POLITICA
El día que militantes del PJ robaron el sable de San Martín y, para devolverlo, exigieron romper con el FMI

12 de agosto de 1963. El lunes ya está terminando. La zona de Parque Lezama está tranquila, quieta. Cuatro jóvenes de traje -cómo se vestía la mayoría de los hombres en ese tiempo- llegan al Museo Histórico Nacional. Parecen estudiantes. Tienen poco más de 20 años, alguno usa anteojos, actitud vital, levemente ingenua. Parecen lamentarse, parece que llegaron tarde. El Museo cerró hace 10 minutos. Golpean la sólida puerta de madera. Nadie responde. Insisten con más entusiasmo. Una voz, desde adentro, les dice -les grita- que está cerrado, que el horario de visita es hasta las siete de la tarde. Los jóvenes no necesitan mirar el reloj para saber que ya pasaron diez minutos de esa hora. Vuelven a golpear. Piden clemencia. Explican que son del interior y que esa misma noche deben regresar a Tucumán, que harían una visita rápida, que les interesa ver unas pocas pinturas, algunas banderas y dos o tres objetos. El hombre detrás de la puerta no responde. Los jóvenes insisten. El hombre entreabre la puerta y empieza a explicarles, con voz piadosa que no puede dejarlos pasar, parece que hasta les está pidiendo perdón. Se justifica aclarando que en cualquier momento llegaría el sereno y que lo comprometería que los viera dentro. Los jóvenes ya no escuchan las explicaciones. Solo miden distancias. Apenas el hombre desvía la mirada para buscar alguna palabra precisa, dos de los visitantes se abalanzan sobre él y lo empujan hacia adentro, sostienen la puerta e ingresan los cuatro. Alguno blande un arma, para terminar de disuadir cualquier intento de resistencia.
Inmovilizan al pobre cuidador sorprendido, derrotado. Tiene 72 años y se reprocha su candidez. Los jóvenes le dicen que no le va a pasar nada. Lo maniatan y encierran en un cuarto. Uno de ellos saca una tijera de su bolsillo y corta el cable del teléfono. Luego caminan presurosos por los pasillos. Saben dónde van. En los últimos días visitaron varias veces el museo para que llegado este momento no tuvieran dudas al actuar. Llegan hasta la vitrina. Uno saca un martillo y rompe el vidrio. Con cuidado toma el botín, lo que fueron a buscar. El sable corvo de San Martín. En su lugar dejan dos hojitas mecanografiadas: el comunicado reivindicando el robo, fijando sus exigencias para la devolución. Envuelven el sable dentro de un poncho y se dirigen hacia la salida. Uno de ellos pasa por la oficina en la que tienen cautivo al cuidador y le pide disculpas una vez más. Salen caminando por Defensa, atraviesan con cautela, tratando de no llamar la atención el Parque Lezama, se suben a un Peugeot 403 celeste que los espera con el motor encendido y se pierden en la oscura noche porteña.
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El sable corvo de San Martín es uno de los símbolos nacionales. Durante la década del 70 fue robado dos veces por miembros de la Resistencia Peronista, por jóvenes que querían utilizarlo como moneda de cambio para imponer condiciones, para lograr que algunas de sus exigencias se cumplieran o al menos para dar visibilidad a sus demandas.
El hecho preocupó a las autoridades e hizo mover a las fuerzas de seguridad. En esos días fue eclipsado por otro robo: el de Ronald Briggs al tren postal Glasgow-Londres, un robo con una logística imposible, de gran espectacularidad. Los diarios publicaban día a día en su portada los nuevos hallazgos sobre el mítico atraco como si se tratara de un folletín: Briggs con el tiempo se convertiría en una leyenda del crimen. En la Argentina todavía gobernaba José María Guido aunque Illia ya era el presidente electo y en esos días la Asamblea Legislativa confirmaba su nombramiento.
El comunicado que habían dejado en la vitrina vacía entre las astillas de vidrio denunciaba la elección que había ganado Illia, hablaba de proscripción y entre otras cosas pedía romper con el FMI. A pesar de ser firmado por la Juventud Peronista no nombraba a Perón. Es muy probable que ello haya sido para lograr que los diarios publicaran la proclama completa: pesaba todavía la prohibición de mencionar a Perón del Decreto 4161 que emitiera la autodenominada Revolución Libertadora en 1956.
Pocas veces como hoy una crisis moral y espiritual ha comprometido más entrañablemente el honor de la patria y la felicidad del pueblo.
En efecto, en pocas coyunturas como en ésta la soberanía argentina ha sido tan vejada, la economía nacional más entregada y la justicia social más negada.
Frente a esta realidad angustiosa y vejatoria, la elección del 7 de julio, fraudulenta en su proceso y realización, difícilmente pueda dar las soluciones honradas y profundas que la dignidad de la acción exige imperiosamente.
A pesar de ello, los “beneficiarios del fraude” han prometido reivindicar el honor de la patria y los derechos del pueblo, produciendo los siguientes actos: anular por decreto los infamantes contratos petroleros suscritos por el gobierno radical del doctor Frondizi, ruptura con el FMI, nulidad de los convenios leoninos con Segba, levantamiento de la proscripción que pesa sobre la mayoría del pueblo argentino.
Y bien, cómo con tales hechos, prometidos pública y solemnemente, le devolvería al pueblo su fe perdida y a la república su soberanía enajenada, la juventud argentina se ve forzada a realizar un acto heroico para lograr su cumplimiento.
Pues bien, aquella espada, la purísima espada del Padre de la Patria, aquel sable repujado por la gloria, aquella síntesis viril generosa de la patria, por milagro de la fe, volverá a ser el santo y seña de la liberación nacional.
Para ello, desde hoy, aquella espada que un día el Libertador, en plena lucidez, legara al brigadier general Juan Manuel de Rosas por la satisfacción con que viera la defensa de su patria frente a las agresiones del imperialismo, dejó su reposo en el Museo Histórico Nacional para brillar de nuevo en magno combate por la reconquista de la argentinidad.
Desde hoy, el sable de San Lorenzo y Maipú quedará custodiado por la juventud argentina, representada por la Juventud Peronista.
Y juramos que no será arrancado de nuestras manos mientras los responsables directos o indirectos de esta vergüenza que nos circunda no resuelvan anular los contratos petroleros, decretar la libertad de todos los presos políticos, gremiales y Conintes, y dar al pueblo libertad para expresar su pensamiento y ejercer su voluntad al amparo estricto de la ley y lejos de decretos delictivos y comunicado de mentiras, que han constituido la más fabulosa y descarada estafa uniformada de que se haya hecho objeto al pueblo de la República en toda su historia.
El pueblo no debe albergar ninguna preocupación: el corvo de San Martín será cuidado como si fuera el corazón de nuestras madres; Dios quiera que pronto podamos reintegrarlo a su merecido descanso. Dios quiera iluminar a los gobernantes.
Juventud Peronista.
El sable corvo, de San Martín a Rosas y el robo a manos de la Juventud Peronista
El sable corvo había sido comprado por San Martín en 1811 en un negocio de antigüedades en Londres, durante los cuatro meses que pasó en la ciudad inglesa luego de haber dejado España y antes de viajar a Sudamérica. Estudios posteriores determinaron que la pieza provenía de Medio Oriente, muy probablemente de Damasco, y había sido construida en la era pre industrial. San Martín utilizó el arma en las batallas de Chacabuco y Maipú. Luego en su testamento legó la pieza de 95 centímetros de largo a Juan Manuel de Rosas: “El sable que me ha acompañado en toda la guerra de la independencia de la América del Sud, le será entregado al General de la República Argentina D. Juan Manuel de Rosas, como una prueba de la satisfacción que como argentino he tenido al ver la firmeza con que ha sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los extranjeros que tratan de humillarla”. Los herederos de Rosas, finalmente, en 1897 lo donaron al estado argentino.
Con el tiempo se supo que los cuatro que se llevaron el sable del Museo fueron Osvaldo Agosto, Alcides Bonaldi, Manuel Gallardo y Luis Sansoulet, miembros de la Resistencia Peronista. Idearon el plan y luego pidieron autorización a la cúpula integrada por Jorge Rulli, Héctor Spina y Envar El Kadri.
El proyecto original era muy ambicioso y estaba compuesto por tres operativos. Los otros dos eran espectaculares pero necesitaban mayor logística y, por supuesto, implicaban un riesgo infinitamente superior que el de reducir a un guardia desarmado de 72 años: tomar las Malvinas y recuperar las banderas de la Batalla de Obligado que descansaban en Los Inválidos de París. Desecharon -o al menos postergaron ambos- y se quedaron con la excursión a Parque Lezama.
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El destino final del Sable era hacérselo llegar a Perón en su exilio como ofrenda para que hubiera continuidad histórica según creían sus militantes: San Martín- Rosas- Perón. Mientras tanto harían jurar sobre él a todos los militantes que se unieran a la causa. Pero muy rápido descubrieron que sería muy complicada pasar las fronteras con el objeto histórico y el plan fue perdiendo ambición e internacionalidad.
La noche del 12 de agosto, al alejarse del Museo, los jóvenes se habían citado con otros militantes en una esquina céntrica para hacer el traspaso del Sable. Pero al llegar al lugar prefijado no había nadie. Esperaron unos minutos y se alejaron muy preocupados, convencidos de que sus compañeros habían sido apresados. Buscaron un teléfono público y llamaron a su casa. Los atendió Aníbal, uno de los hermanos Demarco (que sería Ministro de Bienestar Social durante el gobierno de Isabel Perón), uno de los que se tenía que hacer cargo del botín y trató de explicar que se había confundido de horario, que estaba haciendo tiempo para salir. No se sabe si hubo error o arrepentimiento. Lo cierto es que fijaron un nuevo punto de encuentro y el sable pasó a manos de los Hermanos Demarco que hacía tiempo habían desistido de sacarlo del país para hacérselo llegar a Perón. A la madrugada lo llevaron en auto hasta una estancia ubicada en la localidad bonaerense de Maipú, camino a Mar del Plata.
En los días posteriores al robo, la pesquisa no avanzaba demasiado hasta que el 17 de agosto, el día en que se conmemora a San Martín, un diario capitalino recibió un llamado telefónico que invitaba a uno de sus periodistas a recoger del baño de un bar porteño un nuevo comunicado. En él se repetían los pedidos, las reivindicaciones y se nombraba a Perón y se reclamaba la devolución del cadáver de Eva. Es divertido observar los malabarismos que hicieron al día siguiente los matutinos nacionales para reemplazar el apellido Perón por otras construcciones gramaticales. La favorita seguía siendo el tirano depuesto.
Esa misma tarde uno de los que había robado la pieza histórica fue detenido cuando se dirigía a tomar radio El Mundo para emitir una nueva proclama. Lo torturaron hasta que dio el nombre de otro de los involucrados, el de Osvaldo Agosto, al que detuvieron pocas horas después. Más torturas aunque Agosto siempre sostuvo que no delató a nadie.
Doce días después del robo, el sable apareció. Fue devuelto por Adolfo César Philippeaux, excapitán de origen peronista retirado del arma desde que participó en 1956 del levantamiento de Valle. La historia de la devolución nunca quedó demasiado clara. Los involucrados juran que Philippeaux, al enterarse de que el sable estaba en su poder les exigió su devolución: “Me sentí obligado, al conocer el lugar donde se hallaba el sable, a actuar inmediatamente para lograr su devolución. He sido oficial del Ejército y, aunque no revisto a la institución, estoy ligado moralmente a ella”, declaró días después el excapitán.
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El 28 de agosto los fotógrafos captaron a Philippeaux ingresando de uniforme, con gesto solemne y con el sable en un envoltorio de tela a la oficina del General Tomás Sánchez de Bustamante. La noticia fue tapa de los diarios aunque al día siguiente fue desplazada por el impactante robo al Policlínico Bancario, que se intentó hacer pasar por obra de delincuentes comunes aunque al poco tiempo se supo que fue ejecutado por Tacuara.
Dos años después, el robo se repitió
Como si nadie hubiera sacado ninguna lección del incidente, dos años después se repitió el hecho. El 19 de agosto de 1965 (la cercanía de la efeméride sanmartiniana parecía enardecerlos) otra vez una banda ingresó al Museo, rompió la vitrina y se llevó el sable. Hubo algunas diferencias. Los tiempos se habían acelerado, se iban poniendo más violentos y ya no alcanzaba con un robo blanco, pacífico. Hubo ráfagas de disparos y amenazas. La recién nacida revista Gente tituló: “La política no debe manchar la historia”.
El sable permaneció más tiempo desaparecido: 11 meses después en un operativo que nunca quedó demasiado esclarecido fue recuperado por el servicio de inteligencia del Ejército. A esa altura ya había sido derrocado Illia y Onganía era el presidente de facto. Los responsables habían sido integrantes de una incipiente organización armada de cuño peronista. A partir de ese momento el Sable Corvo de San Martín permaneció bajo la custodia del Regimiento de Granaderos a Caballo hasta 2015 cuando volvió al Museo Histórico Nacional.
En 1969, Osvaldo Agosto, ideólogo y autor del robo original, visitó a Perón en el exilio de Puerta de Hierro. Perón lo chicaneó apenas el militante ingresó: “Estuve esperando el sable”. Agosto se excusó: “Hubo unos inconvenientes”. “Sí, ya me enteré”, respondió el viejo líder e hizo un gesto con su mano mostrando indulgencia. Enseguida cambiaron de tema.
José de San Martín, Robo
POLITICA
Apatía, pocos carteles y mesas de difusión, postales del frío clima electoral en el conurbano

“No hay clima en las calles”. Así lo admiten los referentes territoriales de las distintas fuerzas en disputa en el conurbano para describir la fría temperatura electoral en la provincia de Buenos Aires, donde más de 13,3 millones de personas —el 37% del padrón nacional— están habilitadas para votar.
El desinterés está en línea con el ánimo despolitizado ascendente que ya se tradujo en un ausentismo del 40% en los últimos comicios bonaerenses del 7 de septiembre. La cartelería, las pintadas y la publicidad dominan el paisaje por encima de la presencia militante, las mesas electorales o el reparto de volantes. Aunque esos activos partidarios siguen vigentes, en el territorio sobresale una apatía entre vecinos y comerciantes, más preocupados por llenar los bolsillos que las urnas.
El termómetro fue activado en una recorrida de LA NACIÓN que incluyó Lomas de Zamora, La Matanza, Moreno y Tres de Febrero, entre otras urbes neurálgicas. Lugares que deberían estar respirando la movilización electoral y que, por el contrario, exponen postales del profundo desinterés.
“Hay un ánimo muy bajo, se puso un poquito esta semana y en estos días finales, pero no mucho más”, reconoce un histórico armador pejotista y mano derecha de una de las principales espadas de Fuerza Patria (FP), donde imaginan un escenario acorde al del 7 de septiembre con “una participación similar de la ciudadanía en las urnas”, aunque “con otros actores en puja y un formato de elección distinto”.
La consigna predominante en el peronismo es apelar “al trabajo de hormiga, al bajo perfil y a la cautela”. Lejos de la parafernalia de otras épocas, en el día a día prefieren sostener el núcleo duro con intervenciones segmentadas y capitalizar lo que ven como un derrumbe del oficialismo sin reavivar su propia interna, la cual sigue atada con alfileres. Se nota que esta vez los intendentes están poniendo menos recursos en el territorio que la previa a la elección bonaerense.
En ese escenario de modorra electoral, la renuncia abrupta de José Luis Espert golpeó de lleno las expectativas de La Libertad Avanza (LLA). El oficialismo hoy se aferra a la estampita de Javier Milei para recomponer con su presencia en el territorio el estado de gracia que supo tener. El refuerzo del rol proselitista del mandatario busca eclipsar el escándalo que terminó con la salida del ahora exprimer candidato a diputado nacional por la provincia, acorralado por sus vínculos con el empresario acusado de narcotráfico Federico “Fred” Machado.
“Nosotros hablamos lo menos posible porque ellos se hunden solos. Los de LLA paraban enfrente, pero ya casi ni vienen. Los pobres pibes no tienen la culpa, pero el ánimo de la gente se les está dando vuelta: todo el mundo te habla de que no llega a fin de mes”, dice Rodolfo, militante de 62 años de Fuerza Patria, a cargo de la única mesa partidaria visible a lo largo de la peatonal de Lomas de Zamora. A su lado, lo acompaña Julio, de 60, que completa: “Estamos de lunes a sábado de 10 a 16. Nos consultan cómo votar, dónde hacerlo. Por acá pasarán unas 150 personas por día, no más”.
A dos cuadras de allí, Milei sufrió hace dos meses un escrache que marcó la campaña bonaerense: abucheos, objetos volando por el aire y la imagen de Espert huyendo en moto tras los incidentes entre militantes libertarios y opositores. En ese mismo lugar, de aquel tenso antecedente sólo queda el escepticismo. “Hay muy poca campaña. Cada tanto ponen una mesa los de LLA, pero se barrió con casi todo. También el peronismo. La gente pasa de largo, piensa en su día a día y listo”, narra Enzo, kiosquero de Laprida e Yrigoyen, epicentro de aquella hecatombe.
A falta de poco más de una semana de las elecciones, el desánimo se extiende entre algunos negocios consultados en los alrededores de la Plaza San Justo, donde yace el corazón de La Matanza. Patricia, una señora mayor a cargo de un puesto de diarios cercano, responde tajante: “No tengo mucha opinión al respecto, acá lo que importa son las ventas y si el dinero alcanza o no”. Varios años más joven es Milagros, quien atiende un local de accesorios de celulares a pocos metros, desde donde expresa la misma distancia. “No tengo idea y tampoco me interesa mucho. ¿Quién me gusta más? Creo que ni voy a ir a votar”, admite.
Ante la falta de propuestas concretas, la Boleta Única Papel (BUP) se volvió el tema que más inquieta a los votantes y, de paso, el principal gancho pedagógico de las dosificadas mesas militantes en pie.
Desde la LLA esperan que el flamante sistema “perjudique al aparato clientelar del peronismo en época electoral” y que la unificación de las listas nacionales cambie la ecuación que hubo cuando se votó en septiembre, con ocho elecciones simultáneas para la Legislatura bonaerense, donde las intendencias justicialistas marcaron la diferencia. “Ya no se entra más al cuarto oscuro con la boleta que te hacían traer de tu casa, ahora están numeradas y el presidente de mesa te la entrega cuando llegás a la escuela”, valoran.
El despliegue electoralista de Fuerza Patria en el epicentro matancero es el más visible del día. Hay dos gazebos en Arrieta y Villegas y en Arrieta e Yrigoyen, donde se congrega un puñado de vecinos. Predominan los carteles de Cristina Kirchner y las consignas en torno de su condena, mucho más que la figura del candidato del espacio, Jorge Taiana.
“Ahora se tranquilizó por ser mediodía, pero ha estado más intenso, por día se acercarán alrededor de 300 personas”, cuenta Rosa, militante a cargo de uno de los puestos. En cambio, LLA no tuvo presencia este jueves: “El día anterior estuvieron frente a la municipalidad, pero poco tiempo y se fueron”, comentan.
En Moreno, los libertarios tienen una de sus usinas más activas del Conurbano. “Acá logramos construir un modelo verdaderamente popular que sigue las ideas de la libertad”, cuenta Javier, referente de las mesas de difusión montadas sobre Alcorta al 400, a pocos metros de la estación Paso del Rey del tren Sarmiento. Mientras acomoda volantes y responde consultas, resume el pulso del lugar: “La gente se acerca con ganas, con curiosidad y con las mismas preocupaciones de siempre: la inseguridad, los hospitales que no funcionan, las escuelas que se caen a pedazos”. En su mesa reparten instructivos sobre la BUP, informan puntos de votación y reclutan fiscales. Sobre el caso Espert, responde: “Se marca el casillero violeta y se vota a LLA”.
En Fuerza Patria, la BUP —sostienen— “permite enseñar cómo votar para frenar a Milei”. Admiten, sin embargo, que podrían perder arrastre en las urnas con el formato de votación por delante y sufrir una fuga de volumen respecto de las elecciones bonaerenses.
“El peronismo va a bajar su caudal porque hay muchos partidos con expectativas de entre dos y seis puntos —La Izquierda, Provincias Unidas, Potencia—, aunque confiamos que la diferencia con LLA (de casi 14 puntos en septiembre) se consolide”, señalan.
Al igual que en Lomas de Zamora, en la peatonal de San Martín la única mesa presente es la del peronismo. “Son otros tiempos y creo que se está buscando una forma de hacer campaña de manera más austera, gastando menos dinero, en vez de los afiches, enfocándose en las ideas, que es lo más importante”, describe Alan, de 23 años. Respecto a lo que ven en el polo opuesto, analiza: “Están menos en la calle, pero no hay que confiarnos. Tienen otra forma de hacer política, su estrategia va por otro lado y no hay que subestimarlos porque, aunque no nos guste, hoy son gobierno”.
En el local de LLA en San Martín, la fachada se encuentra ploteada con la cara de Javier Milei y la de Diego Valenzuela, el intendente de Tres de Febrero, donde el presidente hizo su último acto dentro de la provincia de Buenos Aires. “Fue un honor recibirlo”, pondera Karina, a cargo de dicha sucursal libertaria, quien asegura que las premisas son “apelar a la sinceridad, trabajar con la verdad”.
En ese marco, reconoce que “la cuestión económica pasó a ser el principal tema”, pero defiende el volumen de la actividad territorial en su distrito. “LLA está muy activa en Plaza Alem, Billinghurst, el centro de Ballester y de forma más itinerante por la peatonal de San Martín”, enumera.
Una militante libertaria de la Tercera Sección cuenta que la derrota del 7 de septiembre “paralizó el despliegue territorial” y reavivó desconfianzas internas. Desde entonces, la consigna “Kirchnerismo nunca más” fue reemplazada por “La Libertad Avanza o la Argentina retrocede”.
Puertas adentro de LLA, ahora, ven en el inusitado ascenso de Diego Santilli tras el ocaso de Espert –cuya cara se mantendrá al frente de la boleta violeta a la hora de votación– una esperanza de mayor apertura al electorado proveniente del Pro, con anclaje en estratos medios altos para arriba desencantados. “Es clave que esa gente del Pro nos vaya a votar”, rezan.
“Las zonas de sectores medios altos ni las caminamos”, repiten desde la vereda de enfrente, que entienden que esos segmentos son hoy los más apáticos, sobre todo, por el rumbo de la Casa Rosada, al que creen que le podrían soltar la mano.
“Hay un caldo de cultivo, un cambio. La gente que se cansó del trato de un gobierno que no para de tropezar con temas cada vez más delicados”, interpretan en Fuerza Patria, que apuestan a una ecuación menos es más. “Nosotros pretendemos intervenir lo menos posible, sin alterar porque son sectores que sienten que la política no les resuelve nada, dejamos que la gente siga con su vida”, amplían.
Otro dirigente mileísta con fuerte llegada a los barrios postergados de la Primera reconoce: “No es el mejor momento, pero esperamos que la sangría haya parado”. El clima interno se tensó por el desgaste de Sebastián Pareja, cuarto candidato a diputado y cerebro del armado bonaerense.
“Fue apuntado como responsable de la última derrota”, repiten internamente, aunque reconocen que “su poder de influencia en las bases es muy alto”. Una voz libertaria más que pivotea en el AMBA cree que “hay una implosión” y agrega: “Su gente quedó golpeada, algunos dejaron de atender los teléfonos”. Más allá del resultado, dentro del espacio existe consenso en un diagnóstico: tras el 26 de octubre habrá cirugía mayor.
Manuel Casado,Conforme a
POLITICA
La Cámara Electoral le ordenó al Gobierno que publique los resultados por distrito

La Cámara Nacional Electoral resolvió hoy un aspecto clave para la transparencia de los próximos comicios legislativos: la publicación de los resultados provisorios deberá realizarse exclusivamente por distrito electoral, en línea con lo que establece la Constitución Nacional y la legislación vigente.
Lo hizo ante un planteo administrativo que hizo Fuerza Patria ayer, luego de que en el simulacro realizado el fin de semana pasado, el Gobierno presentó los datos de los resultados unificados, con los votos de La Libertad Avanza y de Fuerza Patria obtenidos en todo el país.
Se trata de una pelea de fondo, porque implica la foto que se dará el domingo a la noche, cuando se conozca, a partir de las 21, el veredicto de las urnas. Con esa cuenta, el oficialismo podía mostrar una ventaja, ya que iba a sumar los 24 distritos donde tiene representación, mientras que el sello oficial del peronismo, solo está presente en 13.
La primera reacción del Gobierno Nacional fue que la acordada no impide la publicación de un número global de todos los votos obtenidos por las distintas fuerzas y dejaron en claro que cumplirán la decisión, pero también mostrarán, como información accesoria, el resultado por país.
La decisión, adoptada en acuerdo extraordinario por los jueces Daniel Bejas, Alberto Ricardo Dalla Via y Santiago Hernán Corcuera, buscó evitar confusiones en la opinión pública sobre la legitimidad y el alcance de los datos difundidos la noche de la elección.
El conflicto central que motivó la intervención del máximo tribunal electoral del país gira en torno a la forma en que se presentan los resultados provisorios, un conteo preliminar que históricamente realiza el Ministerio del Interior a través de una empresa privada, y que carece de valor jurídico,se desprende de la acordada.
La Cámara resaltó que este escrutinio, a diferencia del definitivo que sí tiene efectos legales y es competencia exclusiva de la justicia electoral, “resulta ajeno» y los magistrados “no intervienen en las operaciones atinentes a su diseño, planificación, organización, procesamiento, cómputo y difusión; ni tampoco en la contratación de prestadores de servicios a tales efectos”.
La resolución surge en un contexto de reiteradas advertencias sobre los riesgos de que la difusión de datos provisorios, si no se realiza con claridad y neutralidad, pueda afectar la confianza pública en el proceso electoral.
El tribunal citó antecedentes propios y estándares internacionales, como las directrices de IDEA Internacional, que recomiendan que “si los resultados han de ser anunciados antes de la certificación final, el marco legal ha de regular claramente la forma de llevar a cabo tales anuncios”.
En la Argentina, la legislación no regula en detalle la metodología, verificación ni publicación del escrutinio provisorio, lo que, según la Cámara, “puede generar efectos negativos en la percepción de confianza de la opinión pública, como ocurre por ejemplo con la variación de resultados derivada del orden de carga de los datos […] y el horario en el que se decide dar difusión de los cómputos”.
En este ciclo electoral, el Poder Ejecutivo Nacional delegó en el Correo Oficial la contratación de la empresa encargada del conteo provisorio, así como la impresión de boletas y padrones.
Ante observaciones de partidos políticos, la Cámara recordó que ya había exigido a la Dirección Nacional Electoral que, al difundir los resultados provisorios, se explique de manera clara su naturaleza, la metodología empleada, las diferencias con el escrutinio definitivo y la relevancia jurídica de este último. Además, insistió en que la difusión debe ser “objetiva y neutral, en términos de filiación política partidaria”.
El núcleo de la decisión se apoya en la letra de la Constitución Nacional y el Código Electoral Nacional, que establecen que para las elecciones legislativas cada provincia y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires constituyen distritos electorales independientes. Por lo tanto, “no hay margen de interpretación alguno que permita llevar adelante un escrutinio global de todo el territorio nacional, como el previsto para la elección presidencial”.
Así, los resultados deben computarse y publicarse por distrito, sin agregados nacionales, para evitar inducir a error sobre la representación real de cada fuerza política.
La Cámara concluyó ordenando a la Dirección Nacional Electoral que la publicación del escrutinio provisorio “deberá respetar el criterio de división por distrito electoral, con arreglo al contenido de la presente”. La resolución lleva las firmas de Daniel Bejas como presidente, Alberto Ricardo Dalla Via como vicepresidente y Santiago Hernán Corcuera como juez de Cámara, con la actuación de los secretarios Hernán Gonçalves Figueiredo y Sebastián Schimmel.
POLITICA
La Justicia electoral ordenó informar los resultados de las elecciones por distrito y no exhibir un conteo nacional

La Justicia electoral ordenó al Poder Ejecutivo a que presente los datos de las elecciones nacionales legislativas del domingo próximo por distrito y no mediante una suma nacional de votos, como pretendía hacerlo el Gobierno.
La decisión es de la Cámara Nacional Electoral y lleva la firma de los jueces Daniel Bejas, Santiago Corcuera y Alberto Dalla Vía.
La decisión del tribunal estuvo motivada en el pedido del Partido Justicialista, de la UCR, del Frente de Izquierda y de Trabajadores Unidad Distrito CABA, que planteó una denuncia administrativa ante la Dirección Nacional Electoral.
“Hacer saber a la Dirección Nacional Electoral del Ministerio del Interior -responsable de la supervisión y control de las respectivas operaciones- que la publicación del escrutinio provisorio deberá respetar el criterio de división por distrito electoral”, resolvió el tribunal en el fallo al que accedió .
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