Connect with us

POLITICA

Así es el pueblo “más perfecto” de Estados Unidos, una gema para los turistas a solo cuatro horas de Nueva York

Published

on


Cooperstown se autodenomina como “el pueblo más perfecto de Estados Unidos”, pero además de su arquitectura y de la belleza de sus paisajes, también es la cuna de uno de los deportes más amados en Estados Unidos: el beisbol. A pesar de los numerosos eventos que atraen a cientos de visitantes cada verano, este encantador pueblo apenas alcanza una población de 1794 habitantes, según la Oficina del Censo de Estados Unidos. En la actualidad, conserva un encanto idílico, incluso ante al voraz crecimiento moderno del estado de Nueva York.

En medio de tanta “perfección”, Cooperstown es mucho más que sus atracciones turísticas, es un lugar donde la belleza natural y el encanto rústico se encuentran en perfecta armonía. La villa se localiza en el condado neoyorkino de Otsego y cerca de las majestuosas montañas Catskill, a 64 kilómetros al sudoeste de Albany, este pintoresco pueblo se caracteriza por sus impresionantes y coloridos parques, sus seguras calles peatonales en el centro de la urbe y una gran escena gastronómica. Para los amantes de las bebidas artesanales, la región ofrece numerosas cervecerías, bodegas y fábricas de sidra históricas que son dignas de explorar.

La calle principal de Cooperstown es igual de encantadora. Su centro histórico, bien conservado, está lleno de comercios y cafés acogedores, perfectos para charlar del acontecer de los días o de los espectaculares colores del cielo. Según Bill Michaels, un residente de sexta generación de Cooperstown y propietario de Fly Creek Cider Mill, los visitantes deberían planificar días adicionales para disfrutar de la deslumbrante orilla del lago.

En una entrevista con Travel + Leisure, Michaels comentó que es prácticamente imposible no enamorarse del poblado. Por lo tanto, ya sea que se busquen aventuras al aire libre, experiencias culinarias únicas o simplemente un lugar para relajarte y disfrutar de la belleza natural, Cooperstown tiene algo para ofrecer a todos los gustos.

Una vista panorámica de Cooperstown, NY

Qué ver en Cooperstown, Nueva York

  • El Museo y Salón de la Fama Nacional del Béisbol
  • El Museo de Arte Fenimore
  • El Festival Glimmerglass
  • La cervecería Brewery Ommegang
  • La cervecería y centro de shows Red Shed Brewery
  • La fábrica de sidra Fly Creek Cider Mill
  • El Parque Estatal Glimmerglass
  • El hotal y spa Otesaga
  • El puente cubierto más antiguo de Estados Unidos, en Hyde Hall
  • Cooperstown Farmers’ Market, el favorito de los lugareños
  • El Cooperstown Diner, posiblemente el restaurante más pequeño de Nueva York

Cooperstown Diner es posiblemente el restaurante más pequeño de Nueva York

Enclavado entre colinas, Cooperstown es un destino predilecto para los amantes de las actividades al aire libre. Aquí, los visitantes pueden disfrutar desde caminatas por senderos hasta nadar en las aguas cristalinas. Los aficionados al golf pueden desafiar su habilidad con amigos y familiares en el famoso campo de 18 hoyos Leatherstocking, que pertenece al Otesaga Resort Hotel, mientras que los entusiastas del ciclismo pueden disfrutar de recorridos escénicos a lo largo de las antiguas vías del ferrocarril.

Advertisement

Cooperstown es uno de esos lugares de los que la gente se enamora inmediatamente”, señaló Jeff Katz, exalcalde de la pequeña ciudad al medio citado: “Es un pueblo con un fuerte sentido de comunidad y lugar. Sin embargo, también hay una energía maravillosa que surge al tener tantas instituciones y eventos de clase mundial”.



Source link

POLITICA

Ximena Sáenz: su reencuentro con el amor, los miedos de una “madre añosa” y un feliz regreso a la tele

Published

on


Está transitando el quinto mes de embarazo y se la ve radiante y feliz, con mucha energía. Lejos de quedarse en casa reposando, Ximena Sáenz tiene mucho trabajo y se ocupa a diario de las dos sedes de su restaurante, Casa Sáenz, y disfruta también de ser jurado de la nueva temporada de El gran premio de la cocina, en eltrece.

En diálogo con LA NACIÓN, la cocinera habla de sus proyectos y también de la beba que espera en marzo, de cómo se tomó la noticia su hija Nerolí, de 6 años, y de su historia de amor con Mariano.

-¿Cuándo es tu fecha de parto?

-Estoy en el quinto mes y tengo fecha para marzo. Es una nena y estoy muy contenta porque ya soy mamá de nena y estoy acostumbrada a ese mundo. La verdad es que me daba un poco de miedo que fuera un varón, aunque me encantan obviamente. Que sea nena me resulta algo conocido.

-¿Tuviste malestares?

Advertisement

-La verdad es que me sentí muy bien, no tuve nauseas ni malestares ni nada. Pero tengo 41 años y soy consciente de eso, así que voy con cuidado. Estoy disfrutando mucho el embarazo.

-Remarcás tu edad, ¿te dio temor en algún momento?

-Sí, claro. Yo tenía el deseo de ser mamá de nuevo y me preguntaba si iba a ser posible, por mi edad. Por suerte quedé embarazada y la verdad es que me siento de menos y no me acuerdo que tengo 41 años. Sin embargo, después de los 35 nos llaman madres añosas (risas). Pero me siento bárbara, hago deporte y estoy muy vital.

-¿Qué dice la hermanita?

-Nerolí está feliz y es muy lindo compartir el embarazo con ella y ver cómo se maravilla cuando siente una patadita o se da cuenta de que la panza va creciendo. Está con muchas ganas de ser hermana mayor. De verdad es emocionante compartir este proceso con mi hija y lo estamos disfrutando mucho. Por supuesto está sensible porque cada tanto se da cuenta de que va a perder el protagonismo, pero por ahora conecta más con la idea de ser hermana mayor. Además, por consejo de amigas, compré libros de hermano mayor y menor y nos divertimos leyendo esas historias.

-¿Ya saben cómo se va a llamar?

-Estamos buscando nombres todavía.

Advertisement
View this post on Instagram

A post shared by Ximena Saenz (@ximena_saenz)

-¿Cómo conociste al papá de tu segunda hija?

-Nos conocemos hace veinte años y nos reencontramos; se llama Mariano y es productor de publicidad y de cine. Es una etapa nueva y estamos re felices, se lleva muy bien con Nerolí. Fue esperanzador este reencuentro después de una separación, porque nunca sabés qué va a pasar. Es hermoso tener una nueva historia de amor y un proyecto de familia. Mariano no tiene hijos, es su primera vez y todo es novedad, aunque en casa va viendo lo que es pasar la vida con una nena (risas). Por supuesto Nerolí tiene a su papá que lo ama y se llevan re bien, y tenemos muy buena relación. Pero también se lleva muy bien con Mariano y es algo hermoso y estoy agradecida de que así sea.

-En estos días debutaste en El gran premio de la cocina, ¿tuviste dudas al momento de aceptar?

-Estuve como jurado en otra edición, pero muy poquito y volvieron a convocarme, así que estamos de lunes a viernes a las 18, por eltrece, y conducen el Chino Leunis y Mica Vázquez. No lo dudé cuando me confirmaron que los otros jurados eran Dolli Irigoyen y Christian Petersen, porque los admiro mucho y es un honor estar su lado. Es un lujo y aprendo todos los días escuchándolos. Se dice que durante el embarazo algunas mujeres tienen menos energía, sobre todo en el primer trimestre. Yo estoy transitando el segundo y me siento muy bien, por suerte. Me encanta trabajar, lo disfruto. Fue un año de trabajo muy lindo porque tuve un programa en El Gourmet y fue mi primera experiencia en esa pantalla. Voy a estar hasta marzo, si mi hija me lo permite (risas), así que van a ver el crecimiento de la panza en vivo. Después me dedicaré a la beba por unos meses, aunque siempre trabajé y con Nerolí volví muy pronto. Por suerte puedo manejar mis tiempos y me veo haciendo tele y yendo al restaurante con mi bebé, aunque no lo sé a ciencia cierta.

Ximena Sáenz junto al jurado y los conductores de El Gran Premio de la Cocina

Abriste Casa Sáenz a finales de la pandemia y hace unos meses inauguraste otro restaurante, ¿la idea es crecer aún más?

-Sí, la idea es abrir otro local más pero todavía es un deseo nada más. Abrimos la casa de Belgrano, en Arcos y Echeverría, el 5 de febrero del 2022, y en agosto del año pasado inauguramos la casa del Botánico, en República Árabe Siria y Gutiérrez, con el mismo concepto, el horno de barro, productores y vinos de todo el país. Es un negocio que me moviliza porque Casa Sáenz es una ferretería en Montegrande que mi papá, mi mamá y mi tío abrieron en 1968. Para mí, ellos son un ejemplo de trabajo, de resiliencia, de esfuerzo muy grande, y es un negocio familiar que quiero mucho. Alguna vez ha pasado algo muy gracioso porque a veces llaman a la ferretería queriendo reservar mesa en el restaurante, así que mi mamá me llama para contarme. Pensamos mucho el nombre del restaurante y me gusta que la palabra casa esté vinculada a mi apellido porque uno aprender a comer y a cocinar en la casa. Fue muy emocionante para mi familia venir a comer, y también vinieron los empleados de la ferretería y fue gracioso para ellos porque es el negocio en el que trabajaron toda la vida y ahora es un restaurante. Fue movilizante y muy lindo para toda la familia.

-Cocinando durante tantos en la tele y en tu restaurante, ¿alguna vez provocó que no te dieran ganas de hacerlo en casa?

Advertisement

-Disfruto mucho cocinar en mi casa, pero como le pasa a todo el mundo, la rutina es cansadora y a veces no querés cocinar todos los días. Tengo una vida gastronómica muy activa y me invitan a comer afuera o tengo eventos, entonces mecho y no cocino todos los días en casa. Igual disfruto de cocinar distendida y trato de estar organizada y en la heladera o en el freezer hay cosas precocidas que son una base para hacer algo rico un martes a la noche, por ejemplo.

Continue Reading

LO MAS LEIDO

Tendencias

Copyright © 2024 - NDM Noticias del Momento - #Noticias #Chimentos #Politica #Fútbol #Economia #Sociedad