POLITICA
El día que el papa Francisco, desde Roma, rememoró su enfrentamiento con un barón del conurbano

Cuando Jorge Bergoglio todavía no era el papa Francisco, desde su condición de arzobispo de Buenos Aires se metió en una áspera situación en uno de los municipios del Gran Buenos Aires que gobernaba con mano de hierro uno de los denominados “barones del conurbano”. En 2007, fue a dar misa a Merlo, por entonces bajo el mando del intendente Raúl Othacehé, con el fin de brindarle su apoyo al sacerdote Miguel “Pancho” Velo, que había sufrido ataques del oficialismo municipal. Nueve años más tarde, en el Vaticano, recordó el episodio en una charla con el actual intendente, Gustavo Menéndez, a quien le preguntó si “la mafia” del exjefe comunal no lo jorobaba.
El 6 de junio de 2007, Bergoglio fue a oficiar misa en Merlo, como un gesto de respaldo al sacerdote Pancho Velo, que era blanco de ataques de grupos vinculados a Othacehé (que gobernó Merlo entre 1991 y 2015). Velo era sacerdote de una parroquia en Pontevedra. El por entonces arzobispo de Buenos Aires presidió la ceremonia en una plaza, frente a la iglesia. Lo hostigaron militantes del peronismo local.
“¿La mafia de Othacehé no lo joroba?“, le dijo el Papa a Menéndez en la Plaza San Pedro, en un encuentro en abril de 2016. El intendente quería hablarle del ”Pacto de San Antonio de Padua», un acuerdo que impulsaban distitos jefes comunales para difundir los postilados de la encíclica papal Laudato Si, pero Francisco le reiteró el tema. “Me preocupaba tu caso por la mafia esa. Yo lo sufrí en carne propia cuando tuve que ir un día a defender a un cura, a Pancho. Fui ahí para frenarlo a Othacehé”, recordó. Todo trascendió en un video del fugaz encuentro del Papa y el intendente en la plaza.
El sacerdote Velo contó a el 22 de abril de 2016, luego de que se difundiera el mensaje de Francisco a Menéndez, los aprietes de los que era objeto. “Nuestra postura siempre fue pastoral, evangélica. Sufrimos volanteadas, panfletos con descalificaciones, diciendo que yo era un comunista, que pasaba droga. También hubo amenazas y algún juicio que vino por medio de difamaciones”, planteó.
Al recordar el espaldarazo que le brindó Bergoglio, el padre Velo señalaba, en ese mismo artículo, que “él sabía que en la comunidad estábamos siendo atacados y maltratados”. Y contó cómo se gestó la visita del futuro Papa: “Me llamó para ver cómo estaba, para darme su apoyo y acompañarnos. Surgió de él la posibilidad de venir a celebrar una misa. En ese momento yo estaba en Merlo pero todavía pertenecía a la Arquidiócesis de Buenos Aires, entonces él, como mi obispo, quiso estar presente y acompañarnos”.
“Nosotros no nos enfrentamos con Othacehé; intentamos reflexionar sobre la realidad con una mirada crítica. A veces, eso no gusta”, señalaba en 2016 el padre Velo.
POLITICA
Jorge García Cuerva ofició una misa en la Basílica San José de Flores en homenaje al papa Francisco

Con una emotiva ceremonia que reunió a cientos de fieles, el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, celebró una misa en la Basílica San José de Flores en homenaje al papa Francisco, quien falleció este lunes en Roma. Entre los representantes del Poder Ejecutivo, estuvo la vicepresidenta Victoria Villarruel.
La celebración se llevó a cabo en el mismo lugar donde Jorge Mario Bergoglio creció en su juventud y desarrolló su vocación religiosa. García Cuerva recordó al sumo pontífice como un hombre que no se limitó a tapar los problemas del mundo, sino que los “puso sobre la mesa” con el objetivo de generar debate y reflexión.
“Nos reunimos para rezar por el descanso de nuestro santo padre Francisco. Una de las cosas que nos enseñó durante sus años de pontificado fue que Dios nos ama con locura, mucho, y que nunca se cansa de perdonarnos. Que somos nosotros los que nos cansamos de pedirle perdón”, expresó el arzobispo al iniciar la ceremonia. Seguido a eso, subrayó que la muerte del Papa representaba una pérdida profunda, un “ritual familiar” que los argentinos compartían, dado que Francisco fue “el padre de todos”.
Al recordar las enseñanzas del Papa, García Cuerva destacó cómo, a través de sus 12 años de papado, “no tapó los problemas, sino que los puso sobre la mesa”. En ese sentido, hizo referencia a la preocupación del Santo Padre por cuestiones globales como el cambio climático, la exclusión social y la paz.
“La gran tentación de la humanidad es tapar los problemas, maquillarlos. Si algo hizo Francisco fue, al contrario, ponerlos sobre la mesa para generar debate, para darnos cuenta de lo que está pasando, porque no hay nada peor que no reconocer los problemas”, señaló.
El metropolitano recordó también la importancia de la juventud, a quienes Francisco “invitó a soñar en grande” para transformar la sociedad. Además, hizo un llamado a los argentinos a vivir el legado del Papa, no solo en términos de la fe, sino también en la vida cotidiana, tratando de construir la unidad que tanto necesitaban.
“Nos decía en el adviento del año pasado, unos días antes de Navidad, que Jesús nos invita a levantar la cabeza y a confiar en el amor para volver a encontrar la esperanza”, comentó el arzobispo, remarcando la necesidad de no quedarse atrapados en los problemas del presente.
En su homilía, por su parte, destacó la relevancia del mensaje de unidad que dejó Bergoglio. “Ojalá que los argentinos, que tanto hablamos de Francisco, nos animemos a vivir su legado, viviendo la unidad que tanto necesitamos, viviendo verdaderamente como hermanos, tratándonos bien, y haciendo lo que tanto predicó Francisco: la revolución de la ternura”, afirmó el García Cuerva.
La misa no solo convocó a los fieles, sino también a figuras de la política y la cultura. Entre los asistentes se encontraban la vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel, el diputado Leandro Santoro, y el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, quienes se sumaron a la ceremonia para rendir homenaje al Papa Francisco.
Al ingresar a la misa, la vicepresidenta expresó su apoyo “a los católicos y al pueblo argentino en el dolor que sentimos por la pérdida de nuestro santo padre”, mientras que evitó contestar si acompañará al presidente Milei a Roma para el último adiós de Francisco: “Solo quiero hablar de lo que fue el Papa. Todo lo que ocurra después lo hablamos en otro momento”.
La muerte del papa Francisco
El papa Francisco murió este lunes a los 88 años, según confirmó el Vaticano en un comunicado difundido a través de su canal oficial en Telegram. El deceso se produjo apenas un día después de que el pontífice hiciera una aparición pública desde el balcón de la basílica de San Pedro, durante la celebración de Pascua, en lo que se convirtió en su último mensaje al mundo.
“Queridísimos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar la muerte de nuestro Santo Padre Francisco”, declaró el cardenal Kevin Farrell, quien leyó el comunicado oficial del Vaticano. “Esta mañana, a las 7:35 (05:35 GMT), el obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre. Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de Su Iglesia”.
El papa había salido recientemente de una prolongada hospitalización tras padecer una neumonía grave que lo mantuvo ingresado durante 38 días, hasta su alta médica el pasado 23 de marzo. Según fuentes vaticanas, había estado en estado delicado y había enfrentado dos episodios críticos de salud durante el año.
POLITICA
Sorpresa y dolor | La muerte del papa Francisco provocó un cimbronazo entre la dirigencia argentina
La muerte del papa Francisco provocó un cimbronazo en la dirigencia argentina, cuya relación con el pontífice fue oscilante entre quienes lo apoyaron, los que lo cuestionaron y los líderes que tuvieron un mal vínculo y que, en algunos casos, lograron reconstruirlo. Para todos, sin embargo, la repentina ausencia de Jorge Bergoglio en el máximo sillón del Vaticano significa que el país tendrá un aliado de fuste menos en el complejo escenario geopolítico internacional.
De ahí que, además de la dimensión religiosa que de por sí implica el deceso de un Papa, en el caso de Bergoglio la dirigencia ponderó su condición de argentino y su historia vinculada al arzobispado porteño y a las relaciones que mantuvo con presidentes, gobernadores, intendentes, magistrados, sindicalistas y empresarios de diversas procedencias políticas y sectoriales.
En el período que lleva como presidente, Javier Milei experimentó las contingencias de su trato con Francisco. Pasó de considerarlo “el representante del maligno en la tierra”, a visitarlo en Roma y a afirmar, tras conocerse la noticia de impacto planetario, que las “diferencias” resultaron “menores” ante la “bondad y sabiduría” que encontró en el Papa cuando lo conoció.
El gobierno nacional anunció, en la misma línea, que Milei viajará al Vaticano para las exequias de Francisco -posiblemente el fin de semana- y decretó el duelo nacional durante siete días. Una medida idéntica adoptó luego el gobierno de la ciudad de Buenos Aires. El alcalde Jorge Macri se apersonó en una misa en la Catedral metropolitana y también viajará a Roma para los funerales. “Fue un porteño que trascendió fronteras”, lo definió.
Otros dos expresidentes que tuvieron relación directa con Francisco durante su pontificado, Cristina Kirchner y Mauricio Macri, también dieron a conocer mensajes de despedida y agradecimiento. En el caso del jefe de Pro, que alternó encuentros más cordiales y otros marcadamente fríos, lo describió como “un religioso de una talla sin igual, un político severo y, especialmente, un pastor bueno”. En sus tiempos de cardenal porteño, Bergoglio cultivó la amistad con dirigentes macristas como Gabriela Michetti, Esteban Bullrich y Carolina Stanley.
Cristina Kirchner recorrió un camino inverso: pasó de no poder ocultar su fastidio con la entronización de Bergoglio en 2013, cuando saludó la designación de un Papa “latinoamericano”, a ser recibida más tarde -en tres oportunidades- por el propio Francisco. “Fue el rostro de una Iglesia más humana, con los pies en la tierra sin dejar de mirar el cielo”, dijo la expresidenta en las redes sociales. Y sumó: “Te vamos a extrañar Francisco, la tristeza que tenemos es infinita”.
La relación del kirchnerismo con Bergoglio había sido muy tensa. Cuando era arzobispo de Buenos Aires, Néstor Kirchner adoptó la costumbre de llevar el Tedeum a las provincias, esquivando la tradición de realizarlo en la Catedral metropolitana. Fueron los tiempos en los que lo consideraban como el “jefe de la oposición”.
En ese contexto, dirigentes como Eduardo Valdés -ahora diputado, pero entonces embajador ante el Vaticano- que iniciaron un proceso de mediación. La relación del Papa con referentes del peronismo se fue aceitando durante su pontificado, a tal punto que desfilaron ante él sindicalistas como Pablo Moyano, los “gordos” de la CGT y gobernadores como Axel Kicillof y Ricardo Quintela. Francisco llegó a mandarle un rosario bendecido a la jujeña Milagro Sala, que estaba encarcelada.
Pero el Papa no terminó en buenos términos con Alberto Fernández, quien impulsó la legalización del aborto. El expresidente -que está recluido y con problemas judiciales- dijo que lo lloraba “en silencio”. Otros dirigentes aliados al peronismo, como Sergio Massa, optaron por dejar atrás viejas rencillas. De hecho, el exministro de Economía definió a la muerte de Bergoglio como “la partida del argentino más importante de la historia”.
Dentro del variopinto conglomerado peronista, el dirigente que se mantuvo más cercano a Francisco fue, hasta último momento, Juan Grabois. El exprecandidato presidencial, que sigue siendo funcionario del Vaticano, invocó una frase de Bergoglio y pidió: “Seamos buena gente, hagamos lo que podamos, no seamos tan malos (… ) y asumamos la misión que nos señaló: cuiden a los pobres, estén junto a ellos y cuiden mucho a la Madre Tierra”.
En el peronismo deslizaron, hoy mismo, que la muerte de Francisco es una “pésima noticia” para Cristina Kirchner, ya que desde el Vaticano llegó al país -en varias oportunidades- el mensaje de “cuidarla”. Algo que no solo se interpretó en términos políticos e institucionales, sino también judiciales.
La relación de Francisco con jueces y fiscales resultó elocuente en los últimos años. Magistrados como Roberto Gallardo, Sebastián Casanello, Raúl Zaffaroni y Ariel Lijo estuvieron en el Vaticano. Algunos fueron acercados a Bergoglio por Gustavo Vera, el titular de la organización La Alameda, a quien conoció en sus tiempos de arzobispo.
La Corte Suprema de Justicia también dedicó este lunes una acordada especial a la muerte del Papa, en la que declaró el duelo pero “sin cese de actividades oficiales”. Ricardo Lorenzetti es el juez supremo que más intensamente se acercó a Francisco.
Entre los dirigentes que apelaron a una intersección entre la política y la religión, la líder histórica de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, despidió a Francisco como un “querido amigo” y destacó que había “marchado luego de dar la bendición de la Pascua de Resurrección”.
A su vez, la vicepresidenta Victoria Villarruel -que hoy participó de una misa en la basílica de Flores- dijo que “como católica y argentina” reza “por el eterno descanso” de Bergoglio. Pero no todos los libertarios tuvieron palabras cálidas para con el pontífice fallecido. El biógrafo de Milei, Nicolás Marquez, escribió en su cuenta de X: “Cagamos”. Y añadió que el cónclave que dejó el Papa será animado por los “amigos amanerados y comunistas” de Francisco.
Márquez no pareció estar avalado por funcionarios del gobierno que despidieron con calidez al Papa, como el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; el canciller Gerardo Werthein y el portavoz Manuel Adorni, también candidato oficialista en las elecciones porteñas. Justamente, el gobierno decidió suspender las actividades de tono proselitista o político, como las incursiones del portavoz en la Ciudad o un congreso de La Libertad Avanza en La Plata, donde estaba previsto que este martes se presentaría el presidente Milei. El oficialismo obtuvo, además, un alivio en la Cámara de Diputados, donde se postergaron al menos hasta la semana próxima las interpelaciones por el escándalo de $LIBRA.
Además de la CGT y de su secretario Héctor Daer, quien afirmó que la vida de Francisco fue “un testimonio de humildad, compasión y entrega incansable por los más necesitados”, distintas organizaciones empresarias se declararon en duelo por la muerte de Bergoglio.
“Estuvo siempre atento a las inquietudes de los empresarios, guiándonos, haciéndonos ver la realidad de un mundo complejo que necesita de nuestro compromiso con los trabajadores y con los pobres”, dijo Silvia Bulla, de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE). Por su parte, IDEA recordó el mensaje que transmitió Francisco en el 57° Coloquio, al tiempo que el Grupo de los 6 destacó “el impulso al diálogo interreligioso y con la sociedad en su conjunto” como uno de los legados del Papa argentino.
POLITICA
Javier Milei viaja a Roma para participar de los funerales del Papa Francisco

Tras decretar 7 días de duelo en la Argentina, Javier Milei viajará a Roma para homenajear al Papa Francisco, «tentativamente el próximo jueves«, para así participar del funeral de Estado que se realizará en memoria del fallecido Sumo Pontífice.
Si bien la fecha precisa de la partida de la comitiva presidencial a bordo del ARG-01 está a a la espera de la confirmación de las exequias por parte de las autoridades de el Vaticano, este lunes hubo una reunión en Casa Rosada para ir diagramando la gira. En la capital italiana el mandatario podría volver a encontrarse con Donald Trump, que también viajará con su mujer Melania, según confirmó el presidente norteamericano a través de sus redes sociales. «¡Esperamos estar allí!”, indicó al oficializar su participación en la ceremonia fúnebre que congregará a líderes mundiales y figuras religiosas de todo el mundo.
El último adiós a Jorge Bergoglio se celebraría en los próximos días en la Plaza de San Pedro, siguiendo el protocolo establecido por la Santa Sede para el fallecimiento de un pontífice.
Este lunes a la mañana, apenas conocida, el Presidente decidió suspender todas sus actividades oficiales y una entrevista junto al vocero y candidato porteño, Manuel Adorni, en el canal de streaming oficialista, Carajo. También se postergó, sin reprogramación, el Congreso de LLA bonaerense que iba a realizarse este martes y en el que iba a disertar el propio Milei.
Uno de los funcionarios que visitó la Casa Rosada fue Nahuel Sotelo, secretario de Culto y Civilización, que, en diálogo con la prensa acreditada, aventuró que se trasladará a la capital italiana una «comitiva austera» para escoltar al mandatario en el homenaje al difunto obispo de Roma.
“Es una cuestión de sentido común. Siguiendo la lógica de este gobierno, va a ser una comitiva pequeña, preservando el respeto y el reconocimiento a quien fue, quizás, el argentino más importante de la historia”, dijo el funcionario en declaraciones a la prensa desde la Casa de Gobierno.
Según pudo averiguar este diario de fuentes de Secretaría General, a cargo de Karina Milei, en principio el mandatario, su hermana, el canciller Gerardo Werthein, el propio Sotelo y algunos pocos asistentes, viajarían este jueves participar de las exequias que se realizarían entre el viernes y sábado próximo.
La secretaria general de la Presidencia se reunió este lunes con el asesor presidencial Santiago Caputo en su despacho en el Salón Martín Fierro, para articular lo que será la remozada agenda presidencial.
Bien temprano el Presidente, que en el pasado llegó a cuestionar a Bergoglio duramente e incluso durante la campaña presidencial -cuando le decía que era «el representante del Maligno» en la Tierra- lamentó la muerte del Papa a los 88 años y destacó que “pese a las diferencias que hoy resultan menores” entre ellos, para él significó “un verdadero honor” haberlo conocido “en su bondad y sabiduría”.
“Con profundo dolor me entero esta triste mañana que el Papa Francisco, Jorge Bergoglio, falleció hoy y ya se encuentra descansando en paz”, agregó Milei en su cuenta de X, en un mensaje publicado a las 6.45. Además, indicó: “Como Presidente, como argentino y, fundamentalmente, como un hombre de Fe, despido al Santo Padre y acompaño a todos los que hoy nos encontramos con esta triste noticia. QEPD”.
Si bien ambos habían recompuesto el vínculo en la visita al Vaticano que Milei le hizo en febrero de 2024, meses después el Sumo Pontífice no se privó de marcar diferencias con la administración libertaria en lo atinente a la asistencia de los más vulnerables y al condenar la represión oficial de la protesta social en las calles.
A través de la cuenta Oficina del Presidente, el Gobierno también se pronunció sobre el fallecimiento del Santo Padre, en un comunicado en el que destacó «la entrega y el amor» con los que Francisco «llegó a liderar la Iglesia Católica». Y, además de lamentar la muerte del «primer argentino en conducir a la Iglesia» y de enviarle sus condolencias a la familia del Papa, el texto indicó que «el Presidente de la Nación acompaña en este triste momento a todos aquellos que profesan la fe católica y que encontraron en el Sumo Pontífice un líder espiritual».
Javier Milei,Papa Francisco,Donald Trump
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