SOCIEDAD
He llorado con un detalle de Los 4 Fantásticos. Marvel por fin ha sabido hacer justicia a una de sus leyendas

Todo el que me conoce sabe que siento auténtica adoración por el mundo del cómic. Y ya puestos, que si me pinchas, sangro «marvelita». De ahí que el estreno de Los Cuatro Fantásticos: Primeros Pasos sea para mí un acontecimiento que he vivido con tremenda ilusión y cariño. Pero también con una pequeña dosis de pena. Esta película, como todo el Universo Marvel, le debe todo a un artista inmenso, un genio de la viñeta que revolucionó para siempre la manera de hacer y entender los cómics. Y del que se habla muy poco: Jack Kirby. Y eso, sinceramente, es injusto.
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En la película, el director Matt Shakman ha incluído un divertido guiño en el que unas versiones de Stan Lee y Jack Kirby, creadores de Los 4 Fantásticos y de buena parte del núcleo del Universo Marvel, aparecen brevemente en una referencia al papel que tanto Lee y Kirby se adjudicaron, de manera metatextual, como cronistas de las aventuras de este cuarteto de aventureros. Me pareció una referencia genial. Pero el momento que me rompió el corazón llegó al final, cuando la película cierra con una cita de Kirby: «Si miras a mis personajes, me encontrarás. No importa qué tipo de personaje crees o asumas, algo de ti debe quedar ahí.»

He visto Los 4 Fantástico: Primeros Pasos, y no puedo creer que Marvel aún pueda hacer películas como esta
No pude evitar soltar una lagrimita. Porque esas palabras tienen un peso tremendo para los aficionados del cómic y los fans de Kirby. Y porque creo que es lo más cerca que Marvel Studios ha estado nunca de reconocer el trabajo titánico de Kirby, un genio eclipsado por la sonrisa de Stan Lee durante décadas.

El rey de los cómics
Jack Kirby no solo fue el principal arquitecto visual de Marvel. Fue el creador de su alma. Su estilo era puro músculo narrativo: figuras angulosas, energía explosiva en cada viñeta, personajes que saltaban de la página como si el papel no pudiera contener tanta fuerza. Kirby revolucionó la estética del cómic de superhéroes. Su trazo inconfundible su célebre Kirby Krackle, esa forma de representar la energía cósmica, sus comparaciones de página… Su estilo definió el ADN gráfico de Marvel. Su narrativa visual no necesitaba palabras. Con él, lo cotidiano se volvía épico, y lo épico parecía posible.
Era un contador de historias, un visionario que inyectó al cómic ideas más grandes que la vida misma
El dinamismo de su estilo rompía con la rigidez de los cómics anteriores. Kirby no dibujaba: coreografiaba batallas, hacía que los personajes respiraran. Convertía la viñeta en una ventana a otros mundos, y lo hacía todo mientras trabajaba a un ritmo inhumano, dibujando entre 14 y 16 horas al día, siete días a la semana. Su estudio en casa, conocido como «La Mazmorra», fue el taller en el que se forjaron los sueños más grandes del cómic estadounidense. Marvel le devolvió poco tras tanto esfuerzo.

Las ideas que construyeron Marvel
Pero Jack Kirby no era solo un dibujante. Era un contador de historias, un visionario que inyectó al cómic ideas más grandes que la vida misma. Creó conceptos complejos, panteones, civilizaciones, universos enteros. Su visión del cosmos era un escenario donde podían explorarse el destino, la mitología, la política y la filosofía. Y escenas de desayuno en el Edifico Baxter o partidas de poker en la Mansión de los Vengadores.
Durante mucho tiempo, se repitió como dogma que Stan Lee era el autor de todo. Pero la realidad es más compleja
Con Los Cuatro Fantásticos inventó el concepto de familia disfuncional de superhéroes, y con la trilogía de Galactus introdujo nociones de divinidad, redención y sacrificio. En Pantera Negra, ideó Wakanda, un reino africano oculto al mundo, tecnológicamente avanzado y culturalmente rico. Nadie antes se atrevía a proponer algo así en el cómic comercial de los años 60. Y dejando que las páginas hablaran por él.
Kirby también introdujo los Eternos, el Hombre Máquina, la raza de los Celestiales y todo un abanico de razas alienígenas y civilizaciones perdidas. Su visión de un universo interconectado fue la semilla de los grandes crossovers y eventos compartidos que hoy definen tanto al cómic como al cine de superhéroes. El «Método Marvel» nació de su propia manera de trabajar, dibujando una viñeta tras otra al ritmo de una locomotora. Y entonces, ¿qué hacía Stan Lee?

Has oído hablar mucho de él, pero, ¿cómo funciona el famoso Método Marvel de Stan Lee?
Las creaciones que son suyas, aunque no lo digan
El mayor problema con la historia oficial de Marvel es que, durante mucho tiempo, se repitió como dogma que Stan Lee era el autor de todo. Pero la realidad es más compleja. Mientras Lee escribía diálogos, Kirby lo diseñaba todo: personajes, tramas, ambientaciones, momentos icónicos. Silver Surfer, Galactus, El Vigilante, Latveria, Magneto… Todos nacieron de la imaginación de Kirby. El propio Silver Surfer es un caso paradigmático: Lee ni siquiera sabía que existía hasta que vio la página dibujada. Kirby había creado al heraldo cósmico sin que nadie se lo pidiera. Y así, sin ruido, fue moldeando a los Vengadores, los X-Men, Thor, Hulk, Iron Man… Personajes que empezaban como bocetos en su escritorio y terminaban como millonarias leyendas de la cultura pop. Si repasamos los cómics que Kirby dibujaba de manera mensual a finales de los años 60 parece que Kirby pusiera más ideas en papel en una semana que muchos autores en toda su carrera. Su torrente creativo era imparable. Y aún así, la historia le ha relegado a un segundo plano.
Kirby describía a Lee como un «oficinista» y afirmaba que no tenía mentalidad creativa
La relación entre Stan Lee y Jack Kirby fue tan compleja como desigual. Durante los años 60 y 70, Marvel utilizaba el llamado «Método Marvel»: Lee daba una idea general, y el dibujante, Kirby, en la mayoría de los casos durante los incisiones de los años dorados de la editorial, desarrollaba la historia completa en las páginas. Luego, Lee escribía los diálogos encima del trabajo ya terminado.
Esto generó una brecha difícil de cerrar. Kirby sentía que él lo hacía todo y que Lee se llevaba el crédito. De hecho, Kirby describía a Lee como un «oficinista» y afirmaba que no tenía mentalidad creativa. Su frustración fue creciendo hasta que dejó Marvel en 1970, dolido, cansado y sin reconocimiento. Steve Ditko, cocreador de Spider-Man y Doctor Strange, también abandonó la editorial años antes por razones similares.

No te creas todo lo que te digan en este nuevo documental sobre Marvel y Stan Lee de Disney+
Décadas después, la familia Kirby aún sigue luchando por su legado. En 2023, el hijo de Jack, Neal Kirby, arremetió contra el documental Stan Lee producido por Disney+ por seguir presentando a Lee como único creador de Marvel, donde parece que la mitología alrededor de la figura de Stan Lee se construye a base de eliminar las aportaciones de los artistas que colaboraban. Y lo cierto es que, durante años, Marvel no hizo mucho por cambiar esa narrativa: «El primer crédito en pantalla de mi padre no apareció hasta el texto final de la adaptación cinematográfica de Iron Man en 2008, después de Stan Lee, Don Heck y Larry Lieber», recordaba el hijo de Jack Kirby.

Un genio a costa de su salud
El talento de Kirby tenía un precio. Su forma de trabajar era agotadora y obsesiva. No aceptaba guiones cerrados. Quería libertad para contar sus historias, para experimentar, para expandir su imaginación sin límites. Pero ese mismo ritmo lo llevó al límite. Su productividad no tenía comparación, pero también descuidaba aspectos como la continuidad o el desarrollo emocional de los personajes. Es cierto que Kirby estaba principalmente interesado en el espectáculo y la diversión, que le interesaban más los grandes conceptos que los pequeños matices. Generaba una gran idea detrás de otra, pero no se paraba a desarrollarla porque ya tenía otra preparada.
Kirby describía a Lee como un «oficinista» y afirmaba que no tenía mentalidad creativa
Trabajaba prácticamente durante todo el día, e incluso recibía a los fans que se acercaban a saludar a su casa, y lo hacía de una manera incansable, prácticamente hasta que en 1994 falleció debido a insuficiencia cardíaca. Aun así, sin ese fuego creativo que lo consumía, no tendríamos ni la mitad de lo que hoy hace de Marvel una fuerza cultural global. Pero las consecuencia de tanto trabajo, y tan poco reconocimiento, le pasó factura.
Hay una historia desgarradora que resume esta injusticia con la que yo siempre me emociono y que cita el autor (y colaborador de Kirby) Mark Evanier en su libro Kirby, El Rey de los Cómics. El nieto de Kirby contó una vez que vio a su abuelo llorando en un centro comercial, rodeado de juguetes de personajes que él había creado, sabiendo que nunca recibiría ni crédito ni un solo céntimo por ellos. Imagina lo que eso significa. Ser el padre de Marvel y quedar fuera del álbum familiar.

Un homenaje pequeño, pero sincero
La figura de Kirby se ha ido reconociendo paulatinamente, gracias al esfuerzo de divulgadores del cómic y autores de la talla de Alan Moore o artista del calibre de Neal Adams, que han señalado las aportaciones de Kirby al mundo del cómic. También las presiones de la familia Kirby han hecho que Marvel tenga que ceder el espacio que Kirby merece. Por todo esto, el pequeño gesto de Los Cuatro Fantásticos: Primeros pasos me pareció tan especial. Es un símbolo símbolo. Un gesto amable de su director que sí, sabe a poco, sin duda, pero creo que el director ha hecho una sincera declaración de intenciones: siempre que leáis a los 4F, o los X-Men, a los Vengadores… Pensad en Kirby. Recordadle. No solo se lo merece. Estoy convencido de que le haría más ilusión que todo el dinero del mundo.
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La noticia
He llorado con un detalle de Los 4 Fantásticos. Marvel por fin ha sabido hacer justicia a una de sus leyendas
fue publicada originalmente en
3DJuegos
por
Chema Mansilla
.
SOCIEDAD
Día mundial del VIH: por qué los contagios no bajan a pesar de los nuevos métodos de prevención

El Día Mundial de la Lucha contra el VIH/SIDA busca visibilizar el impacto global de este virus. Los especialistas señalan que, en Argentina, están en auge algunos métodos de prevención pero aún así los contagios no frenan.
Establecida en 1988 por la OMS, se eligió esta fecha debido a que el 1 de diciembre de 1981 se diagnosticó el primer caso de SIDA. Desde entonces, más de 25 millones de personas en todo el mundo murieron.
Según los últimos registros de Fundación Huésped, 15 personas por día se contagian VIH, 7 de cada 10 viven con el virus y el 44% de quienes dan positivo reciben un diagnóstico tardío, lo que dificulta aún más su tratamiento. En su mayoría son jóvenes adultos de entre 20 y 30 años.
“En Argentina tenemos lo que denominamos una epidemia estable: 6400 personas al año se infectan de VIH. Esto no es una noticia buena ni mala; quiere decir que no se puede reducir la cantidad de contagios”, dijo Cecilia Valeriano, vocera de Fundación Huésped.
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Actualmente, la gente dispone de mayor información; sin embargo, decide no cuidarse. La sexóloga Laura Enríquez (MN: 24.918) lo observa en su consulta: las personas se contagian, realizan el tratamiento y luego continúan sin usar preservativo.
“Estamos ante nuevas generaciones que no crecieron con ese temor de los 80 y 90. Ya no tienen miedo de morir por enfermedades de transmisión sexual, porque cuando nacieron ya existía la medicación que, además, por ley es de acceso gratuito. Pero el virus continúa propagándose: casi el 80% de la población sexualmente activa no usa preservativo”, indicó la sexóloga.
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Según Naciones Unidas, más de 40 millones de personas en el mundo viven con VIH, de las cuales 1.4 millones son niños de 0 a 14 años.
Hay tres maneras de contagio: por vía sexual (semen, líquido pre seminal, flujos vaginales y leche materna), vía sanguínea (jeringas, agujas, lastimaduras corto punzantes) y transmisión vertical de madre a hijo.
Por eso es importante que las mujeres embarazadas se realicen el test de VIH. En caso de dar positivo, es posible tratar a la gestante y evitar la transmisión al bebé. Testearse es gratuito y confidencial.
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El Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) es un virus que ataca el sistema inmunitario del cuerpo. Si no se trata, puede causar SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida). Con la atención médica adecuada, las personas que tienen VIH pueden tener una vida larga, saludable y evitar desarrollar SIDA. Con un diagnóstico tardío, puede volverse potencialmente mortal, ya que aumenta el riesgo de complicaciones graves.
PrEP y PEP: otras estrategias de prevención
Estos métodos preventivos se encuentran actualmente en auge, ya que aumentó su uso y consulta en los hospitales; sin embargo, la cantidad de nuevas infecciones no disminuye.
Por eso, el preservativo es una herramienta fundamental para prevenir el VIH, aunque ya no es la única. La prevención combinada, es decir la utilización de varios elementos preventivos, reducirán el riesgo de contagio.
Hoy existen diferentes formas de prevenirlo: testeo y diagnóstico temprano (tratamiento como prevención), profilaxis post-exposición (PEP), profilaxis pre-exposición (PrEP) y una vacuna preventiva para el VIH que continúa en investigación.
La Profilaxis Pre-Exposición (PrEP): si una persona toma PrEP y se expone al semen, líquido preseminal o fluidos vaginales de alguien con VIH, el medicamento antirretroviral ayuda a prevenir que el virus infecte las células del sistema inmunitario y evita que la infección se establezca.
“Con la toma periódica de la medicación, no se infecta de VIH. Se han obtenido muy buenos resultados con estos métodos de prevención y el preservativo”, indicó Cecilia Valeriano, vocera de Fundación Huésped.
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La PrEP está disponible de forma gratuita y es un derecho para todas las personas que la necesiten, según la Ley 27.675. Brindar acceso a la profilaxis pre-exposición es obligación de todos los subsistemas de salud.
Profilaxis Post-Exposición (PEP): si el preservativo se rompe, también hay maneras de prevenir el contagio. La PEP consiste en el uso de medicamentos para reducir el riesgo de adquirir VIH y otras ITS. En el caso del VIH, se deben administrar antirretrovirales dentro de las primeras 72 horas y durante 28 días. Su uso también es gratuito y confidencial.
“Es importante que la medicación se tome lo más cerca posible del momento de la exposición para mejorar su eficacia”, amplió la especialista.
Ninguno de estos métodos reemplaza al preservativo: su uso debe ser combinado para que la prevención sea realmente efectiva.
VIH-Sida, prevencion, cuidados, salud
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De niño miraba el cielo para hablar con su madre muerta y 30 años después recuperó su voz: “Ahora sé que me quiso de verdad”

Cuando era pequeño, Juan Manuel Atondo (36) hacía siempre la misma pregunta al salir del jardín: “¿Por qué no me viene a buscar mi mamá? ¿Dónde está mi mamá?”. Tenía “tres o cuatro años” y aún no sabía que ella había muerto de cáncer cuando él tenía dos. Su papá —viudo a los 40— evitaba el tema y trabajaba todo el día. Quien lo retiraba del jardín era la mujer que limpiaba en su casa.
Durante más de treinta años, Juan Manuel convivió con ese vacío, un vacío que solo conocen aquellos que perdieron a una madre o a un padre en la infancia. No tenía ningún recuerdo propio de su mamá.
Esa sensación lo acompañó hasta 2022, cuando, en plena refacción de la casa familiar, encontró unas cajas viejas en el altillo del quincho. Al abrirlas, apareció una carta escrita a mano por su madre y un video en formato VHS donde la escuchó por primera vez en su vida. La vio moverse, reír y jugar con él. “Yo sabía que mi mamá me había querido, pero jamás lo había podido sentir. Ahora sé que me quiso de verdad”, le dice a Infobae.
Desde Leipzig, la ciudad alemana donde se instaló en mayo de 2025 junto a su pareja, cuenta cómo fue ese hallazgo, la señal que tuvo unos meses antes y la historia detrás de su nombre.
El niño que hablaba mirando hacia el cielo
Juan Manuel nació el 18 de julio de 1989. Su madre, Graciela Parón, falleció en 1991, una semana después de que él cumplió dos años. “Tenía cáncer de mama. Lo ocultó y cuando se lo diagnosticaron ya era irreversible”, cuenta.
La muerte ya se había hecho presente en la familia Atondo. Su papá, Raúl Alcides, había perdido a sus propios padres y, en 1993, a un hermano Omar, un reconocido futbolista de Junín. La seguidilla de duelos fue tan dura que las tías del niño se ofrecieron a adoptarlo, convencidas de que podían darle una vida más estable. Raúl, que había envejecido de golpe —“Se llenó de canas: era un copo de nieve”, dice Juan— se negó: quería criarlo él.
Aun así, Juan asegura que tuvo una infancia feliz. “Hice mucho deporte. Mi viejo me lo inculcó desde muy chiquito. A los cinco o seis empecé a jugar al básquet”, recuerda. Para ese entonces, él y su papá ya se habían mudado a la localidad bonaerense de Adrogué, en zona Sur.
Fue en esos años cuando su padre, sin vueltas, le contó lo que había pasado con su madre. “Me explicó lo que era la muerte, cuando una persona deja de respirar. Cómo él era muy religioso, me contó acerca del alma y me dijo que si quería hablarle a mi mamá, mirara el cielo, que ella iba a estar ahí”, dice. Juan lo intentó más de una vez. Recuerda un campamento del colegio: se apartó del grupo, se sentó bajo un árbol y miró las estrellas tratando de comunicarse con ella. “Desistí porque no me contestaba”, cuenta ahora.

Lo que no se decía
Juan creció sabiendo que había preguntas que su papá prefería esquivar. Si sus inquietudes tenían que ver con cómo había conocido a su mamá o cuánto tiempo habían estado de novios, Raúl respondía sin problemas. Pero cuando las preguntas avanzaban hacia la enfermedad, el hombre se cerraba. “Trataba de evitarlo”, resume Juan hoy.
La familia materna podría haber sido un refugio para esas respuestas, pero ese lazo estaba roto. Su papá se había distanciado de todos, convencido de que no habían acompañado lo suficiente durante el tratamiento y porque le debían un dinero que nunca volvió. Pasaron años hasta que Juan recibió un mensaje por Facebook de su tía Iris, la hermana menor de Graciela.
Ese reencuentro, a sus 19 años, le devolvió piezas que no sabía que necesitaba: fotos, anécdotas, libros y un abrigo de piel que todavía conserva. Recién entonces supo, por ejemplo, que Graciela había trabajado como vendedora de zapatos, que le gustaba la moda y que solía hacerse pequeñas producciones de fotos en las que su esposo hacía de fotógrafo. Fue su primer acercamiento a la mujer a la que no recordaba.
“A pesar de que yo tuve mamá hasta los dos años, como no la recuerdo, nunca pude hacer un duelo”, dice. Con su padre fue distinto. “Cuando falleció mi viejo, la vida me pegó un cachetazo. Mi viejo era todo”.

El hallazgo
Raúl Atondo murió el 10 de noviembre de 2022. Meses después, en febrero de 2023, Juan volvió a la casa familiar de Adrogué. Vivía en Banfield, pero necesitaba estar ahí: había adoptado a Cleo —una perra que llegó un mes antes de que su papá falleciera— y quería refaccionar la vivienda para alquilarla e irse del país. Hacía tiempo que pensaba en emigrar, pero se había quedado para acompañar a su papá, que estaba delicado de salud.
Antes del hallazgo, Juan había vivido una situación inexplicable. En un McDonald’s, la pareja de uno de sus primos de Junín —una mujer que no lo conocía y que se presentó como médium— le dijo que había “más cosas” de su mamá que él todavía no había encontrado. Él no le dio importancia en ese momento, pero la frase quedó dando vueltas.
La carta apareció mientras refaccionaba el quincho, un espacio grande con un altillo lleno de objetos acumulados: herramientas, restos de la mercadería que su papá vendía y cajas que nadie había vuelto a abrir. Entre esos montones vio un folio con papeles, fotos y algo más: “Empecé a revisar y encontré una carta escrita por mi mamá. Fue el primer contacto real que tuve con ella”.
Al leerla, se quebró. “Lloré como un condenado”, admite. La hoja, fechada el 17 de mayo de 1989, había sido escrita por Graciela desde la oficina de su esposo, embarazada, hablándole al hijo que estaba por nacer. Le contaba cómo lo esperaba, por qué había elegido sus nombres —Carolina si era nena, Juan Manuel si era varón— y detallaba que el suyo lo había tomado de Juan Manuel de Rosas, “un nombre con fuerza”, según escribió ella. Cerraba con un “Te queremos mucho” que él nunca había escuchado de su propia madre. “Saber por qué me llamo Juan Manuel es un montón. Y ver escrito ‘Te quiero mucho’ me pegó muchísimo. La leía así —dice, extendiendo los brazos— porque si la acercaba iba a empaparla con mis lágrimas”.

“Ahora sé que mamá me quiso de verdad”
Después de leer la carta, Juan volvió a hablar con la médium. Ella le dijo que lo que había encontrado era “una carta de bienvenida al mundo” y que, para que su mamá “fuera libre”, él debía escribir una despedida. Juan lo hizo: le dijo que había crecido, que era un hombre hecho y derecho, que si alguna vez la necesitaba la iba a llamar, pero que quería que ella estuviera tranquila. Leyó esa carta en voz alta, encendió una vela, la quemó y arrojó las cenizas en una planta. “Creció un montón”, dice.
El video en formato VHS, si bien había aparecido en simultáneo, se demoró en verlo porque lo mandó a digitalizar. “Volví con un pendrive, puse play y apareció mi vieja… No podía parar de llorar”, cuenta. “Era ese nene de dos años que no había tenido a su mamá. Le ponía pausa, rebobinaba”.
En uno de los videos ella juega con él en la cama, grita, lo hace reír. Juan —“gordito y feliz”— salta como puede sobre el colchón. En otro, ella lo está amamantando. También aparecen personas que él no llegó a conocer: los abuelos paternos, fallecidos antes que su mamá. “Mientras iba armando recortes, porque el video dura más de una hora, se los mandaba a mi tía. ‘Mirá lo que encontré’, le decía. ‘Ahí aparecías vos de joven’”. Después se lo mostró a Laura, su novia, y a su mejor amigo, Alejo. “Andaban todos recontentos. Hay mucha gente que perdió familiares y no recuerda la voz. Yo soy un afortunado”, dice.
Según Juan, después de ver esas imágenes, cambiaron muchas cosas en su interior: “Hubo una respuesta que siempre necesité, que era saber si mamá me había querido. Yo lo sabía, pero jamás lo había podido sentir porque era un bebé. Ahora sé que me quiso de verdad. Vi cómo me jugaba, cómo me sostenía y me alimentaba… Me hizo muy feliz”. También encontró parecidos. “Los rasgos finos de la cara son de mi vieja. El color, la nariz, las pestañas. Después, lo grueso, es mi viejo. La altura, el pelo… todo eso es mi viejo”.

Hoy Juan vive en Leipzig, Alemania. Se mudó en mayo de 2025 junto a Laura —una alemana quince años menor que él, a quien conoció en un viaje a Nueva York—. Ella estudia técnica en anestesiología; él trabaja de manera remota para una empresa de Estados Unidos. El plan —dice— es quedarse allá hasta que su novia se gradúe y luego volver a Argentina. Mientras tanto van a aprovechar para viajar y conocer Europa.
A veces, cuando camina por la ciudad o cuando sale a pasear a su perrita Cleo, Juan vuelve a pensar en todo lo que apareció dentro de aquellas cajas. “Tuve que procesarlo”, dice. Y hay algo más. Lo cuenta con pudor, pero sin negar lo que siente: desde hace años, cada tanto, lo rodean mariposas blancas. “Al principio era solo una, ahora son dos. Siento que son mis viejos”, se despide.

SOCIEDAD
Max Hodak: “Los pacientes pasan de estar casi ciegos a poder leer cada letra y hacer crucigramas”

La startup californiana Science Corp. acaba de anunciar que varios pacientes habían vuelto a leer letras, números y palabras tras la colocación de su prótesis ocular, PRIMA. Algunos incluso páginas enteras de un libro. El avance lo recogió la revista The New England Journal of Medicine. El CEO de la firma, Max Hodak (Estado de Nueva York, 36 años), CEO de Science Corp. habla de todo ello como si hubiera pasado hace tiempo, aunque el anuncio fuera de finales de octubre. Ingeniero biomédico, cofundador también de la empresa de Elon Musk Neuralink, donde ejerció como presidente, fundó Science Corp. en 2021 tras dejar su alianza con Musk. La startup se centra en la recuperación de la visión a través de interfaces cerebro-ordenador. Hodak recibe a El PAÍS en la Web Summit de Lisboa, donde acudió como uno de los ponentes estrella para divulgar los avances de su compañía. Habla serio, rápido y técnico, a medio camino entre el científico y el fundador de startup que es.
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