POLITICA
Máximo Kirchner dijo que prefiere no reemplazar a Cristina como candidato bonaerense

Máximo Kirchner se mostró este jueves reacio a una eventual candidatura a diputado bonaerense en la tercera sección electoral, con miras a los comicios del 7 de septiembre, en reemplazo de Cristina Kirchner. Tras la condena a seis años de prisión contra la expresidenta en la causa Vialidad, que además la inhabilita a ejercer cargos públicos, el referente de La Cámpora manifestó: “En mi caso no me resulta muy simpático hacerlo con la proscripción”.
“Habrá que pensarlo, uno está siempre a disposición de su fuerza política”, señaló Máximo Kirchner, en diálogo con Radio con Vos. “Me parece que está muy mal lo que está sucediendo”, apuntó luego el titular del PJ bonaerense, contra el fallo de la Corte Suprema que condenó a la exmandataria a seis años de prisión.
Bajo esa misma línea, el referente de La Cámpora destacó los alcances de la marcha a Plaza de Mayo en reclamo de libertad a Cristina Kirchner. “Hubo un reflejo de la sociedad de poner límites a esta forma de ejercicio y abuso de poder de ciertos sectores en la Argentina y si eso lo podemos hacer para evitar proscripciones, para que las representaciones populares y que la sociedad decida poder ejercerlas y sentirse que puede votar lo que quiere, claro que lo podemos a hacer con un montón de cosas más”, resaltó.
“Para mí la solidaridad de sectores no peronistas de ayer fue muy importante y creo que el peronismo debe tomar nota cuando debe ser solidario también con aquello que no tiene que ver con su día, su liturgia y sus quehaceres”, agregó.
Por otro lado, el diputado de Unión por la Patria volvió a cuestionar la gestión económica del Gobierno y apuntó contra el decreto de necesidad y urgencia (DNU) que habilitó al oficialismo a sellar un acuerdo de refinanciamiento de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Se eliminan las tres condiciones de monto, plazo e interés. Se está emitiendo deuda sin un montón de condiciones que los demás gobiernos sí tuvieron”, advirtió.
“Lo que hay que entender es que esto se va a pagar en un momento, y cuando vengan a cobrar, ¿quién piensan que va a hacerse cargo de eso, la Asociación Empresaria Argentina (AEA) o los trabajadores registrados y no registrados, los que estaban en la Salada, los que son mecánicos de la SMATA, los trabajadores de la UOM?”, cuestionó al respecto.
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Causa Spagnuolo: el juez Casanello rechazó un nuevo intento de anular la investigación contra Suizo Argentina

El juez federal Sebastián Casanello rechazó este viernes los pedidos de nulidad presentados por Emmanuel y Jonathan Kovalivker, dueños de la droguería Suizo Argentina, en el marco de la investigación sobre presuntas compras irregulares de medicamentos por parte de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS).
Los planteos de la defensa, encabezados por el abogado Martín Magram, cuestionaban el origen del expediente por el uso de grabaciones no autorizadas y alegaban la existencia de una investigación anterior ya archivada, lo que a su criterio configuraría cosa juzgada.
El fallo de Casanello sigue la línea del fiscal Franco Picardi, quien se había opuesto previamente a la nulidad. Ahora, los Kovalivker podrán apelar la decisión ante la Cámara Federal.
La causa se inició a fines de agosto tras una denuncia de Alejandro Díaz Pascual, miembro de la asociación civil Arco Social, que señalaba compras millonarias realizadas por la ANDIS a Suizo Argentina por unos $30.000 millones sin licitación pública.
El caso también involucra a Diego Spagnuolo, ex titular de la agencia, quien fue desplazado tras la filtración de audios en los que hablaba de supuestos pedidos de coimas. Los audios motivaron la apertura del expediente y fueron difundidos por distintos medios.
En la defensa, Magram advirtió que los procedimientos judiciales afectaron el funcionamiento de la empresa y criticó los allanamientos, que según él contenían “muchísima información”. Además, justificó que los Kovalivker no entregaran las claves de sus celulares alegando privacidad y seguridad, dado que la información contenía material sensible y familiar, como fotos y videos de sus hijos o incluso grabaciones personales.
Fernando Cerimedo declaró que Javier Milei sabía sobre las coimas en la ANDIS: “Se indignó”
Por su parte, desde la droguería Suizo Argentina aseguraron que ninguno de los contratos investigados presenta irregularidades y que la firma nunca ofertó con sobreprecios.
La investigación continúa en etapa preliminar, con el análisis de contratos y documentación secuestrada, sin que hasta el momento haya definiciones sobre la existencia de irregularidades o sobre la procedencia de los fondos involucrados.
Además, la denuncia de Díaz Pascual vinculó a la empresa con figuras políticas, como el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, y su primo Eduardo “Lule” Menem, cercano a la funcionaria Karina Milei.
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A la par de la campaña, Kicillof inició negociaciones para aprobar el Presupuesto antes de diciembre

En medio de la campaña hacia la elección legislativa del próximo 26 de octubre; el gobierno de Axel Kicillof, define por estos días una hoja de ruta que requiere del acuerdo legislativo con los bloques de la oposición. Ese menú es para discutir el Presupuesto del año que viene, además de la Ley Fiscal Impositiva para el próximo período y el proyecto de ley aún no presentado, pero anunciado por el gobernador, por el cual la provincia estaría facultada para intervenir sobre las obras no finalizadas por el gobierno nacional.
A todo ese bloque se le suma una solicitud de endeudamiento que requirió el Poder Ejecutivo en mayo de este año, equivalente a una suma de hasta USD 1.045 millones de dólares; una iniciativa que tuvo dictamen de la comisión de Presupuesto del Senado provincial y no se movió más.
Esta semana hubo algunas reuniones de las que participaron la vicegobernadora y presidenta del Senado provincial, Verónica Magario con el titular de la Cámara de Diputados bonaerense, Alexis Guerrera; además de otras autoridades legislativas. Se piensa, en principio, hacer una sesión en espejo entre ambas cámaras en donde se podría avanzar con el proyecto de endeudamiento: 15 de octubre sería la fecha asignada.
Esa iniciativa cuenta además con algunos ítems de especial interés para los intendentes. Allí se propone crear el Fondo de Fortalecimiento de Inversión Municipal, pero que será con cargo al endeudamiento inicial por más de 1.000 millones de dólares, representará el 8% de la toma de deuda y la condonación de la deuda que algunos municipios tienen con la provincia por la asistencia financiera durante la pandemia y para el pago de salarios a trabajadores municipales. El último ítem se trató de una de las modificaciones al texto original que había girado el gobernador, ya que planteaba una suspensión en la deuda y no condonación. El proyecto, con cambios, obtuvo dictamen favorable en el mes de junio en la comisión de Presupuesto de la Cámara Alta. Por el momento hay intenciones de tratar ese proyecto dentro de algunas semanas, promediando el mes de octubre y en medio de la campaña electoral.
El resultado de la elección del 7 de septiembre también interviene sobre la estrategia legislativa. Aunque todavía sin precisiones, en distintas oficinas del poder político bonaerense corre la versión de que el Ejecutivo elevaría el Presupuesto en algunas semanas con la intención de tratarlo a fines del mes de noviembre. Esto es antes del recambio legislativo.
Si bien a partir de diciembre el peronismo engrosará su presencia tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado provincial —donde además tendrá quorum propio— por el momento en incierto el nuevo mapa legislativo, tanto la oposición como en el oficialismo. “Costó mucho mantener los bloques nuestros unificados en las dos cámaras todo este año; si fuera el gobernador aprovecharía y enviaría el Presupuesto con esta composición”, deslizan desde una banca que responde a Cristina Kirchner.
Las elecciones de septiembre y lo que fue el armado de las listas para los comicios provinciales también generaron un leve cimbronazo en el actual mapa legislativo. En el Senado, el bloque de la UCR quedó dividido en dos ante la creación de Somos. Ahora existe el bloque UCR Cambio Federal que integran los sectores que no se plegaron a la alianza electoral que compitió en los comicios provinciales. Este bloque cuenta con seis miembros; mientras que dos senadores que sí reportaron al espacio de Somos —Agustín Máspoli y Alejandro Cellillo— conformaron la bancada UCR Somos Buenos Aires. Cinco de los seis de UCR Cambio Federal y el dueto de UCR Somos Buenos Aires, vencerán mandato en diciembre.
Hoy por hoy el bloque del peronismo en el Senado tiene 21 integrantes, de un total de 46. Para aprobar el endeudamiento se requiere de los dos tercios. En Diputados hay un bloque de 37 sobre 92. Precisa de 10 más para conseguir quorum y luego —también— alcanzar los dos tercios. Antes de la elección provincial, en una entrevista con Infobae, consignó que precisaba “tener Presupuesto y Ley Fiscal”.
Al igual que el peronismo, los distintos sectores de la oposición se encuentran atravesados por diversas discusiones internas, producto de la elección del 7 de septiembre y el nivel de apoyo o no hacia la gestión de Javier Milei. Por el momento, pese a haber ido en acuerdo electoral, algunas voces del PRO aseguran que sostendrán su autonomía y no se plegarán a los legisladores que cuenta La Libertad Avanza. Esta distinción podría materializarse en alguna votación. También, a partir de diciembre en Diputados, el sector de los hermanos Passaglia que formaron el espacio Hechos tendrá tres bancas. Cercano al PRO, podrían también mantener su identidad y no sumarse al bloque del partido que preside Cristian Ritondo.
Asimismo, el bloque Unión y Libertad en Diputados queda con cinco bancas; mientras que Nuevos Aires con tres escaños. A estos sectores podría ir a buscar acompañamiento el oficialismo.
Si bien La Libertad Avanza tendrá mayor presencia legislativa en la provincia de Buenos Aires a partir de diciembre, la derrota electoral de septiembre y lo que pueda llegar a ocurrir con la elección de diputados nacionales también exteriorizó las diferencias adentro del mundo libertario.
Las listas seccionales y el acuerdo con el PRO estuvo a cargo de Sebastián Pareja. El titular del partido de LLA a nivel bonaerense colocó en los primeros lugares de esas nóminas a dirigentes que le responden y se convertirá en un posible interlocutor. Este sector deberá convivir con quienes integran las llamadas Fuerzas del Cielo; que además hoy controla el bloque libertario en Diputados, a través de la figura de Agustín Romo, de estrecho vínculo con Santiago Caputo.
No hay certezas de cuál será la dinámica a partir de diciembre en la Legislatura bonaerense. En el oficialismo coinciden en que habrá una atomización de la oposición y que al haber tantos bloques las negociaciones a afrontar serán complejas a muchas bandas. Entre las negociaciones a afrontar aparecen cargos en distintos organismos como el directorio del Banco Provincia, con mandatos que vencen en 2026; más algunos que se encuentran prorrogados. Además, hay cuatro vacantes en la Suprema Corte de Justicia. Todo eso debe aprobarse con acuerdo del Senado; previamente a un entendimiento político del Ejecutivo, tanto internamente con todas las vertientes del peronismo como con la oposición.
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Errores en espejo de Javier Milei y el kirchnerismo: ambos se resisten a cambiar

La Argentina otra vez se sostiene con confianza prestada. Pero esta vez, por ahora, si el Gobierno no vuelve a aislarse ni se produce otro abrupto cambio de humor de la sociedad, puede que con esa confianza prestada nos alcance para evitar el colapso.
Es una oportunidad de oro para que el Gobierno mejore sus estrategias económicas y políticas. Muchos se lo vienen reclamando. Pero hay que ver si los libertarios aprenden la lección, o al contrario, inflan el pecho, ahora que tienen más respaldo externo, e insisten con lo mismo que los llevó a acumular todos los problemas que hoy enfrentan, en el Congreso, en la economía y en la opinión pública.
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Entre las lecciones que les convendría aprender hay una que tiene que ver con el núcleo de la estrategia estabilizadora: había que explicarle bien clarito a la sociedad que la desinflación lleva su tiempo, que frenar la hiper es solo el primer paso y no el más difícil, los demás incluyen costosas y complejas reformas estructurales, difíciles de aprobar y más difíciles aún de instrumentar, y que existe el peligro de relajar ese esfuerzo cuando la suba de precios afloja un poco y “pareciera” que está ya todo bajo control y “lo peor ya pasó”. Pero el Gobierno más bien agravó estas confusiones en vez de disiparlas.
Es lo que se vio durante todo este año: Milei se desentendió de esas tareas pedagógicas, en el que se supone es su campo de expertise, se dedicó a su propia batalla cultural política e ideológica, ni Luis Caputo ni Federico Sturzenegger ni nadie más tomó la posta en explicar la coyuntura económica y sus riesgos, y por tanto también la opinión pública tendió a ignorar los problemas que se enfrentaban.
Los primeros lo hicieron porque se confiaron en que solo había que esperar que pasaran los meses necesarios para que “el equilibrio fiscal terminara de liquidar la inflación inercial”, y la economía despegara. Cuando en verdad esa inercia inflacionaria está tramada con otros muchas cuestiones. Principalmente, con la desconfianza a que el ordenamiento fiscal conseguido vaya a consolidarse y perdurar, si no cambian también las reglas impositivas, laborales y previsionales, y no se forma un consenso político más amplio en torno a su sostenimiento. Como se sabe, durante este año el oficialismo en vez de avanzar en cualquiera de esos terrenos retrocedió en todos ellos: porque se aisló del Congreso, abandonó a su suerte a los aliados legislativos y los gobernadores, y dio renovado aire, así, a la agenda contraria, la que reclama no solo compensaciones sociales atendibles, sino retrotraer el ajuste.
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En cuanto a la opinión pública, sucedió, simultáneamente, que una vez que la inflación volvió a los niveles “normales” previos al descalabro final de la gestión del Frente de Todos, “normales” porque convivimos con ellos desde hace más o menos veinte años, seguir reduciéndola dejó de interesarle a la mayoría. Pero eso también el oficialismo debió preverlo: a diferencia de lo que sucede en casi todo el resto del mundo, aquí un ministro de Economía no será puesto en la picota porque la inflación se le escape por arriba del 3 o 4% anual, sino por no poder evitar los conflictos distributivos generados cuando intente bajarla del 25 o 30%. Eso fue lo que liquidó la presidencia de Macri años atrás, lo que debilitó la tolerancia al ajuste durante este año, y lo que explica, al menos en parte, el resultado electoral bonaerense de unas semanas atrás.
Se entiende entonces, en la conjunción de estos dos problemas, la autocomplacencia y el creciente aislamiento del oficialismo, y el cambio de humor de la sociedad, por qué se desató una crisis de confianza, y nadie le creyó a Luis Caputo cuando dijo que si comprabas dólares ibas a perder, y menos le creyeron después del 7 de septiembre cuando prometió que habría dólares para todos.
Milei y Caputo deberían haber sabido también que, cuando se dispara un círculo vicioso de desconfianza como este, que se alimenta de debilidades tanto económicas como políticas, acelerando la corrida detrás del dólar (porque no hay reservas y hay elecciones muy pronto, la peor combinación posible), no importa mucho que tus adversarios sean los responsables de un desastre ocurrido apenas un año o dos atrás. Cualquiera, hasta un Frankenstein, te puede ganar la partida.
No alcanza con lo harta que haya llegado a estar la sociedad después de una década larga de estanflación. Ni importa tampoco que hayas hecho los deberes para eliminar el déficit. Ni siquiera alcanza con haberle torcido el brazo meses antes a los especuladores: Santiago Bausili y Caputo lo lograron justo un año atrás, cuando muchos apostaron a la devaluación y perdieron millones, es cierto; pero eso sucedió cuando la economía estaba en plena recuperación y las encuestas le sonreían al oficialismo; una vez que la actividad se estancó y los pronósticos electorales empezaron a cambiar, la taba financiera también se dio vuelta.
¿Por qué Milei no advirtió el riesgo que corría, que no iba a alcanzarle con haber ganado un par de rounds, porque la pelea era demasiado larga para librarla con lo puesto? Hablamos ya del exceso de autoconfianza, y también influyó un diagnóstico muy sesgado de la situación: en serio él creyó, y parece que sigue creyendo, que “lo peor había pasado”, y que lo que venía a continuación era un encadenamiento de éxitos políticos y económicos realimentándose entre sí.

¿Habrá alcanzado el susto que se pegó para sacarlo de esa ensoñación? Es probable que no. Que con el espaldarazo recibido en Nueva York y la experiencia de haber frenado la corrida su ego se infle aún más, y no crea necesario cambiar de raíz sus estrategias.
Por ahora lo que vemos es un Milei que recuperó la sonrisa, y que vuelve a polarizar la escena entre él, salvador de la Patria, y sus enemigos. Incluyendo entre estos a buena parte de los que necesita para aprobar su proyecto de Presupuesto y las reformas que vaya a plantear. Puede que la campaña electoral en curso no le deje otro camino que este, pero al menos podría incorporar algún matiz. Y sobre todo vendría bien que incorpore más explicaciones económicas sobre los problemas que enfrentamos, y prescinda aunque sea un poco de la retórica política con que reduce todos los problemas a un único problema: sus enemigos.
Un poco lo hizo, recordemos, cuando presentó el presupuesto: fue su discurso más presidencial en lo que lleva de mandato, por primera vez habló más de gestión económica que de ideas en pugna, lucha política y batallas culturales. Pero parece que fue la excepción, y no una nueva regla. Una pena.
El error en espejo del kirchnerismo
Mientras tanto, la oposición peronista está cometiendo un error en espejo a esta continuidad casi sin cambios del discurso presidencial. Y es que, en una muestra de completa carencia de cintura política, insiste en que la situación no cambió en nada con el rescate norteamericano, e igual la sociedad va a seguir rechazando la política económica oficial, porque está y seguirá estando harta del ajuste. Así que ellos no tienen por qué cambiar ni el tono ni los temas de su discurso, ni tampoco su estrategia legislativa, orientada a ahorcar al Ejecutivo, impugnando todas y cada una de sus medidas y quitándole en lo posible toda libertad de acción para llevarlas a cabo: reforma de los DNUs, censura al jefe de Gabinete, distribución automática de ATNs, y la lista sigue.

“La gente está igual de mal antes y después del viaje de Milei a Nueva York, porque el problema está en la economía real”. “Esto no le soluciona la vida a la gente”. “Lo que importa es el bolsillo y no hicieron nada para mejorar su situación”. “Le resolvieron el problema a los bonistas, no a los argentinos”.
Son las cosas que repiten en los medios en estos días los dirigentes kirchneristas y también algunos compañeros de ruta “progres”, abrazados a la idea de que el gobierno se ocupa de las finanzas y de la “macro”, pero lo que le importa a la sociedad es “la micro”, que no tiene nada que ver con aquella.
Hernán Lacunza, que criticó duramente en meses pasados algunos aspectos de la estrategia oficial, explicó recientemente con precisión lo ridículo que es suponer que macro y micro, finanzas y bolsillos, sean cosas separadas. Cuando la crisis cambiaria se aceleró la recesión también lo hizo, y se corría el peor de los riesgos, regresar al escenario de estanflación que Milei encontró en 2023, aún sin déficit público. Ahora hay chances de que la inflación siga contenida, al menos algo de crédito vuelva a aparecer y la recesión sea más moderada y breve. Al menos remarcaciones justificadas por un dólar desbocado no hubo, las caídas en operaciones inmobiliarias y venta de automotores parecen estar moderándose y sobre todo se instaló un nuevo clima, de alivio, que no disculpa del todo a Milei y Caputo por la crisis pero les devuelve mínima credibilidad como pilotos de tormenta.
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La oposición dura, sin embargo, parece no querer ver nada de esto. Un poco porque apuesta a expresar el malhumor de quienes seguirán, en cualquier caso, rechazando a Milei, lo que es bastante lógico. Pero también porque no pueden ocultar su disgusto ante el hecho de que la crisis no haya seguido espiralizándose, y no les haya dado la razón: el ajuste no es el camino, la inflación no es el problema, el liberalismo económico siempre va a fracasar, etc, etc.
Igual que Milei, se niegan a aprender de la experiencia. Y peor que Milei, carecen de toda flexibilidad en sus planteos y estrategia: se oponen a todo, y esperan que el otro fracase, y si evita fracasar recurren a algún argumento ad hoc para anunciar que igual va a fracasar muy pronto.
Podrían, sin mayor esfuerzo, y sin renunciar a su historia y sus creencias, hacer lo que hacen la mayoría de las izquierdas latinoamericanas desde hace años: reconocer que la inflación sí es un problema grave, que para combatirla hace falta tener las cuentas públicas en orden y contar con un sistema de financiamiento público que genere confianza y previsibilidad, y que están dispuestos a colaborar en construir esos instrumentos. Pero también a ellos la autocomplacencia les juega una mala pasada: creen que van muy bien con lo que están haciendo, y que finalmente la historia les va a dar la razón, así que, ¿para qué cambiar?
En esto no se equivocan del todo, por cierto. Saben de sobra cómo convivir con la inflación alta, y saben que buena parte de la sociedad, como decíamos más arriba, la prefiere antes que enfrentar duros conflictos distributivos para combatirla. Entonces, si la adaptación al statu quo sigue siendo tan fácil, y les impone tan pocos riesgos, ¿qué sentido tendría esforzarse y arriesgarse para hacer otra cosa?
El resultado electoral, de todos modos, podría decepcionarlos. A Milei le pasó que quedó cegado por la victoria conseguida en la ciudad de Buenos Aires, en mayo de este año: desde entonces se encerró aún más en la idea de que nada podría impedirle ganar solo y seguir gobernando solo. Al kirchnerismo puede que le pase lo mismo con su victoria, es cierto que mucho más resonante, en provincia de Buenos Aires: apuesta a conseguir lo mismo, diciendo lo mismo que a los bonaerenses, a todos los argentinos; pero en el ínterin la situación cambió, y puede que si él no cambia, o al menos simula cambiar, como están haciendo los libertarios, las urnas les den una sorpresa.
Javier Milei, Kirchnerismo, Gobierno, Elecciones
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