¿Y quiénes llaman a Stiuso de nuevo?

Primero fue la Cámara de Casación, que hace dos semanas anuló la absolución de los policías bonaerenses acusados de asesinar al agente de la SIDE Pedro El Lauchón Viale en su casa, de madrugada, durante un presunto operativo antidrogas.

El juicio debe hacerse de nuevo porque las defensas no aceptaron que declararan en las audiencias los testigos de una lista que proponía la familia de la víctima.

Entre esos nombres está Stiuso, jefe y amigo personal del espía asesinado.

El Lauchón recibió 11 balazos: seis en el tórax, tres en el brazo izquierdo, uno en la cadera y otro en la cara.

Fue una masacre anunciada.

Mientras los policías del Grupo Halcón que tiraron la puerta abajo aseguran que gritaban “Policía, Policía”, la mujer del Lauchón afirma que su marido gritó tres veces “chapa, chapa, chapa”, pidiendo que se identificaran porque no sabía quiénes irrumpían en su casa mientras él dormía.

Nadie esperó nada.

Hubo fuego cruzado y El Lauchón fue acribillado en calzoncillos, entre el pasillo y el baño.

Quedaron, sin embargo, marcas de tiros policiales en el living de la entrada, cuando El Lauchón nunca llegó hasta allí.

¿Los policías entraron directamente tirando? ¿Lo fueron a matar, como sostiene su familia? ¿Y por qué?

Las razones son oscuras como una trama de espías.

De un lado dicen que El Lauchón se habría acercado demasiado al grupo narco que debía investigar.

Del otro, que en la Bonaerense buscaban venganza contra Stiuso y sus hombres por viejos enconos, que habrían incluido la detención en San Martín del narco Mameluco Villalba a manos de la SIDE.

No un encono por celos profesionales, sino por negocios arruinados.

Lo cierto es que la Sala III de Casación -integrada por Carlos Mahiques, Javier Carbajo y Daniel Petrone- aceptó las apelaciones y ordenó que todo vuelva a empezar, con Stiuso declarando como testigo.

¿Eso aclarará la oscura muerte de Viale?

Siete días después de ese fallo, la Corte rechazó las apelaciones de Cristina Kirchner y ordenó que vaya a juicio oral por el Pacto con Irán, donde habrá 300 testigos.

¿Y quién es el testigo número 56?

Antonio Stiuso, el primero que dijo que el fiscal Nisman fue asesinado por investigar el Pacto con Irán.

Stiuso había aparecido por Comodoro Py hace tres años, cuando le notificaron que una denuncia suya contra Cristina Kirchner sería desestimada.

“Dejar atrás el pasado no es olvidar, ni negar lo ocurrido”, escribió entonces.

Ahora será, acaso, el testigo más temido por Cristina, justo en el juicio que ella siempre se obsesionó por evitar.

La fantasía sobre los archivos inagotables de los espías listos para el carpetazo asomó con la detención de Ariel Zanchetta, el año pasado, un “inorgánico” de la SIDE que cobraba del gobierno de Kicillof.

Pero Stiuso es otra cosa: él viene de las ligas mayores del espionaje criollo.

Cuánto hay de mito o de realidad en lo que sabe -y en lo que estará dispuesto a decir públicamente, bajo juramento– es algo que se verá en ambos juicios.

Ese enigma es, justamente, el negocio de los espías.