Connect with us

POLITICA

Discutir el pasado, esquivar el futuro

Published

on



Lejos de la deseada continuidad que debería primar por sobre el color partidario de las sucesivas gestiones de gobierno, los argentinos nos hemos acostumbrado a una suerte de subibaja violento que nos catapulta de un extremo al otro.

Bajo el mínimo común denominador de la democracia, las dificultades para abrazar al conjunto de las miradas, en un marco de respeto, demostró ser uno de los principales obstáculos al momento de encarar con algún viso de éxito el ansiado desarrollo. Hay una suerte de regodeo faccioso en el enfrentamiento. Una necesidad de agrandar las ya de por sí importantes diferencias artesanalmente construidas a lo largo de décadas, posando la mirada en el pasado, a través del espejo retrovisor.

En estos días, recrudecieron las críticas para aquellos que, desde su mirada de la historia, expresan activamente una posición considerada controvertida. Seis diputados del bloque La Libertad Avanza visitaron el penal federal de Ezeiza para reunirse con condenados por delitos de lesa humanidad. La comitiva, integrada por el diputado por Entre Ríos Beltrán Benedit, María Fernanda Araujo (Capital Federal), Lourdes Arrieta (Mendoza), Rocío Bonacci (Santa Fe), Guillermo Montenegro (Buenos Aires) y Alida Ferreyra (Capital Federal), visitó a Alfredo Astiz y Ricardo Cavallo, ambos con prisión perpetua, y a Raúl Guglielminetti, condenado a 25 años, entre otros.

Fuimos a ver a excombatientes que libraron batallas contra la subversión marxista por orden de un gobierno constitucional”, explicó Benedit. Otros integrantes del bloque se diferenciaron lamentando la iniciativa y aclarando que solo visitaron una cárcel, en general, y no a personas en particular. Arrieta incluso refirió insólitamente después haber asistido “engañada”, ya que, por su edad, “no tenía idea de quiénes eran”. El vocero presidencial, Manuel Adorni, dijo que se trató de la agenda personal de los diputados, mientras que el Presidente se desentendió comentando que él “no lo hubiera hecho”. La UCR lo consideró “una afrenta a las víctimas, sus familiares y a todo el pueblo argentino”. El bloque de Unión por la Patria presentó un absurdo proyecto para sancionar a los diputados. El Frente de Izquierda denunció “complicidad con el genocidio”. A las críticas se sumaron la Central de Trabajadores Argentinos Autónoma (CTA-A) y la CGT, junto con agrupaciones de derechos humanos y organizaciones de familiares de desaparecidos durante la dictadura militar, estas últimas pidiendo la expulsión de los diputados por “inhabilidad moral”.

La ministra Patricia Bullrich, de quien depende el Servicio Penitenciario Federal, argumentó que los diputados piden entrar a las cárceles todo el tiempo, siempre dentro de la ley, y que cuando pedían visitar a Lázaro Báez o a Julio De Vido nadie cuestionaba el porqué.

La opinión de Benedit no tendría por qué coincidir con la del resto de los argentinos; apenas un puñado de causas como Malvinas o el Mundial de fútbol concitan apoyos masivos. El resto, solo división. ¿Puede ser tomada como una provocación? Frente a las visitas humanitarias a las cárceles de Ezeiza y Campo de Mayo que se organizan, muchos parados ideológicamente en la vereda de enfrente así lo entienden; sin espacio para sentimientos misericordiosos siendo el odio su único motor. Tal vez, una suerte de alegato, habida cuenta de que el debido proceso no alcanzó a muchos presos, con tantos de ellos que llevan años sin condena firme, algunos en edad avanzada y con derecho de cumplirla en domicilio como establece la Convención Interamericana de Protección de los Derechos Humanos, con jerarquía constitucional. Demasiados también fallecieron.

Advertisement

Hoy hay muchas personas dispuestas a pagar el costo político de defender sus convicciones como antes lo hicieron otros con el discurso opuesto, integrantes de organizaciones armadas revolucionarias que recibieron millonarias indemnizaciones e incluso ocuparon cargos oficiales. Son los mismos que hoy se escandalizan mientras sus víctimas fueron silenciadas.

La Justicia no puede montarse en un subibaja. Garantizar su independencia es asegurar el respeto por el debido proceso y la igualdad ante la ley sin expresiones pendulares. La memoria debe ser completa y capaz de terminar con odios, revanchismos y violencias de cualquier bando. ¿Tiene sentido seguir discutiendo para atrás? Creemos claramente que no. Con el futuro en juego, son tantas y tan variadas las cuestiones que demandan atención y que deben acordarse que seguir empantanados en las viejas divisiones del pasado es condenarnos al fracaso y al estancamiento. Los cultores del pasado le temen al futuro y amenazan con arrebatárnoslo.

POLITICA

Un groupie en la Corte del rey Donald Trump

Published

on


“Puede contar con Argentina para llevar a cabo su tarea”, afirmó el presidente argentino, quien además destacó la «formidable victoria electoral» del candidato republicano. ¿Tienen muchas cosas en común Trump y Milei? Posiblemente su puesta en escena disruptiva, su confrontación con la prensa o su desprecio por las instituciones. En términos económicos las distancias son considerables: mientras que el norteamericano apuesta a proteger la economía norteamericana, aún al costo de promover cierta inflación interna, para tratar de recomponer un aparato productivo que viene decayendo considerablemente desde hace décadas, el libertario argento insiste en privilegiar la baja de la inflación, aún al costo de destruir lo que queda de nuestra industria y de nuestro mercado interno.

Mientras que Trump apunta a mejorar los niveles de ingresos de los trabajadores blancos, Milei liquida sin piedad el salario de todos los argentinos, sin importarle su condición étnica. El magnate norteamericano quiere reconstruir la economía norteamericana con los trabajadores de su lado; Milei, en cambio, apunta a convertir a nuestro país en un páramo exportador de materias primas y de energía, generando oportunidades excepcionales para su saqueo por parte de empresarios top, tanto locales como extranjeros.

Sin embargo, y pese a las diferencias, puede afirmarse que ambos resultan complementarios. Uno entregando los insumos que permitan reflotar la industria del otro. De este modo, la recuperación económica norteamericana podría sostenerse, en gran medida, con la enajenación de nuestras riquezas.

Apenas unos años atrás, Milei publicaba en su cuenta de X que “Creer que Trump es liberal es de zurdo burro”. No se equivocaba, ya que el nuevo presidente norteamericano es partidario del estatismo para generar las condiciones para que las empresas norteamericanas se beneficien. El problema consiste en creer que Milei es liberal: sus constantes intervenciones en la economía, la cotización del dólar o su matriz impositiva, que hace caer todo el esfuerzo recaudatorio sobre trabajadores pauperizados, eliminando impuestos sobre los más ricos, define un nivel de estatismo pocas veces igualado en nuestro país. Tanto él como Trump son dos populistas conservadores de derecha, desesperados por el poder, que gobiernan en base al privilegio de los sectores más concentrados.

Para Milei, la victoria de Trump no implica una reafirmación de los valores que dice defender, sino un espaldarazo decisivo para la batalla cultural que ha emprendido. Su triunfo es el de la derecha más conservadora y autoritaria, y así lo dejó en claro al prometer que sería «un dictador desde el día uno» sobre el cierre de la campaña electoral. Que la sociedad norteamericana haya avalado esta promesa nos habla del deterioro que la democracia viene experimentando en todo el mundo.

La oleada reaccionaria que rodea el regreso de Trump a la presidencia de los EE.UU., y que implica un violento avance sobre los derechos de las minorías, de la diversidad y del aborto, encuentra un punto de encuentro con esos mismos objetivos que son el sueño húmedo el Milei. Si tiene éxito en su estrategia de seducción de Trump, Milei podrá salir del aislamiento internacional de su gobierno, y hasta convertirse en su principal aliado en América Latina. No queda tan en claro que, entre las prioridades del nuevo presidente norteamericano ocupe un papel de consideración la pretensión del gobierno argentino de ser beneficiado con una intermediación de Trump para obtener fondos frescos para afrontar sus obligaciones financieras e iniciar un nuevo ciclo de endeudamiento. 

Advertisement

A diferencia de Milei, Trump contará con mayoría en ambas cámaras. También modificará la posición de los EE.UU. en el conflicto ucraniano, lo que dejaría a Milei tecleando en el aire con relación al posicionamiento adoptado hasta ahora.

El saludo de Javier Milei a Donald Trump en X

Pese a todo, Milei y su gobierno eligen creer que la victoria de Trump es “su” victoria. Tal vez la sea en lo referido a sus métodos y a su virulencia discursiva. Resta saber si un “groupie” es una garantía suficiente para el nuevo gobierno norteamericano, o si habrá algún lugar destacado para la Argentina en su sistema de alianzas internacional. Por ahora todo es incertidumbre, aunque Milei se desgañite afirmando que se abre una gran etapa para nuestro país.

A diferencia de Mauricio Macri, Trump no precisó ser desplazado para retomar su agenda mejor y más rápido. Simplemente supo mantener viva la llama de transformaciones que impulsó en el pasado, y que apenas fue derrotada en 2020 por efecto de la pandemia. Ahora está más fuerte y consolidado que nunca, mientras que Mauricio vive mendigando cargos a través de los medios de comunicación. Para el mundo de falacias que rodea a Milei y a su discurso, el triunfo de Trump resulta esperanzador. Pero la realidad marcha por otros carriles. (www.REALPOLITIK.com.ar)

¿Qué te parece esta nota?

COMENTÁ / VER COMENTARIOS



Un, groupie, en, la, Corte, del, rey, Donald, Trump

Continue Reading

LO MAS LEIDO

Tendencias

Copyright © 2024 - NDM Noticias del Momento - #Noticias #Chimentos #Politica #Fútbol #Economia #Sociedad