POLITICA
Amador Sánchez Rico: “El acuerdo Unión Europea–Mercosur enfrenta la hora de la verdad”

“Llevo 26 años trabajando en la Unión Europea y desde que entré en Bruselas, en 1999, el acuerdo con el Mercosur ya era un tema caliente. Han pasado 26 años y llegamos a la hora de la verdad”, reconoce Amador Sánchez Rico, embajador de la Unión Europea en Argentina, al comenzar el balance de su misión diplomática, que culmina en septiembre. “Creo que todos los astros están alineados”.
Desde la residencia oficial en Buenos Aires, y en el marco de su última celebración del Día de Europa en el país, Sánchez Rico subrayó la importancia estratégica del acuerdo comercial y político entre ambos bloques. “Va más allá de lo comercial. Es un acuerdo geopolítico, entre economías complementarias, que representa cooperación, previsibilidad y multilateralismo”, sostiene. Con una visión clara sobre lo que está en juego, insiste en que se trata de un pacto en el que “todos ganamos”, más allá de las tensiones en sectores sensibles como el agropecuario.
Además, el embajador destaca los instrumentos con los que cuenta la Unión Europea para apuntalar la relación bilateral, como el programa Global Gateway, que ya está promoviendo inversiones europeas en energía, minerales críticos y nuevas infraestructuras. “Lo que pretendemos es generar empleo y valor agregado en toda la cadena de valor, con inversiones responsables y transparentes”, explica.
Desde los desafíos del Mercosur para afianzar su integración interna hasta las oportunidades que ofrece Argentina en materia de litio, hidrógeno verde, gas y cobre, el diplomático traza un panorama alentador: “Este acuerdo puede ayudar a fortalecer al Mercosur y mejorar su integración. Es una enorme oportunidad”.
La entrevista al embajador Sánchez Rico
– Está celebrando el último Día de Europa de su misión en Argentina ¿Cómo enfrenta esta etapa? Le pido un balance de estos años.
– Efectivamente. Fin de ciclo. Fueron cuatro años que pasaron muy rápido, volando en muchos sentidos. Pero en otro sentido, echando la vista atrás y repasando un poco la agenda que hemos llevado a cabo estos cuatro años. Uno se da cuenta de que no hemos parado, que hemos hecho mucho y nos hemos empleado a fondo. Sobre todo el equipo que me encontré aquí hace cuatro años cuando llegué. Un equipo pequeño pero fuerte, poderoso, de auténticos profesionales muy comprometidos.
¿Y qué es lo que queda? Porque, al fin y al cabo, yo no soy más que un eslabón en la cadena. Creo que, como dice Machado, “todo pasa y todo queda”. Paso yo, que soy un eslabón más o menos resiliente, pero quedan dos cosas: queda el equipo que estaba aquí y que va a seguir con esta agenda; y quedan estos vínculos históricos tan fuertes, tan enraizados entre la Unión Europea y los argentinos, que es lo que más me sorprendió al llegar aquí.
Tenemos un pasado enorme en común, pero ahora el gran desafío es el de capitalizar eso y sacarle el máximo provecho, el máximo potencial a esta relación histórica. Hay mucha presencia europea aquí: presencia europea cultural, en inversiones, económica, comercial. Hay entre más de 800 empresas europeas en este país, del stock de inversión extranjera directa estamos superando el 40%, pero hay margen para mucho más. Tenemos el programa Global Gateway para promover inversiones.
– El tema del acuerdo Unión Europea Mercosur puede representar el tema más importante que tuvo en sus manos. ¿Cómo vivió esa negociación y cómo está hoy ese acuerdo en términos concretos y qué perspectiva tiene para adelante sobre lo que va a ocurrir?
– Como estoy un poquito melancólico, un poquito nostálgico, diré que llevo 26 años trabajando en la Unión Europea y en el 1999, en el 2000, cuando entré en Bruselas como funcionario, uno de los temas más maduros, calientes era el Acuerdo Unión Europea-Mercosur. Ahora, estamos a punto de cerrarlo. Han pasado 26 años y seguimos todavía ahí, a punto de caramelo. Diría que es el momento ahora de la verdad. Y creo que todos los astros están alineados para que un acuerdo de estas características y con estas características, que va mucho más que los temas comerciales, un acuerdo geopolítico. Yo creo que están ahora todas las condiciones reunidas para ir adelante.
Estamos en un momento de muy poca colaboración a nivel internacional, un espíritu transaccional muy agudo en todos los niveles. Estamos con una muy poca previsibilidad, con unas reglas de juego que cambian de la noche a la mañana. De repente, los amigos se convierten en enemigos y viceversa. Este acuerdo creo que representa todo lo contrario: representa previsibilidad, representa cooperación, representa multilateralismo y sobre todo es un marco de reglas claras para que los operadores -que son al fin y al cabo, los que arriesgan en sus inversiones-, los actores económicos sepan a qué atenerse.
Y en este contexto tan cambiante, creo que un marco que dé certidumbre es más que deseable. Y estamos hablando de un acuerdo, como digo yo, que va más allá de los temas comerciales: es un acuerdo geopolítico entre dos regiones como Unión Europea y Mercosur, con un pasado y unos principios compartidos. Es un acuerdo muy ambicioso entre economías muy complementarias, con unas cláusulas de salvaguarda y de transición suficientemente -diría yo- laxas, flexibles. Un acuerdo en el que todos ganaríamos. Más allá de algunos rubros específicos, es un acuerdo en el que todos ganamos.
– Esos rubros específicos generan las dificultades para terminar de poner en marcha el acuerdo. Me refiero en concreto al tema agrícola. ¿Qué es lo que ocurre que no se puede o que se traba el tramo final del acuerdo?
– Son procesos. Lo hemos visto también con otros acuerdos comerciales. Son procesos también de ratificación complejos. En Europa se requieren unas mayorías que dependen de qué tipo de estructura se le dé al acuerdo. Son procesos de ratificación complejos y eso hace que el proceso se haya demorado tanto. Hay que primero explicar bien los datos y tener un debate sincero sobre lo que está en juego. Se escriben a veces cosas que a uno le cuesta un poco creer, en cuanto a quién pierde, quién gana. Hay que poner todas las cifras y tenemos que tener un debate sincero y honesto.
– Hay una singularidad en el presente que los grandes socios del Mercosur tienen una mala relación política. Argentina y Brasil. Antes en Argentina gobernaba Alberto Fernández, el kirchnerismo; y en Brasil, Jair Bolsonaro, más de derecha. Ahora gobierna Javier Milei y en Brasil gobierna Lula. Signos ideológicos y políticos contrarios, contrapuestos. ¿Esto complica esa negociación?
– Desde el lado europeo, tenemos un proceso de 27 países, con unos mecanismos de aprobación y ratificación que son complicados, razón por la cual esto puede ralentizar un poco este tipo de acuerdos. Del lado del Mercosur diría dos cosas: uno, estamos hablando aquí de dos economías, dos bloques, muy diferentes y complementarios. Por un lado, tienes un mercado de 450 millones de habitantes -como es el bloque europeo de 27 países- muy integrado, muy integrado. Somos el mercado o el bloque comercial más grande del mundo, con mayor integración.
– Monolítico.
– Y tenemos del otro lado un bloque muy fragmentado, el de los cuatro países del Mercosur. Esto es una gran oportunidad para este bloque del Mercosur de los cuatro países, de integrar y de empezar a penetrar un mercado como es el europeo, tan integrado. Eso, por un lado, es una gran oportunidad y un enorme potencial. Y el segundo, y es que es un argumento al que le podemos dar la vuelta. Es un argumento que se ha utilizado en muchas ocasiones, que lo han utilizado algunos detractores de este acuerdo: decir que el bloque del Mercosur todavía no es lo suficiente maduro para competir o alcanzar un acuerdo de estas características, por lo que hemos hablado. Por su falta de nivel de unificación o de integración.
Creo que se le puede dar la vuelta a ese argumento y se le debe dar la vuelta a ese argumento para decir: un acuerdo como el de la UE y el Mercosur va a servir a fortalecer el bloque del Mercosur y va a ayudar a mejorar y a engrasar toda esta maquinaria y todo este bloque.
– Hay una guerra en Europa en medio de este proceso tan extraño que está viviendo el mundo en los últimos. Lo que ocurre en Ucrania y Rusia y domina toda la agenda. ¿Cómo vivió ese momento y cómo impactó en la misión diplomática?
– Todos fuimos testigos el pasado 24 de febrero del 2022, hace ya tres años. El tiempo vuela y estoy seguro de que para los ucranianos que están en el frente de guerra no se les habrá hecho tan rápido. Ese acto fue como una especie de mazazo, como retroceder en la historia de una manera tan brutal, que a muchos todavía nos cuesta, fue un verdadero shock.
Una invasión en toda regla, a gran escala, una invasión bajo pretextos totalmente falsos. Esto fue fruto de un revisionismo histórico, un revanchismo. Es verdad que estamos a 12.000 kilómetros de Ucrania, que parece mucho, pero esto no es un tema simplemente de Ucrania. Esto es una violación flagrante del orden internacional, basado en reglas de la Carta de Naciones Unidas, una violación del principio de soberanía e integridad territorial. Y esto en cualquier parte del mundo tiene que condenarse.
Y es lo que se ha hecho desde Argentina en estos tres años es que hemos venido trabajando diplomáticamente, evidentemente para poner mira. Nadie más que los ucranianos y que los europeos que estamos al lado para pedir la paz y desear que llegue una paz cuanto antes. Todo lo que se esté haciendo y que se pueda hacer en aras de conseguir esa paz de una manera rápida, pues evidentemente va a estar apoyado por la Unión Europea.
Pero claro, la paz no puede ser una paz cualquiera: que sea una paz justa y tiene que ser una paz duradera. Y para que sea una paz justa y duradera, solo hay un término clave en esta ecuación que no puede fallar, y es que los ucranianos estén alrededor de la mesa. No vas a hacer una paz justa y duradera entre otros actores, sin contar con los ucranianos como los principales protagonistas en estas negociaciones. Eso por un lado.
Y segundo, quien habla de paz justa y duradera, habla también de lo que es la arquitectura de seguridad del continente europeo para el largo plazo, para el futuro. Y si se habla de seguridad de Europa, pues evidentemente también Europa, los europeos, tienen algo que decir al respecto. Eso es lo que hemos venido reclamando, que es obvio y en lo que venimos trabajando también desde hace ya unos meses. Paz urgente y necesaria, pero paz justa y duradera con los ucranianos alrededor de la mesa.
– ¿Se sintieron acompañados por el gobierno argentino en esta situación? ¿En este enorme drama que se vive en Europa? ¿Notaron ningún cambio después de la llegada de Trump al poder? ¿Alguna forma distinta de ver el conflicto?
– Hay que ver un poco los votos que ha habido en Naciones Unidas. En fin, nosotros venimos trabajando con Cancillería desde el primer día. Ha habido matices, ha habido posiciones en las que hemos tenido… pero ya explicó en varias ocasiones el canciller Werthein la posición de Argentina en el último voto de la Asamblea General de Naciones Unidas y no tengo nada más que añadir al respecto. Simplemente, decir que seguimos contando con Argentina y seguimos trabajando con Argentina para una paz justa y duradera en Ucrania.
– Están conformes con la posición que tienen el gobierno argentino?
– Estamos trabajando en este sentido. La semana que viene tenemos a un director que viene de las Américas aquí y tendremos reuniones al respecto. Confiamos en que vamos a seguir trabajando con Argentina en una paz justa y duradera.
–¿Estados Unidos, cómo está jugando en este contexto?
– La llegada del presidente Trump ha cambiado un poco el tablero. Vimos la reunión que mantuvo con el presidente Zelenski, pero luego ha habido otras. Ahora hay un acuerdo sobre minerales. En fin, como he dicho, todo lo que sea intentos para alcanzar esta paz cuanto antes, y que se alcance una paz justa y duradera con los ucranianos es algo que vemos con muy buenos ojos.
– Hay otra cuestión también compleja, que es esta decisión que tomó el gobierno de Donald Trump de aplicar aumento en los aranceles. Algunos lo consideran una guerra arancelaria. ¿Qué perspectiva tiene sobre este desafío?
– Primero desde la Unión Europea hubo ya declaraciones de la presidenta de la Comisión Europea en las que lamentó esta escalada tarifaria. Segundo, desde la Unión Europea enseguida reaccionamos haciendo alguna propuesta constructiva con el cero por cero en tarifas, que de momento está eso, en negociación y hay una tregua de 90 días. Tercero, desde la Unión Europea consideramos y estamos totalmente dispuestos a negociar. Siempre vamos a darle máximo margen, máximo espacio, máxima oportunidad a las negociaciones. Y ahí estamos. Cuarto, consideramos que la relación transatlántica ha sido muy próspera. Somos los bloques quizás con mayor flujo de comercio a nivel mundial entre Estados de ambos lados del Atlántico y que consideramos que tenemos que seguir con esta dinámica. Y quinto, todas las opciones siguen encima de la mesa. Es decir, que si la Unión Europea tiene que reaccionar defendiendo sus intereses comerciales, lo haremos.
– ¿Esa agenda transatlántica que mencionaba está perdiendo vigor, con esta pelea geopolítica entre Estados Unidos y China? ¿La agenda atlántica está en retroceso?
– Es algo que ya vimos también en el primer mandato de Donald Trump. Se nos preguntó ¿la Unión Europea dónde se sitúa entre China y Estados Unidos? Creo que tenemos, como decía el anterior Alto Representante la doctrina “My way”. Nosotros tenemos que encontrar nuestro camino entre, por un lado, Estados Unidos, y por otro lado, China.
Tenemos relaciones que son muy diferentes y hemos tenido una muchísima mayor afinidad con Estados Unidos durante estos últimos años. Pero también tenemos una relación constructiva con China basada en tres elementos: uno, somos socios con China estratégicos en tema del cambio climático; somos competidores con China en materia, por ejemplo, de altas tecnologías; y somos también rivales sistémicos, no sistemáticos, en la manera de cómo vemos, a veces, el mundo. Y con base en estos tres elementos, hemos venido forjando y vamos a seguir forjando nuestra relación con China. Y con Estados Unidos, pues bueno, tenemos ahora un nuevo presidente que ya había anunciado muchas de estas cosas en su primer mandato.
Creo que la Unión Europea tiene que adaptarse a esta nueva realidad y no podemos seguir dependiendo de otros actores para forjar nuestro futuro y nuestra autonomía estratégica y nuestra seguridad. Seguridad interior, Seguridad exterior. Seguridad económica, seguridad energética, seguridad en materia de comunicación, seguridad sanitaria. Todo esto, la Unión Europea tiene que sacar las conclusiones de lo que ha pasado con la pandemia, de lo que ha pasado con la guerra de Putin, por ejemplo, en materia de suministro energético, de este paraguas de seguridad que Estados Unidos nos ha brindado durante muchos años y que en momentos se cierra…
– ¿Se cierra?
– Bueno, vamos a ver. Seguimos trabajando y somos socios totalmente sólidos dentro de la OTAN. Pero bueno, no quita que nosotros seguimos contando con la OTAN, con Estados Unidos, evidentemente. Lo que tiene que hacer la Unión Europea y en lo que estamos trabajando es fortalecer el pilar europeo de defensa dentro de la OTAN. ¿Quiere decir esto? Pues quiere decir aumentar los gastos militares en cada uno de los países de la Unión Europea. Y esto también pasa no solo tanto por gastar más sino por gastar mejor. Esto quiere decir, una mayor sincronización, una mayor sinergia, una mayor interoperabilidad entre los 27 ejércitos, entre los 27 sistemas de defensa de los 27 países de la Unión Europea. Esto también pasa, evidentemente por mecanismos de financiación, ambiciosos, novedosos, creativos en materia de defensa, que es el plan de rearme que ha puesto la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de 800 mil millones de euros encima de la mesa.
– Hablando de von der Leyen, estuvo acá en Argentina. ¿Y como fue esa visita y qué dejó? ¿Y qué quedó de visita?
– Hemos tenido aquí toda la jerarquía de Bruselas. Eso muestra la importancia que se le da a Argentina, en Europa, en Bruselas. Y cuando vino la Presidenta fue una visita fructífera porque firmamos o fue clave para firmar -en un caso se afirmó y en otro se dejó para firmar un mes más tarde- dos memorandos de entendimiento, uno sobre energía y otro sobre minerales críticos. En energía, está aquí en este país la segunda reserva de gas del mundo y está previsto en el memorando los temas de gas. Nosotros consideramos el gas una fuente de transición, de aquí al 2050 y dentro del memorando el gas está previsto.
Es verdad que estamos los próximos años un poco de salida del gas por el tema de la lucha contra el cambio climático, pero está dentro y estamos con muchas empresas europeas muy metidas en el tema del gas en Argentina, Dentro de la energía está también el hidrógeno verde, que este país también ofrece unas condiciones totalmente únicas, privilegiadas, en materia de producción del hidrógeno verde, para más medio y largo plazo. Pero es la energía del futuro, y provincias como Chubut y Santa Cruz, donde hemos estado y estamos con legisladores, estamos trabajando. Ojalá que se dé aquí en Argentina un marco regulatorio que favorezca a este tipo de inversiones. Estamos también trabajando en reuniones con todos los actores en este ámbito.
Eso, por un lado. Y luego está el memorando sobre minerales críticos y ahí se donde se destaca el litio en las tres provincias del norte como Catamarca, Jujuy y Salta, Y luego está el cobre en la provincia de San Juan, pues también son reservas de primer orden a nivel mundial, y donde ya empieza a haber cada vez más empresas europeas interesadas e invirtiendo. Hemos tenido muchos intercambios. Viajes de ida y vuelta de empresarios argentinos y de representantes provinciales, de representantes de la nación que han viajado a Bruselas y viceversa. En mayo, por ejemplo, ahora dentro de 15 días, vienen empresas europeas e instituciones financieras europeas a San Juan para el tema del cobre.
– ¿El RIGI tuvo algún impacto?
– Lo vemos con buenos ojos, evidentemente, porque eso lo que está haciendo es favorecer y ayudando a posibles inversores europeos a venir más.
– Le quería preguntar sobre el tema de Global Gateway y cómo se vincula toda oferta que tiene la Argentina de posibilidades de inversión y de desarrollo.
– Abarca a todo lo que he dicho anteriormente sobre el hidrógeno verde, sobre litio, sobre inversión en materia de cobre y la infraestructura que está alrededor de estos proyectos, porque una cosa es sacar el litio, producir el litio y otra cosa es exportar ese litio. ¿Cómo exportas ese litio? Primero, cómo lo produces. Se puede producir, hay maneras de producirlo más o menos sustentable, por ejemplo, con plantas solares, porque eso también consume mucha energía. Y luego hay maneras de exportarlo, mediante la Hidrovía, o qué carreteras o ferrocarriles. Todo eso también está encima de la mesa, porque son inversiones que hay que hacer para canalizar todo esto hacia el exterior. Es ahí donde Global Gateway interviene, que son inversiones, diría yo, responsables, inversiones transparentes y son inversiones que generan valor agregado. Lo que pretendemos, evidentemente, es generar empleo y valor agregado en toda la cadena de valor.
– Si podemos explicar Global Gateway ¿qué es concretamente y qué propone la Unión Europea?
– Proyectos de infraestructura, proyectos de inversión en infraestructura y en producción. Pueden ser de minerales críticos para lo que es la transición verde, la transición digital de manera responsable y generando valor agregado y creando puestos de trabajo en Argentina.
– ¿Es la propuesta europea frente a lo que puede ser la Ruta de la Seda de China?
– Pongámoslo así, pero de una manera previsible. Y la idea es generar valor agregado. Lo ideal, por ejemplo, sería que las baterías, las celdas de litio, se produjeran aquí en Argentina, pero a veces lo ideal está reñido con la realidad. El litio es uno de los elementos de los componentes dentro de lo que es la batería, pero hay otros componentes que a lo mejor no existen aquí. Son inversiones sustentables, donde también tú tengas en cuenta y consultes a la población local y que se hagan las cosas de una manera consensuada, con diálogo, con cooperación a nivel provincial, a nivel nación y con diferentes mecanismos de financiación.
– ¿Qué puede aprender el Mercosur en la relación política interna de la Unión Europea después de tantos años de integración?
– La Unión Europea es un proyecto y una realidad sui generis. No existe otro proyecto como el de la Unión Europea. Venimos de lo peor y no ha ocurrido lo peor en el Mercosur y no le deseo que le ocurra lo peor aquí. Nosotros venimos de las cenizas de la Segunda y de la Primera Guerra Mundial y eso fue el acicate, lo que apuntaló y originó el proyecto europeo, que ahora estamos celebrando los 75 años.
Han sido 75 años de estabilidad, de cooperación, de libertad. Yo soy producto de la Unión Europea, porque soy transfronterizo. Libertad de circulación de personas, de servicios, de capitales, mercancías. Y es un proyecto que nos ha traído a los europeos -a veces un paso adelante, otro atrás- pero que nos ha traído una prosperidad, una estabilidad y sobre todo, un periodo de paz sin precedentes. El más longevo de toda la historia del continente europeo. Es un proyecto todavía inacabado, es un proyecto imperfecto y es un proyecto que exige muchísimo tira y afloja, muchísimas concesiones, muchísima negociación. Todavía en Europa tenemos unas reglas de funcionamiento, quizás, un poquito obsoletas.
La Unión Europea empieza con seis países, en aquel entonces, hace 75 años, y ahora somos 27, pero muchas de las reglas son las mismas. Por ejemplo, la unanimidad a la hora de tomar decisiones: unanimidad en la política exterior, en política de defensa. Y claro, no es lo mismo una unanimidad entre seis, que unanimidad entre 27. Y si vamos incluso a ampliar el número a 35, por ejemplo, pues todavía va a ser más complicado. Tenemos ahí una tarea pendiente, que es el de actualizar o revisar un poco las normas de funcionamiento de la Unión Europea, porque son quizás demasiado exigentes o pueden llegar a paralizar algunas de las de las medidas.
– ¿Se vuelve a Bruselas?
– Toca en principio volver a Bruselas. A no ser que Infobae me proponga aquí un trabajo (risas)
–. ¿Y qué se lleva de Buenos Aires y de su paso por Argentina?
– Me llevo sobre todo el sentido, el valor que se le da a la amistad. Aquí muchas veces más que a la familia. Me llevo la pasión con la que vivís muchas cosas.
– Para lo bueno y lo malo.
– Lo bueno y lo malo, lo has dicho tú. Entre lo bueno cabe también el fútbol. La final esa en la que tuve ocasión de vivir… esa pasión, pero es una pasión diaria por todo. Tenéis pasión por lo que sois, por lo que representáis. Y eso, me parece, es una pasión a veces contagiosa. La actualidad aquí es muy exigente. Dije desde el primer momento que no pensaba que me iba a aburrir. Fue de las primeras cosas y puedo garantizar que no, que no me he aburrido. Me he sentido en casa, yo me he sentido como en casa en Argentina y eso es algo que también voy a echar mucho de menos.
– Llegó con Alberto Fernández y se va con Javier Milei. ¿Se sintió mucho ese cambio?
– Se sintió. Se sintió. Profundamente.
POLITICA
Los detalles de la cláusula «secreta» entre Karina Milei y Mauricio Macri y la jugada de Máximo Kirchner que sorprendió a Massa

Posición totalmente dominante. Ni un insulto, pero la agresión fue total. El kirchnerismo flageló a La Libertad Avanza en Diputados. Karina Milei arrastró a Mauricio Macri hasta la quinta de Olivos y a Cristian Ritondo a Villa Celina para la foto de una División Violeta, con buzo libertario al tono, sin chistar. Fue la primera vez de Javier Milei en La Matanza como presidente y abrió la campaña con balas de fogueo: “Kirchnerismo Nunca más”.
Servido para La Cámpora que devolvió con un tácito “kirchnerismo nunca menos”. Máximo Kirchner como cabeza de la lista de diputados nacionales de Fuerza Patria fue el rápido pedido de dos intendentes. Sorpresa para Sergio Massa, que ni la esperaba. Como tampoco que Axel Kicillof presentara listas “b” en la noche del traumático cierre de listas. Sobresalto. Por una fuerza incontrolable, el líder del Frente Renovador aceleró los pasos hacia el Gobernador que retrocedía, trastabillándose en explicaciones alrededor de una lustrosa mesaza. Ahora Juan Grabois que pidió por la cabeza de la lista amenaza con presentar una colectora.
Los cierres de listas fueron caóticos, pero hay tregua. Santiago Caputo y Sebastián Pareja, el armador bonaerense de la hermana de hierro, empezaron a trabajar juntos en la campaña. El asesor, como estratega comunicacional y Pareja, como jefe de las campañas del 7 de septiembre y el 26 de octubre.
La disfuncional familia ensamblada de Cristina y Máximo Kirchner, Kicillof y Massa también esconde por ahora la tierra bajo la alfombra. “La basura” emergió como el significante de la campaña. Jorge Macri, con los que revuelven las bolsas de residuos y ensucian. Milei, con la foto en el basural de Villa Celina. Un déjà vu al lanzamiento porteño de Mauricio Macri en 2007 en un basural de Lugano, donde el candidato pulseó por el protagonismo con una nena, Melina, de 8 años, que espontáneamente apareció frente a los flashes con una remera: “Yo amo Argentina”.
Uno de los intendentes que pidió por “Máximo candidato” fue Leonardo Nardini, de Malvinas Argentinas. No es cualquiera. Cristina Kirchner había pedido por Nardini como cabeza de lista para la Primera sección y por la intendenta de Quilmes Mayra Mendoza para la Tercera. Kicillof taponó los dos primeros lugares: con Gabriel Katopodis en la Primera y Verónica Magario en la Tercera.
El pedido de Cristina Kirchner por Nardini era en realidad un gesto para Luis Vivona, padrino político del intendente. Vivona es el senador provincial que impulsó la derogación del límite a la reelección de los legisladores. Cosas de la vida. El polémico proyecto fue aprobado en el Senado con el desempate de Magario, pero no avanzó en Diputados. Al final, Vivona encontró la trampa a la ley. Pura avivada: va como candidato a diputado por otra sección electoral, la Tercera.
La provincia de Buenos Aires es un puño izquierdo apretado con el pulgar para abajo. Cartográfica y metafóricamente. Dividida en ocho secciones, la Primera -conurbano norte- y la Tercera -conurbano sur- concentran la mitad del total de electores: 5 millones cada una. Son el corazón de la pobreza.
El Tetris electoral produjo estragos. Hay episodios más que traumáticos. Fuerza Patria batalla en la justicia porque la Junta Electoral rebotó las listas locales en San Nicolás (Segunda sección) y Morón (Primera sección). La interna feroz llevó a presentarlas pasadísimas de término. Son votos clave para una elección peleada. “Tenemos trece listas con problemas en la Junta. Si no nos aprueban la de San Nicolás y la de Morón es un problemón”, admite un armador del peronismo.
La Libertad Avanza está en alerta. “Tenemos que tener mucho cuidado. Estamos peleando con ‘el cuco’, el hombre sabe mucho, mucho”, decía un colaborador de Pareja que pulsea en un territorio con un experimentadísimo intendente peronista. Tanto que ni el cambio de las mesas de votación que dispuso la Justicia electoral y logró alterarlo. Para los libertarios, el “kuka” es el “cuco”.
La Junta Electoral devolvió los trapos sucios de las candidaturas testimoniales a la Legislatura. Las consideró “reprochables”, pero no las anuló. Hay que mirar a los integrantes de la Junta, con sede en La Plata. La mayoría tiene vínculo con el intendente Julio Alak, exministro de Justicia de la Nación y Provincia. A la Junta la comanda la presidente de la Corte Hilga Kogan. Todo tiene que ver con todo. La jueza del caso Maradona Julieta Makintach espera que después de la oficialización de las listas, que depende de Kogan, Kicillof acepte la renuncia que presentó hace un mes y medio, para evitar el juicio político. “Vencido ese plazo se terminó el rehén”, dicen en los tribunales de La Plata que leen debajo del agua el sinuoso entramado de justicia y política. Dicen que hay un encono de Kogan con otro juez de la Corte, Carlos Torres, que los termina pagando sin querer Makintach. Diego Maradona fue el que bautizó “cartonero” a Macri. Ocurrió en los ’90 en los duelos mediáticos por Boca Juniors. Tiempo después, los cartoneros fueron el emergente de la crisis de 2001.
Hay un residual en el tuit que publicó Karina Milei sobre el acuerdo con Macri. Tanto comer milanesas con el Presidente, Macri volvió a Olivos esta vez por el fondo de la olla. La Libertad Avanza cedió los dos últimos lugares expectantes de la lista, el 5to y 6to. El típico anzuelo que una “posición dominante” otorga a “un dominado” para que si no quiere quedar afuera milite con toda la lista. “Está bien el acuerdo. Si no lo hacíamos, qué nos quedaba. ¿Arreglar con los radicales? Y encima, como somos tan boludos, seguro que les dábamos los primeros lugares», decía un PRO.
¿Qué esconde el tuit? “Junto al Presidente del PRO, Mauricio Macri, nos pusimos de acuerdo para formar una alianza para competir juntos en la Ciudad de Buenos Aires el próximo 26 de octubre. Ambos estamos convencidos de que la Argentina necesita sostener y profundizar el camino que emprendió con éxito el Presidente Javier Milei en diciembre del 2023. Por eso, la base de este acuerdo es el compromiso innegociable de nuestros representantes en el Congreso a la hora de defender el plan económico y dar la batalla cultural, cada vez que la historia lo requiera, hasta el 2027″.
Curioso o no tanto. Los mandatos de los legisladores que surjan del 26 de octubre vencerán en 2029 para los diputados y 2031 para los senadores. Pero es sabido la hermana de hierro, Karina Milei, quiere un libertario en la Ciudad de Buenos Aires en 2027. ¿Será por eso que Patricia Bullrich se desveló en la madrugada del miércoles? La ministra de Seguridad, segura candidata a senadora nacional, quiere suceder a Jorge Macri.
Todo dependerá de las urnas y del Congreso, donde el peronismo y sobre todo el kirchnerismo está parapetado. El Gobierno ya cantó una “V de la Victoria” peculiar: “Vamos a vetar”.
Elecciones 2025, Javier Milei, Karina Milei, Santiago Caputo, Axel Kicillof, Mauricio Macri, cristina kirchner, Máximo Kirchner, Sergio Massa, Patricia Bullrich, Sebastián Pareja
POLITICA
La Iglesia sube el tono de las críticas al Gobierno y profundiza el perfil político opositor

La homilía pronunciada en la celebración de San Cayetano por el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, condensó como pocas veces las profundas y contundentes críticas que viene haciendo la Iglesia Católica contra el Gobierno. Fue un discurso pastoral, pero sobre todo político, respecto del impacto social y económico de las decisiones y actitudes del Ejecutivo.
Sin mencionar a Javier Milei, pero con un estilo más directo que en otras expresiones públicas de los obispos, la homilía se refirió a los jubilados, los discapacitados, desocupados y excluidos, un amplio universo afectado por las medidas de la Casa Rosada. Pero García Cuerva también apuntó contra “los niveles de agresión y crueldad” que se vienen registrando en el ámbito público.
Son todas críticas que se vienen expresando por distintas vías desde que se inició la actual gestión y que muestran a la Iglesia Católica en una vereda opuesta. Es una rivalidad que no llega a expresarse de una manera ruidosa, pero que aparece de manera constante. En el oficialismo miran este fenómeno con recelo, por la posibilidad de convertirse en un emergente político que se consolide como un polo de atracción de descontento.
“Somos custodios y guardianes de los más pobres, de los más débiles, de los ancianos que siguen esperando una jubilación digna. Somos custodios de los discapacitados y los enfermos; no podemos desentendernos de los que sufren, de los que revuelven los tachos de basura buscando algo para comer… Y no lo hacen porque les gusta”, manifestó García Cuerva, en referencia a los argentinos en general.
Frente al templo del barrio porteño de Liniers -donde cada 7 de agosto se concentra una multitud- el arzobispo de Buenos Aires agregó: “San Cayetano, ayudanos a hacer de la Argentina una casa de reconciliación, en la que dejemos de descalificarnos, de odiarnos, de tratarnos mal, y de usar palabras que lastiman mucho (…) que nos comprometamos a bajar los niveles de agresión, de indiferencia, de individualismo, de crueldad”.
Son párrafos que concentraron las profundas disidencias que existen en la Iglesia respecto del presente. No hizo falta mencionar a Milei ni al Gobierno para identificar destinatarios del discurso. Se trata de una narrativa anclada en un posicionamiento previo que comparte en la Conferencia Episcopal Argentina, que preside el arzobispo de Mendoza, Marcelo Colombo, y lo secunda su par de Córdoba, el jesuita Ángel Sixto Rossi.
Los obispos, por sus diversos órganos de representación, viene expresando fuertes cuestionamientos. Se pronunciaron públicamente en contra de la baja de edad de imputabilidad, los cierres de organismos públicos, cuestionaron la represión en las protestas de jubilados, apoyaron a los que luchan por la situación del Hospital Garrahan y denunciaron que el retiro del Estado en las villas deja el campo libre para los narcos.
Son definiciones críticas que se sumaron a otras que se venían expresando desde el año pasado respecto a la política social, como el apartamiento de las organizaciones sociales y piqueteras que brindaban asistencia y alimentos en comedores, o a la desarticulación del FISU, el plan que urbanizaba barrios populares.
Contrapunto de baja intensidad
Lo cierto es que en un contexto marcado por el ajuste, la motosierra y la “batalla cultural”, la Iglesia Católica argentina optó por una estrategia clara. Tener una fuerte presencia en los temas concretos que afectan a la vida cotidiana de la gente, pero sin entrar en una confrontación directa con la figura del presidente Milei.
En la agenda episcopal se destacan cuestiones como la situación de los jubilados, el financiamiento del Hospital Garrahan, la atención a personas con discapacidad, la respuesta a la represión en las marchas y, más recientemente, el problema del trabajo.
El enfoque -según fuentes que están interiorizadas de la relación entre el Gobierno y la Curia- apunta a señalar “las injusticias” que surgen del modelo económico actual y advertir sobre el riesgo de que el ajuste se convierta en la única variable de política pública.
La relación con la Casa Rosada es entre fría y nula. Milei no responde a los planteos de la Iglesia y, del otro lado, entre los obispos hay una prudente distancia, ante la imposibilidad de establecer un diálogo político con la Casa Rosada.
De hecho, hasta ahora, el presidente de la Nación nunca recibió a las nuevas autoridades de la Conferencia Episcopal que asumieron el año pasado. El vínculo se reduce a los canales institucionales que abre la Secretaría de Culto y al contacto que los obispos mantienen con intendentes y actores locales en cada diócesis. “Rosca política no hay”, aclaran.
En este escenario, la conducción de la Conferencia Episcopal atraviesa un momento de cohesión interna, después del final del mandato de Oscar Ojea y la llegada del arzobispo Colombo, quien no suele rehuir las tensiones con el Gobierno.
La mirada de la Iglesia, resaltan los informantes, no se limita al gobierno nacional: también abarca la realidad de las provincias, donde la agenda incluye crisis económicas, tensiones sociales y confrontación con dispositivos políticos que a veces traspasan los límites de lo legal.
Otro eje que la Iglesia viene subrayando es el de las formas en el debate público, en el que Milei imprime un tono de inusual brusquedad (aunque la semana pasada prometió cambiar y moderarse). Es en ese contexto que se produjo la homilía de García Cuerva y su pedido frente a la iglesia de la calle Cuzco de “salir del chiquero de la descalificación y la crueldad”.
Se trató de un mensaje que apuntó a un clima social enrarecido y a un estilo político que, según observan en ámbitos eclesiales, tiende a desoír a quienes atraviesan dificultades.
Pero además, en lo que va del año, el Episcopado recibió a numerosos grupos en conflicto con el Gobierno: algunos encuentros fueron públicos, otros se mantuvieron en reserva, pero en todos se repitió la sensación de maltrato o indiferencia por parte de las autoridades. En esto aparecen las suspicacias del oficialismo.
Igual, en el terreno electoral, la postura es terminante: la Iglesia mantendrá su histórica prescindencia, sin involucrarse en lo partidario, más allá de que pueda haber pronunciamientos de curas u obispos con posiciones más firmes. La posición de los obispos es acompañar, escuchar y marcar las desigualdades, sin entrar en la competencia por el poder.
POLITICA
El Gobierno anticipó que sostendrá las reformas realizadas con los decretos que fueron rechazados por el Congreso

El Gobierno defendió la legalidad de los decretos delegados y advirtió que va a sostener las reformas implementadas, pese a la reciente derrota parlamentaria que puso en jaque parte de la estrategia oficial para reorganizar la administración pública. Así lo anticipó Guillermo Francos, jefe de Gabinete, durante una entrevista en radio Rivadavia.
El funcionario criticó con dureza que diputados que antes habían acompañado los proyectos oficiales, como la Ley Bases, ahora se unieran a la oposición para rechazar los decretos. “Es medio ridícula la situación… Si te delegan y después te rechazan cuando utilizás la delegación, es como una cosa medio ilógica”, cuestionó Francos, apuntando a la contradicción en el Congreso.
En el debate sobre los organismos estatales, el jefe de Gabinete remarcó que buena parte de las reformas operadas por el Ejecutivo ya produjeron efecto. Destacó que el Gobierno avanzó con la fusión y reducción de organismos como el INTA y el INTI, y que la estructura y el gasto público resultaban insostenibles. “No cuestionamos la función del INTA, pero sí la burocracia administrativa que tenía”, señaló, y ejemplificó que el INTA contaba con ‘como seis mil empleados y tres mil automóviles. Una cosa ridícula, ¿no?’.
Según Francos, estas reformas permitieron avanzar en el ajuste del gasto estatal. “Si vos tenés un déficit del 15% sobre un producto de seiscientos mil millones, estás teniendo un déficit de noventa mil millones de dólares de déficit público. Eso no lo puede resistir nadie. Nuestro país no lo puede resistir”, advirtió, repasando los déficits de los últimos años. Subrayó que, tras la llegada del nuevo gobierno, “pasamos de déficit a superávit, 3,8% del PBI en 2024 y 2,4% en 2025. Eso fue la primera parte de nuestras reformas”.
El jefe de Gabinete agregó que la sociedad percibe los efectos del recorte: aseguró que las encuestas cualitativas muestran que la ciudadanía entiende la relación entre el superávit fiscal y la baja de la inflación. “El resultado es que se acaba para siempre la inflación. Y eso es lo que el kirchnerismo no tolera y por eso quiere atacar cargando al Gobierno de nuevos gastos”, insistió.
Francos defendió el proceso de simplificación administrativa liderado por Federico Sturzenegger: “Lo que ha hecho es simplificar el funcionamiento de la administración pública, hacerle más fácil al empresario convivir con el Estado y desarrollar su actividad. Y todo eso es lo que va generando el cambio”.
En la sesión del miércoles pasado, la sesión logró los votos necesarios para rechazar 5 decretos delegados: 462/25, que modifica organismos técnicos como el INTI y el INTA; 345/25, que busca disolver el Instituto del Teatro y la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares; 351/25 que transforma el Banco Nacional de Datos Genéticos en un organismo desconcentrado dependiente de la Jefatura de Gabinete; 340/25 que desregula la Marina Mercante; y el 461/25, que promueve la disolución de Vialidad Nacional.
UN VOTO A FAVOR DE LA CORRUPCIÓN Y LA CASTA. Ayer la Cámara de Diputados votó la derogación de los delegados 462/25 y 461/25 (falta Senado). ¿Por qué es un voto a favor de la corrupción y la casta? Mirá el video y entenderás en que se gasta tu dinero. VLLC! pic.twitter.com/4JFY4AOfoY
— Fede Sturzenegger (@fedesturze) August 7, 2025
Antes y después: el sugestivo tuit de Sturzenegger para mostrar los cambios en la estructura del Inta
Consultado sobre la posibilidad de frenar en el Senado el rechazo a los decretos, respondió que dependerá de las circunstancias parlamentarias y de la decisión de Victoria Villarruel como presidenta del cuerpo. “Por más que sancionen el rechazo de los decretos delegados en el Senado, eso va a tener algún impacto, pero no demasiado, porque esos decretos ya están en vigencia y las modificaciones ya se hicieron”, aseguró.
Francos se refirió a la historia de las delegaciones de facultades entre el Congreso y el Ejecutivo. Sostuvo que “el peronismo y el kirchnerismo abusaron de la facultad constitucional durante todos sus gobiernos”, mientras que el actual oficialismo pidió la delegación por un año y cumplió con el plazo sin pedir prórroga. “Hemos hecho lo que pedimos y la facultad que se nos atribuyó por el Congreso. Esos mismos que hoy están rechazando decretos delegados, son los que autorizaron a los gobiernos anteriores a funcionar todo el tiempo con delegación de facultades”, disparó.
Sobre la alianza con el PRO, Francos ratificó que el entendimiento es estable y apunta a sostenerse en el tiempo, más allá de la coyuntura electoral. Destacó el trabajo conjunto en el Congreso, aunque marcó como “irresponsable” la actitud de legisladores que ahora se desmarcan. “Me parece increíble que todavía haya legisladores que no entiendan que el camino pasa por cambiar el Estado argentino y permitir que tengamos superávit y que no impacte todo ese peso del Estado en la economía, la actividad privada, en los empresarios que invierten en el campo, en la industria, en la energía, el petróleo, la minería, que son el futuro de la Argentina”.
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