POLITICA
Cuando la ley pesa distinto: La impunidad de Carlos Bianco y el despido de Héctor José Banchero

La doble vara de la política vuelve a quedar al descubierto cuando a un simple trabajador, que cometió exactamente el mismo error que un ministro, es eyectado sin mediar palabra, mientras que a los amigos del poder se los encubre y resguarda de las consecuencias de su propia estupidez.
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Días atrás, en horas de la madrugada, el ministro de Gobierno de provincia de Buenos Aires, Carlos Bianco, fue noticia por protagonizar un incidente que no trascendería sino hasta este martes: condujo luego de beber alcohol y se negó a un test de alcoholemia, por lo que debieron retenerle su licencia de manejo. Pero, este hecho no solo generó un repudio masivo por la reciente aprobación de la ley de Alcohol Cero y el hecho de que sea un ministro de primera línea del gobierno de Axel Kicillof el que esté infringiendo las normas; sino también porque expuso la doble vara con la que se manejan en el territorio bonaerense.
¿Qué sucedió con Bianco?
Alrededor de la 1.00 de la mañana, en un control de alcoholemia en la autopista Buenos Aires – La Plata, Bianco fue detenido mientras conducía un Toyota Corolla, vehículo oficial perteneciente al gobierno provincial. El test preliminar dio positivo, confirmando la presencia de alcohol en su sistema, pero el funcionario se negó a realizar el segundo control que detalla cuánto es el grado de alcohol en sangre; ante el supuesto miedo de ser expuesto en redes sociales, lo que derivó en la retención de su licencia.
La ley nacional 27.714 de Alcohol Cero, vigente en rutas nacionales desde mayo de 2023, y su par provincial, la ley 15.402, son claras: no se tolera ningún nivel de alcohol en sangre al conducir. Negarse a un control, además, se equipara a una infracción grave, con sanciones que incluyen multas, inhabilitación para manejar e incluso el secuestro del vehículo. Sin embargo, para Bianco, el desenlace fue distinto, mejor dicho, tuvo un trato favorecedor.
Aunque perdió su licencia, el auto oficial no fue retenido -como manda la norma- y el ministro fue trasladado a su domicilio por otro funcionario, según informó la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV). Este trato diferencial no pasó desapercibido y rápidamente trajo a la memoria otros episodios que alimentan la percepción de una justicia para los amigos de poder y otra para los simples mortales.
Doble vara
A él, los policías le habrían exigido una coima importante para evitar el secuestro de su vehículo, pero al no contar con el dinero, no solo perdió su auto, sino que terminó siendo despedido de su puesto. La decisión, impulsada por las autoridades de ese entonces, tal como Gustavo Ferraresi, fue tajante: no hubo contemplaciones ni segundas oportunidades para un trabajador que, sin influencias ni poder, se enfrentó al peso completo de la ley.
El recibo de sueldo de Héctor José Banchero.

El cese de tareas de Héctor José Banchero.
La comparación entre ambos casos es inevitable e indignante: mientras a Banchero, un modesto empleado, fue eyectado del sistema sin titubeos, Bianco -una evidente figura clave del gobierno de la provincia de Buenos Aires, goza de ciertos beneficios y de una red de protección que, ni siquiera ante el revuelo mediático de este martes, abrió la oportunidad de esclarecer la situación.
Tampoco lo hizo el propio Bianco, aunque sí intentó hacerlo en su primera declaración pública tras el incidente. El lunes por la mañana, en una entrevista radial, el funcionario aseguró que «no había tomado» y justificó su negativa al segundo testo diciendo que lo estaban filmando con intenciones de escracharlo, por lo que prefirió que le «hicieran el acta directamente». Por supuesto, el periodista no volvió a repreguntar.
Carlos Bianco, ministro de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, habló con @pviloutaoficial en #Vilouta910 y aclaró el episodio por el que le quitaron la licencia de conducir tras no querer someterse a un control de alcoholemia en la Autopista Buenos Aires-La Plata. pic.twitter.com/AfX0o41ZAB
— Radio La Red – AM 910 ???? (@radiolared) April 8, 2025
Pero, el ministro mintió. La ANSV, desmintió su relato inicial alegando que, para que el retiro de su licencia se haya hecho, primero le hicieron un test preliminar que dio positivo. Evidenciando que sí había bebido, pero que no permitió que se le realice el segundo que detallaría con precisión el alcohol en sangre. Entonces, la contradicción del funcionario no solo debilita su credibilidad, sino que pone en evidencia la impunidad con la que los políticos y amigos del poder creen poder manejarse.
Para agravar aún más su situación, el vehículo oficial que conducía Bianco acumula 137 multas impagas que superan los 22 millones de pesos, una cifra que indigna en un contexto de ajuste económico y salarios que no alcanzan. ¿Cómo es posible que un auto del estado, usado por un ministro, circule con semejante deuda sin consecuencias? Y en caso que estén pensando en cancelarla, ¿lo harán con fondos públicos?
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POLITICA
Martín Caparrós cuestionó los dos últimos discursos de Javier Milei: “Señor desgraciado”

El periodista y escritor Martín Caparrós analizó los últimos dos discursos que brindó Javier Milei en las últimas 24 horas, ambos con la mira puesta en las elecciones legislativas bonaerenses del próximo 7 de septiembre.
En X, Caparrós planteó algunas dudas e interrogantes sobre la manera de hablar del jefe de Estado. “¿Qué le pasa a la Argentina que se dejó conducir por un señor tan desgraciado?“, se preguntó, entre otras cosas.
En principio, el escritor compartió un fragmento de la alocución de Milei durante una cena privada del Yacht Club, donde el mandatario lanzó: “Entonces, mientras las basuras, las ratas inmundas… mis excompañeritos de trabajo [los diputados]… quieran reventarnos el resultado fiscal con políticas demagógicas, lo que no se dan cuenta es que podrán retrasar un poco el ritmo al que nos expandimos, pero la gente los va a castigar“.
“La gente entendió que ajustar al fisco es devolverle el dinero a la gente, y la gente está mejor. ¿La crueldad? Sí, soy cruel. Soy cruel, kukas inmundos. Soy cruel con ustedes, con los gastadores, con los empleados públicos, con los estatistas, con los que les rompen el culo (sic) a los argentinos de bien», completó el Presidente, eufórico.
Tras escuchar sus palabras, Caparrós escribió en la red social: “De verdad es pregunta: ¿hay algún otro país donde el presidente hable de sus conciudadanos en estos términos? Y si la respuesta es, como sospecho, que no: ¿qué le pasó o que le pasa a la Argentina para dejarse conducir por un señor tan desgraciado? ¿Esto es lo que somos?“.
Este jueves, Milei cerró asimismo el primer congreso libertario en territorio bonaerense, donde profirió insultos contra Axel Kicillof, Martín Guzmán, Cristina Kirchner y miembros del Congreso. El periodista volvió a tomar postura sobre los dichos del Presidente pero, esta vez, lo hizo a través de un retuit a María O’Donnell.
“‘Basuras, ratas inmundas, parásitos mentales, burros sin atributo’: insultos, groserías, que deshumanizan al adversario político, combinados con un discurso que a la vez tiene tono bélico: ‘el enemigo ha sido identificado’“, opinó la conductora de “De acá en más” en Urbana Play, palabras que Caparrós hizo propias.
El miércoles por la noche, desde Puerto Madero, el mandatario ofreció un encendido mensaje ante funcionarios, empresarios que colaboraron con su campaña y dirigentes de La Libertad Avanza. En un clima de fuerte respaldo interno, combinó arengas electorales y duros ataques a la oposición, en especial contra Axel Kicillof.
Durante su intervención, aseguró que su espacio aún conserva el espíritu de “outsider” pese a haber llegado al poder, y volvió a plantear la necesidad de trasladar el modelo libertario a la provincia de Buenos Aires. Se mostró confiado en que LLA puede dar el “batacazo” e imponerse en las elecciones legislativas provinciales del 7 de septiembre y en las nacionales del 26 de octubre”. Reivindicó, además, su programa de ajuste como un mecanismo “híperpopular” y cargó con dureza contra quienes cuestionan su política económica.
En su tono más confrontativo, acusó a los gobernadores de incumplir con el compromiso de reducir el gasto público, los acusó de defender “privilegios” y los vinculó con la “casta”. Volvió a referirse a Kicillof como “el soviético” y criticó lo que considera un uso discrecional del presupuesto bonaerense para oponerse a su gobierno.
Milei también retomó las declaraciones del abogado chileno Axel Kaiser, quien había definido a los sectores de izquierda como “parásitos mentales”, y se apropió del término para descalificar al kirchnerismo, al feminismo y al progresismo en general. “Tienen la cabeza llena de todas las porquerías malas”, afirmó.
Sobre el cierre, se mostró orgulloso de la radicalización del gabinete y celebró que su equipo esté, según sus palabras, “cada vez más talibanizado”. Agradeció especialmente al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, por ser el “nexo” entre los sectores más moderados y los “halcones” del Gobierno, y destacó también a su hermana Karina Milei, a Martín Menem y al asesor Santiago Caputo por su rol en la consolidación del espacio oficialista.
Con la misma efervescencia, el líder del Ejecutivo cerró este jueves el primer congreso libertario bonaerense en La Plata. Fue especialmente crítico con la gestión bonaerense. Acusó a Kicillof de ser un “pichón de Stalin”.
En un tono confrontativo, arremetió contra el endeudamiento de la Provincia y criticó el uso del gasto público: “Son brutos y amantes del déficit fiscal. Nunca se le pasó por la cabeza a este pelotudo [Kicillof] bajar el gasto público”. También se refirió a exfuncionarios como Martín Guzmán, a quien calificó “chanta”.
Sobre el final de su discurso, advirtió que, de continuar este rumbo, “la provincia de Buenos Aires se convertirá en una villa miseria gigante” y la definió como “el último bastión del credo miserable del Estado presente”.
Concluyó con un mensaje para la militancia, cargado de consignas de campaña: “Vamos a ir por la provincia de Buenos Aires. Vamos a terminar con todos estos parásitos mentales del partido del Estado”.
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La Libertad Avanza lanzó la campaña en PBA, mostró unidad y busca replicar la estrategia que le dio la victoria en CABA

Tras el congreso libertario, que se realizó este jueves en La Plata, el Gobierno inició la campaña para las elecciones legislativas en Buenos Aires con el lema: “Es kirchnerismo o libertad”. A pesar de que serán en septiembre, la proximidad del cierre de alianzas y listas genera expectativas en el espacio.
La Libertad Avanza se mostró por primera vez en el territorio que gobierna Axel Kicillof. Además de lanzar fuertes críticas hacia el mandatario provincial, definió el trazo grueso de la estrategia para la elección: replicar en PBA el modelo que Javier Milei implementa a nivel nacional.
Leé también: Milei cerró el congreso de La Libertad Avanza en La Plata con chicanas contra Kicillof: “Pichón de Stalin”
“Ya demostramos lo que somos capaces de hacer, ahora vamos a terminar el trabajo: vamos por la provincia de Buenos Aires”, arengó el líder libertario durante el acto en la capital provincial.
Por otro lado, Milei repitió algo que desde hace tiempo vienen expresando distintos funcionarios de LLA: “Hay que teñir la provincia de violeta”.
Sus palabras demostraron que –aunque se mantiene la negociación con el PRO por la alianza en el territorio-, los líderes del espacio están convencidos de que el sello que puede ganarle al kirchnerismo es el de La Libertad Avanza.
Sin embargo, el jefe de Estado no dejó de lado a todos aquellos políticos que quieran sumarse a sus filas: “Siempre digo que acá hay lugar para todos los que quieran dar las ideas de la libertad, sin importar de dónde hayan venido: tabula rasa». Aunque advirtió: “Por la inversa, esto significa que quien se quiera servir del partido para hacer plata, para hacer clientelismo y todos los tejemanejes de la política, no merece estar aquí“.
De esta manera, el oficialismo nacional buscó mostrarse con músculo en la provincia. Durante el congreso presentó a su mesa política y también dio a conocer las encuestas que le realizaron a más de 20.000 personas.
Leé también: Javier Milei busca contener la interna entre Santiago Caputo y los Menem para evitar que impacte en LLA
Sobre la base de esos documentos, los libertarios aseguraron que la primera problemática de los bonaerenses es la inseguridad: “El 70,4% dice que la seguridad es la crisis más importante”. La segunda gran preocupación -según manifestaron desde LLA- es la salud.
“Estamos llevando adelante el primer Congreso de la Libertad Bonaerense, un encuentro con todo el equipo de La Libertad Avanza para poder dar respuesta a las demandas de todos los habitantes de la Provincia”, dijo en sus redes sociales Sebastián Pareja, el organizador del acto y armador de PBA.

No fue la única repercusión del congreso. Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, compartió una foto con todos los presentes en La Plata. “¡Viva la libertad carajo!“, escribió.
“Empezamos a escribir otra historia para nuestra Provincia. Dejamos atrás el abandono y caminamos hacia la libertad”, sostuvo la cuenta oficial de LLA en PBA.
Muchos de estos mensajes fueron replicados y compartidos por Javier Milei en su cuenta de X.
Javier Milei, Buenos Aires, Elecciones, Gobierno
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Milei patea para adelante y gana, con ayuda

A pesar de la reivindicación permanente de su condición de outsider rupturista, Javier Milei sigue en estos meses una antigua táctica de la vieja dirigencia tanto en parte de la gestión económica como en materia política. Y no le está yendo nada mal. Por mérito propio y gracias a la ayuda, la conveniencia y la impotencia de sus aliados, sus adversarios amigables y sus rivales.
Las evidencias muestran que patear para adelante durante los años electorales cuestiones que podrían tener impacto negativo en las urnas sigue tan vigente como siempre, hasta en este gobierno excéntrico. Aunque en varias materias relevantes Milei y su equipo continúen aplicando a rajatabla el manual de romper lo viejo para construir lo nuevo. Tanto en la narrativa como en la práctica, y siempre potenciando el valor simbólico de cada acción así como la fabricación de enemigos (y fantasmas amenazantes).
El pragmatismo político de meter cosas incómodas bajo la alfombra del tiempo se verifica en varias materias: desde la política cambiaria hasta el armado electoral, pasando por la (no) investigación del criptoescándalo $LIBRA.
Algunos de los mejores ejemplos de esa táctica (pero no los únicos) son la intervención oficial para contener el tipo de cambio y la postergación sine die de la acumulación de reservas (a pesar de los compromisos asumidos y no cumplidos con el Fondo Monetario Internacional) con el objetivo mayor de sostener el gran activo político económico de haber bajado drásticamente la inflación. Lo mismo ocurre con la rémora en la reducción de cargas tributarias (verbigracia, retenciones a las exportaciones). Y la lista sigue.
Nada altera esa táctica, pese a las consecuencias indeseadas, que podrían agravarse con el paso del tiempo y respecto de las cuales ya se encienden algunas luces de alerta. TMAP (todo marcha acorde al plan), según la neolengua libertaria. Aunque no sea muy novedoso, La Liberad Avanza (LLA) juega mirando el reloj, como muchos otros gobiernos. Lo disimulan, pero no se sonrojan cuando se lo señalan. El FMI acaba de comprobarlo. Y de tolerárselo. Otra vez.
Los datos duros revelan que el impacto de la política económica nacional en la actividad de muchos sectores ha empezado a mostrar signos negativos en consumos básicos, empleo y recaudación de impuestos y tasas, sobre todo en el plano subnacional, como lo sufren gobernadores e intendentes.
El Gobierno prefiere potenciar los datos macroeconómicos generales, sin reparar en particularidades, aunque “en el promedio se ahoguen los enanos”, como le gusta decir a Juan Carlos “El profe” de Pablo, el amigo y contertulio de las veladas operísticas del Presidente.
“Si nos quedamos mirando situaciones particulares corremos el riesgo de desviarnos del objetivo principal. Y sabemos que en la transición va a haber daños colaterales: empresas que van a cerrar y gente que va a perder el trabajo. Por eso queremos hacer la reforma laboral para que se creen nuevos empleos para los que los pierdan con el cierre de empresas inviables. Es el costo que hay que pagar. A nosotros nos importa el empleo, no la desigualdad”, admite con sinceridad brutal una de las personas que en el proceso de transformación más escucha Milei. Un mundo para sobrevivientes.
En este mientras tanto los grandes números positivos tienen una contracara menos amable: “En mi municipio la recaudación por la tasa de seguridad e higiene, que es la que mejor refleja la actividad, está en niveles de la pandemia”. Una afirmación casi calcada es repetida por jefes comunales del favorecido conurbano norte y de la complicada zona sur del Gran Buenos Aires, así como de la próspera zona núcleo bonaerense.
Sin embargo, el Gobierno se apoya en su predominio en la opinión pública, apuntalado por la abrupta y sostenida caída de la inflación, ese flagelo que impedía imaginar un futuro más largo que el fin de semana, y por el recuerdo vivo de los fracasos de los tres gobiernos anteriores, de los cuales la sociedad salió peor de lo que entró, con la convicción de que la calidad de vida de buena parte de los dirigentes políticos responsables de esos gobiernos mejoró respecto de cómo comenzaron. El pasado y algunos factores del presente siguen apuntalando a Milei, aunque haya nuevas dudas sobre el futuro. Una ecuación imbatible. Al menos, por ahora.
En ese contexto se desenvuelven las discusiones sobre los armados electorales, que en estos días tienen en el centro de la escena a la provincia de Buenos Aires, ya que falta demasiado poco para la presentación de las listas. A pesar de esos plazos exiguos, todo se desarrolla con lentitud y complicaciones.
Se trata de un escenario casi ideal para el oficialismo, que también en este plano apuesta a patear para adelante, mientras sus aliados y rivales siguen enredados en sus disputas sin poder saldarlas ni empezar a construir una oferta propia. Solo hay que mirar lo que ocurre en el seno del macrismo, donde cada noticia de los diálogos con el oficialismo es una expresión de concesiones sin evidencia de negociación.
En el Gobierno ya dan por hecho la rendición casi incondicional de Pro, tanto para incorporarse a las listas bonaerenses como para aceptar el nombre de Frente de la Libertad Avanza, sin pretensión alguna de ocultar que se trata de una adhesión antes que de una alianza.
Otro tanto dicen que ocurrirá con los lugares por ocupar en las listas, sobre todo para la elección de diputados nacionales, que se da por hecho encabezará el amigo presidencial José Luis Espert. A pesar de los deseos de Diego Santilli, el exColo devenido en violeta furioso, a quien se ocupó de maltratar con saña en su programa de streaming uno de los comunicadores libertarios preferidos del Presidente.
“Los años electorales dificultan y demoran la toma de decisiones y, a veces, como ahora, aburren”, señala uno de los principales consejeros de Milei, lo que implica una admisión de la voluntad de patear para adelante temas espinosos, tanto como revela dos convicciones.
Una es que para la Casa Rosada ya está cerrado todo con Pro a pesar de la reticencia que todavía tienen varios intendentes amarillos bonaerenses, particularmente de la segunda elección electoral (por caso Junín y Pergamino), que temen que le intrusen el territorio y les compliquen la gestión los futuros ediles sin obtener nada a cambio, más que la mínima y elemental promesa de no afectar la gobernabilidad, como aceptó el embajador de Mauricio Macri tras el diálogo con Sebastián Pareja y Karina Milei, dueña de la lapicera y del armado electoral.
La otra convicción mileísta es que da por ganada la elección de medio término, sobre todo, en el plano nacional y que contará con un bloque o un interbloque que lo dejaría muy cerca de tener el quorum para sesionar y bloquear cualquier posibilidad de revertir los vetos presidenciales de leyes que el Gobierno considere contrarias a sus intereses.
“A Javier solo le importa tener las manos para que aprueben las reformas de fondo que hay que hacer después de las elecciones. Eso tenemos que asegurarle. Después de octubre empezará lo más importante y lo más desafiante. El año de La Libertad Avanza no es 2025, sino 2027”, dicen en las oficinas más cercanas al despacho presidencial.
Ese nuevo ordenamiento parlamentario es uno de los compromisos que asumió Ritondo en la Casa Rosada y, a cambio, habría obtenido lugares en la gestión y en las listas para, al menos, tres nombres. Él afirma que pretende seguir con un rol estelar en Diputados, donde hoy preside el bloque de Pro. Habrá que ver cuántos legisladores macristas estarán dispuestos a apoyar proyectos oficialistas sin beneficio de inventario. Tras la elección porteña, algunos parecen haber recuperado el pensamiento crítico.
En este desigual toma y daca superestructural entre macristas y libertarios, en el que se patean para adelante las demandas de algunos intendentes reticentes, también ya tendría asegurado un lugar el alcalde marplatense, Guillermo Montenegro, el tercer habitué de las reuniones entre amarillos y violetas. Lo admite el triángulo de hierro.
“En noviembre habrá una nueva realidad con un oficialismo más grande, tanto en el Congreso, como en las legislaturas provinciales. Y, seguramente, también en la gestión. Por ejemplo, con algunas incorporaciones de dirigentes que originalmente no eran libertarios. Podría ser el caso de Montenegro”, reconoce un estrecho colaborador del Presidente.
Fuentes del primer piso de la Casa Rosada dicen que el destino del actual intendente de General Pueyrredón podría ser de mayor relevancia que el que ha circulado hasta ahora. “Si, como es casi seguro, Patricia [Bullrich] va de candidata a senadora por la Ciudad, Montenegro podría ser la cabeza de un súper ministerio que reúna Seguridad y Justicia”, revelan. Así, no solo saldría del Gabinete Bullrich (a su pesar si no deja ella un sucesor) sino también Mariano Cúneo Libarona, a quien se señalaba como la primera víctima de la nueva realidad.
Lo que sí descartan en el triángulo de hierro es que el esquema político que alumbren las elecciones de octubre sea una alianza gubernamental violeta-amarilla, aunque en el plano parlamentario cuiden las formas y preserven el nombre de Pro con un interbloque. “Los que se sumen van a venir a nombre propio, porque total, en la práctica, Pro va a dejar de existir”, afirma un alto funcionario mileísta con la crudeza que los caracteriza. Les sobra optimismo, pero también realismo.
No es muy distinto eso de lo que asumen sobre el futuro de su espacio los embajadores macristas (que para muchos ya son acreditados del mileísmo en las filas amarillas).
“Tenemos que ir con ellos [por los libertarios] y no tenemos capacidad para exigir condiciones, aunque algunos intendentes nuestros se crean con más poder del que tienen. Las encuestas muestran una polarización total. Si vamos solos sacaremos no más del 6%, con lo que no meteremos ni un diputado ni un senador y ponemos en juego 12 bancas de 22”, se resigna (o justifica) uno de los “negociadores” amarillos.
El Gobierno y los interlocutores en nombre del macrismo avanzan en sus propios acuerdos, mientras el tiempo corre, con la pretensión de imponerle a los dubitativos la política de hechos consumados.
Algo bastante similar ocurre en el polo opuesto del mapa político bonaerense. El cristicamporismo, potenciado por la recobrada centralidad de Cristina Kirchner, tras su condena, busca prolongar esa revitalización para discutir con el kicillofismo y sus intendentes las listas y el correspondiente reparto de lugares. La imposibilidad de que la expresidenta sea candidata abrió un nuevo y complicado escenario.
No queda mucho tiempo y la distancia entre las facciones en disputa sigue siendo amplia, pero todos dicen querer la unidad, aunque más no sea por una cuestión de supervivencia. “Hoy las encuestas no nos aseguran un triunfo ni siquiera unidos, pero sí un resultado más que digno. En cambio, si vamos divididos habrá una victoria segura de los libertarios, que podría ser catastrófica”, dice una de las personas autorizadas a hablar por Máximo Kirchner. Del lado kicillofista de la vida la perspectiva no es muy diferente, aunque dicen no estar dispuestos a juntarse a cualquier precio.
En la provincia de Buenos Aires solo faltan 10 días para la inscripción de frentes o alianzas y 20 días para el cierre de listas. Solo el Gobierno parece beneficiarse pateando la pelota para adelante, con la ayuda de aliados y adversarios. Por ahora.
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