Días atrás, trabajadores de la empresa vinculada al Banco Nación y encargada de tecnologías aplicadas a medios de pago y negocios digitales, denunciaron que Nicolás Callegari, el joven e inexperto gerente general, habría ordenado la confección de una lista de “empleados a despedir”.

“La noticia generó mucho impacto en la empresa”, aseguró uno de los trabajadores a este medio. “Había gente llorando sobre sus despachos”. Desde entonces, rumores sobre el futuro inmediato de Callegari comenzaron a circular por los pasillos de la compañía. Sin embargo, desde la presidencia de Nación Servicios SA aseguraron que, por el momento, mantendrán al gerente en su puesto.

Nicolás Callegari, en épocas en las que se desempeñaba como mano derecha de Batakis y Pernicone.

Es que el escándalo sacudió a la propia cúpula de la compañía. La presidenta de Nación Servicios SA, Paula Bibini, administra la empresa desde Salta, a pesar de que en Buenos Aires están radicados prácticamente todos sus empleados y las principales oficinas. “Bibini está perdida, no sabe cómo manejar la empresa. Es imposible estar al tanto de todo lo que ocurre a más de 1.500 kilómetros de distancia”, afirmaron los empleados de una de las áreas apuntadas por la lista de trabajadores a despedir de Callegari.

La presidenta habría confirmado a Callegari en su puesto, tras la explosión del escándalo de las listas de despidos. “Le pusieron un asesor en comunicación”, aseguró uno de los trabajadores a este medio. “Lo necesitan callado y perfil bajo para que pase la tormenta. En definitiva, fue la propia Bibini la que autorizó el viaje con todo pago a Miami para tres personas”.

Mientras Nación Servicios SA es dirigida desde Miami por Callegari y desde Salta por la presidenta Bibini, el transporte público atraviesa uno de sus momentos más oscuros. La tarjeta SUBE continúa con serios problemas de funcionamiento y los usuarios acumulan quejas sobre el registro a la base de datos.

Callegari hablando en Miami con el CEO de Avenida, Daniel Jejcic -con quien mantendría diversos negocios-, y con un director de Veritran, David Bottaro -otro de sus presuntos socios-.

Al respecto de la SUBE, cabe recordar que fue el propio Callegari el que dio luz verde a la lamentable campaña que afirmaba “pagarás 800 pesos este boleto”, en caso de que Javier Milei resulte vencedor en las elecciones presidenciales. Nunca antes se había utilizado la SUBE para hacer campaña política. Este hecho fue denunciado, pero no se avanzó con la investigación interna. Desde la presidencia alegaron que Callegari “es demasiado joven y cometió errores por su inexperiencia”.

Callegari se mostró en Miami con el CEO de Avenida, Daniel Jejcic, y el director de Veritran, David Bottaro. El joven gerente general viene de trabajar en la provincia de Buenos Aires con Silvina Batakis, con quien habría tenido un cuestionable desempeño, que lo catapultó a Nación Servicios SA. La compañía, en efecto, es considerada una suerte de “aguantadero” para referentes políticos. De hecho, el actual gerente de la SUBE, Pablo Alonso, es un reconocido alfil del fallido candidato a presidente, Sergio Massa.

Como suele ocurrir en la política argentina, mientras en las cúpulas los dirigentes viajan a Miami, se reparten cargos y hasta se dan el lujo de dirigir organismos estatales desde otra provincia, entre los trabajadores cunde el miedo, la angustia y la incertidumbre de no saber si, ellos también, terminarán en una de las truculentas listas. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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