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El Gobierno dijo que el paro fue “una lágrima” y tensionó con la CGT: la tildó de “nido de la casta”

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El Gobierno hizo esfuerzos durante toda la jornada por bajarle el precio al paro general organizado por la CGT, que contó con la adhesión de gremios importantes y tuvo acatamiento dispar, findamentalmente porque el sindicato de los colectiveros no se sumó a la medida. En la gestión de Javier Milei tildaron a la medida de fuerza como un problema de la “casta sindical”, se apalancaron en el movimiento que se registró en la calle de autos particulares y ómnibus y arremetieron: “El paro fue una lágrima. La percepción es que la gente está cansada de los gremios y que esto deja a la CGT en una posición endeble”.

Así lo transmitió una fuente del Gobierno que siguió de cerca el devenir del paro general, el tercero desde que asumió Milei. En la Casa Rosada, al inicio del día aseguraron que el paro “no alteraba” al Gobierno y ningunearon la medida laboral. Además, construyeron una narrativa contra la “casta” de los líderes sindicales, como si la medida fuera solo de ellos y no de los trabajadores de los gremios. “No nos cambia en nada el paro, no nos afecta. Lo unico que hacen los gremialistas es perjudicar a los argentinos. Igual la jornada viene siendo bastante normal. Es irrelevante”, dijo un ladero del Presidente en Balcarce 50.

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 Más tarde, el vocero presidencial, Manuel Adorni, señaló: “Este es el paro de la casta sindical kirchnerista de los Moyano, que por tercera vez dejan sin trabajar a millones de argentinos. Dejan al trabajador sin tren ni subte mientas ellos se mueven en autos importados“.

La CGT, en rigor, tiene representación de Camioneros dentro de su triunvirato de conducción, a través de Octavio Argüello, que responde a Hugo Moyano, pero también suma a otras vertientes, con Héctor Daer, de la Sanidad; y Carlos Acuña, de las estaciones de servicio.

Adorni -que hoy suspendió su conferencia de prensa- aseguró tras una extensa reunión de gabinete en Casa Rosada que “es un paro que persigue intereses políticos y nada tiene que ver con los trabajadores” y resaltó que “es el tercer paro que le hacen a Milei frente a los cero que le hicieron a Alberto Fernández”.

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El Gobierno le puso cifras al paro y aseguró que “le cuesta 880 millones de dólares a los argentinos”. También difundió la línea 134 para denunciar “aprietes” para participar de la medida de fuerza. En las terminales de trenes, la secretaría de Seguridad dispuso un mensaje en las pantallas donde se informan los servicios titulado “Ataque a la República”. “La casta sindical atenta contra millones de argentinos que quieren trabajar”.

En la Casa Rosada, además, aseguraronque mañana el Poder Ejecutivo les descontará los haberes del día a los empleados estatales que hayan adherido al paro general de la CGT. La medida, sin embargo, no se oficializó. Ni la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) y la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) recibieron notificaciones formales sobre esta resolución.

En el paro anterior, del 9 de mayo de 2024, el Gobierno le había lanzado la misma advertencia a los estatales. Las fuentes gremiales difieren sobre lo que ocurrió aquella vez. En un sector señalan que la medida no se efectivizó completamente y que muchos empleados se encontraron con su sueldo completo en la siguiente liquidación. En otro, advierten que sí se registraron los descuentos.

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Relación más tensa con la CGT

El paro de hoy generó una tensión inédita con la CGT. La Casa Rosada y la secretaría de Trabajo, que depende del Ministerio de Capital Humano, venían sosteniendo puentes de diálogo informales con algunos líderes gremiales (en especial con Gerardo Martínez, de la UOCRA) y además habían hecho convocatorias formales a reuniones bilaterales o tripartitas con las cámaras empresarias.

Hoy, un ladero de Milei chicaneó: “Vamos a seguir hablando con los sindicatos porque hay muchas reformas pendientes. Está la reforma laboral y la revisión de aportes que van a los sindicatos que no tienen razón de ser”.

Hoy, la Comisión de Legislación Laboral de Diputados inició una serie de reuniones informativas para discutir diversos proyectos que contienen reformas laborales. Las iniciativas en danza apuntan a eliminar la llamada “cuota solidaria”, el descuento aplicado a los salarios de todos los trabajadores -estén afiliados, o no- y que financian las cajas sindicales. Este punto había sido motivo de tensión entre el Gobierno y la CGT apenas se inició la gestión de Milei, cuando el Gobierno quiso eliminar las cuotas solidarias en el primer mega DNU del mandato. La CGT judicializó la medida y la Justicia laboral le dio la razón al sector gremial.

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Una fuente del Gobierno señaló que el Gobierno “estuvo convocando a la CGT” a fines del año pasado y que “fue la central obrera la que no se quiso sentar a una mesa”.

La principal herramienta del Gobierno para desinflar el impacto del paro general esta dada por la negociación paritaria con la la Unión Tranviarios Automotor (UTA). El Poder Ejecutivo dispuso una conciliación obligatoria entre el sindicato y las cámaras empresarias que impidieron que el gremio pudiera tomar medidas de fuerza hasta la última hora del viernes de esta semana. Con ese argumento, la UTA no se sumó al paro.

En la negociación paritaria de la UTA el Gobierno es una pata fundamental, porque en la actualización paritaria de los colectiveros inciden fuertemente los subsidios estatales. En el Gobierno hoy señalaron: “Estamos en conversaciones por la paritaria de la UTA y es algo que en las próximas horas se va a resolver”.

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Mauricio Macri insistió en “un acuerdo entre partidos” entre el PRO y LLA y admitió que no hay avances en PBA

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Mauricio Macri aseguró este lunes que “no está cerrado el acuerdo entre el PRO y La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires” y cuestionó a Karina Milei y Santiago Caputo porque “no lo cuidan” al presidente Javier Milei y “le hacen decir cosas que no son exactas”. También aclaró que en caso de avanzar en una alianza electoral “tiene que ser un frente, un acuerdo entre partidos”.

También ratificó que no tiene intenciones de presentarse en las elecciones legislativas de este año. “No tengo vocación de ser candidato”, aseguró.

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Leé también: Milei celebró el levantamiento del cepo y criticó a Mauricio Macri por haber impuesto las restricciones cambiarias en 2019

Lamento porque le dicen al Presidente algo que no está sucediendo”, insistió Macri en Solo una vuelta más, por TN, y agregó: “No he escuchado ni a Javier Milei ni a Karina Milei decir ‘queremos un acuerdo con el PRO en la provincia de Buenos Aires’”.

En el mismo sentido, contó que minutos antes había hablado con Cristian Ritondo y le confirmó que “no ha habido ningún avance entre partidos”. “Nunca nadie se sentó a negociar nada. Le pregunté a Ritondo y no hay ninguna negociación, no empezó”, reconfirmó.

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“Tienen que empezar por decir ‘queremos un acuerdo con el PRO’ y después empezar a hablar por distritos”, explicó. No obstante, recordó que en siete distritos ya se cerraron las alianzas y “en ninguno fue el PRO con LLA”. “En uno peor, en Chaco, por pedido expreso de Karina Milei, excluyeron al PRO de la alianza, me lo dijo el gobernador (Leandro Zdero)”, contó.

Macri cuestionó a Karina Milei y Santiago Caputo

Si bien defendió el proyecto de Gobierno de Milei, Macri cuestionó que “todo lo ve a través de dos personas” en referencia a Karina Milei y Santiago Caputo, y afirmó que “hay que ayudarlo al Presidente”.

Milei se fue dejando llevar de un proyecto de país a un proyecto de poder que, equivocadamente, empieza queriendo destruir al PRO, que es su principal aliado”, afirmó el expresidente

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Este lunes el Presidente celebró el levantamiento del cepo cambiario y criticó al exmandatario y a su entonces ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, por haber impuesto las restricciones cambiarias, durante su administración en 2019. “El cepo se puso durante el gobierno de Macri con Lacunza en 2019, generando un monstruo cambiario que además defaulteó la deuda en pesos, algo inédito”, dijo.

Los Macri se reunieron con Ritondo tras el encuentro entre con Karina Milei. (Foto: X/@petreccapablo).

Hoy era un día para abrazar, pero él todo lo vive como un enojo y como una traición. Él no delega, se desentiende”, respondió Macri y agregó que “Milei decidió desentenderse del día a día en manos de Santiago Caputo, y las cosas partidarias de su hermana”. “Es su estilo. Se lo cuestioné, porque me parece muy peligroso”, contó.

Tras señalar que “la nueva normalidad no puede ser la emergencia” sino que “la normalidad es empezar a sumar, a dialogar, a acordar”, Macri recordó que “LLA le vota todo en contra al PRO”. “Es bastante esquizofrénico lo que hemos vivido, pero nosotros hemos estado siempre en el mismo lugar, siempre apoyándolos a ellos”, afirmó.

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Sobre el escándalo por la promoción de la criptomoneda Libra, Macri insistió sobre las responsabilidades de cuidar al Presidente. “No llegaba cualquier perejil y se me metía en la oficina. Había todo un equipo de gente que me cuidaba”, recordó de su mandato.

“Trato de entender a los que llegan y creen que todo es fácil y se logra de un día para otro. Al outsider le parece que todo es simple”, criticó el expresidente.

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No le gusta tener contacto con muchas personas, es algo que le complica su ser. Lamento que no lo terminen cuidando, porque el proyecto que me transmitió me entusiasmó”, agregó.

Macri: “Adorni es mejor como vocero”

En la Ciudad de Buenos Aires, el PRO arriesga el primer lugar ante dos candidatos fuertes: Leandro Santoro, por el peronismo, y Manuel Adorni, por LLA. Además, de Ramiro Marra, que va por afuera del partido libertario, y Horacio Rodríguez Larreta, que siguió camino similar, por afuera del PRO.

“Cuidemos lo que hemos logrado. El único que tiene equipo para solucionar los nuevos problemas de la Ciudad es el PRO. El Gran Buenos Aires está colapsado”, pidió Macri.

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Poco después cuestión que el candidato de LLA “habla de cosas nacionales, no de la Ciudad”. “Adorni me gusta mucho más como vocero. Hay que estudiar para ir a la Legislatura y amar equipos cuesta”, advirtió y consideró que “no hay ningún candidato preparado, ni en LLA, ni el PJ, con Santoro”.

Leé también: La comisión investigadora del caso Libra se prepara para funcionar, con incertidumbre por sus resultados y la búsqueda de consensos

Creo en la preparación previa y no en la improvisación. Por eso les digo a Adorni y a Santoro que se preparen, porque con (Silvia) Lospenato (candidata del PRO) no se les va a ser nada fácil el debate”, advirtió Macri.

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En cuanto a Patricia Bullrich y a Horacio Rodríguez Larreta, que se fueron del PRO, reconoció que fueron a una interna “que salió mal” y que no pudo “evitar que primen los egos y las ambiciones personales”. “Lo que tenía que decirles ya se los dije en privado, que no coincidía con sus valores y sus miradas del presente”, remarcó.

Mauricio Macri, Sólo una vuelta más, Javier Milei

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Cultura | «Los verdaderos leones»: La Renga tocó para Bahía Blanca y le marcó la cancha a Javier Milei

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Desde horas tempranas, miles de seguidores comenzaron a llegar al playón del estadio, creando un ambiente festivo y lleno de expectativa. Las calles cercanas se llenaron de puestos de comida, merchandising y música, mientras los fanáticos compartían historias y cánticos que reflejaban su pasión por la banda. 

«Soy de Córdoba, voy a la cancha de colon también pero esto no me lo podía perder, La Renga es un sentimiento», contó un seguidor mientras preparaba un fernet.

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La previa fue un verdadero encuentro de comunidad, con personas que viajaron desde distintos puntos del país para ser parte de este evento único.

«Amo que La Renga toque cerca de mi casa es como estar soñando, pero esta pasando», expresó una fanatica con remera de «La esquina del infinito» 

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El concierto reunió a más de 30,000 personas y estuvo cargado de energía y emoción. La banda, liderada por Gustavo «Chizzo» Nápoli, interpretó clásicos como «Hablando de la Libertad», «Panic Show, «A la carga mi rock and roll», «Cuando estés acá», «Cuando vendrán», «Los mismos de siempre» y «El juicio del ganso», entre otros. Cada canción fue coreada con fervor por el público, que no dejó de vibrar durante toda la noche.



Foto: Niko Viñas y Rulo Captura.

Además de la música, el concierto destacó por su mensaje social y político. Chizzo se dirigió a sus seguidores como «los verdaderos leones», en un gesto de resistencia y solidaridad que resonó profundamente entre los asistentes. También agradeció a todos los que trabajaron desinteresadamente para el evento y destacó la importancia de la solidaridad, diciendo: «El pueblo de Bahía Blanca va a estar muy agradecido. Esto va para los hospitales».



Foto: Niko Viñas y Rulo Captura.

Los fondos recaudados serán destinados a la compra de equipamiento médico y la reparación de las instalaciones del hospital, incluyendo tomógrafos, monitores multiparamétricos, una torre de endoscopía y vehículos utilitarios. Además, se realizarán mejoras en áreas críticas como oncología y terapia intensiva, reafirmando el compromiso de La Renga con su comunidad.

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El mercado empieza a votar

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El tiempo del reloj es homogéneo. Se compone de unidades iguales que van transcurriendo. El tiempo de la historia, el de la vida pública, no. Hay momentos en que su transcurso parece acelerarse. Situaciones en las que, a diferencia de otras, todo parece estar cambiando de manera más rápida. Esa percepción es la que podemos tener hoy en el mundo, y en la economía y la política argentina: una aceleración de esta historia que vivimos. Y, en el caso del escenario económico, una aceleración donde se cruzan la situación material, con la política y con la perspectiva electoral.

Han ocurrido cosas importantes en ese plano, más que nada en la cuestión cambiaria. No hay que perder de vista lo principal. Desde el plano político, lo principal es que el gobierno de Javier Milei ha hecho y sigue haciendo una apuesta principal a un único tema: reducir la inflación. Es la forma de conseguir votos, conservar y eventualmente incrementar el poder.

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El mercado empieza a votar: el editorial de Carlos Pagni en Odisea Argentina

Como siempre en la Argentina, por razones más o menos arbitrarias, la inflación tiene un determinante: está muy influida por el valor del dólar. Todo lo que tiene que ver con dólar tiene que ver con inflación. Y todo lo que tiene que ver con inflación tiene que ver, en este contexto en el que estamos hablando, sobre todo del gobierno de Milei, con votos. Lo que pasa y va a pasar con la divisa norteamericana es, en consecuencia, decisivo para el resultado electoral. Por lo tanto, el mayor acto de campaña, el más importante, el más promisorio o el más riesgoso, es el que protagonizó el Gobierno este fin de semana: la liberación parcial del cepo cambiario.

Ocurrió lo que muchas veces se había presumido. A mediados de abril se cerraría el acuerdo con el Fondo. Aquel pacto iba a tener un capítulo muy especial en la cuestión cambiaria. Cuanto más generosa fuera la ayuda del Fondo, más audaz debería ser la liberación cambiaria.

Esto reviste importancia por dos razones. Primero, existe un vínculo entre el sistema cambiario y el nivel de actividad de la economía. Es muy difícil que haya crecimiento, que un país se desarrolle y reciba inversión privada si hay dos o más tipos de cambio. Segunda razón: entre las muchas palancas que usó el Gobierno para controlar la inflación, una crucial ha sido el atraso cambiario, que significa mantenerlo congelado, dominado por el Banco Central, con una pauta de devaluación que es el crawling peg de 1% mensual. Era una forma de mantener el dólar a raya para que una depreciación no se vaya a los precios y, en el fondo, para tener los salarios sobrevaluados en relación con el dólar. Esto es lo que se ha tocado. Son modificaciones en este orden de cosas.

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El Gobierno, por boca nada menos que del Presidente, que tuvo un diálogo a la mañana con Luis Majul, dijo que no hay motivo para que haya un reflujo inflacionario, porque el dólar es un precio más. Es discutible. Primero por una razón cultural. Los que forman precios miran el dólar, aunque sea arbitrario verlo en relación con muchos precios. Pero además, muchos productos están hechos con insumos dolarizados. O son bienes importados. Y, por lo tanto, si el precio del dólar se modifica, se modifica también el precio de esos productos.

Hay incluso un campeonato de los economistas hoy por saber cómo se va a trasladar a los precios esta modificación del tipo de cambio que estamos viendo por la liberación del cepo. Existen ejemplos recientes de esto. Cuando se devaluó durante el gobierno de Macri, el traslado fue de 0,24%. Durante el periodo en que Sergio Massa fue ministro de Economía, fue de 0,9%. Y algunos economistas creen que esta vez va a ser de 0,4%.

Se han planteado dos mercados. Hay un mercado de dólar absolutamente libre, al que pueden acceder las personas físicas entrando al home banking, sin limitación alguna. Y otro mercado regulado, que es el mercado para las empresas. Hay expertos que suponen que, dado que las personas físicas tienen acceso ilimitado ahora al dólar, van a poder ejercer una especie de arbitraje con el otro mercado a través del contado con liquidación (CCL), ofreciendo bonos. Y como las empresas pueden optar por adquirir dólares en el mercado del contado con liquidación, para lo cual tienen que renunciar a intervenir en el mercado único de cambios, el puente que podría ejercerse a través de estos bonos entre un mercado liberado y el de las personas jurídicas, haría que la brecha se achique. Habría prácticamente un solo tipo de cambio aun cuando, en teoría, existieran dos niveles de libertad distintos.

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De hecho, hoy lunes, en el comportamiento que tuvo el mercado, la brecha entre el dólar libre y el dólar todavía regulado ha sido de 2,5%. Ínfima. Significa que vamos a algo que para casi todos los economistas y para el mismo Gobierno era lo deseable: un solo tipo de cambio.

¿Cómo es el esquema? Un gráfico confeccionado por la economista Marina Dal Poggetto permite entenderlo fácilmente. Hay una línea que delimita la banda superior de fluctuación que prevé el Gobierno para el dólar. Arranca en $1400 por dólar. Por encima de eso, el Banco Central empieza a vender dólares. Y hay un límite para la banda inferior, en $1000 por dólar. Por debajo de ello, la autoridad monetaria empezaría a comprar.

Gráfico sobre el nuevo esquema cambiario confeccionado por la economista Marina Dal Poggetto

Ambas bandas se indexan. La superior comienza en $1400 por dólar pero se incrementa en un 1% hasta llegar, según calcula Dal Poggetto, a $1.516 por dólar en diciembre, su techo. La banda inferior, por su parte, va reduciéndose 1% mes a mes, y estaría en $923 a fin de año.

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La economista compara ese movimiento con los futuros del dólar en el ROFEX, en el mercado de futuros. Aquel mercado ve un dólar que nunca toca el límite superior, pero que va subiendo. No converge con el precio más barato, sino con el precio más caro. Según esta hipótesis, no llegaría a tocar en diciembre los $1516.

Respecto del dólar oficial, hubo una devaluación entre el viernes y el lunes prevista por el Gobierno. Y se confirma, entonces, lo que decían muchos economistas: que había un dólar atrasado y que debía actualizarse.

¿Cuál es la lógica que piensan muchos expertos que va a tener el mercado? El blend fue anulado. Estaba en $1150 por dólar hasta el viernes. En esta situación, siempre que el dólar esté por encima de $1150 pesos, y ya está por encima, tenderán a vender. Milei aclaró, y probablemente el sector exportador, el campo, ya lo sabía, que la baja de retenciones era con un plazo, que ahora se elimina. “Vendan, porque después vuelven las retenciones a lo que eran antes”, dijo Milei. Y el sector agropecuario respondió: “Nos están extorsionando”. La realidad es que siempre fue así. Las retenciones no se bajaron por una política comercial o productiva ligada al campo, sino para estimular a que el sector exportador venda y ofrezca dólares. Coincide además la liberación del cepo con el comienzo de la cosecha gruesa. Hay entonces un mecano medianamente armado, de relojería, para que en el momento en que el Estado decide retirarse parcialmente del mercado de cambios, el sector privado esté dispuesto a ofrecer dólares.

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Los importadores, pensando en la suba del techo del dólar, van a comprar lo más barato que puedan. Se supone que cualquier particular, que tiene acceso irrestricto al mercado de cambios, si percibe que el dólar está por debajo de lo que estaba el contado con liquidación el fin de semana -1300 pesos—, van a comprar.

Hay dos dimensiones muy importantes en todo esto. El Gobierno renuncia a tener el control sobre el dólar como una herramienta antiinflacionaria. Es un camino hacia la coherencia. Era poco congruente que un gobierno como el de Milei, alguien para quien cual donde hay Estado, hay una perversión, tuviera estatizado un precio estratégico de la economía como es el tipo de cambio. Y aquella renuncia hace que otra variable económica comience a ganar relevancia: la tasa de interés.

El ritmo de la economía, el crecimiento, los niveles de inflación, calentamiento o enfriamiento de la economía van a manejarse con el precio del dinero. ¿Por qué es un punto a tener en cuenta? Porque si hay un desarreglo, si el esquema no se comporta de manera virtuosa y hay que corregir subiendo la tasa de interés, el oficialismo va a estar ante el problema en el que estuvieron las dos experiencias anteriores de normalización económica -Menem y Macri- que es dirigirse hacia una recesión.

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El gran desafío histórico y “cultural” de Milei es que este experimento, ligado a la libertad de mercado y a la derrota de la inflación, no termine en una recesión. Ganar la batalla cultural es lograr que estas ideas de libertad económica, de consagración de la iniciativa privada, de mercado, no terminen en un trauma social, porque se pierde el empleo y se destruye el tejido productivo. La llave entonces que va a tener el Gobierno para controlar la economía será subir o bajar la tasa de interés.

El otro tema, que probablemente sea el más sutil pero no menos importante, es que, desde este lunes a la mañana, el mercado empezó a votar.

Un analista político suele decír: “Al tener controlado el tipo de cambio, el Gobierno ejerce también un control político sobre la sociedad, porque el valor del dólar, sobre todo en la Argentina, es un termómetro muy sensible a los niveles de consenso o disenso, a los niveles de adhesión o de queja, que tiene la sociedad respecto del Gobierno”.

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Si las cosas andan bien, el dólar está quieto, o puede inclusive bajar. Y si las cosas andan mal, el primer lugar donde se refleja es en la pizarra de las casas de cambio. Ahora esto se liberó. Y ahí hay un termómetro inquietante para cualquier oficialismo que es la cotización del dólar para saber qué nivel de adhesión tiene respecto de la gente.

Todo esto se produce en un contexto político muy llamativo. Es un escenario internacional donde hay un monto de incertidumbre pocas veces visto, debido a que Trump decidió tocar todas las variables, y sobre todo una: lo que tiene que ver con el comercio, modificando aranceles. Fue y tuvo que volver de esa idea. Y ahora, lo que parecía una pelea contra el resto del mundo, es una riña solo contra China.

En ese marco, cuando EE.UU. afronta una tormenta por las decisiones de su presidente —no se sabe si esa tormenta supone que se encamina hacia una recesión y, al mismo tiempo, hacia un rebrote inflacionario— sucede algo que no hay que perder de vista: Scott Bessent, el secretario del Tesoro, decide estar en Buenos Aires el día que abre el mercado de cambios, después del acuerdo con el Fondo que supuso la liberalización de ese mercado.

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Es una señal muy contundente de respaldo del gobierno de Trump a la gestión de Milei, de carácter internacional, porque aquellos que tienen que tomar decisiones económicas en cualquier lugar del mundo miran todos los días dónde está el señor Bessent, que hoy estaba en Buenos Aires diciendo que este experimento que ocurre hoy en la Argentina es muy importante para ellos, sobre todo en una región donde “tenemos pocos amigos”. Si bien acaba de ganar Noboa en Ecuador, en Venezuela sigue habiendo un gobierno dictatorial, muy antiamericano, muy anti-Washington; en Brasil hay un gobierno de izquierda, también con tensiones con Estados Unidos, como el de Lula; en Uruguay acaba de ganar un gobierno que se alineó también en contra de Estados Unidos. De hecho, el gobierno del Frente Amplio no califica a Venezuela como una dictadura. Hay un gobierno de izquierda en Colombia, en Chile, en Bolivia y en México, donde hay enormes tensiones con Estados Unidos. La gestión de Milei es una especie de mosca blanca en la región. Y también por eso al gobierno norteamericano, y sobre todo al secretario del Tesoro, le interesó estar acá en un momento de convulsión internacional. También tuvo una reunión con Luis Caputo, ministro de Economía.

Al mismo tiempo, no hay que mirarlo como una visita que sucedió por casualidad, llegó a Buenos Aires Matt Schlapp, el presidente del CPAC, la liga de asociaciones políticas, partidos y corrientes de ultraderecha, que une a Bukele, a Jair Bolsonaro en Brasil, a Milei, a Trump. El presidente de esa liga, que es un hombre muy ligado al esquema político del presidente nortemaricano, estuvo este lunes en Buenos Aires, acompañado por el dueño de un fondo de inversión que invierte, inclusive, en el negocio del fútbol, como es Rob Citrone.

Llegaron prácticamente al mismo tiempo que Bessent, se fueron con 40 minutos de diferencia y hay un dato interesante para mirar las relaciones entre Buenos Aires y Washington: el avión. El avión negro que usaron los visitantes es del empresario Leonardo Scatturice, en el que llegó, hace más o menos un mes, una referente local del CPAC, que es Laura Arrieta, en aquel vuelo controvertido porque aparecieron informaciones de que no se había revisado el equipaje y no se sabía muy bien qué traían. Curiosamente, en ninguna foto de ayer estuvo el canciller Gerardo Werthien. Estuvo Santiago Caputo, asesor del Presidente, quien es el que mantiene el vínculo con esta asociación internacional, la cual explica, probablemente por su afinidad política, por el alineamiento automático de Milei con lo que haga Donald Trump, la visita de Scott Bessent para respaldar un momento crucial del gobierno de Milei, que es la apertura del cepo. Probablemente el día más peligroso que haya tenido hasta ahora, y probablemente el que tenga en estos cuatro años de mandato, ligado a una decisión del propio gobierno pactada con el Fondo.

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Matt Schlapp, el presidente del CPAC, llegó en el avión negro del empresario Leonardo Scatturice

La pregunta que hay que hacerse es si hay alguna condición en todo este respaldo para la Argentina. ¿Es gratis o el gobierno de Milei va a tener que hacer cosas para seguir ganándose este apoyo del gobierno de Estados Unidos? Ya sabemos que Donald Trump es impredecible. Pero Milei no, es absolutamente predecible: va a estar donde esté Trump. Ya sabemos cuál va a ser su conducta internacional futura todo este tiempo. La gran pregunta es: ¿qué le va a pedir el presidente nortemaricano? ¿Va a tener que dejar de hacer algo en relación con China?

Hoy el conflicto es China. Bessent lo explicó en reuniones reservadas también. El gobierno norteamericano quiere evitar que América Latina sea un espejo de África, donde las inversiones chinas terminaron colonizando el continente. La Argentina tiene un swap de monedas sin el cual no habría estabilidad cambiaria, pactado con el Banco Nacional chino. ¿Eso va a seguir siendo así o habrá que cambiarlo? ¿Qué ayuda podrá dar Estados Unidos para que eso cambie, si es que eso tiene que cambiar? Son las preguntas de este momento histórico que se explican por la foto de Scott Bessent, que en un día como este, convulsionado para Estados Unidos, decidió estar en Buenos Aires.

Todo esto tiene que ver con la política internacional comercial también porque el gobierno de Milei está aprovechando esta afinidad para negociar un acuerdo especial con Estados Unidos, que está llevando una guerra comercial a escala global. De hecho, hubo una reunión de cancilleres del Mercosur en Buenos Aires, donde el gobierno argentino, a través de Werthein, no pidió salir del Mercosur para celebrar un tratado con Estados Unidos —porque es muy difícil que lo acepte Trump en un momento proteccionista—, pero sí pidió una flexibilización.

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La Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, no pueden firmar tratados de libre comercio por separado porque el Mercosur es una unión aduanera, con un arancel externo común a todos. Pero hay un acuerdo interno por el cual, de todos los productos que se comercian internacionalmente, hay 100 sobre los cuales cada miembro del Mercosur puede firmar acuerdos particulares con otros países. Milei pidió ampliarlos de 100 a 150, pensando en Estados Unidos, a lo que los demás países dijeron que sí porque también necesitan mayor flexibilidad para hacer su propia negociación. No de un acuerdo de libre comercio, pero sí de moderar las restricciones que está poniendo Trump al acceso al mercado americano de productos de todo el mundo, centralmente siderurgia, acero y aluminio, que son los dos sectores más afectados.

Esto lo mira Europa porque la Unión Europea tiene negociado un acuerdo de libre comercio con Mercosur, que está todavía en trámite y debe terminar de ser aprobado. Los europeos amenazan con romper el acuerdo si se le entrega más mercado a Estados Unidos, a la vez que piensan que tal vez les conviene acelerar el acuerdo con el Mercosur, el cual venía muy lento por la presión de Francia e Italia.

Todo está cambiando. También el entorno de las relaciones comerciales de la Argentina con Estados Unidos y con Europa, en el plano de una política exterior argentina alineada con norteamérica como ni con Menem lo vimos.

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Este levantamiento del cepo cambiario se relaciona con otro problema estrictamente local y político: dar buenas noticias. La inflación, que es el gran trofeo del gobierno, ya es una lucha más difícil. En marzo era de 3,7% y hace nueve meses que no baja, sino que ha estado subiendo. Esto significa que la desaceleración de los precios comenzó a ser más lenta en los últimos meses. Casi todos los economistas pronostican que esta depreciación de la moneda afectará los precios. Es posible que haya una inflación mensual del 5% en un par de meses. Entonces, había que dar una buena noticia y es que se liberó el mercado cambiario y se permitió que las personas accedan al dólar. Y a quienes decían que el dólar estaba atrasado y que por eso la economía tendría más dificultades. en dinamizarse o en crecer, también les dan la razón.

Esto tiene que ver con una encuesta que Mora Jozami realizó para Casa Tres. El 52% está de acuerdo con eliminar el cepo, mientras que el 24% no. El Gobierno está mirando esto también. El 11% se beneficia del levantamiento del control cambiario, al 42% no le importa y solo el 24% piensa que le perjudica. Significa que el Gobierno también está haciendo política interna o electoral con la política cambiaria, como no podría ser de otra manera.

Encuesta sobre la opinión pública respecto al cepo al dólar

Al mismo tiempo, estas medidas —el acuerdo con el Fondo y la liberación del cepo— tienen un efecto en las alineaciones políticas locales, donde también se cruza lo electoral. El primero en salir fue Mauricio Macri, quien asumió una postura moderadamente optimista y condicional, como todo lo que Macri dice hoy sobre el Gobierno. Dice que es muy bueno y maravilloso, pero todavía falta. Además advierte por la institucionalidad, que es lo que viene machacando desde la postulación del juez Lijo a la Corte.

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Milei le contestó en la entrevista con Majul, donde adjudica que levantó el cepo que puso Macri. Se ensañó contra Hernán Lacunza, el ministro que tuvo que establecer el cepo al final del gobierno de Macri. Pero además, se mete de cabeza en las elecciones porteñas con mucha agresividad contra los Macri. Es importante escuchar lo que dijo este lunes por la mañana, al hablar de Jorge Macri, que es lo mismo que hablar de Mauricio.

Milei cruzó duramente a Jorge Macri
Milei cruzó duramente a Jorge Macri

Está diciendo muchas cosas. Dice que al desdoblarse las elecciones porteñas se rompió la relacion del Pro con La Libertad Avanza. Es muy importante porque hay una esgrima secreta entre Mauricio Macri y Javier Milei sobre quién es el culpable de que del centro a la derecha no haya unidad. Y que vayan por separado, potenciando las posibilidades del peronismo kirchnerista. Milei dice que el responsable fue Jorge Macri, que adelantó las elecciones porteñas para resguardar su reducto. Por su parte, Patricia Bullrich había dicho que los Macri están “cuidando sus negocios”.

Hay una visión muy agresiva en la Casa Rosada sobre la conducta de Jorge Macri y Mauricio Macri en relación con el gobierno porteño. Milei también dice que están demonizando a su hermana. No se sabe si es verdad. pero lo que sí es cierto es que en la campaña del peronismo y en la del Pro en la Ciudad han identificado que la figura oficialista a la que más fácilmente se le puede hacer bullying delante de la opinión pública es a Karina Milei, debido a su situación en las encuestas. Javier Milei lo vio en la elección contra Massa, donde también se empezó a demonizar su relación con su hermana. Y él le echa la culpa a Antoni Gutiérrez-Rubí, el catalán que asesoró a Massa en ese momento y que ahora asesora a Jorge Macri. Fueron a buscar con lupa los antecedentes migratorios de Gutiérrez-Rubí, y le quitaron el permiso de residencia porque descubrieron que había dicho que tenía un contrato con una universidad que finalmente no tenía. Están expulsando a Gutiérrez-Rubí porque le atribuyen ser el autor de una campaña sucia contra los Milei. Esto es importante porque si la figura de Karina Milei llega a ser —como dice su propio hermano— demonizada, lo que estará en juego es la estabilidad emocional de Milei, por el tipo de relación que tiene con su hermana, que le da calma y orden. Y, en pocas palabras, lo relaciona con el mundo de los seres humanos. Entonces están tocando un nervio importante.

Hay muchos negocios en la ciudad de Buenos Aires, tanto que una figura central del PRO y del radicalismo, quien hoy es el principal interlocutor político de Jorge Macri, Daniel Angelici, es concesionario de muchos negocios. Angelici es clave para los Macri. Pero en algunos de esos negocios es socio de uno de los mejores amigos de Karina Milei: el esposo de Pilar Ramírez, Darío Wasserman, vicepresidente del Banco Nación.

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Esto es importante porque ambos, Angelici y Wasserman, incluyen a personas en las listas de la Legislatura. Wasserman en la de La Libertad Avanza. Angelici en la del Pro y en la de la UCR. Así nos encontramos ante una especie de Ciudad Gótica, donde los concesionarios porteños forman sus bloques en la Legislatura, presumiblemente para seguir aprobando los negocios o adquirir otros nuevos.

La herramienta que tiene Mauricio Macri para condicionar a Milei en la Ciudad es amenazarlo con ir con Pro por separado en la provincia de Buenos Aires. Es una amenaza cada vez menos creíble por la foto de Cristian Ritondo y Diego Santilli, entregados nuevamente a la mesa de Karina Milei, Lule Menem y Sebastián Pareja, su operador. Acá lo incorporan a Guillermo Montenegro, el intendente de Mar del Plata, que, como no quiere que le armen una candidatura por La Libertad Avanza en Mar del Plata, también se entregó al gobierno nacional. Lo que le están diciendo a Macri es que, si quería presionar desde la Provincia, que se olvide porque ya se la entregaron.

La foto de Santilli y Ritondo con Karina Milei

En el momento en que más se están hostigando Milei con Macri, como se advierte en esa entrevista con Majul, hay un esquema de unidad en la provincia de Buenos Aires, donde se está resolviendo, provisoriamente, el duelo entre Cristina Kirchner y Kicillof. Ella le acaba de decir a Kicillof que si quiere desdoblar, que lo haga. Cristina cree que le va a pasar lo mismo que a Jorge Macri: adelantando la elección van a juzgar su gestión. Lo mismo sucede con la eliminación de las PASO, donde ella cree que sería mejor que haya una interna. Al final, lo que no le dice es que ella maneja la lapicera porque conduce el PJ, a través de su hijo Máximo, y entonces las listas las hace ella. Todavía no ha dicho nada en público, pero podría ser candidata a la legislatura bonaerense por la tercera sección electoral, el corazón del peronismo en el conurbano.

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Acá aparecen dos novedades: Kicillof debe volver a enfrentarse a Cristina Kirchner o someterse. Es difícil para el aparato bonaerense confrontar con ella, así que van a negociar. Especialmente los intendentes. Pero lo más importante es que, con este duelo con Cristina, es evidente que Kicillof se ha convertido en candidato o precandidato presidencial del peronismo. Lo más probable es que no sea el candidato de Cristina, aunque ella haya decidido no hostigarlo. Significa que la interna del peronismo ya se adelantó a las elecciones de medio término; la batalla presidencial está lanzada. Habrá que ver quién está dispuesto a competir con Kicillof, si se consolida como candidato, lo que será importante para el gobierno de Milei. Con un peronismo que compite por la candidatura presidencial es muy difícil pactar. Ningún sector se sentirá cómodo asociándose a Milei para que el otro sector le diga que es pactista con un gobierno liberal de derecha y ajustador.

Se está diseñando aceleradamente un nuevo mapa, muy condicionado por la economía, y, en especial, por el valor del dólar.

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