POLITICA
Una mayoría vacante desafía la hegemonía de Milei

El sábado a la tarde Mauricio Macri estaba en su quinta con actitud reflexiva. Faltaba un día para la elección porteña e intuía el vendaval. Se reunió largamente con Cristian Ritondo con la mira puesta en la elección bonaerense. Volvieron a hablar el domingo antes y después de la triste escenificación de la derrota. También el lunes, a horas de que el expresidente partiera hacia España.
En todas las conversaciones hubo una consigna compartida: hay que dar vuelta la página y lograr el mejor acuerdo posible con La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires. Con ese espíritu Ritondo fue el martes al encuentro de Amcham y fijó postura. Dijo que iban a seguir acompañando el rumbo económico del Gobierno y que ratificaba su voluntad frentista para las elecciones del 7 de septiembre.
Esta secuencia reseteó en forma decisiva el escenario postelectoral. Congeló el certamen de garrochismo cuentapropista que se estaba preparando en las filas de Pro para saltar a los brazos libertario y diluyó el clima de confrontación que había prevalecido en la campaña porteña, y que tuvo su epílogo en el video fake del sábado a la noche (el Gobierno todavía no respondió a un pedido de la Cámara Nacional Electoral para que solicite a la ONU un software llamado E-monitor, que permite identificar este tipo de excesos y minimizar impactos electorales). Este clima se extendió hasta el lunes inclusive, cuando Javier Milei dijo: “Quizás Macri deba entender que su momento pasó”. Después todo cambió.
Desde la Casa Rosada hubo correspondencia y señales muy claras de estar en una sintonía renovada. Santiago Caputo habló varias veces con Ritondo, transformado en el interlocutor habilitado por Macri, y avaló la idea de hacer una alianza. Milei ya había bajado la orden de confluir. También se comprometió a evitar gestos de humillación hacia el macrismo para descomprimir la presión.
Así quedó allanado el camino para el mensaje que le envió el expresidente a Milei con una frase que al mandatario le pareció genuina: “Felicitaciones de alguien que siempre quiere que te vaya bien”. Vuelta de página con el objetivo de intentar derrotar al kirchnerismo en la provincia.
Estos intercambios concluyeron el jueves en la noche, en la cena de dos horas en la que el Presidente hizo de anfitrión de Ritondo en Olivos. Allí Milei reafirmó una idea que ya le había transmitido antes al diputado: que no puede darse el lujo de perder la provincia contra el kirchnerismo porque el efecto en los mercados y en el mundo sería muy nocivo. Rescató a un Macri (Mauricio) y hundió al otro (Jorge). Un giro pragmático de los dos líderes que marcó el nuevo contexto.
La línea de negociación ya está trazada y validada en ambos campamentos. Consiste en una división de estrategias entre la elección provincial y al de octubre. En el capítulo de septiembre el acuerdo consiste en sellar un frente electoral entre LLA y Pro, ya que los libertarios no tienen suficientes figuras para armar listas competitivas en las ocho secciones electorales y el macrismo tiene 13 intendentes que representan el 22% del electorado. Además podrían sumarse a ese esquema radicales y fuerzas vecinales. En esta instancia habría un esquema formal de alianza y un reconocimiento a la capilaridad territorial en la que Pro aventaja a los libertarios.
Otro diseño distinto se utilizaría para la elección de diputados nacionales. Allí competirían con la marca LLA, y Pro se sumaría con una adhesión. Esto quiere decir que referentes del macrismo podrían integrar la lista unificada en lugares más modestos, pero una vez electos podrían ser parte de la bancada amarilla. Utilizarían el instrumental electoral libertario, pero supuestamente sin perder su identidad partidaria. Alquimias de un sistema descompuesto. Utilidades para resolver las diferencias. Acá habría un reconocimiento implícito de que el violeta hoy es más competitivo para derrotar al kirchnerismo en la provincia.
Este abordaje electoral dual tiene la aceptación directa de Macri, quien previamente sondeó que sus intendentes estén de acuerdo. También cuenta con el aval de Caputo y de Karina Milei, a quien muchos señalaban como la más refractaria. El indicio de que la hermana presidencial estaba en la misma línea la dio esta semana Martín Menem, uno de sus referentes, cuando sostuvo: “Vamos a ir juntos en la provincia”. Ayer salió el propio Presidente a dar su bendición definitiva.
Este es el paradigma general con el que van a avanzar las conversaciones. Por debajo, van a continuar las fricciones entre los armadores Sebastián Pareja, hombre de confianza de Karina que sostiene que no es necesario un acuerdo formal con Pro, y las Fuerzas del Cielo representadas por Agustín Romo, espada bonaerense de Caputo. Ellos seguramente se desgastarán en el punteo de nombres y de roles. Encarnan dos versiones de LLA, al igual que sus jefes. Pero tanto Caputo como Karina eludirán la disputa directa entre ellos.
Una elección sin lección
Así como libertarios y macristas interpretaron rápidamente que debían cerrar el capítulo porteño y unificar sus proyecciones en la provincia, en el campamento peronista ocurrió todo lo contrario. La primera semana posterior a la elección en la ciudad dejó una colección de desencuentros y diferencias, que por ahora parecen alejar la posibilidad de un entendimiento amigable entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof.
La expresidenta había dado una señal en favor de la unidad en dos reuniones que encabezó hace diez días y que convocó a intendentes propios, como Mayra Mendoza y Federico Otermín, y del esquema del gobernador, como Fernando Espinoza, Julio Alak, Pablo Descalzo y Andrés Watson. “Ella bajó un mensaje claro de que iba a trabajar por la unidad y de que teníamos que ir todos juntos”, resumieron en el entorno camporista, en claro gesto de regresó la versión más pragmática de Cristina.
Sin embargo, esta semana todas las señales fueron en un sentido opuesto y quedaron reflejadas en las declaraciones de Carlos Bianco, el hombre de más confianza de Kicillof, quien el martes demostró que el ánimo de confrontación sigue vigente. “Hay que volver a discutir condiciones para la unidad y ver si estamos todos de acuerdo en esos términos”, sentenció.
Tan disímiles son las posturas, que hasta leyeron el resultado porteño con prismas totalmente opuestos. Mientras el kirchnerismo dice que la elección de la ciudad demostró la inconveniencia de desdoblar la elección, en el kicillofismo aducen que, por el contrario, el problema es que LLA fue exitoso en nacionalizar la campaña y por eso ganó, un riesgo que se incrementaría en el caso de unificar todo en octubre.
En el kirchnerismo dicen que la frustración de Leandro Santoro demuestra que es imperioso ir unidos en la provincia a cualquier precio, y en el kicillofismo entienden que justamente demostró que la unidad por sí misma no alcanza si no hay un propósito común.
En el kirchnerismo ven que el lanzamiento del Movimiento Derecho al Futuro que realizará Kicillof es un gesto de emancipación, y cerca del gobernador se quejan de que cuando ellos definieron la fecha para esa presentación que debía hacerse ayer (después se postergó), Cristina fijó su reaparición pública para el día siguiente, es decir hoy.
“Están en una visión imposible. No pensamos como un espacio común. Así es muy difícil acordar porque tenemos miradas distintas”, se lamenta un referente del espacio del gobernador. “Esta semana no hubo reuniones ni movimientos. Nadie respondió al mensaje de unidad que envió Cristina en la reunión con los intendentes. Los libertarios están actuando con inteligencia electoral; nosotros deberíamos acelerar ese proceso”, se quejan en el Instituto Patria. Sólo señales de discordia.
La mayoría de los actores confía en que al final del camino habrá una convergencia porque sería suicida regalarle tan fácil el triunfo a los libertarios. Cree que habrá una conversación entre Cristina y Kicillof y allí se ordenará el tablero. Pero hoy todavía no hay indicios.
Las elecciones de medio término siempre fueron un karma para el kirchnerismo, tanto cuando le tocó ser oficialismo como cuando estuvo en la oposición. De hecho no ganan una desde 2005, al menos en la provincia. Pasaron exactamente 20 años desde que Cristina arrasó a Hilda “Chiche” Duhalde. Después, las legislativas sirvieron para darle su momento de gloria a Francisco de Narváez (2009), Sergio Massa (2013), Esteban Bullrich (2017) y Diego Santilli (2021). Nunca más una alegría.
Esas divergencias entre las dos alas del peronismo bonaerense ocurren frente a la perspectiva de una elección que se prevé que sea la más caótica de la historia en la provincia. La justicia electoral de Buenos Aires está muy preocupada por sus implicancias porque hay poca claridad respecto de aspectos cruciales: ¿cómo se inscriben los frentes (a nivel provincial o por sección)?, ¿pueden competir con denominaciones diferentes?, ¿pueden tener una configuración distinta entre el tramo a legislador provincial y el de concejales?
Apunta a ser un festival de la política territorial en el momento en el que la sociedad expresa su mayor lejanía de la dirigencia. Además, sin las PASO, las internas partidarias serán feroces. Por eso el viernes la Junta Electoral publicó una resolución que obliga a las fuerzas políticas a informar el método de selección de candidatos. Un espectáculo de punteros y sellos en medio de un profundo deterioro de los compromisos cívicos.
El liderazgo anarco-democrático
Los festejos en el Gobierno por el triunfo electoral en la ciudad tuvieron una importante señal de advertencia que quedó titilando en el tablero: el histórico nivel de ausentismo, que llegó al 47%. Más allá de que era una elección legislativa local, usualmente poco atractiva, las huestes de Santiago Caputo entendieron que allí anida un enigma a descifrar, que también los interpela a ellos.
“Era el único factor que no podíamos controlar y al final fue mayor al esperado, aunque creo que perjudicó más al peronismo. Lo analizamos internamente y nunca terminamos de tener en claro si teníamos que incentivar el voto, y por eso no lo hicimos. Es un tema que vamos a seguir estudiando porque es muy importante”, señaló un referente a cargo de la estrategia oficial.
El día de la elección hicieron un push por mensajes de texto destinado a los votantes sub 35 que decía: “Levantá el culo del sillón para votar. Tenés tiempo hasta las 18”. Apenas un gesto ante la previsión de lo que podía ocurrir entre sus votantes más fieles.
Hay quienes se preocupan por el elevado ausentismo por lo que exhibe en términos de erosión democrática. Pero en el Gobierno lo miran con pragmatismo político. Se trata de un océano de votantes sin representación. Si hubiera habido alguien que hubiese convocado a no votar se habría transformado en el principal ganador del domingo pasado. Sería un liderazgo anarco-democrático que podría competir con el anarco-capitalismo de Milei. Reflejo del clima de época.
Allí anida una mayoría vacante a la que los libertarios les encantaría cautivar. Es un activo muy seductor, pero al mismo tiempo elusivo. ¿Cómo conmover a ese universo? ¿Qué demandan? Hoy no les preocupa tanto porque se sienten cómodos ejerciendo una hegemonía minoritaria, pero es un riesgo latente.
En el oficialismo entienden que ellos, como exponentes de la fuerza más novedosa y disruptiva, son quienes están en mejores condiciones de convocarlos. El resto de las fuerzas políticas emerge totalmente desconcertado frente al cambio de paradigma y con menos chances de conectar con ese electorado desencantado y desconectado.
Según las previsiones de todas las fuerzas políticas, el mismo fenómeno de ausentismo se repetirá en la ininteligible elección bonaerense de septiembre, y habrá que ver si se recupera para al. Según un estudio de Federico Aurelio, un 43% hoy manifiesta no tener ganas de acercarse a las urnas en octubre.
Hay un latido social muy profundo en la decisión de no ir a votar. No representa ni siquiera el acto contestatario de sufragar en blanco; es una exhibición de indiferencia absoluta. Además contiene un componente muy importante de anomia porque implica en los hechos la alteración de la ley que establece la obligatoriedad del voto. Es decir, una acción no coordinada pero masiva que resuelve violar las normas.
“Es una bomba de tiempo debajo del país. Hay un 50% que no se siente atraído por los cantos de sirena de ningún espacio, que está vacante y a disposición. Todos los partidos, como pasó en otros países de la región, tienden a desaparecer. Y ahora lo que hay que ver es si se está desgastando también la figura de Milei. Si está pasando eso, es grave”, analiza Jaime Durán Barba, desde la impotencia de ver cómo se derrumba el castillo de Pro que ayudó a construir, y desde el padrinazgo intelectual que siente sobre la escudería de Santiago Caputo.
El director de Isonomía Rodrigo Martínez complementa la idea al decir que “lo que estamos viendo es que el concepto de cambio es lo que prima. El 87% dice que quiere cambiar, aunque elija al oficialismo porque el oficialismo apela a una narrativa de cambio. Al mismo tiempo demanda nitidez. El escenario argentino se perfila hacia los nichos. Hay una necesidad de empatizar con el estado emocional de la gente”.
Hasta ahora el Gobierno ha sido el más exitoso en responder a esa fórmula. Milei representa el cambio, sintoniza con el enojo de la mayoría de la sociedad y es tremendamente intenso en el discurso que le dirige a su núcleo duro. Sus logros económicos le permitieron darle sustento a esa empatía.
De hecho, los únicos dos momentos en los que bajó su índice de aprobación fueron en los períodos julio-septiembre del año pasado y febrero-abril de este año, que coincidieron con períodos de turbulencia en los mercados e incertidumbre económica. Hoy las encuestas siguen marcando que la evaluación de la situación económica personal deja un saldo negativo (59% a 35 %, según midió Aurelio), pero en términos de expectativas a futuro es claramente positivo (49% a 38%).
Estos indicadores le dan aire a Milei para transitar con holgura el calendario electoral de este año. Si además llega a ganar en la elección bonaerense, octubre será un regocijo libertario y se multiplicarán las fuerzas dispuestas a aliarse y acompañar en el Congreso. Eso le da margen y tiempo para avanzar en su plan.
Pero el Gobierno no podrá pasar por alto que imprevistamente le surgió una competencia, no desde la anquilosada partidocracia tradicional, sino desde el mismo terreno del que él mismo irrumpió hace pocos años: el indescifrable ánimo social de la Argentina. Una mayoría agazapada en silencio que no reconoce liderazgos y que cultiva desde hace tiempo el arte del escepticismo. Que permanece insensible ante el coro de voces políticas, especialmente las de quienes protagonizaron el Ancien Régime, pero que también observa las piruetas libertarias y aún se pregunta si el experimento podrá responder a sus demandas. En el contexto global de hoy, la democracia de derecho cruje cuando no hay democracia de resultados. Las urnas fueron un júbilo para Milei. También un interrogante oculto.
POLITICA
Diego Valenzuela: “El apoyo de EEUU es una inversión para que Argentina sostenga este cambio positivo”

Durante el primer día del 61º Coloquio de IDEA, hubo pocas caras reconocidas de la política nacional. Una de ellas fue la del intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, que forma parte de La Libertad Avanza (LLA) y estuvo siguiendo los primeros paneles del evento.
En diálogo con Infobae, el jefe comunal planteó que después de la elección de medio término es importante que el Gobierno busque acuerdos con los gobernadores para poder reconstruir una fuerza legislativa de dos tercios y avanzar con una serie de reformas.
En un día donde la clave de la agenda política fue el apoyo financiero de Estados Unidos a la gestión de Milei, aseguró que el mensaje del gobierno de Donald Trump fue «una señal de apoyo a una macroeconomía que se ordena para pasar lo mejor posible esta etapa de año electoral“
-¿Cómo ve los planteos del empresariado en el inicio del Coloquio de IDEA, donde el eje es cómo competir, producir e innovar en el país?
-Vengo siempre a IDEA. Vine como periodista económico mucho tiempo y ahora vengo como intendente. Me parece que es uno de los foros principales del empresariado nacional, donde se ven las agendas, donde se plantean los objetivos a futuro. Me encantan los planteos que están haciendo los empresarios, que es el de competir e innovar. Lo escuché con mucha atención a Mariano Bosch (presidente del Coloquio y CEO de Adecoagro) hablar de la locura por la productividad. Que Argentina tiene equipo para competir, equipo y recurso de toda índole. Más allá de las coyunturas político partidarias, esto está en línea con lo que estamos planteando desde La Libertad Avanza (LLA), que es una Argentina más abierta al mundo, capitalista, que crea empleo, que busca exportar, que ve al mundo como la cancha grande. Estar acá es enriquecerse. Me llama la atención que no haya tantos políticos o personas de la gestión pública. Acá es donde hay que estar. Porque acá, con las pymes y con el agro, se genera valor.
-Vendrán algunos gobernadores. Pero no hay demasiadas caras de la política nacional.
-Me parece que va en contra del sentido común. El equipo, para usar la metáfora que utilizó el Pupi Zanetti durante un panel, es el privado y el sector público trabajando juntos. Y, además, el sector público dando previsibilidad para que el privado pueda lucirse, porque el empleo y el desarrollo económico lo genera el privado, no el Estado. En mi opinión, el Estado es un dador de servicios y lo tiene que hacer bien. Un municipio, las calles, las luces, levantar la basura. Pero todos juntos bajando impuestos, generando previsibilidad y mejores condiciones para el empleo.
-Le traduzco el concepto de equipo del que habló Zanetti al plano político. ¿Es necesario un mayor esquema de gobernabilidad en este momento para la gestión del gobierno nacional?
-El gobierno nacional tiene el liderazgo del voto, el que le dio el voto al Presidente en el balotaje. Ahora hay una elección de medio término legislativa. Vamos a ver cuál es el veredicto de la gente. Claramente, siempre que se puedan buscar acuerdos en base a un rumbo, es bienvenido. Y esos acuerdos tienen que ser primero con el sector privado, para que haya más inversión, y segundo con los actores de la gestión pública. Ahí los gobernadores y los intendentes son centrales.
– ¿Por qué?
-Los gobernadores son centrales porque son los que tienen una fuerza legislativa para poder hacer las reformas que necesita el país para crecer y generar empleo. Empezando por la impositiva y la laboral. Después de la elección se va a venir un liderazgo claro del Presidente y un marco de acuerdo para hacer reformas que permitan seguir bajando la inflación y consolidar el crecimiento.
-¿Esos acuerdos se buscan en los gobernadores que son parte de Provincias Unidas? ¿Hay posibilidad de buscar acuerdos con gobernadores del PJ?
-Más allá de donde esté cada uno en esta elección, yo creo que los acuerdos son de ideas y una vez pasada la elección del 26 de octubre, estoy seguro de que con muchos gobernadores que no están en alianza con LLA puede haber una base de acuerdo muy amplia. De hecho, ya hay un trabajo en equipo en muchas políticas públicas con esos gobernadores. Ojalá eso tenga un correlato legislativo en reformas que sean buenas para que la economía se termine de fortalecer. Me gustó lo que pasó la otra vez cuando el gobernador de Salta fue con Facundo Saravia a hacer un reclamo original a la Plaza de Mayo, y bajó el jefe de Gabinete y Santiago Caputo. Me parece que ese es el tono positivo que puede tener el gobierno nacional, que es buscar tender puentes con aquellos que crean que el Estado tiene que contar con un equilibrio en sus cuentas para no seguir generando inflación y también generar condiciones para que el privado empuje para adelante la economía.
-¿Considera que, después de la elección de medio término, el Gobierno debe bajar el nivel de confrontación?
-A veces se entiende como confrontación aquello que es una defensa firme de ideas. A veces, por el tono, parece que uno confrontara, pero lo que está defendiendo es un valor, una idea. Y eso atañe especialmente al Presidente, que con su estilo disruptivo también provoca discusiones que han sido sanas para ordenar la economía. Pero eso no implica que no pueda haber una cultura de diálogo, donde se puedan encontrar acuerdos en base a no romper la macroeconomía, para tener las reformas que necesitamos para crecer. Argentina no crea empresas, no crea empleo, salvo público y en negro, hace décadas. Hay que romper esa trampa del estancamiento. Y obviamente lo tiene que hacer con liderazgo el Presidente, pero también buscando acuerdos con aquellos que puedan compartir muchos de estos aspectos.
-El Secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, reveló que el apoyo financiero a la Argentina llegaría a los 40 mil millones de dólares. Es un respaldo muy contundente del gobierno de Donald Trump. ¿Cuál es la primera evaluación que hace al respecto?
-Lo primero es que Estados Unidos, con el liderazgo del presidente Trump, apoya a los argentinos, como representación de un momento electoral y político que lo tiene a Milei en la centralidad. Y obviamente hay una adhesión a un rumbo, a principios y a valores, a cosas que se quieren hacer con la economía, que tiene que ver con la libertad, con abrirse al mundo, con una Argentina que recibe inversión. Es muy valioso lo que ha pasado geopolíticamente. Argentina hoy es un aliado clave en Sudamérica para Estados Unidos, pero también en términos de un trabajo con el comercio y la inversión. No es algo nuevo que Estados Unidos tiene una pisada importante en la inversión extranjera en Argentina, en un mundo que tiene a Asia y China con un gran protagonismo. Me parece que es una señal de apoyo a una macroeconomía que se ordena para pasar lo mejor posible esta etapa de año electoral, y es una inversión a futuro también para que Argentina sostenga este cambio positivo en lo económico.
-¿Le sorprendió el condicionamiento que puso Trump respecto a su apoyo financiero en el caso de que Milei pierda la elección de medio término?
-Yo no voy a ser un intérprete de las palabras del presidente Trump. Imagino que lo que quiso decir es que van a acompañar a la Argentina y este rumbo de la Argentina. No me imagino a Trump apoyando a este país en un contexto de populismo, de kirchnerismo. Me parece que así hay que interpretar las palabras, más allá de la elección de medio término. Creo que la definición concreta del secretario del Tesoro norteamericano es que va en serio el apoyo a la Argentina, a este rumbo del país, que está ordenando la economía para que haya más crecimiento y más trabajo.
-¿Qué mensaje decodificó el Gobierno de la dura derrota que tuvo en la provincia de Buenos Aires? ¿Qué cree que les dijo el electorado?
-Hoy el Pupi Zanetti dijo que, a veces, para ganar hay que perder. Y hay que sacar conclusiones de eso para mejorar. Es una elección de otra naturaleza. No fue una elección nacional la de septiembre, si bien tuvo condimentos de nacionalización. Hubo una presencia en la agenda electoral muy fuerte por parte de los intendentes y hubo muy baja participación. Yo creo que estas condiciones van a cambiar para el 26 de octubre. Creo que vamos a estar mejor en la provincia de Buenos Aires. Espero que eso permita romper el bloqueo que hace un grupo de destituyentes en el congreso nacional. Mayoritariamente kirchnerista pero con aliados. Tener un tercio que sostenga fuertemente este rumbo y después, con una capacidad de diálogo, lograr tener números legislativos que permitan pasar las reformas. Creo que la elección de la provincia fue útil para aprender de este proceso, para entender lo que es el peso de la provincia de Buenos Aires y el peso de los intendentes. Pero también hay que decir que, venir de donde viene la LLA, en alianza con el PRO, 35 o 37 puntos en la primera sección electoral, es mucho más de lo que históricamente tuvo LLA o un sector de centro derecha en la provincia. Esto alimenta la ilusión que la provincia vaya a ser un elemento clave del cambio que se viene en el 2027.
– ¿Qué resultado visualiza para el 26 de octubre a nivel nacional?
-No soy encuestador ni suelo hacer pronósticos. Creo que la provincia va a contribuir en un muy buen resultado nacional, que va a permitir tener una base legislativa fuerte para consolidar el plan económico y hacer las reformas que necesita el país. Primero para poder tranquilizar la macro, que se desajusta producto de lo electoral y del ataque destituyente del kirchnerismo en el Congreso. Estados Unidos muestra claramente el respaldo. Una vez que pase el 26 de octubre esos miedos se van a callar y vamos a poder volver a consolidar un proceso virtuoso económico para los argentinos, que es lo que queremos. Seguir bajando la inflación y pasar de la estabilidad al crecimiento y el empleo. Eso es lo que viene los próximos dos años de mandato del gobierno.
POLITICA
Los cambios a los que apuesta el Gobierno para recortar la diferencia en la provincia de Buenos Aires

La preocupación por los resultados de las elecciones legislativas del 26 de octubre parece ir en aumento luego de que el presidente Donald Trump condicionara su asistencia económica a la performance libertaria. En La Libertad Avanza (LLA) saben que deben sumar votos en las 23 provincias y la capital, y siguen con especial atención el desenlace en Buenos Aires, donde se ven obligados a revertir los magros resultados provinciales para ocupar la mayor cantidad de bancas en el Congreso Nacional.
La derrota del 7 de septiembre dejó heridos y algunos aprendizajes. En el campamento bonaerense se jactan de haber tomado nota y detectan varios puntos que deben atender para achicar los casi 14 puntos que ubicó a Fuerza Patria como el espacio ganador en el territorio que gobierna Axel Kicillof.
Detrás de la figura del diputado del PRO Diego Santilli, en traje de cabeza de lista a raíz de la renuncia de José Luis Espert, los integrantes de la alianza violeta se juegan a potenciar la marca, instalar al legislador en cada rincón del conurbano bonaerense y polarizar con el candidato de Fuerza Patria, el exministro Jorge Taiana.
Importantes fuentes partidarias revelaron a Infobae que la primera acción necesaria para aventajar al peronismo es incrementar la participación electoral del territorio que, en octubre, giró en torno al 60,98% y convencer a parte de los 5,6 millones de bonaerenses que no se presentaron a votar. “Es clave buscar a la gente que no fue a votar e incentivarla para que esta vez lo haga”, sostuvo un hombre del armado.
La caracterización sintetiza las diferencias internas entre los actores que componen la mesa chica que rodea al presidente Javier Milei, aunque con matices. En el entorno del asesor presidencial, Santiago Caputo, creen que los que castigaron al espacio con su inasistencia fueron los votantes propios, de entre 30 y 35 años, que optaron por no acompañar la propuesta libertaria en un gesto de disconformidad con las listas.
De cara a este sector es que se rediseñó la campaña bajo el objetivo de “recuperar la épica del 2023”, e incluyó actividades para reconquistar a los propios, como el espectáculo musical que brindó el mandatario en el Movistar Arena durante la presentación de su nuevo libro. “Lo votan a Milei porque es distinto al resto. Por eso suma mostrarlo fresco y auténtico”, justificaron al respecto por los pasillos de Balcarce 50.
En cambio, cerca de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, atribuyen la derrota provincial a errores en la formulación del mensaje y al “esfuerzo” que implicó el ajuste en un sector de la sociedad. Por lo que demandaron reajustar la comunicación y centraron la tarea en la figura del mandatario que, en sus recorridas por el interior de la provincia, intentó recuperar el cara a cara con los vecinos.
“Tenemos que lograr terminar de conectar el esfuerzo de la gente con el objetivo del Gobierno en los días que quedan”, definieron desde el equipo de campaña que diseña estratégicamente cada aparición del mandatario y de los candidatos en cada rincón del territorio.
Asimismo, en las filas violetas descartan el despliegue del aparato partidario de los intendentes peronistas para la elección de octubre, y vaticinan una competencia pareja, aunque piden ocupar cada espacio vacante. “Tenemos que aprovechar que el aparato del PJ no se va a mover como ocurrió el 7 de septiembre. No hay que dormirse”, se muestran confiados al tiempo que proponen inundar de afiches y mesas de militancia las calles bonaerenses.
La impronta amarilla y el debate con Taiana
Desde el partido que lidera, al menos en lo formal, el expresidente Mauricio Macri siguen sus propias recetas en lo que consideran que es el camino al éxito y accionan el “operativo seducción” del votante de Juntos por el Cambio que no acompañó en la provincial.
A diferencia de lo que ocurrió en la campaña de septiembre, el PRO propone que sus referentes, en especial, Diego Santilli, tomen las riendas y adopten el papel protagónico en los ocho días que quedan de intensa actividad proselitista antes del inicio de la veda. “A diferencia de Espert que lo odiaban hasta los propios, El Colo es querible. Es el mejor candidato de toda la lista y el único que puede interpelar a nuestras Mabeles”, explica un importante referente amarillo.
Esta tarde, más de 500 dirigentes del espacio se congregaron en el Teatro Bar ubicado en la ciudad de La Plata para invitar a los intendentes y concejales propios a “dejar todo en la cancha” en las últimas semanas.
Ante el desafío de reducir la diferencia con el peronismo y con más espacio que hace un mes, los socios minoritarios de la alianza apuestan a que Santilli monopolice los medios de comunicación, encabece actos y recorridas en diferentes puntos y fortalezca su imagen.
Para eso, el legislador apuesta a confrontar contra su competidor directo, al ex diplomático Jorge Taiana, con quien insiste en debatir. “Ellos tienen miedo a mostrar a Taiana. Cuando creía que la candidata iba a ser Karen Reichard la desafió a discutir. Ahora que el colo lo convoca pone peros…”, criticó un referente del PRO ante este medio.
En la pelea por el redireccionamiento del discurso, el PRO logró imponer la estrategia de utilizar el humor y la argumentación “didáctica” para explicar que el legislador acusado de haber recibido financiamiento de “Fred” Machado, empresario investigado por sus vínculos con el narcotráfico, permanecerá en la boleta violeta por decisión de la Cámara Nacional Electoral (CNE) pese a no integrar la nómina. “Para votar al colorado, marcas al pelado”, piden Santilli y Karen Reichardt en un spot que aspira a convencer al sector reticente a votarlo a Espert.
Cada metro avanzado en la convivencia con los libertarios esperanza al partido aliado que asegura que los números de la elección bonaerense del peronismo son “su techo” y que detecta “debilidad” en las opciones de centro. “Las expectativas del medio no arrancan. Esos votos deberían ser para nosotros. Vamos a recortar”, prometen a once días de los comicios.
POLITICA
Llaryora y Pullaro defendieron la propuesta de Provincias Unidas: “No queremos otro fracaso de la Argentina”

A poco más de una semana para las elecciones legislativas nacionales, los gobernadores Martín Llaryora (Córdoba) y Maximiliano Pullaro (Santa Fe), referentes de Provincias Unidas, plantearon que este espacio aparece como una alternativa basada en la producción y el federalismo, en contraposición a los modelos libertarios y kirchenristas. “No queremos otro fracaso de la Argentina”, afirmaron.
Llaryora remarcó que la falta de políticas orientadas al empleo y la producción dejó a la Argentina sin un rumbo claro, por lo que cuestionó la falta de diálogo entre el Ejecutivo nacional y las provincias. A su vez, mencionó las dificultades que día a día se enfrentan los argentinos.
“Todos los días hay un desempleado más en esta Argentina. Por eso nosotros somos un movimiento productivista. Nosotros estamos todo el día pensando cómo generar trabajo. Sostener la macroeconomía es central, pero tenés que tener una micro. Y esa micro necesita tener un diálogo con los sectores productivos, un diálogo distinto. Argentina no puede fracasar otra vez más”, expresó el gobernador de Córdoba, en diálogo con el programa “A dos Voces”, al aire de TN.
“Nosotros nos presentamos a la elección, y le pedimos a cada uno de los argentinos que nos acompañen, porque en el Congreso tenemos que dejar estos enfrentamientos bipolares. No nos llevan a ningún lado”, continuó.
Desde la perspectiva de Pullaro, la construcción de un modelo federal y productivo surge como respuesta a la desatención histórica del interior del país. “Nosotros nos constituimos desde el interior. Nos llamamos un grito federal porque sentíamos que al interior no se lo estaba mirando y que nosotros sí podemos mostrar cómo hay modelos que pueden ser exitosos, que pueden tener equilibrio fiscal, pero que pueden tener desarrollo, que pueden tener obra pública”, explicó el mandatario de Santa Fe.
Sobre la polarización planteada por el oficialismo con el kirchnerismo, Llaryora advirtió: “Estamos quedando en el medio de una pelea que nos lleva al fracaso” y retomó: “No queremos otro fracaso de la Argentina”. En esa línea, planteó que, desde la perspectiva de Provincias Unidas, “el Estado tiene que ser parte de ese acompañamiento, generando las condiciones necesarias”.
Pullaro aseguró que la defensa de la identidad productiva del interior y la necesidad de representación en el Congreso son dos puntos destacados para Provincias Unidas.
“Nosotros no vamos a votar lo que Milei quiera. Nosotros votamos para nuestras provincias. Fuimos las primeras provincias que se plantaron, mucho antes que el kirchnerismo”, aseguró el gobernador de Santa Fe.
“Nosotros representamos a gente que se levanta temprano, que termina tarde, que se esfuerza, que invierte, que no está pensando en criptomonedas, que no está pensando en paraísos fiscales. Nosotros somos eso y eso es lo que le ofrecemos a la República Argentina”, continuó.
“Lo que nosotros necesitamos es que prime el sentido común. Argentina va de banquina en banquina. Nosotros podemos ser un país normal, desarrollarnos, crecer. Tenemos que mirar más al interior del interior. Yo por eso le pido a cada uno de los que nos están mirando en Argentina, que nos dé la fortaleza de votar la lista de Provincias Unidas para entrar al Congreso Nacional y empezar a sumar una mirada del interior productivo”, manifestó Llaryora a su turno.
Finalmente, el gobernador de Córdoba enfatizó la necesidad de una nueva mayoría parlamentaria que garantice la estabilidad. “Vos no hacés un modelo productivo que genere empleo y que traiga la inversión con DNU. Es con leyes que empiezan a venir las inversiones. Y eso solamente lo vamos a lograr con más presencia de Provincias Unidas en el Congreso”, concluyó.
Estas declaraciones de Llaryora y Pullaro llegan luego del cierre de campaña de Provincias Unidas en la Ciudad de Buenos Aires (CABA). El espacio está conformado por seis gobernadores que buscan romper con la polarización para el próximo 26 de octubre.
Este acto se desarrolló en el Estadio Obras Sanitarias. Los encargados de abrirlo fueron los candidatos a diputados Lousteau y Graciela Ocaña, que en territorio porteño compiten bajo el sello Ciudadanos Unidos, y Florencio Randazzo, que lidera la lista en la provincia de Buenos Aires.
En la segunda parte del acto, Carlos Sadir (Jujuy), Ignacio “Nacho” Torres (Chubut), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Martín Llaryora (Córdoba) y Gustavo Valdés (Corrientes) subieron al escenario para responder preguntas del moderador designado, Facundo Cháves, periodista de Infobae.
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