POLITICA
Robert Lighthizer: “Milei está tratando de desarmar algunas rigideces del sistema, y eso tiene que ser bueno para la Argentina”

Si en el futuro las presidencias de Donald Trump serán recordadas, entre otras cosas, por su política comercial y la guerra de aranceles, los historiadores deberán hurgar en la figura y el pensamiento de Robert Lighthizer, quien fue representante de Comercio en su primer mandato y el verdadero autor intelectual de esa estrategia.
Lighthizer es un predicador convencido de que Estados Unidos y el mundo occidental han tenido desde principios de siglo una postura ingenua frente a China, que aprovechó el discurso del libre comercio para cooptar su capacidad industrial y sus empleos. En su razonamiento, expuesto en un libro titulado No trade is free (No hay comercio gratis), no es viable ese camino cuando un rival de semejante envergadura se planta no solo como competidor sino que también desafía su rol global.
“Tenemos dos opciones de futuro, no es distinto a lo que fue la primera Guerra Fría, donde había dos sistemas y había que elegir. Eso no quiere decir que no vayamos a tener relaciones con China, pero la gente debe entender que el objetivo del régimen chino es expandir un sistema totalitario, y eso no está en el interés de casi nadie”, dijo en una entrevista con en su paso por Buenos Aires, adonde vino invitado por el Grupo Techint, como parte de las actividades organizadas por su Boletín Informativo.
Pese a ser un gladiador contra el libre comercio, entiende que no todos los países están en la misma situación que Estados Unidos. Por eso no ve contraindicaciones con los postulados de Javier Milei, a quien elogia por haber reducido “la cantidad excesiva de intervención estatal”. “Tengo la impresión de que está tratando de regresar a un sistema más funcional y desarmar algunos de los problemas y rigideces del sistema. Y eso tiene que ser bueno para la Argentina, y parece que lo está siendo”, señaló.
-¿Por qué cree que el libre comercio global ha perjudicado a la economía de EE.UU. y no le ha reportado beneficios, considerando que es la más importante del mundo?
-Bueno, mi posición no es que el libre comercio siempre haya sido malo. Mi posición es que tenemos un sistema comercial en el que no hay libre comercio. Lo que tenemos son, en muchos casos, políticas industriales en países con regímenes comerciales bastante cerrados, mercados de capital que continuamente generan superávits comerciales, y otros países con sistemas relativamente abiertos que constantemente tienen déficits. Y ese no es el modo en que se supone que debe funcionar el sistema. Ahora, si me pregunta si hubo beneficios en el sistema posterior a la Segunda Guerra Mundial, sí, creo que ayudó a reconstruir Europa, ayudó a reconstruir Japón, ayudó a ganar la Guerra Fría. Así que creo que tuvo muchas ventajas. Pero ha evolucionado en las últimas dos o tres décadas hacia algo diferente. Y el problema no es solo China, que no tiene un sistema abierto en absoluto, sino también otros países. Lo que necesitamos es un sistema verdaderamente basado en el equilibrio.
Lo que me preocupa del sistema actual son estas enormes transferencias de riqueza desde Estados Unidos al extranjero, al punto de que nuestra posición neta de inversión internacional es negativa en 25,5 billones de dólares. Eso ha conducido a un crecimiento económico lento en comparación con nuestros estándares históricos, especialmente desde que China se unió a la OMC, aunque posiblemente desde un poco antes. Además hemos visto un declive en la superioridad tecnológica de Estados Unidos y muy malos resultados para nuestros trabajadores. Hemos perdido millones de empleos, hemos tenido estancamiento salarial, y comunidades devastadas. Creo que es el resultado de una política industrial aplicada por otros países, siendo China el peor caso, pero no el único. Hay varios otros países que manipulan su moneda, tienen regímenes fiscales, mercados cerrados, subsidios, manipulación cambiaria, sistemas bancarios controlados, leyes laborales que no dan poder a los trabajadores. Y utilizan todas estas herramientas para aplicar lo que, en el siglo XIX, se conocía como políticas de “empobrecer al vecino”. Y nosotros somos víctimas de eso. No somos las únicas víctimas, pero sí las más grandes.
-En su punto de vista está implícito un rol relevante para el Estado, como responsable de instrumentar aranceles y proteger ciertos sectores. Se lo menciono porque, por ejemplo, aquí en Argentina, es un debate actual qué debería hacer el Estado en términos de políticas comerciales
-Creo que hay que ser escéptico respecto de la intervención estatal, sin duda. Mi instinto es más bien dejar que los mercados decidan. Pero no puedes dejar que los mercados decidan cuando otros no lo hacen. Es suicida decir: “China o Alemania, o quien sea, va a tener una política industrial diseñada para exportar su desempleo y su falta de demanda interna hacia mí”, y entonces yo tengo que asumir ese desempleo. Así que creo que el mejor sistema es aquel en el que no hay intervención estatal a menos que otros la hagan. Creo que hay que defender a nuestros trabajadores.
-Usted trabajó con el presidente Trump entre 2017 y 2021. ¿Cuáles son las principales diferencias entre el primer mandato y el actual en términos de políticas comerciales?
-Creo que el segundo mandato es una evolución natural del primero. Creo que fue tan agresivo como pudo ser en ese momento durante la primera administración. Renegoció el NAFTA, negoció con Corea, Japón, tomó medidas contundentes contra China. Y la administración de Biden, en su mayor parte, las mantuvo. Ahora, es el momento de dar el siguiente paso, porque la gente políticamente lo apoya. Y creo que ahora tiene una serie de ventajas que antes no tenía. Tiene una mayoría real en el Congreso, cosa que antes no tenía. Tenía a Mitch McConnell como líder en el Senado, quien no estaba de acuerdo con él, y a Paul Ryan como presidente de la Cámara, quien tampoco estaba de acuerdo. Ahora tiene líderes tanto en la Cámara como en el Senado que sí están de acuerdo con él. Él tiene claramente el control del partido, cosa que no tenía la primera vez. Y tiene un mandato de cinco millones de votos. Ganó las elecciones por cinco millones de votos con estos temas. Así que, combinado con el hecho de que aprendió lo que aprendió en el primer mandato y reflexionó sobre ello durante cuatro años, creo que es natural que dé el siguiente paso.
-Al principio, Trump anunció que impondría aranceles a muchos países, pero al final el enfoque se centró principalmente en China. ¿Usted considera que el desequilibrio en el libre comercio es un problema con China específicamente o con otros países también?
-Él tiene dos problemas con los que tiene que lidiar. Uno es la transferencia de riqueza desde Estados Unidos hacia países que tienen políticas industriales. Hablamos de un déficit de bienes de 1,2 billones de dólares, probablemente 1,4 billones si se incluyen otras cosas que no están contabilizadas. Pero también tiene que enfrentar a China. Y si observas los acuerdos que ha hecho, todos tienen un sentido lógico sobre lo que deberían ser los aranceles. Y hay un elemento subyacente: no podemos dejar que China avance sin control. Tenemos que mantenernos unidos en esto y enfrentar a China. Así que creo que él ha terminado donde era esperable que terminara.
-¿Hay margen para algún tipo de asociación entre Estados Unidos y China, o son irremediablemente enemigos? ¿Cuál es su perspectiva sobre qué tipo de relación pueden tener ambos países?
-Primero, no creo que esto sea solo entre Estados Unidos y China. China es un país totalitario marxista-leninista que cree que el mundo debe ser un país marxista-leninista. No es algo que yo interprete: es lo que ellos dicen. Y creen que el comunismo eventualmente dominará el mundo. Eso es parte de su filosofía, claramente declarada. Así que lo que están haciendo es avanzar hacia eso. No se trata solo de Estados Unidos, se trata de Occidente, de las democracias liberales, y todo lo que representa ese sistema. China tiene una economía de, digamos, 17, 18 o 20 billones de dólares. Tiene un ejército que es más grande que el de Estados Unidos. Tiene tecnología militar que en muchos aspectos está más avanzada que la nuestra. Hay muchas áreas de tecnología crítica en las que están por delante. Así que cualquiera que crea que China no es una superpotencia, está tristemente equivocado. Es lamentable, pero sí lo son, sin duda.
-¿Qué opina sobre aplicar aranceles más altos por razones políticas? Por ejemplo, en los casos de India o Brasil.
-Depende. Cuando uno analiza esa idea, no es intrínsecamente incorrecta. Solo es incorrecta si crees que no hay una razón válida detrás. Pero la noción de usar el poder económico para resolver cuestiones políticas es tan antigua como la humanidad. Y claramente puede ser una política sensata si el problema al que se apunta es real. En el caso de India, que es el más fácil de los dos que mencionó, se alega —y yo creo que es verdad— que están comprando petróleo ruso barato y revendiéndolo caro, actuando básicamente como una cámara de compensación para financiar la guerra rusa contra Ucrania. No lo están comprando porque de otro modo se congelarían; no, lo compran para revenderlo con ganancias y así facilitar el esfuerzo bélico ruso. ¿Es eso un objetivo legítimo para tomar medidas? Por supuesto que sí, a menos que uno piense que la invasión rusa está justificada, lo cual, claro… muy poca gente cree eso. Yo desde luego no lo creo. El presidente Trump tampoco.
-¿Sigue usted en contacto con el presidente Trump? ¿Lo asesora de alguna manera?
-No, no… o sea, hablo con él de vez en cuando, pero no es que lo asesore formalmente. Hablo con su gente —muchos de ellos trabajaron conmigo o para mí—, tengo buena relación con todos ellos y converso con algunos de vez en cuando. Pero, sabe usted, hoy en día todo el mundo dice que es asesor… Yo no diría eso de mí. Hablo con la gente, y todos saben cuál es mi consejo. No ha cambiado en 30 años. Simplemente ahora se reconoce que era correcto. Por mucho tiempo se consideró equivocado. Así que, bueno, uno solo tiene que vivir lo suficiente para que sus ideas se validen.
-¿Cuál es su opinión sobre la economía política de Javier Milei y su defensa constante del libre comercio?
-Depende un poco de la situación inicial. Si estás en una economía que ha tenido una cantidad excesiva de intervención estatal que ha generado ineficiencias y malos resultados, entonces revertir eso es algo responsable e inteligente. Ahora bien, si como resultado de eso comienzas a tener grandes déficits comerciales a causa de China u otras políticas industriales externas, entonces creo que Milei debería cambiar de rumbo. Claramente, si estás a favor de los resultados del mercado y los beneficios de la libertad, debes entender que un orden global dominado por China no va a ayudar, sino a perjudicar. Porque en la filosofía china no hay nada sobre libertad, ni nada parecido —es exactamente lo contrario. Así que las acciones individuales dependen del punto de partida. La impresión que tengo es que en la Argentina había mucha ineficiencia, una estructura anti-mercado que se había establecido, y que revertir eso tenía que ser positivo.
Por otro lado, ustedes tienen una ventaja que nosotros no: si comienzan a tener déficits comerciales grandes, eso conlleva una verdadera devaluación de su moneda. Aunque ya tienen un gran problema de ese tipo. Pero si eso empeora, Milei tendrá que ajustarse a esa realidad. Por ahora, tengo la impresión de que está tratando de regresar a un sistema más funcional y desarmar algunos de los problemas y rigideces del sistema. Y eso tiene que ser bueno para la Argentina, y parece que lo está siendo. Visto desde afuera, sus políticas eran largamente necesarias. Y parecen estar funcionando. Y, como amigo de Argentina, esa es nuestra esperanza: que sus acciones resulten ser correctas. Pero eso es distinto a decir que, si hiciéramos lo mismo en Estados Unidos, nos iría bien. Porque no lo creo. Nosotros estamos en el otro extremo: tenemos que ser más defensivos ante las acciones de otros, y tenemos relativamente pocas restricciones en nuestra economía.
-Desde un punto de vista latinoamericano, China puede parecer muy atractiva en términos de inversiones y diferentes formas de apoyo. Por ejemplo, en el caso de Argentina, con el swap y demás. ¿Cuál debería ser la política de Estados Unidos hacia América Latina para recuperar relevancia?
-Sí, todos en América latina —y en cualquier otro lugar— tienen que mirar cuál es el costo de esas inversiones chinas. Y no hay muchos ejemplos de países que hayan recibido grandes inversiones chinas y realmente se hayan beneficiado de ellas. Puede que obtengas un beneficio a corto plazo —como ocurrió en algunos países donde construyeron estadios de fútbol—, pero a largo plazo terminas atrapado en la deuda, y no puedes salir de ella. Si revisas los países que dieron la bienvenida a China, no hay muchos de los que uno pueda decir que les fue bien con eso. Insisto: no estoy diciendo que cada inversión china haya sido mala en todos los países, pero no conozco un país donde una inversión china masiva haya terminado siendo positiva para la población. Porque ese no es su objetivo. El objetivo de China es tener influencia política y geopolítica, pero también absorber más riqueza hacia China. En el caso de ustedes, no sé cuáles son los números actuales, pero probablemente sus exportaciones representan solo el 20% de sus importaciones desde China. Y si eso continúa así, no puede pensar que eso sea bueno para Argentina.
-Usted pone énfasis principalmente en el sector manufacturero, y eso suena un poco a una visión del siglo XX. ¿No es minimizar el impacto del desarrollo tecnológico y del sector servicios?
-Bueno, primero, no lo minimizo… Pero no se trata solo de manufactura. El presidente también quiere proteger empleos en tecnología. Depende de cómo definas “tecnología”. Por ejemplo: ¿construir fábricas para producir chips de alta tecnología es manufactura o tecnología? Es decir, no está muy claro dónde termina una cosa y empieza la otra. ¿Desarrollar inteligencia artificial y usarla para producir más rápido y más barato es tecnología o es manufactura? Yo no creo que esa distinción sea tan clara como algunos creen. Además, pienso que si pierdes tu industria manufacturera, probablemente pierdas también innovación y desarrollo tecnológico. No todo, pero sí mucho. El desarrollo tecnológico suele darse donde está la producción. Así ha sido y así será. Y ese es uno de los principios en los que creo.
Jorge Liotti,Conforme a
POLITICA
Santilli continúa su gira política en busca de apoyos para el Presupuesto 2026: se reúne hoy con los gobernadores de Salta y Tucumán

El ministro del Interior, Diego Santilli, sigue con su raid de visitas a gobernadores. Tras haber recibido a los mandatarios de San Juan y Córdoba el lunes y haber viajado a Entre Ríos ayer, hoy se verá con los gobernadores Gustavo Sáenz y Osvaldo Jaldo. El primer encuentro será a las 9 y el otro a las 17, ambos en Casa Rosada.
Se espera que, como en las demás reuniones con mandatarios, el funcionario logre convencer a las provincias de acompañar en principio el Presupuesto 2026 en el Congreso. También se espera que dialoguen sobre la reforma laboral, tributaria y la reforma del Código Penal.
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Además, los dirigentes pondrán sobre la mesa los reclamos propios de cada territorio.
La visita de los dos mandatarios provinciales a Balcarce 50 se dará tras el paso del ministro por Entre Ríos, donde brindó una conferencia de prensa con Rogelio Frigerio.
Allí, el entrerriano confirmó que están “comprometidos con las reformas que impulsa el presidente Javier Milei”. La reunión entre ellos fue buena y duró más de una hora. Según pudo saber TN, también analizaron la situación de las cajas previsionales de la provincia y hablaron sobre las obras públicas en el territorio. Por último, hicieron un repaso sobre la experiencia de Frigerio como ministro del Interior durante la gestión de Mauricio Macri.
La agenda de Santilli en la previa de las sesiones extraordinarias
El funcionario, que juró el martes como nuevo titular del Ministerio del Interior, tiene una agenda cargada para el final de la semana.
Tras sus encuentros en Casa Rosada con Saénz y Jaldo, viajará el viernes a Mendoza, para verse con Alfredo Cornejo. Además, el sábado visitará a Rolo Figueroa, el mandatario de Neuquén.
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En el Gobierno esperan que el ministro se reúna con todos los gobernadores que tienen capacidad de diálogo o que firmaron el Pacto de Mayo en su momento.
No obstante, no hay expectativas -al menos por ahora- de que Santilli se vea con los mandatarios identificados con el kirchnerismo, como Axel Kicillof (Buenos Aires), Gustavo Melella (Tierra del Fuego), Ricardo Quintela (La Rioja) y Gildo Insfrán (Formosa).

En ese sentido, este miércoles el ministro recibió un pedido por parte de Carli Bianco, el ministro de Gobierno de PBA. “En el día de hoy solicité formalmente una reunión a Diego Santilli para reclamar los fondos que el Gobierno nacional le quitó a los bonaerenses y retomar la ejecución de las 1000 obras que dejaron abandonadas en la provincia de Buenos Aires”, escribió en X.
La respuesta de Santilli fue concisa y no dejó lugar a un encuentro: “¡Dale Carli, gracias! Tomo nota».
Diego Santilli, Osvaldo Jaldo, Ministerio del Interior, Tucumán
POLITICA
La Libertad Avanza y el PRO se reorganizan por separado en Diputados y crece el malestar por los pases de bloque

La nueva Cámara de Diputados ya comenzó a tomar forma y los bloques se reconfiguran para reflejar la naciente relación de fuerzas. Mientras los libertarios siguen ampliando su bancada a través de la incorporación de aliados, el PRO lucha para contener las fugas y evalúa cómo hacer para “apoyar el cambio” sin que se diluya su identidad política.
La Libertad Avanza se muestra exultante. Ya organizó tres encuentros para capacitar a los nuevos diputados -la mayoría sin experiencia legislativa- en cuestiones administrativas y reglamentarias y reunió al bloque completo para organizarlo políticamente.
Las primeras premisas fueron claras. Por un lado, reafirmaron que la agenda del Poder Ejecutivo será la única que se pondrá en debate, por lo que cualquier proyecto propio de los nuevos diputados tendrá que esperar algunos meses. A su vez, instaron a todos los legisladores a evitar los “ruidos” en la comunicación. Es decir, ser extremadamente cuidadosos con las declaraciones mediáticas y los contenidos de redes sociales. Solo un puñado de diputados tendrá el aval para ser vocero del espacio, por ejemplo, Martín Menem, Gabriel Bornoroni, Nicolás Mayoráz, Bertie Benegas Lynch y Silvana Giudici.

Además, Giudici (ex PRO) será la nueva secretaria parlamentaria del bloque, desde donde se encargará de la coordinación del trabajo parlamentario y colaborará en cuestiones de estrategia legislativa. Esta designación resulta casi “natural” ya que la bullrichista desempeñaba esa función en el bloque PRO y tiene una extensa experiencia en el Congreso. Un déficit que le costó caro a los libertarios en más de una oportunidad durante los últimos dos años.
Casi en simultáneo, los libertarios continúan con su política de seducción para atraer al bloque oficialista a más diputado amarillos, a radicales “con peluca” e integrantes de espacios minoritarios como Verónica Razzini.
Justamente algunos de esos contactos siguen causando un grave malestar en el bloque PRO. Los conducidos por Cristian Ritondo no ocultan su fastidio ante los intentos de atraer a Alejandro Bongiovanni y José Nuñez. “Patricia hizo reuniones con todos, Romina Diez también está apretando. Eso cae muy mal. Pero son muy boludos porque eso también hace que nosotros estemos más retraídos”, aseguró un diputado amarillo.
En la misma línea, también apuntan contra Martín Menem. ”Dijo que somos un ‘bloquecito´ de 15 diputados. Bueno, ok”, recordaron con visible enojo y cierto tono de advertencia.
Este miércoles el propio Mauricio Macri encabezó una reunión del Consejo Nacional del PRO. Allí definieron, entre otros puntos, que la bancada amarilla no conformará un interbloque con LLA. Era una posibilidad que se barajaba ya que le hubiera permitido al oficialismo arrebatarle la primera minoría al peronismo, y con eso lograr mayor presencia en las comisiones. Según explicaron a Infobae, los diputados que se quedaron en el bloque en su totalidad respaldan la idea de mantener la independencia.

Por otro lado, el PRO definirá formalmente el próximo martes quién será su nuevo secretario parlamentario tras la salida de Giudici. El hombre que reúne más consenso es Javier Sánchez Wrba, que cuenta con experiencia parlamentaria porque desempeñó ese rol en el Senado y además porque cuenta con el respaldo de Cristian Ritondo.
El PRO ya dio su primera muestra de distanciamiento al firmar en disidencia el dictamen del proyecto de Presupuesto 2026. Fue porque el texto no contemplaba la coparticipación automática que impuso el fallo de la Corte Suprema y el pago de los $6.000 millones que la Nación adeuda a la ciudad de Buenos Aires, bastión histórico del macrismo.

Ante la consulta de Infobae, reconocieron que están analizando detenidamente otros puntos, como el artículo 74 que habilitaría un polémico mecanismo de compensación de deudas que reclaman Edesur y Edenor por los sucesivos congelamientos de tarifas desde 2002. “Estos le quieren cobrarle el IVA a los diarios pero le quiere regalar cuatro veces esa plata a Edesur y Edenor”, ironizaron.
Por lo pronto, el bloque de Ritondo se concentrará en definir una estrategia para no perder identidad y la pondrá a prueba durante el verano, cuando se discutan las reformas laboral, penal y tributaria.
POLITICA
Estados Unidos y la Argentina anunciaron un acuerdo para fomentar el comercio y las inversiones

La administración de Donald Trump anunció un acuerdo comercial con la Argentina que apunta a incentivar un aumento del intercambio bilateral y acelerar inversiones norteamericanas en el país.
“Con el objetivo de una relación económica más sólida y equilibrada, Estados Unidos y Argentina acordaron un marco para profundizar la cooperación bilateral en comercio e inversiones”, expresó el comunicado oficial que compartió la Casa Blanca.
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Y agregó: “Este acuerdo de comercio e inversión recíproco busca impulsar el crecimiento a largo plazo, ampliar oportunidades y crear un entorno transparente y basado en reglas para el comercio y la innovación”.
“El Gobierno de Estados Unidos está convencido de la importancia de acompañar el crecimiento de la Argentina”, dijo Peter Lamelas, el embajador estadounidense en la Argentina. También sostuvo que este acuerdo es histórico y mueve a ambos países hacia el futuro. Para cerrar, a través de X, expresó: “Nunca estuvimos tan decididos. Nunca estuvimos tan juntos”.
Por su parte, el canciller argentino, Pablo Quirno, también celebró el entendimiento en redes sociales. “Es un privilegio y un honor anunciar que Argentina y los Estados Unidos han logrado hoy un Acuerdo Marco de Comercio Recíproco e Inversión. El Acuerdo crea las condiciones para aumentar las inversiones de EE.UU. en Argentina e incluye reducción de tarifas para industrias claves, aumentando el comercio bilateral entre ambos países”, afirmó.
Los puntos del acuerdo comercial entre EE.UU. y la Argentina
El acuerdo comercial entre EE.UU. y la Argentina incluye 11 puntos:
- Aranceles: Ambos países abrirán sus mercados a productos clave. La Argentina otorgará acceso preferencial a los mercados estadounidenses para las exportaciones de bienes, incluidos ciertos medicamentos, productos químicos, maquinaria, productos de tecnología de la información, dispositivos médicos, vehículos automotores y una amplia gama de productos agrícolas. A su vez, Estados Unidos eliminará los aranceles recíprocos sobre ciertos recursos naturales no disponibles y artículos no patentados para uso farmacéutico. Ambos países se comprometieron a mejorar las condiciones de acceso bilateral y recíproco a los mercados de carne vacuna.
- Eliminación de barreras no arancelarias: La Argentina desmanteló numerosas barreras no arancelarias que restringían el acceso a su mercado, incluyendo las licencias de importación. Además, se comprometió a no exigir formalidades consulares para las exportaciones estadounidenses. Además. eliminará gradualmente el impuesto estadístico a los productos norteamericanos.
- Normas y evaluación de la conformidad: La Argentina permitirá el ingreso de productos estadounidenses que cumplan con las normas estadounidenses o internacionales aplicables, las regulaciones técnicas estadounidenses o los procedimientos de evaluación de la conformidad estadounidenses o internacionales, sin requisitos adicionales de evaluación de la conformidad. Además, continuará eliminando las barreras no arancelarias que afectan el comercio en áreas prioritarias. También aceptará la importación de vehículos fabricados en Estados Unidos que cumplan con las Normas Federales de Seguridad de Vehículos Automotores y las normas de emisiones estadounidenses, y aceptará los certificados de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) y las autorizaciones previas de comercialización para dispositivos médicos y productos farmacéuticos.
- Propiedad intelectual: La Argentina reforzará la aplicación de la ley contra la falsificación y la piratería, incluso en el entorno digital. Asimismo, se comprometió a abordar desafíos estructurales como los de patentabilidad, el retraso en la tramitación de patentes y las indicaciones geográficas, así como a trabajar para armonizar su régimen de propiedad intelectual con las normas internacionales.
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- Acceso a los mercados agrícolas: La Argentina abrió su mercado al ganado bovino vivo estadounidense y se comprometió a permitir el acceso al mercado de las aves de corral estadounidenses en el plazo de un año. Además, acordó no restringir el acceso al mercado de los productos que utilizan ciertas denominaciones para quesos y carnes. Argentina simplificará los procesos de registro de productos para la carne de res, los productos cárnicos, las vísceras y los productos porcinos estadounidenses, y no exigirá el registro de instalaciones para las importaciones de productos lácteos estadounidenses. Estados Unidos y Argentina tienen la intención de colaborar para abordar las barreras no arancelarias que afectan al comercio de alimentos y productos agrícolas.
- Trabajo: La Argentina reafirmó su compromiso con la protección de los derechos laborales reconocidos internacionalmente. Además, adoptará e implementará una prohibición a la importación de bienes producidos mediante trabajo forzoso u obligatorio y reforzará la aplicación de la legislación laboral.
- Medio ambiente: La Argentina se comprometió a adoptar medidas para combatir aún más la tala ilegal; fomentar una economía más eficiente en el uso de los recursos, incluso en el sector de los minerales críticos; y aplicar plenamente las obligaciones del Acuerdo de la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre Subvenciones a la Pesca.
- Alineación en materia de seguridad económica: La Argentina intensificará la cooperación con Estados Unidos para combatir las políticas y prácticas no mercantiles de otros países. Ambos países también se comprometieron a identificar instrumentos para armonizar sus enfoques en materia de control de exportaciones, seguridad de las inversiones, evasión arancelaria y otros temas importantes.
- Consideraciones y oportunidades comerciales: La Argentina y Estados Unidos cooperarán para facilitar la inversión y el comercio de minerales críticos. Ambos países también acordaron trabajar para estabilizar el comercio mundial de soja.
- Empresas estatales y subvenciones: Argentina se comprometió a abordar las posibles acciones distorsionadoras de las empresas estatales y las subvenciones industriales que puedan tener un impacto en la relación comercial bilateral.
- Comercio digital: La Argentina se comprometió a facilitar el comercio digital con Estados Unidos reconociendo a este último como jurisdicción adecuada, conforme a la legislación argentina, para la transferencia transfronteriza de datos, incluidos los datos personales. Además, se abstendrá de discriminar a los servicios o productos digitales estadounidenses. Argentina también se propone reconocer como válidas, según su legislación, las firmas electrónicas que sean válidas conforme a la legislación estadounidense.
EE.UU, Donald Trump, Javier Milei
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