A horas de la sesión de Diputados en la que se definirá si se rechaza o ratifica el veto de Javier Milei a la ley de financiamiento universitario, el Gobierno comenzó a defender el proyecto de Presupuesto 2025 y ratificó que el equilibrio fiscal no se negocia, que el gasto público se ajustará a los recursos que pueda recaudar el Estado y que la administración pública tendrá que hacer su ajuste para financiar a las empresas deficitarias.
Así lo transmitieron los secretarios de Hacienda, Carlos Guberman; y de Finanzas, Pablo Quirno, al presentarse este martes ante la comisión de Presupuesto, que preside el libertario José Luis Espert, para defender el plan de cuentas de la administración libertaria. Previamente, ambos funcionarios recibieron la arenga del presidente Javier Milei, quien estuvo de visita en el Palacio de Hacienda.
Por su parte, los K volvieron a reclamar la presencia del ministro de Economía, Luis Caputo, quien había anticipado su decisión de no prestarse al «show» de los diputados. Ni los enviados del Gobierno, ni Espert, dieron una respuesta a la queja de los representantes de Unión por la Patria, que también pidieron la participación del presidente del Banco Central, Santiago Bausili.
A la hora de responder por el proyecto, Guberman explicó que el programa está establecido sobre tres ejes centrados en el acompañamiento social sin intermediación de las organizaciones sociales, recuperación de las fuerzas de defensa y un achicamiento del Estado.
En este sentido ratificó que para la administración de Milei es «innegociable» el equilibrio fiscal. «Se puede gastar si tenemos los recursos», subrayó el secretario, quien resaltó que el Gobierno «no va a emitir deuda para financiar el gasto nacional». Y puntualizó que el 60 por ciento de los recursos del Estado se destinarán a gastos sociales, previsionales, deuda y salarios de los empleados públicos.
El secretario defendió las proyecciones realizadas en el proyecto que estima que la inflación se desacelerará a un 18,3% interanual, mientras que el crecimiento del PBI será del 5% y prevé un valor del dólar a $1207 para diciembre del año que viene.
En este contexto ratificó la decisión de eliminar el Impuesto PAIS a partir del 23 de diciembre, lo que traerá una reducción de la recaudación. Esto tendrá un impacto en el financiamiento de organismos como el PAMI, cuyos gastos pasarán a ser atendidos por el Tesoro. Por eso, advirtió que «el sector público tiene que generar el ahorro suficiente para financiar el déficit de las empresas públicas».
Además, Guberman indicó que los recursos tributarios para 2025 fueron estimados en 14 puntos del PBI para el próximo año. «Estamos en una situación en términos de ingresos más débiles que otros gobiernos», advirtió Guberman, quien explicó que la restitución del impuesto a las Ganancias tendrá un resultado menor a los años anteriores. Sin embargo, estimó que el próximo año «va a ser mejor en términos de los recursos de la seguridad social a partir de la recuperación de los salarios reales».
Durante la ronda de preguntas se le planteó a los funcionarios sobre la situación de las universidades y Guberman indicó que en el proyecto se incluyó que se van a incrementar al ritmo de la inflación. «Son gastos variables y si hay más inflación la previsión es que será mayor el presupuesto porque las partidas son ajustadas de esa manera» dijo el funcionario.
Por su parte, Quirno también destacó los beneficios del equilibrio fiscal y resaltó que esa condición va a permitir «ordenar la macro y realizar una estrategia de financiamiento, que significa recuperar el crédito para Argentina». Tras dar un detalle del estado de la deuda argentina precisó que los vencimientos para 2025 son del orden de $ 101 billones; con el sector privado son en el orden de $ 45 billones mientras que los vencimientos con organismos internacionales están en el orden de los US$ 7.800 millones. «Creemos que es un perfil de deuda que es refinanciable, una vez que en el futuro accedamos a los mercados de capital”, explicó el secretario.
Pero uno de los temas que generó tensión con el kirchnerismo es un artículo que otorga al Gobierno discrecionalidad en el proceso de reestructuración de la deuda al pedir exceptuar la aplicación de la Ley de Administración Financiera. La cuestión de fondo es que se pide una excepción del artículo 65 que exige al Ejecutivo para reestructurar deuda que implique un mejoramiento de los montos, plazos o intereses de las operaciones originales. Quirno defendió el artículo y señaló que «nadie va por el 65» y «toda reestructuración de deuda ha necesitado de leyes especiales». Y aseguró que «no hay ninguna transacción esperada o escondida».
En el comienzo de la reunión, Espert calificó como «histórico» el presupuesto porque fue presentado por el Presidente y porque en su artículo 1 en vez de fijar el gasto público establece que el déficit fiscal sea cero, condición que el libertario evaluó como central para «una reducción razonable de la tasa de inflación». Y dejó planteada la intención del Gobierno de avanzar con distintas reformas en lo laboral, lo tributario, impositivo y hasta de distribución de la coparticipación.
Antes de la exposición de los funcionarios, el jefe del bloque de Unión por la Patria, Germán Martínez, pidió la presencia tanto del ministro de Economía, Luis Caputo, como del presidente del Banco Central, Santiago Bausili. Caputo ya había anticipado su intención de no concurrir al Congreso para informar sobre el presupuesto porque «no se iba a prestar a un show”.
Martínez advirtió que “es una afrenta contra esta Cámara de Diputados y este Congreso” si ambos funcionarios se niegan a responder ante los legisladores. Sin embargo, Espert no respondió al reclamo del santafesino.
En otro orden, el diputado Nicolás Massot anticipó que el bloque de Encuentro Federal presentará un dictamen de minoría que «va a arrojar equilibrio fiscal como le conviene a la Argentina».