POLITICA
¿Y si con el Milei outsider no alcanza?

Podría haber sido un buen argumento para una novela negra. En el vagón de un tren en el que viajan varias personas, de pronto se corta la luz, alguien muere misteriosamente en la oscuridad y todos pasan a ser sospechosos. El ambiente queda enrarecido por dos preguntas: ¿quién fue?, ¿quién sabía lo que iba a ocurrir y ocultó el plan durante todo el recorrido?
En la sesión del Senado del miércoles, que selló la suerte del proyecto de ficha limpia, se vivió un clima similar. Todos habían hecho las cuentas y entendían que la iniciativa tenía los votos suficientes para ser aprobada. En el recinto nadie parecía conocer lo que iba a suceder al final de la sesión. ¿O simulaban no saber? La respuesta estaba afuera del Congreso.
El jefe de bloque libertario, Ezequiel Atauche, el encargado de reunir los votos en nombre del Gobierno, había planificado un festejo y una conferencia de prensa posterior para henchir el pecho. Al momento de votar preparó su celular para la selfie triunfante que nunca llegó.
El peronismo se quejó amargamente en cada discurso por la proscripción a Cristina Kirchner. El rostro de lamento de la cuñada Alicia era un reflejo del suplicio. El referente de la bancada, José Mayans, tras claudicar en sus gestiones, reportó al Instituto Patria que no había más nada por hacer.
Y los dos senadores que después serían hallados con la pistola humeante en sus manos, Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, habían jurado hasta el inicio de la sesión que acompañarían la sanción. Atauche se había reunido especialmente el día anterior con Arce para certificar su postura en privado y recibió una garantía absoluta.
Pero unos diez minutos antes de la votación, algo cambio. Como si se hubiese cortado la luz en el vagón del tren. Al celular de Arce entró la llamada mortal del mandamás Carlos Rovira que los hizo cambiar el voto. Algunos lo percibieron en el mismo momento, porque sabían que en todas las sesiones los misioneros hablan con el cuartel central para chequear instrucciones.
Además, desde que los santacruceños habían confirmado su aval a la ley, eran los únicos sospechosos de traición. Cuando se encendió el tablero del recinto, el disparo ya se había producido: 36 a 35. ¿Quién les dio el arma a los dos senadores?, ¿quién sabía lo que iba a suceder y ocultó el plan?
La escena fue casi una réplica de lo que había ocurrido en noviembre pasado, en la última sesión ordinaria del año en la Cámara de Diputados. Ese día Silvia Lospennato había reclutado 131 votos a favor del proyecto, pero al momento de ir al recinto sólo lo hicieron 116. Pero esa vez el caso fue más sencillo de resolver porque todos los bloques defeccionaron, e incluso hubo ocho libertarios entre los que retacearon el quórum, algunos de los cuales después admitieron confidencialmente que los habían llamado de la Casa Rosada para que no bajaran a la sesión.
Ese día una parte del bloque de LLA ignoraba que algunos de sus compañeros habían recibido la indicación de no acompañar. Tras el escándalo que se generó, Javier Milei habló con Lospennato con la propuesta de modificar el proyecto y así el episodio quedó superado.
Por ese antecedente, el Gobierno quedó en la pesquisa como el principal sospechoso. Más allá de sus declaraciones en favor de la ley, nunca se sintió cómodo con ficha limpia y por eso mostró oscilaciones en todo el proceso. Pasó de decir en charlas reservadas que no era una prioridad para ellos, a denunciar después en público a la casta política por el fracaso del proyecto. Hoy critican a los que cuestionan su genuina voluntad de aprobarlo, pero no pueden evitar las suspicacias generadas por sus ambigüedades previas. Y ese es el problema mayor: se le complicó el control de la narrativa sobre ficha limpia, el terreno que mejor dominan.
Siempre hubo en el oficialismo un planteo conceptual de que no era conveniente intervenir judicialmente en la selección de candidatos porque genera una percepción de persecución y proscripción, que se agrava en el caso de una expresidenta. Esta mirada era compartida incluso por senadores de distintos bloques que votaron a favor pero que reconocían que apoyaban por la presión mediática y social.
Bajo una lógica pichettista los libertarios entienden que el Congreso tiene facultades para autolimitar su composición y que los jueces no son una garantía de fiabilidad si se les permite interferir electoralmente. Ponen como ejemplo lo que ocurrió en Brasil, en donde la detención de Lula Da Silva le permitió después un efecto resorte tras su liberación que le permitió arrastrar a Jair Bolsonaro. Por eso creen que a Cristina Kirchner hay que derrotarla en las urnas, no en los tribunales.
Es imposible no ver también detrás de este pensamiento la conveniencia política de la polarización, que es esgrimida con argumentos elaborados en la Casa Rosada. Santiago Caputo suele imaginar un escenario político en el cual Milei establezca una hegemonía sobre el espacio de la derecha (por eso es clave destronar a Pro), que confronte con una izquierda fragmentada.
Para ese fin, Cristina Kirchner es vital, porque obtura el surgimiento de nuevos liderazgos y mantiene al peronismo disperso. Esto no quiere decir que haya pruebas de la intervención oficial, pero sí se vio que la escalada del tema los desencuadró y los forzó a explicar más allá de lo conveniente.
El Gobierno tiene otro problema en su esfuerzo por imponer su relato sobre este episodio: el prontuario de Rovira. Desde que perdió su famosa batalla por la reelección con el obispo Joaquín Piña, el jefe de Misiones se convirtió en el administrador del poder local, a partir de un alineamiento con todos los gobiernos nacionales.
“Él es siempre oficialista. No tiene la culpa de que después cambien los habitantes de la Casa Rosada”, ironizó un ácido operador del peronismo. Por eso la hipótesis de que el cambio de votos se trató de un gesto autónomo o de un pase de factura alentado por el peronismo para perjudicar al Gobierno luce poco consistente.
El mensaje que Rovira explicitó en la reunión del jueves en Posadas frente a los principales referentes de su partido fue un recordatorio de ese vínculo, aunque con un ligero aroma a mafia tropical. Nunca desmintió haber dicho ahí que hizo cambiar el voto de sus senadores por un pedido de Milei. El Gobierno se enfureció, habló de operaciones, pero no lo mandó a la hoguera de las redes, a pesar de la profunda incomodidad que causó el recado.
Rovira estableció un pacto electoral con la gestión Milei, basado en una convivencia electoral pacífica en su territorio. LLA no lo hostiga, y él acompaña las políticas oficiales. En los últimos tiempos convirtió su plástico Frente Renovador en un blend peronista-libertario, que incluso llegó a incorporar referentes violetas.
Pero hay un atenuante atendible en la línea de investigación que apunta al Gobierno, a partir de que claramente fue el más perjudicado por el episodio. Manchó su bandera anticorrupción y pagó un costo a diez días de la elección porteña. “¿Explicame cómo pudimos haber sido nosotros los que torcimos la votación si somos los que más perdimos con el episodio?”, razonaba un senador libertario.
Y allí resaltan que fue el macrismo el que apuró el trámite parlamentario para obtener un rédito electoral en la ciudad, cuando aún no estaban asegurados todos los votos para aprobarla. En todo caso es cierto que terminaron regalándole varios puntos de rating a la conferencia de prensa de Lospennato, en un momento en el que intentaba acortar la brecha con Adorni.
En el Gobierno reconocen que puede haber una transferencia de votos a Pro por ficha limpia, pero creen que no será determinante. Lo que sí es seguro es que la relación con el macrismo ha quedado irremediablemente descarrilada. El cruce entre Milei y Macri ya desbarrancó en las acusaciones por falta de transparencia. Es la fase terminal de la disputa entre ellos, que ratifica que la administración de la pelea porteña fue inmanejable para una dupla que se cargó de desconfianzas. Sólo basta ver cómo los dos bajaron abiertamente a la campaña porteña con sus candidatos en el sidecar.
Más incomprobables son las hipótesis de una entente libertaria-kirchnerista, basado en un supuesto interés de Milei en preservar a su hermana Karina de la investigación parlamentaria por el caso $LIBRA, o incluso en la presunta reapertura de conversaciones para ampliar la Corte Suprema (remarcan un proyecto que presentó esta semana el aliado Juan Carlos Romero para extenderla a siete miembros) y ordenar los nombramientos pendientes de los jueces. Como siempre en estos temas judiciales, no hay constancias fehacientes, sólo indicios.
Pero más allá del laberinto de las responsabilidades políticas, hay una lectura más básica, más social, que interpretó el fracaso de ficha limpia como un nuevo gesto de la “casta” para evitar mecanismos de mayor transparencia. A ese mensaje apeló reiterativamente Milei, como un modo de reafirmar que él no está en el mismo barco que el resto de la dirigencia. Intuyó algo.
La novedad silenciosa
Todo el episodio ocurrió en un momento particularmente sensible de la relación entre un sector amplio de la sociedad y la dirigencia, un vínculo que habrá que seguir con extrema atención en el desarrollo del año electoral porque hay indicios de que se está produciendo una novedad muy silenciosa, pero también muy profunda.
En 2023 la gente transmitía un estado de desánimo y desinterés que reflejaba la frustración de que la Argentina no encontrara el rumbo después de 40 años de democracia. Esa sensación generalizada había germinado desde la pandemia y llegaba al momento de la votación manifestada en la vocación de un cambio, no de gobierno, sino de época. Fue la demanda más profunda de un replanteo estructural desde la crisis de 2001.
De ese contexto surgió Milei como el inesperado vector que catalizó el humor social. Después de deambular entre el kirchnerismo y el macrismo, la gente encontró en el exótico líder libertario una diagonal para salir de la encrucijada. Así se resolvió la ecuación electoral, pero no agotó la demanda social, que sigue vigente hasta hoy.
¿Y cuál es la novedad entonces? Hay algunos indicios dispersos de que para un sector de la sociedad Milei solo ya no alcanza para revitalizar la esperanza y el interés en las prestaciones del sistema democrático. Para los militantes fieles es el mesías infalible, pero para la mayoría de sus votantes menos ideologizados tiene un sentido instrumental destinado a estabilizar la economía, bajar la inflación y mejorar el poder adquisitivo. Rige una lógica meramente transaccional, que está bajo observación constante.
Y la elección en territorio porteño está actuando como un laboratorio experimental. “Lo habíamos visto en Santa Fe y en otras provincias, pero en la ciudad es mucho más nítido el desinterés y la desconexión de la gente con la agenda de la política y de las elecciones, porque siempre fue un electorado más atento y más ávido. Están todos los medios, todos los candidatos, Macri y hasta el Presidente hablando de eso, pero no logran generar interés. Hace un mes el 35% nos decía que tenía ninguna o pocas ganas de ir a votar; ahora ese dato subió a 45%. Un tercio nos dijo que no sabía que se votaba en mayo y dos tercios que desconocía que este año deberá votar dos veces. Entonces creo que acá hay algo más profundo que simple apatía. Hay una nueva desconexión de la gente con la dirigencia, a pesar del cambio que representó Milei”. La reflexión, medular, pertenece a Federico Aurelio, director de Aresco.
Probablemente muchos de esos insatisfechos vayan a votar igual el próximo domingo, e incluso lo hagan por los libertarios. Pero las urnas de la ciudad, así como las de las cuatro provincias que votan hoy, pueden dejar un mensaje mucho más sofisticado que la mera distribución de bancas en las legislaturas.
Todos descuentan una baja concurrencia, aunque eso sería sólo una expresión superficial de otro proceso que sigue su curso subterráneo y que exhibe a un sector de la sociedad ausente frente al espectáculo de la política, con un sentido de ajenidad riesgosa. Como si en las urnas no se definiera demasiado. Más dispuesto a la autogestión de sus problemas que a la solución colectiva.
Milei es el único que hasta hoy mantuvo la llave de la reconexión social a través de los logros económicos, pero ¿qué ocurriría si empieza a resultar insuficiente, si el Milei outsider exhibe un agotamiento? El resto de las fuerzas políticas ofrece una orfandad de propuestas alternativas llamativa y sólo emite señales de dispersión.
El ciudadano común sólo mira su metro cuadrado y su corto plazo y le exige a Milei que bajen los precios y suban los salarios. Por otro lado hay actores del alto poder que tienen menos urgencia y la mirada de mayor alcance, que elogian el plan económico del Presidente, pero se preocupan por las fragilidades del sistema político y la tentación de Milei para embarcarse en peleas en apariencia inconducentes.
El tema surgió recurrentemente en las últimas semanas en encuentros empresariales, diplomáticos y de referentes de los mercados. ¿Por qué Milei, con un programa económico que logró varios de los objetivos que se propuso, no logra convencer definitivamente al establishment de la sustentabilidad de su proyecto?
Muchos se preguntan por qué se embarcó en la escalada más intensa y duradera de agresiones tras la salida del cepo y el acuerdo con el FMI, dos hitos que le permitieron recuperar la centralidad positiva. Otros no terminan de entender por qué LLA no hace un acuerdo con Pro y busca ampliar su base política con otros aliados. Apelan a un razonamiento clásico.
Probablemente le estén pidiendo a Milei que sea quien no es, que actúe como lo harían otros. El Presidente entiende que debe conservar su identidad diferencial, su espíritu antisistema, aunque después deba recurrir al pragmatismo. Es su razón de ser, lo que lo llevó a ser presidente; el día que se diluya ese capital político, se terminó el hechizo. Es el modo en el que entiende que puede ganar en octubre, ampliar su poder y abandonar el estigma de su debilidad legislativa.
Después comenzará una nueva etapa, donde requerirá de otro ropaje si quiere avanzar con sus reformas de fondo y graduarse de gran presidente. Deberá leer inteligentemente el resultado de una elección compleja e interpretar los mensajes solapados que la sociedad expresa cuando vota. De eso dependerá su éxito.
POLITICA
Germán Martínez criticó la ayuda del Tesoro de EEUU: “Es el narco del barrio, el que te presta para sacarte cosas”

Luego de las dudas a nivel económico que se habían generado tras la derrota electoral en la provincia de Buenos Aires, Javier Milei viajó a Estados Unidos y obtuvo un importante respaldo por parte del gobierno de Donald Trump. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, afirmó que negocian un swap de USD 20 mil millones con el Poder Ejecutivo argentino. Esta medida no fue ajena a los cuestionamientos por parte de la oposición, quienes criticaron las negociaciones con la Casa Blanca.
En ese marco, uno de los que rechazó las negociaciones fue el presidente del bloque de Unión por la Patria en la Cámara de Diputados, Germán Martínez, quien utilizó una fuerte comparación para ejemplificar lo que significa, según su mirada, el envío del dinero a las reservas argentinas: “El Tesoro de los Estados Unidos es el narco del barrio, es el que te presta cuando nadie te presta para sacarte cosas. Hay atributos de argentina que son de interés estratégico para las grandes potencias».
“No hay ninguna posibilidad de que eso pueda parecer un triunfo. Cuando pasan estas cosas, en los barrios, te usan, por ejemplo, un departamento en una torre de vivienda para guardar armas. Le piden a tus hijos que trasladen droga de un lugar a otro. Te piden que escondas dinero. Siempre te piden cosas. Si no hay capacidad de repago de alguna manera, en servicios o en lo que sea, no te prestan. Acá es exactamente igual”, añadió durante una entrevista con el programa A Confesión de parte, que conduce la periodista Romina Manguel por FM Milenium.
El diputado se refirió a la situación geopolítica y reconoció que hay una “tensión” hoy en el mundo entre Estados Unidos y China: “No podemos desconocerla. La Argentina no puede desconocerla y el que quiera gobernar la Argentina o el que la gobierna no puede desconocerla”.
“En esa tensión hay una disputa sobre determinados atributos que tienen países como la República Argentina, que son de interés estratégico para las grandes potencias. Tenés las cuestiones vinculadas a los pasos por el Atlántico Sur, la posibilidad de establecer desde lugares como Ushuaia una mirada omnicomprensiva de lo que pasa en todo el Atlántico Sur hacia el norte y hacia la Antártida. Hay una gran cantidad de recursos naturales absolutamente estratégicos”, destacó Martínez.
Por otro lado, sostuvo: “Hace meses se habla de una posibilidad de un rescate extraordinario del tesoro. No se sabía la magnitud. Lo que me parece que hubo fue una aceleración de los tiempos en función de la debacle financiera de la otra semana”.
“Cuando vos estás en semejante situación de debilidad y recurrís a este nuevo prestamista de última instancia, que es el Tesoro norteamericano, lo haces en un plano muy complicado para garantizar los intereses nacionales que tiene que garantizar el Presidente. Va con los pantalones bajos. Y ahí, ¿qué sabemos de lo que viene? No hay condicionalidad de todo esto. Ya fue sin lienzo, dispuesto a cualquier cosa“, lanzó.
Asimismo, Martínez habló sobre la relación en la Cámara con la Casa Rosada y criticó el accionar del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, del que aseguró que “no existe en el Congreso”. “No tiene política parlamentaria el Gobierno. No hace nada para evitar nada con nadie”, aseveró.
Mientras que al ministro coordinador lo definió como un “comunicador que le logra bajar treinta cambios al Gobierno sin decir absolutamente nada y sin sacarle ninguna definición”. Y agregó: “Es probablemente el tipo con el cual cualquiera de nosotros charla informalmente en mejor tono que con cualquier otro funcionario”
“Somos el que en general tiene menos diálogo, pero todos los otros bloques, los que yo te dije que le aprobaron la Ley Bases, el DNU setenta, la ley fiscal, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Todos esos le dicen: ‘Por favor, hagan algo en el Congreso para parar todo esto’”, comentó.
Y completó: “Hace diez días había nombrado un ministro del Interior que venía a comerse todos los chicos crudos y a los dos días de asumir, tuvo ciento ochenta y un votos en contra del veto al Garrahan y ciento setenta y cuatro votos en contra del veto a Universidades y cincuenta y nueve votos en contra en el Senado”.
POLITICA
Martín Lousteau, crítico con el plan económico del Gobierno: “Hay un rescate a los financieros, pero no a la gente”

Exministro de Economía durante el gobierno de Cristina Kirchner, actual senador nacional y candidato a diputado por el frente Unidos en CABA, Martín Lousteau analizó este domingo el acuerdo del Gobierno nacional con el Tesoro estadounidense: elogió la relación que el presidente Javier Milei estableció con Donald Trump pero advirtió que el rescate que llega desde el norte del continente es a “los financieros” pero no a “la gente”.
“Hay un rescate a los financieros, pero no está habiendo un rescate a la gente. ¿Le bajaron los precios por esto? ¿Le subió su salario? ¿Le bajaron las expensas? ¿Le bajó el alquiler? ¿Le bajó la luz? ¿El gas? ¿Les aumentó lo que vende?“, preguntó de manera retórica Lousteau durante una entrevista concedida a radio Rivadavia.
En ese sentido, el presidente del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical amplió su argumentación y remarcó que “los cheques rechazados están otra vez en récord igual que la morosidad de los créditos a las familias, que se multiplicó por dos veces y media”.
Por eso volvió a preguntarse y responderse: “El rescate del tesoro, ¿los rescata a esos? No, solamente lo va a rescatar en la medida que el Gobierno reacomode el plan económico que no está funcionando y necesita hacer eso dialogando mejor“.
El senador consideró que “Argentina iba camino a una crisis” hasta que la semana pasada el Gobierno logró el compromiso de Estados Unidos para un nuevo préstamo y que “es mérito del presidente Milei haber construido esa relación con el presidente Trump” que valió un “rescate a último momento”.
“Al presidente lo agarraron de la solapa, o del cuello del saco, antes de que cayera al abismo. Y como las crisis son muy malas y generan más pobreza y más desigualdad, creo que es muy bueno evitar una crisis”, reconoció el legislador radical.
Sin embargo, hizo su propia lectura del contexto en el cual se da el rescate: “Te dice dos cosas. La primera es: el plan económico está mal. La segunda: lo tenés que modificar. Entonces, yo creo que ahora lo que tenemos que ver es qué es lo que pasa con el propio plan económico, porque esto, para que quede claro, es un rescate a los bonistas».
Lousteau consideró que “la economía no está funcionando para la gente” ya que “Argentina no está creciendo y hay una pérdida del poder adquisitivo”. Sobre la insistencia del gobierno en relación al equilibrio fiscal, el senador admitió que “es cierto que el sector público tiene superávit pero las familias y las Pymes están en déficit”.
Según el diagnóstico del economista, el gobierno pudo “acomodar” la “herencia financiera endiablada” que heredó de la gestión de Alberto Fernández pero “no corrige lo que es importante, que es que el Estado funcione bien”.
“El Gobierno usó la inflación y, por ende, la baja de poder adquisitivo de un montón de sectores y el atraso cambiario para bajar la inflación. Eso es lo que hizo. Pero no está haciendo mejor al Estado. Corta todo por igual usando la inflación. Y la única manera de resolver el déficit de manera permanente es gastando mejor», sugirió.
También fue crítico del “descontrol en el modo de gestión” en alusión a “la evidencia de sobreprecios o de coimas” y citó los casos de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) o del PAMI: “Yo creo que hay una manera de resolver el problema de Argentina que es gestionando mejor el Estado y no veo que ese sea el camino que se está eligiendo”.
La receta que propone Lousteau y que, según él, “todo el mundo le está diciendo lo mismo, inclusive en Estados Unidos” es que “tiene que dejar de atrasar el tipo de cambio” porque “genera poca capacidad productiva, poca competitividad y al mismo tiempo hace que no pedas acumular reservas”.
“Hay una suerte de casi consenso en que Argentina, sobre todo con más apoyo y, por ende, con más espaldas para poder hacer un proceso más virtuoso, (debe) abandonar este esquema de bandas que claramente no ha funcionado”, remarcó el senador, y consideró que hay “mucha improvisación” y que eso da “una señal de la desesperación” porque el rescate de EEUU fue “una salvada de último minuto”.
POLITICA
Javier Milei retoma la campaña y en La Libertad Avanza apuestan a un ritmo vertiginoso para dar vuelta las expectativas rumbo a octubre

Resta menos de un mes para que se celebren las elecciones generales y La Libertad Avanza retomará las actividades de campaña protagonizadas por Javier Milei, que la semana pasada estuvo de viaje en Estados Unidos. El Presidente buscó capitalizar la foto de la reunión bilateral con Donald Trump y el anuncio de una asistencia financiera de USD 20.000 millones por parte de la administración de ese país, el cual ayudó a calmar el clima pesimista en los mercados.
En el Gobierno consideran que lo acontecido la semana pasada resultó un parteaguas en la dinámica de la campaña libertaria, que luego de la derrota en la provincia de Buenos Aires no lograba anclar expectativas positivas sobre el rumbo de la economía. Con el anuncio, prevén que haya más previsibilidad en los ánimos financieros y que se permita retomar una narrativa más política hacia el electorado. “Ayudó a que no haya una caída pronunciada y que se llegue a un piso donde se puede empezar a crecer”, comentó a este medio una fuente inobjetable.
Hasta ahora, los estrategas libertarios diagnosticaron que la campaña precisa un mensaje más empático, en sintonía con la situación de un electorado que realizó importantes esfuerzos a lo largo del ajuste que viene aplicando la actual administración. Se busca resaltar que los eventuales frutos de este proceso pueden ser mermados por la avanzada de lo que ellos denominan como “Partido del Estado”, figura en donde colocan tanto a espacios políticos opositores como actores económicos y políticos.
En la Casa Rosada reconocen que el acuerdo con Estados Unidos no tendrá un impacto inmediato en la economía cotidiana, pero apuestan a que mejore las expectativas de futuro. “La gente mayoritariamente vota por expectativas. Es decir, si creo que en este rumbo voy a estar mejor que antes o si vuelvo para atrás”, explica uno de los principales estrategas nacionales.
La coordinación de la campaña nacional se reunió en la Casa Rosada el último viernes para comenzar a diagramar el esquema de campaña para torcer las expectativas negativas que el futuro desempeño del oficialismo. Milei delegó de lleno todo el manejo a sus principales asesores. “Javier confía en que le dinamicemos la campaña. Incluso, las fechas y los lugares se las definimos nosotros”, afirma uno de ellos.
Y es que los sondeos que manda a hacer el Gobierno no les devuelve números auspiciosos. “Vemos que tenemos una suerte de empate técnico con el kirchnerismo”.
En los principales distritos, la victoria solo parece estar asegurada en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en Mendoza, donde el partido se alió al oficialismo de turno. En el caso de la Capital Federal, los candidatos oficialistas miden menos de lo que estaba previsto y, en particular, destacan que el candidato a diputado nacional, Alejandro Fargossi, tiene mediciones “malas” respecto a la postulante senatorial, Patricia Bullrich.
El itinerario comenzará en Ushuaia, Tierra del Fuego, donde Milei acompañará al candidato a senador Agustín Coto y al postulante a diputado Miguel Rodríguez. No es casual que hayan optado ir a este distrito. Milei irá a todas las provincias que elijan senadores, y el resultado por las tierras fueguinas parece ser previsible. Descuentan que ganarán un senador y un diputado.
Será la primera inmersión de Milei en las sucesivas recorridas provinciales que tendrá por estos días. Todavía no está confirmado, pero es muy probable que Milei viaje a la ciudad de Rosario el próximo viernes. Ahí se mostrará con Agustín Pellegrini, el joven de 25 años que es primer candidato a diputado por Santa Fe y que competirá con figuras de mayor conocimiento como la vicegobernadora Gisela Scaglia (Provincias Unidas) y Caren Tepp (Fuerza Patria).
Milei busca mostrarse en este tipo de actividades para asociar su figura a los candidatos de cada una de las provincias. Es decir, trasladar la intención de voto que tiene el sello partidario, que en todos los distritos subnacionales mide mejor que los propios postulantes. No es casual que el libertario haya abierto la campaña en Córdoba, donde el principal candidato de LLA es Gonzalo Roca, que no tiene el nivel de conocimiento que sí tienen el exgobernador Juan Schiaretti (Provincias Unidas) y Natalia de la Sota (Defendamos Córdoba).
El mandatario también tiene en agenda recorrer la provincia de Entre Ríos, donde el candidato a senador nacional es Joaquín Benegas Lynch. Aún no está definido si la actividad será en Paraná o en Concordia. En ese itinerario están Corrientes y Mendoza, así como las ciudades bonaerenses de Mar del Plata y Bahía Blanca, que son los dos bastiones de la Quinta y la Sexta Sección -respectivamente-, las únicas regiones donde LLA ganó en las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre.
El comando de campaña nacional, conformado tras una reunión privada en la Quinta de Olivos y encabezado por el asesor presidencial Santiago Caputo, delineó un esquema de responsabilidades que otorga a Pilar Ramírez la coordinación de los equipos en las 24 provincias.
En la última reunión no participó Eduardo “Lule” Menem, que fue colocado como responsable de fiscalización. Aunque hace dos semanas trascendió que iba a tener un rol menos preponderante, en su entorno se encargan de exaltarlo y de afirmar que, de manera subterránea, sigue siendo la persona determinante que dialoga con los armados provinciales que él mismo conformó por estos años: “Está presente desde 2021. Pueden decir que no está en la formalidad, pero todos responden a él”.
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