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Diez cosas a evitar con las personas que viven con alzhéimer

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Convivir con una persona que padece Alzheimer trae desafíos. Si bien el contacto con amigos, familiares y seres cercanos ofrece apoyo emocional y estimulación cognitiva, también puede llevar a situaciones difíciles que resulten agobiantes para todos.

Entender a fondo lo que ocurre con este trastorno y adoptar una actitud empática es un recurso para manejar las interacciones de forma más efectiva. Además, permite anticipar y minimizar situaciones que pueden ser conflictivas o que agravan la confusión y el estrés.

Estas son cosas, acciones o palabras a evitar, según el portal Mejor con salud.

1. No impongas cambios bruscos en su rutina

Ya sea que viva en el hogar o en un centro de cuidado, es crucial no imponerle modificaciones repentinas, ya que puede derivar en mayor confusión, estrés, desorientación o pérdida de confianza, lo que exacerba los síntomas. Su equilibrio emocional y cognitivo puede resultar perturbado por dichos cambios.

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En lo cotidiano: no modificar en exceso el horario de las comidas, las actividades o la rutina de sueño.

Variaciones en la alimentación: no cambiar los menús ofrecidos o las maneras de presentar las comidas.

En las relaciones sociales: no reducir el número de visitas familiares o la frecuencia de las interacciones sociales.

Dentro del entorno físico: no se recomienda alterar la decoración del hogar, mover los muebles o cambiar de domicilio de forma frecuente.

En el centro de cuidado: evitar cambiar de instituciones regularmente o que haya una rotación excesiva del personal médico o de los cuidadores.

2. No uses un tono de voz elevado, pero tampoco le hables como a un niño

Un tono elevado puede incrementar su ansiedad y confusión, empeorando los síntomas. Pero hablarles en un lenguaje infantil puede resultar despectivo e irrespetuoso, al punto de comprometer su autoconfianza y autoestima.

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Usá un lenguaje claro, pero que se adapte a su nivel de compresión. El tono de voz ha de ser calmado, a un volumen moderado, que transmita serenidad y consideración.

3. No muestres frustración

No es fácil presenciar cómo la memoria, el pensamiento y las habilidades funcionales se deterioran con el paso del tiempo. El proceso puede generarte sentimientos de frustración, pérdida y desesperanza, pero para que dichas emociones no se reflejen en la interacción, es importante mantener una actitud calmada y comprensiva, y ofrecer apoyo con paciencia.

La clave está en no enfocarse en lo que ya no puede hacer, sino en buscar actividades que se adapten a sus capacidades actuales, como caminar juntos, jugar a las cartas, armar rompecabezas, jugar juegos de roles o colaborar en tareas simples del hogar.

4. No lo fuerces a participar en actividades que no quiere

Esto aumenta su nivel de ansiedad, frustración, resistencia y estrés, lo que puede manifestarse con agitación, sensación de pérdida de control y deterioro de la relación con los cuidadores.

Es más beneficioso adaptar la rutina con quehaceres o aficiones que se amolden a sus aptitudes presentes y sean de su interés. Si participa de manera voluntaria y cómoda, su bienestar aumenta y el ambiente se torna más positivo.

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5. Evitá hacerle preguntas y corregir sus respuestas

Con el ánimo de evaluar la severidad del alzhéimer, algunos cometen el error de interrogarlos de forma constante. “¿Cómo me llamo? ¿Cuándo cumplís años? ¿Qué día es hoy?”.

El inconveniente es que estos cuestionamientos pasan por alto la naturaleza fluctuante de los síntomas del trastorno, donde no hay una progresión lineal y existen días mejores y días peores. Por otro lado, las preguntas no tienen ningún beneficio y pueden generar agitación e inquietud.

Algo similar ocurre cuando se intentan corregir de forma constante las respuestas dadas. En esta enfermedad hay una fuerte dificultad para recordar detalles y procesar información. Por ello, a veces pueden dar respuestas acertadas y otras veces no. La corrección constante puede causar inseguridad, estrés y problemas de autoestima.

6. No descuides la supervisión

Aunque el entorno parezca seguro, se pueden dar situaciones que ponen en riesgo su integridad. El deterioro cognitivo se manifiesta con problemas de memoria y dificultades en la toma de decisiones. Todo ello aumenta el riesgo de desorientación y accidentes como caídas, porque su coordinación puede fallar o porque no consiguen recordar conceptos básicos de seguridad.

Es posible que haya varios elementos que puedan suponer un peligro en estos contextos: muebles mal ubicados, escaleras, elementos de cocina, alfombras sueltas, cables, piedras, irregularidades en el suelo, etc.

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Asegurate de que siempre esté acompañado, inclusive, cuando tenga que ir al baño. Intentá minimizar las situaciones de riesgo con más seguridad en el hogar, eliminando obstáculos potenciales o cualquier objeto que consideres peligroso.

7. Evitá dejar la puerta principal del hogar abierta

Hay momentos puntuales en los que, tal vez, existan descuidos. Uno de los más riesgosos es dejar la puerta principal abierta y, si sale de la casa, puede olvidar cómo regresar. Esto trae otros problemas, como las crisis de ansiedad en la vía pública o una mayor exposición a peligros externos, entre los que están el tráfico y las caídas.

8. No discutas temas sensibles en su presencia

Las personas con alzhéimer tienen dificultades a la hora de procesar información, recordar detalles y tomar decisiones. Por eso, discutir frente a ellas asuntos sensibles, como problemas familiares o cuestiones negativas asociadas con su salud, puede detonar o intensificar los síntomas.

Todo ello los hace sentir abrumados e incapaces de comprender lo que ocurre a su alrededor, generando sentimientos de angustia, confusión y estrés. Intentá que las conversaciones sean siempre en un tono positivo y calmado, adaptadas a su nivel de comprensión.

9. No supongas que siempre están confundidos

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Si bien las dificultades para recordar o reconocer son las características más destacables del trastorno, hay muchos momentos de lucidez en los que se recuperan recuerdos y habilidades de comunicación. Inclusive, se pueden recordar a la perfección interacciones recientes.

Por esto, no es correcto asumir que es imposible hablar con ellos de temas delicados. Ignorarlos por completo tiene un impacto emocional significativo. Aunque durante los periodos de lucidez es posible que participen de forma más activa en las conversaciones y actividades, es importante procurar una comunicación respetuosa y considerada. Hablá de temas que sean de su interés y que le hagan sentir bien, como recuerdos felices o actividades que disfruten.

10. No asumas que eligen ser difíciles

Hay momentos de la enfermedad, sobre todo, en etapas avanzadas, en los que tienden a tener conductas más difíciles de manejar. Es frecuente que, de repente, expresen ira a través de gritos, insultos, empujones o ataques con elementos contundentes.

Aunque es difícil establecer con precisión a qué se debe la actitud, suele tener su origen en miedos, frustraciones, pérdida de control sobre el entorno e, incluso, dolor físico o emocional.

Cuando esto ocurra, evitá responder con agresividad y no trates de hacerle razonar. Si es seguro hacerlo, ofrecé consuelo físico (toques calmantes o un abrazo), intentá llevar la atención de la persona hacia una actividad o un tema que pueda distraerla.

Procurá validar sus emociones sin tratar de justificar o corregir su comportamiento y hablá con frases simples y directas que no le generen confusión o malestar. Prestá atención a todo lo que ocurre durante el episodio, si hay algún patrón específico que lo detona, como puede ser un ruido fuerte, un cambio inesperado, alguna acción en particular o algo del tratamiento.

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Fuente: Mejor con salud

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La salud de Jorge Lanata: el periodista fue sometido a una nueva intervención quirúrgica

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El público sigue muy de cerca el paso a paso en la internación de Jorge Lanata, y cuáles son las novedades diarias. Y según pudo confirmar LA NACIÓN, el periodista fue sometido a una nueva intervención quirúrgica duranta la tarde del viernes, que fue realizada de manera exitosa.

En el transcurso de las últimas horas, a Lanata se le colocó un botón gástrico, un paso que debía ser realizado para garantizar su correcta nutrición, y de esa manera favorecer su posterior tratamiento de rehabilitación. Según lo estipulado hasta el momento, la intención es trasladar al periodista a la clínica Santa Catalina, en el transcurso de la semana que viene.

El día miércoles por la mañana, Elba Marcovecchio, su mujer, había explicado que junto con los médicos estaban evaluando la posibilidad del traslado y se mostró confiada gracias a los avances en el estado de salud del periodista: contó que estaba bien y que seguía evolucionando de manera favorable. “A mí se me nota todo en la cara. Yo estoy muy esperanzada, muy optimista y la verdad es que estamos esperando este traslado para empezar la nueva etapa”, confesó, y entró rápidamente al Hospital para volver a encontrarse con su esposo.

Una extensa internación

Jorge Lanata y su hija

El conductor de Lanata sin filtro y Periodismo para todos se encuentra internado desde el 14 de junio, cuando llegó al Hospital Italiano con el objetivo de someterse a un estudio de rutina. En medio del procedimiento, sufrió una complicación y fue trasladado a la terapia intensiva, donde estuvo los siguientes tres meses, hasta que fue trasladado al centro de rehabilitación Santa Catalina, en el barrio porteño de San Cristóbal.

Pero Lanata volvió al Hospital Italiano pocos días después, en septiembre, cuando sufrió una neumonía y un cuadro febril, siempre con recuperaciones paulatinas. Sin embargo, pocos días después su cuadro empeoró drásticamente y debió ingresar cuatro veces al quirófano como consecuencia de una isquemia intestinal: le sacaron 70 centímetros del órgano y recién el miércoles 16 de octubre los profesionales del centro médico pudieron volver a unir su intestino.

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Una esperada recuperación

Elba Marcovecchio, esposa de Jorge Lanata

Las noticias sobre la salud del periodista que trascendieron durante los últimos días llevaron aliento a su familia. “Está mejor, está hablando. Obviamente que está medio perdido y confundido por momentos, pero está bien”, había dicho Bárbara a LA NACIÓN el lunes pasado. “Lo sientan un rato todas las mañanas. Esta semana van a empezar a evaluar el traslado”, había agregado la joven, dando cuenta de que el conductor de Lanata sin filtro se encuentra estabilizado y en condiciones de dar un paso más en su camino hacia la rehabilitación.

Sin partes médicos oficiales desde mediados de octubre, las novedades acerca de la salud de Lanata son difundidas por su círculo cercano. Así, tras las cuatro intervenciones quirúrgicas a las que fue sometido para tratar una isquemia intestinal, se supo que en los últimos días le pudieron retirar una de las vías con que se alimentaba y ahora, únicamente lo hace por vía nasogástrica. Además, el periodista pasa más tiempo despierto durante el día y en contacto con su entorno. Recibe más visitas, que le hablan, y él reacciona a esa interacción; también se le colocó una válvula fonatoria que le permitió comenzar a vocalizar.

Con la colaboración de Nieves Otero

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