POLITICA
El técnico de élite que candidateó Ronaldo Nazario para la Selección de Brasil

La Selección de Brasil se encuentra acéfala tras la destitución de Dorival Junior, el segundo técnico consecutivo que eyecta La Scaloneta a raíz de la última goleada 4-1 en el Monumental. En este contexto ruinoso, Ronaldo Nazario candidateó a un entrenador de élite.
El histórico goleador sorprendió con su principal candidato: Pep Guardiola. Pero además, trazó una hoja de ruta con tres alternativas más por si el actual DT del Manchester City rechaza el trabajo.
“Yo probaría, en ese orden, con Guardiola, Jorge Jesús, Abel Ferreira, y si ninguno de ellos pudiera, tendría un plan con Renato Gaúcho, porque creo que haría algo urgente hasta el Mundial. Es un tipo que puede ganar el grupo con mucha facilidad”.
Brasil echó a Dorival Junior tras la histórica derrota ante Argentina
Al mismo tiempo, O Fenomeno fue muy crítico con la Confederación: “Esto debería hacerse mucho más rápido de lo que está haciendo la CBF”. Las valoraciones del campeón del mundo en EEUU 1994 y Corea-Japón 2002 deben tomarse como oposición, ya que en las últimas elecciones fue uno de los candidatos a presidentes para la CBF.
Hay que decir que la actual gestión de la CBF no está tan lejos del sueño de Ronaldo, ya que desde hace varios meses busca tentar al técnico Del Real Madrid, el italiano Carlo Ancelotti. Por lo pronto Brasil tendrá más de tres meses limpios para encontrar al reemplazante de Dorival.
Carletto Ancelotti y Pep Guardiola en un partido de Champions League.
El Scratch jugará la primera y segunda semana de junio por una nueva doble fecha de Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial 2026 ante Ecuador y Paraguay.
Vinícius reclamó cambios en Brasil tras perder por goleada con Argentina
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POLITICA
La muerte del papa Francisco dejó huérfanos a los dirigentes sociales en su lucha por “tierra, techo y trabajo”
Los movimientos sociales de la Argentina y de más de cien países encontraron en el papa Francisco a un líder religioso, también político, pero sobre todo religioso; que expuso, como ningún sucesor del apóstol Pedro, un fenómeno que hacía varias décadas irrumpió en el mundo en un contexto de transformaciones económicas, exclusión del mercado formal de trabajo y reorganización de las economías locales en distintas regiones, especialmente en América Latina, Asia y África.
El fallecimiento del Santo Padre dejó huérfanos a esos sectores postergados. “Seguirás sembrando esperanza por siempre. Estarás presente en cada costurera, cartonero, cocinera, vendedor ambulante, trabajador rural, guiando nuestro camino por la Justicia Social. Siguiendo tus palabras seguiremos militando en las calles, en los barrios, junto a los más humildes, combatiendo la deshumanización. No nos olvidaremos de quien nunca se olvidó de nosotros, porque amor con amor se paga”, expresaron desde sus redes sociales las organizaciones que integran la Unión Trabajadores de la Economía Popular (UTEP). Su secretario general es Alejandro Gramajo quien, ante una consulta de este medio expresó: “Para nosotros Francisco representa una dimensión histórica única de la lucha por forjar un mundo más justo. Fue el que señalo las injusticias de este nuevo momento histórico, las diversidad crisis que genera este nuevo estadio del sistema capitalista, en términos sociales, ambientales y de deshumanización”.
La expansión del modelo neoliberal a nivel global acentuó los procesos de exclusión y precarización, dando lugar a un mayor protagonismo de organizaciones territoriales, cooperativas y movimientos sociales que impulsaban formas alternativas de producción y distribución. Para darle fuerza y contenido a ese movimiento que los gobiernos intentaban ignorar, el Pontificado de Francisco creó, a través de el motu proprio Humanam progressionem, un documento pontificio firmado Francisco el 17 de agosto de 2016, mediante el cual se estableció la creación del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, y que entró en funciones el 1 de enero de 2017.
El ex precandidato presidencial de Unión por la Patria y dirigente social, Juan Grabois fue designado como miembro consultor del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano. La propuesta fue realizada por el cardenal ghanés Peter Turkson, entonces prefecto del dicasterio, y posteriormente, aprobada por el pontífice.
Este dicasterio, considerado el “ministerio social y ambiental” de la Santa Sede, integra áreas como justicia, paz, migraciones, salud y ecología, y tiene bajo su órbita programas vinculados a la encíclica Laudato si’ y la comisión para la post pandemia.
Grabois, fundador del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), que devino en la UTEP, ya había sido consultor por el Pontificio Consejo Justicia y Paz, uno de los organismos que se fusionaron en el actual dicasterio.
Grabois, al ser consultado por Infobae sobre el fallecimiento de el Primado de Italia, declino de hacer declaraciones. En cambio Esteban “Gringo” Castro, ex secretario general de la UTEP, y líder del Movimiento Misioneros de Francisco opinó: “Para nosotros que integramos por más de veinticinco años los movimientos populares, fue un antes y un después el encuentro que tuvimos con el papa en el Vaticano, dónde en su discurso hizo un planteo y una reflexión que potenció nuestra perspectiva para construir la UTEP”.
Castro recordó cuando el Santo Padre les aconsejó “que no nos encerremos en lo que él llamaba el colectivismos individualista, en cuidar nuestra organización y que eso nos aleje del pueblo el general”.
La bandera tierra, techo y trabajo
El 20 de septiembre de 2024, se cumplieron diez años del primer encuentro mundial de movimientos populares. Aquel día, en Roma, el papa Francisco afirmó: “Plantamos una bandera: tierra, techo y trabajo -conocida como las Tres T-. Tierra, techo y trabajo son derechos sagrados. Que nadie les quite esa convicción a ustedes, que nadie les robe esa esperanza, que nadie apague los sueños”.
Aquel cónclave fue impulsado por Jorge Bergoglio y promovido por el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral. El pastor abordó en múltiples ocasiones la irrupción planetaria de la economía popular, proponiendo una visión que prioriza la “dignidad humana, la solidaridad y la inclusión social”. Su enfoque se centra en “transformar el sistema económico actual”, que considera “excluyente y destructivo”, hacia uno que valore y promueva “el bienestar de todos”, especialmente de los más vulnerables.
En el discurso que pronunció el 24 de septiembre de 2022 en la ciudad de Asís, Italia, durante el encuentro internacional “Economía de Francisco”, evento que reunió a jóvenes economistas y empresarios de más de 100 países expresó que su papado tenía como uno de sus objetivos promover una economía más justa e inclusiva y destacó la necesidad de un sistema que ponga a “los pobres en el centro”, no solo como beneficiarios, sino como protagonistas del cambio. Criticó la estructura capitalista actual, que, según él, “quiere ayudar a los pobres pero no los estima”, y enfatizó que “una verdadera economía de Francisco debe garantizar dignidad, prosperidad y acceso a derechos fundamentales como la educación, la salud y la cultura”.
Ese septiembre de 2024, que quedará en la memoria como el último encuentro de Bergoglio junto a los movimientos populares les dijo: “La misión de ustedes es trascendente. Si el pueblo pobre no se resigna, el pueblo se organiza, persevera en la construcción comunitaria cotidiana y a la vez lucha contra las estructuras de injusticia social, más tarde o más temprano, las cosas cambiarán para bien. Como ven, nada de ideología aquí, nada. El pueblo”.
Los dirigentes sociales de la Argentina, varios de los cuales participaron de esos encuentros, y lo visitaron en Santa Marta o en el Vaticano, fueron los primeros en expresar su pesar por la muerte de Bergoglio. “Los Movimientos Populares, los trabajadores y los humildes encontramos cause de participación, de tener una voz amiga y voz propia para hacer visible una realidad que en general se oculta, se discrimina. Francisco fue a la búsqueda de esa realidad, las abrazo y las hizo protagonistas, fue un impulsor del protagonismo del pueblo, siempre lo decía que en cada salida de Roma aprendía de la experiencia de cada pueblo”, opinó el también dirigente del Movimiento Evita, Alejandro Gramajo, —el líder de la UTEP ante Infobae— y finalizó: “Para nosotros el legado de Francisco expresa la mayor revolución de los pobres y los trabajadores, nos dio una agenda programática con las banderas de tierra, techo y trabajo, nos convocó a no pensar y actuar solos y nos empujo a la cultura del encuentro para encontrar salidas colectivas y por todo esto vamos a dar batalla para profundizar las ideas del papa Francisco para que su humildad, sabiduría, ejemplo y práctica permanente se sigan regando en la conciencia colectiva y no me cabe la menor duda que su misión es irreversible”.
El acercamiento de Bergoglio con los militates sociales no es nuevo. Como Cardenal Primado de Buenos Aires -entre el 28 de febrero de 1998 y el 13 de marzo de 2013, cuando fue elegido papa Francisco- se preocupó y ocupó por las más vulnerables, el trabajo esclavo, la trata de personas, la explotación sexual, las carencias en las villas que recorría y oficiaba misas. Desde esa época Nicolás Caropresi, referente del MTE lo conoce a Francisco: “Cuando todavía lo conocíamos como Bergoglio, abrió las puertas de la catedral para que ingresarán todos los cartoneros y cartoneras que hacía huelga de hambre cuando los perseguía la policía. En ese acto puso en el centro de la escena publica porteña la necesidades de quienes revolvían la basura en tiempo dónde el discurso de odio solo los criminalizaba”, recuerda el dirigente social.
Caropresi también destacó: “Décadas después, siendo papa, abrió las puertas del vaticano para bautizar a quienes luchan desde el descarte por la dignidad humana y la madre tierra. Y en ese acto le mando un mensaje a todos los cristianos a retomar el evangelio acompañando el dolor de quienes más sufren. Francisco es para mí hoy la imagen y la voz de quienes luchamos por tierra, techo y trabajo”.
En sus doce años de papado, Francisco subrayó en diversas ocasiones que el trabajo es esencial para una vida digna. En su encíclica ‘Laudato si’, señaló que ayudar a los pobres con dinero debe ser siempre una medida temporal ante emergencias, y que el verdadero objetivo es permitirles llevar una vida digna a través del trabajo. Además, ha promovido una “economía del cuidado” que respete tanto a las personas como a la naturaleza, ofreciendo productos y servicios para el crecimiento del bien común.
Gildo Onorato, ex secretario gremial de la UTEP y dirigente del Movimiento Evita dijo, de manera sentida: “Gracias Francisco por dejarnos como guía tu mirada preferencial por las periferias y por los humildes, por buscar la paz en un mundo lleno de violencias y por mostrar el camino para conquistar Tierra Techo y Trabajo. El tiempo es superior al espacio; la unidad es superior al conflicto; la realidad prevalece sobre la idea; y el todo es más que las partes y la mera suma de las partes”.
El 30 de junio de 2021, durante la apertura del XXIV Encuentro Anual de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), que se realizó de manera virtual bajo el lema “Hacia un capitalismo más humano”, el Pontífice hizo un llamado a los empresarios a “invertir en el bien común y no esconder la plata en paraísos fiscales”. Destacó que “la inversión es dar vida, es crear, es creativa”, y advirtió que “uno esconde cuando no tiene la conciencia limpia o cuando está rabioso”. Además, subrayó la importancia de la confianza social, señalando que “es muy difícil construir sin confianza social”. Este mensaje, recordado por varios dirigentes sociales, se enmarca en la crítica del Papa a la especulación financiera y su promoción de una economía centrada en la dignidad humana y el bien común.
El 24 de noviembre de 2023, Juan Grabois, durante su intervención en un simposio realizado en el Vaticano en conmemoración a los 10 años de la exhortación Evangelii Gaudium, expresó: “Francisco es el mejor abogado del mundo para los pobres y los pueblos pobres”. Y argumentó: “Francisco habla de los pobres explicando su situación y las causas de la misma; Francisco habla con los pobres mirándolos a la cara, evangelizando y enseñando, pero sobre todo escuchando y dejándose evangelizar.”
Desde la UTEP, los dirigentes sociales recordaron que en sus palabras, el jefe dela Iglesia Católica denunció una “economía de la exclusión y la inequidad”, afirmando que “esa economía mata” y que “no puede ser que no sea noticia que muera de frío un anciano en situación de calle y sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa”.
A pocas horas antes de su muerte, en su mensaje de Viernes Santo de 2025, Jorge Bergoglio advirtió sobre “una economía que deshumaniza”, dominada por “cálculos y algoritmos, frías lógicas e intereses implacables”, y contrastó esta realidad con “la economía de Dios”, que “no mata ni aplasta” y pidió por una economía que priorice la dignidad humana, la justicia social y la participación activa de los pobres en la transformación de las estructuras económicas. Dentro de varios años quizás ese, ni más ni menos, sea el legado de su pontificado de doce años.
POLITICA
Obras históricas en una escuela de Salta: Sáenz se muestra como “gobierno de hechos”, pero la educación

Durante los actos conmemorativos por el fallecimiento del Coronel José de Moldes, el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, encabezó la inauguración de obras de refacción en la escuela primaria N.º 4081, una institución que —según sus propias palabras— “tiene 109 años y es la primera vez que se hacen obras de esta magnitud”.
La inversión, que alcanzó los $205,5 millones, fue ejecutada en conjunto con la Municipalidad de Coronel Moldes, a cargo del intendente Omar Carrasco, y beneficiará a unos 680 estudiantes de nivel Inicial y Primario. La obra incluyó mejoras sanitarias, refacciones estructurales y la reparación de áreas comunes como patios y playones deportivos.
Sáenz aprovechó el acto para resaltar la gestión provincial: “No somos lo que decimos, somos lo que hacemos”, afirmó, al tiempo que mencionó la inauguración de más de 2.500 obras en toda la provincia. Pero mientras celebra estos avances puntuales, persisten reclamos por el deterioro generalizado de la infraestructura escolar en otras localidades del interior profundo.
El mandatario también hizo alusión a la justicia social y a la necesidad de “trascender con hechos”, evocando incluso la figura del recientemente fallecido Papa Francisco. Sin embargo, las condiciones desiguales del sistema educativo salteño y las demoras en el fortalecimiento pedagógico siguen siendo temas pendientes.
La ministra de Educación, Cristina Fiore, subrayó el valor del trabajo conjunto con los municipios para mejorar el aprendizaje en tiempos de crisis. “Cuando uno recorre el interior se puede ver manifiesta esa prioridad”, expresó. Pero desde algunos sectores educativos advierten que los esfuerzos aislados no alcanzan para resolver los problemas de fondo.
La directora de la escuela, Carmen Rosa Renfijes, celebró la obra como un avance esperado durante décadas, destacando que generó empleo local y mejoró las condiciones edilicias del establecimiento. Aun así, la comunidad educativa exige que estos anuncios no se queden en actos simbólicos y se traduzcan en políticas sostenidas en todo el territorio.
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POLITICA
Ajedrecista con potrero, Francisco desconfió de todos los presidentes argentinos que recibió en el Vaticano

(Desde Washington, Estados Unidos) Francisco desconfió de todos los presidentes argentinos que recibió en El Vaticano. Y con esa sensación constante en las tripas, ajustó su humor, su mirada y el tiempo de la audiencia a la partida de ajedrez que había desplegado en su cerebro paciente y afilado.
El Papa –soprannome, Jorge Bergoglio– ya tenía toda la información de su presidente invitado cuando daba la mano, un abrazo o un beso afectivo en la mejilla. Y la comparación entre lo que sabía y lo que le contaban en la audiencia privada era su exacta medida de la traición política que se ejecutaría en Buenos Aires.
Francisco era un cazador por naturaleza. Un baqueano en el poder que entendió las enseñanzas de su Dios.
En abril de 2005, con Néstor Kirchner en la Casa Rosada, una noticia impactó en el mundo: había muerto Juan Pablo II.
El presidente preguntó sobre la sucesión papal, y ahí comprendió que su hegemonía política podía quedar en jaque. Jorge Bergoglio, Arzobispo de Buenos Aires, podía ocupar el Trono de San Pedro.
“Tenemos que hacer algo. Si llega, nos gobierna desde Roma”, advirtió en Olivos. Cristina, a su lado, consintió.
Horacio Verbitsky había escrito una historia fraudulenta que aseguraba que Bergoglio, siendo Provincial de la Compañía de Jesús, había sido cómplice de la desaparición de los sacerdotes Orlando Yorio y Francisco Jalics, secuestrados en la ESMA por su trabajo pastoral.
Néstor y Cristina Kirchner avalaron un dossier envenenado que llegó sin escalas a Roma. Bergoglio perdió la partida y regresó a Buenos Aires. Benedicto XVI fue elegido Papa.
El 11 de febrero de 2013, renunció Benedicto. Y la historia parecía mirar hacia América Latina. El cardenal Bergoglio encabezaba la lista de papables. CFK intentó replicar el gambito Nestor-Verbitsky. Fracasó.
La presidenta se estaba haciendo los rulos en Olivos, cuando se anunció en los balcones del Vaticano que Bergoglio era Papa. Su coiffeur, Maru, con el secador y un cepillo en la mano, preguntó:
-¿Dijo Bergoglio?-
-Sí. Bergoglio-, contestó, seca, Cristina.
Era 13 de marzo de 2013.
Desde ese momento, el Papa y la Presidenta definieron una relación política y personal que impactó en la agenda doméstica de la Argentina. Francisco siempre la escuchó, se apiadó y, en algunos momentos, tomó distancia porque el entorno kirchnerista era tóxico, perverso, impune.
Una vez en La Habana, Cristina pretendió una audiencia papal. Francisco junto a Barack Obama y Ángela Merkel construían un inédito tablero internacional, y la Presidenta se enteraba por los diarios.
El Santo Padre había sido clave para desbloquear las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, y Raúl Castro lo había recibido con todos los honores. CFK quería entrar esa dinámica geopolítica, y apeló a todos sus recursos.
La jefa de Estado se alojaba en el Hotel Nacional de la Habana, y esperaba ansiosa la confirmación del protocolo vaticano. Tenía una audiencia con Raúl Castro –hacía 35 grados a la sombra– y demoraba la salida hacia el Palacio de la Revolución.
Le dijeron que no. Que Francisco sólo la escucharía unos minutos en la misa del domingo, que su agenda no lo permitía.
El Papa aseguraba que allí la relación política “se rajó”. En la Habana, antes de su gira histórica por Estados Unidos, adonde hizo un discurso inolvidable en el Capitolio.
Al final del mandato de CFK, Francisco intentó mediar para que no hubiera una crisis institucional en la asunción de Mauricio Macri.
Perdió la pulseada.
A Cristina le desconfiaba, pero nunca lo traicionó. Siempre fueron pujas palaciegas, y cuando se ponían de acuerdo, cada uno cumplía con sus compromiso.
Con Mauricio Macri fue distinto. El Papa sintió la puñalada de la traición cuando aún era Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, y Macri, jefe de Gobierno porteño.
A fines de 2009, Macri decidió no apelar un fallo judicial que habilitaba el casamiento de Alex Freyre y José María Di Bello. Al arzobispo Bergoglio le había prometido lo contrario.
Tres años más tarde, en septiembre de 2012, el gobierno porteño decidió reglamentar el protocolo habilitante para los abortos no punibles en el ámbito de la Ciudad. Bergoglio se enteró de la decisión que Macri tomaría, y uso un backchannel que hacía escala en Marcos Peña. Otra vez hubo una promesa incumplida.
El 26 de febrero de 2016 entré a un despacho del Vaticano para preguntar cómo sería la audiencia entre Macri y Francisco. Era la primera vez que se encontrarían en sus nuevos roles políticos: Bergoglio como Papa, y Mauricio como Presidente.
La respuesta fue un oráculo.
-Frío polar-, me contestaron.
El 27 de febrero de 2016, Francisco recibió al presidente 22 minutos en la Biblioteca del Palacio Apostólico.
Se come frío.
Francisco ya había aplicado la Ley del Talión ( Éxodo 21, Levítico 24 y Deuteronomio 19), y aceptó una nueva audiencia con Macri. Le puso una pizca de humor político: sería un 17 de octubre. Pero a continuación, ajustó la agenda: fue el 15 de octubre de 2016, cuando canonizó al cura José Brochero.
Cuando llegó a la Presidencia, Macri no había leído a los clásicos del poder. Pero aprendía rápido, y no dudó en pasear en bicicleta con el cardenal Mario Poli para saber cómo sería la segunda audiencia con el Papa. Poli era amigo de Francisco, y no iba a mentir.
-¿Cómo cree que será la audiencia con el Papa?-, preguntó este periodista al Presidente cuando terminaba una gaseosa
-Llego con mis hijas y Juliana, ellas saludan y se van…Yo me quedo.
–Y sí. ¿Pero cómo piensa encarar la reunión?
–La Sonrisa de Mandela.
-Perdón… No se entendió.
-Aplicando La Sonrisa de Mandela. Ese libro muestra cómo es posible relacionarse, aunque no se compartan todos los puntos de vista.
La Sonrisa de Mandela fue escrito por John Carlin, un periodista inglés educado en Oxford. Carlin describe la actitud de Mandela desde su liberación como preso político –11 de febrero de 1990—hasta su gestión como presidente de Sudáfrica.
Macri rescata del libro cómo Mandela no pierde su condición de persona, pese a las disputas de poder. Y cómo esa vocación de poder no significa enterrar los conceptos de reconciliación y de convivencia. Mandela fue por décadas un preso político sojuzgado por una minoría extremista, que usó el Apartheid para gobernar Sudáfrica. Sin embargo, apostó a la reconciliación entre negros y blancos cuando sucedió a Frederik de Klerk en mayo de 1994.
“Yo quiero hablar con él, contarle qué estamos haciendo en el país. Esa es mi idea”, insistió Macri frente a Infobae.
-¿En el Vaticano qué dicen?
-La mejor. Espero no equivocarme.
Y no se equivocó. Francisco cumplió con su palabra: fue una audiencia de casi una hora, adonde el Presidente y el Papa hablaron sin condicionamientos, ni prejuicios.
Fue la última vez que se vieron.
Francisco consideraba a Alberto Fernández un peso pluma del poder y la política en la Argentina. Y cuando se enteró que CFK lo había designado su candidato a Presidente, temió lo peor.
En ese contexto, el Papa interactuó con Alberto Fernández durante los meses de la campaña electoral y la transición presidencial. Francisco avaló a Martín Guzmán como ministro de Economía, llamó a Ángela Merkel para respaldarlo y le pidió merced a Kristalina Georgieva, que debía negociar la deuda infinita que Macri había contraído con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Francisco, con las blancas, tenía una estrategia para esta partida: sostener a Alberto Fernández para evitar que CFK ejerciera el poder detrás del cortinado. El Papa consideraba que Cristina era el pasado del peronismo, y que Alberto Fernández podía protagonizar una transición digna hasta llevar a la Argentina a una nueva etapa institucional.
En ese contexto, el Papa ofreció su mejor sonrisa al Presidente. Un acto de piedad, que terminaría en absoluta desilusión personal.
El 31 de enero de 2020, Alberto Fernández llegó al Patio Belvedere de la Santa Sede. Allí era aguardado por miembros de la Prefectura de la Casa Pontificia y una guardia de Gentiluomini vestidos de frac, que lo escoltaron hasta su encuentro formal con el Papa.
Ambos jefes de Estado se saludaron en la Sala del Tronetto, y a continuación pasarán solos a la Biblioteca del Vaticano. Había un clima distendido que quedó ratificado con la primera ironía de Francisco al Presidente.
-Pase usted, le dijo Alberto Fernández al Papa, tras el saludo formal.
-No, primero el monaguillo…, replicó Francisco aludiendo a la formación religiosa del jefe de Estado.
Ambos rieron e ingresaron a la Biblioteca de la Santa Sede.
La audiencia fue distendida. Con Francisco opinando y dando consejos pastorales. Alberto Fernández escuchaba, describía la herencia de Macri y se comprometía a cumplir las lecciones del Santo Padre.
Pero Alberto Fernández traicionó. Igual que Macri. Empujó la ley de Aborto. Y todo se terminó entre el Presidente de la Argentina y el Papa.
El vacunatorio VIP -que aprovechó un peón de Néstor Kirchner que lo ensució en el Vaticano- y la Fiesta de Olivos -en plena pandemia del Covid 19- añadieron un nuevo adjetivo a la descripción personal que hacia Francisco sobre Alberto Fernández.
Ya no era traición y desilusión. Francisco ahora incluía el concepto de mediocridad política, lo más degradante en la escala semántica que usaba el Papa para describir a los jefes de Estado.
El 13 de mayo de 2021, Francisco recibió a Alberto Fernández. Fue una formalidad, una ceremonia oficial que rozó el desprecio.
Javier Milei maltrató a Francisco durante la campaña electoral de 2023. Y el Papa observaba con aprensión qué sucedía en la Argentina: no lo quería a Sergio Massa y no compartía la ideología de Milei. Rezaba todos los días, y no esperaba milagros.
Milei llegó a Roma desde Jerusalén, en un viaje iniciático. Estaba tenso por el encuentro con Francisco, ya que su concepción de las cosas había creado una imagen del Papa que no se correspondía con la vida cotidiana. Obvio que había diferencias ideológicas, pero la relación personal podía fluir: los dos creen en la religión, que no es poco para achicar las distancias y empezar a confiar.
El 11 de febrero de 2024, el Papa canonizó a Mama Antula y en un gesto que sorprendió Urbi et Orbi desvió su silla de rueda y saludó al Presidente. Ocurrió en la Basílica de San Pedro, adelante del establishment y de los creyentes. Fue un movimiento espontáneo que conmocionó a Milei, horas antes de la audiencia que tendría con el Santo Padre.
El 12 de febrero de 2024, Milei se reunió con Francisco por una hora. El Papa lo caló al instante: “Es espontáneo, estudioso, aferrado a su ideología como un dogma de fe”, comentó tiempo después. Hubo química personal, pese a las diferencias sobre la economía, el mundo y el papel del Estado.
A Francisco no le gustaron ciertas declaraciones que hizo el mandatario al final de la audiencia, pero las atribuyó a la falta de experiencia política. Después de las traiciones de Macri y Alberto Fernández, una palabra de más fue perdonada en Santa Marta.
Había entre los dos un rito reservado. Cruzaban mails, y hasta sucedió una conversación por teléfono, cuando Milei estaba en viaje afuera de la Argentina. El Papa buscaba atenuar el programa de ajuste. Unas veces ganó, y otras perdió.
Como en el ajedrez. Y en el potrero.
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