POLITICA
Disconforme con el fallo de la Justicia a favor de CFK, Ricardo Quintela pide que el peronismo se una para «condicionar» a Javier Milei
Ricardo Quintela criticó la decisión de la jueza María Servini, que rechazó el pedido del gobernador de La Rioja de postergar las elecciones internas del Partido Justicialista. Además confirmó su decisión de no apelar y habló de conformar un movimiento nacional justicialista para condicionar la gestión del presidente Javier Milei.
«Nosotros hemos manifestado nuestro disconformismo con lo resuelto (por la Justicia), no hubo un estudio profundo sobre la presentación nuestra ni un pedido de controlar avales, si faltaban o estaban mal confeccionados», expresó en diálogo con radio Diez.
El mandatario provincial, sin embargo, decidió junto a los apoderados no continuar con la judicialización de la interna para seguir trabajando en la conformación de un espacio político dentro del peronismo, que ayude a «contener» a quienes acompañaron su lista.
«La idea es tratar de convocar a los compañeros que no se sienten contenidos en la estructura del peronismo para que fortalezcamos nuestro movimiento», manifestó.
El martes, la Junta Electoral del PJ proclamó formalmente a Cristina Kirchner como la presidenta del partido. Un rato antes, a unas 20 cuadras, Quintela confirmó en una reunión en la Casa de La Rioja que no apelará la inhabilitación de su lista ante la Cámara Nacional Electoral.
«Nuestro enemigo son las políticas crueles que aplica este Presidente, donde hay 6 millones de ciudadanos que pasaron a la pobreza en 8 meses, si no hacemos algo fuerte, importante, que signifique condicionar este Presidente para que pueda aplicar políticas publicas que generen alivio a la Argentina, vamos a tener problemas», agregó.
Quintela, además, habló de la necesidad de confluir a todos los gobernadores de las provincias sin importar el signo político, para trabajar por los reclamos puntuales como la asignación de fondos, o de obras de infraestructura que el Gobierno nacional ha restringido.
«En el partido es importante la dinámica que le imponga la presidenta para que podamos trabajar en forma conjunta, eso no quiere decir que nosotros no mantengamos nuestro espacio», sentenció respecto a su idea de mantener su línea interna con una posición crítica.
Antes de quedar oficializada como jefa del PJ, la ex presidenta visitó una pyme industrial en Avellaneda en la que cuestionó al Gobierno y convocó a los “sectores damnificados” con un discurso similar al que había desplegado en 2017 cuando armó Unidad Ciudadana para enfrentar a Cambiemos.
“Me contaron la situación que están atravesando como consecuencia de las políticas de Milei: caída de la producción por el freno del consumo y de las ventas, tarifazos impagables y el efecto destructivo de la apertura de las importaciones. A esto se suma el gran problema que tiene hoy la Argentina: la deshumanización”, posteó la ex mandataria sobre la actividad, en la que comparó el modelo del Gobierno con el yogurt (“tiene fecha de vencimiento”) y llamó a “articular con todos los sectores damnificados en un gran movimiento patriótico para construir una alternativa”.
POLITICA
Trump buscará imponer una agenda conservadora y avanzar sobre la Justicia
Artículo publicado originalmente en TN
El triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales tiene un enorme significado para los Estados Unidos. Se trata de un nuevo respaldo para la derecha global. Y le brinda una fuerte esperanza al gobierno de Javier Milei, quien tejió una relación con el nuevo presidente norteamericano.
El dibujo del mapa norteamericano era previsible antes de las elecciones que proclamaron presidente a Trump. Mayormente colorado, salvo las costas este y oeste, que quedaron pintadas del azul demócrata.
Lo que las encuestas no detectaron fue un voto vergonzante que definió el resultado, inclusive en los llamados estados cambiantes, que fueron los que inclinaron la balanza a favor del expresidente norteamericano.
A diferencia de 2016, cuando Trump perdió el voto popular, pero ganó en el Colegio Electoral, este año ganó el voto popular por una diferencia importante de más de 5 millones de votos.
Hay en la sociedad norteamericana un evidente giro conservador. En 2016, cuando Trump ganó su primer mandato, muchos analistas lo explicaron como una reacción al gobierno de Obama. Los votantes blancos habían sentido que los afroamericanos les podían arrebatar la supremacía política. Y, además, Trump era un conocido empresario desconocido en el terreno político, que sorprendió a los medios de comunicación. Nadie lo sintió como una amenaza seria entonces. En este nuevo turno electoral, Trump mantuvo su discurso polarizador y no sólo arrolló en la interna del discurso norteamericano sino también entre los votantes. Ningún votante puede decir ahora que no conoce a Trump.
Entonces, ¿cómo se explica su triunfo? El flamante presidente de Estados Unidos pudo imponer en la agenda electoral dos temas fundamentales que le permitieron imponerse en el debate hacia la sociedad: la economía y la inmigración.
Trump argumentó durante toda la campaña que la economía estaba mejor durante su gobierno que en la gestión de Joe Biden, de quien Kamala Harris no se pudo diferenciar. Aun cuando la inflación anual de Estados Unidos es de 2,4 por ciento, los norteamericanos trabajadores sienten que su canasta básica es más cara. Y La inclusión de la inmigración en el debate público también provocó un fuerte cruce de opiniones entre los candidatos.
Su campaña de polarización lo llevo al éxito: tuvo que trabajar sobre su electorado conservador, mientras que Harris debía llegar a un electorado más disperso y heterogéneo, que no supo conquistar.
El triunfo en el Congreso norteamericano, en particular en el Senado, le permite además imponer su agenda conservadora y, en particular, nombrar más jueces de ese color político. No es un dato menor: manejando las cámaras, puede imponer leyes de corte conservador. Y la preeminencia conservadora que ya tiene en la Corte será replicada en los tribunales inferiores.
Para el gobierno de Javier Milei, el triunfo de Trump es la posibilidad de explotar una sintonía personal, ideológica y de estilo de gobierno.
Mientras Trump es económicamente proteccionista, Milei es liberal aperturista y cree en el libre comercio y baja aranceles. Pero Milei apuesta a su relación personal para abrir mercados, conseguir inversiones y destrabar un préstamo con el FMI.
Los mercados pueden tener alguna fluctuación, porque, por un lado, está pendiente la lectura que hagan a mediano plazo sobre el triunfo del nuevo presidente, pero, a corto plazo, hay otro factor: está reunido el board de la Reserva Federal para determinar si baja la tasa de interés en lo inmediato. Trump sería partidario de una suba de la tasa de referencia. Esos movimientos naturalmente tienen impacto en los bonos argentinos.
Por fuera de esa incertidumbre, es claro que Milei se siente muy cómodo con el triunfo del republicano.
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