POLITICA
El día que García-Mansilla dijo en el Senado que no asumiría como juez de la Corte Suprema si era nombrado por decreto

Mientras el Senado de la Nación debate los pliegos de Manuel García-Mansilla y Ariel Lijo, los hombres propuestos por el Gobierno para completar la diezmada Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN), no son pocos quienes salieron a recordar cómo el primero de ellos, hoy miembro del máximo tribunal por haber sido designado en comisión a través de un decreto, aseguró ante representantes de la Cámara alta que no aceptaría ingresar de esa manera.
El pasado 28 de agosto, García-Mansilla se presentó ante la Comisión de Acuerdos del Senado con el fin de defender su pliego. Fue allí que la legisladora kirchnerista Anabel Fernández Sagasti le preguntó si hubiera aceptado ser designado en comisión por Javier Milei como ministro de la CSJN (algo que finalmente ocurrió el 25 de febrero de este año).
La consulta de la senadora tomaba como ejemplo al DNU 83/2015, a través del cual el entonces presidente Mauricio Macri designó como ministros de la Corte a Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti.
La respuesta de García-Mansilla, respetado catedrático, fue contundente. “Visto el impacto que tuvo el decreto 83 del 2015 en la opinión pública, yo no hubiera aceptado una nominación en comisión, porque más allá de que la Constitución lo prevé, evidentemente hay un gran sector de la población que, con buenas razones, resiste ese tipo de decisiones que son discrecionales del presidente. Con lo cual, independientemente de que en su momento, apenas salió el decreto, publiqué un artículo simplemente para hacer un aporte al debate, visto el impacto que tuvo, yo no hubiera aceptado esa nominación”, comenzó su exposición el juez.
“Y déjeme que le diga por qué. Hay ciertas atribuciones que tienen los poderes constitucionales que, al momento de ser ejercidas, a pesar de que son constitucionales, pueden afectar a una institución. Le doy un ejemplo: la ampliación de los jueces de la Corte Suprema. Depende el contexto en el que se haga, si bien es una facultad estrictamente constitucional, el Congreso tiene la facultad de determinar la cantidad de jueces que integran la Corte Suprema y depende del contexto en que esa decisión se tome, puede afectar al tribunal”, continuó con su argumentación.
Y García-Mansilla concluyó, sin ningún tipo de duda: “Hay determinadas medidas que son constitucionales, pero, depende del contexto en el que se tomen, pueden generar una afectación, y por eso mi respuesta es que no aceptaría una designación en comisión”.
Fernández Sagasti continuó su cuestionario con una pregunta cuya respuesta, vista desde el día de hoy, no deja muy bien parado a García-Mansilla. La consulta fue si, en el hipotético caso de que lo nombraran en comisión, estaría en condiciones de fallar en contra del Estado en alguna causa que llegara a la Corte.
“Un juez designado en comisión, una vez que ingrese a la Corte, podría tener una cierta falta de independencia. Me imagino un caso hipotético en el que el Poder Ejecutivo nacional puede designar jueces en comisión y que fallen a favor de los intereses del Ejecutivo en la medida en que ingresen a la Corte, aun por ese lapso corto de un año”, indicó el juez.
Aun así, teniendo en cuenta el desencanto del Gobierno cuando, recién asumida su nueva función, García-Mansilla firmó el rechazo al pedido de licencia de Ariel Lijo en su juzgado federal para que asumiera en el máximo tribunal, podría decirse que dejó en claro que no asumió en la Corte para cumplir los designios del Poder Ejecutivo.
Este jueves, el Senado define los destinos de García-Mansilla y Lijo. Para que sus pliegos sean aprobados, deben contar con el acompañamiento de dos tercios de los presentes.
POLITICA
La CGT se anticipa al nuevo paro contra Milei y se moviliza este miércoles en apoyo a los jubilados
En medio de la creciente tensión interna entre los sectores que expresan una postura de dureza hacia la gestión libertaria y aquellos que pugnan por privilegiar el diálogo con la Casa Rosada, la CGT se movilizará este miércoles hasta el Congreso para acompañar la tradicional marcha de los jubilados en reclamo por la recomposición de haberes, instancia que iniciará una jornada de protesta de 36 horas y que culminará un día después con un nuevo paro general, el tercero dispuesto por la central contra la administración de Javier Milei.
Desde el fin de semana, y a la par de los cruces internos derivados de la decisión de los colectiveros de la UTA de no adherir a la huelga, lo que sin dudas debilitará el impacto de la medida de fuerza, los principales referentes de la conducción cegetista se concentraron en la organización de la marcha de este miércoles en conversaciones con sus pares de las dos CTA y las organizaciones que agrupan a los jubilados.
Allí se definió que la protesta arrancará a las 15 y finalizará a las 17 con un acto en el que solo hablarán los representantes de los jubilados y se repetirán los reclamos de un aumento de los haberes, la reapertura de la moratoria previsional y la entrega gratuita de medicamentos. «No se trata de una movilización sindical. La marcha es de los jubilados y la CGT va a estar acompañando sus reclamos», remarcaron de la cúpula de la central obrera.
De cualquier forma, en la conducción cegetista aseguran que la protesta será multitudinaria. A excepción de la UTA y los gastronómicos de Luis Barrionuevo que tampoco se plegarán al paro, el grueso de los gremios de la entidad anunció su participación en la marcha. Algunos prometen columnas numerosas, otros una presencia más acotada.
Pero entre los organizadores estiman que la multitud podría superar los 30 mil manifestantes si, además de la participación de los sindicatos de la CGT, se cuentan los gremios de las dos CTA, los movimientos sociales y las organizaciones de izquierda que también anticiparon su adhesión a la protesta. Justamente en parte para garantizar una mayor presencia en la marcha, algunas organizaciones sindicales como la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), optaron por adelantar el inicio del paro general para el mediodía de este miércoles. El gremio que lidera Rodolfo Aguiar mantiene un fuerte conflicto con el Gobierno por el ajuste y los despidos en la administración pública nacional.
La protesta estará también enmarcada por el conflicto abierto entre la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el juez Roberto Gallardo, titular del Juzgado de 1° Instancia en lo Contencioso Administrativo y Tributario Nº 2 de la Ciudad.
El magistrado hizo lugar a un planteo de los gremialistas Julio Piumato y Maia Volcovinsky, miembros de la cúpula de la CGT, y del titular de la UTEP, Alejandro Gramajo, y dispuso que el Gobierno porteño coordine el operativo de seguridad durante la movilización de este miércoles, con la Policía de la Ciudad al frente de la custodia de los manifestantes.
El fallo de Gallardo fue cuestionado por Bullrich, quien acusó al magistrado de querer limitar la aplicación del protocolo antipiquete en la Ciudad y le reclamó que «no se entrometa».
La participación de la CGT en la marcha de los jubilados será la antesala del paro general que la entidad concretará el jueves, esta vez sin la adhesión de los colectiveros, lo que restará fuerza a la medida. Esa situación evidenció en las últimas horas las divisiones que surcan a la primera línea de la central, entre los grupos de perfil más dialoguista y los sectores más críticos, que descreen del éxito de cualquier gestión con el Gobierno. Dentro de este último grupo se inscriben, además de los dirigentes alineados con el kirchnerismo, como Abel Furlán (UOM), Ricardo Pignanelli (Smata) y Sergio Palazzo (bancarios), dos de los miembros del triunvirato de conducción, Héctor Daer de Sanidad y Octavio Argüello de Camioneros, y los referentes «independientes» Andrés Rodríguez y José Luis Lingeri.
A su vez, Luis Barrionuevo -al que los duros acusan de jugar para Milei al no comprometerse con la medida de fuerza-, junto a Roberto Fernández de la UTA, y los jefes de Comercio, Armando Cavalieri, y de la Uocra, Gerardo Martínez, expresan una posición más moderada y plantean la necesidad de retomar el diálogo con el Ejecutivo. De cualquier manera, tanto Cavalieri como Martínez ratificaron que sus organizaciones adherirán a la huelga de este jueves.
CGT,Paro General,Jubilados,Javier Milei
POLITICA
La CGT apuntó contra la UTA: “El paro es de los trabajadores, más allá de si son o no colectiveros”

Entre algunas ausencias sugestivas, la CGT salió al cruce esta tarde de la decisión de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) de no adherir a la huelga general de este jueves: “El paro es de los trabajadores de toda la Argentina, más allá de si son o no colectiveros”, dijo el cotitular cegetista Héctor Daer (Sanidad) en una conferencia de prensa realizada en la sede de Azopardo 802.
El líder sindical se refirió en dos oportunidades a la determinación del gremio encabezado por Roberto Fernández y en ambas ocasiones aprovechó para criticar elípticamente a la UTA. Primero recordó que la conciliación obligatoria en la que se escudan los colectiveros para no parar “está circunscripta al AMBA y no al resto del país”, dando a entender que podrían plegarse a la protesta en el interior. Y enseguida agregó: “La conciliación obligatoria se refiere a un tema absolutamente sectorial que no tiene que ver (con el paro general), según el departamento jurídico de esta CGT”.
Aun así, Daer señaló que “la decisión que toman los compañeros será la que decidan y tomen los compañeros de la UTA” y consideró que “no es un tema que esté planteado” porque “el paro es de la totalidad de las organizaciones confederadas, más todas las organizaciones que están nucleadas dentro de las dos CTA así que el paro es más allá de un paro de colectivos”.
De todas formas, intentó relativizar la importancia de lo que decida la UTA al recordar que “el 9 de mayo pasado, cuando hicimos un paro, también hubo colectivos y el paro fue contundente”.
Durante el encuentro con los periodistas, realizado en el Salón Felipe Vallese de la sede cegetista, Daer ratificó la participación de la central obrera en la movilización de este miércoles en el Congreso para acompañar a los jubilados y también el paro general de 24 horas del jueves, aunque lo hizo en medio de ausencias sugestivas de dirigentes en medio de las divisiones internas por la nueva huelga,
Daer estuvo acompañado en el estrado por los otros cotitulares de la CGT, Carlos Acuña (estaciones de servicio) y Octavio Argüello (Camioneros), además de Andrés Rodríguez (UPCN), Sergio Romero (UDA), Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento), Julio Piumato (judiciales), Laura Lorenzo (SMATA), Daniela Pantalone (aeronavegantes) y Vanesa Núñez (UTEDYC). En las primeras filas se sentaron Rodolfo Daer (Alimentación), Cristian Jerónimo (vidrio), Horacio Otero (UOM) y Alejandro Gramajo (UTEP), representante de los movimientos sociales que se sumaron a la protesta.
Quienes no estuvieron fueron, entre otros, Gerardo Martínez (UOCRA), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Jorge Sola (Seguros), Abel Furlán (UOM), José González (Comercio), Sergio Sasia (Unión Ferroviaria), Sergio Palazzo (bancarios) y Argentino Geneiro (gastronómicos), además, obviamente, del dirigente apuntado por la CGT en estas horas: Roberto Fernández, cuyo sindicato tampoco estuvo en la reunión del Consejo Directivo en la que se decidió el paro general y la movilización del miércoles.
Entre las principales definiciones de la tarde, Daer apuntó contra Infobae y los medios que destacaron las divisiones internas en la CGT ante el paro: ”Acá está la mayoría del Consejo Directivo de la CGT. La medida de fuerza fue aclamada por los 50 gremios que conforman el Consejo Directivo de la CGT. Que hay alguna operación de prensa, lo sabemos, la entendemos y no la compartimos. Pero no es un tema que esté en debate en el día de hoy. Hoy estamos debatiendo con el Gobierno que no pueden existir precios libres y paritarias pisadas, no pueden existir acuerdos que no se homologuen y no puede existir un ajuste sobre los sectores más vulnerables de la sociedad”.
Luego, Daer le dio la palabra a Juan Carlos Schmid, titular de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), quien recordó el aporte de los sindicatos durante la pandemia y criticó que “este Gobierno lo primero que ha hecho en el tratamiento de la Ley Bases es inaugurar el término esencialidad, que termina con el derecho de huelga, es decir, limita el ejercicio de la libertad en un gobierno que tiene como dogma justamente la práctica de la libertad”.
También relativizó la no adhesión de la UTA al paro al sostener que “este es un conflicto de toda la clase trabajadora argentina” y opinó que “los trabajadores que están encuadrados en los sindicatos van a acatar disciplinadamente la medida del día 10″, luego de lo cual advirtió: “El paro es un derecho constitucional. La democracia no se termina a las seis de la tarde después que elegimos un gobierno. La democracia se ejerce todos los días. Cuando paramos estamos ejerciendo la democracia”.
A continuación habló Sergio Romero, secretario de Políticas Educativas de la CGT y líder de Unión Docentes Argentinos (UDA),quien sostuvo que “la educación en la Argentina está atravesando una profunda crisis y los trabajadores estamos tratando de cambiar esta situación, tratando de tener diálogo con el Estado empleador, cosa que se hace muy difícil”.
El dirigente aseguró que el Gobierno “no cumple con la inversión que prevé la Ley de Financiamiento Educativo, ni la Ley de Educación Técnica y de Formación Profesional ni tampoco la Ley de Educación Nacional, donde se establece que el Estado Nacional debe garantizar la inversión en el sistema educativo y debe financiar el sistema educativo, pero realmente no pasa nada de esto: todos los salarios iniciales de los docentes en la Argentina están por debajo de la línea de pobreza”.
“Tampoco hay inversión en materia de infraestructura escolar -añadió el secretario general de UDA- y se podría agregar muchísimo más, pero la preocupación debe ser de todos los argentinos porque aquí estamos formando a nuestros hijos y a nuestros nietos. Como dijo el Papa en su momento, la educación argentina está atravesando una profunda crisis y nosotros no nos hacemos responsables sino que es responsable quien conduce la política y la gestión, que es el gobierno nacional”.
Antes de la conferencia de prensa se leyó un documento de la CGT en el que justifican su decisión de realizar el paro general: “Los trabajadores y trabajadoras paramos ante una desigualdad social intolerable y un gobierno que no atiende nuestros reclamos para exigir mejores ingresos y una calidad de vida digna para todas y todos”, comienza el texto. Y agrega: “Lo advertimos a tiempo y la realidad lo confirmó. El costo del ajuste recayó sobre los trabajadores y trabajadoras activos y pasivos mientras que el sector financiero multiplicó obscenamente sus ganancias”.
“El ansiado equilibrio fiscal obtenido a través del desmantelamiento del Estado de sus organismos de control de sus empresas y del abandono de la obra pública multiplicó el desequilibrio social -añade la declaración-. Una visión sesgada de la realidad, mercantilista, monetarista y financiera, acrecienta día a día la deuda social y a la par que debilita el federalismo, desfinanciando las provincias, deteriorando la economía regional y agudizando el centralismo. Todo esto mientras degrada la calidad de vida de nuestros compatriotas y posterga un horizonte de democracia moderna y de desarrollo nacional”.
Para la CGT, “estamos frente a un gobierno que muestra insensibilidad frente a los problemas de la gente, un gobierno que ejecuta actos de represión salvaje e injustificada y viola permanentemente los acuerdos institucionales y desfinancia la educación y la salud, abandona la obra pública, manifiesta desprecio por las minorías, ajusta a los jubilados e impone límites en la negociación colectiva”.
POLITICA
Piden elevar a juicio a Chocolate Rigau, a sus jefes massistas y a los “ñoquis” de la Legislatura

La fiscal Betina Lacki pidió la elevación a juicio del puntero del PJ Julio “Chocolate” Rigau y de sus jefes, el exconcejal massista Facundo Albini y su padre, el exsubdirector de personal de la Legislatura bonaerense Claudio Albini, todos acusados de apropiarse de los sueldos de empleados “ñoquis” de la Legislatura provincial para el financiamiento ilegal de la política.
También –dijeron fuentes judiciales a – se solicitó la elevación a juicio de 47 de los 48 titulares de las tarjetas de débito ajenas que usaba Chocolate Rigau cuando fue detenido extrayendo dinero de cajeros automáticos del centro de La Plata. Uno de ellos se mudó a España y se realizará otra solicitud.
Ahora, el juez de La Plata Federico Atencio deberá decidir. Todos están acusados en la misma causa. Rigau fue detenido el 9 de septiembre del año pasado cuando sacaba dinero en un cajero automático del centro de La Plata con 48 tarjetas de débito que no eran suyas. Y los Albini cayeron el 23 de noviembre de 2023 y desde entonces están tras las rejas, procesados con prisión preventiva.
La investigación está a cargo de la fiscal platense Lacki y del juez Atencio. Rigau fue liberado a los 13 días de ir preso por una disposición de los camaristas platenses Alejandro Villordo y Juan Benavides, pero tras el estrépito público que generó, el fallo fue revocado y Rigau volvió a prisión el 14 de octubre de 2023.
Rigau, los Albini y su entramado de tarjetas de débito de “ñoquis” y prestanombres de la Legislatura bonaerense le causaron un perjuicio neto a la provincia de Buenos Aires durante dos años de por lo menos $395,4 millones, sujetos a actualización por inflación, según surge de un informe elaborado por la División Lavado de Activos de la Policía Federal, y cuya copia obtuvo .
El informe alerta, sin embargo, que el perjuicio para las arcas públicas sería muchísimo más elevado, según los expertos de la Policía Federal. Indicaron que a esa cifra preliminar sobre los años 2022 y 2023, que debe ajustarse por inflación, también hay que sumar el desvío de fondos que pudo ocurrir en años anteriores. Algunos de los presuntos empleados de la Legislatura bajo la lupa judicial figuran con cuentas salariales abiertas en el Banco Provincia desde 2012.
Cuando la justicia confirmó la prisión preventiva de los Albini, ellos pretendieron deshacerse de una mansión de 481 metros cuadrados en un barrio cerrado sobre la ruta 2, mediante una venta simulada. El caserón se ubica en el lote 13 “D” del club de campo Miralagos I, a la altura del kilómetro 64 de la autopista que conecta las ciudades de Buenos Aires y Mar del Plata. Albini compró el terreno de 1282 metros cuadrados en mayo de 2011.
El 23 de febrero de 2024, Albini le informó a Sintec SA, la firma desarrolladora de Miralagos, que pretendía cederle su lote a un tercero por apenas US$30.000, cuando inmuebles de similares superficies y características cotizan desde los US$250.000 en ese country, según surge de la información disponible en distintos portales inmobiliarios. La empresa informó a la Justicia y todo se suspendió.
El informe oficial también aportó un indicio más que complica a la presunta asociación ilícita que integrarían los “ñoquis”, Rigau y, por encima de ellos, Facundo Albini –en ese entonces apoderado provincial del Frente Renovador de Sergio Massa–, y su padre, Claudio Albini.
Tanto la fiscal Lacki como el juez Atencio consideran que los ñoquis, Rigau y los Albini serían apenas los niveles iniciales y medios de un entramado delictivo cuyos máximos responsables continúan en las sombras, desde donde buscan controlar los daños.
Los chats de Rigau con sus jefes revelan cómo funcionaba el mecanismo, donde “Chocolate” debía rendirles el dinero en efectivo y reponer lo que faltaba si los titulares de las tarjetas usaban la plata para sus gastos.
Los chats exponen que había empleados que no sabían ni lo que cobraban ni el trabajo que en los papeles debían desempeñar y que el dinero debía ser rendido sin faltantes a Claudio Albini. En un caso, uno de los titulares de las tarjetas reclamaba que le den de baja en la Cámara de Diputados porque al figurar en ese trabajo le impedía cobrar las asignaciones sociales.
De esas conversaciones, a las que accedió , surge que Rigau cobraba 200.000 pesos por mes para ocuparse de la recaudación de casi medio centenar de empleados ñoquis, dejarles parte del dinero a ellos y el resto “rendirlo” al massista Claudio Albini.
La Legislatura bonaerense mostró nulo interés por investigar la trama de corrupción y menos aun por cooperar con los pedidos de la Justicia. El caso explotó durante la presidencia en la Cámara de Diputados del insaurraldista Federico Otermín, hoy intendente de Lomas de Zamora, y continuó con el kirchnerista Alejandro Dichiara y el massista Alexis Guerrera, actual titular de la Cámara baja.
Es más, la Legislatura bonaerense completó este año una “investigación preliminar” plagada de inconsistencias, en la que descartó que se hayan cometido “irregularidades” –mucho menos delitos–, elogió el “buen desempeño” y el “compromiso laboral” de los empleados que la Justicia considera “ñoquis”, y hasta desechó un “perjuicio” económico para el Estado bonaerense, según consta en esas actuaciones cuya copia obtuvo .
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