POLITICA
Principio de revelación: la semana que desnudó la escala de valores de los Milei y un nuevo reparto de poder

Pese a que se dijeron muchas cosas a través de otros y aunque hoy están muy en desacuerdo en torno a asuntos nodales del proyecto político que construyeron juntos para ganar en 2023, Karina Milei y Santiago Caputo no cortaron vínculo. Por necesidad, porque aún pesa la “causa mayor” -o por cierta hipocresía- ella aún no le puso el puntero en la frente al asesor presidencial como hizo con otros, como Ramiro Marra, sin un mínimo atisbo de piedad. El enfant terrible del Gobierno tampoco desertó. Es rebelde pero, ante todo, soldado. Al menos por ahora.
El famoso “triángulo de hierro” que el Presidente creó conceptualmente al inicio de su mandato para definir quiénes eran los que mandaban en su Gobierno, sin embargo, quedó totalmente dañado después del cierre de listas en la provincia de Buenos Aires ¿Existió realmente ese triángulo todo este tiempo? En el último año y medio, los tres vértices se reunieron a solas cada tanto, después de las esporádicas reuniones de gabinete en el despacho presidencial o en momentos políticos puntuales en Olivos. Pero nunca se generó un ámbito de encuentros frecuentes entre Milei, su hermana, y el asesor estrella, para tomar decisiones en conjunto. Lo que hizo Milei con su diagrama de poder, en rigor, fue dividir tareas: Karina el partido político; Caputo la comunicación y la gestión estratégica de las áreas del Gobierno que al jefe de Estado no le interesan (desde la Justicia hasta la salud, pasando por los servicios de inteligencia).
Alguien que conoce de cerca la dinámica de la cúpula libertaria comentó esta semana en la Casa Rosada: “No es que el triángulo de hierro se rompió, sino que mostró su verdadera fisonomía… como cuando se proyecta el negativo de una fotografía”.
Esta semana, durante la traumática crisis interna que dejó el cierre de las listas bonaerenses -en donde la estructura de punteros territoriales desplazó a la juventud militante- ambos vértices del poder se mandaron mensajes cifrados. Caputo dejó que hablaran por él tuiteros que, si bien no integran su equipo de influencers orgánicos, son claros amigos del “Salón Parravicini”, su centro de operaciones de la Casa Rosada.
Esteban Glavinich, más conocido en X como “TraductorTeAma”, trató a Sebastián Pareja (el armador bonaerense de Karina) de “pelotudo” y expresó el sentimiento de la militancia online mileísta. “El Iron Dome de Milei está en el amor de la gente, no en la política rentada. Lealtad no es obsecuencia”, escribió “Traductor”. Fue quien mejor expresó lo que no podían decir ni Caputo ni sus lugartenientes en el plano digital y político: Daniel Parisini (Gordo Dan); el titular del bloque de La Libertad Avanza (LLA) en la Legislatura, Agustín Romo; la asesora Macarena Alifraco y el tuitero Lucas “Sagaz” Luna.
Caputo, por su parte, cerró la cuenta en X que todo el sistema señalaba como suya, @MileiEmperador. Se le atribuyó un nuevo usuario, @MileiEmperor, pero -por algunas expresiones que usa- no está claro que esa sea su nueva identidad digital. El gurú, en cambio, habló de forma críptica con un viejo seudónimo (uno de los tantos que abrió en su larga vida tuitera paralela). La cuenta @Enfant1984 -que la semana pasada le había deseado feliz cumpleaños a Romo con una foto de ambos en Washington- publicó el último miércoles: “El soldado que ama a su líder es más temido que el que odia a su enemigo. Porque el amor, cuando defiende, no conoce límites. Porque esta es mi causa y vale cada sacrificio”.
El mensaje se publicó horas después de que Karina Milei escribiera su inédito y terminante tuit, en el que advirtió que criticar el armado de las listas bonaerenses -que ella comandó y que instrumentaron Pareja y los Menem- es considerado un acto de insurrección sin perdón: “La lealtad no es una opción: es una condición. Quien cuestione a quienes llevan esa bandera no está criticando un armado; está cuestionando al Presidente mismo y a la causa que nos trajo hasta acá”. El entorno de la secretaria General de la Presidencia también quiso amortiguar el misil después del disparo. El vocero presidencial, Manuel Adorni, dijo que el mensaje de Karina era “para todos”.
Escala de valores
Lo otro que quedó al desnudo esta semana es la escala de valores que tiene el Presidente y su modelo de conducción. Ya se sabía que a Milei no le interesa perder tiempo en la cuestión política-partidaria y que delegó esa materia en su hermana. Ahora también quedó en claro que la subordinación, en LLA, está por encima de la pureza identitaria del proyecto. Es decir: no importa tanto si un cuadro político es el que mejor representa la “batalla cultural” como que obedezca a la autoridad. “Sí, Jefe”.
Así lo terminaron de entender quienes hablaron con el Presidente en las horas posteriores al cierre de listas del sábado pasado. Notaron que Milei -como Karina- reaccionaba mal ante las críticas al proceso de selección de candidatos, pese a que en las nóminas habitan exkirchneristas y exmassistas, entre otras especies raras. “Milei sintió que Santiago se metió en un terreno que no le correspondía. Por eso zanjó el tema a favor de Karina”, dijo alguien que conoce muy bien al primer mandatario. Principio de revelación.
Los referentes de Las Fuerzas del Cielo fueron ingenuos y creyeron que en el minuto final, Milei bajaría la instrucción de que su agrupación estuviera bien representada en las nóminas. Se ilusionaron la primera semana de junio, cuando Romo y Parisini almorzaron con el jefe de Estado en Olivos y le acercaron una lista de posibles candidatos “celestiales”. Quizás ese fue el principio del fin. “Los Milei dijeron que los pibes tenían que tener un lugar… Y Pareja les hizo caso: les dio un solo lugar”, ironizó un referente mileísta que siguió de cerca toda la trama.
El sábado del cierre, los referentes de Las Fuerzas del Cielo no solo se enteraron de que quedaban marginados. Se sintieron, directamente, humillados. Ese día ya había una lista corta de cuatro nombres en representación de la militancia digital: el secretario de Culto, Nahuel Sotelo; Lucas Luna; el influencer Mariano Pérez y el referente de Bahía Blanca, Felipe Ferrández. Al filo del cierre, Pareja dijo que solo quería a Pérez. Los “celestiales” replicaron que si les reservaban un único casillero, ellos tenían que elegir a su representante. Después de varias idas y venidas entre facciones libertarias -que dificultaron el cierre mucho más que la negociación con los aliados de Pro- Sotelo fue a firmar su candidatura en La Plata. Le dieron el quinto lugar de la lista de la tercera sección. Una última chicana que terminó de hundir a los tuitstars en el desgano.
Silenciar los cuestionamientos internos y mantener a raya a los librepensadores es un rasgo del liderazgo de los hermanos Milei. También son buenos dosificando los gestos de contención para evitar fugas que le puedan generar un daño mayor al proyecto. Así debe leerse la gestualidad del Presidente en La Derecha Fest en Córdoba, donde le regaló su discurso al Gordo Dan y lo llamó “coloso”.
Incógnitas de corto plazo
La gran incógnita que queda flotando es qué resultados concretos va a tener la estrategia electoral que impuso el karinismo en la provincia de Buenos Aires. En esos comicios, que tendrán lugar el 7 de septiembre, el Gobierno necesita “empujar la ola” para las elecciones de octubre que definirán el futuro del Congreso y marcarán la segunda mitad del mandato. No habrá tiempo de recalcular el plan: los candidatos nacionales deben inscribirse el 17 de agosto, es decir, tres semanas antes de que se abran las urnas bonaerenses.
El armado de las listas nacionales, de hecho, se puso en marcha este jueves por la tarde, en una cumbre partidaria que mantuvieron Karina y Martín Menem con los jefes de LLA de los 24 distritos del país. Fue en la sede porteña del partido, sobre la Avenida de Mayo. Quedó en claro que la lapicera seguirá en manos de las mismas personas y que la estrategia y el criterio de selección de postulantes será idéntico al que se aplicó en la provincia de Buenos Aires.
El diagnóstico de éxito electoral asegurado en la provincia no está tan claro. “Podíamos ser orgánicos sin perder identidad. A nuestro favor, hoy no hay nada enfrente porque el peronismo está roto. Si no ganamos en siete secciones es porque el armado fue un fracaso. Teníamos todo para hacer una buena elección”, reflexionó uno de los libertarios desencantados por el cierre.
Hay quienes creen, al interior de LLA, que la oferta electoral bonaerense entraña serios riesgos para los violetas. Una encuesta de CB Consultora indica que el PJ le puede sacar casi 20 puntos a los libertarios en la tercera sección electoral, el bastión histórico del peronismo que concentra el 35% del padrón. Si además la tercera vía (las alianzas de Hechos y Somos) puede generar daño en la segunda y la cuarta sección, el panorama para los violetas se complejiza.
Tampoco se sabe todavía si Santiago Caputo ocupará su rol natural en la campaña bonaerense: el de gurú. Si bien se busca preservar el vínculo del asesor con Karina, su relación personal con los Menem y con Pareja está muy rota como para trabajar en equipo. Más aún si el estratega cree que la materia prima para diseñar una campaña -el armado y los candidatos- no sirven demasiado.
Es un panorama muy distinto al que se vivía en la previa de las elecciones porteñas, allá por abril y mayo, cuando se había constituido una mesa conjunta para trabajar con la candidatura de Adorni, indiscutida por todos.
Frente a la crisis en la cúpula de su gobierno, Milei no hizo un replanteo de fondo. Según trascendió, el Presidente propuso, puertas adentro, un retoque: la idea es ascender a Guillermo Francos como “palomo de la paz”. El jefe de Gabinete -dicen que los hablaron con el primer mandatario- sería una “zona desmilitarizada” en la mesa chica. El Presidente se elevaría por encima de los tres. Del triángulo a una pirámide.
El problema es que sin un ámbito de decisiones coordinadas, no se comprende cómo se superarán las disfuncionalidades. Lo pueden contar los gobernadores, que hoy son los principales interlocutores del Gobierno para temas muy densos: las votaciones en el Congreso, el reclamo de los fondos para las provincias y los eventuales acuerdos electorales.
Así lo plantearon algunos de ellos hace diez días, cuando visitaron la Casa Rosada sin que nadie los viera. Fue el día que los mandatarios provinciales participaron de un cocktail nocturno en La Rural. Horas antes del ágape, Carlos Sadir (Jujuy), Raúl Jalil (Catamarca), Gustavo Sáenz (Salta) y Rolando Figueroa (Neuquén) se reunieron en la planta baja de la sede de gobierno con Francos; el vicejefe de Interior, Lisandro Catalán; Karina y Eduardo “Lule” Menem.
“Los gobernadores les pidieron que dejen de jugar a los padres separados porque no se puede negociar sin una interlocución clara”, dijo un colaborador que dialogó con los mandatarios después del planteo. La respuesta que recibieron es que los resortes siguen divididos: Karina lo partidario-electoral; Caputo la comunicación y gestión estratégica; Francos la “política institucional”. Es decir, la búsqueda de acuerdos mínimos con la oposición que garantice la gobernabilidad en el Congreso.
Por lo pronto, hacia el final de la semana, comenzaron a palparse los esfuerzos por bajar la espuma. La tropa tuitera oficial se llamó a silencio en las redes sociales y Pareja, que había encarado un raid mediático, optó por bajar la exposición. Nadie descarta que Karina y Caputo hayan tenido una charla a solas en las últimas horas. Es momento de tragar saliva. Por la “causa”.
más conocido en X como “TraductorTeAma”,,pic.twitter.com/1zO6mE7IQ7,July 24, 2025,View this post on Instagram,A post shared by Sebastián Pareja (@sebastianpareja_),Maia Jastreblansky,Elecciones 2025,Javier Milei,Conforme a,,Contra la prensa. Milei atacó al Grupo Clarín y advirtió que “no se va a quedar con Telefónica”,,Los salarios militares. La línea de pobreza, la nueva hipótesis de conflicto en los cuarteles,,Advertencia. Sturzenegger dijo que trabaja para reformar la Justicia: “El sistema judicial es el último reducto de la casta”,Elecciones 2025,,»Frenar a Milei». Kicillof y La Cámpora buscaron mostrar unidad en la apertura de la campaña electoral,,»Territoriales» vs «celestiales». Los siete puntos de conflicto que quebraron la paz entre Karina Milei y la tropa de Santiago Caputo,,Modalidad de votación. ¿Hay boleta única en la provincia de Buenos Aires?
POLITICA
Fantasmas y luces rojas: en el Gobierno reconocen la dificultad de la elección bonaerense

La máquina electoral libertaria, que irrumpió con tanta potencia en las PASO del 2023, enfrenta un test muy difícil en las elecciones desdobladas del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires, donde se votarán legisladores y concejales. En el arranque de la campaña, los primeros sondeos e investigaciones que leen en la Casa Rosada aparecen luces rojas. Hoy no está tan claro que la fuerza de Javier Milei pueda salir airosa de la contienda bonaerense, la escala previa a los comicios nacionales de octubre.
El bajo interés de la ciudadanía en la elección bonaerense que exhiben las encuestas es el principal fantasma de la campaña electoral para Javier Milei: si hay baja participación (hoy se calcula en no más del 50% de los electores), pesará más el aparato territorial de los intendentes, que son los que tienen poder de movilización y los principales interesados en estas elecciones locales. “No es solamente que hay poco interés en participar, la gente ni siquiera sabe que tiene que ir a votar”, se alarmaba esta semana uno de los principales candidatos de las boletas libertarias.
A ese panorama se le suma la dificultad de los candidatos bajo perfil que encabezan las boletas violetas en la mayoría de las secciones electorales. A excepción del intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela (cabeza de lista en la primera sección) y del intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro (primer candidato seccional en la quinta sección), el resto de los postulantes no tiene un amplio nivel de conocimiento, ni aparato propio o capacidad de movilización.
La preocupación que se palpa en la Casa Rosada y en los búnkeres libertarios dista mucho de la hipótesis que reinaba hace algunas semanas La Libertad Avanza, en la previa al armado de las listas: que alcanzaba con el violeta y con el apellido Milei para dar la pelea en el territorio históricamente gobernado por el peronismo.
Para definir la estrategia electoral, asoman varias dudas. No está tan claro si el encuadre de la campaña debe estar únicamente en “nacionalizar” la elección como se hizo, por ejemplo, en la campaña local en la Capital Federal en mayo, cuando el libertario Manuel Adorni se impuso sobre el PJ y sobre Pro con el eslogan “kirchnerismo o libertad”. “La pregunta es si se puede nacionalizar una elección que se va a territorializar, y que se celebra poco antes de que se defina la verdadera elección nacional”, resumió un colaborador que trabaja en la campaña bonaerense.
Hay, de todas formas, una convicción puesta en que es necesario enmarcar la disputa como una polarización con el kirchnerismo y con la gestión de Axel Kicillof. “En la Ciudad partíamos de otra investigación. Ahora no está tan claro que solo alcance con nacionalizar la elección. El marco narrativo debe estar puesto en el nivel de atraso de la provincia de Buenos Aires versus el futuro que propone Milei”, resumió un colaborador muy al tanto de la estrategia que se está diseñando en la mesa de campaña, en donde participa el estratega Santiago Caputo y los armadores que responden a Karina Milei, con Sebastián Pareja como “jefe de campaña”.
Los ejes de la seguridad y de la baja de impuestos para los sectores productivos serán parte de las consignas de los candidatos violetas.
El otro punto de debate es el rol que debe ocupar Javier Milei, el gran elector del oficialismo. Se palparon inquietudes esta semana con las idas y venidas en torno a la foto del Presidente con los cabeza de lista de las ocho secciones electorales. Originalmente, se había dicho que la foto se haría el miércoles, posiblemente en la Casa Rosada. Pero la puesta en escena se postergó. “No es fácil que Javier se involucre si no lo siente, si no conoce a los candidatos”, reconoció un colaborador de la Casa Rosada.
Finalmente se apeló al factor sorpresa: el jueves, Milei hizo su primera bajada a La Matanza, en un descampado de Villa Celina, junto a Karina Milei, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich (que será una de las principales protagonistas de la campaña), Sebastián Pareja y Cristian Ritondo (presidente de Pro bonaerense), además de los ocho cabeza de lista distritales.
La comitiva estuvo en el lugar poco más de veinte minutos. Alcanzó para que Milei saludara a algunos vecinos en el marco de un fuerte dispositivo de seguridad. Y para hacer la primera foto de campaña con la bandera “Kirchnerismo Nunca Más”, con la tipografía del informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) de 1984. La provocación suscitó una fuerte polémica por la utilización de un símbolo del retorno democrático con fines electoralistas. Pero en la Casa Rosada ni se inmutaron por la controversia. El objetivo de la mesa de campaña ahora es llamar la atención y agitar el avispero de la elección provincial.
Quedó pendiente, en tanto, la visita de Milei al nuevo centro de distribución de Mercado Libre en el Parque Logístico del Buen Ayre, en Tres de Febrero, el municipio comandado por Valenzuela. La idea era que el Presidente se mostrara allí con Marcos Galperín. “Hay que ver qué queremos transmitir con Milei inaugurando un galpón. Hay bajadas que no son aconsejables”, puso en duda un funcionario en Balcarce 50.
Se verá si el Presidente sigue poniendo el cuerpo a la campaña en el territorio o si espera un poco más, a que esté lanzada también la contienda nacional, luego del cierre de listas del 17 de agosto. A partir de ese día, hay tres semanas en las que la campaña bonaerense y al se solapan.
La otra clave de la elección pasará por instalar “la medida del éxito”. ¿Ganará la fuerza que sume más sufragios totales (“el voto popular”)? ¿La que se imponga en más secciones electorales? ¿O la opción que se haga de más bancas en la Legislatura bonaerense?
Si se mide por cantidad de secciones, los libertarios entienden que hay desafíos en varios distritos. Se sienten confiados en la primera sección electoral, que asoma como la batalla crucial de la elección. Con 4.988.779 de electores, es prácticamente tan populosa como la tercera y elige 8 senadores provinciales. Esa porción del territorio contiene al corredor de la zona norte y oeste del conurbano (Vicente López, San Isidro, Tigre, San Fernando y Tres de Febrero). Incluye distritos donde gobierna el peronismo como San Martín, José C. Paz, Merlo, Moreno y Morón. LLA también cree que podrá imponerse en la quinta sección de la mano de Montenegro, por el peso de Mar del Plata.
En la tercera sección electoral (el corazón del kirchnerismo, con municipios como La Matanza y Lomas de Zamora,) los libertarios saben que arrancan muy de atrás. Los primeros sondeos hablan de una ventaja considerable del PJ sobre LLA en el distrito más poblado de la provincia. Dicho de otro modo: para ganar el “voto popular” los libertarios deben compensar la preponderancia del kirchnerismo en la tercera.
La segunda, la cuarta y la séptima sección son, en tanto, un interrogante: aún no se sabe cómo impactará en el reparto del voto la “tercera vía” que encarnan las fuerzas Hechos y Somos, donde pesan las fuerzas localistas. La sexta sección tiene sus desafíos: si bien suele gravitar el votante de centroderecha, su cabecera, Bahía Blanca, está gobernada por el peronista Federico Susbielles, y hay dudas por el impacto del veto presidencial a la ley de emergencia en la ciudad, que buscaba volcar fondos luego de la inundación de marzo. En la octava sección, la de la ciudad de La Plata, los libertarios postularon a Francisco Adorni, hermano del vocero presidencial. Deberá darle pelea a las estructuras de Kicillof y del intendente peronista Julio Alak, con peso en la administración pública de la capital provincial.
“Hay que elegir dónde laburar la campaña y empujar nuestros techos”, señaló un colaborador de la Casa Rosada. Y agregó: “Si nos va mal en septiembre quizás nos ayude a movilizar a la opinión pública para octubre, que es la elección que verdaderamente nos importa”. De antemano, asoma la narrativa libertaria que habla de ganar siempre, aún perdiendo.
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POLITICA
La debacle final del PRO, la poca atracción de la oferta moderada y un gobierno que busca oxígeno

“Si con el presidente habíamos construido todas las políticas, ¿cómo hacíamos nosotros para decir que estaban mal?“, se preguntó en su momento José María Díaz Bancalari, el jefe del bloque peronista en Diputados y del PJ bonaerense. Días antes, octubre del 2005, los Duhalde habían intentado contener el avance del kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires con la postulación de ”Chiche», con listas separadas, frente a una Cristina Kirchner que, en cabeza de la lista de senadores del Frente para la Victoria, ejecutaba la decisión compartida con el presidente Néstor Kirchner de abalanzarse sobre el peronismo provincial, apropiarse de los intendentes duhaldistas y adueñarse del liderazgo. “Parecíamos una pareja inseparable desde el punto de vista del bloque legislativo y el Ejecutivo, ¿cómo íbamos nosotros a explicarlo en la forma en que se había instalado la contienda electoral?“, insistió Díaz Bancalari, que secundó a ”Chiche» en la boleta y perdieron de manera categórica frente a la ex presidenta, por más de 20 puntos en el último bastión duhaldista. “El Mono”, histórico dirigente, fallecido en el verano del 2017, ventilaría además que el ex presidente Eduardo Duhalde se retiraría, tras la derrota, de la “política activa”.
Mauricio Macri, que siempre tuvo afecto por él, no quiso correr la misma suerte de Duhalde, al menos no en los papeles, mostró bandera blanca y cedió en la mesa de negociaciones la escritura de la casa matriz del PRO que, en el 2027, corre chances muy serias de cambiar de dueños por el acuerdo electoral que el ex presidente selló en los últimos días con Karina Milei para evitar un papelón aún mayor que haber sucumbido a la “posición dominante” de La Libertad Avanza en la confección de las listas que cierran el próximo domingo.
Veinte años después, Macri no quiso ser Duhalde, no logró disociar al electorado de la derecha y la centroderecha por el apoyo a libro cerrado de sus legisladores al plan de gobierno, y se resistió a ser derrotado en las urnas, a pesar de los consejeros internos que le proponían poner el cuerpo y postularse en octubre. Pero dejó al PRO al borde de la extinción, con su cúpula quebrada, los principales dirigentes desparramados en proyectos diferentes y sus exponentes en territorio bonaerense disfrazados de violeta para una campaña que, en ningún distrito, tendrá ni un solo atisbo amarillo. Diego Santilli, decididamente libertario, había jugueteado hace algunos meses con la franquicia de Los Ángeles Lakers de la NBA norteamericana que lleva ambos colores en su marca distintiva. El PRO resultó ser Villa Dálmine, el club del ascenso, full violeta, de la ciudad de Campana.
“No entiendo a Mauricio”, la escucharon en privado a María Eugenia Vidal, una de las más encumbradas dirigentes amarillas, de la primera hora, que hizo público su rechazo al acuerdo con el gobierno. Antes del cierre de alianzas de la semana pasada, la ex gobernadora telefoneó a Horacio Rodríguez Larreta para preguntarle si estaba dispuesto a armar una alternativa de centro en caso de que, como sucedió, La Libertad Avanza y el PRO terminaran por sellar un frente común. La mesa chica que alguna vez llevó al PRO a su era dorada se desarmó desde la derrota del 2019, y cada uno armó su propia mueblería. Cuando Macri intentó volver a armarla, en la previa de la elección de mayo que decretó el traspié partidario más duro de las últimas dos décadas, ya era tarde. Puertas adentro cargaron culpas contra el jefe de gobierno porteño, por la decisión de separar y adelantar la elección local, una definición que, a todas luces, resultó, cuanto menos, equivocada. “Sin esa elección, podríamos haber negociado un paquete más amplio. Jorge nos deschavó: el gobierno supo en mayo que valíamos solo 16 puntos en nuestra casa matriz”, reconoció un histórico dirigente. Según trascendió, a fines del año pasado, Cristian Ritondo conversó con Karina Milei sobre la posibilidad de repartir en mitades iguales las listas legislativas, pero fue desautorizado por el jefe porteño, que siempre vio a los Milei como una amenaza.
Esa noche, Mauricio y Jorge Macri discutieron feo. Semanas atrás, el ex presidente había intentado convencer a Larreta de declinar su candidatura que fue clave para la derrota del PRO. Después del triunfo de LLA, y de que el macrismo no lograra ganar ni una sola comuna por primera vez en veinte años, los primos se distanciaron, a tal punto que tuvo que intervenir Daniel Angelici, no solo como consigliere familiar, sino como coadministrador político de la gestión local frente a una suerte de amenaza de gobernabilidad desde la Legislatura, una situación inédita para un partido que se acostumbró en los últimos tiempos a legislar a los empujones. “El Tano” también trató de acercar posiciones entre el jefe de gobierno y Larreta, en al menos dos oportunidades, sin aparente éxito.
El ex presidente Macri, que hace algunas semanas se manifestó muy fastidioso por su cargo de jefe del PRO en una reunión federal del partido, había sido decisivo para que su primo Jorge se quedara con la Jefatura de Gobierno porteño en el 2023. Igual de influyente para erosionar primero a Rodríguez Larreta en la carrera presidencial de ese año y coquetear con Javier Milei mientras Patricia Bullrich intentaba darle sentido a una candidatura que se encaminaba a una segura derrota. Una catarata de pésimas decisiones, tan destacadas como la sucesión de aciertos que lo llevaron desde Boca a la capital y de allí a la Presidencia.
En los primeros meses del año, mientras redoblaba sus críticas al programa económico y político del gobierno que acompañó de manera casi irrestricta desde el Parlamento, el ex presidente se mandó a medir, para analizar sí, a pesar de su rechazo, valía la pena postularse como último plan para resguardar al PRO de la debacle final. La consultora Isonomía, que hizo trabajos para los Macri durante años, midió a los principales dirigentes nacionales y concluyó que el expresidente registra un diferencial negativo del 33%, por debajo incluso de Cristina Kirchner. Hay que remontarse a principios del 2019, en la crisis del programa económico de Cambiemos, para cotejar números tan malos.
Patricia Bullrich, casi segura candidata a senadora, también se mandó a medir en una hipotética contienda electoral contra Macri. Según su entorno, el ex presidente solo arrojó 7 puntos de intención de voto en el distrito que gobernó, con un éxito arrollador y comprobable, durante ocho años.
Desde el Pacto de Acassuso, Macri pasó por todos los estados. Intentó cogobernar, pidió lugares y acercó dirigentes y funcionarios, y auxilió al Gobierno desde el Parlamento hasta que entendió que los Milei planeaban absorber al PRO y ungir al Presidente como el único líder de la derecha y la centroderecha antes que avanzar sobre el kirchnerismo. Entonces se paró en la vereda de enfrente y tiró piedras hasta que cayó en la cuenta de que buena parte de la dirigencia que antes se referenciaba en él empezó a hacer su camino, y ya no tenía más escapatoria que aferrarse al proyecto de La Libertad Avanza como único mecanismo de supervivencia. Ser lo que fue el radicalismo al PRO durante la gestión de Cambiemos, aunque para eso los hermanos Milei deberían aceptar la formalización de una coalición de gobierno. Resulta improbable. Macri solo rescató, por ahora, un comunicado conjunto que vio la luz el jueves, y que resaltó un trabajo conjunto en el Congreso hacia el 2027. Una vez allanado el camino, el Presidente recién se dedicó al peronismo K, tras derrotar al macrismo en su distrito emblema y ganarse la atracción de los principales dirigentes bonaerenses, con Ritondo y Santilli a la cabeza, que sellaron una alianza provincial sin esperar la opinión de Macri.
La crisis terminal del PRO -en un artículo de junio de la revista Seúl, el diputado Martín Yeza analizó, en clave premonitoria, sobre los “riesgos” de que el partido se convierta en “Blackberry” y quedara “fuera de juego”- está extendida, de todos modos, a todo el sistema político que implosionó en 2023 con el triunfo de Milei, y cuya reconstrucción todavía naufraga en un océano plagado de interrogantes.
En ese interregno, por fuera del peronismo y de la disputa bonaerense aún no saldada entre el gobernador y el kirchnerismo, las estructuras tradicionales entraron en colapso, y la conformación de una opción de centro moderada por fuera de los polos opositores todavía no logró suficiente atracción.
No solo eso: el cierre de alianzas del pasado jueves exhibió una dispersión abrumadora de la oferta y la incertidumbre en torno a nuevas-viejas alianzas que se presentaron a contrarreloj con un futuro muy incierto.
El frente Somos que se conformó para la elección legislativa de septiembre en territorio bonaerense perdió dirigentes antes de que empiece la campaña. Por ejemplo, Emilio Monzó y Margarita Stolbizer. Ahora podría ser el turno de Florencio Randazzo, a quien desde usinas oficiales no ven con tan malos ojos si se reedita, de cara a octubre, un espacio lo suficientemente redituable para birlarle algunos puntos al kirchnerismo. Fue lo que sucedió en el 2017. Es lo que querrían ensayar otra vez desde sectores del Ejecutivo.
Facundo Manes, que se presentó públicamente en Tigre para tratar de quebrar la polarización bonaerense, analizaba por estas horas inscribir su candidatura a senador en la ciudad de Buenos Aires. La UCR se desperdiga en buena parte del país. Por ejemplo, en Córdoba y en PBA, dos distritos clave. En la capital, Elisa Carrió y Graciela Ocaña volvieron a encontrarse después de muchos años, para disputar en ese territorio. “Un reencuentro cariñoso”, describieron. Ricardo López Murphy competiría solo, por fuera. Esteban Paulón, diputado por Santa Fe, también haría lo propio, en la ciudad de Buenos Aires y en la boleta para el Senado, producto de algunas tratativas irresueltas en su provincia, con la coalición que lidera Maximiliano Pullaro.
El gobernador es parte de una nuevo grupo de mandatarios a los que todavía les cuesta demasiado la cohesión y la exhibición de una propuesta convocante. El miércoles, en la sesión que le propinó al Gobierno una contundente derrota, algunos dieron quórum con sus diputados, otros de manera parcial e Ignacio Torres, de Chubut, no movió a ninguno de los legisladores.
La escasa atracción de la oferta electoral de centro y la fagocitosis del PRO le proporcionan al Gobierno una soga electoral para oxigenarse en octubre en un tramo bravo de la gestión, acuciado por una batería de derrotas legislativas que volvieron a poner el foco en la mala praxis parlamentaria. El sistema de toma de decisiones libertario luce agotado, y llega con el tanque en reserva a una campaña electoral que, según los analistas, arrojaría para Milei un resultado favorable, a pesar de los evidentes signos de fatiga del programa económico y el sacudón financiero que se inició tras el desarme desordenado de las LEFIs. Según los economistas, la suba de tasas tendrá en estos meses efectos reales sobre la actividad. “En una economía que ya venía con una dinámica de ‘serrucho’ -a la que le costaba encadenar dos meses consecutivos de crecimiento incluso antes de este nuevo shock-, la probabilidad de enfriamiento aumenta de manera significativa”, resumió a mediados de semana un informe privado destinado a inversores.
Según diversos estudios, en los últimos tres meses el humor social empeoró y las expectativas a futuro evidenciaron una caída leve pero sostenida. En el Gran Buenos Aires, esa tendencia está aún más acentuada: los intendentes del conurbano están desesperados por la caída del consumo y del poder adquisitivo, y la incertidumbre por la apatía electoral que hace difícil pronosticar un resultado para el 7 de septiembre, a pesar del pesimismo que reina en Casa Rosada. Aún así, hay una porción de la sociedad que todavía está dispuesta a concederle al Gobierno un tiempo prudencial para mostrar aciertos más allá de la estabilidad macroeconómica.
Puertas adentro del Ejecutivo reconocen las luces de alerta. “Hay que relanzar el gobierno después de las elecciones”, es una de las frases que más resuena en algunos despachos. Hasta qué punto Javier y Karina Milei están dispuestos es la gran pregunta.
Mientras tanto, el Gobierno se aprovecha de la crisis en el sistema político y los aliados en el tránsito hacia octubre. El cierre de alianzas del jueves fue un reflejo fiel de que, a pesar de las luces de alerta en el tablero de gestión de la administración, LLA se sigue moviendo en el escenario de la política como la referencia central del sistema. Aún a pesar de la falta de respuestas a los gobernadores, que se vio reflejada en las últimas dos sesiones, del Senado y de Diputados, con durísimas derrotas consecutivas para la Casa Rosada.
A pesar de eso, un buen grupo de gobernadores busca refugio en sus provincias: pretenden priorizar sus distritos. El 2027 todavía queda lejos, para todos. “La política cambió mucho. Antes, tener diputados y senadores te garantizaba en la relación con Nación que te lleguen recursos, con Milei cambió esa lógica. Nosotros teníamos un montón de diputados y nos los metimos ya sabes dónde. Hoy priorizo poder sacar algo en Nación e impedir que tengamos una elección que nos complique la gestión al final del mandato”, explicaron, en medio de la negociación por las listas, en el despacho de un gobernador de la zona centro.
Corporate Events,South America / Central America,BUENOS AIRES
POLITICA
Círculo rojo: hermetismo de campaña, apuntes cordobeses y un “turco” candidato

No les avisaron a dónde iban ni el slogan provocador de la bandera que terminarían por sostener ese día, en Villa Celina, La Matanza. “Lo vi cuando estaba ahí”, se sinceró uno de los participantes de la foto con la que Javier Milei y su hermana Karina inauguraron la campaña bonaerense junto a los candidatos seccionales y los ex dirigentes del PRO que se mostraron públicamente, por primera vez, disfrazados de violeta, el color insignia de La Libertad Avanza.
Los candidatos, dirigentes y funcionarios que asistieron a la inauguración de la campaña, en el corazón de la tercera sección, se enteraron recién esa mañana, la del jueves, de la movida. “Nos dijeron que teníamos que estar a una hora en Casa Rosada, y nada más”, le dijo uno de ellos a su entorno la noche anterior. La presentación se realizaría primero el martes, después se pasó para el miércoles y al final los citaron al jueves, sin mayores explicaciones. Pensaron que podía ser en Tres de Febrero, en los pagos de Diego Valenzuela, el primer candidato a senador de la primera sección que el Gobierno prevé fatigar durante este mes para intentar apuntalar una elección que, en los papeles, en LLA saben de antemano que será cuesta arriba, en particular en la tercera sección, en la que se pronostica una diferencia holgada para el peronismo. Es la estrategia que desplegó María Eugenia Vidal en el 2015 y en el 2017, en ambos casos de manera exitosa. “Se supone que la Provincia está dividida en tres tercios: la tercera sección se compensa con el interior, y define siempre la primera”, explica uno de los máximos estrategas de esa campaña. “La diferencia con el Gobierno es que en ese momento el interior era todo nuestro, ahora no”, agregó.
El hermetismo de la puesta en marcha de la campaña libertaria en el conurbano tiene nombre y apellido: Karina Milei, la hermanísima que se ha transformado en la dueña de los secretos presidenciales, que maneja a gusto el partido, la estrategia política y la confección de listas, y que es cada vez más celosa de sus movimientos y del armado partidario. Ella ejerce, según el jefe del PRO, una “posición dominante”.
La Secretaria General buscó preservar, bajo secreto, el encuentro que el miércoles por la noche compartió tarde en Olivos junto a Mauricio Macri, que la visitó por segunda vez tras aquella reunión infructuosa que tuvieron en los inicios de la gestión, en tiempos de Nicolás Posse como ministro coordinador, cuando el ex presidente todavía fantaseaba con la posibilidad de manejar uno de los joysticks de la consola de videojuegos. Karina Milei, según colaboradores de Macri, habría intentado tener el miércoles una foto junto al jefe del PRO, que se habría negado. Un modus operandi que la funcionaria había querido ejecutar, por ejemplo, en su momento con Néstor Grindetti, el ex jefe de Gabinete de la capital que negoció con ella su pase a La Libertad Avanza y que se frustró finalmente, en parte, por el apuro que la secretaria General de la Presidencia exhibió para tener una foto con el ex funcionario.
El inicio de la campaña porteña, en la carrera para las legislativas locales de mayo en las que el PRO empezó a coronar su debacle, tuvo la misma praxis que la puesta en escena del jueves: los candidatos fueron citados una mañana, bien temprano, en una esquina cercana a la sede del Gobierno de la capital de la calle Uspallata, sin saber qué harían ni dónde. Hasta que en un momento apareció la Secretaria General con su principal colaboradora, y Manuel Adorni con una motosierra. Al rato, todos se mostrarían juntos en la esquina de la sede del gobierno porteño, se harían la foto y se irían a los pocos minutos.
Full hermetismo. Después de esa campaña en la que los hermanos Milei se impusieron sobre los primos Macri, el vocero presidencial nunca más preguntó por la capital, no volvió a participar de ninguna reunión y en el seno de La Libertad Avanza aún insisten con que, después del verano, y una vez asumido en su banca, podría tener un premio mayor en el Ejecutivo. Ya circuló, también se desmintió, que Karina Milei lo había pensado como reemplazo de Guillermo Francos, un rumor que en el corazón de la Casa Rosada admiten como cierto. El plan se frustró luego por la crisis interna en el triángulo de hierro que obligó al Presidente a mediar a través del jefe de Gabinete, que, más allá de sus atribuciones reales, cosechó con Milei un vínculo de confianza aceitado: el jefe de ministros suele subir al primer piso a conversar a solas con el jefe de Estado, y por ahora no tiene intenciones de irse. De esos diálogos salieron varias declaraciones de Francos que, puertas adentro, adjudican directamente al mandatario. ¿Los dichos del ministro coordinador, que se mostró interesado en sumar a Nicolás Pino, el presidente de la Sociedad Rural, al gabinete, pueden tener que ver con esas charlas? En el entorno presidencial dicen que sí.
Las posibles modificaciones que se barajan para después de las elecciones en el elenco ministerial también maduran con total hermetismo, en línea con los deseos de “El jefe”, como el presidente apodó, con razón, a su hermana. La mayor de las incógnitas sigue centrada en el reemplazo de Patricia Bullrich, la ministra de Seguridad que, de no mediar imprevistos, encabezará la lista de senadores nacionales de la Ciudad, y que posó el jueves en Villa Celina con buzo violeta a un metro de Valenzuela, el intendente que quiere sucederla. Hay dirigentes cercanos al candidato que empezaron a prepararse para la opción de ser, a partir del 10 de diciembre, un honorable senador provincial. Algo similar podría ocurrir con Guillermo Montenegro, que también debutó de violeta al igual que Cristian Ritondo. Hasta ahora, nadie tiene asegurado más que una banca provincial.
Sucede que Bullrich, exultante con el acuerdo sellado con el PRO, insiste en dejar a Alejandra Monteoliva, su segunda, como reemplazo. Monteoliva, con poca experiencia mediática, conoció a la ministra cuando corrió a Vicente Ventura Barreiro, destinado a Uruguay. Monteoliva trabaja en Colombia, y Bullrich supo de ella en un viaje a El Salvador, después de una entrevista con el autócrata Nayib Bukele que fascinó a la funcionaria. Enseguida tomaron confianza, a tal punto que la ministra habló incluso con el Presidente y su hermana para tratar de reservarle el ministerio una vez que pasen las elecciones. Excusada, según argumentaron, por algunos sondeos que dan cuenta de que buena parte de los encuestados no quieren que Bullrich deje el ministerio. “Dejar a Monteoliva es retener el control de Seguridad, y que se instale que Patricia sigue teniendo influencia en el área”, justificaron puertas adentro.
De perfil bajo -apenas se le conoce la voz y la cara-, la Secretaría de Seguridad Nacional no es el primer cargo público de Monteoliva. En septiembre del 2013 había asumido en el Ministerio de Seguridad cordobés para ordenar el área tras el escándalo por la detención de media docena de agentes del departamento de lucha contra el narcotráfico. Tres meses después, se alejó tras los saqueos en la capital por el acuartelamiento de la policía provincial, en medio de una disputa política sin precedentes con la administración kirchnerista y una crisis de seguridad que no registró antecedentes.
Fernet con cola. Mientras se empieza a confirmar, como se anticipó en esta sección, que Karina Milei está a punto de bendecir que diputados de su confianza con dos años más de mandato encabecen en octubre las boletas en algunas de sus provincias, como el caso de Romina Diez en Santa Fe y Gabriel Bornoroni en Córdoba, en este último distrito comienzan a esclarecerse algunos interrogantes en la previa del cierre de listas del próximo domingo.
Uno de ellos es que el vínculo entre Luis Juez, ex habitué de Olivos, y el presidente se deterioró cuando el senador apoyó el paquete de leyes impulsados por la oposición y los gobernadores en la Cámara alta que enfurecieron a la Casa Rosada y que, según Milei, golpean el programa fiscal del gobierno. Otro es que el ofrecimiento a Rodrigo de Loredo como tercer candidato a diputado en La Libertad Avanza entró en estado de alerta por el voto positivo del legislador a la ley de financiamiento universitario y recomposición del salario docente, en la sesión de esta semana que, en palabras de Francos, fue un verdadero golpe para el Ejecutivo: “Perdimos todas”, dijo el jefe de ministros. No alcanzaron, es evidente, los mensajes de WhatsApp enviados por Federico Sturzenegger a algunos legisladores con los que tiene buen vínculo, a quienes les explicó, en detalle, de las bondades de los decretos que firmó con facultades delegadas y que ahora fueron rechazados por la Cámara baja junto a un paquete de proyectos. Un verdadero dolor de cabeza para el Gobierno, en momento de turbulencias del programa económico. Desde alguna casa matriz de Estados Unidos se comunicaron con la sede local para preguntar por los alcances de la derrota.
La tercera incógnita que empezó a despejarse es por la candidatura de Natalia de la Sota, que quiere renovar su banca. ¿Podría ser verdad, como instalaron algunos en las últimas semanas, que Martín Llaryora no vería con tan malos ojos esa postulación que puede restarle votos a Juan Schiaretti? A propósito: ¿Podría ser que algún emisario del ex mandatario cordobés, líder de la nueva alianza de gobernadores de centro, se contactó con Diana Mondino, la ex canciller que acaba de ser noticia por sus declaraciones sobre el caso $LIBRA, para ofrecerle una candidatura? Tienen relaciones cruzadas por la Fundación Mediterránea. Versiones del fernet con cola provincial que regó hasta la madrugada la cena de la Fundación Faro del pasado lunes, con Milei como orador central y el cordobés Agustín Laje como anfitrión estelar, atravesada de punta a punta por los coletazos de la interna en la cúspide del poder tras el traumático cierre de listas bonaerense que todavía da que hablar. Agustín Romo, por ejemplo, no fue de la partida. Sí Santiago Caputo y su hermano Francisco, que se fueron bien pasada la medianoche.
“Turco” y candidato. También se comentó en esta sección que Facundo Manes analizaba un plan alternativo en la capital, como pareciera confirmarse, y que para eso Juan Manuel Olmos, el jefe del PJ porteño, le había pedido una reunión, para conocer esa hoja de ruta. Se reveló, además, que Milei pensaba en un economista como Agustín Monteverde para el Senado, y que se empezó a pensar en Alejandro Fargosi, un tuitero fanático de LLA, como eventual postulante.
Con el diputado neurocientífico como posible postulante en la capital, para la Cámara alta, en las próximas horas se conocerá otra candidatura que dará que hablar pero por otros motivos. Se trata de Claudio “El Turco” García, ex futbolista, con pasado de gloria en Racing Club y una vida agitada en las últimas décadas, que está por imitar a Ricardo Caruso Lombardi. A punto de inscribirse, en ese sentido, de tercer postulante a diputado en la lista que prevé encabezar, en soledad, Daniel Amoroso, un ex legislador porteño muy vinculado al círculo rojo, ex PRO con pasado sindical, también en Racing y una incursión actual en el mundo de la publicidad, que vuelve a la actividad electoral después de apostar en los últimos años por dirigentes como Francisco de Narváez o Graciela Ocaña, y más próximo en el tiempo Horacio Rodríguez Larreta.
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