La reapertura de la histórica Biblioteca Nacional en Buenos Aires marca un momento singular en el gobierno de Javier Milei, no solo por su reciente renovación, sino también por la controversial participación de Karina Milei, hermana del presidente y secretaria General de la Presidencia de la Nación. La ceremonia incluyó la inauguración de una llamativa placa con su nombre, destacándola como impulsora de la obra y su renovación, aunque la misma fue una iniciativa del gobierno de Alberto Fernández.

El emblemático edificio, ahora denominado «Biblioteca Jorge Luis Borges. Centro de Estudios Borgeanos», fue sometido a un importante proceso de restauración, iniciado en 2022, con una inversión de más de 352 millones de pesos.

La obra implicó el trabajo de más de treinta especialistas en restauración de patrimonio histórico, incluidos expertos en ebanistería, textiles, metales y vidrio soplado, que contribuyeron a devolverle al espacio su esplendor original. La restauración también abarcó al Instituto Nacional de Musicología “Carlos Vega” y al Centro de Conservación y Restauración de la secretaría de Cultura, todos ubicados en el mismo predio de la calle México al 564, en el corazón de la Ciudad de Buenos Aires.

El nombre de Karina Milei ya figura en una placa conmemorativa.

Karina Milei llegó para la foto y los laureles

La inclusión del nombre de Karina Milei en una placa conmemorativa ubicada en el ingreso del edificio es vista como una autocelebración de la nueva administración en el ámbito cultural, muy a pesar de la catarata de recortes que viene impulsando en este ámbito.

A pesar de su pasado reciente en áreas como pastelería y astrología, Karina Milei ha sido una figura destacada en la gestión de su hermano, actuando como consejera política y ocupando un rol destacado en la reestructuración de organismos clave. «Volvimos a abrir las puertas de la antigua Biblioteca Nacional para todos los argentinos», declaró exultante durante la jornada de inauguración.

No sin cierta polémica, desde la secretaría General de la Presidencia, Milei ha enfatizado que la administración de su hermano promueve la recuperación de espacios culturales y educativos en un contexto de transparencia y acceso libre.

Un nombre que desata controversias

Viniendo de un gobierno que simpatiza con la última dictadura militar, el nombre de Jorge Luis Borges, que ya había ocupado la dirección de la Biblioteca Nacional entre 1955 y 1973, genera cuanto menos un fuerte contraste.

Borges, conocido por sus cambiantes posiciones políticas, pasó de apoyar el golpe de 1976, en sus primeras etapas, a convertirse en uno de los críticos más destacados de la dictadura militar. Firmó incluso una solicitada en apoyo a las Madres de Plaza de Mayo en 1980, lo que refuerza su compleja figura y su historia, un legado intelectual que pareciera no molestar al gobierno libertario. En este punto, vale recordar que son numerosas las figuras del gobierno de Javier Milei que han expresado simpatía con visiones controvertidas de la historia argentina.

Los presentes

El evento contó con la presencia de diversos miembros del gabinete, incluidos el secretario de Comunicación y Medios, Manuel Adorni; el secretario de Cultura, Leonardo Cifelli; y la directora de la Biblioteca Nacional, Susana Soto.

Esta reapertura, bajo la mirada atenta de Karina Milei, refuerza el perfil de la gestión cultural del gobierno, en la que el nombre de Borges se convierte en un punto de encuentro pero también de potencial controversia en el ámbito cultural y político argentino. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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