POLITICA
Cristina Kirchner se quejó por el manejo de las visitas que le impuso la Justicia: “Totalmente arbitrario”
Cristina Kirchner presentó este viernes a través de su defensa una nueva queja ante el Tribunal Oral Federal N° 2. Después de preguntar por el uso del balcón de su domicilio, la expresidenta tildó como “totalmente arbitrario” el manejo de las visitas que le impuso la Justicia.
“Ayer el tribunal tuvo que aclarar que puedo salir al balcón de mi casa. Hoy mis abogados tuvieron que recurrir otra decisión del mismo tribunal, que solo permite que me visiten, y previo listado, mi núcleo familiar, mis abogados y mis médicos”, introdujo la exmandataria en un descargo que hizo en X, donde compartió el documento que presentó su defensa, encabezada por Carlos Beraldi.
“El resto de mis relaciones con el mundo exterior (amigos, amigas, compañeros, compañeras) y otras personas que conozco y me vinculo por el solo hecho de ser una persona que tiene vida cada vez que quieran visitarme deberán presentar una solicitud al tribunal y luego esperar su autorización, en un régimen de exclusión totalmente arbitrario, que no se le aplica a nadie y violatorio de mis más elementales derechos civiles“, planteó.
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A un mes del cierre de listas en PBA, LLA no termina de definir candidatos: las razones
El 19 de julio es la fecha límite que tienen todos los partidos y alianzas para cerrar las listas y candidatos que se presentarán en las elecciones del 7 de septiembre. Sin embargo, La Libertad Avanza aún no cerró estas negociaciones.
Si bien existen fuentes libertarias que aseguran que -al menos- las cabezas de lista para cada sección están convalidadas, otro sector del Gobierno sostiene que por ahora no existe ese panorama. “No hay confirmaciones”, dijo una fuente con acceso al despacho de uno de los integrantes del Triángulo de Hierro.
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Hay varias razones que justifican esta situación. Una de ellas tiene que ver con el acuerdo que LLA y el PRO forjaron para las elecciones provinciales.
Las negociaciones avanzan, según representantes de ambos sectores, pero el tema sensible dentro del acuerdo son los intendentes. “Algunos del PRO se creen los dueños de la localidad, van a querer imponer candidatos. No todos son así, los que responden a Cristina Ritondo y Diego Santilli por suerte no”, explicó a TN una persona que sigue de cerca las conversaciones entre ambos partidos.
Sin embargo, en las filas libertarias creen que la polémica tiene un límite: “Habrá tensión siempre y cuando el acuerdo no se rompa”.
En medio de este contexto, el oficialismo se enfoca en “las zonas negociables” que tiene con el partido que dirige Mauricio Macri: “Por eso siempre decimos que es punto por punto, jurisdicción por jurisdicción”:
Es decir, en LLA aseguran que van a poder negociar con el PRO en lugares donde haya candidatos “que midan bien y que le den un plus a la marca de La Libertad Avanza”.
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Hay otros motivos que retardan las definiciones libertarias. Una de ellas es la polémica por la estética de la boleta. Mientras que LLA busca mantener el color violeta, el PRO también quiere que se respete su identidad.
Otra situación que modificó la estrategia de LLA para PBA fue la condena a Cristina Kirchner por la causa Vialidad. De esta manera, la expresidenta no podrá ser candidata.

Esta decisión de la Justicia hizo recalcular a La Libertad Avanza sobre cuál es el tipo ideal de candidato, sobre todo en la Tercera Sección Electoral. Es por eso que luego de la danza de nombres de outsiders, una parte de la Casa Rosada cree que es mejor volcarse “a un candidato más tradicional”.
Por último, un integrante del PRO aseguró que el manto de silencio que hay con respecto a los candidatos también se debe a una táctica política: “Si definimos algo y lo damos a conocer ahora, lo vamos a rayar demasiado”.
Elecciones, Provincia de Buenos Aires, La Libertad Avanza
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fuerte cruce de Luis Caputo a Wado de Pedro por el préstamo del FMI que tomó Macri

Las acusaciones cruzadas están a la orden del día y a pedir de funcionarios del actual Gobierno y referentes del kirchnerismo. Quienes protagonizaron el último cruce fueron el ministro de Economía, Luis Caputo, y el exministro del Interior Eduardo «Wado» de Pedro. El exfuncionario y actual senador de Unión por la Patria citó una entrevista a Máximo Kirchner y cuestionó en un tuit el crédito concedido por el FMI en épocas de Mauricio Macri. Caputo recogió el guante: trató al kirchnerismo de «burro», «basura» y «corrupto».
Además, añadió como respuesta a la consigna que desempolvó el kirchnerismo tras la condena firme a Cristina Kirchner: «No van a volver nunca más».
Wado de Pedro, exministro de Alberto Fernández, citó en su cuenta de X declaraciones del jefe camporista y afirmó que con el equivalente a los desembolsos del FMI al gobierno de Macri habrían alcanzado para, al menos, costear entre 40 y 50 % del gasoducto para exportar gas desde los yacimientos de Vaca Muerta.
«Con la deuda a 100 años que tomó Caputo cuando era ministro de Macri, se podía construir el gasoducto. Ni uno de esos dólares fue a parar en algo útil para los argentinos», escribió De Pedro, una de las figuras acaso más cercanas a la expresidenta y a Máximo Kirchner.
La contestación no tardó en llegar, este viernes a primera hora de la tarde y con la rúbrica de Luis Caputo. «Claro Wado, mejor dejar toda la deuda argentina venciendo a un día, indexada a más del 200 por ciento anual y financiando corrupción fiscal, como nos dejaron ustedes a nosotros», comenzó la respuesta del actual ministro de Economía, que cumplía ese mismo rol cuando se cerró el acuerdo con el Fondo en 2018.
Claro Wado, mejor dejar toda la deuda argentina venciendo a un día, indexada a más del 200 por ciento anual y financiando corrupción fiscal, como nos dejaron ustedes a nosotros. El tema es que para hacer eso, además de ser un burro, tenés que ser una basura y un corrupto.
Por… https://t.co/0jCaZqv9gr— totocaputo (@LuisCaputoAR) June 20, 2025
«El tema es que para hacer eso, además de ser un burro, tenés que ser una basura y un corrupto», continuó la réplica de Caputo.
Y continuó: «Por suerte los argentinos no tienen que preocuparse más, ya que nosotros no tenemos esos ‘atributos’ que tanto los distingue a ustedes, y gracias a Dios no van a volver nunca más, porque una abrumadora mayoría de argentinos ya les sacó la careta y no los votan más».
El cierre de Caputo sonó como una respuesta directa a la consigna «Vamos a volver» que agitó Cristina Kirchner en el discurso que dio, desde su casa en Constitución, a la militancia que marchó el viernes a Plaza de Mayo.
“Quiero contarles que lo que más me gustó fue escucharlos cantar otra vez ‘vamos a volver’. No lo hacíamos desde hacía muchísimo tiempo, demasiado tal vez. Y me gusta ese ‘vamos a volver’ porque revela una voluntad, la de volver», comentó la expresidenta, mediante un audio transmitido a la distancia.
Y agregó: «Vamos a volver y además vamos a volver con más sabiduría, con más unidad, con más fuerza».
El jueves fue presidente Javier Milei el que bajó el precio a la convocatoria kircherista en defensa de la expresidenta: «La vi como un partido homenaje, cuando alguien se retira. Lo vi así. La gente fue a despedir a la señora Kirchner porque está inhabilitada de ejercer cargos públicos».
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La CGT, entre Kicillof y Milei: la revancha de Moyano con Cristina, la unidad forzada y el guiño al Gobierno
La voz débil de Hugo Moyano, algo anciano, aunque lúcido y activo como en sus tiempos de auge, pobló el salón del tercer piso de la sede de la Federación de Sanidad. “Nosotros siempre pusimos todo, que no nos vengan a decir ahora que tenemos que parar”, intervino para mediar en un tenso debate. Lo escuchaban atentos unos 20 dirigentes de la CGT de distintas tribus que no habían logrado acordar una postura común sobre el involucramiento de la central obrera en la movilización de apoyo a Cristina Kirchner. La palabra autorizada del jefe camionero fue determinante para que el sindicalismo, un otrora actor protagónico en el rompecabezas de poder del peronismo, tome una sugestiva distancia de lo que fue el miércoles la congregación kirchnerista en la Plaza de Mayo.
La CGT finalmente no marchó de manera orgánica por la expresidenta. Si bien hasta se había fijado un punto de encuentro, en Independencia y Paseo Colón, la decisión de escenificar cierta unidad y contribuir a la reconstrucción del PJ se diluyó por varias razones. Hubo motivos políticos, también revanchas personales y hasta una necesidad de dar vuelta de página. “Cristina venía siendo hasta ahora un obstáculo para renovar el peronismo. Ahora el recambio será obligado”, reflexionó un dirigente de un gremio industrial. La disyuntiva es hoy alinearse detrás del proyecto de Axel Kicillof o renovar el pacto con Javier Milei para que no avance con decretos o leyes que puedan limitar el poder y los negocios de los sindicatos. Está lejos hoy la CGT de una postura unánime ante este nuevo escenario. Hay una mayoría de kicillofistas, surgen algunos que se empiezan a confesar libertarios y está incipiente una tercera vía, que impulsa un acercamiento con los gobernadores Martín Llaryora (Córdoba) y Maximiliano Pullaro (Santa Fe) a pesar de no pertenecer hoy al PJ.
“No se pudo armar nada por Cristina por que la mitad de la CGT está en Suiza [en la OIT] y porque hay otros sectores que están jugando a otra cosa”, asumió a modo de autocrítica uno de las voces más respetadas del triunvirato de mando cegetista. Avivó este clima de incertidumbre un hecho que no pasó de inadvertido para los gremialistas. El lunes a la noche, en la previa a la convocatoria a movilizarse por la expresidenta, de un auto sin patente se bajó una persona y dejó dos mensajes en las paredes de la CGT, en Azopardo al 800. “Paren el 18 o se pudre” y “no jodan con CFK”. Las pintadas fueron tapadas esa misma noche.
El martes a la tarde se esperaba a la cúpula de la CGT en la sede del PJ para definir su adhesión a la movilización. El kirchnerismo presionaba para que se active un paro general. Las dos vertientes de la CTA, ambas con influencia en el sector público, ya habían avanzado hacia una huelga de impacto reducido. Héctor Daer, que estaba de anfitrión de 20 dirigentes en Sanidad, cruzó llamados y mensajes con el senador José Mayans, vicepresidente del partido. También habló con el bancario Sergio Palazzo, uno de los interlocutores sindicales favorito de Cristina Kirchner. Unos minutos antes de la hora pautada para el encuentro se conoció que el Tribunal Oral Federal N°2 autorizaba finalmente la prisión domiciliaria y de esa manera se desactivaba la caravana a los tribunales de Comodoro Py para cortejar la entrega a la Justicia de la expresidenta. El dinamismo de los hechos hizo que se cancelara la visita de los gremios a Matheu y que el apoyo de la CGT se limite a un comunicado, a solo algo retórico. “Nos pronunciamos. Punto y aparte”, dijo un sindicalista, seco y tajante.
La decisión de Hugo Moyano de haberse puesto al frente de la resistencia contra Cristina Kirchner tiene su raíz en el pasado no tan lejano. El 15 de diciembre de 2011 el jefe de los camioneros reunió a una multitud de militantes de su gremio en el estadio de Huracán. Bajo la lluvia, renunció ese mediodía a la mesa de conducción del PJ, al que consideró “una cáscara vacía”, y le respondió directamente a Cristina, que cinco días antes, al asumir su segundo mandato como presidenta con el 54% de los votos, lo había acusado por “extorsión y chantaje”. Simbolizó el principio de una ruptura cuyas heridas no cicatrizaron jamás. Aquel día, Moyano habló flanqueado de su hijo Pablo, que vestía una remera blanca con una leyenda: “Reparto de ganancias, ya”. Hoy los caminos de Hugo y Pablo se bifurcaron y no hubo ni siquiera un llamado para el Día del Padre, según fuentes confiables que conocen la dinámica familiar del clan camionero.
Durante el debate con sus colegas sindicales en Sanidad, Moyano debió aclarar que la visita de su hijo Pablo a Cristina en San José 1111, el viernes previo, había corrido por cuenta propia. Detrás de ese encuentro habría tenido mucho que ver un intendente camporista que supo asesorar en temas legales a gremios moyanistas. Pablo Moyano asistió con su hijo Facundo y no abrió el juego al puñado de laderos sindicales que aún frecuenta. Se solidarizó con Cristina, pero en la movilización del miércoles en Plaza de Mayo casi no hubo rastros de la militancia camionera.
Se abre un interrogante sobre el futuro de Pablo Moyano. No participa activamente del manejo del gremio desde hace seis meses y está dedicado casi exclusivamente a la gestión deportiva del Club Camioneros, según dos fuentes que orbitan alrededor del círculo familiar. Tampoco mostró interés cuando fue consultado por colegas transportistas para apuntalar un rejunte de gremios y organizaciones sociales dispuestas a enfrentar a Milei, como lo fue el MTA durante el menemismo. En la sede central del sindicato, en San José 1781, a seis cuadras de lo de Cristina, circulan cada vez con más fuerzas las versiones de que Hugo se inclinaría por Omar Pérez o Marcelo Aparicio como eventuales sucesores. “El heredero tiene que tener sí o sí apellido Moyano”, cortó cualquier especulación un interlocutor habitual con los diferentes miembros del clan. Detrás de Pablo, están Karina, Hugo (h.), Facundo, Jerónimo y Paola, que es la única que hoy no está vinculada de manera directa con el sindicato. Hugo Moyano tiene 81 años y el actual mandato, el décimo en cadena, finaliza recién en 2027. Luce todavía lejano el desenlace por la sucesión.
Diferente es lo que sucede en la CGT. El proceso de renovación se aceleró a partir de las diferencias internas sobre cómo relacionarse con el gobierno de Milei y se agitó después de retacearle el apoyo a Cristina por su condena a prisión domiciliaria. Entre octubre y noviembre se desarticulará el triunvirato de mando que integran Daer, Carlos Acuña y Octavio Argüello. Simbolizará algo más que un enroque de nombres: será un forzado recambio generacional que amenaza con tener un efecto cascada en otros sindicatos. La intención en la CGT es tratar de impulsar un solo líder, que reúna el consenso de las diferentes tribus. Pica hoy en punta el santafecino Jorge Sola, del Sindicato del Seguro. En paralelo, sin embargo, se gestan dos bandos opuestos: uno dispuesto a empoderar a un dirigente con perfil netamente opositor, como podría ser Abel Furlán (UOM), mientras que otro sector busca enviar señales de tregua a Milei y echó a rodar los nombres de Daniel Vila (Carga y Descarga), el dirigente que talla en los centros de distribución de Mercado Libre, y Cristian Jerónimo (Vidrio), que se jacta internamente de tener línea directa con Santiago Caputo, asesor del Presidente. El rompecabezas no está ajeno a la atomización peronista.
En medio de esta barahúnda, desde la CGT surgieron señales de rendición ante el Gobierno en una pulseada determinante: las paritarias. Son cada vez más los gremios que aceptan la suba mensual de 1% como pauta de referencia. Se recurrió como atajo a la suma no remunerativa adicional para destrabar algunos acuerdos que venían perdiendo frente a la inflación. Se tratan de pagos sin aportes que no incrementan la base salarial. Parches que no permiten el repunte del salario a pesar de la desaceleración inflacionaria. Celebra el ministro de Economía, Luis Caputo, que está dispuesto a colonizar la Secretaría de Trabajo con tropa propia. Su avanzada generó algún cortocircuito con Sandra Pettovello, a cargo de Capital Humano, el mega ministerio del que depende la cartera laboral.
En la letra chica de algunos acuerdos paritarios comienza a hacerse habitual el aporte de los empresarios a la obra social. Moyano, por ejemplo, ya lo adquirió como un derecho. Hoy casi todas las obras sociales están en crisis y recurren a los fondos del gremio para no bajar sus persianas y desatender las prestaciones. Como nunca antes, el Fondo Solidario de Redistribución, que se financia con el aporte obligatorio que se les retiene mensualmente a los trabajadores registrados de sus salarios, quedó en números negativos por el salto en los costos para cubrir los tratamientos por discapacidad.
Hay un conflicto en ciernes con el Gobierno por una reciente normativa que obliga a las prestadoras a dar una respuesta al afiliado dentro de los cinco días hábiles para autorizar tratamientos. Si no lo hacen, son multadas. El sistema laboral y sanitario podría sufrir un giro si prospera una idea que el ministro de Salud, Mario Lugones, deslizó en exposiciones antes de ser funcionario. Se trata de darle la posibilidad al empleado registrado de elegir que el aporte obligatorio que hoy hacen los empleadores en vez de ir a la obra social o a la prepaga vaya a su bolsillo. El salario sería así un 6% mayor, pero el empleado estaría sin cobertura médica privada. Una disyuntiva compleja mientras la motosierra avance sobre la salud pública.
Si bien esta reforma no formaría hoy parte de la agenda del Gobierno, hay otras iniciativas que sí. Temen en la CGT que Milei de un giro y finalmente habilite a su tropa de legisladores a acompañar a la UCR, Pro y la Coalición Cívica en sus proyectos para limitar el poder de recaudación y representación de los gremios. En 2024, el oficialismo no acompañó a sus aliados y hubo 28 iniciativas que no prosperaron en la Comisión de Legislación del Trabajo. ¿Qué hará este año? ¿O el próximo? En los gremios tomaron nota del reciente decreto presidencial que intentó limitar el derecho a la huelga y sospechan que se acabó la tregua. ¿Llegó la hora de la resistencia o de la rendición? Ni de una, ni de la otra, dicen por ahora en la CGT.
,macri saliendo de los tribunales de dolores,ara san juan, espionaje, mauricio macri, política
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