POLITICA
El presidente del Banco Mundial prometió un “paquete de apoyo significativo” para la Argentina

El presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, se reunieron con el titular del Banco Mundial, Ajay Banga. También estuvieron presentes: la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el secretario de Finanzas, Pablo Quirno.
Según informó Presidencia, el organismo comandado por Banga está “trabajando estrechamente con el Presidente Milei y su equipo para apoyar su ambiciosa agenda de reformas”. “Como una muestra a corto plazo de ese compromiso, estamos preparando un paquete de apoyo significativo que reúne toda la fortaleza del Grupo Banco Mundial para respaldar las reformas, atraer inversiones privadas y sentar las bases para la creación de empleo”.
El Banco Mundial y su Presidente Ajay Banga en particular, apoyando desde el día 1 al Presidente @JMilei y el programa económico 🇦🇷🇦🇷🇦🇷 pic.twitter.com/ruUy9lNXF9
— totocaputo (@LuisCaputoAR) April 2, 2025
Además remarcaron que el Banco Mundial trabaja en coordinación con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo para asegurar que “el apoyo esté alineado, sea efectivo y envíe una señal fuerte de confianza internacional en el futuro de Argentina”.
Desde Presidencia agregaron que “Banga destacó los importantes progresos logrados en tan poco tiempo. En este sentido, felicitó al presidente Milei por la audaz transformación que está liderando en Argentina y expresó el deseo del Grupo Banco Mundial de apoyar al país”.
Un reciente informe del banco suizo había señalado que “los nuevos fondos del FMI son cruciales para pagar la considerable deuda de Argentina en los próximos años y fortalecer las reservas del Banco Central, lo que podría facilitar una flexibilización gradual de los controles de capital a finales de este año”.
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POLITICA
Apología de un alineamiento activo

La política de alineamiento con Estados Unidos dio esta semana frutos inesperados cuando el Secretario del Tesoro, Scott Bessent, salió al rescate tras el resultado electoral en Buenos Aires, anunciando un paquete de apoyo a la Argentina que contempla la negociación de un swap por 20 mil millones de dólares entre otros instrumentos.
El anuncio de que Estados Unidos “hará lo que sea necesario” calmó a los mercados, pero como dice el lema libertario, no hay almuerzos gratis. Aunque se desestimó el tuit de Bessent sobre eliminar exenciones fiscales al agro—mientras China avanza en la compra de soja—, el apoyo de Washington seguramente implicará revisar los swaps chinos y un mayor distanciamiento de Pekín en otras áreas.
Estas contrapartidas sugieren que un alineamiento forzado por la delicada situación del gobierno de Javier Milei no es una decisión óptima para el país. Por eso, mientras en Estados Unidos se da un debate sobre la racionalidad estratégica de estas medidas, un debate similar también debería darse en Argentina.
En América Latina la sabiduría convencional sugiere que lo mejor en política internacional es lo que el embajador chileno Jorge Heine llama “no alineamiento activo,” y el académico argentino-brasileño Matías Spektor denomina “sentarse en la valla.” Por su corrección política y diplomática, esta opinión es pocas veces rebatida, pero es preciso ponderar la alternativa estratégica.
En una visión realista de la política internacional, los estados subordinados como Argentina gozan de cierto margen de autonomía dentro de los límites tolerados por las grandes potencias, pero este espacio se reduce drásticamente cuando las potencias—como Estados Unidos y China—ejercen presión para alinear a los países en sus áreas de influencia, ofreciendo palos y zanahorias. En estas circunstancias, cuando la polarización es alta y las capacidades de un país son limitadas, una política de alineamiento puede tener sentido.
En escenarios de polarización como el actual, resulta cada vez más difícil y riesgoso mantener buenas relaciones con ambos polos sin traspasar las líneas rojas de ninguno. La escalada de tensiones entre Pekín y Washington ha reducido notablemente el margen para la ambigüedad, y no cuesta imaginar como, en un escenario de polarización aún mayor—como una eventual invasión de Taiwán—la neutralidad se volvería inviable.
Un factor para considerar son las capacidades del país. Bloques como la Unión Europea o grandes economías como Brasil—que no necesitan zanahorias y pueden resistir algunos palos—cuentan con cierto margen para caminar en la cuerda floja, aunque con costos altísimos. Brasil ya lo sufrió con aranceles adicionales del 40% a sus exportaciones, pérdidas que los swaps e inversiones chinas difícilmente compensen. La India ofrece un caso similar, mientras Japón refleja el karma europeo de quienes en su momento se volvieron demasiado dependientes de Estados Unidos en defensa y hoy ya han cedido.
La presión es mayor en países menores en el área de influencia de una potencia. Panamá, clave por su posición y por haber reconocido a China en 2017, cedió a las presiones de Trump: canceló su participación en la Franja y la Ruta y forzó la venta de capitales chinos en puertos cercanos al canal, un claro alineamiento que, por otra parte, China comprendió como inevitable. Venezuela ilustra los costos de alinearse con China en el hemisferio occidental: la Cuarta Flota hunde embarcaciones en el Caribe y la inteligencia estadounidense conspira con generales de Maduro, ejerciendo niveles de presión inauditos desde la Guerra Fría.
El historial argentino de no-alineamiento en contextos de fuerte polarización internacional consiste en una larga lista de lecciones amargas. Durante la Segunda Guerra Mundial, Argentina se mantuvo neutral hasta dos semanas antes del sitio de Berlín. La decisión, primero alentada por Gran Bretaña para asegurar alimentos pese a los submarinos nazis y luego por la ideología de los golpistas de 1943, derivó en un boicot aliado con graves daños económicos.
El no-alineamiento argentino tuvo costos en la Guerra Fría: la “tercera posición” peronista la dejó fuera del boom de posguerra, y la dictadura, en vez de adaptarse a la política de derechos humanos de Jimmy Carter, enfrentó a Washington vendiendo granos a la URSS pese al embargo. La Guerra de Malvinas fue el clímax de esa hubris, cuando los militares creyeron que un acercamiento a Moscú equilibraría el apoyo de Washington a Londres tras el fracaso de la mediación de Alexander Haig.
Carlos Escudé documentó magistralmente los costos del no-alineamiento. Luego sería injustamente acusado de ser autor intelectual de la política de “relaciones carnales” y alineamiento automático con Washington en los 90. Pero en realidad Escudé había planteado otra cosa: un alineamiento activo.
El gobierno de turno sabe (demasiado) bien que la Argentina ya no es lo que era. A diferencia de Brasil, su economía no ofrece margen. Como Panamá, es estratégica para Estados Unidos en una región cada vez menos dispuesta a aceptar la política (bipartidaria) de aislar a China. Coyunturalmente, un mayor alineamiento es inevitable por la afinidad ideológica y personal entre Milei y Trump, así como por los intereses financieros y electorales del gobierno.
Pero en los tiempos que corren el alineamiento no deja de ser una estrategia riesgosa por varios motivos. Primero, si Argentina perdió brillo, Estados Unidos tampoco es lo que era: ya no es la potencia en ascenso de la posguerra, sino un actor que, pese a su primacía tecnológica y militar, enfrenta un serio contendiente en China.
Segundo, un mayor alineamiento enfrenta dos obstáculos internos: sectores económicos poco complementarios con Estados Unidos—como el agro que busca exportar a China o industrias protegidas—y un nacionalismo antiestadounidense arraigado.
Tercero, China también tiene poder de fuego y un alineamiento automático con Estados Unidos puede cruzar sus líneas rojas. Así como el envío de naves a la Guerra del Golfo generó altísimos costos, hoy cualquier política similar debe asumir que los rivales de Washington también juegan con zanahorias y con palos.
Un alineamiento eficiente exige un estado inteligente y una diplomacia profesional y discreta, que negocie proactivamente con Estados Unidos y maneje con cautela la relación con China. Si vamos a entrar en una nueva etapa de “relaciones carnales” es preciso que sea en clave de realismo periférico de Escudé y que nuestro alineamiento sea activo, no automático.
el tuit de Bessent,Conforme a
POLITICA
Facundo Manes: “Si Milei no cambia, la Argentina va a tener graves problemas”

El neurocientífico y candidato a senador por el espacio Para Adelante, Facundo Manes, advirtió que “si Javier Milei no cambia, la Argentina va a tener graves problemas”, durante una entrevista en la que remarcó la falta de un proyecto productivo y criticó la persistencia de la polarización y el personalismo en la dirigencia política argentina. El diputado enfatizó que “no hay hoy un plan económico verdadero, no se apuesta al desarrollo ni a la innovación”, y presentó los lineamientos de su propuesta para las próximas elecciones del 26 de octubre.
Estas declaraciones fueron realizadas en diálogo con Infobae en Vivo, durante el programa de la mañana, que cuenta con la conducción de Gonzalo Sánchez, Maru Duffard, Ramón Indart y Cecilia Boufflet. En este contexto, Manes profundizó sobre el agotamiento de las estructuras partidarias tradicionales y la necesidad de espacios políticos independientes. “Nosotros competimos a nivel de la ciudad de Buenos Aires. Intentaron de todo para que no tengamos listas hasta el último momento”, denunció, y remarcó que la nueva fuerza busca “un liderazgo surgido de la sociedad y no de los acuerdos oscuros de la política”.
Además, consideró que Milei “no tuvo un plan económico. Lo que hicieron fue puentes financieros, agarrar deuda para bajar el dólar y la inflación, todo artificialmente. No hay un proyecto productivo, cierran miles de pymes, hay cientos de trabajadores en la calle”. Añadió que “Milei hizo jefe de la casta, se rodeó de la casta, utilizó en el Senado y Diputados métodos de la casta para cambiar voluntades”, y denunció la persistencia de la corrupción. “Hoy la sociedad que lo votó está otra vez diciendo: otra desilusión en nuestro país”.
Consultado sobre si ya fracasó el gobierno de Milei, Manes advirtió: “Si Milei no cambia, estamos en graves problemas”. “Cambiar significa cambiar de gabinete, tener un plan económico y ser más humilde, hablar con gente que quiso ayudarlo. He visto en el Congreso a opositores que apoyaron a Milei perdiendo sus convicciones, y Milei los maltrató. Si él no cambia, la crisis se va a profundizar”, agregó.
A lo largo de la conversación, remarcó que “el mayor problema para el riesgo país es Milei, un presidente que maltrata a los periodistas, a los médicos, a los docentes, a los gobernadores. Es una persona que se pelea con todo el mundo. Ahí está el riesgo país”. Rechazó la idea de que los problemas vengan sólo por la oposición: “Puede haber algo ahí, pero el riesgo mayor es el presidente”.
Acerca de la posibilidad de una reacción del gobierno tras la última derrota electoral, Manes fue cauto: “Es una pregunta más psicológica que política. Una persona inteligente cambia cuando cambia el contexto. Aquí pasamos de 1993 a 1998 en un año. Antes Menem era simpático mientras la economía funcionaba. Cuando hubo recesión y desempleo, todo fue críticas. Tampoco veo cambios ahora”.
En ese sentido, criticó el carácter narcisista y personalista de los proyectos políticos: “Cuando llegan al poder, los presidentes traen proyectos personales, narcisistas. No hay un proyecto de país. Si les pregunto cuál es el proyecto de Argentina, no pueden responder porque no hay. No es un problema sólo de Milei, es de toda la dirigencia. Tenemos que construir algo colectivo”.
“Somos un país de guardia”, reflexionó el neurocientífico. “Estamos siempre en la emergencia, pensando en lo inmediato. La pobreza mental y material nos atrapa. No podemos proyectar cómo duplicar la riqueza en diez o quince años”.
En cuanto al rol de la oposición, Manes destacó: “Los partidos tradicionales son sellos que los maneja gente que no aparece en las listas. Los nuevos espacios necesitan independencia y liderazgos genuinos. En nuestra lista hay gente de la cultura, de emprendedores, de pymes, radicales, peronistas”.
En el programa de la mañana de Infobae en Vivo, Manes explicó la conformación de Para Adelante: “Nuestro espacio nuevo tiene un proyecto. No puedo hablar por toda la dirigencia. Para mí, el desarrollo argentino hoy es más tecnología que materias primas. Hay que apoyar la innovación, la ciencia, la tecnología, generar conocimiento propio, vincular ese saber al sector productivo, aliviar con menos impuestos y estimular exportaciones”.
Al abordar las dificultades para consolidar opciones intermedias, admitió: “La polarización invisibiliza cualquier idea alternativa. Muchos se perciben como moderados, pero el sistema no da espacio para el centro. Parte de ningunearte es no invitarte a la televisión ni a los diarios. El sistema sólo ofrece pollo y pasta, nosotros proponemos poner carne: una propuesta intensa para el desarrollo”.
Infobae en Vivo te acompaña cada día en YouTube con entrevistas, análisis y la información más destacada, en un formato cercano y dinámico. • De 9 a 12: Gonzalo Sánchez, Carolina Amoroso, Ramón Indart y Cecilia Boufflet. • De 18 a 21: Jesica Bossi, Diego Iglesias, María Eugenia Duffard y Federico Mayol. Actualidad, charlas y protagonistas, en vivo. Seguinos en nuestro canal de YouTube @infobae. La entrevista completa a Facundo Manes la podés encontrar en este enlace.
POLITICA
Qué dijo Espert sobre Pequeño J

El diputado nacional de La Libertad Avanza José Luis Espert se pronunció este viernes sobre el caso que conmociona a Florencio Varela. El legislador cuestionó al gobernador Axel Kicillof en relación con el accionar de Pequeño J, el presunto autor intelectual del asesinato de tres jóvenes, y denunció una supuesta protección política al narcotráfico en la provincia de Buenos Aires.
El candidato para las elecciones legislativas de octubre se refirió al triple crimen de Brenda Castillo, Morena Verri y Lara Gutiérrez y señaló al gobierno provincial como responsable de la inseguridad. “Un horror, es un espanto, impresiona el nivel de saña y de violencia. Eso es lo que me impacta”, expresó Espert.
“Siempre falta una decisión estratégica de combatir la inseguridad, que se vincula con el narcotráfico, que es un delito federal. Pero la Provincia tiene una decisión política de no combatir la inseguridad”, afirmó Espert en diálogo con radio Mitre.
En ese marco, se preguntó sobre la libertad con la que operaba el principal sospechoso. “¿Hace cuánto estaba Pequeño J dando vueltas, haciendo fiestas y traficando droga en zonas como La Matanza y Florencio Varela?”.
El diputado profundizó su crítica al mandatario bonaerense. “La decisión de Kicillof para el delincuente es la puerta giratoria”, insistió sobre las políticas de seguridad en el territorio provincial.
El legislador de La Libertad Avanza sugirió una vinculación entre la política y el crimen organizado. “La causa de estas cosas tiene que ver con cuestiones de fondo. El kirchnerismo ha decidido relacionarse con la delincuencia”, manifestó.
Espert diferenció la estrategia provincial de al: “A nivel nacional se combate mientras que en la Provincia se relacionan con los delincuentes. Esto está en el centro de lo que pasó con estas chicas”.
Sus declaraciones ocurrieron pese a la versión del ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, quien comunicó que la operación de “Pequeño J” podría estar en la Ciudad de Buenos Aires. Espert insistió en responsabilizar al gobierno provincial por una supuesta “connivencia” con el narco.
El diputado también apuntó a los jefes comunales. “No tengo ninguna evidencia, no me consta, pero me cuesta pensar que el narcotráfico en la Provincia es lo que es sin la complicidad de los intendentes”, afirmó.
El presunto autor intelectual del asesinato de las tres jóvenes es un ciudadano peruano de 23 años. Se hace llamar “Pequeño J” o “Julito”. Su base de operaciones se encuentra en la villa 21-24, en el límite de los barrios porteños de Barracas y Nueva Pompeya. El joven capo narco tiene una orden de captura.
“Es un desquiciado. Decidió disciplinar a sus lugartenientes mostrando lo que es capaz de hacer para construir autoridad”, sostuvo el ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso.
Información publicada por indica que, hasta este crimen, el sospechoso estaba fuera del radar de los detectives policiales y judiciales que investigan las bandas de narcomenudeo en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano.
La pista que lo involucra surgió a partir de pruebas obtenidas en la casa de Florencio Varela donde encontraron los cuerpos. El miércoles por la noche, la policía realizó procedimientos en la villa 21-24 y allanó la base de operaciones de la banda. En la edificación de tres pisos se secuestró dinero en rollitos y viandas de comida.
Este contenido fue producido por un equipo de con la asistencia de la IA.
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