POLITICA
Bullrich criticó el avance de la investigación por los ataques a TN de militantes kirchneristas: “Es una causa federal”
A casi un mes de que un grupo de militantes kirchneristas atacaran las instalaciones de TN, la ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, criticó el desarrollo de la investigación por no haberse detenido a los responsables de haber irrumpido y causado destrozos en el estacionamiento del medio de comunicación. “Quiero pedir esa causa, porque es una causa federal“, apuntó.
Desde que se reportaron los incidentes, la causa quedó en manos de la Policía de la Ciudad, debido a que el edificio donde funciona el medio de comunicación se ubica en el barrio porteño de Constitución. Sin embargo, la titular de la cartera desaprobó la presunta falta de actuación a la hora de arrestar a las personas que estuvieron implicadas.
“Me parece que no hay relación entre lo sucedido y el estado de esa investigación”, cuestionó la funcionara al reclamar: “Estoy haciendo una crítica directa a cómo se está investigando este caso en la Ciudad de Buenos Aires“. Además, cuestionó que las caras de los sospechosos serían visibles, se tenían los nombres, pero que aseguró que ”nadie los va a buscar».
En este sentido, Bullrich recordó: “Nosotros tenemos una vara clara, que es que ‘el que las hace las paga’, no importa de qué partido sea. Importa que la haga. Si la hace, la paga”. Sin embargo, consideró que “en este caso, la hicieron y no la están pagando”, durante una entrevista para A24.
Por este motivo, la titular de la cartera de Seguridad planteó: “Quiero pedir esa causa, porque es una causa federal y no una causa de la Ciudad de Buenos Aires”, tras explicar que “TN es un medio de comunicación y las comunicaciones son federales”.
“Es una posibilidad de que cualquier fiscal federal pida esa causa”, señaló la funcionaria al reiterar que su objetivo será “intentar que eso pase a una Justicia que entienda lo que significa que en la Argentina se deje impune la violencia”.
En línea con esto, Bullrich condenó: “A mí me parece que es un hecho gravísimo que destruyan, entren a un medio de comunicación”, por lo que no indicó que no sería compatible con una contravención que pudiera emitir la Justicia de la Ciudad de Buenos Aires. Asimismo, recordó que los militantes también destruyeron propiedad privada y los autos de los trabajadores del canal.
Respecto a las críticas que recibió por parte de la oposición por las detenciones realizadas en el marco de la causa que investiga los ataques a la casa del diputado nacional José Luis Espert, la ministra ratificó: “Yo no persigo, yo cumplo con la ley”. Y sentenció: “Lo que pasa es que el que las está haciendo, las está pagando”.
“Si hay un delito, una amenaza, una intimidación pública grave como la que hubo en la casa de Espert con planificación, con medios oficiales, personas que están en el Estado, mi responsabilidad como ministra de Seguridad Nacional es seguir la investigación y llevar a los responsables”, afirmó al hacer referencia al involucramiento de funcionarios estatales.
De la misma forma, la funcionaria manifestó: “Por ahí se pensaban impunes porque estaban con la cara tapada. Pensaban que iban a ser impunes, que no los íbamos a encontrar”, tras subrayar la hipótesis de que se habría tratado de un ataque planificado.
“No creo que nadie vaya a comprar caca de caballo y lo tenga en una camioneta, vaya a un domicilio a más de 40 kilómetros de donde estaban y lo hagan sin ningún tipo de coordinación”, expuso. Además, sostuvo la teoría al señalar que en la causa, por el momento, hubo siete detenidos y dos vehículos que se habrían utilizado esa tarde.
Por esta razón, Bullrich recriminó que “amenazan a cualquiera, van presos porque la amenaza está codificada en el Código Penal”, por lo que disintió del discurso de la oposición, que señaló que los militantes habrían sido detenidos en condiciones irregulares.
“Le sacan valor a las palabras, le sacan valor a los conceptos, banalizan. Es una banalización total y absoluta de lo que es el terrorismo de Estado en cualquier lugar del mundo», criticó la ministra de Seguridad Nacional al considerar que “utilizan frases rimbombantes para no aceptar que si uno comete un delito, las paga”.
Finalmente, evaluó que no se trataba de una nueva cara del kirchnerismo, luego de remarcar que se habría tratado de un partido que trató de “ser el único en la Argentina”. Asimismo, los acusó de “intentar que quien toma el gobierno se vaya rápido y no pueda gobernar”.
POLITICA
El diálogo militar secreto entre Gran Bretaña y Argentina
Los altos mandos estadounidenses están preocupados por el Atlántico Sur. Es un punto de partida hacia la Antártida, donde Rusia y China cuentan con 15 bases en conjunto, luchando por asegurar recursos . Está conectado al Pacífico por el Estrecho de Magallanes, la única ruta marítima segura entre ambos océanos, aparte del Canal de Panamá , afectado por la sequía . El tráfico a través del Estrecho está en aumento, al igual que la pesca ilegal china a ambos lados. China impulsa proyectos de infraestructura en toda la región. Los principales generales estadounidenses han visitado el extremo sur de Argentina tres veces en los últimos dos años.
A primera vista, Estados Unidos está bien posicionado para gestionar cualquier amenaza. El presidente argentino, Javier Milei, es un aliado muy dispuesto. Gran Bretaña cuenta con aviones de combate Typhoon y el buque patrullero HMS Forth estacionados en las Islas Malvinas. Sin embargo, las Fuerzas Armadas argentinas se encuentran en una situación precaria. El Reino Unido se centra en defender las Malvinas (soberanía que Gran Bretaña ostenta y Argentina reclama). Como legado de la guerra de las Malvinas, Gran Bretaña mantiene estrictas restricciones a la venta de armas a Argentina. Estas han obstaculizado los esfuerzos de este país por mejorar sus fuerzas armadas y lo han impulsado a comprar aviones y armamento chinos, lo que ha alarmado a Estados Unidos.
Ahora, una combinación de factores, incluyendo la inusual perspectiva de Milei sobre las islas y el entusiasmo estadounidense por la modernización militar argentina, ha creado la oportunidad para un nuevo acuerdo estratégico en el Atlántico Sur. Discretamente, tras una larga pausa, se ha reanudado el diálogo entre los ministerios de defensa argentino y británico. Argentina quiere que Gran Bretaña flexibilice sus restricciones a la compra de armas. Gran Bretaña desea una aceptación discreta de su papel en el resto del Atlántico Sur, aun cuando Argentina mantiene su reclamo constitucional sobre las Malvinas. Gran Bretaña también quiere que Argentina colabore con ella en asuntos prácticos para mejorar la vida en las Malvinas.
El calentamiento comenzó en febrero de 2024, pocos meses después de que Milei asumiera el cargo. Agregados de defensa británicos visitaron el Ministerio de Defensa en Argentina por primera vez en tres años. En septiembre de ese año, los ministros de Asuntos Exteriores británico y argentino se reunieron y organizaron una visita de argentinos a las tumbas de sus familiares en las Malvinas. También acordaron compartir datos pesqueros y reanudar los vuelos directos mensuales a las Malvinas desde Argentina. El diálogo en materia de defensa se intensificó entonces. Una delegación argentina visitó Londres en enero. Próximamente, se espera que una delegación británica visite Buenos Aires.
El presidente Milei quiere modernizar las fuerzas armadas de su país con el mejor equipo compatible con la OTAN . Está recortando drásticamente el gasto público, pero aumentando el presupuesto de defensa del 0,5 % del PIB al 2 % en los próximos siete años. El año pasado, Argentina solicitó el estatus de socio de la OTAN .
Gran Bretaña también está interesada en un acuerdo, pero se muestra cautelosa. Comparte las preocupaciones estadounidenses sobre el Atlántico Sur. La aceptación de facto por parte de Argentina de la relevancia británica en la región facilitaría una cooperación más estrecha en todos los ámbitos, desde la ciencia hasta la seguridad, no sólo con Argentina, sino también con sus vecinos, Chile y Uruguay. Sin embargo, si bien las familias argentinas visitaron el país en diciembre, Argentina aún no ha compartido datos de pesca ni ha reanudado los vuelos, pasos clave para avanzar en la política armamentística. Los isleños se muestran cautelosos. “Nos sentimos muy seguros”, afirma Leona Roberts, del Consejo Ejecutivo de las Malvinas, “pero probablemente no nos sentiríamos demasiado cómodos con que el Reino Unido suministre equipo militar a Argentina”.
Gran Bretaña ha bloqueado durante mucho tiempo las ventas de equipo militar con componentes británicos a Argentina, incluso por parte de terceros países. Dada la fortaleza de la industria armamentística británica, esto ha supuesto una seria limitación. En 2020 bloqueó la venta de aviones de combate coreanos con algunas piezas británicas. La política declarada es bloquear las ventas que podrían “mejorar la capacidad militar argentina”. Sin embargo, existe margen de maniobra. Gran Bretaña podría permitir ventas que “no perjudiquen los intereses de defensa y seguridad del Reino Unido”. Un primer paso podría ser una interpretación más flexible de esa cláusula.
La forma de las cosas por venir
Hay varias razones para creer que un nuevo acuerdo es posible. Pocos consideran a Argentina una amenaza real para las Malvinas. “Es militarmente impensable… (Gran Bretaña) nos borraría del planeta”, afirma Alejandro Corbacho, historiador militar de la Universidad del CEMA en Buenos Aires. Gran Bretaña parece más dispuesta a reconsiderar sus restricciones si Argentina planeara realizar grandes compras, ya que eso impulsaría su industria de defensa. De ser así, sugeriría que el embargo tiene más que ver con la política que con la protección de las Malvinas. Gran Bretaña sabe que, de todos modos, sus restricciones están perdiendo fuerza a medida que más países fabrican equipo militar.
El deseo de Estados Unidos de un nuevo acuerdo también es importante. En declaraciones públicas, ha ofrecido un apoyo firme a la modernización de las fuerzas armadas argentinas. En privado, un estadounidense con conocimiento del tema califica a Argentina de “un socio importante”, pero afirma que su ejército “tiene una gran necesidad de equipo y entrenamiento”. Pero ese equipo debe ser occidental, no chino. El embargo británico lo dificulta. La intransigencia continua podría terminar fortaleciendo a quienes, en un gobierno posterior a Milei, creen que el futuro de Argentina, en armamento y política, pasa por China y no por Occidente.
El flirteo de Argentina con sus adversarios estadounidenses es real. A Milei le gusta comerciar con el gigante asiático. En 2023, antes de asumir el cargo, una empresa china parecía dispuesta a construir un gran puerto cerca de la entrada argentina al Estrecho. Ese proyecto fracasó en medio de intensas objeciones, tanto internas como externas, pero China, que opera una estación espacial en la Patagonia, mantiene un gran interés en la región. Bajo la última administración, Argentina estuvo “a punto de comprar aviones de combate chinos”, advierte el estadounidense. En 2021, semanas antes de la invasión de Ucrania, el gobierno anterior firmó un acuerdo con el Ministerio de Defensa ruso que permitía a oficiales argentinos viajar a Rusia para recibir entrenamiento.
Durante la presidencia de Joe Biden, Estados Unidos presionó a Gran Bretaña para que permitiera a Argentina comprar modernos aviones de combate F -16 con un asiento eyectable de fabricación británica. Gran Bretaña se mostró reticente y se encontró una alternativa. Argentina compró F -16 más antiguos a Dinamarca con 40 millones de dólares. Estos no tenían piezas británicas, por lo que no se requirió su aprobación. Sin embargo, Estados Unidos aún intentó explicar y justificar la decisión ante Gran Bretaña, que la aceptó. Eso fue un avance. “El gobierno estadounidense también estaba interesado en si se podían levantar los controles de exportación más amplios”, dice un exfuncionario estadounidense. Un portavoz del gobierno británico dice que “no tiene planes actuales de revisar la política de control de exportaciones del Reino Unido para Argentina”.
Pero es fácil imaginar un cambio en la postura británica. La administración Trump es autoritaria, ignora la ortodoxia y mantiene una estrecha relación con Milei, cuya postura prooccidental probablemente contribuye a la flexibilidad británica. Su tono conciliador y su capacidad para romper tabúes sobre las Malvinas son cruciales. Admira abiertamente a Margaret Thatcher, quien lideró a Gran Bretaña durante la guerra de las Malvinas. Admite que las islas “están en manos del Reino Unido ” y asegura que Argentina no intentará recuperarlas por la fuerza. Recientemente, incluso pareció insinuar que los isleños tienen derecho a la autodeterminación, la postura británica.
La política interna sigue siendo una barrera formidable en ambos países. Argentina nombró un nuevo ministro de Asuntos Exteriores en octubre. A pesar del entusiasmo en otros sectores del gobierno, mejorar las relaciones con Gran Bretaña parece ser menos prioritario para el nuevo ministro. Por su parte, Gran Bretaña se preocupa por quién sucederá a Milei. Vender armas a una Argentina liderada por Milei puede estar bien, pero dejará el cargo en 2027 o 2031. Un intento en 2016 de restablecer las relaciones fracasó tras el regreso al poder de los peronistas de izquierda. Sería vergonzoso ayudar a Argentina a modernizar sus fuerzas armadas solo para que eso vuelva a ocurrir.
En ambos países, la oposición, que ondea banderas, podría presentar un acuerdo como una concesión y usarlo para avivar la ira. En Gran Bretaña, el partido Reform UK de Nigel Farage está en alza en las encuestas y podría presionar fácilmente al gobierno sobre cualquier nuevo acuerdo, presentándolo como una traición a los caídos en la guerra, quizás. En Argentina, los peronistas ya han atacado a Milei por su postura sobre las Malvinas. Con las elecciones de mitad de mandato en octubre, él y su equipo podrían preferir mantener el tema al margen por ahora.
Sin embargo, la lógica predominante de la política exterior de Milei es una alineación inquebrantable con Estados Unidos (a pesar del comercio con China). Gran Bretaña tiene una tradición similar, aunque menos absolutista. La administración Trump está tan preocupada por la influencia china en Latinoamérica que amenaza con apoderarse del Canal de Panamá. También tiene clara la amenaza en el Atlántico Sur. Si presiona con más fuerza, sus dos aliados podrían llegar a una conclusión similar y actuar en consecuencia.
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POLITICA
Fin de las facultades delegadas: los próximos pasos de Milei, presión de la oposición y los desafíos del Gobierno
Al Poder Ejecutivo se le vencieron este martes las facultades delegadas que le habían sido conferidas por el Congreso a través de la sanción de la Ley Bases. Esto implicaba que el Gobierno de Javier Milei tenía a tiro de decreto -es decir, sin pasar por el Congreso- la posibilidad de modificar asuntos nodales en materia administrativa, económica, financiera y energética.
El Gobierno comienza así una nueva etapa de la gestión sin la principal herramienta de desregulación con la que contaba. “El presidente Milei no quiere gobernar con facultades delegadas, pero sí quería tener un plazo de tiempo en el cual impulsar y acelerar su programa de reformas económicas. No vamos a buscar prorrogar como se hacía el kirchnerismo, porque tuvimos un año, teníamos un plan, había que hacer algo y lo hicimos», remarcó el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, ayer en Casa Rosada.
A lo largo del año de facultades delegadas, el Poder Ejecutivo ejecutó cerca de 101 medidas. Estas constaron de disoluciones, unificaciones, reorganizaciones, modernizaciones, fusiones, actualizaciones, transformaciones, simplificaciones y eliminaciones de organismos; así como de la autorización para privatizar empresas públicas.
El Poder Ejecutivo podrá seguir publicando Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), decretos simples, resoluciones y disposiciones -tal y como lo venía haciendo antes de tener facultades delegadas-, pero no tendrá la salvaguarda administrativa para eludir al Congreso en ciertos temas.
Ahora el Gobierno entra en territorio donde podrá seguir publicando medidas administrativas -como DNU, decretos simples, resoluciones, entre otros-, pero no reformas de magnitudes como las que se podían hacer con las facultades delegadas. Así, dependen de su propia impronta o de lo que puedan llegar a formular a través del Congreso, donde el oficialismo está pasando por su peor momento.
El Senado (donde La Libertad Avanza tiene 6 de 72 bancas, y algunos aliados) es el terreno donde el jueves podrían sesionarse cinco proyectos: dos presentados en el Senado la semana pasada con la firma de los 24 gobernadores: la distribución de los Aportes del Tesoro Nacional y del impuesto a los combustibles líquidos; tres que vienen con media sanción de Diputados: aumentos jubilatorios, la Emergencia en Discapacidad y la moratoria previsional.
Para la primera, el Gobierno sabe que no tiene los votos para frenarla ni en el Senado ni en la Cámara de Diputados. Es por eso que los gobernadores esperan que funcione como mecanismo para poder negociar por estos meses. En las mismas entrañas de la Casa Rosada afirman que no tienen, por ahora, una alternativa tentadora para ofrecerles.
“Hacienda calculó que conceder a lo que ellos quieren implicaría 2 puntos del PIB, no hay chances”, cuentan en el Poder Ejecutivo. Señal de esa falta de acuerdos es que prácticamente ningún gobernador aceptó la invitación que les mandó Presidencia para estar presentes en la vigilia del 9 de julio en Tucumán.
A un año de la firma del Pacto de Mayo, las ínfulas de consenso parecen haberse desvanecido: una parte se explica por el hartazgo en el trato que los funcionarios libertarios han tenido para con los gobernadores, a la vez que hay un componente ineludible que es la cercanía electoral y la rosca por la estrategia en cada distrito. Quienes más alejados están de acordar con LLA en sus distritos son los que más quieren sesionar el jueves.
La oposición en el Senado también cuenta con los votos para impulsar la sanción de los tres proyectos que vinieron de Diputados.
El Presidente las vetará de manera inmediata, aunque esperará a que se pueda garantizar el veto cuando los bloques más alejados al Gobierno insistan en la Cámara Baja. El clima está particularmente espeso y los mismos operadores libertarios lo reconocen. Algunos se aferran a que negociando ausentes o abstenciones deban precisar menor cantidad de votos afirmativos para llegar a los dos tercios de los presentes.
Mientras tanto, el Gobierno todavía tiene pendiente el trámite legislativo del proyecto de ley del “Principio de Inocencia Fiscal”, que eleva los montos de dinero a partir de los cuales una persona puede ser investigada por evasión fiscal, entre otros puntos.
El clima con la oposición y una vulneración al veto presidencial son variables pasibles de generar ruidos en los mercados, algo que el Gobierno no quiere que suceda. “Nosotros tenemos que mantener el Riesgo País estable e incluso a la baja, para no encarecer los rollover de deuda y que no se nos tensione el panorama de las reservas”, analiza una fuente oficial a Infobae.
El dólar comenzó un sendero ligeramente alcista. La semana subió $45 y este lunes trepó $20 hacia los $1280. Los factores que indican los especialistas son diversos, aunque hay un consenso en que los segundos semestres en años electorales suelen potenciarse como escenario donde las carteras se dolarizan en búsqueda de cobertura.
“Cuando baja el dólar es porque lo pisamos a propósito y cuando suba es porque perdimos el rumbo. Es poco serio”, indican en Casa Rosada.
Quien se lamentaba ayer por la tarde por el rendimiento de los activos era el ex asesor económico de Milei en 2023, el director de Research for Traders, Darío Epstein. “¿Esto va a hacer así hasta que terminen las elecciones? Fin de octubre está lejos… Todos los años impares la política nacional retrasa el desarrollo económico», tuiteó, adjuntando una foto con caídas de acciones.
Más que la cuestión financiera, en un despacho libertario preferían enfatizar la importancia de mantener en línea la gestión al interior del Gobierno: “No ayuda que tengamos dos campanas que no acuerden en la estrategia electoral o que estén distanciados. Son conflictos entendibles en el marco de la discusión por las listas, pero no ayuda”. Los aludidos son los sectores referenciados en los Menem y Santiago Caputo.
Ayer hubo una reunión de alto vuelo en la planta baja de la Casa Rosada entre la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei; el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; el vicejefe del Interior, Lisandro Catalán; el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem; y el armador nacional de LLA, Eduardo “Lule” Menem. El asesor presidencial fue invitado, pero declinó. Los motivos se desconocen, pero se lo vio ingresar ayer horas más tarde de ese encuentro.
“De poco importa estar pensando si vamos a tener los números el año que viene, que yo creo que sí. Tenemos que cuidar el avispero durante estos meses porque van a ser durísimos. Si tenemos éxito, nuestras probabilidades para sancionar la reforma tributaria y laboral son mayores. Pero primero tenemos que estar en sintonía nosotros”, agrega.
Semanas atrás, Milei dio un discurso en el Yacht Club de Puerto Madero para una actividad de La Libertad Avanza. En un segmento de su alocución exaltó el nivel de imagen personal y de gestión que ostenta, asegurando que está en condiciones de dar “un tremendo batacazo en septiembre y en octubre”. “Destrozamos el mito de que hacer esto [el ajuste] es impopular. No solo hemos inventado el ajuste expansivo, sino que además hemos inventado el ajuste popular”, agregó el Presidente.
Para los próximos meses, y sin las facultades delegadas ni apoyos sustanciales en el Congreso, el Gobierno apuesta a continuar con la efectividad de su aparato comunicacional para seguir imponiendo el modelo libertario. Por sobre todas las cosas, Milei fía en que cumplió con el “job description” que le dieron los votantes en 2023: bajar la inflación.
Diplomacy / Foreign Policy,South America / Central America,BUENOS AIRES
POLITICA
En medio de la pelea por los fondos, cuáles son los gobernadores que no irán al acto del 9 de Julio organizado por Milei
Javier Milei asistirá a Tucumán este martes, para realizar la vigilia por el 9 de julio. Al acto fueron invitados otros gobernadores, pero desde el Ejecutivo no ven la posibilidad de discutir el conflicto por los fondos durante el evento: “Nosotros no tranzamos”.
En el Gobierno sostienen que no es el momento ni el lugar para dialogar con los mandatarios provinciales que asistan. El encuentro se dará tras la presentación de dos iniciativas provinciales para repartir de manera automática los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y modificar la distribución de lo que se recauda del Impuesto a los Combustibles Líquidos.
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Además, para una parte del oficialismo, es más conveniente dejar que pase la fecha patria y enfocarse en la reunión entre los representantes de las provincias y Guillermo Francos, el jefe de Gabinete, que se dará más adelante. Por ahora, no hay definiciones sobre las concesiones que podrían ofrecer desde Nación.
Hay un sector de la Casa Rosada que es aún más resistente. “¿Ofrecerles qué?“, se preguntaron. Ante el enojo de los gobernadores, algunos funcionarios no quieren quedarse atrás.
En Balcarce 50 tampoco muestran mucho interés por resolver el problema, y evitar de esa manera que los legisladores afines a las provincias impulsen los proyectos fiscales o apoyen iniciativas incómodas para Javier Milei. “Que se atengan a las consecuencias”, aseguraron.
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La postura de los gobernadores
Javier Milei llegará a Tucumán este martes a las 10 y se dirigirá directo al hotel Sheraton, donde permanecerá hasta antes de que comience la vigilia en la Casa Histórica de Tucumán.
Allí se encontrará con gobernadores. Hasta ahora, los confirmados son Osvaldo Jaldo (Tucumán), Raúl Jalil (Catamarca) y Gustavo Sáenz (Salta). Tampoco se descarta la presencia de Hugo Passalacqua (Misiones). La convocatoria es magra.
En el entorno de los mandatarios tampoco esperan una actitud positiva del Ejecutivo. “Depende del Poder Ejecutivo plantear alguna propuesta a los temas que requieren las 23 provincias”, deslizaron desde una de las provincias.
“Los gobernadores están planteando un reclamo y el Gobierno es el que no accede y tampoco da una respuesta”, agregaron.
En ese contexto, las provincias no presentan muchas expectativas sobre el avance de las negociaciones: “El tiempo de las ofertas ya pasó. Es tiempo de cumplir”.
Javier Milei, Gobernadores, Tucumán, 9 de julio, fondos
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