Cuando parecía que la relación entre el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI) había retomado la cordialidad, tras el desembolso de unos 4.700 millones de dólares, desde la entidad alertaron por la incertidumbre del rumbo económico de Javier Milei.

Así lo definieron en un nuevo informe sobre la Argentina que se dio a conocer 24 horas después de la aprobación de un nuevo préstamo para el país, luego de cumplimiento de las metas previstas para la séptima revisión del acuerdo logrado con la gestión de Alberto Fernández.

“El programa sigue sujeto a altos niveles de incertidumbre, con riesgos todavía sesgados hacia la baja”, advierte el documento expuesto por la entidad crediticia que preside Kristalina Georgieva.

En un contexto de aceleración inflacionaria, fragilidad en las reservas del Banco Central (BCRA) y negativas consecuencias sociales el Fondo reclama que la gestión libertaria tome medidas de asistencia a los sectores más vulnerables, uno de los principales recortes que ejecutó el Gobierno en sus primeras semanas.

“Dada la delicada situación social, y que los beneficios del plan de estabilización llevarán tiempo para materializarse, los riesgos de un conflicto social no pueden descartarse, aún con refuerzos en el gasto en seguridad social”, señala el informe.

El FMI habilitó el desembolso de USD 4.700 millones y el Gobierno pagó vencimientos

A lo que agrega que: “Existe el riesgo de que el paquete de políticas no cumpla inicialmente sus objetivos, lo que exige una elaboración ágil de las políticas, planes de contingencia y la necesidad de ampliar más la asistencia social”.

“Mientras la nueva administración recibió un fuerte apoyo popular para el ajuste y las reformas, el apoyo político para reformas clave en el ámbito legislativo podría enfrentar demoras o no materializarse, debilitando los esfuerzos para la estabilización”, destacan desde el FMI en relación a la tensión política generada por la Ley Ómnibus en el Congreso.

Por último, la entidad multilateral concluye: “Las autoridades están aplicando un ambicioso plan de estabilización para afrontar la difícil situación herencia, y al mismo tiempo abordar los impedimentos de larga data al crecimiento. El plan de estabilización está anclado en una consolidación fiscal casi sin precedentes para poner fin a todas las formas de financiación del sector público y apoyar un gran ajuste externo para lograr un doble control fiscal y superávits en cuenta corriente”.