POLITICA
Cuánto se equivocaron las encuestas históricamente en EE.UU. y qué pronostica la que estuvo más cerca del resultado final en 2020
Comienza una semana electoral clave en Estados Unidos: el expresidente republicano Donald Trump intentará regresar a la Casa Blanca mientras la vicepresidenta Kamala Harris buscará mantener al Partido Demócrata en el poder. Los sondeos muestran que Harris y Trump van a la par a nivel nacional y en los estados más disputados.
Los sondeos electorales en Estados Unidos son una herramienta clave para medir la intención de voto y entender las tendencias de opinión pública en tiempo real. Aunque han sido fundamentales en la cobertura de elecciones presidenciales y legislativas, en los últimos años han enfrentado crecientes desafíos de precisión. Factores como la baja tasa de respuesta, la dificultad para capturar ciertas demografías y el impacto de nuevas metodologías digitales han influido en su desempeño.
A pesar de ello, firmas como AtlasIntel han logrado destacarse al reducir los márgenes de error mediante técnicas avanzadas de recopilación y análisis de datos, lo que les ha permitido generar estimaciones más cercanas a los resultados reales en algunos estados clave y a nivel nacional.
Finally, here's how the most prolific pollsters fared in the general election.
The best-performing pollster was AtlasIntel!
Second was Trafalgar!
Yeah, they incorrectly had Trump winning a few states, but they were close on the margins, and that's the better metric. pic.twitter.com/yqfbjCequB
— Nate Silver (@NateSilver538) March 25, 2021
¿Qué pasó en 2012?
En las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2012, la mayoría de las encuestas previas a la elección predijeron una contienda muy cerrada entre el presidente Barack Obama y el candidato republicano Mitt Romney. Sin embargo, el resultado final fue una victoria más clara de lo que varios sondeos anticiparon, aunque algunos acertaron en pronosticar el ganador.
En la semana previa a las elecciones, la mayoría de las encuestas nacionales mostraban un empate o una ventaja leve de Obama, generalmente de entre 1% y 3%. Lo que arrojaba un promedio de Obama 48,8% y Romney 48,1%. Pero finalmente el segundo mandato del expresidente demócrata comenzó con un apoyo del 51,1% en las urnas, por encima de lo estimado y superando con mayor diferencia de la prevista el 47,2% que obtuvo Romney.
Las encuestas nacionales no fallaron considerablemente en el voto popular. La diferencia final fue ligeramente mayor que la predicha en la mayoría de las encuestas.
En estados clave como Ohio, Florida, Virginia y Colorado, considerados “swing states”, Obama tenía una ventaja en la mayoría de las encuestas, aunque la diferencia era mínima, generalmente de entre 2% y 4%. Estos estados eran cruciales para determinar el resultado final.
Agregadores de encuestas como el modelo de Nate Silver en FiveThirtyEight y otros análisis de The New York Times y RealClearPolitics fueron efectivos al promediar encuestas y ajustar por sesgos estadísticos, y en muchos casos predijeron correctamente los resultados estado por estado.
Si bien las encuestas nacionales mostraban una elección muy cerrada, los analistas de modelos ajustados al Colegio Electoral captaron mejor la ventaja de Obama en estados clave, lo que le daba una probabilidad de reelección mucho mayor.
En general, las encuestas de 2012 resultaron bastante precisas en términos de pronosticar el ganador y fueron más exactas en el margen de error que en otras elecciones estadounidenses posteriores, como en 2016 o 2020.
Sorpresa generalizada en 2016
En la elección presidencial de Estados Unidos de 2016, las encuestas previas subestimaron el apoyo a Donald Trump, especialmente en los estados clave, lo que llevó a una sorpresa generalizada cuando ganó contra Hillary Clinton.
Las encuestas nacionales en promedio mostraban una ligera ventaja para Clinton, generalmente entre un 3% y un 4%. Al final, Clinton ganó el voto popular, pero solo por un margen de 2,1% (48,2% frente a 46,1%). Esto significa que el error promedio en el voto popular fue de aproximadamente 1-2 puntos porcentuales a favor de Clinton.
Aunque acertaron en que Clinton obtendría más votos que Trump a nivel nacional, muchas encuestas y modelos dieron a Clinton una probabilidad de victoria extremadamente alta en el Colegio Electoral, generalmente entre el 70% y el 99%. Esto fue una sobreestimación significativa.
En Estados clave como Pennsylvania, Michigan y Wisconsin, entre los denominados “swing states”, las encuestas subestimaron consistentemente el apoyo de Trump en estos estados. En Wisconsin, la mayoría de las encuestas mostraban a Clinton con una ventaja de entre 5 y 6 puntos, pero Trump ganó el estado por un margen del 0,7%. En Michigan, las encuestas indicaban que Clinton tenía una ventaja de 3-4 puntos, pero Trump ganó por 0,3%. Mientras que en Pensilvania, Clinton era favorita con un margen de entre 3 y 5 puntos en las encuestas, pero Trump ganó por 0,7%.
Estos errores fueron significativos porque estos tres estados, que no habían votado por un republicano en décadas, resultaron decisivos para la victoria de Trump en el Colegio Electoral.
En 2016, las encuestas no ponderaron adecuadamente el voto de personas sin estudios universitarios, especialmente en la población blanca. La subrepresentación de la clase trabajadora blanca no registró el fuerte apoyo a Trump entre estos votantes.
Muchos votantes indecisos se inclinaron por Trump en los últimos días, algo que las encuestas no pudieron prever. Además, algunos votantes no expresaron abiertamente su apoyo a Trump en las encuestas, lo cual generó el llamado “voto oculto” o “voto vergüenza”.
Persistieron los errores en 2020
En las elecciones de Estados Unidos de 2020, las encuestas volvieron a mostrar errores significativos, aunque esta vez en ambos niveles: tanto a nivel nacional en el voto popular como en estados clave.
Las encuestas nacionales mostraban a Joe Biden con una ventaja de alrededor de 8 a 10 puntos sobre Donald Trump en promedio. Al final, Biden ganó el voto popular, pero solo por un margen de aproximadamente 4,5% (51,3% frente al 46,8% de Trump). Esto significa que, a nivel nacional, las encuestas se equivocaron en 3-4 puntos a favor de Biden.
En varios estados decisivos, las encuestas subestimaron el apoyo a Trump, mostrando una tendencia similar a la de 2016, aunque esta vez con errores incluso mayores en algunos estados. En Wisconsin, Las encuestas mostraban a Biden con una ventaja de entre 8 y 10 puntos. Biden ganó el estado, pero por un margen de solo 0.6%, un error de alrededor de 7-9 puntos. En Florida, Las encuestas mostraban a Biden con una ventaja de alrededor de 2-3 puntos, pero Trump ganó el estado por un margen de 3.4%, lo que representa un error de 5-6 puntos. Mientras que en Iowa y Ohio, mostraban empates técnicos o una leve ventaja para Biden en algunas encuestas. Sin embargo, Trump ganó Iowa por 8.2% y Ohio por 8.1%, lo cual representa un error de 7-8 puntos en cada uno.
Al igual que en 2016, las encuestas subestimaron el apoyo de Trump en áreas rurales y entre personas sin título universitario. La metodología de las encuestas no logró captar adecuadamente a este grupo de votantes. El COVID-19 dificultó los métodos tradicionales de recolección de datos y afectó las tasas de respuesta. Los partidarios de Trump parecían menos propensos a responder encuestas, lo que introdujo un sesgo adicional. Algunos votantes de Trump pudieron no haber expresado su verdadera preferencia en las encuestas, fenómeno similar al “voto oculto” de 2016. Además, la desconfianza hacia los medios y las encuestas por parte de estos votantes pudo haber llevado a una menor tasa de respuesta en las encuestas.
¿Qué dice ahora la encuestadora que mejores resultados obtuvo antes?
En el último sondeo publicado el pasado sábado 2 de noviembre, la encuestadora Atlas Intel, aquella que tuvo el mejor desempeño en las elecciones presidenciales de 2020, con un error promedio de 2,01 puntos porcentuales, indicó una victoria tentativa del candidato republicano.
En las elecciones anteriores, estimaron una ventaja de 4,7 puntos porcentuales para Joe Biden, lo cual probablemente sea la estimación más precisa del voto popular en EE.UU., mientras que en esta ocasión auguran una ventaja de Donald Trump de 1,8 puntos porcentuales.
ATLAS POLL – AMERICAN ELECTIONS
Kamala Harris's support remains stable since the launch of her campaign. Trump shows a slight fluctuation, reaching 49% in voting intention.
🔴 Trump: 49%
🔵 Harris: 47.2%
⚪ Others/undecided: 3.8% pic.twitter.com/WByeX1ltQ5— AtlasIntel (@atlas_intel) November 3, 2024
Agencia Reuters y diarios The New York Times y The Washington Post
POLITICA
La esposa del gendarme detenido en Venezuela pidió una “fe de vida” al régimen de Maduro
En vísperas de que se cumplan dos semanas desde la detención del gendarme Nahuel Agustín Gallo, su esposa, María Gómez, pidió al régimen de Nicolás Maduro que informe sobre el estado de su marido. “Lo que más queremos es que se nos diga en qué condiciones está, que se nos haga una fe de vida. Ya van 13 días sin saber nada de Nahuel. Queremos la fe de vida”, expresó Gómez.
Argentina exigió explicaciones por la desaparición de un gendarme en Venezuela y reclamó por los asilados
“No hay nada diferente. Se está trabajando bajo los mismos canales diplomáticos. Hay muchos interrogantes, nos hacemos muchas preguntas, pero información clara aún no tenemos nada” aseveró la mujer del gendarme a TN.
“Queríamos pasar las fiestas de diciembre juntos. Se nos parte el corazón. Estar atravesando este momento tan difícil es muy duro. Tratamos de asimilarlo todavía”, siguió Gómez. “Queremos salir de todo esto y regresarnos, porque la idea siempre fue volver a la Argentina. No hay nada más detrás de todo esto”.
El gendarme detenido trabajaba en un paso fronterizo entre Chile y Argentina. Se encontraba de vacaciones cuando partió para visitar a su pareja y su hijo, que vivían en Mendoza pero se radicaron hace siete meses en Venezuela para cuidar a la madre de Gómez.
Luego de un largo periplo para ver a su familia, Gallo fue detenido bajo la acusación de espionaje por autoridades de la inteligencia bolivariana en la frontera colombiano-venezolana mientras realizaba tramites con personal de Migraciones de Venezuela. Su última comunicación fue el 8 de diciembre a las 10:57 y la última vez que se lo vio era llevado en un auto negro.
El Gobierno argentino difundió el caso el viernes pasado, cuando se elevaron los primeros reclamos públicos acerca de la detención para forzar la aparición del gendarme. Desde el lado venezolano, el número dos del régimen chavista, Diosdado Cabello, confirmó la detención de Gallo bajo la acusación de espionaje.
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