El primer pleno de la Asamblea de la Comunidad de Madrid ha dejado un fuerte cruce político entre el PP y Vox por la inmigración. El choque tiene un trasfondo electoral: la estrategia de Génova de polarizar con una ultraderecha en crisis para quedarse con una parte de sus votantes.

La discordia entre la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y la portavoz de Vox, Rocío Monasterio, se produjo en el debate sobre qué hacer con la llegada masiva de inmigrantes desde las Islas Canarias a Alcalá de Henares, una situación que ambas formaciones entienden como problemática.

A Ayuso no le gustó nada que Monasterio sacase nuevamente el tema a colación tras la crítica cerrada de ambos grupos parlamentarios a la mala gestión de Moncloa en esta materia. 

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«Hay que llevar a esos migrantes con autobuses a la puerta de La Moncloa», pidió la diputada de Vox. «No entiendo la insistencia de Vox una y otra vez por este asunto», respondió la líder madrileña, lo que dio paso a diferenciación de posturas.

 «Todo lo que dice en materia de migración siempre viene con estigma. El delito no viene con la raza, ni con el país de origen, señora Monasterio. En esta materia, yo no voy con usted a ningún lado porque viven únicamente para atacar al PP», planteó ofuscada. 

Todo lo que dice en materia de migración siempre viene con estigma. El delito no viene con la raza, ni con el país de origen

Ayuso acusó a Monasterio de «mentir todo el tiempo» en los debates sobre la inmigración y aclaró que su «discurso es el del mestizaje y la apertura, y por eso Madrid es internacional».

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La réplica de Monasterio no se hizo esperar: replicó Monasterio: «No es mestizaje que las mujeres tengamos que ir con la cabeza cubierta o con manga larga porque nos lo impongan otras culturas, no es mestizaje tener unos tipos con machetes cortando brazos a niños para robarles».

Vox acusa al PP de tener la misma postura que la izquierda respecto a qué hacer con la inmigración ilegal. «Ayuso quiere integrarlos, nosotros deportarlos», remató Monasterio.