POLITICA
El Gobierno le anunció al Mercosur que quiere firmar acuerdos comerciales sin el bloque
El Gobierno le informó por primera vez a sus socios del Mercosur que desea firmar acuerdos bilaterales de libre comercio con terceros países, aunque el bloque no lo acompañe.
Se trata de un planteo de alta importancia. En primer lugar, porque da un giro a la posición que había tenido el kirchnerismo, más cerrada. Y, por otra parte, porque la normativa vigente le impide a los socios del Mercosur establecer acuerdos con terceros países sin aval de los otros miembros.
La decisión 32/00 del Consejo del Mercado Común estipula que se negocia «en forma conjunta acuerdos de naturaleza comercial con terceros países o agrupaciones de países extrazona en los cuales se otorguen preferencias arancelarias», y que «no podrán firmar nuevos acuerdos preferenciales o acordar nuevas preferencias comerciales en acuerdos vigentes en el marco de ALADI, que no hayan sido negociados por el Mercosur».
Es decir, se firman acuerdos de conjunto o nada, lo que es un debate de años para una asociación por completo en crisis, y entre las más proteccionistas del mundo.
Por lo tanto, si no quiere romper con los socios fundantes del bloque, Brasil, Paraguay y Uruguay, la administración de Milei va a tener que negociar de qué manera se da este giro. O si no, pegar un portazo, ya que Brasil, y en menor medida Paraguay, quieren que siga vigente la decisión de grupo por encima de los acuerdos bilaterales.
Cuál fue el planteo de Argentina
Fue la canciller Diana Mondino quien hizo el planteo. Fue el lunes, en Montevideo, durante una reunión de los ministros de Relaciones Exteriores del Mercosur, en la que se debatieron modalidades de negociación propuestas por todos. La misma siguió hasta este miércoles en Brasilia pero sin los cancilleres.
“Argentina reconoce los importantes logros del Mercosur, a la vez que tiene una mirada crítica sobre su presente y considera que su potencial como mercado ampliado y plataforma de relacionamiento con el mundo está altamente desaprovechado. Al mismo tiempo, nuestro país es consciente de las sensibilidades y los intereses de algunos de los socios”, empezó diciendo la ministra.
Según la comunicación de su oficina de prensa en Buenos Aires, ya que la reunión fue cerrada, se planteó que el Mercosur no había logrado en estos años convertirse en un instrumento de acceso a los grandes mercados externos, incluyendo un acuerdo sobre el Arancel Externo Común, que es alto para los estándares internacionales.
“Argentina propone entonces que a aquellos miembros del bloque dispuestos a abrir nuevos mercados se les permita iniciar negociaciones de forma individual o plurilateral. Elaboramos una propuesta para la aplicación secuencial de distintas modalidades de negociación, más flexibles, con terceros países o grupos de países”, sostuvo la Canciller.
“Nuestra intención es que si durante un período de tiempo (dos reuniones del Grupo Mercado Común) no se alcanza entendimiento para negociar en conjunto, podrán iniciarse negociaciones bajo esta tercera modalidad, y los Acuerdos que se suscriban estarán abiertos a la adhesión de los demás Estados Partes”.
En la reunión estaban el anfitrión uruguayo, Omar Paganini; Mauro Vieira, de Brasil; Rubén Ramírez Lezcano, de Paraguay y la canciller de Bolivia, Celinda Sosa, cuyo país se acaba de incorporar como miembro pleno al Mercosur. Todos estuvieron con sus coordinadores nacionales, Argentina con el secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Marcelo Cima y con el embajador en Montevideo, Martín García Moritán.
El planteo de Mondino fue un día después de que el presidente Milei dijera en un programa de televisión que la cantidad de acuerdos comerciales que se habían firmado con su gobierno era histórica. Eso no es así, al menos al momento, y el Mercosur es una de las uniones aduaneras más cerradas del mundo. Su crisis política, comercial y son inmensas. A su vez, la misma industria argentina se muestra renuente a una apertura comercial a países desarrollados.
Basta recordar la actual mala relación de Milei y Lula da Silva y la de Alberto Fernández con Jair Bolsonaro y con Luis Lacalle Pou de hace unos años para seguir sus desencuentros.
Milei ni siquiera fue a la reunión del Mercosur en Asunción, el pasado 8 de julio, por su pelea con Lula, y está en fuerte tensión con el gobierno de Luis Arce en Bolivia, y con la mayoría de los Estados Latinoamericanos, con excepción de Paraguay, Uruguay y El Salvador.
Qué acuerdos quiere Argentina
¿Cuáles son los países en los que piensa hoy Argentina? Los planteó Mondino, que busca “revitalizar” las negociaciones que se llevan adelante con Emiratos Árabes Unidos, EFTA (Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza), República Dominicana, El Salvador, Panamá, el Consejo de Cooperación del Golfo, Vietnam e Indonesia.
Distinto es el caso de las complejas y sinuosas negociaciones que existen desde 2005 entre el Mercosur y la Unión Europea para firmar un acuerdo de libre comercio que, según el momento histórico, las traban o un país de la UE, como Francia, u otro del Mercosur, dependiendo quién gobierne.
El kirchnerismo por ejemplo, fue extremadamente cerrado y proteccionista. Cuando Mauricio Macri quiso flexibilizar el bloque, los industriales pusieron reparos.
Entre tanto, tanto Estados Unidos en su momento, como China ahora, intentan acercarse al bloque con la firma de un acuerdo comercial que es de delicada sintonía geopolítica. Cuando Uruguay lo intentó con Beijing, todos los países le salieron al cruce, sin embargo China y Lula hace su juego. Argentina viene rezagada.
No tan lejos están los surcoreanos que acaban de firmar un acuerdo con los paraguayos de asociación económica centrado en comercio e inversión, que supone el segundo de este tipo rubricado por el país asiático con un miembro de Mercosur.
POLITICA
River perdió el partido, los estribos y quedó envuelto por el escándalo en Mendoza
No dio la talla. Faltó juego, asociaciones, temple y sobraron errores, desinteligencias, nerviosismo. La derrota 2 a 1 de River ante Independiente Rivadavia, en Mendoza, anuló la ilusión de los millonarios de batallar por el título. Ocho puntos separan al equipo que conduce Marcelo Gallardo del líder Vélez, con 12 unidades en juego. El gol de Ham, en el noveno minuto de adicional, decretó la caída y avivó el escándalo en la cancha y en el gimnasio del estadio Malvinas Argentinas, con una persecución de jugadores a Sebastián Villa y escenas que multiplicaron el descontrol. El final fue caótico, con corridas, gestos y golpes.
Un rato largo después de la derrota, Marcelo Gallardo dio la cara. El DT de River fue claro en su opinión: “Fue una reacción en caliente por un gesto que hace un adversario, y termina el partido. Nada justifica el comportamiento de los dos equipos. Nada lo justifica, esas cosas se dan a veces cuando estas en caliente. Creo que se metió mucha gente y fue muy confuso, no puedo detectar bien qué fue lo que pasó. No esta bueno, no me gusta. Hay que asumir la bronca y guardarse”. Y no eludió la autocrítica por el pobre rendimiento de su equipo: “Jugamos un muy mal segundo tiempo, no queda otra que reconocer que no nos salió nada”.
Una jugada repetida, pero que no deja de tener efectividad. Una acción conocida, que los directores técnicos remarcan, aunque las precauciones que se toman en la teoría se derrumban en la práctica. El pase de Tonetto al espacio, la corrida de Villa, el enganche del colombiano para la pierna hábil ante la marca de Gattoni y el latigazo de derecha para que resultara improductivo el revolcón de Armani.
Sencillo, pero vigente, el festejo del delantero es una escena que River padeció por cuarta vez: ahora, con la camiseta de Independiente Rivadavia; las anteriores, con la de Boca. Un gol que remarcó la endeblez de la fórmula de zagueros centrales, donde quien tomó al atacante fue engañado y González Pirez –que miraba de reojo al juez asistente Facundo Rodríguez– habilitó en el inicio de la jugada. En apenas siete minutos, los mendocinos descubrían la desnudez de un rival que debía marcar el pulso.
El resumen de la derrota de River
Para revertir el resultado, River necesitaba tiempo, pero las acciones polémicas consumieron minutos para un equipo que manejó la tenencia de la pelota, aunque careció de creatividad para desarticular al rival. Un remate de Echeverri y otro de Bustos –tras un desborde de Colidio–, las situaciones de riesgo que levantaron al público millonario, que se vistió de neutral sin disimulo. Tres minutos se recuperaron en el primer tiempo de los casi diez que estuvo detenido, después de los dos penales que sancionó el árbitro Arasa: en el primero, Lucas Novelli –árbitro del VAR– anuló la mano de Sheyko Studer por posición adelantada de Solari. Más tarde, el mismo defensor bloqueó un remate de Echeverri y desde el VAR convocaron al árbitro principal para que repasara la jugada. Arasa defendió su interpretación y Colidio, con un remate de derecha y cruzado, igualó el marcador.
El escándalo del final
Nublado en ofensiva y errático en defensa, River sufrió tres veces en la misma jugada en el inicio del segundo tiempo, después de un error de Villagra: Sequeira, Ramis y Cardillo no pudieron con Armani, la gran figura riverplatense en la noche mendocina. La urgencia por un triunfo que mantuviera viva la esperanza de pulsear por el título invitaba a jugar a campo abierto: Villa pecó de individualista y definió desviado, cuando Ramis reclamaba el pase. Agazapado, Independiente Rivadavia era inteligente para romper los circuitos y veloz para correr hacia el arco rival. Armani con sus respuestas, como en el disparo de Tonetto, sostenía la ilusión.
¡ATENCIÓN! ¡ESTE ES EL GESTO DE SEBA VILLA CONTRA LA GENTE DE RIVER Y QUE DESATA EL ENOJO DE LOS JUGADORES DEL MILLONARIO! pic.twitter.com/9hVMvdcslq
— SportsCenter (@SC_ESPN) November 22, 2024
La mejor respuesta colectiva de River la compusieron Meza y Echeverri, que de cabeza dejó la pelota en el techo del arco. Los ingresos de Borja, Mastantuono, Pity Martínez, Aliendro y Bareiro no modificaron el escenario, más allá de alguna situación –un cabezazo de Borja, una atropellada de Aliendro que no tuvo tiempo y espacio para definir- que puso en aprieto a Centurión, arquero que se forjó en las divisiones inferiores de los millonarios.
River resultó un equipo con poca chispa, adormecido, indolente, alejado de las formaciones con el sello que impuso Gallardo. Decidió jugar un ida y vuelta en el desenlace, pero no tuvo contundencia y mucha fragilidad en defensa e Independiente Rivadavia, un rival que estaría perdiendo la categoría si no fuera porque la AFA anuló los descensos en esta temporada, explotó con el tiro del final de Ham. River estaba obligado a ganar para sostener un sueño. Perdió y quedó envuelto por el escándalo.
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