POLITICA
Christian Asinelli: “La integración es un desafío pendiente en la región que se puede lograr con voluntad política”

El vicepresidente Corporativo de Programación Estratégica del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), el argentino Christian Asinelli, resaltó que la integración regional es un desafío pendiente pero posible si existe voluntad política. Además, abogó por avanzar en acuerdos estratégicos para “salir del círculo de pobreza estructural”.
“La gente tiene muchas necesidades, vivimos en una región muy injusta, con todavía mucha pobreza. No hay tiempo para pensar en peleas mezquinas, y sí, tiene que haber más tiempo para pensar en cómo hacemos para que los temas claves sean consensuados y llevados para adelante con una visión de largo plazo”, afirmó.
En una entrevista con Infobae a propósito del lanzamiento de su nuevo libro “Claves para el Desarrollo de América Latina y el Caribe”, Asinelli se refirió a los principales desafíos que tienen las clases dirigentes y advirtió que las cuestiones ideológicas no deberían ser un impedimento para llegar a consensos que permitan avanzar con obras estratégicas, mejorar la educación y consolidar las instituciones democráticas.
El libro -subtitulado “acción colectiva, capacidades e integración para el crecimiento”- incluyó una parte académica y una serie de entrevistas a ex presidentes, expertos y referentes sociales, que brindaron sus testimonios y experiencias. En formato papel y audiovisual, Asinelli dialogó con el uruguayo José Mujica, la chilena Michelle Bachelet, la costarricense Laura Chinchilla, el Premio Nobel de la Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel; el titular de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), el español Mariano Jabonero, entre otros.
“La integración es un desafío que está pendiente y que se puede lograr con voluntad política”, sostuvo el VP de la CAF, quien destacó que una definición común sobre el uso de los recursos disponibles podría revertir las condiciones actuales de pobreza.
En su análisis, el vicepresidente de la CAF reconoció que, pese a los múltiples problemas que enfrentan América Latina y el Caribe, la posibilidad de integración sigue vigente y subrayó que el contexto global, marcado por crecientes incertidumbres, ofrece una oportunidad para que la región actúe unida.
“Mirar los problemas globales que tiene el mundo y ver una región que los puede resolver si está unida es una matriz bastante presente en las charlas y entrevistas”, explicó el vicepresidente de la CAF, quien también elogió al fallecido papa Francisco, con quien mantuvo una relación cercana, tanto en lo personal como en los institucional. “Fue una voz muy potente. Hoy se escucha en la región y en todo el mundo su frase ‘nadie se salva solo’. A veces fue incomprendido, pero sembró mucho”, afirmó.
Asinelli mencionó que la integración ha sido un objetivo histórico, desde Simón Bolívar hasta José de San Martín, pero reconoció las dificultades para llevarla a la práctica. Aun así, afirmó que hoy, con una matriz energética más limpia que la de los países desarrollados, una capacidad alimentaria superior a la demanda interna y el acceso a minerales estratégicos como el litio —del cual Argentina, Bolivia y Chile concentran el 70 % de las reservas globales—, la región cuenta con activos valiosos para construir un futuro compartido.
El dirigente del CAF enfatizó la necesidad de una “mirada estratégica” por parte de los gobiernos para acordar puntos esenciales. “No se tienen que poner de acuerdo en todo. Se tienen que poner de acuerdo en las cuestiones estratégicas”, afirmó, en referencia a decisiones sobre educación, infraestructura y el tipo de Estado y democracia que se quiere construir.
Asinelli también advirtió sobre la urgencia de fortalecer las instituciones y sostuvo que el debate sobre el tamaño del Estado no debe opacar el objetivo principal: contar con las capacidades humanas y normativas necesarias para implementar políticas públicas efectivas en salud, educación, protección social y jubilaciones.
Por último, remarcó la necesidad de dejar de lado disputas menores y avanzar en consensos duraderos. “Vivimos en una región muy injusta, con todavía mucha pobreza. No hay tiempo para pensar en peleas mezquinas. Tiene que haber más tiempo para pensar en cómo hacemos para que los temas claves sean consensuados y llevados para adelante con una visión de largo plazo”, concluyó.
La entrevista a Christian Asinelli
– Para iniciar la charla quiero preguntarle ¿qué quiso transmitir con este nuevo libro “Claves para el Desarrollo de América Latina y El Caribe”?
– Siempre que me tocó hacer alguna actividad de responsabilidad, quise tratar de encontrarle un sentido o aprovechar la experiencia para volcarla al papel. Cuando fui legislador porteño, escribí un libro sobre la ciudad de Buenos Aires. Cuando fui director Nacional de Modernización del Estado, hice uno sobre temas de modernización. En mis pasos previos por la gestión en temas de organismos internacionales, escribí sobre cómo se financia el desarrollo a través de los entes multilaterales. Esto último me dio una pista para seguir estudiando cuáles son los temas claves para el desarrollo de América Latina y el Caribe.
Fruto de la experiencia que estoy teniendo en CAF, trabajando y viendo qué pasa en todos los países de América Latina y el Caribe, en la interacción con ministros, con presidentes, con responsables de llevar adelante las políticas públicas, la idea del libro es aprovechar toda esa experiencia, ese conocimiento para generar un debate de hacia dónde tenemos que ir como región.
– En el libro hay entrevistas con personalidades como Adolfo Pérez Esquivel, ex presidentes como Dilma Rousseff, José Luis Rodríguez Zapatero, José Mujica, Laura Chinchilla, la propia Michelle Bachelet. ¿Qué denominadores comunes detectó en todos estos contactos?
– El libro tiene un hilo conductor, que es una parte de conceptualización de los distintos temas y una experiencia práctica de distintos artículos que fui escribiendo en los últimos años. Después, lo que para mí es muy importante, es recoger la experiencia de gente que ha vivido, que ha pasado por lugares de gestión, que -a unos les puede gustar más o menos- pero han tenido una vida de 70, 80 años de experiencia. Soy de los que creen que la experiencia llega tarde y cuesta cara, y que aprovechar la experiencia de aquellos que han vivido es muy importante.
Uno de los hilos conductores en todos ellos fue esta idea de que, a pesar de los problemas que tenemos en la región, la integración es algo que todavía falta, pero que es posible concretarla. Mirar los problemas globales que tiene el mundo y ver una región que los puede resolver si está unida, es también una matriz bastante presente en las charlas y en las entrevistas. Son dirigentes de muchísima experiencia, algunos porque han sido expresidentes, otros porque dirigen organismos internacionales, como Mariano Jabonero, en temas de educación, o Conrado Varotto, que en Argentina y en el mundo es una de las personas más reconocidas en temas de ciencia, tecnología, cuestiones nucleares.
La integración ha sido un sueño de muchos -desde Bolívar y San Martín- pero que no es fácil llevar a la práctica. Sin embargo, es posible, especialmente en los momentos en los que nos encontramos, en un mundo con tantas incertidumbres. América Latina y el Caribe termina siendo una región que tiene una matriz energética más limpia que otros países desarrollados. Tiene una matriz en el tema alimenticio que puede alimentar a mucha más gente de la que vive acá. Tenemos minerales raros: Argentina, Bolivia y Chile -lo llaman el “triángulo del litio”- tiene el 70% del litio del mundo, un mineral clave para la transición energética. Tenemos biodiversidad.
– Quiero hacer un punto ahí, porque América Latina y el Caribe están dominadas por un escenario de pobreza estructural, de grandes deficiencias, desde la infraestructura, a la gestión política y de los gobiernos. Se la define como la región más injusta del mundo. ¿Es la región más injusta del mundo?
– El índice de Gini muestra que América Latina termina siendo una de las regiones con la distribución de la riqueza menos equitativa, inclusive de regiones como África, donde uno pensaría que tiene una peor distribución de ingresos. En la región tenemos lugares donde hay muchísimo desarrollo y también hay grandes bolsones de pobreza. Por eso, uno de los temas clave es poder salir de este círculo que tenemos, a partir de la transición energética…
– ¿Ahí hay un círculo de pobreza? ¿Qué significa esto?
– Hay toda una generación que ha estado en la pobreza. La post pandemia no nos ha ayudado, porque la pandemia generó un fenómeno que, como generación, no teníamos idea que íbamos a vivir. Fue difícil para los gobiernos, fue difícil para la gente, fue difícil para todo el mundo.
De la noche a la mañana tuvimos que estar encerrados. No sabíamos qué iba a pasar, no sabíamos si el virus nos iba a matar. De hecho, mató a muchísima gente. Y América Latina y el Caribe -a pesar de que tiene un porcentaje menor de la población mundial- tuvo un porcentaje mayor de muertos por el virus. Ahí hubo un problema, porque las cadenas regionales de valor no estaban integradas. Argentina tiene mucha oferta y experiencia en temas farmacéuticos, Brasil también, Colombia, México, pero nuestras empresas no estaban integradas.
Tuvimos que salir a buscar afuera las vacunas. Todos los países sufrieron si accedían a vacunas de Estados Unidos, si las conseguían en China, Rusia. Ahora, que se nos fue el Papa Francisco, él siempre decía “nadie se salva solo”, pero fue todo lo contrario, fue un “sálvese quien pueda”. Francisco decía que la post pandemia nos iba a encontrar de dos maneras: íbamos a salir mejores o peores. Después, cada uno puede tener su opinión.
– ¿Y cuál es su opinión?
– Salimos de la pandemia y entramos en dos guerras. Ya eso dice todo. Pero volviendo a la pregunta, después de la pandemia, empezaron a generarse un montón de problemas que ahora estamos empezando a ver, como temas fiscales -porque hubo que redireccionar gastos- faltaron ingresos en pequeñas empresas que tuvieron que dejar de funcionar.
Los problemas educativos: chicos que estaban haciendo primer grado y tenían que aprender a leer. Los que tenían posibilidad, porque iban a una escuela privada o a una escuela pública que andaba mejor, probablemente no les fue tan mal, pero aquellos que estaban desfavorecidos…
– O los que tenían o contaban con contención familiar.
– Exacto. Pero aquellos que tenían tres, cuatro hijos y un solo celular en la casa, había que tomar una clase tenían que decidir -miren qué injusticia- quién tomaba clase y quién no tomaba clase. O los que estaban terminando la primaria, los que estaban empezando la secundaria, los que estaban empezando en la universidad. El impacto de esta situación se va a ver en el futuro. Vamos a tener una parte de toda esta generación con problemas de productividad y problemas que nos llevaron a que este círculo de pobreza se haya ampliado.
Los Estados también tuvieron que gastar un montón de dinero en comprar vacunas, en adecuar hospitales, hasta los barbijos o el alcohol en gel. Si no tomamos decisiones en la región sobre cómo financiar las grandes infraestructuras y cómo financiar la educación para salir de la pobreza estructural, todo eso nos puede encontrar en una región mucho peor en los próximos años.
Tenemos la oportunidad de aprovechar todos los recursos naturales con los que cuenta América Latina y el Caribe -por ejemplo el gas- como energía de transición. Están las regiones más desarrolladas del mundo que, para ellos, obviamente, quizás el gas todavía no es una energía de transición. En Japón, Estados Unidos o Europa hay autos eléctricos y una concientización de la gente sobre el tema del cambio climático, pero en nuestra región todavía necesitamos mejorar la matriz energética.
En América Latina y el Caribe hay un montón de recursos en gas. ¿Qué vamos a hacer con eso? ¿Lo vamos a utilizar para financiar esa transición o lo vamos a dejar enterrado? Una buena definición estratégica de cómo utilizar esos recursos nos pueden ayudar a mejorar y revertir las condiciones de pobreza.
– Retomo la cuestión del desarrollo y de la pobreza. ¿Si tuviera que encontrar claves específicas para el rumbo que debe tomar la región, cuáles serían?
– Una es la integración física. Aquellos lugares que tienen gas -por ejemplo Vaca Muerta- pueden generar una infraestructura para ayudar a mejorar el desarrollo de distintas regiones del sur de Brasil, del norte de Argentina, de Chile. Eso puede ayudar también a mejorar toda la matriz energética, a bajar las emisiones de dióxido de carbono, que la región emita energía más limpia.
Después, todo lo que tiene que ver con infraestructura para la competitividad. Hacer caminos bioceánicos para que podamos, como región, salir por el Pacífico o por el Atlántico. Eso también es clave, porque hay productos que demandan un mayor esfuerzo logístico. Son cuestiones que exigen trabajar de manera estructural y son cuestiones de largo plazo que no se resuelven de la noche a la mañana. No es que si vamos a hacer un gasoducto o una vía que cruce del Atlántico al Pacífico se termina en cinco minutos.
Por eso, tiene que haber mirada estratégica y tienen que ser algunos puntos donde -esto es un segundo punto importante- los líderes de la región se pongan de acuerdo. No se tienen que poner de acuerdo en todo. Se tienen que poner de acuerdo en las cuestiones estratégicas, en las que hacen a una diferenciación de lo que vamos a hacer como región o de lo que no vamos a hacer.
– Hoy tenemos Estados débiles fiscalmente y, al mismo tiempo, gobiernos que pasan de un extremo ideológico a otro. Pongo el caso de Argentina o Brasil. ¿Cómo se conjuga la necesidad de acuerdos con esos cambios políticos?
– Primero, hay que subrayar la importancia de las políticas de Estado, que las clases dirigentes, sin importar el país, se tienen que poner de acuerdo en cuáles son los temas fundamentales. En educación, en infraestructura, en qué tipo de Estado quieren. Esto se relaciona fuertemente con qué tipo de democracia también queremos para nuestros países.
Hoy existe un porcentaje mayoritario de la población que cree en la democracia como forma de gobierno, pero hace 15 años ese porcentaje era mayor. O sea, hay un debilitamiento de las instituciones democráticas, o mejor dicho, hay una sensación de la gente de que la democracia no le está dando el delivery de sus necesidades.
– Insatisfacción democrática, le dicen acá en Argentina.
– Podría ser insatisfacción democrática. Por eso hay que tratar de mejorar las instituciones, fortalecerlas, porque ya está probado en los países desarrollados que, mientras cuentan con más institucionalidad, más desarrollo pueden generar. Hace muy poco tiempo le dieron un Premio Nobel a tres economistas, dos del MIT, que estudiaron cómo las instituciones hacen que los países se puedan desarrollar más rápido y mejor.
Ese debate ya está resuelto, desde el punto de vista académico y en algunos países desde la práctica. Se necesitan instituciones lo suficientemente fuertes y eficientes para poder hacer un delivery de lo que la gente necesita. Después, algunos pensarán que se requiere más Estado o menos Estado, eso termina siendo otra discusión. Lo que está claro es que al Estado se lo necesita y el Estado, sea chico o grande, debería tener las capacidades en su gente y en las normas, que ayuden a generar las políticas públicas que la sociedad demanda en educación, en salud, en temas sociales, en jubilaciones.
Necesitamos que nuestras instituciones tengan capacidades. Este debate en ciencia política también está resuelto: mientras más capacidades estatales se tienen, mejores son los resultados.
– Hay una visión que, por ejemplo, plantea el presidente Javier Milei, de que cuanto menos Estado hay más desarrollo. ¿El planteo del libro y lo que se pudo recoger en las charlas con estos líderes, indican que es más Estado o menos Estado?
– Es mejor Estado, no necesariamente es tener más Estado. Es tener un Estado que pueda responder a las necesidades de la gente. Y Bachelet en un momento de la entrevista del libro lo dice muy claro en relación con la democracia. Un Estado que pueda resolver los problemas de la gente, no un “Estado bobo” o que no sirva para nada. Tiene que ser un Estado que tenga capacidades, que tenga gente formada, que responda rápidamente, que no tenga problemas de corrupción, que ejecute bien los programas. Eso alguien lo tiene que hacer, no se puede dejar librado ni al mercado ni al azar, y son soluciones que ya se han visto en el mundo.
Lo que tenemos que hacer -y es lo que propone el libro- es ver las experiencias pasadas Por eso la importancia de las entrevistas. Pero también la teoría, porque ya sabemos qué ha pasado en distintos lugares del mundo. Hoy, con inteligencia artificial, se puede rápidamente saber qué está pasando en cualquier lugar del mundo. No hace falta ni siquiera ver televisión.
Hoy contamos con una cantidad de información muy grande y no hay que hacer ni copiar recetas de lo que hayan hecho otros, pero sí hay que mirar cuáles fueron las buenas experiencias, porque la rueda ya está inventada. En todo caso, quizás para los caminos de Argentina se requiera de una rueda con una goma más gruesa, o que se desinfle y se infle, dependiendo del tipo de suelo. Pero más o menos sabemos hacia dónde tenemos que ir.
– En las charlas con estos líderes, ¿hay alguna preocupación o alerta comunes que todos hayan subrayado?
– Todos ven una alerta en el tema de la democracia. Son líderes que vivieron dictaduras militares. En el caso de Bachelet, con la historia de ella y de su padre, en el caso de Pepe Mujica, años tremendos que estuvo encarcelado, y así y todo, salió con una actitud no revanchista, al contrario, de apertura, con calidez y responsabilidad democrática. Porque él fue presidente y podría haber tomado decisiones en contra de aquellos que lo encarcelaron, lo vejaron, lo maltrataron, pero no, miro para adelante.
Otro hilo conductor de todas estas personas es que, a pesar de los problemas, todos miran para adelante, con una visión de futuro esperanzadora. No diría ni optimista, ni pesimista, esperanzadora. Con esta idea de que se puede generar o que podemos vivir en una región mejor, pero lo tenemos que hacer juntos.
– Cuando escribía el libro y hablaba con estos líderes políticos, ¿a quién pensaba que iba a dirigirlo, quiénes lo iban a leer?
– Esto para mí es una continuidad del libro anterior, donde analicé el desarrollo en América del Sur a través de los créditos otorgados por los organismos multilaterales y vi que faltaba ampliar el debate. Obviamente, este es un libro que intenta generar debate en distintos sectores de la sociedad.
Tiene toda una parte académica, que puede gustar más o menos, pero presenta información sobre distintos temas, de infraestructura, desarrollo social, sobre la realidad de las ciudades. Después tiene una parte de opinión, pero con conocimiento de las experiencias de personas que tuvieron que tomar decisiones de políticas de Estado.
Cuando pensé a quién dirigirlo, desde el punto de vista académico, me gustaría que esto sea un debate en las universidades, que ayude a pensar a los que hacen o toman decisiones de política pública. Acá no hay recetas, lo que hay acá es una idea de abrir la discusión para ver cuáles son y que nos pongamos de acuerdo, en la medida de lo posible, en los temas claves en los que necesitamos como región ponernos de acuerdo.
Esto es clave para que dentro de diez o 15 años estemos mucho mejor y que le podamos decir a nuestros hijos, a nuestros nietos, “hicimos un esfuerzo en estos temas, nos pusimos de acuerdo toda una generación y líderes, sin importar si son de derecha, de izquierda, del norte, del sur, países chicos o grandes, pero nos pusimos de acuerdo en las grandes cuestiones que el mundo necesita, porque tenemos un solo mundo”.
– ¿Hay generosidad para que eso ocurra? ¿Hay solidaridad y comprensión de estas urgencias?
– En el debate público, tal vez no, pero cuando se apagan las cámaras o cuando dejan de tener que expresarse en las redes sociales y se sientan en una mesa a debatir, ahí se puede encontrar la generosidad, los puntos comunes. Tiene que ser una discusión donde se sienten y sean lo suficientemente generosos para pensar el futuro. Porque si no, las futuras generaciones -y también las actuales- van a pasar esa factura.
– Son todos líderes que hicieron y que hablan de futuro. ¿Son esas cabezas aptas para lo que viene?
– No estamos en condiciones de desechar a nadie. Se necesitan nuevas cabezas, con nuevos proyectos y nuevas visiones, pero no se puede dejar de entender o pensar el pasado. No se puede dejar afuera de la discusión a personas que estuvieron sentadas en la mesa de decisión de grandes problemas mundiales. Esa experiencia es invaluable.
Quizás no sean las personas que dirijan el futuro, pero sí tienen que ser las personas que le digan a las nuevas generaciones que van a llevarnos al futuro. Que pueden decir “no se equivoquen con esto, o hagan doble click cuando vean esto, o cuando alguien insulte, piensen dos veces antes de contestar”.
Hay en todos los líderes del libro experiencias distintas y todos dicen “paren la pelota, piensen y miren hacia adelante”. Por eso elegí personas que tuvieran una trayectoria lo suficientemente extensa en distintos aspectos de la vida política, institucional, académica para que pudieran mirar el pasado, pero también que tengan una mirada de futuro.
– ¿Cómo se aborda a dirigentes tan importantes de la región? Un periodista los aborda buscando alguna declaración atractiva. ¿Qué iba a buscar cuando habló con ellos?
– Encaraba las entrevistas como charlas. Trataba de generar un clima ameno, donde pudiéramos pensar cosas de futuro, porque como el libro estaba pensado en las claves para el desarrollo y no iba a buscar un título, busqué exprimirles algo de su experiencia que, después, cuando las personas lean las entrevistas o las vean -porque van a estar todas las entrevistas online- les quede algo. A cada uno le puede quedar algo absolutamente distinto, cada uno puede hacer el clic en el tema que quiera, porque son líderes que hablaron de un montón de temas.
Dentro de las entrevistas se refirieron a la integración, la democracia, hablaron sobre medio ambiente, inteligencia artificial. Cada uno que lea o vea las entrevistas también le puede sacar el jugo desde el punto de vista que le interese, por eso el libro es temático. Traté de que tuviera una visión integral, pero a alguno le puede interesar el capítulo de infraestructura y a otros el de cambio climático, o de inteligencia artificial.
– ¿Hay algo que sea relevante que quiera agregar sobre el tema del libro?
– Ojalá que sea bien recibido y genere un debate interesante mirando al futuro. No pretendo que estén de acuerdo con todas las cosas que dicen en el libro, pero creo que los temas -puede haber más- son importantes para pensar el futuro de nuestra región, de nuestros países, de nuestras ciudades y cómo nos insertamos en una economía global que va cambiando.
– Desde su cargo en la CAF y el recorrido en organismos multilaterales, ¿cuáles son las urgencias de financiamiento que tienen los países? ¿Y en qué deberían pensar los gobiernos?
– Desde la mirada del presente, de qué piden, en qué están pensando, cada país tiene agendas distintas, pero a todos los cruza agendas comunes, por ejemplo, de agua y saneamiento. Los temas climáticos también, porque todos están pensando en cómo hacen para generar menos gases de efecto invernadero. Cuando se analiza los países y se baja a las regiones, los temas de infraestructura vial -básicamente rutas- son clave, porque es lo que conecta al pequeño productor que después puede sacar su producto para exportarlo.
Después, tengo una visión muy clara de los bancos de desarrollo. Estas instituciones nacieron en el siglo pasado. Estamos en un nuevo siglo, pero tenemos que pensarlos para lo que viene. Ahora estamos cumpliendo 80 años de la creación de todo el sistema de Bretton Woods, del Fondo Monetario, del Banco Mundial. Después nació el BID y después surgió CAF. Todas estas organizaciones se tienen que adecuar a los nuevos tiempos.
– ¿Haciendo reformas internas?
– Haciendo reformas internas, pero también mirando las necesidades de la gente y las necesidades de los gobiernos, que son los dueños de estas instituciones. Y que los gobiernos puedan utilizarlos de manera correcta para hacer programas de desarrollo de largo plazo, al Fondo Monetario, para cubrir desde la estabilidad macroeconómica a cuestiones de políticas que necesitan en un momento específico. Cada organismo debe tener un rol que pueda ayudar a los países, porque al final estas son herramientas para los países.
Ningún banco de desarrollo va a solucionar todos los problemas, pero sí pueden dar la mirada de largo plazo, porque hay en todas estas instituciones funcionarios y funcionarias con mucha experiencia. Es gente que trabaja un proyecto en Argentina, pero después también en Trinidad y Tobago o en Panamá. Se van conociendo distintas realidades que después pueden ayudar a mejorar los proyectos, pero lo principal que necesitamos es proyectar una mirada de largo plazo.
– Hay una polarización ideológica en la región, con una mayoría de países de un signo ideológico, más de centroizquierda, y países, como Argentina, Ecuador y El Salvador, más de derecha. ¿Eso complica los diálogos por la integración?
– Pueden llegar a complicarlas en algunos temas, pero puedo asegurar, porque he tenido la posibilidad de hablar con la mayoría de los líderes de los países, que todos quieren que les vaya bien a sus pueblos, nadie quiere que les vaya mal. Quizás tienen distintas ideas sobre cómo llevarlo adelante.
– Me refiero específicamente a las relaciones entre ellos para lograr esa integración, que según el libro, es clave para el desarrollo.
– Eso es un desafío que está pendiente y que se puede lograr con voluntad política. Es voluntad política.
– En la región, en el Mercosur, sus líderes principales, Lula Da Silva y Javier Milei, nunca hablaron directamente.
– Hay dos andariveles. Uno de los liderazgos políticos y otro el de las estructuras burocráticas -para volver a la ciencia política- donde las cosas sí pasan. A veces parece que las cosas no pasan, pero están pasando. Porque las instituciones siguen y ahí radica la importancia de tener instituciones fuertes. A veces pueden ir a una velocidad más rápida si hay una alineación total entre los liderazgos y las instituciones. A veces van más despacio porque puede haber visiones distintas de hacia dónde ir, pero al fin y al cabo, los que deciden qué tipo de liderazgos necesitan cada país son los ciudadanos y las ciudadanas de cada uno.
Soy muy respetuoso y también todos estos años me ha dado esa idea de que hay que respetar qué tipo de dirigentes eligen cada uno de los ciudadanos, que muchas veces tiene que ver con los momentos que vive cada país. La gente va cambiando y además hoy tenemos una realidad de las redes sociales que tienen un alto impacto.
La gente necesita vivir una inmediatez, esta idea de “quiero esto para hoy”, pero las rutas pueden tardar un año en hacerse, y las grandes obras de infraestructura, tal vez más. Hay una responsabilidad en eso respecto a cómo se traducen en los relatos políticos las realidades de la gestión.
– La del final apunta a algo más personal. Tuvo una vinculación muy profunda y cercana al Papa Francisco. Le pido una reflexión sobre su partida, desde lo humano a lo político o geopolítico.
– Desde lo personal, se me fue un padre, una guía. No voy a decir un amigo, pero sí una guía, porque tuve la suerte -o Dios, para los que somos creyentes- de conocerlo mucho antes de que fuera Papa, y de haber trabajado con él en la Pastoral Social y haberlo acompañado durante mucho tiempo, fueron muchos años.
El otro día, revisando con mi mujer, veíamos una foto del 2007, cuando ella estaba embarazada de nuestra primera hija, y estábamos con él, y otra foto del 2005. Me dio mucha tristeza por la partida de un ser querido, desde lo personal. Me emociona, me da tristeza y dolor, pero también entiendo que es parte de la vida.
Por otro lado, tuvimos uno de los líderes más importantes a nivel mundial, y en esta discusión sobre América Latina y el Caribe, que es en la que estoy muy comprometido, él siempre ayudó muchísimo desde todo punto de vista. Abriendo relaciones, generando espacios de debate, con llamados telefónicos para que dos líderes se junten, trabajando para que pasen cosas, a veces de manera silenciosa. Ha sido una voz muy potente instalando temas, que ahora que el Papa se fue van a empezar a surgir con mucha más fuerza.
Pensar que en “El Eternauta”, esta serie tan popular en todo el mundo, está presente la visión de que “nadie se salva solo”. Eso es algo que él ha inculcado y lo veo a lo largo y a lo ancho de América Latina y el Caribe, donde se escucha a presidentes, ministros, diputados, líderes sociales mencionar que “nadie se salva solo”. Por eso veo una esperanza. Él, de una u otra manera, con la voz potente que tenía, encendió distintas llamitas del cuidado del medio ambiente, de pensar en los bordes, en la gente que está afuera, en las periferias o en la generación de puentes.
Lo criticaban porque “se juntó con fulano o se juntó con mengano”. Se juntaba con todos, esa era su visión y su misión de ser un pastor para todos. A veces fue muy incomprendido, quizás en Argentina, pero a mí que me toca viajar por toda la región y otras partes del mundo, Francisco siempre fue una voz y alguien muy respetado. Tuvimos la suerte de que entre más de 260 de papas de la Iglesia, el primero de América Latina y el Caribe, fue argentino.
Estamos bendecidos por Dios. Yendo a mi faceta argentina, somos un país bendecido, de verdad. Tenemos minerales críticos, tenemos el gas, tenemos talento. Está Maradona, Messi, cantantes, Darín. Somos un país que está bendecido y una región que también estaba bendecida.
– Y desaprovechada.
– Tenemos que aprovecharla más. Por eso la integración a veces es una palabra que suena lindo, pero que es muy difícil llevarla adelante, porque requiere dejar cosas de lado y generar acuerdos y consensos.
– Como reflexión final, ¿si algo tuvieran que dejar de lado los dirigentes políticos para esta meta, qué sería?
– No sé si es dejar algo de lado. Creo que los liderazgos políticos tienen que tratar de ver los puntos en común y trabajar sobre las cosas en las que están de acuerdo. Todos los líderes de todos los países quieren que a sus países les vaya bien. El 99,9% tiene buena voluntad, quieren que le vaya bien a él, a su país y a su grupo. Eso quiere decir que debe haber un montón de temas en común que tienen los líderes de la región, sin importar que sean de izquierda o de derecha.
– Pensé que iba a decir la ideología.
– La gente tiene muchas necesidades, vivimos en una región -como me preguntaba al principio- muy injusta, con todavía muchísima pobreza. No hay tiempo para pensar en peleas mezquinas, y sí, tiene que haber más tiempo para pensar en cómo hacemos para que los temas claves sean consensuados y llevados para adelante, con una visión de largo plazo. Es la mejor manera y lo mejor que podemos hacer los que tenemos más responsabilidades.
POLITICA
Javier Milei pidió apoyo a los votantes: “La elección es mucho más importante de lo que creemos”

En una entrevista para la Televisión Pública, el presidente Javier Milei, volvió a apuntar contra el kirchnerismo de cara a las elecciones legislativas nacionales del próximo domingo 26 de octubre.
“Una de las estrategias del kirchnerismo es subestimar el valor de la elección para que la gente no vaya a votar. La elección es mucho más importante de lo que creemos por el formato de sistema de representación republicano que tenemos”, sostuvo el mandatario.
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Asimismo, el líder de La Libertad Avanza (LLA), que se puso al frente la campaña nacional por la falta de conocimiento y los escándalos de sus candidatos, volvió a pedirle a los argentinos que se acerquen a las urnas.
“Este año por ser electoral el Congreso tuvo una actitud muy destituyente, nos torpedeaban todo el tiempo y no paraban de tomar acciones contra el modelo. La composición de las cámaras es muy importante, si uno no cambia esa composición es muy difícil pasar proyectos”, señaló Milei.
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A lo que sumó: “Hoy la inflación es del 30%, entiendo que es alta pero estamos muchísimo mejor, estamos en el camino correcto, el año que viene va a ser cero, tarda aproximadamente dos años en limpiarse. No digo que somos Suiza, pero estamos a mitad de camino, no podemos tirar todo este esfuerzo a la basura y volver a lo que hacían los K. La tendencia es la correcta”.
Por último, el libertario confirmó que habrá cambios en su gabinete tras las elecciones, “de cara al segundo tramo voy a reacomodar el gabinete para lograr los objetivos de las reformas de segunda generación. El 26 a la noche veré qué tipo de entramado necesito para lograr los objetivos”, concluyó Milei.
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POLITICA
Margarita Stolbizer, en La Entrevista Informal: “Las reformas las deben hacer los propios universitarios, no el político de turno”

«He perdido muchas más elecciones de las que he ganado, pero duermo tranquila todas las noches”, aseguró la diputada y candidata Margarita Stolbizer, en la nueva entrega de La Entrevista Informal. Este ciclo de Infobae, realizado en colaboración con UNICEF, busca acercar a los políticos y candidatos a los intereses de los jóvenes.
De cara a las elecciones del fin de semana, la dirigente de Provincias Unidas analizó la Educación Sexual Integral (ESI) y defendió la Boleta Única Papel: “Antes la impresión de las boletas significaba que los partidos más grandes, tenían siempre una prioridad. Estaba la cancha inclinada en favor de los más fuertes”.
También cargó contra el proyecto enviado al Congreso por el Gobierno para bajar la edad de imputabilidad: “Va en contra de todos los convenios internacionales de los que Argentina forma parte y de todas las recomendaciones profesionales, científicas y técnicas”.
Participaron del ciclo Jazmín Llorente, Aytana Ramírez, Jazmín Abdala, Emilio Ticlia Reyes, Elías Ivanoff, Daniel Del Castillo Seoane, Pilar Santos, Mora Caamaño, Rocco Reinholcz y Juan Ignacio Fernández, diez jóvenes seleccionados por la organización internacionales.
– Daniela: Te quería preguntar cómo considerás que se va a administrar el sistema universitario público. En los últimos años se han creado muchas universidades para ampliar el acceso, pero hoy está muy en debate si ese modelo es sostenible.
– Primero que nada, me parece que hay que revalorizar lo público. En los últimos tiempos se ha demonizado bastante la idea de lo público y yo creo que hay que pensar -tanto cuando hablamos de educación pública o de salud pública- que no es un gasto, que es una inversión. Y es una inversión que en gran medida marca nuestro destino. La inversión hoy, sobre todo hablando de educación pública, marca sin duda el lugar a donde quiere ir la Argentina. Nuestras universidades ya han dado muestras de la excelente calidad. Compiten en las mejores de América Latina y también del mundo. Han dado muestras de lo que significa nuestro sistema universitario en la formación y capacitación de profesionales, también en lo que hace a la investigación. Por lo tanto, creo que tenemos un gran valor en las universidades. Cuando nosotros vemos hoy muchas de las consultas que se hacen sobre el alto nivel de desconfianza social en las instituciones, la desconfianza social va más en la línea de la política, el Congreso. ¿Y cuáles son las instituciones más confiables? Las educativas, las universidades. No es casual. Lo digo sobre todo porque en todos los tiempos y en muchos regímenes políticos se han visto ataques y embates a la universidad pública, a la educación pública.
Lo estamos viviendo en este momento, sobre todo con un problema de desfinanciamiento, pero también ocurrió con el gobierno anterior y también durante la dictadura. Entonces, ojo, porque las universidades siempre resisten. ¿Por qué resisten? Porque la gente tiene una gran consideración y han dado muestras más que buenas. Ahora, como todas las instituciones, necesita ajustes, necesita reformas y eso se está haciendo. Las reformas que haya que incorporar las deben hacer los propios universitarios, no el político de turno que llega a veces y quiere cambiar todo. Para eso tienen autonomía las universidades.
– Mora: Este año, la expedición del CONICET en aguas profundas generó mucha repercusión, llegando a ser el streaming más visto de la Argentina. Queríamos saber qué propuestas tienen para los proyectos de investigación científica.
– Un poco va en la línea de lo que decía antes. Hay una puesta en valor de lo público, de cuánto importa. El CONICET es el organismo en materia de ciencia más importante que la Argentina tiene y ha sido indicado también como el más importante de América Latina y ocupa un lugar de reconocimiento muy importante. Yo creo que, en el ámbito de la ciencia, es interesante también crear un vínculo virtuoso entre lo público y lo privado. Porque es muy cierto que hay una inversión privada muy importante en materia de ciencia. Sin ir más lejos, el INVAP, que está en Bariloche, es un instituto relacionado con lo nuclear; sobre todo, construye reactores nucleares, ha ganado licitaciones a nivel mundial… Son realmente institutos de excelencia. Yo creo que lo que necesitamos es una inversión del Estado, porque es una apuesta real al futuro y a lo que queremos. Hoy es imposible pensar en un país en desarrollo que no apueste a la ciencia y a la tecnología. Pero insisto que también hay que reconocer el aporte que se hace en el sector privado, que también me parece imprescindible en esta materia.
Y reconocer, obviamente, a los científicos que son los grandes impulsores de todo esto. Y en relación al tema de la ciencia, como pasa con las universidades, hoy están sufriendo un impacto muy grande de un gobierno que prácticamente no cree en la inversión en lo público, ni en la ciencia ni en la educación. Y se está poniendo en crisis el sistema científico técnico. Destaco sobre todo la labor de algunos institutos, el INTA, el INTI. Estuve visitando el INA, el Instituto Nacional del Agua, que ganó una licitación nada menos que en el Canal de Panamá. Fíjense ustedes: una de las obras hidráulicas más importantes del mundo. No se puede desfinanciar, sino que, al contrario, hay que volcar ahí un esfuerzo del Estado para prestigiarlos, ubicarlos, promoverlos y para que más gente vaya a hacer investigación científica.
– Jazmín: Yo te quería preguntar si tendrías alguna propuesta en torno a la ESI y cuál es tu postura.
– Vuelvo a insistir, es sostenerla. Uno de los problemas es cómo se va desmantelando el programa, sobre todo de prevención. Yo creo que, cuando nosotros miramos hoy a los jóvenes, lo que más deberíamos promover desde el Estado es la información. Nosotros hemos defendido mucho la Educación Sexual Integral (ESI), la educación sexual en las escuelas, porque además también hay que entender que muchas veces las prácticas que no cuentan con esa información precedente ponen en riesgo la salud física, mental de muchos de los jóvenes por la falta de información. Entonces, no tengo duda que la educación es la clave para pensar en el término salud sexual.
– Aytana: En estas elecciones debuta la Boleta Única Papel. Quisiera saber qué postura tiene al respecto y si esto piensa que beneficia a los electores.
– Sí, muchísimo, más allá de todas las dificultades que podamos pensar en la implementación. Vuelvo, es necesario capacitar a la gente, darle toda la información, porque es la primera vez. Yo soy de la Provincia de Buenos Aires, es la primera vez que vamos a votar con un sistema así. Hay gente que está buscando las boletas y le decimos: “No, no la hay, tiene que poner una cruz en una papeleta y ahí elegir”. El sistema es muy beneficioso. Insisto, más allá de las dificultades, será una primera práctica y después habrá que ver. Pero, a ver, primera cuestión: garantiza la equidad en la competencia, porque antes la impresión de las boletas significaba que los partidos más grandes, los más poderosos, tenían siempre una prioridad, estaba lo que llamamos la cancha inclinada, siempre inclinada en favor de los más fuertes, de los más grandes, y los más pequeños compiten en desigualdad. Compiten en desigualdad porque no tienen los recursos suficientes.
El sistema de boletas implicaba un gasto enorme para los más pequeños en la competencia, que no alcanzan a imprimir las boletas, no alcanzan a tener la gente suficiente para repartirlas, descontando todo lo que tiene que ver con vicios o malas prácticas. Todos habrán escuchado hablar del robo de boletas, la destrucción de boletas, pero aún sin llegar a esos casos patológicos, pasaba muchas veces que el que tenía que repartir la boleta se descompone a la mañana, se le pincha la rueda del auto y no llega, y entonces ese partido pequeño no tiene la capacidad de reponer la boleta. Hoy eso ya no ocurre. Todos van a participar con el mismo papel. Genera mucha más transparencia también y algo no menor es el costo económico. Ya no se van a imprimir los millones y millones. Ustedes piensen que las boletas se imprimían previamente para ir por los domicilios a repartir.
Era una cosa muy común que los partidos hacen, que es ir a hacer el reparto domiciliario de las boletas para que la gente ya la tenga y además porque es la propaganda más eficaz. Después todas las boletas para el día del comicio se imprimían millones y millones, un costo económico y ambiental. De todos los otros beneficios, también anotemos la reducción del costo económico y ambiental.
– Jazmín: Le quería consultar sobre el eje de seguridad. ¿Qué medidas implementaría desde su espacio para mejorarla y cómo la garantizaría?
– Dos cuestiones previas me gustaría decir. Uno es que cuando hablamos de seguridad hay que pensar siempre en un concepto integral de la seguridad. Creo que el Estado, la política, debe garantizar a las personas ese concepto de seguridad integral, de seguridad humana, que está más relacionado con las condiciones de bienestar y de dignidad de vida, porque también es seguridad que una persona suba a un tren y sepa que llega a destino y que el tren no choca antes. Seguridad también en el transporte es saber que las rutas están en condiciones y que la gente no se va a matar por el mal estado de las rutas. Seguridad también es que una persona pueda llegar a ser viejito y tener una jubilación digna. Ese es un concepto de seguridad humana integral que no hay que olvidar, porque se hace mucha política con eslógan, entonces hoy la seguridad es “cárcel o bala”, vayan todos a la cárcel… No se puede gobernar con consignismo, con frases hechas, ni mucho menos demonizando un tema que está muy vinculado con la vida, la salud y la propiedad de las personas.
La otra cuestión que es importante entender es que cuando hablamos ya relacionado con respecto a la seguridad de las personas frente al delito, estamos hablando de un problema muy complejo. ¿Eso qué quiere decir? Que hay que responder a eso con respuestas complejas, no simplistas. No es la cárcel, no es el aumento de las penas, es una cantidad de cuestiones que en conjunto deben abordarse. El error es pensar solamente desde lo policial o solamente desde lo judicial. El problema hoy que tenemos con la seguridad reconoce además dos ingredientes muy importantes sobre los que no se trabaja bien, que es el fácil acceso a drogas y armas. ¿Por qué lo marco esto? Porque cuando hablamos del delito o del riesgo frente al delito, si algo agrega violencia al delito son drogas y armas. Entonces lo que debe haber es una acción muy eficaz. En el tema drogas, sin duda, es oferta y es demanda. ¿Cómo hacemos para que haya una menor demanda? Políticas sobre los jóvenes que tengan que ver con el reconocimiento del valor de la vida y demás para que no exista la demanda.
En la oferta sí es un combate muy fuerte contra el narcotráfico. Yo creo que ahí no hay suficientes medidas de lo que se llama la inteligencia criminal, que es la que funciona detectando anticipadamente a las organizaciones criminales y desbaratándolas con anticipación. Cuando digo la respuesta integral y compleja es porque nosotros tenemos que tener primero obviamente una fuerza policial lo suficientemente preparada y capacitada para la persecución del delito. Un sistema judicial que también rinde obviamente todas las respuestas. Ahora hay muchas otras cosas de las que no se hablan. Una tiene que ver con la prevención. Le llamamos la prevención predelictual, que es todo lo que se hace para que el delito no ocurra, porque el problema es que si solamente pensamos las políticas o las respuestas cuando el delito ya está, lo más seguro es que no podamos dar marcha atrás.
Si el delito ya está, ya hay una víctima, ya hay algo que no se puede reparar, que no se puede dar marcha atrás. Entonces debe ponerse mucho más énfasis en lo predelictual para evitar. La prevención es siempre lo que anticipo, lo que hago antes para evitar el conflicto. ¿Qué cosas se pueden hacer? No tengo ninguna duda que el tema de la educación. Hoy cuando un chico deja la escuela a los doce, trece o catorce años para no hacer nada, ni trabajar ni estudiar, es presa del mundo del delito rápidamente. Entonces una de las cosas estructurales que hay que cambiar en este país son los contenidos de la educación, de tal manera que le den a los jóvenes la idea de que la educación les sirve, que pueden quedarse en la escuela y no dejarla. Eso es como una de las cuestiones. Todo lo social tiene que ver con prevenir el delito. Y después hay cuestiones que a veces son menores y que no se mencionan, que son las de la infraestructura o las cuestiones ambientales. ¿Qué quiero decir? Si una persona tiene que esperar a las cinco de la mañana un colectivo en una esquina oscura y el colectivo pasa cada cincuenta minutos, tiene más chance de ser víctima de un delito que si el colectivo pasa cada diez minutos y en la esquina hay luz.
Entonces esas cuestiones que son de infraestructura, que a veces se podrían resolver con menor dinero también las tenemos que contemplar. Y después hay otra cuestión que es muy importante de la que tampoco se habla, que es la prevención posdelictual. Es después del delito, o sea, si fracasó la prevención, actuó la policía, actuó la justicia, eso es el sistema carcelario. Hoy el problema de las cárceles, cuando la gente dice “ay, que vayan a la cárcel”, Hoy la cárcel prácticamente es una academia de delincuencia. Hay muchos delitos de los más graves de las organizaciones criminales que se cometen dentro de las cárceles. Entonces hoy la cárcel no sirve para reinsertar absolutamente a nadie, que es lo que dice además nuestra constitución. Las cárceles tienen que ser para resocializar, para reinsertar. No están sirviendo para eso. Yo sí defiendo el sistema universitario dentro de las cárceles porque cuando el preso puede cursar un estudio secundario, universitario, terciario, eso reduce el riesgo de reincidencia prácticamente a cero.
El que sale de la cárcel con un título, lo reduce a cero y uno de los problemas que tenemos que analizar en términos de la seguridad frente al delito es impedir la reincidencia. El delincuente que reincide es más peligroso que el primario, son los que ya tienen como su vida jugada. Entonces, para cerrar esto, es un tema complejo e integral que se debe resolver desde todos los ministerios, no desde uno. Siempre insisto: el mayor esfuerzo es que el delito no se cometa, no ver qué pena le doy al que lo cometió. Sin perjuicio de que eso también está.
– Juan: Justo estabas hablando de las cárceles y de la prevención y te quería preguntar sobre la baja de edad de imputabilidad. ¿Qué posición tenés acerca del proyecto de ley que quiere bajarla?
– Tengo una opinión contraria a la baja de imputabilidad, si bien tengo una opinión favorable a que exista una ley de responsabilidad penal juvenil. La ley que tenemos es una ley de la época de la dictadura, una ley que obviamente no protege de ninguna manera a los niños, niñas, adolescentes que están en conflicto con la ley penal. Me parece que necesitamos modernizar eso, garantizar derechos; no culpabilizar y buscar el último eslabón de la cadena sin hacernos cargo de todo lo previo. Yo creo que hay muchas cosas que ocurren antes de que un niño, niña o adolescente incurra en un delito. Entonces, ¿por qué razón no trabajamos sobre esas causas previas? Hay chicos que se crían en una habitación en la que, en lugar de tener un pan para desayunar, hay un revólver arriba de la mesa. Muchas veces se dice acá “hay determinados países que tienen una pena a los doce años”.
Claro, en esos casos son países que han dado todo para reducir esa delincuencia, que tienen sistemas de bienestar tan altos que lógicamente el que termina delinquiendo no es una consecuencia de la marginalidad. Nosotros tenemos en la Argentina un problema previo que resolver, que es el de la marginalidad. Ahora, no tengo duda de que hay que tener una ley de responsabilidad penal juvenil, que hay que hacer que el joven que comete un delito sea responsable por el delito y, por supuesto, que hay que tener sanciones. El proyecto original era muy malo, no solo por la baja de la edad, porque nosotros tenemos que discutir justamente una ley integral que aborde todos los aspectos. El proyecto enviado por el Gobierno va en contra de todos los convenios internacionales de los que Argentina forma parte y de todas las recomendaciones profesionales, científicas y técnicas respecto a qué edad se adquiere la madurez.
– Rocco: Teniendo en cuenta el mercado laboral global, ¿qué medidas implementarías para que los jóvenes puedan acceder a un trabajo de calidad en el futuro?
– Primero, el problema de la calidad en el empleo en la Argentina es un problema muy general. Hoy tenemos la mitad de la fuerza de trabajo en condiciones de precariedad. La precariedad es el trabajador que no tiene un recibo de sueldo para acceder a un crédito, no tiene un aporte jubilatorio, no tiene una obra social. Es un problema bastante general, por lo tanto, creo que hay que incorporar reformas que puedan promover el empleo en términos generales en la Argentina. Otro es el capítulo de los jóvenes. Hay algunos ejemplos que se están haciendo que son muy interesantes. Uno es en Córdoba, que hay un programa para primer empleo y han accedido doscientos mil chicos a través de ese programa. Hay algunos de universidades muy interesantes.
Estuve hace poco en el Parque Industrial de Bahía Blanca, que ha hecho un convenio con la Universidad en Bahía Blanca, que justamente ellos van incorporando. Los sistemas de pasantías son muy interesantes también, por lo tanto, creo que hay que promoverlo. Todo esto, vuelvo a insistir, es un gasto. Claro que es un gasto, porque para que las empresas creen empleo genuino hace falta reconocerles algún tipo de beneficio impositivo o de otro tipo, pero son acuerdos que el Estado debe hacer con el sector privado para promoverlo. Y después hay un tema que tiene que ver con cómo nos acomodamos a un mundo que vive en una evolución permanente que a veces nuestras normas y nuestras políticas no alcanzan a tener esa velocidad.
Me refiero al tema de la inteligencia artificial, porque hoy se está hablando muchísimo de cómo la inteligencia artificial se va a comer muchos puestos de trabajo. Y esto ciertamente es así, pero no hay que mirar eso como un drama, es parte de la evolución de la sociedad, como alguna vez tuvimos la máquina de vapor y tantos avances de la industria que terminaron con otros trabajos. A donde debemos ir es a cambiar la educación. Tener mejores puestos de trabajo, más cantidad y trabajos dignos, genuinos, por supuesto, también depende de los niveles de capacitación que le demos a los jóvenes para poder acceder a eso. Entonces, hoy no hay duda que el ámbito más amplio es lo que tiene que ver con la economía del conocimiento. Entonces, cambiar las currículas escolares, cambiar la oferta de empleo y conducirla hacia esos empleos que aún con la inteligencia artificial no van a morir, sino que al contrario, van a abrir oportunidades. Y por eso me refiero en gran medida a lo que tiene que ver con la economía del conocimiento.
– Emilio: Sabemos que el sector agropecuario y ganadero son muy importantes para nuestro país. Queremos saber cuál es tu postura frente a los escenarios climáticos. ¿Qué medidas implementarías para su conservación?
– Primero, reconocer un país como la Argentina, que es el octavo país del planeta por su extensión territorial. Si algo nosotros tenemos es la riqueza de nuestra tierra y lo que la tierra puede producir y, por lo tanto, creo que es una política de Estado fundamental. Lo otro es que esto también está relacionado con alguna de las preguntas anteriores, porque nosotros tenemos un sistema científico técnico que nos permite, en gran medida, anticipar cuestiones climáticas, poder prevenir, evitar muchos de los desastres que tienen que ver con condiciones climáticas. El Banco Mundial ha hecho algunos informes muy importantes sobre nuestro país y nuestra región en cuanto impacta el cambio climático. El cambio climático, que este gobierno nuestro se empecina en negar, obviamente, ya está demostrando muchas de sus consecuencias y la falta de prevención implica después daños que muchas veces son irreversibles. Los daños más importantes relacionados con nuestra capacidad productiva y el clima tienen que ver con inundaciones y sequías.
Vengo de recorrer ayer lo que nosotros le llamamos la Cuarta Sección Electoral en la Ruta 5. Estuve en el partido de Nueve de Julio. Ví cosas muy interesantes. Entre otras, camiones y camiones que te muestran la capacidad productiva de la Argentina. Tenés una capacidad productiva extraordinaria en la Argentina con rutas malísimas, que condicionan muchísimo nuestra capacidad productiva. El 75 % del territorio de ese partido está por debajo de su capacidad productiva, no puede producir. Las cabañas que no asistieron es porque no pudieron sacar los animales del campo, porque están inaccesibles, no entran ni con tractores a los campos. Esta es la consecuencia dañosa, irreversible, porque el problema que tenemos hoy en esos campos inundados no es solo este año, es que el año que viene ya no van a tener para cosechar por lo que no pudieron sembrar este año. Yo creo que lo primero que hay que hacer con este tipo de cuestiones es reconocer hoy el cambio climático, los efectos adversos y de qué manera esas cosas se pueden prevenir y evitar.
En gran medida, muchos de los efectos tienen que ver con acciones del hombre y, por lo tanto, lo que debemos modificar muchas veces son los comportamientos. Lo otro es la inversión. Argentina tiene, como dije, una capacidad productiva extraordinaria. Siempre me gusta plantear esto, porque Argentina tiene una potencialidad fantástica en recursos naturales, económicos, materiales, biodiversidad. Tenemos una biodiversidad extraordinaria. Somos un lugar que todo el planeta nos mira y nos busca. La cantidad de agua, la extensión de tierra, esa capacidad de reemplazar los sistemas de energía antiguos por energías renovables. Argentina tiene un potencial extraordinario. Y lo tercero que tiene son los talentos. En Argentina hay mucho talento respecto al sistema científico técnico. Entonces, es muy importante conjugar todo eso para que esas ventajas comparativas tengan resultados. Los sistemas, el universitario, el científico, no se deben pensar simplemente desde la generación de conocimientos académicos, sino de generar las mejores condiciones de vida para las personas, ¿no?
– Pilar: Hace un rato hablamos de la IA. Te quería preguntar cuál era tu opinión en torno a ella y para qué la utilizarías.
– Hoy la inteligencia artificial tiene una dimensión inalcanzable. Creo que todavía no alcanzamos nosotros a conocer hasta dónde puede llegar y todo lo que se puede hacer. Estamos en un momento en el que muchos tienen como la urgencia de regular la inteligencia artificial. De hecho, en el Congreso, en la Cámara de Diputados, hay más de 20 proyectos de ley para regular la inteligencia artificial. Yo no tengo una opinión muy favorable a regular algo que todavía no alcanzamos a dimensionar en su totalidad. Creo que debemos esperar a ver una evolución. Eso pasa en el mundo. Europa tiene ya normas regulatorias muy fuertes y Estados Unidos ha decidido no hacerlo. Yo creo que nosotros todavía estamos en condiciones de esperar. Me alienta mucho pensar en el uso de la inteligencia artificial relacionado con la medicina, por supuesto. Pero he trabajado un poco en los riesgos que tienen que ver ya en las cuestiones vinculadas con la defensa y con las guerras.
Lo cierto es que hoy que vivimos en un mundo tan convulsionado, el uso de lo que se llaman los robots asesinos, los drones de los cuales se disparan misiles sin intervención humana, tienen efectos que son tremendos. Legales porque nunca hay un responsable con ese aparatito y ese robot que dispara y puede matar a alguien. Tiene efectos humanitarios por el daño que producen, por supuesto, y tiene un efecto moral y ético, porque es alguien que sin intervención humana, sin decisión de una persona, es el que puede detectar un objetivo y atacarlo. Entonces, creo que todavía estamos en un tiempo en el que el parámetro ético debe prevalecer. Transversalizar la discusión de la inteligencia artificial. Nos falta conocer todavía mucho, pero necesitamos, a partir de lo ético, poner los límites también sobre su uso.
– Elías: Pensando en tu larga trayectoria en la política, ¿hay alguna decisión, voto o posición de la que hoy te arrepientas o que hoy la pensarías de otra manera?
– No me gustaría pecar en el no reconocimiento que durante tantos años se cometen muchísimos errores. No tengo ninguna duda. Pero yo decidí ingresar en la actividad política siendo tal vez más chica que ustedes. Yo en ese tiempo que estaba terminando el colegio ya sabía que me quería dedicar a la política. Los jóvenes cuando se involucran en la política lo hacen con ideales propios de la juventud. Los jóvenes tienen esos ideales que tienen que ver con las causas más justas, con la defensa de los más débiles, hoy mucho con el tema del cuidado del ambiente. Y yo digo que los fracasos de la política tiene que ver con la forma en que los adultos traicionan esos ideales de jóvenes. Yo he tratado de mantener lo más posible eso que tiene que ver con mis convicciones más profundas y nunca definir posiciones por conveniencia sino por convicción. Eso me llevó a tener más fracasos que éxitos en la política y he perdido muchas más elecciones de las que he ganado, pero duermo tranquila todas las noches. Ando por la calle con la más absoluta tranquilidad de creer que he hecho siempre lo correcto.
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Producción Periodística: Facundo Chaves y Lara Lukaszewicz
Postproducción: Nicolás Spalek y Cecilia Arizaga
Dirección de cámaras: Samuel Cejas y Diego Barbatto
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POLITICA
¿Qué pasa si soy autoridad de mesa en las elecciones y no puedo ir?

Con la designación de las autoridades de mesa de cara a las elecciones legislativas del domingo 26 de octubre, reaparece una duda recurrente: ¿qué ocurre si la persona convocada no puede asistir? Frente a ese escenario, el marco legal nacional establece que es un rol obligatorio, aunque permite ciertas excusas. En caso de que la ausencia no esté debidamente justificada, se pueden enfrentar sanciones y multas.
Qué dice la ley nacional sobre no presentarse como autoridad de mesa: cuáles son las excepciones válidas
El Código Electoral Nacional (CEN) especifica que ser autoridad de mesa es un deber cívico que se extiende durante toda la jornada y cuya inasistencia injustificada puede derivar en sanciones y multas.
Sin embargo, también remarca que existen motivos que habilitan a excusarse. El Artículo 75 del CEN establece que “la excusación de quienes resultaren designados se formulará dentro de los tres días de notificados y únicamente podrán invocarse razones de enfermedad o de fuerza mayor debidamente justificadas”.
“Transcurrido este plazo sólo podrán excusarse por causas sobrevinientes, las que serán objeto de consideración especial por la Junta”, agrega.
En cuanto a las razones de enfermedad, aclara que “solamente tendrán validez los certificados extendidos por médicos de la sanidad nacional, provincial o municipal, en ese orden”.
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Asimismo, establece que una persona puede eximirse de este deber si “desempeña funciones de organización y/o dirección de un partido político”, así como también si es candidato. En este caso, es necesario acreditarlo mediante una certificación del partido correspondiente.
Los requisitos para ser elegido o poder postularse como autoridad de mesa son: ser elector, tener entre 18 y 70 años, saber leer y escribir, y tener domicilio en la sección electoral donde se es elegido autoridad.
Cuáles son las sanciones por no presentarse como autoridad de mesa en las elecciones legislativas
El Artículo 132 del Código Electoral Nacional establece “una pena de seis mesas a dos años a los electores designados como autoridad de mesa que, sin causa justificada, dejen de concurrir al lugar donde deban cumplir sus funciones”. Lo mismo aplica para aquellas personas que abandonan su función en medio de la jornada.
Cómo solicitar una excusación como autoridad de mesa
En caso de contar con una justificación válida y querer excusarse como autoridad de mesa, hay que ingresar al sitio web www.padron.gob.ar/cne_autexcusa/. Allí se puede solicitar la baja de la designación siguiendo estos pasos:
- Hacer clic en “Solicitar excusación”.
- Seleccionar el distrito electoral correspondiente al domicilio actual y poner “Continuar”.
- Completar el formulario electrónico con los datos solicitados: nombre, género, DNI, motivo de la excusación, descripción detallada del motivo, copia digitalizada de la notificación de designación, imagen del certificado, cargo designado, número de mesa, domicilio, teléfono y correo electrónico.
Entre los motivos que pueden seleccionarse, se encuentran “Enfermedad propia”, “Enfermedad/Cuidado de familiar”, “Tareas electorales”, “Motivos laborales”, “Actividad partidaria” y “Otras”.
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“La mera presentación de esta solicitud de excusación no implica la aprobación de la misma. Esta solicitud será revisada por la Justicia Electoral y eventualmente aceptada o rechazada en función de la documentación obrante. Tal circunstancia le será debidamente informada a través de este u otros medios electrónicos”, advierte el organismo.
Elecciones 26 de octubre: ¿Cuánto dinero cobran las autoridades de mesa?
Según informó el Ministerio del Interior de la Nación, las autoridades de mesa recibirán $40.000 pesos por desempeñar sus funciones. Además, recibirán otros $40.000 en caso de realizar las capacitaciones que brinda la Justicia Nacional Electoral (JNE).
Elecciones 2025, Externo, TNS
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