POLITICA
El armador de Santoro se mostró conforme, pero se empezaron a escuchar críticas por la estrategia electoral

Juan Manuel Olmos, el referente del peronismo porteño que fue el principal armador de la lista de Es Ahora Buenos Aires, que encabezó Leandro Santoro en las elecciones legislativas de la Capital Federal celebradas ayer, afirmó que el resultado para el justicialismo fue de “crecimiento” y representó “un empate” con respecto al desempeño en la última elección exclusivamente legislativa, la de 2021. No obstante, el resultado también dejó como saldo el pedido interno de mayor unidad y, desde las otras expresiones que tuvo el peronismo en los comicios, críticas por la estrategia electoral.
“[Fue un resultado] Decente, un empate. Entramos a la cancha siempre a ganar. Pero hubo un ganador claro; uno que empató, que fuimos nosotros, y uno que perdió, que fue Pro”, evaluó Olmos, en diálogo con la radio Urbana Play. Según indicó, el ganador fue el presidente Javier Milei. “La campaña la hizo Milei. Nuestro resultado es de crecimiento”, interpretó, y subrayó: “Renovábamos 8 legisladores y sacamos diez”.
Olmos remarcó el ausentismo que hubo en la elección (la participación fue del 53,35%) y, en una primera mirada hacia adentro del PJ, planteó: “El peronismo tiene que tener otra discusión: qué es lo que estamos representando y cómo lo queremos representar. Es una discusión muy profunda, que tiene que ver con 8 años de desazón, con gobiernos que han fracasado y el último fue el nuestro. Primero, hay que revisar qué es lo que estamos representando”.
“A diferencia de Juntos por el Cambio, que tenía un solo programa, ser antikirchnerista, y quedó demostrado que fracasó, [Javier] Milei tiene un programa económico y un modelo de sociedad, del que estamos en contra. El individualismo como método de organización es totalmente lo contrario al peronismo, que es la comunidad organizada, que el Estado tenga un rol ordenador de la sociedad. Lo que está en crisis es eso y lo que tenemos que debatir es cómo representamos eso”, señaló Olmos.
En el peronismo porteño no abundaron las opiniones luego del resultado de ayer, que se vivió con una notoria desazón en el búnker electoral. Para Francisco Caporiccio, del Frente Renovador, quien ingresará como legislador tras ocupar el noveno lugar en la lista de Santoro, fue una elección positiva que marca la necesidad de mayor unidad. “Por un lado, hemos hecho una buena elección en la ciudad, sacando el mayor porcentaje en una legislativa desde 1993, lo que permitió ampliar la cantidad de legisladores que se renovaban (de 8 a 10), dejándonos consolidados como el bloque mayoritario en la actualidad. Por otro lado, el resultado también nos muestra otra realidad: si no dejamos de lado pretensiones personales y seguimos yendo divididos, lo único que haremos es entregarle todo en bandeja a Milei. Es por eso que tenemos que poner nuevamente a la patria por encima de todo”, dijo Caporiccio a .
Por fuera del frente que armó el Partido Justicialista porteño, las críticas al armado del frente que encabezó Santoro son más duras. En la oferta electoral legislativa del domingo, había otras dos listas peronistas, que encabezaron Alejandro Kim, de Principios y Valores (el partido de Guillermo Moreno), y Juan Manuel Abal Medina (vicepresidente cuarto del PJ porteño), de Seamos Libres, que obtuvieron 2% y 0,5%, respectivamente.
“Le tocará a Santoro saber cuántos de sus votos fueron radicales y cuántos peronistas. Supongamos que son el 20, el 21, el 22, siempre estamos dando vueltas sobre que el 25% de la ciudad es peronista. Quizás sea el momento de encontrarnos los peronistas en la construcción del movimiento peronista. Que demos un mensaje de encuentro en el marco del movimiento nacional peronista va a permitir generar un espacio común, con ideas comunes”, afirmó Moreno ayer, en su búnker instalado en el Sindicato de Obreros de la Industria del Vidrio.
En el partido del exsecretario de Comercio Interior estaban conformes con los votos que consiguió Kim. “33 mil votos sin dinero ni apoyo de los medios y las encuestadoras, con esfuerzo militante honrado y con verdadero compromiso patriótico, es un gran logro”, aseveró a un hombre del partido.
En el campamento de Seamos Libres, en tanto, cuestionaron la estrategia de Olmos en Es Ahora Buenos Aires. “La estrategia de ellos fue eficaz para capturar todos nuestros votos y los de Kim, con esta idea de ‘podemos ganar’. Pero también fue una estrategia compleja, porque generó polarización del otro lado y llevó a [Manuel] Adorni a ganar. Fue una estrategia errada porque terminó sacando menos votos que la vez pasada [por las elecciones para jefe de gobierno de 2023] y menos que los habituales votos de [Daniel] Filmus y [Matías] Lammens”, indicó una fuente del espacio de Abal Medina.
“Ocultar al peronismo y bloquearnos de los medios para que no apareciéramos fue muy eficiente para jodernos, pero muy poco eficiente para lograr el objetivo”, completaron desde la nómina del vicepresidente cuarto del PJ capitalino.
En el gobierno bonaerense de Axel Kicillof hicieron una valoración positiva de la elección de Santoro, aunque consideraron que no tiene efectos sobre lo bonaerense, ámbito en el que se libra la pelea interna entre el mandatario y Cristina Kirchner. “Se hizo una buena elección, un poquito por encima del promedio histórico. Fue cuatro puntos porcentuales menos que en 2023, pero dos puntos porcentuales más que en 2021, que fue legislativa, la directamente comprobable. Nuestra fuerza política pasa de 18 a 20 bancas”, afirmó este lunes Carlos Bianco, ministro de Gobierno bonaerense, en una conferencia de prensa.
“Lo que pasa en la ciudad de Buenos Aires no es extrapolable a la provincia de Buenos Aires. La situación política de la ciudad dista mucho de corresponderse con lo el promedio de lo que pasa en la provincia”, remarcó Bianco, escoltado en la conferencia de prensa por los ministros Walter Correa (Trabajo), Andrés Larroque (Desarrollo de la Comunidad) y Javier Alonso (Seguridad).
POLITICA
Operativo Puf: anulan el caso donde se investigaba un supuesto complot kirchnerista para perjudicar al fiscal Stornelli

La Cámara Federal anuló la causa en que se investigaba un supuesto complot de presos kirchneristas para perjudicar el fiscal Carlos Stornelli y dispuso el archivo del caso.
Los jueces de la Cámara Federal actuaron a instancias de un fallo de la Cámara de Casación de Carlos Mahiques, Javier Carbajo y Daniel Petrone.
En esta causa, conocida popularmente como el “Operativo Puf”, se investigaba, entre otros, al juez Juan María Ramos Padilla y al diputado Eduardo Valdés.
Se investigó una maniobra para descalificar al fiscal Stornelli, que era quien llevaba adelante la causa de los cuadernos de las coimas contra Cristina Kirchner y exfuncionarios del kirchnerismo.
La decisión puso fin a casi seis años de caso y se dio a continuación de que todas las acusaciones que se realizaron contra Stornelli desde el kirchenrismo fueron desechadas.
Ahora, la Cámara Federal -a instancias de la Casación- dijo que no estaba claro el objeto procesal. La resolución, firmada por los jueces Eduardo Farah, Pablo Bertuzzi y Leopoldo Bruglia, habla de una falta de una hipótesis delictiva identificable.
El fiscal Franco Picardi había considerado que las escuchas telefónicas de presos K, utilizadas como prueba en la investigación, eran “ilegales” y no podían ser avaladas.
Picardi aplicó la doctrina del “fruto del árbol envenenado” para solicitar la nulidad y/o exclusión de estas trascripciones.
El juez de la Cámara Federal Eduardo Farah, quien ya había votado en disidencia por el archivo en marzo de 2021, reiteró que «no se ha identificado a la fecha un objeto procesal claro, en que exista una hipótesis delictiva identificable y concreta“.
Farah enfatizó que la falta de esta “base fundamental constituye un óbice a la pretensión de que se profundice una investigación que, así planteada, carece de un norte específico que le dé sentido y finalidad”.
Dijo el camarista que el caso se apoya en el contenido de las informaciones anónimas que desencadenaron las denuncias.
Según el magistrado, esta situación refuerza la conclusión de que es “improcedente dar vía favorable a la pretensión de esos actores de mantener abierto un caso judicial”.
Los jueces Pablo D. Bertuzzi y Leopoldo Bruglia adhirieron a esta postura: “Consideramos que este temperamento permite, a su vez, brindar una solución a la controversia suscitada, frente al sistema de reenvíos propuesto por el ad quem que, en el caso, aparece demorando innecesariamente la decisión, en detrimento del derecho del que goza todo imputado a obtener un pronunciamiento que ponga término del modo más rápido posible a la situación de incertidumbre que comporta el enjuiciamiento penal“.
La denuncia del “Operativo Puf” se originó a raíz de las interceptaciones telefónicas hechas por un juez de Lomas de Zamora Federico Villena para conocer los diálogos en prisión del narcotraficante Mario Segovia, conocido como el “Rey de la efedrina”, a raíz de la sospecha de que estaba planificando un atentado con explosivos.
Villena autorizó el pedido de la AFI para escuchar a Segovia en un teléfono público que usaban otros presos. La AFI lo hizo y se lo reportó al juzgado. Pero también se grabaron conversaciones de otros detenidos, que no estaban en foco en la investigación.
El contenido de esas conversaciones tomó estado público a través de medios de comunicación. En uno de los audios, el diputado Eduardo Valdés le adelanta a Juan Pablo Schiavi, entonces preso, que “va a haber novedades” y le recomienda “quedarse tranquilo”.
“Bonadio, Stornelli, Puf”, asegura, en alusión a que el juez y el fiscal iban a tener problemas. Esa frase fue la que generó el nombre con el que se conoció esta causa.
Esas escuchas llegaron en un sobre anónimo a manos de las diputadas Paula Oliveto y Mariana Zuvik, que las presentaron en la justicia y se inició el caso, ahora archivado.
El contenido de las escuchas fue admitido como prueba por la propia Cámara Federal, pues en la causa de “La ruta del dinero K” validó la conversación de Lázaro Báez con una mujer cuando le decía que su fortuna no le pertenecía, sino que era de alguien que estaba por encima de él.
Stornelli efectivamente enfrentó múltiples acusaciones que terminaron rechazadas en todos los tribunales y el caso cuadernos está elevado a juicio oral con Cristina Kirchner como la principal imputada.
Los cuadernos de las coimas,Carlos Stornelli,Conforme a,Los cuadernos de las coimas,,Reto a los jueces. Emplazan al tribunal de “los cuadernos de las coimas” para que agilice el juicio contra Cristina Kirchner,,Sin vuelta atrás. Los cuadernos de las coimas: convocan a una audiencia clave para iniciar el juicio contra Cristina,,Bajo agua. Un país que muestra la extrema pobreza en infraestructura que no soporta ni la lluvia, ni el frío o el calor
POLITICA
La CGT marchó casi a reglamento, con menos gente que la esperada y algunos guiños al Gobierno

Antes de la marcha de San Cayetano, en la CGT había entusiasmo por la posibilidad de protestar en la calle contra el Gobierno y algunos dirigentes coincidían en un pronóstico con tono de advertencia: “Vamos a mover a toda nuestra gente”. Sin embargo, la postal que dejó la movilización del 7 de agosto no estuvo a tono con ese vaticinio. Hubo mucha gente, pero no fue la cantidad esperada. Y sólo un puñado de sindicatos que pertenecen a la CGT se destacó por el número de manifestantes.
Sin embargo, para la cúpula cegetista el balance fue positivo. En diálogo con Infobae, uno de sus líderes dijo: “Cumplimos lo que nos habíamos propuesto. No era nuestra marcha, sino que nos sumamos a la que organizaron los movimientos sociales. Pero fuimos todos los que teníamos que ir, llevamos mucha gente y sacamos un documento para fijar nuestra posición».
Lo cierto es que la participación de la CGT se fue deshilachando con el correr de los días. La propuesta de adherir a la marcha fue aprobada el 21 de julio por la mesa chica ampliada, pero, en el fondo, se pareció más a un recurso para contener a los sectores duros que presionaban por otro paro general contra el Gobierno.
Al comienzo, la expectativa era que los sindicatos enviaran manifestantes para que marcharan desde Liniers con los movimientos sociales, que organizan esta movilización a partir de 2016 para reclamar por más trabajo, pero luego hubo un viraje: la CGT se concentraría en Diagonal Sur y Perú para caminar una cuadra a Plaza de Mayo.
El cambio se produjo, como anticipó Infobae, por el temor de que algunos sectores radicalizados increparan a la dirigencia de la CGT para exigirle un paro nacional.
Aún está fresco el traumático recuerdo de lo que sucedió en marzo de 2017, durante el gobierno de Mauricio Macri, cuando la conducción cegetista de entonces (casi igual a la de hoy) realizó un acto de protesta y no precisó cuándo haría una huelga general, lo que provocó la reacción de un grupo que reclamó que le pusieran fecha al paro e increpó al triunvirato que lideraba la CGT (Héctor Daer, de Sanidad; Carlos Acuña, de estaciones de servicio, y Juan Carlos Schmid, de Dragado y Balizamiento), que tuvo que bajarse del palco entre insultos y empujones de la gente para refugiarse en el Sindicato de Comercio. En los incidentes se robaron el atril con el logo de la CGT.
Ahora, algunos sindicalistas temían la explosiva combinación que se iba a dar en la calle de sectores críticos y hostiles hacia la CGT como La Cámpora, gremios combativos y expresiones de izquierda.
Por eso pasaron de la idea inicial de caminar 15 kilómetros entre Liniers y Plaza de Mayo a recorrer 100 metros hasta donde finalizaría la marcha. Para tener mayores garantías, incluso, los dirigentes de la CGT sólo estuvieron 2 o 3 horas, se acomodaron sobre la calle Hipólito Yrigoyen, cediendo la ubicación principal del acto, y se retiraron antes de que se leyera el documento.
Esa declaración incluyó duras críticas a las políticas del Gobierno y al estilo presidencial, como cuando señala que “la descalificación, el agravio y la violencia verbal son incompatibles con la democracia y el necesario debate de ideas”. Pero el texto también tiene guiños a la administración libertaria con apelaciones al diálogo y la búsqueda de consensos (a lo que apuestan los líderes cegetistas al participar del Consejo de Mayo).
“Creemos en el diálogo social como herramienta clave y eje central en la búsqueda de consensos que posibiliten la puesta en marcha de políticas superadoras para dejar atrás una crisis que venimos soportando desde hace años y que golpea inequitativamente a la gran mayoría de nuestra sociedad”, afirma el documento, que seguramente no conformó al ala dura de la CGT, que no quiere dialogar con el Gobierno y busca desgastarlo a fuerza de paros.
Entre quienes redactaron el texto figura Gerardo Martínez (UOCRA), del ala dialoguista de la CGT, miembro del Consejo de Mayo y partidario de negociar con Milei para impedir que se avance con una reforma laboral que pondría en peligro al sindicalismo, entre otros puntos.
Más allá de estos matices, lo que mostró la CGT en la calle este jueves fue un muestrario de datos sugestivos.
Algunos de los sindicatos que llevaron más gente fueron Camioneros, UOCRA, UPCN, UDA y los integrantes de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), encabezados por Juan Carlos Schmid y Juan Pablo Brey, junto a ATE y los miembros del ultraopositor Frente de Lucha por la Soberanía, el Trabajo Digno y los Salarios Justos, entre otros. Pero, como se preveía, impactó la capacidad de movilización de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), el gremio de los movimientos sociales que lidera Alejandro Gramajo y que organizó la marcha.
En materia de concurrencia de dirigentes, hubo falta con aviso del cotitular de la CGT, Héctor Daer, que este mismo 7 de agosto tuvo comicios en su sindicato, ATSA Buenos Aires, donde no compitió por una nueva reelección.
En la columna principal de la CGT hubo sindicalistas de perfil más bajo que pasaron a una ubicación destacada, como Cristian Jerónimo (vidrio), Maia Volcovinsky (judiciales) y Jorge Sola (seguro), cuyos nombres, casualmente (o no), circulan como posibles miembros del triunvirato cegetista que se elegiría en el congreso de renovación de autoridades, en noviembre próximo.
La nota destacada la dio Hugo Moyano, por primera vez en mucho tiempo en la columna principal de la CGT, flanqueado por Gerardo Martínez y por Octavio Argüello (Camioneros), el único cotitular cegetista presente en la marcha (además de Daer, tampoco estuvo Carlos Acuña). Detrás del líder sindical estuvo en todo momento su hijo menor, Jerónimo, mencionado como el candidato de Camioneros para la Secretaría de la Juventud de la CGT.
A quien nadie vio en la marcha es a Pablo Moyano, quien había convocado a movilizarse desde un video con ruido ambiente de una cancha de fútbol y vestido con una campera que lleva el escudo del club Camioneros, del que es presidente. ¿No habrá querido cruzarse con su padre, con quien está peleado? ¿O estará concentrado en el partido que su equipo jugará el sábado con Deportivo Paraguayo por el torneo de la Primera C?
POLITICA
Milei y Petro vuelven a acercarse luego de meses de frialdad y distancia

Lejos, muy lejos, parecen haber quedado aquellos intercambios de insultos y descalificaciones, moneda corriente en aquellos tumultuosos primeros meses de gestión, con Javier Milei en la Casa Rosada y Gustavo Petro como presidente de Colombia. Hoy, ambos países dieron un nuevo paso hacia la reconciliación, al menos en lo que hace al vínculo político y económico bilateral.
Este jueves, el flamante embajador de Colombia en el país, José Roberto Acosta, encabezó los festejos por el aniversario número 206 de la independencia de Colombia. Debajo de un retrato de Simón Bolívar en la sede diplomática en Buenos Aires, Acosta contó que el canciller Gerardo Werthein le había dado, en tiempo récord y el día anterior, su plácet para desempeñarse como embajador. Con gracia, afirmó que las relaciones entre ambos países son “sólidas y fraternas” y que no hay “twitter que nos pueda separar”, en referencia a las redes sociales, a las que son tan afectos ambos presidentes, separados por un océano ideológico, pero unidos –al parecer- por un pragmatismo a prueba de batallas culturales.
Nadie quiso recordar que, a fines de marzo de 2024, Milei había tildado de “terrorista asesino” a Petro por su participación en organizaciones guerrilleras de izquierda durante su juventud. Declaraciones que derivaron en la expulsión de los diplomáticos argentinos de Bogotá. Tampoco nadie mencionó que el colombiano calificó de “neonazi” al presidente argentino y luego dijo, en diciembre y en una entrevista con Clarín, que Milei era un “potencial dictador”, que sus discursos eran “anacrónicos”, y que su discurso en el G20 de Río de Janeiro había sido “más aplaudido” que el de su par argentino.
Intentando una vuelta de página, el nuevo embajador colombiano habló de “fortalecer” una “relación de hermanos”, citó el histórico encuentro entre San Martín y Bolívar, y hasta reconoció que el himno argentino le parece “emocionante”. Lo escuchaban, en primera fila, el secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Fernando Brun, y su jefe de gabinete, Marcelo Lucco, enviados del canciller Werthein a la celebración, y parte de una concurrencia dónde se destacaron diplomáticos de Chile, Paraguay, Brasil, Cuba, la Unión Europea, Marruecos, entre otros.
“Nos unen recuerdos como el 5 a 0 en la cancha de River, que nunca vamos a olvidar”, bromeó el embajador en relación a aquel partido en las eliminatorias mundialistas de 1993 que terminó en goleada para los colombianos. “Esto es pragmatismo, un trabajo bien hecho”, sostuvieron voces de la diplomacia argentina, dejando de lado las antiguas-y profundas- rencillas.
No se trata de la primera vez que Petro y Milei intentan recomponer sus ásperos vínculos, que tienen como antecedente un solo saludo, a medias e informal, en esa reunión del G20 en Brasil. Luego de llamar a consultas a su embajador en el país, Camilo Romero, Petro le ordenó al diplomático que regresara a Buenos Aires. “Debe haber un acuerdo básico de civilidad”, dijo Romero a cuando volvió al país, en abril de 2024, con la intención de calmar las aguas.
Pero su estadía en la Argentina duró unos pocos meses, ya que en febrero de este año renunció al cargo, con el objetivo de ser candidato a presidente en 2026, año en el que Petro culminará su mandato. Por el lado argentino, Mario Raúl Verón Guerra continúa siendo el embajador en Bogotá desde mayo de 2024, cuando reemplazó a Gustavo Dzugala, quien pagó los platos por el conflicto entre ambos presidentes.
Milei y Petro, que duda cabe, siguen perteneciendo a mundos distintos. Aliado del norteamericano Donald Trump y del premier israelí Benjamín Netanyahu, el presidente argentino tiene como uno de sus slogans luchar contra los “comunistas” como Petro, quien sostiene un buen vínculo con la Venezuela de Nicolás Maduro y tomó partido por los palestinos en el conflicto de Medio Oriente, además de que suele polemizar con Washington.
Los más de cien mil colombianos que viven en Argentina, y sobre todo la necesidad de expandir las puertas del comercio parecen haber sido razones suficientes para no alimentar más el conflicto y deponer las armas, al menos por ahora.
había tildado,cuando volvió,Jaime Rosemberg,Conforme a
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