A lo largo de los poco más de seis meses desde que está al frente del Mercosur, el presidente Javier Milei realizó varias gestiones con dos objetivos claros: flexibilizar el bloque y firmar el demorado acuerdo con la Unión Europea. A pesar de sus gestiones, todavía ninguna de las dos metas se cumplieron.

Entre el miércoles y jueves que viene, el mandatario argentino recibirá a sus pares latinoamericanos y a representantes del Viejo Continente antes de dejar formalmente el liderazgo del grupo, que desde julio pasará a estar en manos de Brasil.

La cumbre de jefes de Estado se realizará durante esos dos días en el Palacio San Martín, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, ubicado sobre la calle Arenales al 761, en el barrio porteño de Retiro.

Hasta ese lugar se acercarán los presidentes de los tres países miembros del organismo regional, Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), Yamandú Orsi (Uruguay) y Santiago Peña (Paraguay), aunque también podrían asistir sus pares de Chile, Gabriel Boric, y de Bolivia, Luis Arce, además de Ursula von der Leyen, titular de la Comisión Europea.

Entre las múltiples cuestiones que se tratarán a lo largo de esas jornadas de trabajo, la administración libertaria buscará que las normas que complican los acuerdos comerciales sea uno de los ejes del debate.

Cuando finalizan estas cumbres de líderes, los integrantes del Mercosur emiten un comunicado firmado por todos ellos en el que sintetizan los consensos a los que arribaron y los desafíos de cara al futuro.

Esta podría ser una oportunidad para Milei para que, en el tramo final de su Presidencia pro tempore, el bloque difunda una fuerte declaración en la que ratifique sus intenciones de completar el acuerdo con la UE.

En la última reunión, que se llevó adelante en Montevideo, se acordó un documento de 40 puntos en los que no se mencionaron las normativas internas que, según las autoridades nacionales, dificultan que cada país pueda negociar unilateralmente tratados de libre comercio.

Para esto, será clave también el trabajo que pueda realizar el canciller Gerardo Werthein, que recibirá a los mandatarios en la sede de su Ministerio y colaborará con la Presidencia en la organización del evento.

“Todo lo que sea para romper, a mí me encanta”, exclamó Milei cuando en diciembre del 2024 recibió la Presidencia pro tempore del Mercosur de manos del entonces mandatario charrúa, Luis Lacalle Pou.

En aquella oportunidad, el libertario ya advirtió que, “como cualquier instrumento”, el grupo debía “ser constantemente sometido al escrutinio para ver si funciona o no, si rinde los resultados prometidos o no”.

“No puede tener reglas y determinaciones estáticas, si sus normas son perniciosas tiene que ser posible cambiarlas, en función de lo que necesitan los usuarios del instrumento, los países firmantes. Es decir, este instrumento debe ser blando y maleable; de lo contrario, su propia rigidez lo termina quebrando”, indicó.

En este sentido, al asumir al frente del cuerpo, aseguró que para su gestión “liberar el corsé asfixiante” producido por esas normas “no es una mera preferencia, es una necesidad”.

“Nuestra Presidencia explorará un régimen de mayor flexibilidad y autonomía comercial para los integrantes del bloque, para que cada uno pueda instaurar acuerdos comerciales que les resulten convenientes, para que cada país pueda determinar hasta dónde sí y hasta dónde no haciéndose eco de las necesidades de su propia población”, agregó.

En estos más de seis meses, Milei intentó facilitar el acuerdo con la Unión Europea e incluso en una de sus giras internacionales hizo una escala en Francia para conversar sobre esta cuestión con su par local, Emmanuel Macron.

De acuerdo con lo que precisaron a Infobae diferentes fuentes al tanto de aquel encuentro, en ese momento ambos coincidieron en que las próximas etapas de las negociaciones vinculadas al acuerdo serán fundamentales para la firma.

Además de esta bilateral, el Presidente le encomendó al diputado del PRO Fernando Iglesias, que lo acompañó en ese viaje, que se trasladara a Bruselas para tratar de convencer a los eurodiputados que todavía no están convencidos del tratado.

A pesar de que en la región actualmente hay gobiernos de distinto signo político, hay una cierta unanimidad en el Mercosur respecto de la necesidad de que avance el pacto comercial con Europa.

De hecho, Lula da Silva, que será el próximo presidente pro tempore del cuerpo, es otro de los principales dirigentes mundiales que aboga por la firma del acuerdo y así se lo hizo saber a Macron en un encuentro que tuvo incluso antes de Milei.

“Si quiere, puede enviar un grupo de agricultores a Brasil o yo traeré uno aquí; nos sentaremos en cualquier mesa y hablaremos. Estoy seguro de que podremos llegar a un acuerdo”, confió en conferencia de prensa, después de la bilateral.

Por su parte, el libertario también intensificó las gestiones a través de la Embajada argentina en Francia, que encabeza Ian Sielecki, un diplomático que tiene una relación personal con Macron por haber trabajado durante su primera campaña presidencial.

Ahora, Milei tiene el desafío de plasmar en hechos, como podría ser la declaración conjunta, los ejes que se planteó a principios de diciembre pasado para su mandato al frente del Mercosur.

“En resumen, menos trabas para-arancelarias para comerciar puertas adentro, más libertad para comerciar puertas afuera, y más colaboración en la persecución del narco; sucintos y al punto, esos son nuestros objetivos”, explicó en aquella oportunidad.