Mientras se espera la definición de la Cámara Federal de Casación Penal en la causa vialidad, en donde Cristina Kirchner fue condenada en primera instancia a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, que debe ratificar o desestimar la sentencia contra la ex mandataria.

CFK se muestra centrada en su nuevo rol como titular del Partido Justicialista (PJ) que atraviesa una de las peores crisis internas. Por ello, este martes a mediodía participó de un encuentro a puertas cerradas, en la sede del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata), que conduce Ricardo Pignanelli.

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El encuentro busca establecer nuevas directivas entre los gremialistas que apoyaron la candidatura de la ex vicepresidenta en detrimento de su rival, el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, que fue finalmente desestimado por la justicia electoral por no cumplir con las condiciones para presentarse a una elección.

Por ello, Cristina fue designada como la nueva líder del PJ, cargo que tomará oficialmente el próximo 17 de noviembre, pero para el que ya fue designada. Vale recordar que el partido estaba acéfalo tras la renuncia de Alberto Fernández a la conducción, en medio de los escándalos de corrupción y violencia de género contra quien era su pareja.

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En cuanto a la sentencia que el miércoles 13 emitirá la Casación Penal, desde el entorno de la ex presidenta esperan malas noticias, ya sea que los jueces Gustavo Hornos, Mariano Borinsky y Diego Barroetaveña, confirmen la condena de seis años de cárcel, o pidan su elevación a 12 años en prisión como solicitó la fiscalía, es más que probable que el fallo perjudique a CFK.

Por ello, la defensa de la líder del PJ, que encabeza el abogado Carlos Beraldi, ya prepara una apelación de la sentencia ante la Corte Suprema de Justicia que es la última instancia que le queda a Kirchner para intentar desestimar la condena. Al menos dentro del sistema judicial argentino.