POLITICA
Un experimento político con final abierto

Cristina Kirchner coronó, con la gran manifestación de apoyo que se volcó ayer sobre la plaza de Mayo, un minucioso ejercicio político: la construcción del escenario de su condena judicial. Fue un experimento exitoso que abre una incógnita muy relevante sobre el futuro de su peripecia en el juego del poder. La multitud que se movilizó para protestar por la prisión que le dictó el Tribunal Oral Nº 2 en la causa Vialidad es la plataforma sobre la que ella ejecuta un relanzamiento político destinado a mantenerla, desde la prisión de San José 1111, al frente del peronismo. El resultado de esa operación es parte de una historia que todavía está abierta.
La premisa mayor de toda la jugada es bastante obvia. La expresidenta nunca tuvo dudas acerca de que la Justicia la penalizaría. Se le pueden reprochar mil imperfecciones a la abogacía de Carlos Beraldi. Pero las pruebas sobre el desbarajuste cometido en Santa Cruz eran infinitas. Y hubieran sido más si esa investigación no se hubiera desmembrado de la que se enfocó en las contrataciones “turísticas” de Hotesur y de la que se siguió por la emisión de facturas apócrifas de Lázaro Báez. En consecuencia, condenada por los tribunales, la señora de Kirchner puso toda su energía en que la absuelva la historia. En el caso de un líder político, la absolución de la historia sólo se consigue ganando elecciones.
Con la mirada en ese propósito, la exmandataria se fijó un curso de acción cuyo eje principal consiste en politizar todo lo posible los pronunciamientos de la Justicia. El primer paso fue apropiarse de la presidencia del PJ. Así, al convalidar la sanción dispuesta por el Tribunal Oral, la Corte no estaría mandando tras las rejas a una funcionaria retirada, sino a la titular de uno de los mayores partidos políticos de América Latina, el que desempeña la principal oposición al gobierno de Javier Milei.
La jugada siguiente fue, apartándose de su costumbre, conceder una entrevista a Gustavo Silvestre, en C5N, el canal de su amigo Cristóbal López. Allí, después de alcanzar 8 puntos de rating, explicó su tesis sobre el comportamiento de la Corte: se trata de un tribunal que está al servicio de un proyecto económico que, para sostenerse, necesita excluirla a ella, es decir, al pueblo. Una demostración de ese carácter antidemocrático del tribunal sería la tolerancia que exhibió ante el DNU 70, enviado por Milei.
El tercer paso fue, ante la evidencia de que los magistrados ratificarían el fallo condenatorio, que incluye la prohibición de ejercer la función pública, anunciar en esa entrevista la candidatura a diputada provincial por la tercera sección electoral. Por supuesto, ella no reconoció que, al postularse, se preparaba de la mejor manera posible para una condena. Al revés: a los pocos días sostuvo que se la condenó porque se había postulado.
La secuencia desemboca en la denuncia de una proscripción. Por eso ayer la muchedumbre reunida frente a la Casa Rosada escuchó al locutor consignar que “hoy comienza la resistencia”, es decir, la reacción ante una agresión equiparable al derrocamiento de Perón en 1955. La propia Cristina Kirchner formuló, en el discurso que dirigió a su feligresía, la consigna “Vamos a volver”. Un centímetro más y estaría en “Perón vuelve”. El graffiti de la resistencia.
La concentración de ayer había sido convocada para acompañar a la expresidenta en el momento de su detención, en los juzgados de Comodoro Py. El tribunal oral se adelantó y, el martes, estableció como lugar de reclusión el departamento de la calle San José. La marcha se mantuvo igual, pero cambió de destino. Ya no sería una queja frente a la sede judicial. Sería una protesta frente a la Casa Rosada. La señora de Kirchner no se dirigiría a la multitud como ajusticiada, sino como líder principal de la oposición. El centro del mensaje fue “estoy presa porque este modelo se cae”. Un eco del discurso que pronunció el 13 de abril de 2016, acompañada por una legión que ayer quedó pequeña, cuando Claudio Bonadio la llamó por primera vez a indagatoria: “Para que este modelo se sostenga me tienen que callar”.
El núcleo de ese planteo es el núcleo de todo populismo, sea de izquierda o de derecha: la única legitimidad es la que deriva de las urnas. La expresidenta se presenta como la encarnación del pueblo en contraste con una institucionalidad facciosa, la de la Justicia, que en 2013 se negó a ser democratizada como ella había proyectado. El kirchnerismo intenta regresar, después de la gris experiencia de Alberto Fernández, a la vibración de las sagas. Cristina Kirchner es experta en lograr ese giro ante cada adversidad. En octubre de 2010, vistiendo un luto que no abandonaría a lo largo de tres años, explicó que su esposo había muerto para que renaciera la política. Ayer recordó la dictadura, la viudez y el intento de asesinato de septiembre de 2022, como las instancias de un vía crucis profano al que ahora se agregó otra estación: al cárcel.
Todavía falta una mayor elaboración poética. Pero, en cualquier momento, la prisión dictada por los tribunales por delitos cometidos en el manejo de la obra pública será equiparada a los que, para Friedrich Nietzsche, fueron los dos máximos crímenes jurídicos de la historia: el de Sócrates y el de Jesucristo. Nietzsche no sólo observa que ambos fueron ejecutados después de un proceso judicial. Para su filosofía, el de Sócrates y el de Jesucristo fueron dos suicidios. Es decir, ambos estaban ya por hundirse en el fracaso, pero sobrevivieron entregándole la espada a los verdugos.
Esta idea de Nietzsche, salvando “las bárbaras distancias”, abre un interrogante sobre la encrucijada de la señora de Kirchner. ¿La Justicia no la habrá salvado, condenándola, del ocaso hacia el que tal vez caminaba sin remedio? ¿Cuál hubiera sido el destino de esta líder, que cargaba sobre sus espaldas, con admirable disimulo, el fracaso del último gobierno peronista, si los tribunales no la hubieran sancionado con la prisión? Es un contrafáctico, pero no carece de sentido. Porque uno de los destinos posibles de Cristina Kirchner era el de Carlos Menem, quien se desangró en una larga agonía política, cada vez más anodina, acorazado por los fueros que le otorgaba una banca en el Congreso. Sólo que ella debía refugiarse en la Legislatura de La Plata, un reducto cuya opacidad sólo fue interrumpida por las fechorías de Julio “Chocolate” Rigau, que recolectaba retornos en los cajeros automáticos.
Sobre la hipótesis de esta alternativa hay que evaluar ahora el futuro de la señora de Kirchner, y el del peronismo que, hasta nuevo aviso, sigue comandando. En la concentración de ayer había una amplísima presencia kirchnerista. Pero no se vio a otras ramas del PJ. Por ejemplo, se notó la ausencia de la CGT. En cambio, participaron dirigentes de los partidos trotskistas, allegados a Máximo Kirchner. Eso sí, no tuvieron acceso al palco. “Vienen a caranchearnos los votos”, se quejó un peronista, ingrato y mezquino.
Entre los asistentes principales había algunos muy significativos. Ricardo Quintela, gobernador de La Rioja, que aspiró a presidir el PJ en contra de ella. Sergio Massa, quien se imagina heredero de la condenada: pretende comenzar a cobrar de ese patrimonio postulándose como candidato a diputado en octubre. Mientras tanto, organiza una “tercera vía” electoral con peronistas extrapartidarios, destinada a enfrentar a los candidatos de Milei en la primera sección electoral. La presencia de Massa es paradójica: la propia Cristina Kirchner le recordó, cuando se discutía la fórmula presidencial de 2023, que ella no podía apoyarlo en contra de Daniel Scioli, “porque hace 5 años, con Stolbizer, me querías meter presa”. Es el mismo Massa al que ahora, en la Corte, le reprochan estar detrás de las pintadas “Cuidate Rosatti” que aparecieron en Santa Fe, atribuidas a un empleado del diputado Oscar “Cachi” Martínez, íntimo del exministro de Economía de Alberto Fernández.
Sin embargo, el manifestante más destacado, y más problemático, de la movilización de ayer, fue Axel Kicillof. Para nadie la apoteosis de la señora de Kirchner celebrada en la plaza de Mayo fue más incómoda que para él. El intento de rebeldía que inició en la provincia de Buenos Aires está bajo la amenaza de convertirse en un intento de traición. Son las transfiguraciones que producen algunas condenas a prisión. Entre las numerosas decisiones que debe tomar en estos días, Kicillof debe meditar una muy interesante: si asistirá o no a la reunión de la Asociación Empresaria Argentina, a la que fue invitado en su calidad de gobernador. La presencia de Kicillof en esa organización, liderada entre otros por Héctor Magnetto y Paolo Rocca, sería vista como una toma de posición ante la tesis de la señora de Kirchner: no soy víctima de los jueces, sino del establishment.
La otra celebridad cuyos movimientos habrá que seguir de cerca en las próximas semanas es Máximo Kirchner, quien ayer, en el acto, oficiaba de DJ. Eso sí: pocas canciones nuevas. Es el candidato más probable a encabezar la lista de diputados provinciales de la tercera sección electoral, en reemplazo de su madre. Además, será el vocero de la expresidenta, ya que como familiar es acaso el único político que tendrá acceso a ella. Esta es una dimensión doméstica que puede ser determinante para la capacidad política de Cristina Kirchner. ¿Quiénes pueden visitarla además de médicos y parientes? Sus seguidores más cercanos hacen notar que cualquier presidiario de un establecimiento federal tiene permiso para recibir amigos. Eso sí: deben ser controlados y registrados. ¿Quién se encargaría de esa tarea en el departamento de la calle San José? El otro tema polémico: ¿puede la señora de Kirchner salir al balcón? Los jueces se lo tendrían prohibido. Pero algunos abogados de su entorno arguyen lo siguiente: “Si en las cárceles hay patios para que los condenados puedan disfrutar de una hora de aire y sol durante el día, ¿por qué Cristina no podría salir al balcón, cuando su casa carece de patio?”. Es la pelea, milímetro a milímetro, por la conservación de la capacidad de hacer campaña.
La tobillera es objeto de otra polémica. Ayer el diputado Juan Manuel López, de la Coalición Cívica, sugirió a través de la red social X: “Ahora que se está hablando tanto de tobilleras sería bueno que @PatoBullrich y “m@cuneolibarona hagan una licitación transparente. Si no siempre se la lleva Mario Montoto, el montonero que une a gente tan distinta”.
El equipo de Milei evaluaba anoche los pros y los contras de la nueva escena construida alrededor de la condena judicial contra la expresidenta. Ella no quiso emitir un mensaje jurídico, relacionado con su proceso penal. Fue a la política: “El modelo se cae”. Se propuso como la alternativa al oficialismo, que es como la ve el público en todas las encuestas. Por ejemplo, en una realizada por la consultora Mide, 43% identifica a la señora de Kirchner como la principal líder opositora y 40% opina que ese liderazgo está vacante. En esta lógica, la polarización que pretende la flamante presidiaria sería ventajosa para Milei. Y perjudicial para Mauricio Macri, porque la supervivencia del “peligro kirchnerista” abroquelaría a los votantes alrededor de La Libertad Avanza. ¿Se puede, en el clima de confrontación que se reanimó con la prisión, seguir negociando la integración de la Corte, como hicieron hasta hace pocos días representantes de Milei con un delegado de Cristina Kirchner?
Hay otro plano en el que el significado de lo ocurrido ayer seguirá siendo un enigma, al menos por un tiempo. Se lo puede formular así: ¿el encanto de la señora de Kirchner sobre los que repudian a Milei es un fenómeno episódico, asociado al primer efecto emocional de su prisión? ¿O es una señal que obliga a revisar la idea, muy extendida, de que Milei reina en medio de una clase política cuya legitimidad está por completo colapsada? Dicho de otro modo: ¿la expresidenta sigue encarnando un islote de representación genuina en un momento en el que la impugnación a su profesión es casi generalizada?
Estas incógnitas organizarán la campaña para los comicios bonaerenses del 7 de septiembre, sobre todo en la tercera sección electoral. La Libertad Avanza atraviesa el período de armado de listas en medio de un enfrentamiento interno cada día más agresivo. Y más exótico. De un lado, Martín y “Lule” Menem, bajo el mando protector de Karina Milei. Del otro, Santiago Caputo, el Mago del Kremlin, y sus “fuerzas del cielo”. La última batalla fue religiosa.
La chispa surgió en Intercargo, una empresa del área de aeronavegación. Es un sector donde el poder de Caputo se expande: de hecho, su gran amigo, y principal vínculo con Donald Trump, Leonardo Scatturice, acaba de quedarse con la empresa Flybondi. El director de Intercargo Lucas Luna, muy ligado al “Mago”, posteó en X una noticia de musulmanes que persiguen a cristianos en Nigeria y comentó: “No odiamos lo suficiente al Islam”. Hasta ahora lo único que no se odiaba lo suficiente era el periodismo. Ganas de odiar. A Luna le contestó Sharif Menem, jefe de la juventud de La Libertad Avanza, hijo de “Lule” y mano derecha de Martín, el presidente de la Cámara de Diputados. “Borrá eso pelotudo”, fue el mensaje. Extrañó que lo llamara de “pelotudo”, porque hasta ahora a Luna le decían “Sagaz”. Intervino después Martín Menem, quien en una entrevista reclamó “que se separe terrorismo de religión”. La respuesta al jefe de los diputados y gran aliado de la hermana del Presidente llegó desde la cuenta Jack (@MileiLibertador), atribuida al “Mago” Caputo: “El que te proponga diferenciar la religión del terrorismo, ese es el traidor”.
Más allá de la prudencia o imprudencia de este debate, que llevan adelante funcionarios públicos, parece ser ese tipo de conflictos que se desatan en el seno de una organización que siente que navega, solitaria, en un océano de poder. El acto de la plaza de Mayo podría funcionar como un llamado de atención: hay otro.
Es muy interesante que las dos fuerzas en las que insinúa organizarse hoy la vida pública cultiven una faceta espiritualista. Recuerdan al célebre Charles Péguy, quien reclamaba, en contra de Jean Jaurès, un socialismo auténtico que sólo podría alcanzarse con una lucha mística: “Todo empieza en el misticismo y termina en la política”, afirmaba Péguy. La vieja y peligrosa tentación de convertir el mito en logos.
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Unidos hasta las elecciones: la relación entre Kicillof y el kirchnerismo, cada vez más cerca de un quiebre definitivo

Pese a que cerraron las listas bonaerenses y encaran ahora el armado de las candidaturas nacionales, la relación entre el gobernador Axel Kicillof y Cristina y Máximo Kirchner sigue siendo traumática. A tal punto, que asoma como una posibilidad que los funcionarios de La Cámpora que integran actualmente el gabinete bonaerense dejen sus cargos tras las elecciones del 26 de octubre.
El disparador para ese recambio de funcionarios será la salida anunciada del ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, quien se postula como candidato a senador bonaerense por la primera sección electoral y tiene decidido que su candidatura no será testimonial, por lo que asumirá como legislador el 10 de diciembre. A partir de ese espacio, Kicillof podría rearmar su gabinete.
Actualmente, el kirchnerismo puro -en sus variantes cristinista y camporista- tiene cuatro funcionarios de alto rango en el gabinete de Kicillof: el ministro de Justicia, Juan Martín Mena; el de Salud, Nicolás Kreplak; la de Ambiente, Daniela Vilar; y la titular del Instituto Cultural, Florencia Saintout. En segundas líneas hay otra docena de funcionarios que no responden al gobernador.
Los cambios proyectados son un comentario extendido en el entorno del gobernador. En La Plata y también en las oficinas porteñas de la administración provincial consideran que el vínculo con el kirchnerismo “está roto” y que, a esta altura de las circunstancias, no sería posible reconstruirlo. “Ahora vamos juntos, pero en el fondo fingimos demencia”, advierten en tono psicológico.
El último cierre de listas resultó una comprobación de que la relación entre ambos espacios es irrecuperable. Después de varias reuniones entre Kicillof, Máximo y Sergio Massa, que habían enderezado una interna que venía torcida, el hijo de la expresidenta y sus emisarios apagaron los teléfonos el viernes previo al plazo final, previsto para el sábado. “Literalmente desaparecieron”, dicen en La Plata.
Ante las insistentes llamadas de los delegados axelistas, una apoderada kirchnerista les dijo, horas después, que la alianza se disolvería. Semejante definición y la repentina ausencia de Máximo Kirchner, llevó a los partidarios del gobernador a armar una lista propia, que empezaron a cargar en la Junta Electoral con el sello de Parte, la fuerza que se armó para el fallido proyecto de Alberto Fernández.
Al otro día, que terminó con sugestivos cortes de luz en La Plata, reaparecieron los emisarios kirchneristas en la sede de la Gobernación, hasta donde fueron la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, y el diputado provincial Facundo Tignanelli. La discusión fue tan áspera que estuvieron a punto de romper el acuerdo previo. “Máximo recién volvió a la mesa a las tres de la mañana”, relatan.
Para Kicillof, que ya había soportado en 2023 que la firma de su candidatura a la reelección como gobernador fuera absolutamente controlada por el kirchnerismo, este último desplante fue demasiado. “Somos como esas familias que se juntan en Navidad, pero que no se aguantan”, reconocen a en el equipo del mandatario provincial, que arma su propio proyecto presidencial para 2027.
A diferencia del kirchnerismo, que está en una fase de control de daños y de asimilación de su identidad política con el PJ, el partido que preside Cristina desde la prisión domiciliaria en Constitución, en el axelismo son partidarios de “romper lazos” para armar un proyecto más amplio, que contenga incluso a gobernadores de otros signos políticos. Una suerte de coalición “anti Milei”.
De antemano, Kicillof sabe que esa idea choca de frente con la mentalidad de Cristina Kirchner, quien le llegó a enrostrar un lacónico “vos no entendés nada de política” cuando envió patrulleros al gobernador santafesino Maximiliano Pullaro (UCR) en medio de la crisis de violencia narco en Rosario y de una visita al chubutense Ignacio Torres (Pro), que incluyó una firma de convenios.
La tesis de ampliación del peronismo que ensayará Kicillof se basa en antecedentes concretos. “Si en 2025 Daniel Scioli sacó 37% y Massa 15%; y en 2023 Massa sacó el 38%, queda claro que en los últimos años el peronismo perdió base de sustentación. Es necesario ampliar”, sostienen en el axelismo, sin ocultar las cada vez más claras diferencias de criterio con el kirchnerismo.
Por eso el acuerdo en este 2025 no significa que axelistas y kirchneristas seguirán unidos. Sin embargo, ambos espacios del PJ tienen antes un objetivo común: votar en noviembre, antes del recambio de la Legislatura, los proyectos que habilitan la reelección indefinida de intendentes y legisladores provinciales, tal como prometió Cristina Kirchner a los jefes comunales peronistas.
Muchos de esos intendentes ya se pasaron a las filas del gobernador y prometen apuntalarlo hasta 2027. Para Kicillof, ese año resultará una encrucijada: jugará sus fichas a competir contra Milei por la presidencia o volverá al llano y se quedará a vivir en La Plata. Pero lo que ya tienen claro en el axelismo es que no quieren tener un futuro político compartido con el kirchnerismo.
Mariano Spezzapria,Axel Kicillof,La Cámpora,Cristina Kirchner,Conforme a,Axel Kicillof,,»Un delirio cósmico». La fuerte crítica de Kicillof a la cadena nacional de Milei y su reacción a la posible candidatura de Máximo,,Slogan de campaña. Francos desestimó la banalización del “Nunca Más” y apuntó contra Kicillof,,»Es un inútil». El fuerte cruce entre Bullrich y el ministro de Seguridad de Kicillof por la causa de la purga policial en la provincia
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En una elección polarizada, la pelea entre el Frente La Libertad Avanza y Fuerza Patria domina la escena política en las legislativas de octubre

Pese a la variada oferta de cada turno electoral, el foco de las legislativas del 26 de octubre pasará por la disputa entre La Libertad Avanza y Fuerza Patria, el frente que inscribió el peronismo. Esto será así en la mayoría de las provincias, aunque también hay particularidades, incluso en provincias donde gobierna el PRO, el socio principal del Gobierno.
En un repaso rápido, La Libertad Avanza, logró la personería política en las 24 provincias, pero no hubo acuerdo en todas. Sí selló el vínculo en distritos clave como la provincia de Buenos Aires y la Ciudad. El peronismo hizo lo propio, aunque debe resolver el desplante -al menos momentáneo- de Juan Grabois.
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El peronismo replicó la alianza Fuerza Patria en 14 de las 24 provincias: Salta, Catamarca, Neuquén, Tierra del Fuego, Chaco, Santiago del Estero, Misiones, Corrientes, Córdoba, Río Negro, Santa Fe, Buenos Aires, Jujuy y Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En tanto, en los diez restantes el peronismo utilizará un sello provincial para competir. Se trata de Formosa, Tucumán, La Rioja, San Juan, San Luis, Mendoza, Chubut, Santa Cruz, Entre Ríos y La Pampa. Allí no se utilizará la marca nacional acordada entre Axel Kicillof, Sergio Massa, y Máximo Kirchner. Las conversaciones estuvieron supervisadas por Cristina Kirchner, desde su prisión domiciliaria.
El cierre de La Libertad Avanza
La armadora del oficialismo nacional es la secretaria general de la Presidencia y hermana del jefe de Estado, Karina Milei. Su estrategia tuvo éxito en doce jurisdicciones, incluyendo los tres distritos con mayor peso electoral: la Provincia de Buenos Aires, la Ciudad de Buenos Aires y Córdoba. La alianza con el PRO se extendió además a La Pampa, Tierra del Fuego, Entre Ríos, Río Negro, San Luis, Tucumán, Chaco, La Rioja y Misiones, configurando una red de alianzas con un patrón común: el dominio libertario sobre el macrismo.
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En cada distrito, La Libertad Avanza impuso condiciones similares: control absoluto de la imagen presidencial como único referente de campaña, apropiación de los primeros lugares en las boletas electorales y reserva de las posiciones con mayor probabilidad de acceso al Congreso Nacional.
La conducción nacional liderada por Karina Milei, impuso condiciones a PRO, entre las que se encuentran, ceder la candidatura a senador y aceptar que las listas de diputados estén encabezadas por referentes libertarios, además la alianza utilizará el sello y color violeta característicos del partido libertario.
Así ocurrió en lo que supo ser el principal bastión de los Macri, la Ciudad de Buenos Aires. La encargada de las negociaciones fue Pilar Ramírez (legisladora porteña y mano derecha de Karina en la Ciudad).
Los casos provinciales
Una de las particularidades del cierre de alianzas es que no todos los gobernadores del PRO se sumaron al frente con los libertarios. Incluso hubo uno que fue fundador de un espacio alternativo: Nacho Torres (Chubut). El mandatario se unió a Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Carlos Sadir (Jujuy) y Claudio Vidal (Santa Cruz) para crear Provincias Unidas.
En el entorno del gobernador Claudio Vidal esperan hacer una buena elección, en un escenario que asoma de tercios. El espacio provincial Por Santa Cruz competirá contra el peronismo y el sello de La Libertad Avanza. Pero en su armado, también está el PRO.
El caso de Neuquén es otro a tener en cuenta, ya que gobierna una fuerza provincial, Neuquinizate. La comanda el gobernador Rolando Figueroa, un referente de la política regional, muy identificado con el Movimiento Popular Neuquino, partido que gobernó la provincia durante más de 60 años. A la fecha, si bien no integran el armado del mandatario provincial, sí lo apoyan muchos dirigentes del mismo. Entre ellos, el diputado nacional Osvaldo Llancafilo, 10 legisladores provinciales y 34 de 57 intendentes del MPN.
También logró cerrar acuerdos con el PRO, parte del peronismo y hasta sectores libertarios. La apuesta es competir mano a mano con La Libertad avanza y relegar al PJ al tercer lugar.
La Libertad Avanza, fuerza patria, Elecciones, Gobernadores
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Javier Milei ratifica su política monetaria y dice que la suba del dólar no impactará en los precios

Luego de encabezar ayer una cadena nacional en la que defendió a rajatabla el equilibrio fiscal, el presidente Javier Milei publicó este sábado una suerte de decálogo, donde ratificó el rumbo de la política monetaria del Gobierno, tras el alza del dólar registrada en las últimas semanas. Por medio de un extenso comunicado compuesto de cinco puntos, el mandatario mencionó los motivos por los cuales, según él, la cotización de la divisa no impactará sobre los precios.
“Cuando todos hablen del traspaso a precios del movimiento en el precio del dólar (passthrough), dicha afirmación, aunque supuestamente podría tener algún “sustento empírico”, es falsa e implica un profundo desconocimiento en materia de teoría monetaria”, señaló Milei al comienzo de su descargo, en el que también cargó en duros términos contra quienes plantean que dicha suba podría tener un efecto inflacionario.
“Más allá de que la mayor cantidad de analistas han errado por mucho sus pronósticos a excepción de un puñado de ellos (y el equipo económico), lo que sorprende es la persistencia en los mismos errores analíticos que mantiene a estos profesionales en una racha negativa, aun desde antes de presentarse el cambio de gobierno”, arremetió luego.
A lo largo de cinco puntos y bajo el título de “Aspectos esenciales del análisis monetario”, Milei respaldó su planteo por medio de varias citas de autores que componen la “Escuela Austríaca”, como David Hume, Carl Menger, Richard Cantillon, entre otros.
Así, el mandatario sostuvo lo argumentado por medio de varias referencias de los autores mencionados, explayándose sobre el origen y naturaleza del dinero, la naturaleza monetaria de la inflación, el Efecto Hume-Cantillon: Espejismo Empírico de la falacia del Passthrough, para luego dar sus reflexiones finales.
Una vez más, Milei insistió sobre la idea de que “la inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario, generado por un exceso de oferta de dinero”.
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