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POLITICA

El trasfondo político del apriete de los Moyano por las grúas y una interna latente entre Jorge Macri y Rodríguez Larreta

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La trama detrás de la decisión del gobierno porteño de estatizar el servicio de grúas de acarreo es bastante compleja de entender, aunque tiene que ver directamente con cuestiones de internismo político y de aprietes de por medio recibidos de parte del sindicato de Camioneros, con el que mantuvo una relación oscilante en los últimos años, pero que se deterioró desde la asunción de Jorge Macri.

Ni Hugo ni Pablo Moyano tienen vínculo con el actual jefe de Gobierno porteño. El puente más cercano en el diálogo con Camioneros es a través de Clara Muzzio, la vicejefa y titular de la Legislatura, pero la relación en general dista mucho de los tiempos de Horacio Rodríguez Larreta e incluso Mauricio Macri, con quienes hubo diferentes conflictos abiertos, pero que finalmente se terminaron solucionando.

Cuentan en los despachos de Uspallata que fue realmente sorprendente ver que el contrato firmado en diciembre del año pasado por el sistema de acarreo de grúas duplicaba en cotización el valor que realmente debe afrontar la Ciudad si el servicio se estatizaba, como terminó pasando.

«Los montos son gravosos, se pagaban $ 2.900 millones por mes cuando nosotros podemos resolverlo por $ 1.500 millones», sintetiza una fuente que en su comentario esconde una crítica directa hacia el larretismo, que fue el que cerró el acuerdo en diciembre de 2023, tres días antes de culminar la gestión. «Es un escándalo lo que hicieron, cerrando un contrato a 10 años además», agrega otra de las voces consultadas por Clarín.

En el larretismo les sorprende que Jorge Macri, que fue ministro de Gobierno los últimos dos años, no haya planteado reparos al asunto en las reuniones de gabinete de ese tiempo, sobre todo porque las licitaciones en el sistema de grúas de acarreo vienen desde la gestión de Mauricio Macri en Ciudad, aseguran fuentes consultadas.

Y creen que la estrategia de confrontar con el ex jefe porteño tienen que ver con una serie de informes que llegaron al gobierno porteño que muestran disconformismo con el rumbo de la gestión y cierta nostalgia en relación a los mandatos de Rodríguez Larreta. Sobre cómo se eligieron las empresas y las vinculaciones con el moyanismo, destacan la transparencia del mismo y aseguran que casi todas las que se presentan para hacerse cargo del servicio tienen vinculaciones con sectores sindicales.

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Otros tiempos en la relación con la Ciudad, con Macri, Rodríguez Larreta y Moyano.

Las tensiones entre el actual gobierno y su antecesor existen desde antes que se produjera el recambio de autoridades. Jorge Macri aceptó ser ministro de Gobierno de Larreta para jugar electoralmente en la Ciudad, pero el ex alcalde nunca lo apoyó abiertamente en la PASO con su socio político Martín Lousteau, que terminó ganando el ex intendente de Vicente López por un margen muy estrecho.

Desde que asumió, la interna se acrecentó, con Jorge Macri desactivando en las últimas semanas decisiones adoptadas por Larreta, como la reconversión del microcentro, pero con el conflicto con Camioneros por la licitación del sistema de grúas de acarreo prevaleciendo por encima de todo. El apriete de los Moyano al frenar la recolección de la basura en gran parte de la Ciudad motivó la decisión inmediata de Macri de cancelar la preadjudicación del contrato y estatizar el servicio.

El conflicto se veía venir en la Ciudad, aunque sólo faltaba definir la hora, el día y de qué manera los Moyano, vinculados a dos de las tres empresas preadjudicadas, iban a actuar. Internamente, en el Gobierno porteño también veían en el tema un foco de crisis futura a nivel legislativo, ya que varios bloques opositores estaban esperando la concreción definitiva del contrato para salir a cuestionarlo.

En Camioneros insistieron con dialogar directamente con Clara Muzzio, con quien trataban cuando se desempeñaba como ministra de Espacio Público e Higiene Urbana, durante la gestión de Rodríguez Larreta. Hubo reuniones del secretario gremial del sindicato con Néstor Grindetti, pero cargadas de tensión por las diferencias esgrimidas y por el mal vínculo que tienen los Moyano con el jefe de Gabinete, que no sólo sucedió a Hugo Moyano como presidente de Independiente -breve paso de Fabián Doman de por medio-, sino que además lo denunció en la Justicia por su gestión al frente del club de Avellaneda.

Entretanto, Jorge Macri le dedicó el día completo a resolver el tema. Hasta la tarde-noche estuvo reunido con sus colaboradores e incluso no asistió al acto de asunción formal como presidente del PRO porteño al que tenía previsto ir. Ahí hay otro posible conflicto con el larretismo en puerta.

El partido venía siendo gobernado por Claudio Romero, alfil porteño del ex jefe de Gobierno, que asegura haber dejado una gestión con un superávit financiero de $ 80 millones por primera vez en la historia del partido y el doble de afiliados de los que había cuando asumió. En el «jorgemacrismo» quieren ver cada número que heredó de una administración del mismo signo político, con la que está en crisis.

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POLITICA

Quién es el mecenas del PJ bonaerense detrás del apriete de La Cámpora a Axel Kicillof

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Había de refregarle alguna vieja factura a Axel Kicillof, delante de todos pero sobre todo de la jefa Cristina Kirchner y Sergio Massa. Máximo Kirchner estaba al tanto de los detalles. Sabía de qué iba el escarmiento y autorizó cómo y cuándo sería llevado a cabo.

El encargado de incomodar al Gobernador fue el joven abogado intendente camporista de Carmen de Areco, Iván Villagrán. La estocada sucedió ni bien empezó la reunión del Consejo del PJ bonaerense, este lunes en Moreno. Llamó la atención el argumento que el presidente del PJ provincial eligió para incomodar a Kicillof.

Micrófono en mano, el jefe comunal acusó al gobierno provincial de perseguir a un concejal de la agrupación de Máximo Kirchner que además es dueño de una de las carnicerías que más vende en la Segunda Sección electoral bonaerense. Villagrán se quejó porque el Ministerio de Trabajo de Kicillof, que encabeza Walter Correa, le habría aplicado sanciones al establecimiento comercial de su amigo empresario y militante, supuestamente por tener trabajadores en negro.

Dinardi, de remera negra, es un empresario y concejal de La Cámpora en Carmen de Areco. Su intendente acusó a Kicllof de perseguirlo con inspecciones.

La supuesta víctima de los inspectores bonaerenses sería Sergio Dinardi, un entusiasta kirchnerista fanático de San Lorenzo que ingresó a la política como un importante aportante de campaña. Algo le habrán visto que La Cámpora de Areco lo invitó a liderar la lista a concejales en 2019.

Y quizás algo no habrá gustado tanto que para renovar su banca lo pusieron, el año pasado, en el puesto número 5. Quedó afuera. Como a la hora de vender achuras, a Dinardi lo persigue la suerte: a los pocos días de la elección, un concejal electo renunció y así pudo conservar su banca. Click caja.

En la ciudad de apenas 15.000 habitantes señalan que Dinardi se mueve como la mano derecha del Intendente Villagrán. Es el mayor de cuatro hermanos. El que lo sigue, Mariano, también se dedica al rubro cárnico: es dueño de Dinardi S.A, uno de los frigoríficos más importantes de este sector del Norte del GBA. Los Dinardi no nacieron ni se criaron en Areco, sino en San Andrés de Giles (a 39 km de distancia), donde Mariano tiene su compañía que ocupa más de media manzana.

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El negocio del Sergio Dinardi se llama «La Central» y está en Sarmiento 777. Según consta en el gobierno provincial, a fines de 2019 ya había sido sancionado por funcionar sin la habilitación provincial. Incluso le clausuraron un sector del local. En mayo del 2020, después de otra inspección, el concejal dijo que ya había empezado con los trámites para sacar los permisos que fija la ley, pero para marzo de 2021 no lo había logrado: una nueva acta indica que seguía funcionando flojo de papeles.

En Areco todos resaltan lo generosos que suelen ser los hermanos Dinardi con la política. No con toda la política, sino que sus donaciones auxilian al gobierno local de La Cámpora, no sólo para promover actividades en la ciudad sino también para incursionar en otros partidos vecinos.

Iván Villagrán es el intendente de La Cámpora en Carmen de Areco.  En una jugada contra Kicillof, le recriminó adelante de Cristina y de Massa que su Gobierno perseguía a un concejal de su agrupación que tiene una empresa.Iván Villagrán es el intendente de La Cámpora en Carmen de Areco. En una jugada contra Kicillof, le recriminó adelante de Cristina y de Massa que su Gobierno perseguía a un concejal de su agrupación que tiene una empresa.

El escarmiento público que La Cámpora organizó el lunes en contra de Kicillof tuvo una respuesta casi inmediata que generó cierta zozobra. La cara adusta de Cristina lo decía todo: no le gustó nada. Andrés «Cuervo» Larroque olió que el desplante era una especie de zancadilla en el encono personal que Máximo tiene con el gobernador. «Máximo, te pido por favor que ubiques a este pibe», levantó la voz Larroque.

«Lo pensaron para lastimar a Axel. Fue un golpe bajo y estúpido que responde más a un berrinche de centro de estudiantes que a un planteo de dirigentes con muchos años manejando demasiado poder y dinero. Con razón viven fracasando», dijo ante Clarín un alto integrante peronista del Gabinete provincial.

En el círculo íntimo de Kicillof no cayó nada bien el tackle «desubicado y a traición» que le armó La Cámpora. Incluso, ante este diario, al menos dos intendentes del GBA que estaban presentes y se paran en el lado de la balanza de Máximo, reconocieron que fue «un disparate» el planteo del intendente de Carmen de Areco.

«Se quejó porque el Gobierno hace lo que tiene que hacer que es inspeccionar a las empresas para que cumplan con la ley. Y encima lo plantea como si su concejal empresario debería tener algún tipo de privilegio por ser de La Cámpora«, reflexionó un jefe de la Primera Sección del GBA.

La relación entre Máximo y Kicillof está rota. La relación entre Máximo y Kicillof está rota.

Nadie sabe bien si Máximo heredó de su padre la inclinación de frentear a los demás. Quizás Daniel Scioli tenga algo que decir. Fue él quién soportó un regaño público de Néstor Kirchner cuando le dijo en un acto que identifique quién le ataba las manos. Kicillof parece haber aprendido algo del despreció al que la pareja presidencial sometió al hoy funcionario libertario. Mientras a Scioli no lo defendía ni el DT de La Ñata, el actual gobernador se rodeó de intendentes y dirigentes con cierto peso que lo defienden y presentan batalla ante los ataques de La Cámpora. Jorge Ferraresi y el propio Larroque son las caras más visibles.

Para muchos de quienes creen conocerlo bien y hasta sienten aprecio por él, Máximo nunca terminó de madurar. Opinan que con casi 50 años, Máximo cree que para diferenciarse tiene que disfrazarse de lo que no es. Sueña con ser reconocido como un simple pibe de barrio que vive como los demás pibes de barrio. «Sobreactúa y cada vez es más dificil creerle», indica el mismo intendente peronista.

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