POLITICA
Trucos para revivir al Milei original

El tránsito por el poder deja huellas. La responsabilidad diluye la rebeldía. La jerarquía conspira contra la espontaneidad y se pega a quien la ejerce como las arrugas que el paso de los años talla en un rostro maduro. El empeño de un líder en funciones por ofrecerse como una persona normal y corriente es el equivalente político a una cirugía estética: la añoranza de un tiempo mítico, cuando todo estaba por ocurrir.
En Javier Milei ese fenómeno se magnifica. Él, que encarnó como ninguno de sus antecesores la “gesta del hombre común”, enfrenta un momento decisivo de su gobierno con la presión autoimpuesta de seguir siendo un outsider ahora que habita en la cúpula del sistema institucional.
Más metódico de lo que le gusta admitir, el presidente libertario activó el modo electoral con un retorno al personaje que mejor interpretó. Milei es nuevamente el tipo enojado que busca conectar con la frustración ciudadana y que denuncia conspiraciones para hacerlo fracasar e impedir el progreso nacional.
La salida del cepo cambiario lo desató, después de semanas en las que vivió al límite emocional. El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) desencadenó un estallido interior, a tiempo con las necesidades de campaña.
Llegó a temer que se le escurriera el logro de la baja de la inflación y la estabilidad cambiaria. La zozobra de marzo y parte de abril pareció convencerlo de que su oferta a los argentinos es incompleta si se limita a los resultados económicos.
Volvió entonces el Milei que grita y reparte insultos como si estuviera todo el rato en una cancha de fútbol. Se calzó otra vez la campera de cuero para salir a caminar por barrios periféricos. Tuitea compulsivamente, después de un tiempo en que se había contenido. Se presta muy a menudo a notas en medios de comunicación, una costumbre que casi había abandonado a partir del caso $LIBRA.
La frescura y el desparpajo que le brotaba natural en 2021 o 2023 hoy requiere dosis adicionales de ingeniería comunicacional. La fragilidad de sus rivales políticos y el apoyo que le profesan amplios sectores del poder económico debilita el relato del luchador acosado por “la casta”. De esa necesidad surge la renovada batalla contra el periodismo profesional, al que el gobierno libertario enfocó como un adversario a vencer en el umbral de las elecciones porteñas, escala decisiva del calendario de votaciones de 2025.
Milei eligió el eslogan “no odiamos lo suficiente a los periodistas”, sin el menor afán de disimular la intención de manipular emociones fuertes, tan habitual en las campañas políticas.
Rara vez un líder apela de manera explícita a la palabra odio, que se dice pronto pero puede despertar demonios difíciles de controlar. Es incluso más extraña en boca de alguien que se define como liberal. “Odio” y “libertad” parecen a simple vista el agua y el aceite del lenguaje político.
El Presidente recurre a la denuncia a los periodistas como si estuviera en una cruzada espontánea por la verdad. Pero sigue un libreto escrito y probado en la nueva derecha internacional, cuyo auge coincide con una ola de descontento social. La demonización de las elites, entre las que se incluye a los medios de prensa, está en la página 1 del manual.
Solo en la última semana, desde el sábado 26 de abril al viernes 2 de mayo, Milei usó las redes sociales a tiempo completo para fustigar contra periodistas. Retuiteó un total de 2073 mensajes ajenos, de los cuales 436 incluían acusaciones, insultos o alusiones despectivas a periodistas. Además, de los 51 mensajes que escribió él, 41 encajan en esa descripción. En la mayoría incluyó su invitación a odiar a los periodistas.
La lógica de las redes sociales admite las afirmaciones sin argumentos, el destrato, la denuncia sin pruebas, la estigmatización y el ciberacoso. El Gobierno no se priva de ninguna de estas prácticas en la carrera por reconectar con el Milei original, aquel David que se nubla cuando se reconoce Goliath.
Dijo de los periodistas a lo largo de los últimos siete días que son “basuras mentirosas”, que “inyectan veneno”, que son “mentirosos patológicos”, “pauteros” y “depravados”. Que ejercen una profesión “inmunda” como “un ejército de mitómanos” y que tienen “déficit de IQ severo”.
Se plegó a una campaña de desprestigio contra Carlos Pagni, a quien acusó de compararlo con Hitler a raíz de un comentario completamente sacado de contexto. Es una operación retórica que Milei conoce muy bien porque se cansó de denunciar que se lo hacían a él: la falacia del hombre de paja. Es decir, cuando se distorsiona o exagera la opinión de una persona y luego se lo ataca por la versión desfigurada del argumento en lugar de refutar el punto original.
Ante la evidencia de la falsedad, el Presidente acusó a de editar el video y la nota donde el periodista hacía el comentario. Y finalmente amenazó con denunciarlo penalmente, en una advertencia que coquetea con la criminalización de la opinión. En el camino, aplaudió un mensaje del director de Comunicación Digital de la Presidencia, Juan Pablo Carreira, que postulaba: “No odiamos lo suficiente a ”.
A Jorge Fernández Díaz lo atacó en público cinco veces en dos semanas por haber escrito que el Gobierno “tuvo que apurar el nuevo pacto con el Fondo para que este aprobara un blindaje urgente, que parece una derrota vestida de victoria”.
Destrató a Joaquín Morales Solá por considerar que Milei le planteaba una pelea al campo cuando instó públicamente a liquidar cuanto antes las exportaciones.
A María O’Donnell la trató de “ZURDA PERIODISTA IGNORANTE” (así, en mayúsculas) por entrevistar a un economista que simpatiza con el Gobierno. El bullying contra Paulino Rodrigues incluyó llamarlo “cerdo” por opinar que Milei debió haber llegado antes a Roma para asistir a la capilla ardiente del papa argentino.
Republicó mensajes con el dibujo de una tumba y la inscripción “medios de comunicación tradicionales”, al igual que decenas de denuncias incomprobables de corrupción profesional. Sus propagandistas de redes lo alientan, dicen que en chiste, a meter preso a un periodista.
El ministro de Economía, Luis Caputo, se sumó al coro cuando escribió que el periodismo es “una profesión que tiende a desaparecer”. Curioso que un técnico falle por tanto con los datos: nunca fue tan amplia la audiencia de los medios aquí y en el mundo como en la actual era digital.
En apenas siete días los periodistas aludidos con nombre y apellido en los mensajes que difundió el Presidente fueron 18.
Se quejó de los fotógrafos justo después del episodio que protagonizó su todopoderoso asesor Santiago Caputo en el debate de candidatos porteños, cuando le tapó la cámara a un reportero y después tomó con su celular una imagen de la credencial que llevaba colgada al cuello.
La ofensiva contra la crítica bordea por momentos lo que en Estados Unidos llaman “gaslighting”, una sutil forma de manipulación emocional que apunta a que el blanco de esa acción se cuestione su propia percepción de la realidad.
No hay novedad sino estrategia en la búsqueda del Milei espontáneo y auténtico de las campañas desde el llano. Ni siquiera el eslogan es una invención que pueda patentar el Presidente. La expresión “You don’t hate the media enough” (“no odias lo suficiente a los medios”) circula en forma de meme y de hashtag en cuentas de simpatizantes de Donald Trump al menos desde 2022. Se ha hecho tan popular en esos círculos que se venden camisetas con la frase impresa. Se consiguen en Amazon por 26,70 dólares más gastos de envío.
La hiperactividad de Milei en las redes y en los medios audiovisuales es medible. A partir del caso $LIBRA, iniciado por el tuit con el que celebró un criptoactivo que causó pérdidas millonarias a quienes invirtieron de buena fe, había bajado notablemente el uso de sus canales de comunicación. Apenas concedió 3 entrevistas en los dos meses que siguieron al fatídico 14 de febrero. Y tuiteó tres veces menos que en el mismo período del año anterior.
El giro se hizo patente con la salida del cepo y el lanzamiento de la campaña de Manuel Adorni, a quien le encomendó derrotar a los Macri en la ciudad de Buenos Aires. Desde el 14 de abril, hizo seis notas en medios audiovisuales y emitió más mensajes en redes que en los dos meses previos sumados. El miércoles 30 de abril tuvo un pico, al enviar 13 mensajes propios y reproducir 533 ajenos.
Lo que se mantiene firme es la decisión de no someterse a una conferencia de prensa. El León “doma” a todos, pero desde el confort del monólogo o la charla de camaradas.
El segundo eslogan de este período es “libertad o kirchnerismo”. Milei se dispone a arrebatarle al Pro la bandera de la grieta. Adorni aterrizó en la Capital con un mensaje que prescinde de cualquier artilugio municipal.
El argumento obliga a darle al candidato kirchnerista Leandro Santoro una entidad nacional que ya quisiera tener. El miedo al cuco de Cristina Kirchner contrasta con el espectáculo decadente de la interna peronista en Buenos Aires, donde a la expresidenta pena por domesticar a Axel Kicillof, el discípulo que le salió rana. El Gobierno entiende que la representación del antikirchnerismo no puede quedar en manos ajenas: si Adorni supera a la macrista Silvia Lospennato el domingo 18, creen en la Casa Rosada, la utilidad política del Pro quedará definitivamente en entredicho.
Milei disfrutó al ver las escenas de su vocero y candidato como orador central de la cena de la Fundación Libertad, el lunes pasado. Mauricio Macri, que solía ser el rey en ese ecosistema, lo escuchaba desde la mesa de honor. Ahí mismo le habían sentado a Alberto Benegas Lynch (h.), el intelectual que más admira el Presidente.
Santiago Caputo y los funcionarios/tuiteros que lo acompañan en la Casa Rosada festejaban con champagne al cierre del evento, como si hubieran conquistado una colina.
La campaña contra el macrismo les da una mística que unifica. No llega, sin embargo, a disimular las tensiones internas con el sector “tradicional” que encabeza Karina Milei y que tiene como ejecutores a los primos Menem.
Es notoria la tirria cuando se le pregunta a cualquier referente importante de uno u otro sector por las candidaturas en la provincia de Buenos Aires, donde se votará en septiembre. La negociación pendiente con el Pro es solo una capa del problema. Por debajo arde la discusión entre caputistas y karinistas. “En algo nos parecemos a los radicales”, ironiza un legislador de La Libertad Avanza que trata de no meterse en la línea de fuego.
El regreso del Milei furioso y combativo es un antídoto también contra la proliferación de internas.
Pero no solo eso. Estudios de opinión que llegaron a funcionarios de la Casa Rosada destacan un deterioro de la imagen presidencial entre los jóvenes, que siempre fueron la principal base de sustentación del Gobierno. Algo similar ocurre en los sectores socioeconómicos más deprimidos, a pesar de la baja de los índices de pobreza de la que suele jactarse Milei.
Se necesita otra vez al líder popular que se planta ante los poderes establecidos. La campera de cuero. La canción de La Renga. La rabia. El hombre sin rango que explotaba, como la mayoría de sus conciudadanos, después de la pandemia y el de fiasco del gobierno albertista-kirchnerista. El que desprecia a los “ñoños republicanos” que se fijan en las formas.
¿Podrá volver el tiempo atrás e interpretar al candidato antipolítica que supo leer el ánimo social y detectar la demanda de estabilidad económica que dominó la era pre-libertaria? Desde arriba es más difícil.
Lo descubrió en su salida a Villa Lugano, donde quiso recrear las caminatas de campaña de los días virginales. Fue un paseo breve, rodeado de custodios y con un despliegue en los techos de las casas que rompía toda ilusión de amateurismo.
Algo parecido ocurre con sus denuncias, diatribas y advertencias a quienes lo incomodan. El poder lo cambia todo. Lo que antes era indisciplina y valentía hoy resuena peligrosamente como un eco autoritario y abusivo.
POLITICA
Capitalismo K: revelan que el hermano de Agustín Rossi monopoliza el transporte en Santa Fe y Neuquén

Un escándalo salpica a la familia del exministro de Defensa, exjefe de Gabinete y exdiputado kirchnerista Agustín Rossi. Más precisamente a su hermano Alejandro Rossi, quien funge como empelado de la planta permanente de la Cámara de Diputados de la provincia de Santa Fe y, se reveló esta semana, también es socio mayoritario de la mayor empresa de transportes de Santa Fe, llamada, justamente, Transportes Santa Fe.
🔥🚨 GASULLA FILTRÓ LOS AUDIOS QUE COMPLICAN AL KUKA AGUSTIN ROSSI EN SANTA FE ¡ES UN MEGA-ESCANDALO!
“Nunca se hicieron cargo de ser los dueños de la empresa de transporte…”
“En el audio confesó que gran parte de la empresa la hizo el…” @LuisGasulla pic.twitter.com/AxudKxmUit
— Agarra la Pala (@agarra_pala) October 21, 2025
La revelación surgió de conversaciones filtradas en el medio LN+, en las cuales Alejandro Rossi se queja de que el otro socio de la compañía, de nombre Gerardo Ingaramo, se esta quedando por medio de su familia, y en forma gradual, con partes importantes de esta empresa que opera transportes de pasajeros y de cargas no solo en Santa Fe, sino también en Buenos Aires y la provincia patagónica de Neuquén.
En los audios, el hermano de Agustín Rossi se jacta de haber construido a la empresa, que años atrás, en 2018, había sido acusada de haber crecido gracias a los subsidios recibidos desde el Ministerio de Planificación de Julio de Vido, durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner (2003-2015).
Ploteado de una publicidad política con la imagen de Alejandro Rossi en una unidad de transporte perteneciente a su monopolio, junto a la cara de Cristina Kirchner.
Gracias a los fondos de los gobiernos kirchneristas, la empresa de los hermanos Rossi, Alejandro y Agustín, logró acaparar la totalidad del mercado del transporte en Santa Fe.
Esa acumulación primitiva con el financiamiento del Estado, es decir, de los contribuyentes, le permitió dar el salto a Buenos Aires y Neuquén, donde se concentra la actividad hidrocarburífera y gasífera alrededor de Vaca Muerta.
Una revelación que desnuda la naturaleza del capitalismo K
Cabe destacar que, en el momento en que había salido a la luz la acusación de que los Rossi estaban detrás de esta empresa de transporte monopólica en Santa Fe, Alejandro como su gestor y Agustín como el lobbista que orientó los fondos estatales para su crecimiento, la versión trascendida por ellos era que se trataba de una participación menor.

Agustín junto a su hermano, Alejandro Rossi. Una familia próspera.
Sin embargo, los audios filtrados contradicen tales afirmaciones, y ponen de relieve, una vez más, cómo el kirchnerismo usó al Estado para favorecer un capitalismo de amigos.
En el caso de los Rossi, el cuadro se completa también con otra característica propia del kirchnerismo: que es la de ubicar familiares en posiciones lucrativas dentro del Estado.
La fiesta de la familia de Agustín Rossi en el Estado: el descomunal sueldo de $31.000.000 de su hija
Así sucede con Alejandro Rossi, quien además de ser socio mayoritario de Transportes Santa Fe, es empleado de planta permanente en el Poder Legislativo santafesino, y Delfina Rossi, hija del exministro de Defensa que cobra mensualmente 31 millones de pesos por ser una de las directoras de un importante banco estatal.
Agustín Rossi no se presenta para ningún cargo en esta elección, pero está detrás de la candidatura a diputada de Caren Tepp, una dirigente política vinculada a líder de Patria Grande ,Juan Grabois, que, siguiendo el ejemplo de este, participó en tomas de tierras en la ciudad de Rosario.

El transporte urbano de Transportes Santa Fe ahora lleva ploteados de publicidad política de la candidata kirchnerista Caren Tepp, apoyada por los hermanos Rossi y aliada a su vez a Juan Grabois, además de ser conocida, como el líder piquetero, por tomar tierras en Rosario.
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POLITICA
El oficialismo y el día después: pulseadas en el Congreso se suman a las tensiones por el Gabinete

Quedan por delante apenas dos días de campaña para coronar un año cargado de elecciones, fatigante. Y restan tres jornadas financieras, difíciles, con el dólar a la cabeza, a pesar de los sucesivos mensajes de Washington. En el umbral de los comicios y frente a ese cuadro, el oficialismo expone en primera línea a Javier Milei, ahora concentrado en algunos distritos del interior. Y exhibe tensiones que se proyectan para el día después: el foco está puesto en el “reacomodamiento” del Gabinete -según el término presidencial-, pero las pulseadas asoman también en el Congreso. En los dos casos, los movimientos, a partir de la noche del domingo, estarán marcados por las internas que no cesan y por la real intención o no de abrir el juego para pensar en un mayor sostén político.
Milei hizo expreso en estas horas el objetivo básico para las elecciones del domingo, algo que hace rato circula en el oficialismo aunque con cierto cuidado porque podría ser interpretado como un retroceso de expectativa frente a la consigna de La Libertad Arrasa. Dijo que es necesario asegurar en Diputados el famoso tercio de legisladores propios que permita frenar el rechazo a los vetos presidenciales. Otro objetivo, módico en cifras, se plantea en el Senado y está marcado por la ácida disputa con Victoria Villarruel. Allí, se trataría naturalmente de sumar bancas, pero el tema central sería lograr algo más de manejo político en la Cámara, meta lejana para el bloque mínimo de LLA fuera del circuito de la vicepresidente.
Las especulaciones están aceleradas en Diputados, donde Martín Menem resiste por ahora fisuras en el la bancada violeta, a pesar del respaldo de Karina Milei, y malestar de distinto grado en la oposición. Trascendieron algunos tanteos desde la presidencia de la Cámara para encarar una negociación que permita distender el cuadro antes del recambio de diciembre, a cambio de un reparto de las vacantes en la Auditoría General de la Nación. La posición inamovible del peronismo/K, la falta de entendimiento entre LLA y sus socios amarillos, las diferencias domésticas en el PRO y el reclamo de radicales y provinciales, cada uno por su lado, hacen difícil el entendimiento. Otra vez, las miradas se corren hacia los gobernadores. Antes, claro, se verá qué dicen los resultados del domingo.
En el Senado, también hay mensajes, sondeos y charlas reservadas que no esperan la recomposición parlamentaria. Patricia Bullrich, que deja su cargo ministerial para apostar a la Cámara alta, acaba de apuntarle a Villarruel. Le reprochó públicamente mantenerse “bastante en silencio” duranta la campaña, una manera de traducir el cuestionamiento al juego personal de la vicepresidente y, más, con el subyacente ingrediente de las versiones conspirativas. En esa línea, añadió otro señalamiento la aún funcionara: dijo esperar que Villarruel “no sea de las que pongan palos en las ruedas”.
Parece claro que Bullrich se encamina al Senado con pretensiones de ocupar lugares destacados a partir de diciembre. Habrá que ver con qué capital, en función del resultado del domingo, y qué lugar aspira a ocupar. Por lo pronto, según sus propias declaraciones, buscará confrontar duramente con el peronismo y recuperar vías de acuerdo con espacios más inclinados al diálogo, pero enfrentados como consecuencia del destrato de Olivos.
En cualquier caso, si pretende un lugar destacado en la estructura de la Cámara, como se atajan ya en medios opositores, tendría resistencia cerrada del kirchnerismo y al menos reparos de otros bloques, con terminal en gobernadores. Sobre todo, si lo que está en juego es la presidencia provisional, a cargo de Bartolomé Esteban Abdala.
No sería lo único en discusión, porque antes pesa el reordenamiento en LLA y sus socios del PRO, además de la no-relación con Villarruel. Por lo pronto, trascendió que después de las elecciones, pero antes del recambio de legisladores, podrían avanzar las negociaciones para el manejo de las secretarías que garantizan el funcionamiento del Senado.
El quiebre del vínculo entre Milei y la vicepresidente no oculta por completo los intentos y cruces desde Olivos para ampliar la base mínima violeta y el trato con el PRO, que arrastra sus propias internas. Será un dato significativo el grado de relación del Gobierno con Mauricio Macri, y su impacto en las filas amarillas. Santiago Caputo ensayó un mínimo gesto en las redes sociales, mientras que Karina Milei hizo lo propio, también en escala mínima. Como en otros rubros, el cálculo depende del resultado del domingo.
Especulaciones similares se proyectan a Diputados, pero allí las tensiones vinculadas al círculo de Olivos son más claras. Martín Menem, como fue señalado, enfrenta un cuadro delicado. La jugada expresada en el intento de acuerdo para destrabar el tema de la AGN es considerada un test sobre el juego posterior para mantener la conducción de la Cámara. La prueba se anota en la pulseada general, que incluye tironeos en la LLA y con sus aliados, en particular el PRO, y la pendiente reconstrucción de puentes con jefes provinciales.
Eso último parece central. Por supuesto, la relación con los gobernadores antes dispuestos al diálogo está atada a lo que ocurra en las urnas. Y también a los reacomodamientos en el tablero violeta. Asoma en concreto la definición de interlocutores. Los movimientos de Santiago Caputo ya generaron cortocircuitos con Guillermo Francos y, cuando se proyectan directamente al Congreso, recelos de Martín Menem y alerta en las oficinas de Karina Milei.
Existe además una cuestión más de fondo, que es el rearmado del Gabinete y junto a esa movida, la profundidad o superficialidad de los mensajes de amplitud hacia otros espacios, vital si se pretende algo más que blindar los vetos y el objetivo es intentar acuerdos sobre las repetidas invocaciones a las reformas laboral, previsional y tributaria.
Por ahora, las versiones sobre cambios del Gabinete se limitan a las pulseadas domésticas. Un dato objetivo es la partida de los ministros/candidatos, es decir, Bullrich y Luis Petri. A eso se suma la posibilidad de fusiones y los malestares de arrastre. En ese conjunto aparecen justicia y Cancillería. Y la línea más destacada es escrita por la posible incorporación de Santiago Caputo al equipo de ministros, lo cual agrava la tensión con la jefatura de Gabinete.
De momento, son todas especulaciones que trascienden por poco los límites violetas. La elección del domingo determinará si es más o menos que eso.
POLITICA
En el peronismo afirman que LLA acortó la diferencia en PBA y buscan que Cristina Kirchner y Kicillof envíen un mensaje de unidad

A pocos días de las elecciones legislativas, en el peronismo bonaerense comenzaron a aceptar que la diferencia con La Libertad Avanza en la Provincia podría ser menor a la esperada.
Según los últimos sondeos internos, la ventaja de Fuerza Patria sobre el oficialismo nacional ronda entre 7 y 10 puntos, bastante por debajo de los 14 que habían logrado en septiembre. En ese contexto, crece la expectativa por un gesto de unidad entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof antes de las elecciones. Se especula con que ambos podrían pedir al electorado que vaya a votar para evitar el ausentismo.
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En las últimas semanas, resurgieron los rumores de tensiones entre la expresidenta y el gobernador, motivados por una serie de encuestas que muestran que LLA logró achicar la distancia en el principal distrito electoral del país. Esos datos reavivaron el malestar en el kirchnerismo con la decisión de Kicillof de desdoblar los comicios bonaerenses, una jugada que había sido discutida dentro del espacio.
Si bien admiten que las encuestas muestran una elección más pareja, en la Gobernación argumentan que son “escenarios distintos”. En el entorno del mandatario provincial destacan que las condiciones no son comparables con las de septiembre.
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“Son elecciones diferentes: ahora hay boleta única, se terminó la práctica de entregar la boleta al votante, se eligen cargos nacionales, los extranjeros no votan, las terceras fuerzas no tienen candidatos atractivos y los intendentes probablemente no muevan el aparato como en septiembre”, explican.
Desde el peronismo bonaerense sostienen que los cambios en las reglas y el contexto político nacional explican parte del repunte del oficialismo. En septiembre, el Gobierno recibió un golpe que lo obligó a tomar medidas: acercarse a Mauricio Macri, mostrarse más abierto al diálogo y buscar apoyo de Estados Unidos. Todas esas cuestiones, analizan, lo volvieron más competitivo.
La mejora de La Libertad Avanza en las encuestas encendió las alarmas dentro del kirchnerismo, donde algunos dirigentes interpretan que la estrategia de desdoblar las elecciones pudo haber tenido efectos no previstos.
Cristina Kirchner habría manifestado críticas hacia Kicillof por esa decisión, aunque en La Plata defienden la maniobra: “Si no hubiera habido una victoria en septiembre gracias al desdoblamiento, nadie hubiese pensado que el domingo 26 podías ganar”, responden cerca del gobernador.
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“Siempre el espacio argumentó que sin septiembre no había octubre”, insisten en el entorno de Kicillof, que busca transmitir calma y evitar que las diferencias internas opaquen el tramo final de la campaña.
Pese a las tensiones, en el peronismo se ilusionan con un gesto de unidad antes de ir a las urnas. Dirigentes de distintos sectores promueven que Cristina Kirchner y Kicillof muestren públicamente una señal de conciliación. “Un mensaje conjunto podría fortalecer la convocatoria y consolidar el voto peronista”, reconocen en el espacio.
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No se descarta que la expresidenta difunda una declaración o que ambos coincidan en un acto o mensaje común para llamar a votar. Incluso, entre algunos referentes se baraja la posibilidad de que tanto Cristina como Axel le pidan explícitamente a la ciudadanía que concurra a las urnas el próximo domingo.
La incógnita ahora es si ese gesto llegará a tiempo para cerrar filas y retener la ventaja en la provincia más determinante del país, en una elección que el propio oficialismo bonaerense admite que será mucho más ajustada de lo previsto.
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