POLITICA
Dirigentes bonaerenses respaldaron la postura de Cristina Kirchner y le sumaron presión a Kicillof para que las elecciones sean concurrentes

En una carta abierta a la militancia, titulada “Una sola nación, una sola provincia, una sola elección”, un nutrido grupo de dirigentes bonaerenses del kirchnerismo cuestionó el desdoblamiento electoral que quiere ejecutar Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires y le pidió que las elecciones sean concurrentes.
El texto lleva la firma de senadores y diputados nacionales, intendentes, concejales, legisladores provinciales, presidentes de los partidos que integran Unión por la Patria (UP), integrantes del consejo nacional del PJ y dirigentes sindicales, alineados a la postura que mantiene Cristina Kirchner respecto a cómo debe ser el proceso electoral bonaerense.
“Para revertir el deterioro en la provincia hay que enfrentar al gobierno nacional, concentrando toda la fuerza en ese objetivo. No nos podemos dar el lujo de dispersar esfuerzos”, indicaron en el texto.
“La propuesta de desdoblar las elecciones acentúa el descalabro que ya produjo Milei al impulsar la Boleta Única de Papel. Desde lo operativo, un desdoblamiento electoral, por primera vez en más de 40 años de Democracia, requeriría una extraordinaria preparación logística, presupuestaria y de recursos humanos provinciales, que se complejiza al extremo por los escasos meses que restan hasta la elección”, indicaron.
La carta va en contra de la postura de Kicillof, que tiene pensado anunciar el desdoblamiento en las próximas horas y que mantiene una fuerte disputa con la familia Kirchner y La Cámpora. El Gobernador resiste en su postura frente a las presiones del kirchnerismo y el massismo, que no cesan desde hace dos semanas, lo que anticipa una etapa de definiciones de alto voltaje.
El texto lleva la firma de los senadores Eduardo “Wado” de Pedro y Juliana Di Tullio, de los diputados nacionales Máximo Kirchner, Mario “Paco” Manrique, Mónica Macha, Sergio Palazzo, Vanesa Siley y Agustina Propato, entre otros. También de los intendentes Ariel Sujarchuk (Escobar), Gastón Granados (Ezeiza), Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), Marisa Fassi (Cañuelas), Damián Scelci (Hurlingham), Gustavo Menéndez (Merlo), Mariel Fernández (Moreno) , Mayra Mendoza (Quilmes), Julián Álvarez (Lanús) y Federico Otermin (Lomas de Zamora), que son parte de una lista más extensa.
En el listado de firmas aparecen los titulares de los partidos quie integran la coalición: Martín Sabatella (Nuevo Encuentro), Carlos Castagneto (Kolina) y Eduardo Sigal (Frente Grande). También acompañan la postura de CFK los rectores de las universidades de La Matanza, San Martín, Lomas de Zamora, Moreno, Hurlingham y la Arturo Jaureche.
Los dirigentes K consideraron que “el desdoblamiento fragmenta la elección provincial en ocho elecciones seccionales con ocho boletas diferentes, confunde a la gente y dispersa la potencia de nuestro mensaje porque lo diluye en ocho campañas electorales”. Y agregaron: “Balcaniza al peronismo al repartirlo entre las campañas locales y la discusión nacional”.
“En la ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri desdobló las elecciones precisamente para no enfrentar a Milei, para elegir legisladores sin discutir sobre el proyecto nacional. Como opositores, no podemos usar las mismas tácticas que los aliados del gobierno. Inevitablemente la provincia y el país comparten un mismo destino; y eso no se puede desdoblar”, sostuvieron.
En otro tramo del texto, señalaron que “la provincia de Buenos Aires es más que una provincia: es la más grande, la que más aporta al PBI nacional, la más industrializada” y advirtieron: “Si estamos de acuerdo en que el adversario es Milei, la mejor forma de defender a los bonaerenses es discutir los problemas de su gobierno: la deuda, el ajuste al salario y las jubilaciones, destrucción de las pymes”.
“Milei implementó el típico programa de ajuste y endeudamiento, y empeoró la vida de todos los argentinos. En la provincia de Buenos Aires, este modelo económico trajo consecuencias especialmente graves: se frenaron 1000 obras públicas que estaban en marcha, 8 de cada 10 nuevos desempleados son bonaerenses, la actividad económica cayó casi 8 puntos interanuales, el consumo tuvo su peor descenso desde 2016, se perdieron 11 puntos de coparticipación federal”, explicaron, en referencia al impacto de la gestión nacional.
El argumento central para que las elecciones sean concurrentes está atado a la necesidad de confrontar con la gestión nacional y someter a discusión el impacto del ajuste en los bonaerenses. Además, aseguraron que las complicaciones logísticas de llevar adelante la elección desdoblada aparecen en una resolución de la justicia electoral federal, donde sostiene que “podría representar el escenario más complejo y costoso desde la perspectiva de la gestión electoral en la Provincia de Buenos Aires”.
“Todos los peronistas en unidad y junto a las demás fuerzas aliadas, tenemos que tirar para el mismo lado y en el mismo momento; en una sola elección, una sola campaña y un solo mensaje”, fue la explicación más concisa que el kirchnerismo eligió para poder sintetizar lo que implica el pedido de CFK.
La discusión por el desdoblamiento electoral sumó un nuevo capítulo y se acerca a su desenlace. En el peronismo nadie tiene claridad sobre qué puede pasar si Kicillof decide desdoblar, pese a los reiterados pedidos de la ex presidenta. Es decir, nadie saber si puede ser el punto de inflexión para una ruptura del espacio político.
POLITICA
Máxima tensión por los salarios: la fórmula del Gobierno para frenar la reapertura de las paritarias que exigen los sindicatos

El nuevo escenario económico amenaza con darle dolores de cabeza al Gobierno en las paritarias: los sindicatos se aprestan a exigir la reapertura de los acuerdos firmados, mientras los funcionarios libertarios analizan una estrategia para frenar los reclamos, impedir que haya aumentos adicionales que impacten en la inflación y evitar una conflictividad récord en un año electoral.
Un informe que circula en los despachos cercanos al secretario de Trabajo, Julio Cordero, consignó que, a partir del nuevo valor del dólar, los salarios se habían robustecido, pero en el mundo sindical nadie se tomó en serio esa interpretación. Aun así, ese será uno de los argumentos que utiliza el ex abogado de Techint en sus charlas con los principales líderes sindicales para que los nuevos reclamos de recomposición salarial no afecten una inflación que ya se recalentó en marzo y podría seguir en ascenso (se estima que podría ubicarse por unos dos o tres meses en una franja del 4% y 5%).
Los dirigentes de la CGT ya tomaron nota de que hasta un dialoguista como el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, cerró las compuertas para una revisión salarial y avaló la postura oficial de no convalidar aumentos superiores al 1%: “Los gremios están buscando confrontar con el Gobierno en un período electoral, creyendo que el Ejecutivo está débil, pero se van a llevar un chasco con esto porque el Gobierno se siente absolutamente fuerte y respaldado por los argentinos”, afirmó durante el informe de gestión que brindó en la Cámara de Diputados.
En la Casa Rosada, como aseguró a Infobae un importante funcionario, creen que como los salarios ahora quedaron más altos medidos en dólares “ahora hay que conseguir que los precios de los productos también tengan un valor internacional”. “Si yo subo los salarios ya no los puedo bajar nunca más, pero los que están altísimos ahora son los precios -agregó-. Acá no baja nunca nada y eso habrá que pelearlo. No será con (Guillermo) Moreno que iba con un revólver y se los ponía arriba de la mesa a los supermercados, pero tiene que haber algún método”.
Para este encumbrado exponente de la administración de Javier Milei, lo que debería hacer el Gobierno en los próximos días es lo siguiente: “Tenemos que decirles a las empresas: Muchachos, bajen los porcentajes de ganancia y dénles a la a los argentinos lo que merecen. No da que aumenten todos los precios y después hagan promociones porque eso no sale en la estadística”.
El funcionario libertario confesó un punto clave: “Podemos permitir que aumenten los salarios y dejar los precios como están, pero entonces el dólar se va a disparar. Eso no va a suceder”.
Estas afirmaciones coinciden con el gesto del ministro de Economía, Luis Caputo: celebró que cadenas de supermercados rechazaran listas de precios de proveedores con subas de entre 9 y 12%. Y el telón de fondo de la actitud oficial fue desplegado de manera contundente por el propio Milei durante una entrevista con Alejandro Fantino. Cuando lo consultaron qué pasaría si alguien “empieza a subir precios aprovechando la suba del dólar y después no lo baja más”, el Presidente respondió: “Aprenderán del principio de imputación de Menger a la fuerza. Se van a meter los productos en el orto”.
Para poder convencer a los sindicalistas de que moderen o congelen sus pedidos de revisión salarial, el Gobierno necesita que los precios no se disparen y que el dólar siga quieto. En Trabajo ya se iniciaron los contactos con los principales líderes gremiales para sondearlos y explicar la postura oficial, pero el resultado es incierto: los sindicalistas saben que no hay garantías de que la inflación vuelva a bajar y sienten la presión de las bases justo en un año en el que muchos de esos dirigentes intentarán una nueva reelección en los comicios que habrá en una veintena de poderosos gremios. Ese ingrediente electoral provoca sobreactuaciones de los reclamos salariales para captar el voto de los afiliados.
En esas charlas está presente otra cuestión que le quita el sueño al sindicalismo: la reforma laboral que pide el FMI y que el Gobierno está dispuesto a llevar adelante, como profundización de lo que contempla la Ley Bases. Para la CGT, es un punto que debería formar parte de una agenda de diálogo con la Casa Rosada, pero la dificultad es que la central obrera, dominada hoy por los sectores más duros, está en pleno desarrollo de su plan de lucha contra Milei, que comenzó con el paro general de 24 horas del 10 de abril y seguirá con la movilización del 30 de abril por el Día del Trabajador.
En su presentación ante los diputados, Francos también habló de ese tema que inquieta al sindicalismo: “Debemos dar una discusión respecto al régimen laboral que desde hace muchos años no hace más que impedir la generación de empleo genuino, empujando a millones de argentinos a la informalidad. En nuestro país, el empleo privado no crece desde hace 15 años. Necesitamos una legislación acorde a los tiempos que corren, que acompañe a un mercado laboral cada vez más dinámico, empujado a su vez por una economía ordenada y en crecimiento”.
Pese al predominio de los más combativos en la CGT, piloteados por el ex dialoguista Héctor Daer (Sanidad), en el ala moderada, capitaneada por Gerardo Martínez (UOCRA), no descartan que se produzca un encuentro con el Gobierno para plantear sus quejas por las paritarias a la baja que pretenden en el Ministerio de Economía y por la reforma laboral que viene. Hay un trabajo silencioso en ese sentido, que se traducirá en una foto sugestiva, anticipada por Infobae: Cordero, Martínez y el titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja, abrirán el miércoles próximo un seminario sobre economía informal de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Más allá del anuncio de Francos sobre los cambios en la legislación laboral, en la Cada Rosada aclararon a Infobae que, por ahora, no hay nada más que el intento de que se sancione el proyecto de Promoción de Inversiones y Empleo presentado en la Cámara Baja por la diputada nacional de La Libertad Avanza Romina Diez, que plantea modificaciones en la Ley de Contrato de Trabajo ya rechazadas por la CGT porque estaban incluidas en el DNU 70 frenado por la Justicia.
Para alivio de la dirigencia gremial, la alta fuente libertaria consultada reveló que el Gobierno no avalaría el proyecto de Democracia Sindical que, impulsado por la UCR y el PRO, se volvió a analizar en la Cámara de Diputados y que prende las alarmas en la CGT porque, entre otros puntos, prohíbe la cuota solidaria, la principal fuente de financiamiento de los gremios a través del aporte compulsivo y obligatorio de los trabajadores incluido en los convenios colectivos de trabajo.
Es la amenaza que más preocupa al sindicalismo -como lo confirmarán la CGT y las dos CTA cuando el martes próximo expongan sobre el proyecto en la Comisión de Legislación del Trabajo de Diputados- porque también elimina la reelección indefinida de los gremialistas, garantiza la representación de las minorías en los cuerpos deliberativos y directivos de los sindicatos, obliga a presentar declaraciones juradas y plantea “democratizar las obras sociales”.
Aun así, en el Gobierno no descartan que todo cambie si la CGT se radicaliza con más paros generales: “Si siguen rompiendo mucho las pelotas y no aflojan, no sé cuánto tiempo más se puede frenar esa ley”, graficó a Infobae un funcionario de buena relación -hasta ahora- con los sindicalistas.
POLITICA
Fuerte gesto de la Iglesia: el arzobispo porteño le lavó los pies a doce jubilados

En un fuerte gesto, el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, le lavó los pies a doce jubilados en una populosa iglesia porteña imitando lo hecho por Jesús con los doce apóstoles en la Última Cena, aclaró que lo hacía por afecto, reconocimiento y acompañamiento a los mayores y “no por oportunismo político”, a la vez que pidió que se les pague “una jubilación digna”.
El tradicional oficio de lavado de pies de Jueves Santo García Cuerva lo realizó en la parroquia Inmaculada Concepción de Villa Soldati ante numerosos fieles, ocasión en la que citó al Papa Francisco cuando dice que “un pueblo que olvida sus raíces no tiene futuro” y destacó que “nosotros tenemos que cuidar nuestras raíces que con nuestros abuelos y jubilados”.
El arzobispo porteño señaló que “junto con ellos, nuestros abuelos, y no por oportunismo político, porque eso no nos interesa como Iglesia, nosotros queremos que tengan una vida digna, nosotros queremos que tengan una jubilación digna, nosotros queremos que también sean reconocidos como aquellos que construyeron nuestra patria antes que nosotros”.
“Hoy -agregó- les queremos lavar los pies como signo de que estamos a sus pies, que los queremos, que los reconocemos, que los acompañamos, no que los usamos, sino que los acompañamos como a toda vida frágil, como a todas las vidas, la vida de nuestros pibes, la vida de nuestros jóvenes, la vida de las familias, la vida de los que sufren”.
Más adelante recordó que “en la mesa de Jesús todos tienen un lugar; Jesús no deja afuera a los que piensan distinto; Jesús no deja afuera a los que son de otros partidos; Jesús no deja afuera a los que son muy pecadores; al contrario, en la mesa de Jesús todos somos hermanos”.
“Y por eso -subraya- me parece lindo hoy que recordamos la Última Cena de Jesús, imaginarnos que nuestra patria, imaginarnos que nuestra comunidad, que nuestro barrio, que nuestra Iglesia de Buenos Aires tienen que ser también como una gran mesa en la que todos tengan lugar”.
Y añadió: “Una mesa en la que nadie quede afuera, una mesa en la cual busquemos lo que nos une y no lo que nos divide. Una mesa en la que podamos mirarnos a los ojos y descubrir que somos hermanos más allá de nuestras diferencias”.
“Yo siempre digo que me gustan las mesas redondas porque en las mesas redondas cuando alguien falta nos damos cuenta rápido, y en las mesas redondas nos miramos a los ojos”.
Señaló que “en cambio, las mesas con caballetes, esas mesas largas pero largas, cuando alguien no está ni te das cuenta si vos estás sentado en la otra punta”.
“Yo creo que nuestra mesa, como país, como comunidad, como barrio, tiene que ser una mesa redonda para que si alguien falta nos demos cuenta y no puede faltar nadie”, dijo.
Y completó: “Hoy que vamos a lavar los pies a nuestros abuelos, a nuestros jubilados, ellos también tienen que sentarse a la mesa de todos, ellos también tienen que tener un lugar”.
“Como en esa última cena los discípulos, todos muy distintos, tuvieron un lugar. Eso primero”, finalizó.
Religiones,Jubilados
POLITICA
El dilema que definirá la elección en la ciudad de Buenos Aires y la apuesta estratégica de Larreta

“Nuestro voto no es ideológico, a Larreta lo van a votar los vecinos disconformes con las calles sucias”. La máxima que postula uno de los estrategas del ex jefe de Gobierno porteño sintetiza un dilema que será determinante para las elecciones legislativas del 18 de mayo en la ciudad de Buenos Aires: ¿de qué hay que hablarle a los porteños durante esta campaña?
La decisión de adelantar las elecciones dejó en claro que Jorge Macri buscaba municipalizar el debate y cortar el efecto arrastre que podrían tener las principales figuras del Gobierno nacional -como Karina Milei o Patricia Bullrich- si decidían encabezar la boleta libertaria en las categorías de diputados y senadores nacionales. En el búnker del larretismo consideran que esta decisión táctica fue un claro error por diferentes razones.
En primer lugar, porque la gestión de Jorge Macri no tiene los mismos niveles de imagen positiva que supo tener el PRO años atrás. Justamente por eso creen que tuvo tanto impacto el eslogan del “olor a pis”. Esa mala gestión, aseguran, es lo que permitió tanto que el kirchnerismo sueñe con salir primero como que los porteños revaloricen el gobierno de Larreta.
Por otro lado, la decisión del gobierno nacional de jugar una carta fuerte como Manuel Adorni también puso en jaque los planes del PRO. El vocero presidencial, inevitablemente asociado a la figura de Milei, ya dejó en claro en sus primeras intervenciones públicas que su apuesta es a “nacionalizar” la campaña y plantear la elección como una forma de validar al Gobierno. De hecho, hasta el momento su principal propuesta de campaña fue “pasar la motosierra” por la administración porteña, equilibrar las cuentas y bajar impuestos, las mismas promesas que llevaron a LLA a la Casa Rosada.
El tercer error de cálculo fue no tener en cuenta la posible candidatura de Horacio Rodríguez Larreta, quien fuera ocho años jefe de Gabinete de Mauricio Macri y luego jefe de Gobierno por otros ocho años. Para los estrategas del larretismo la candidata Silvia Lospennato no puede ganarle al ex alcalde en el debate sobre la “agenda de cercanía” porque no estuvo a cargo de la gestión y no conoce tanto la ciudad. También chicanean con que actualmente es diputada nacional por la provincia de Buenos Aires. Asimismo, entienden que la apuesta por la marca PRO también choca con que su cara más visible en CABA durante los últimos años compite en otra lista. “Quieren hacer campaña con las obras que hizo Horacio”, ironizan.
Tras la dura derrota en la interna presidencial con Patricia Bullrich, el ex jefe de Gobierno busca reposicionarse en el distrito que lo vio nacer y no oculta sus intenciones a mediano plazo de volver a la sede de gobierno de Uspallata. “Mucha gente no sabe bien qué se vota y esa confusión hasta nos juega a favor porque quieren que Horacio vuelva a ser jefe de Gobierno”, explican.
La catástrofe de la campaña 2023 les dejó varias enseñanzas. Una de ellas tal vez sea ponerse objetivos más modestos. Por eso ahora aseguran que llegar a los dos dígitos ya les permitiría quedar bien posicionados para lo que sigue. Con ese resultado, Larreta ingresaría a la Legislatura porteña escoltado por la actual senadora nacional Guadalupe Tagliaferri y el legislador Emmanuel Ferrario, las dos principales figuras del nuevo armado larretista.
Si todo sale de acuerdo al plan, conformarán un flamante bloque -que trabajará en tándem con los legisladores de Confianza Pública de Graciela Ocaña- desde donde buscarán marcar la agenda con propuestas que ya comenzaron a exponer públicamente como la elevación del tren Sarmiento (siguiendo el modelo aplicado para el Mitre y el San Martín), la creación de trenes urbanos que funciones sobre las vías de las líneas ya existentes pero sirvan para aumentar la frecuencia dentro de la capital y el aumento de la presencia policial en las calles. Pero por sobre todo, la actividad en la Legislatura le brindará la excusa perfecta para “seguir caminando” la ciudad, siempre con el 2027 en la mira.
La premisa de ser el candidato que más camina la capital es el eje de campaña de Larreta, que optó reducir al mínimo las apariciones mediáticas (una vez por semana priorizando programas donde lo dejen hablar con cierta extensión) para apuntar todos los cañones a las recorridas y encuentro con vecinos.
Armado con su libreta negra, donde anota los reclamos de los porteños, el candidato de Volvamos Buenos Aires dedica varias horas casi todos los días a los encuentros de cercanía. Larreta tiene casi 100% de conocimiento, por lo que no debe gastar energía para posicionarse, y buscará pasar cuatro veces por cada comuna antes del 18 de mayo. Apuesta a capitalizar la “necesidad de escucha” de los porteños insatisfechos con la gestión y al efecto multiplicador que tiene que las personas cuenten en sus círculos que “vieron a Larreta” y hasta lo suban a sus redes sociales.
Justamente por eso en el comando de campaña descartan un lanzamiento formal con un acto partidario, tal como hizo el PRO en el Planetario. Creen que ya no tienen el impacto de años atrás e incluso pueden generar mucho rechazo en algunos sectores.
Para reforzar esta imagen centrada en la gestión de los “problemas del metro cuadrado”, como la basura, la inseguridad, el bache y la escuela, no intentaron sellar alianzas electorales. Un acuerdo con Martín Lousteau, con quien Larreta formó en el pasado una coalición en CABA y con quien Tagliaferri trabaja codo a codo en el Senado, parecía una opción hasta lógica. Pero ahora aseguran que no es el momento de rodearse de políticos sino de tener un perfil bien nítido centrado en la gestión.
En el larretismo aseguran que no les cambia que termine primero Leandro Santoro o el libertario Manuel Adorni, aunque sí pronostican que el PRO tal como lo conocemos, es decir conducido por Mauricio y Jorge Macri, dejará de existir si quedan detrás de La Libertad Avanza.
“Esta elección se va a definir por el voto del metro cuadrado”, repiten, tal vez en un intento de autovalidar la estrategia de campaña que eligieron. Las encuestas que se conocieron hasta el momento le dan entre 13 y 5 puntos de intención de voto. Un espectro que va del batacazo al fracaso rotundo. Hay mucho en juego para el larretismo ya que difícilmente pueda recuperarse de una segunda debacle electoral consecutiva.
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