POLITICA
América canceló el nuevo programa de Marcelo Tinelli por el bajo rating
«Primos de América» de Marcelo y su primo El Tirri alcanzó apenas 1.6 puntos de rating y fue retirado del aire.
El conductor Marcelo Tinelli enfrenta un nuevo revés en su carrera televisiva, ya que su reciente programa en América, “Primos de América”, fue cancelado debido a las bajas visualizaciones. Tras su debut junto al Tirri, el programa fue retirado del aire al inicio de su segunda emisión, logrando apenas 1.6 puntos de rating.
La noticia de la cancelación fue difundida por la periodista Marina Calabró en el programa “Lanata sin filtro”. Calabró comentó: “Levantaron a Marce porque no funcionó, la gente huía en estampida”. La colunista criticó duramente el programa, describiéndolo como “un despropósito” y sugiriendo que Tinelli debería cuidar mejor su carrera. Además, destacó el bajo nivel de producción y la falta de una estética bien definida, señalando: “Esto es contenido de redes y malo”.
Marcelo Tinelli, conocido por exitosos programas como “Bailando por un Sueño” y “Showmatch”, no logró replicar su éxito anterior en esta nueva propuesta. La rápida cancelación del programa pone en evidencia los desafíos que enfrenta para mantenerse relevante en la televisión actual.
POLITICA
Engañó a más de 60 museos de Estados Unidos donando obras que en realidad eran falsas y jamás fue condenado
Uno podría pensar que detrás de toda gran estafa las principales motivaciones son ganar grandes sumas de dinero, alimentar aquella hambre de poder o la codicia sin límites. Sin embargo, y para sorpresa de muchos, esto no es verdad en algunos engaños que marcaron la historia o —para ir a menor escala— ciertos mercados y negocios. Entre los casos más notorios está el de Mark Augustus Landis, un criminal de cuello blanco que engañó a más de 60 museos de Estados Unidos al donar obras falsas.
Quién es Mark Landis y por qué se hizo famoso
Originario de Virginia, durante gran parte de su vida Mark Landis vivió en varios países del mundo ya que su papá —quien era parte de la marina norteamericana— era constantemente trasladado a distintas bases. Regresando a Estados Unidos e instalándose en Mississippi en 1968, a los 17 años su papá murió después de un año de luchar contra el cáncer, lo que le ocasionó una fortísima crisis de salud mental. Internado en el Hospital de Kansas, allí fue diagnosticado con trastornos esquizofrénicos, paranoides y psicóticos y comportamiento catatónico.
Estudiando artes plásticas en el Art Institute of Chicago y, más tarde, en San Francisco, junto a varios compañeros de curso trabajó en la recuperación de obras de arte y a mediado de los 80 decidió comprar su propia galería. Esto no resultó para nada bien, ya que fue una muy mala inversión que lo hizo perder todo su dinero. Empujado por las deudas, en 1988 volvió a mudarse a su casa materna (donde su madre vivía con su nuevo marido, James Brantley).
Sin embargo, su carrera como falsificador había iniciado muchísimos años antes. Como él mismo lo cuenta, de chico, engañaba a sus amigos creando copias de estampillas coleccionables e intercambiándolas por reales. Sus primeras pinturas falsificadas datan de la primera parte de la década de los 80 cuando falsificó obras del artista Maynard Dixon (conocido en el mundo del arte por sus pinturas dedicadas a escenas del clásico oeste norteamericano), las cuales donó a un museo en California como “homenaje a su padre fallecido”.
La escala de sus estafas y los datos sorprendentes de su accionar
Tomando valor después de que sus primeras obras fuesen aceptadas y eligiendo museos pequeños que no tuviesen los equipos necesarios para lograr identificar si una obra era real o falsa, la operación de Mark Landis duró más de 20 años y una gran cantidad de instituciones fueron víctimas de sus engaños. Tan grande terminó resultando su extraño accionar que hasta donó la misma pintura (todas falsas, obviamente) a seis diferentes museos de Estados Unidos.
Fue recién en 2007 que varias de sus obras empezaron a despertar sospechas de los equipos y curadores de los museos. El primero de ellos fue en el Museo de Arte de Oklahoma City cuando Landis ofreció donar una acuarela de Louis Valtat, una escena portuaria de Paul Signac, un autorretrato de Marie Laurencin, un óleo de Stanislas Lépine y un dibujo de Daumier.
Matthew Leininger, quien trabajaba en la institución, las investigó y descubrió que estas habían sido ofrecidas al Museo de Arte SCAD y que la persona detrás de ese ofrecimiento era la misma. Lo que no se imaginaba era que este caso sería solo la punta del iceberg, ya que seguiría investigando y descubriría que el supuesto donante ya había engañado a a más de 60 museos en 20 estados y utilizaba diferentes pseudónimoc como Stephen Gardiner, el padre Arthur Scott (un sacerdote jesuita), James Brantley (su padrastro), Mark Lanois, Martin Lynley y John Grauman. Manteniendo el caso confidencial, envío un alerta a otros museos para que se mantengan atentos.
Tres años más tarde, el padre Arthur Scott donaría a Paul and Lulu Hilliard University Art Museum la supuesta obra de Charles Courtney Curran. Sin embargo, al ser analizada con rayos ultravioletas, rápidamente descubrieron que se trataba de una copia: los colores se veían raro y hasta se notaban rastos de una fotocopia que había sido utilizada como guía para la pintura. A finales de ese año, fue el diario especializado The Art Newspaper el que escribió un artículo súper detallado del caso y exponiendo la verdadera identidad de Mark al público general.
¿Qué pasó con Mark Landis?
Lejos de frenar con sus donaciones, hasta el 2012 se registraron nuevos intentos de Mark de regalar sus falsificaciones a diferentes museos de Estados Unidos. Pero quizá el punto más sorprendente de este caso es que donar obras falsificadas no es un crímen y Landis no tuvo que cumplir ninguna condena o pago de multa ya que —técnicamente— no rompió ninguna ley al no ganar ningún dinero a partir de esas obras falsificadas ni intentar hacer reducción de impuestos debido a sus donaciones (accionar que sí podría haberlo puesto bajo la lupa de crímenes federales).
Lo que es aún más divertido de esta historia es que si bien muchos museos intentaron ocultar que habían sido víctimas de un estafador de cuello blanco, en 2012 el director de DAAP Galleries en la Universidad de Cincinnati creó una exhibición que recopila 60 de las obras de Landis (quien hasta donó el traje que utilizaba para interpretar a una de sus identidades, el padre Arthur Scott) en la búsqueda de crear conciencia sobre este tipo de accionar. La tituló “Faux Real” (Falso Real).
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