En esta ocasión, el intendente de Mercedes, Juan Ustarroz, compartió en su cuenta de Instagram un polémico posteo por el día internacional de la Alfabetización que recordó tiempos pasados de adoctrinamiento en las aulas.

Con orgullo, el jefe comunal escribió: «Ver la felicidad, el orgullo y la gratitud de alguien que aprende a leer y a escribir es muy emocionante y parece una ironía, pero no hay palabras que alcancen a explicarlo. Por eso hoy, día internacional de la Alfabetización, quiero felicitar pero sobre todo agradecer a los trabajadores y trabajadoras de cada escuela, de cada sede del PROEBA (Programa de Educación Barrial) y de cada sector de la educación de nuestra ciudad: dedicar la vida a mejorar la vida de los otros no tiene precio».

Sin embargo, lo que más llamó la atención no fueron las palabras del intendente K, sino la imagen con la que acompañó su publicación.

La fotografía mostraba el ejercicio de un niño de primaria al que se le preguntó: “¿Cómo me cambió la vida aprender a leer y escribir?”. Lo que parecía una inocente pregunta, derivó en una polémica debido al tipo de formación que se brinda en los centros educativos de la localidad. En ese marco, el alumno, lleno de gratitud hacia su maestra, extendió sus elogios también hacia el propio Ustarroz, escribiendo: «A pesar que me falta mucho, estoy contento con todo lo aprendido gracias a la señorita Virginia y al señor intendente».

Sin dudas, esta situación recuerda a las épocas en las que los niños aprendían lectura con libros que idolatraban las figuras de Juan Domingo Perón y Eva Perón. Uno de los ejemplos más recordados de estos textos decía: «Perón es un buen gobernante. Manda y ordena con firmeza. El líder nos ama a todos. ¡Viva el líder!».

El paralelismo entre aquellos tiempos y el reciente posteo del jefe comunal resulta inevitable, aunque lo que sucede en las aulas de Mercedes, y más puntualmente en las sedes del denominado Programa de Educación Barrial (PROEBA), es realmente un enigma.

La polémica no solo abre una discusión sobre la neutralidad en el ámbito educativo, sino también sobre los límites de la propaganda política en sectores que deberían permanecer ajenos a la ideologización, especialmente en un momento donde los niños enfrentan desafíos más profundos, atravesados por la falta de ejemplos en los hogares, décadas de pobreza estructural, mala alimentación y hasta violencia doméstica. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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