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Escándalo: el Presidente del Tribunal de Cuentas de Tucumán, salpicado por negociados familiares y casos de corrupción

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El Presidente del Tribunal de Cuentas de la Provincia de Tucumán, Miguel  Chaibén Terraf, viene siendo protagonista de un escándalo que pone en tela de juicio su desempeño como funcionario público y  el accionar del organismo de contralor.

A través de una investigación periodística se comprobó que Terraf habilitó a su consuegro un negocio multimillonario para la provisión de comestibles y aguas con comprobado sobreprecios. Las contrataciones celebradas entre el padre de su yerno se circunscriben a la órbita del Ministerio de Desarrollo Social, y la facturación asciende a  más de 600 millones de pesos

Terraf lleva más de 20  años en su cargo como autoridad máxima, un plazo que representa mucho más tiempo que el que llevan las máximas autoridades de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Incluso durante sus más de 2 décadas en función, pasó la gestión de 12 años del exgobernador  preso y condenado por violación José Alperovich, en el cual también hubo una gran cantidad de sobreprecios en la obra pública de la década kirchnerista cuando el tucumano y Secretario de Obras Públicas de la Nación, José López, asignaba fondos discrecionales para obras de infraestructura en su provincia de origen.

Condenado por violación: José Alperovich pretende que la Corte Suprema lo exima de prisión

Pero la gestión de Terraf, está en el ojo de la tormenta por otra anomalías que comprometen e involucran a sus familiares directos, siendo el caso de su esposa, Marcela Manso, uno de los más llamativos debido al cobro de 2 sueldos estatales en simultáneo, como funcionaria jerárquica de la Dirección de Personerías Jurídicas y como  empleada de la Legislatura de Tucumán.

Durante los años de Alperovich en el gobierno, Terraf no solo obtuvo su cargo de manera vitalicia sino que también se convirtió en un socio invalorable, en las distintas tropelías realizadas por el exgobernador. “El pacto entre Alperovich y Terraf se firmó con la designación de una de sus hijas, Gabriela Terraf, como Jueza de Paz , sin tener ningún tipo de conocimiento en Derecho”, contó una fuente tucumana a este medio. “Debe ser el único caso en la Argentina de una jueza que estudió Psicología“, acotó la misma fuente.

“Rugbiers ñoquis”: el titular del Tribunal de Cuentas de Tucumán contrató a todo el plantel de rugby de su club

Además de cumplir una dudosa función como organismo de contralor durante la gestión ininterrumpida de Terraf, el Tribunal de Cuentas se convirtió además en una bolsa de empleo usada por Terraf para ubicar en el organismo de control, a todas sus amistades y sus yernos circunstanciales, siendo el caso más grave el de Esteban González, quien  hoy  a través de la firma de su padre Eduardo Luis Gonzalez, ejecuta las contrataciones multimillonarias en las cuales provee de agua ozonizada y alimentos a los institutos de cuidado de niños y ancianos del Ministerio de Desarrollo Social. Para peor, en estas instituciones sobran las denuncias por el mal estado de los comestibles y la dudosa calidad del agua que los González venden al Estado, encima con comprobados sobreprecios.

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Por su parte, el yerno de Terraf, arrastra una denuncia paralizada en la justicia provincial, por la malversación y robo de más de 200 millones de pesos durante su paso por la entidad crediticia provincial, la Caja Popular  de Ahorros.

Otro de los accionares que comprometen en su gestión al frente del Tribunal de Cuentas, es la falta de control  a la empresa proveedora de energía eléctrica en la provincia, EDET, la cual incumple contractualmente la prestación del servicio, con apagones constantes y tarifazos recurrentes. Todo en el marco de la falta de inversión que la empresa no realiza en Tucumán desde hace décadas.

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Euforia por los resultados en el comando trumpista en Florida, donde solo se espera el anuncio final para desatar “una fiesta”

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WEST PALM BEACH, Florida.- Con el camino al triunfo de Donald Trump ya prácticamente allanado, la expectativa está puesta en el discurso del líder republicano en el megaevento electoral del candidato republicano, que revolucionó West Palm Beach, en Florida, el lugar elegido por su equipo de campaña para lo que será su fiesta de victoria, de desquite casi personal de la derrota de 2020.

El último estallido del público llegó con las proyecciones de que el magnate se quedó con Pensilvania, uno de los estados que se preveían cruciales. Solo faltaba sumar oficialmente un puñado más de votos en el Colegio Electoral para que Trump se convierte en el 47 presidente de Estados Unidos.

“¡Se acabó!”, festejó un hombre en medio del en griterío que parecía un punto sin retorno. Un joven con una gorra de Make America Great Again subió la apuesta. “¡Que se joda Joe Biden! ¡Que se joda ella!”, dijo en referencia a Kamala Harris, la rival de Trump en las elecciones.

La multitud, eufórica, coreaba: “¡Estados Unidos! ¡Estados Unidos!”. Ahora están reunidos cerca del escenario esperando que Trump entre y pronuncie un discurso. Todo es entusiasmo, abrazos y sonrisas, en un búnker al que siguen llegando invitados, como Tucker Carlson, recibido como una estrella.

Los partidarios reaccionan mientras ven los resultados durante una fiesta electoral para el candidato presidencial republicano Donald Trump

“Se va a terminar este desastre [del gobierno demócrata]. Hoy será una fiesta. ¿Alguna duda de eso?”, señaló más temprano Magali, que llevaba un vestido brillante con los colores de la bandera norteamericana. “Me quedaré hasta el final para escuchar a nuestro líder”, añadió la mujer, junto a un grupo de amigas, todas vestidas para una fiesta. Tras una cena múltiple que ofreció en su club Mar-a-Lago a personas de su entorno y donantes de campaña –el multimillonario Elon Musk fue uno de los invitados estelares-, Trump ya se dirige al Palm Beach County Convention Center para dar un discurso.

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Un partidario sostiene un chaleco de seguridad decorado durante la fiesta de vigilancia de la noche de las elecciones para el candidato presidencial republicano, el expresidente Donald Trump

Con el avance del recuento oficial y el mapa de estados que poco a poco se pintó más de rojo que de azul, como era esperado con los primeros anuncios, la confianza en el búnker trumpista iba en aumento. También por las proyecciones que circulaban en redes sociales y medios de comunicación sobre las mayores posibilidades de victoria republicana en el Colegio Electoral, la llave para volver a la Casa Blanca. Nadie despegaba su mirada de las pantallas y los celulares, atentos a cada dato. De todas formas, ninguno se quería adelantar a los resultados finales.

“Esperamos un triunfo, sin dudas, aunque sabemos que el anuncio oficial puede tardar. Habrá que tener paciencia”, dijo a LA NACION Matt Moore, que viajó especialmente desde Wisconsin para el evento. “Es difícil confiar en el sistema electoral, ya vamos viendo lo que pasa en Pensilvania”, advirtió, mientras mostraba en su celular una publicación de Trump en Truth Social, aún en plena votación, en la que denunciaba “masivas trampas en Filadelfia”.

Partidarios esperan en una fiesta de observación de la campaña electoral del candidato presidencial republicano, el expresidente Donald Trump, el martes 5 de noviembre de 2024, en West Palm Beach

En medio de un fuerte operativo de seguridad desde temprano en torno al centro de convenciones, unos 5000 republicanos invitados se congregaron para seguir los resultados. El merchandising trumpista estuvo a la orden del día: con gorras rojas MAGA (Make America Great Again), banderas con la cara del magnate y otras norteamericanas, y remeras estampadas con la fórmula Trump-Vance 2024.

El primer grito llegó con la confirmación del amplio triunfo republicano en Florida. “¡Trump! ¡Trump! ¡Trump!”, cantaron los simpatizantes cuando el extremo sudeste del mapa se pintó de rojo, en el estado de residencia del expresidente. “¡Flo-ri-da! ¡Flo-ri-da!”, corearon sus simpatizantes.

Partidarios llegan a una fiesta para ver la noche de las elecciones del candidato presidencial republicano, el expresidente Donald Trump, el martes 5 de noviembre de 2024

Las encuestas preveían un triunfo cómodo de Trump –por unos siete puntos- en el estado del sol, convertido en un bastión republicano después de haber sido un distrito en disputa en elecciones pasadas (Barack Obama se impuso en 2008 y 2012). El candidato republicano se aseguró esos 30 votos para el Colegio Electoral, con la sorpresa de una victoria aplastante: 13 puntos de ventaja sobre Kamala Harris. Fue una diferencia mucho mayor a la pronosticada, lo que consolidó el amplio predominio conservador en el estado (en cada elección en la que participó, Trump aumentó aquí sus márgenes de victoria).

Además, Trump se convirtió en el primer candidato presidencial republicano en ganar Miami-Dade, el condado más poblado de Florida, desde 1988. Biden lo había ganado por siete puntos en 2020.

Partidarios llegan a una fiesta para ver la noche de las elecciones del candidato presidencial republicano, el expresidente Donald Trump, el martes 5 de noviembre de 2024, en West Palm Beach.

Un grupo de afroamericanos con remeras de Black Voters for Trump también se hizo presente en el evento trumpista. “Confiamos en él, las cosas no han sido mejores cuando tuvimos a un presidente afroamericano y demócrata”, señala uno de ellos, en referencia a las administraciones de Barack Obama.

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Ante la fuerte demanda de medios de prensa de todo el mundo, el equipo republicano rechazó el acceso a decenas de periodistas internacionales, lo que provocó fuertes quejas. Además, según informó la cadena CNN, en represalia por su cobertura se les quitó la acreditación a periodistas de Politico, Voice of America y Mother Jones.

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