Cada vez que se lleva a cabo la pelea más importante y esperada de la temporada se palpita de un modo único y especial en el calendario boxístico. Y hoy no será la excepción. El combate entre Artur Beterbiev, campeón semipesado CMB, FIB y OMB, y Dmitry Bivol, titular semipesado de la AMB, suma un potencial increíble por un sinfín de razones que desafían a las lógicas más elementales del pugilismo: dos rusos, frente a frente, paralizando al mundo en un escenario supremo como el Kingdom Arena de Riad, en Arabia Saudita. Si hasta la unificación de esta corona –la 15a. en la historia- parece perder interés ante la imponencia del mismísimo match; gestado merced a la fusión de los principales promotores asociados con el jeque local Turki Alalshik, cuya fortuna oscila los tres mil millones de dólares. La pelea de doce rounds comenzará aproximadamente a las 18 de Argentina y será televisada por DAZN, sistema de streaming, al costo de 19 dólares adicionales al abono mensual.

La cara ruda del combate: Beterbiev

Artur Beterbiev tiene 39 años. Es hosco y no muy sociable. Ganó sus 20 combates por KO y comenzó a coleccionar coronas ecuménicas a partir de 2017. Sobrevivió a matanzas y rencillas juveniles en la región de Daguestán, entre las montañas soviéticas y el mar Caspio. Pudo a través del boxeo gestar su propia realización. ¿Cómo? Cambiando su suerte. Refugiándose en Moscú, consolidándose como atleta olímpico. Compitió en los Juegos de Londres 2012, donde fue eliminado por el ucraniano Oleksandr Usyk, actual campeón mundial pesado.

Pudo convertir toda aquella furia y rabia del pasado en fuerza y vigor –física y mental– básicos para construir una carrera boxística admirable. Es todo poder, aunque el paso del tiempo y sus mermas físicas -la reciente rotura de un menisco en una de sus rodillas y algún otro problema muscular- comienzan a condicionar su futuro. Por estas razones, solo realizó nueve cotejos mundialistas en siete años de liderazgo.

Es rústico, lento y certero; con una continuidad de envíos y puntería semejante al de un bombardero bélico. Vive e hizo toda su carrera en Canadá desde 2013. Tiene esa nacionalidad y allí nacieron sus cuatro hijos. Tomó esa representatividad, gracias a la cual eludió las marginaciones que sufrieron los deportistas rusos tras el inicio de la guerra con Ucrania.

Bivol: Una técnica exquisita

Tiene 33 años y nació en el dominio ruso de Kirguistán. De padre moldavo y madre coreana, es dócil, amable y de perfil muy bajo. Recuerda con ternura su adolescencia ante el televisor viendo todas las novelas de la actriz Natalia Oreiro.

Ganó la corona de la AMB en 2016 y realizó 14 defensas del cetro. Su gran victoria sobre el mexicano Saúl Canelo Alvarez, en mayo de 2022, no sólo le significó una ganancia de 5 millones de dólares sino también la consideración del mundo del boxeo: su figura se eyectó hacia la cima.

También está invicto en sus 25 combates (13 por KO). Carece de la pegada fulminante que caracteriza a Beterbiev, pero lo duplica en velocidad y recursos técnicos. Sobre todo, en puntería y precisión de piernas. Y estos atributos le otorgan una minúscula postura de favorito en el criterio de LA NACION, coincidente con las principales casas de apuestas.

¿Cuál es la presión histórica del combate Beterbiev vs. Bivol? Competirán con los grandes campeones históricos de esta división. Serán comparados con James Toney, Harry Greb, Billy Conn, Gus Lesnevich, Archie Moore, Bob Foster, Víctor Galíndez, Michael Spinks y Roy Jones, los mejores de todos los tiempos en los 79.378 kg. Y esto implica un mérito tremendo.

Necesitarán mostrarse brillantes. Al ciento por ciento para poder gestar una pelea épica. De lograrlo, no solo habrán conseguido una victoria colosal, la más importante de sus vidas; acariciarán, además, la posibilidad de ingresar a un espacio pomposo reservado para muy pocos. Y esto trascenderá más que la foto con la diestra en alto.