene calles de piedra y tierra, y casas de barro y madera. Hasta allí llegó el uruguayo en 2005, cuando tenía 36 años. Dirigía el ala masculina del Internado Ángel Gelmi, que albergaba a 72 varones de entre 8 y 17 años.

Sant’Anna tenía las características de un uruguayo promedio: andaba siempre con un mate y era habilidoso para el fútbol. Tenía un perro que lo acompañaba y se rodeaba de un grupo de chicos.

Pero ese cura tenía una cara oculta, que saldría a la luz en noviembre de 2007. El arzobispo de Cochabamba, Tito Solari, convocó a una conferencia de prensa en la que no respondió preguntas. Tenía una noticia dolorosa para comunicar, como recuerda el artículo de El País. “Uno de nuestros sacerdotes ha cometido abusos deshonestos contra menores albergados en uno de nuestros internados”, dijo el obispo.

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Salari pidió perdón y se comprometió a colaborar con la investigación penal. Además, ofreció ayuda psicológica a las víctimas y anunció el inicio del trámite para la expulsión del cura de la Iglesia Católica, lo que se concretaría en 2011.

Distrito Tapacarí, en Bolivia (Tapacarí
Distrito Tapacarí, en Bolivia (Tapacarí Gob)

Cuando Solari dio la conferencia, Sant’Anna ya había escapado.

¿Cuáles eran los abusos de este cura? El sacerdote invitaba a niños y adolescentes de entre seis y 18 años de un internado rural a ver videos a su cuarto, los encerraba con llave y los sometía a prácticas sexuales, desde la masturbación hasta el sexo anal. Así surgía de los testimonios de las víctimas, que fueron consignados en mayo de 2008 por el diario Opinión de Chile.

Sant’Anna fue denunciado por delitos de violación, violación inconsistente y abuso deshonesto. La Justicia boliviana lo declaró rebelde e Interpol lo halló en la ciudad uruguaya. Pero el cura siempre siguió libre.

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Sobre cómo se destaparon los delitos hay dos versiones. Una indica que una religiosa del internado lo encontró en una escena comprometedora con uno de los internos. La otra versión tiene como protagonista a la misma mujer e indica que un adolescente le narró llorando lo que había vivido. Cualquiera sea la versión real, la mujer contó.

Deprimido, Sant’Anna se alojó en una vivienda de la iglesia y le contó a algunos religiosos que se entregaría si lo ayudaban a sanar lo que consideraba “una enfermedad”: haber abusado sexualmente a los nueve años. La iglesia comenzó con una investigación interna y a los 20 días le avisó a la Policía.

Pero el cura ya había escapado.

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En marzo de 2011 el sacerdote debió dejar los hábitos.

El ex sacerdote fue encontrado tres veces por periodistas que lo buscaron para reportajes de investigación.

En abril de 2010 fue el diario uruguayo La República el que intentó dar con el sacerdote. “Son ciertas. Es lo que te puedo decir; sabés una cosa, estoy muerto”, declaró esa vez.

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En 2023, en tanto, lo fue a buscar el diario El Deber de Bolivia. El periodista Erick Ortega le nombró la localidad y el sacerdote bajó la cabeza. Pero luego se repuso y rechazó hablar del tema. Le contó que para la familia la situación había representado un “mazazo terrible”. Habían pasado 15 años del episodio.

Estoy destrozado. Lo único que te puedo decir es eso. Yo dejé de vivir después de que pasó eso… no sé, no tengo ni palabras… Yo solo pensé en mi familia, en mis padres, en tratar de superar esto junto con ellos. Que hay situaciones que se me escapan de las manos a mí y que no dependen de mí”, señaló.

La ciudad de Salto, en
La ciudad de Salto, en Uruguay (OPP)

Sant’Anna señaló que el caso lo “desbordó por completo”.

El tercer encuentro fue con la periodista Mariangel Solamita del diario uruguayo El País, que publicó el último domingo el diálogo. Su reacción fue procurar callar. “Yo no sé qué decirles… Preferiría no decir nada. Y con todo el tiempo que ya pasó, con más razón todavía, ¿no?”, respondió.

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Sant’Anna tampoco respondió por qué fue a Bolivia e insistió con lo que quería: “Prefiero no hablar nada de mí”.

La periodista le recordó que él admitió en la conversación de 2010 haber cometido los delitos, pero él respondió que eso no fue “tan así”. Haber visto eso publicado lo enojó. Cuando le recordaron que está denunciado por abusar de 30 niños y haber huido, el ex sacerdote insistió con que su voluntad era no decir nada.

“No voy a hablar de esto. Es muy difícil, es muy doloroso. Lo único que puedo decir es muy doloroso y sigue siendo muy doloroso. Sería volver a resolver y generar un dolor”, señaló.

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corresponsal: Desde Montevideo

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Salió a bailar con amigas, desapareció y la encontraron muerta en un descampado: el crimen de las 19 puñaladas que conmocionó a Madrid

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En la madrugada del 20 de abril de 1997, los vecinos de Algete, en Madrid, quedaron impactados con una trágica noticia: habían encontrado el cuerpo de una adolescente en un descampado en las afueras de la ciudad.

Se trataba de Eva Blanco, una estudiante de 16 años que había salido esa misma noche con sus amigas a una fiesta y que poco después de separarse del grupo, se la perdió de vista.

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La escena del hallazgo parecía sacada de una película de terror: el cadáver de Eva presentaba varias puñaladas y tenía indicios de haber sido atacada sexualmente.

La investigación del caso se convirtió en una de las más enigmáticas de España, ya que la policía trabajó en varias hipótesis y estuvo detrás de decenas de pistas. Sin embargo, el caso no se resolvió hasta 18 años después, cuando la ciencia permitió identificar a su femicida gracias a un avance en la tecnología forense.

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La noche del horror

Según la reconstrucción de los investigadores, el día de su desaparición Eva salió de su casa alrededor de las 17:00 y se encontró con sus amigos en un negocio. Dos horas y media más tarde, el grupo fue hasta la Urbanización Valderrey a una fiesta que se realizó en un complejo de canchas de tenis.

Vanesa, su mejor amiga, declaró que la joven la acompañó a las 23:45 hasta su casa y que, supuestamente, de ahí tenía pensando irse a la suya. Sin embargo, no tomó el mismo camino de siempre y nunca llegó.

La familia denunció su desaparición a las autoridades de inmediato, aunque pocas horas después, un vecino encontró su cuerpo al costado de una ruta.

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En un principio, la investigación apuntó a que Eva había mantenido relaciones sexuales con alguien de manera voluntaria y que, por algún motivo, mientras iba a su casa la mataron.

Eva Blanco tenía 16 años cuando fue brutalmente asesinada en abril de 1997. (Foto: El Confidencial)

Los resultados de la autopsia encajaban con estos supuestos: la muerte de la joven se produjo entre las 2 y las 4 de la madrugada, y fue asesinada de 20 puñaladas (19 en la nuca y espalda y una en un dedo) con una navaja. A su vez, detectaron rastros de semen en su ropa interior.

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Llegué a pensar que había tenido un accidente, que la habían atropellado”, explicó Manuel Blanco, el padre de la adolescente, en una entrevista que dio en 2013 con La Sexta. “Al final, estuvimos buscándola por las cunetas, por si le hubiera pasado algo”, sumó.

Sobre la última tarde junto a su hija, su mamá Olga Puig, recordó: “Me dijo que la dejara salir hasta las 00, pero yo no quería. Fue la última vez que la vi y me siento muy culpable por dejarla salir hasta esa hora“.

En este escenario, la policía se encontraba frente a un gran enigma con pocas pruebas y una tecnología forense que aún estaba en su etapa inicial. Pese a ello, había una hipótesis que resonaba con fuerza: que Eva debía conocer a su asesino, ya que se trataba de una persona precavida con los desconocidos.

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La autopsia determinó que la joven recibió 20 puñaladas. (Foto: Heraldo de Aragón)

La autopsia determinó que la joven recibió 20 puñaladas. (Foto: Heraldo de Aragón)

Por este motivo, los investigadores reconstruyeron la vida de la adolescente en un perfil psicológico: analizaron sus amistades, sus pensamientos y su forma de relacionarse con otros gracias a los escritos de su diario íntimo, que los efectivos incautaron durante un allanamiento en su casa.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, no lograron detectar ninguna pista que los llevara a un sospechoso.

El giro en la investigación que permitió dar con el acusado

Durante casi 19 años, los agentes de la Guardia Civil investigaron a más de 5000 personas con antecedentes por agresiones sexuales y realizaron más de 2000 pruebas de ADN, donde la mayoría de las personas eran vecinos de Eva y presentaron las muestras de manera voluntaria.

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Pero en 2013, un grupo de investigadores decidió revisar el caso con técnicas avanzadas en la genética forense y eso permitió encontrar una pista concreta.

Ese año, se sometió a nuevas pruebas el ADN que se encontró en la escena de 1997. Los resultados señalaron un dato revelador: el perfil genético correspondía a un hombre magrebí por su cadena de cromosomas.

Esta información abrió un nuevo camino para la policía, que decidió comenzar a comparar el ADN con muestras de familias residentes en Algete con ese origen. Fue entonces cuando el análisis recayó sobre un hombre que había vivido en la zona en la década de los 90. Al tomar una muestra de uno de sus hermanos, la policía halló una coincidencia del 50% que apuntaba directamente a esta persona.

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El sospechoso señalado fue Ahmed Chelh Gerj, de origen marroquí, que en ese momento vivía en Francia. Según detalla el expediente, había llegado a España cuando era joven y había trabajado en diferentes lugares en el rubro de la construcción. A fines de los 90, se mudó al país vecino, donde formó una familia, tuvo tres hijos y llevó una vida medianamente normal.

El femicida de Eva, Ahmed Chelh Gerj, fue detenido en octubre de 2015. (Foto: La Razón)

El femicida de Eva, Ahmed Chelh Gerj, fue detenido en octubre de 2015. (Foto: La Razón)

Tras un operativo en conjunto entre la Guardia Civil española y la policía francesa, Ahmed fue detenido en la puerta de su casa en Pierrefontaine-les-Varans, una pequeña localidad al este de Francia, en octubre de 2015.

En su declaración, dijo que en la noche que Eva fue asesinada, él había salido a caminar solo por la zona y que, de un momento a otro, dos deconocidos lo secuestraron y lo llevaron al descampado en donde encontraron el cuerpo de la joven. Luego, “lo habrían obligado a masturbarse sobre el cadáver”.

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La extradición a España se concretó semanas después y los medios locales volvieron a cubrir el caso. “Ahora, al menos, sabemos quién fue”, declaró la madre de la adolescente en ese momento. “Estábamos esperando este día desde hace 18 años. Lloré con los agentes cuando me dijeron que habían detenido al asesino de mi hija”, sumó el padre.

El acusado ingresó a la cárcel de Alcalá-Meco a la espera del juicio, pero inesperadamente, en mayo de 2016, lo encontraron muerto en su celda. Según la versión oficial, el hombre se quitó la vida.

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Para la familia Blanco, la muerte del sospechoso significó un alivio a medias, ya que por un lado, la identificación y la detención confirmaban que la investigación no había sido en vano; pero por el otro, el acusado dejaba el caso sin una condena judicial.

Hoy, el crimen de Eva sigue siendo recordado en España como uno de los enigmas más grandes de la historia criminal del país.

España, Homicidio, adn, 16 años, puñaladas

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El lado desconocido del juez de las SS que desafió a los nazis desde adentro

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El libro del día: «Hitler’s Crime Fighter», escrita por el historiador británico David Lee

La imagen de Konrad Morgen recorriendo los pasillos de Auschwitz para investigar casos de corrupción y asesinatos ilegales, mientras a su alrededor se perpetraba el mayor crimen de la historia, resulta tan desconcertante como reveladora. Este juez y policía de las SS, lejos de encarnar el arquetipo del implacable detective de ficción, se movía en el corazón del régimen nazi con la apariencia anodina de un burócrata, pero con una determinación que lo llevó a desafiar a sus propios camaradas en un entorno donde la justicia parecía una quimera.

A lo largo de su carrera, Morgen abrió 800 investigaciones dentro de las propias SS, un hecho que desafía la lógica de un Estado criminal como el Tercer Reich. Su lista de acusados incluía a figuras de alto rango, entre ellos comandantes de campos de concentración y oficiales de la élite nazi. Personalmente arrestó a cinco de estos altos cargos, dos de los cuales fueron ejecutados.

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Entre los nombres más notorios figuran Oskar Dirlewanger, líder de la brigada más brutal de las SS; Karl-Otto Koch, comandante de Buchenwald, junto a su esposa Ilse Koch, famosa por su crueldad; el coronel Hermann Fegelein, futuro cuñado de Hitler; y Amon Göth, comandante del campo de Kraków-Plaszów, cuya figura fue llevada al cine por Ralph Fiennes en La lista de Schindler.

Amon Göth
Amon Göth

Incluso se atrevió a investigar a Adolf Eichmann, arquitecto de la Solución Final, y a enfrentarse al comandante de Auschwitz, Rudolph Höss, quien no comprendía la lógica de una pesquisa policial en medio del genocidio.

La reciente biografía Hitler’s Crime Fighter, escrita por el historiador británico David Lee, examina la trayectoria de Morgen y ofrece una visión matizada de su figura. El libro, elogiado por especialistas como la historiadora Helen Fry, sostiene que, pese a las controversias que rodean su carrera, el juez actuó movido por una genuina indignación moral ante el Holocausto y buscó, dentro de sus limitadas posibilidades, obstaculizar la maquinaria de exterminio nazi.

Lee subraya que Morgen aprovechó las grietas legales que subsistían en la Alemania de Hitler, donde coexistían la legislación tradicional y las normas impuestas por el régimen. Aunque no podía procesar a miembros de las SS por genocidio, sí lo hacía por corrupción o asesinatos cometidos fuera de las órdenes oficiales, lo que generaba situaciones absurdas: oficiales sorprendidos por ser investigados por un homicidio “no autorizado” mientras participaban en matanzas masivas, como en el campo de Majdanek, donde fueron asesinadas 360.000 personas.

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 Adolf Eichmann
Adolf Eichmann

La lógica de Heinrich Himmler, jefe supremo de las SS, exigía que sus hombres actuaran “decentemente”, incluso en el crimen, y que los beneficios de sus acciones revirtieran íntegramente en el Estado y la organización.

Morgen operaba bajo órdenes directas de Himmler, quien le permitía perseguir a quienes violaban el código de honor de las SS, aunque no dudó en frenar sus investigaciones cuando estas amenazaban intereses estratégicos, como ocurrió en el caso de Eichmann y unos diamantes robados.

La labor de Morgen se veía obstaculizada por la desaparición frecuente de testigos y por la intervención de sus superiores, que en ocasiones lo apartaron de sus funciones. En 1942, fue degradado y enviado al frente oriental como soldado raso en una unidad de combate de las Waffen SS, una maniobra para deshacerse de su incómoda presencia. Contra todo pronóstico, regresó en 1943 tras sobrevivir a una de las divisiones con mayor número de bajas y fue reincorporado para investigar la corrupción en Buchenwald, recibiendo incluso la Insignia de Asalto de Infantería.

El libro de Lee detalla casos emblemáticos, como el del médico Waldemar Hoven en Buchenwald, y revela los complejos vericuetos de la justicia nazi. Morgen compartió jefes con el detective ficticio Bernie Gunther, creado por Philip Kerr, como Arthur Nebe, quien simultaneaba su cargo de jefe de la policía criminal con el de comandante de un grupo de exterminio responsable de 45.000 muertes. Tras la guerra, Morgen fue sometido a un proceso de desnazificación en 1948 y continuó vinculado al ámbito judicial, participando como testigo en los juicios de Nuremberg y en otros procesos contra criminales nazis.

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Su experiencia le permitió presenciar de primera mano las atrocidades del régimen, como el recorrido por las instalaciones de exterminio de Birkenau y la masacre de judíos durante la operación Aktion Erntefest en Lublin en 1943, mientras investigaba a Christian Wirth, jefe de los campos de la muerte en Polonia.

En el plano personal, la vida de Morgen estuvo marcada por su relación con María Wachter, a quien las SS le prohibieron desposar por su oposición al régimen, aunque finalmente contrajeron matrimonio tras la contienda. Según David Lee, Morgen se definía como un “fanático de la justicia” y, aunque carecía del carisma y la vida sentimental del detective de Kerr, poseía un fuerte sentido del honor y los valores tradicionales alemanes. Tanto el policía real como el ficticio pusieron sus habilidades al servicio de un sistema despiadado, desafiando sus propias reglas y enfrentándose a riesgos considerables.

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Ecuador y Perú acordaron fortalecer la cooperación en seguridad e impulsar el comercio fronterizo

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El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, y su homóloga peruana, Dina Boluarte (EFE/ Paolo Aguilar)

Los Gobiernos de Ecuador y Perú acordaron fortalecer la cooperación en seguridad e impulsar el comercio fronterizo durante el Comité Binacional de Frontera El Oro–Tumbes, realizado esta semana en el municipio ecuatoriano de Arenillas, informó el Ministerio de Defensa de Ecuador.

Al encuentro asistieron representantes de las Fuerzas Armadas, la Policía y los ministerios de Defensa de ambos países, así como Jimmy Blacio, gobernador y delegado del Gobierno de la provincia ecuatoriana de El Oro.

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Además de seguridad y comercio, las autoridades trabajaron en conjunto durante varios días para “mejorar la conectividad y tecnología en la zona fronteriza y unir acciones por una frontera ordenada y segura”, indicó la cartera de Defensa.

Las Fuerzas Armadas de Ecuador señalaron que el encuentro permitió “consolidar esfuerzos conjuntos para generar oportunidades en beneficio de las comunidades fronterizas”.

El pasado 15 de agosto, Ecuador y Perú acordaron un plan binacional contra la minería ilegal en las zonas fronterizas para los próximos dos años, según informaron los ministerios de Relaciones Exteriores de ambos países.

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Esta foto de archivo difundida
Esta foto de archivo difundida por la Policía nacional de Ecuador muestra un asentamiento de minería de oro ilegal (Policía nacional de Ecuador vía AP Archivo)

El Plan de Trabajo 2025-2026 contempla operaciones coordinadas y multisectoriales, capacitaciones sobre fiscalización, intercambio de información, investigación y sanción de este delito, así como acciones conjuntas de cooperación internacional, entre otras medidas.

La minería ilegal representa una de las principales amenazas para la seguridad de ambos países. En numerosos enclaves está controlada por bandas de crimen organizado, que han provocado recientes matanzas en la región fronteriza.

En mayo, once militares fueron asesinados en Ecuador durante un operativo contra la minería ilegal en el sector amazónico de Alto Punino, presuntamente emboscados por los Comandos de la Frontera, un grupo disidente de las FARC, que tuvo al menos tres fallecidos entre los atacantes.

Ese mismo mes, trece personas murieron en Perú dentro de un socavón en el distrito minero de Pataz, donde diversas mafias y organizaciones criminales se disputan el control de la extracción de oro.

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La minería ilegal representa una
La minería ilegal representa una de las principales amenazas para la seguridad de ambos países. En numerosos enclaves está controlada por bandas de crimen organizado, que han provocado recientes matanzas en la región fronteriza (Crédito: X/Mininter)

El auge de la minería ilegal en ambos países se relaciona con el alza del precio internacional del oro, que registra máximos históricos, con la onza (28,3 gramos) por encima de 3.300 dólares.

Con estos acuerdos, Ecuador y Perú buscan reforzar la seguridad, promover el desarrollo económico local y garantizar una frontera más ordenada y segura.

La Armada y la Policía de Ecuador, en coordinación con la Guardia Costera de Estados Unidos, incautaron 10,3 toneladas de cocaína y detuvieron a 18 personas durante una serie de operaciones realizadas en altamar.

Los cargamentos, junto con los detenidos, llegaron este domingo al puerto de Manta a bordo del buque estadounidense USCGC Seneca, donde fueron entregados a la Policía Nacional para su procesamiento.

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Las Fuerzas Armadas detallaron que las acciones conjuntas se desplegaron en siete operativos. El Ministerio del Interior precisó que, además de la droga, se destruyeron seis embarcaciones utilizadas por las redes criminales para transportar los bloques de cocaína.

Los 18 detenidos son de nacionalidad ecuatoriana, y según fuentes policiales, al menos uno de ellos tenía antecedentes penales.

El coronel Wladimir Acurio, jefe policial de la provincia de Manabí, sostuvo que el valor de la droga en el mercado internacional superaría los 60 millones de dólares.

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“Estamos hablando de un golpe contundente a las organizaciones criminales”, afirmó, al tiempo que detalló que también se confiscaron dispositivos tecnológicos como GPS y teléfonos satelitales, herramientas esenciales para la navegación y la comunicación en mar abierto.

(Con información de EFE)

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