POLITICA
Fabiola Yañez fue al consulado con su abogada: certificó su firma para avanzar con la denuncia contra Alberto Fernández por violencia de género
Fabiola Yañez decidió este lunes dar un paso formal para avanzar en la denuncia por violencia de género contra su ex pareja, el ex presidente Alberto Fernández. Según pudo constatar Clarín aquí en Madrid, la ex primera dama entró al consulado argentino en la capital española pasadas las 9 de la mañana de España y estuvo más de cuatro horas allí, retirándose a las 13:30.
Yañez asistió acompañada por su abogada, Mariana Gallegos, conocida por representar famosos en la Argentina. Lo hizo para certificar su firma y tramitó el poder para que Mariana Gallego la represente como su abogada para así, poder avanzar así formalmente en la causa.
Se espera que en estas horas, la ex pareja de Fernández sea citada por el fiscal que lleva el caso en Buenos Aires, para tomarle declaración por Zoom aunque existe la posibilidad de que lo haga por escrito. Ello ocurriría esta misma semana.
La vida de Yañez en Madrid
Refugiada en Madrid, una ciudad que ella no eligió, Fabiola Yañez confiesa que no puede salir a la calle.
“Jamás caminé por ahí”, dice, en la única entrevista que concedió hasta ahora, sobre las versiones según las cuales la vieron pasearse por la calle Serrano, la más top del barrio Salamanca, que lo españoles llaman “la milla de oro” porque aloja a marcas de lujo como Cartier, Versace o Louis Vuitton.
Desde que la aparición de chats y fotos suyas golpeada -halladas en el celular de la secretaria del ex presidente Alberto Fernández- la decidieran a denunciarlo por agredirla física y psicológicamente, Fabiola Yañez no se había contactado con ninguna representación diplomática argentina.
Lo hizo, finalmente, este lunes para tramitar un poder para Mariana Gallego, su nueva abogada, quien está en Madrid, trabajando en lo que será la próxima declaración de Yañez ante el juez Julián Ercolini.
La última vez que la ex primera dama estuvo en la embajada argentina en Madrid fue en febrero del año pasado, durante el evento que el por entonces embajador Ricardo Alfonsín organizó en su residencia para homenajear a las galerías argentinas que participaban en la feria de arte internacional ARCOmadrid.
Un día antes, Yañez había hecho coincidir su recorrido por el predio con la presencia de los reyes de España, Felipe VI y Letizia, que todos los años inauguran la feria.
Alberto eligió España
“No elegí yo el destino”, cuenta la ex primera dama sobre su mudanza a Madrid.
“El (Alberto Fernández) lo eligió”, asegura Yañez, que no se opuso porque lo único que quería era huir de la Quinta de Olivos, tarea que, según ella, no fue fácil.
“Me inventaban una cosa todas las semanas”, dice sobre el entorno presidencial que demoraba su salida de lo que para ella fue una temporada en el infierno.
“Desde antes de agosto (de 2023), todas las semanas me venían con un cuento distinto -detalla-. No me dejaron irme hasta el 2 de diciembre.”
Fabiola viajó entonces con Francisco, su hijo de dos años, y su mamá. Veinte días después y luego de haberle colocado la banda presidencial a Javier Milei, lo hizo Alberto Fernández.
“Preservar a mi familia”
“No vine a España huyendo de las críticas. Me vine preservando a mi familia de lo que es la locura de la Argentina”, comentaba a sus amigos el ex presidente cuando aterrizó en Madrid.
“Mi mayor preocupación es salvaguardar a Fabiola y a Francisco, a un costo personal muy alto, de la locura argentina”, decía Fernández.
“Yo no quiero que alguno de ellos termine como Florencia – confesaba en voz baja en alusión a los trastornos que padeció la hija de Cristina y Néstor Kirchner-. Y en Argentina, los hijos terminan como Florencia.”
“No soy quien para obligarlos (a Fabiola y a Francisco) a que soporten eso”, argumentaba Alberto Fernández.
Hoy, Fabiola Yañez asegura que vive austeramente, con su hijo y su mamá, que es la única que la ayuda con el nene. “No tengo empleada y no tengo niñera”, agrega.
Admite, además, que vive con miedo.
Para Fernández, sin embargo, “España es un país maravilloso, donde tengo muchos amigos. Gobierna un amigo mío y donde sé que si tengo un problema, levanto el teléfono y hay personas que me van a venir a ayudar”.
Las medidas cautelares impuestas por el juez Ercolini le impiden acercarse a Fabiola Yañez y salir de la Argentina.
POLITICA
Qué ideas tiene Elon Musk sobre la eficacia del gobierno y qué se puede esperar del nuevo Departamento de Eficiencia creado por Trump
Donald Trump le ha encargado a Elon Musk, el hombre más rico del mundo, la dirección del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés).
Trump afirmó en redes sociales que Musk y Vivek Ramaswamy, excandidato en las primarias del Partido Republicano, “desmantelarán la burocracia gubernamental, reducirán las regulaciones excesivas, recortarán los gastos innecesarios y reestructurarán las agencias federales”.
El empresario tecnológico cuenta con una larga experiencia de liderazgo corporativo para cumplir ese objetivo que lleva meses defendiendo. Pero su rol también le otorgaría una importante influencia sobre la política gubernamental y el entorno regulatorio en el que operan sus compañías, lo que plantea dudas razonables.
Qué se sabe del DOGE
De momento se conocen pocos detalles concretos sobre el próximo Departamento de Eficiencia Gubernamental, al que Trump llamó en un comunicado “el Proyecto Manhattan de nuestro tiempo”.
El presidente electo ha adelantado que el DOGE funcionará como una especie de consejo asesor que operará de forma externa mediante una asociación con la Oficina de Administración y Presupuesto de la Casa Blanca (OMB).
El departamento, anunció Trump, “brindará asesoramiento y orientación desde fuera del gobierno, y se asociará con la Casa Blanca y la Oficina de Administración y Presupuesto para impulsar una reforma estructural a gran escala y crear un enfoque empresarial para el gobierno nunca antes visto”.
“Espero que Elon y Vivek realicen cambios en la burocracia federal con miras a la eficiencia y, al mismo tiempo, para mejorar la vida de todos los estadounidenses. Es importante destacar que eliminaremos el despilfarro y el fraude masivos que existen en nuestro gasto gubernamental anual de US$6,5 billones”, agregó.
Y, en principio, no será permanente: Trump estima que el órgano completará su trabajo en 18 meses, y Musk cree que lo hará “mucho más rápido”.
Por su parte, Musk afirmó en un mitin del entonces candidato republicano en octubre que el presupuesto del gobierno estadounidense podría reducirse en “al menos” US$2 billones de un total de US$6,5 billones.
También ha sugerido con frecuencia que el número de empleados gubernamentales se puede reducir de forma significativa.
Por su parte, Ramaswamy expresó en el pasado su deseo de eliminar una serie de oficinas federales, entre ellas el Departamento de Educación, la Comisión Reguladora Nuclear, el Servicio de Impuestos Internos y el FBI.
El precedente de Twitter/X
En todo caso, la forma en la que Musk ha dirigido sus propias empresas puede dar pistas de lo que los estadounidenses pueden esperar que haga en el DOGE.
En octubre de 2022 se hizo cargo de la plataforma de redes sociales Twitter, a la que rebautizó como X, en un acuerdo de US$44.000 millones.
Musk renunció a las políticas de moderación de contenido y eliminó el veto a los usuarios considerados infractores de las reglas sobre discurso de odio y desinformación.
Uno de los usuarios a los que restituyó fue Trump, cuyo perfil había sido censurado tras el motín del Capitolio en enero de 2021 por seguir afirmando que las elecciones de 2020 habían sido amañadas en su contra.
La adquisición de Musk trajo cambios radicales a X, como la reducción de plantilla de unas 8.000 personas a 1.500.
En abril de 2023 le dijo a la BBC que su razonamiento para tomar esta medida era que “si toda la empresa se hunde, entonces nadie tendrá trabajo”.
“Su idea de eficiencia era despedir a mucha gente”, afirma Alex Waddan, profesor de política estadounidense en la Universidad de Leicester.
Como respuesta al éxodo de anunciantes por relajar las políticas de libertad de expresión de la plataforma, el empresario monetizó algunas funciones para aumentar los ingresos.
Convirtió las marcas azules, que antes indicaban que una cuenta de una figura pública era auténtica, en un modelo de suscripción y vinculó los pagos de publicidad a usuarios “verificados” con la cantidad de interacciones recibidas.
Pero estos cambios tuvieron algunas consecuencias no deseadas.
Tras un aluvión de críticas, X asignó marcas de oro o plata a las cuentas oficiales para evitar que se confundieran con falsas, lo que significa que las marcas azules solo indican que una cuenta es de pago.
Incentivar a los usuarios con una parte de los ingresos publicitarios también aportó una vía para que las llamadas “granjas de bots” ganaran dinero con interacciones a su contenido generado automáticamente. Musk ha dicho que su equipo ha eliminado de forma repetida las cuentas de bots.
Los críticos sostienen que sus cambios han dado prominencia al discurso de odio y la desinformación, aunque él sostiene que la red social es políticamente neutral.
“Como ‘empresario en serie’, Musk ha sido implacable en su intento de mejorar la eficiencia institucional en sus propias compañías”, evalúa Thomas Gift, profesor de Ciencias Políticas y director del Centro de Política Estadounidense en el University College de Londres.
Añade que, aunque el papel principal de Musk será “reducir la maraña de burocracia que es el gobierno federal de Estados Unidos”, su puesto también le aportará influencia en la nueva administración.
“Si bien su papel en el Departamento de Eficiencia Gubernamental será más informal, no hay duda de que Trump lo escucha, al menos por el momento”, sentencia.
Musk contra las regulaciones
Elon Musk “es extremadamente antirregulaciones y odia que el gobierno o cualquier otra persona le diga qué hacer”, describió la periodista de investigación Kristen Grind en el podcast The Daily del diario estadounidense The New York Times.
El acrónimo DOGE ideado por Musk hace referencia a un meme de un perro Shiba Inu que luego dio su nombre a la criptomoneda Dogecoin. Él ha mencionado ambos con frecuencia.
Christopher Phelps, profesor de historia política moderna de Estados Unidos, interpreta que el nombre es “un guiño a la desregulación de las criptomonedas como parte de sus planes”.
Los precios de las criptomonedas aumentaron después de la elección de Trump, lo que hace pensar que el presidente entrante creará un entorno regulatorio relajado.
Pero los llamamientos desregulatorios de Musk también pueden atribuirse en parte a las frustraciones que ha padecido con sus otras empresas comerciales: la compañía de vehículos eléctricos Tesla y la firma de cohetes SpaceX.
El gobierno de Estados Unidos ha acusado repetidamente a Tesla de intentar evitar que sus trabajadores se sindicalicen, lo que en algunos casos podría infringir la ley federal.
Musk, cuyo patrimonio neto estimado alcanza los US$290.000 millones, ha afirmado anteriormente que “no está en contra de todos los sindicatos”, pero que el sindicato de trabajadores automotrices “tiene un historial de destrucción de productividad que impide a una empresa competir”.
En septiembre, Musk amenazó con demandar a la Administración Federal de Aviación por sus planes de multar a su compañía SpaceX con US$633.000 por supuestas infracciones de licencias relacionadas con algunos de sus lanzamientos de cohetes desde Cabo Cañaveral, en Florida.
Acusó a la agencia de “extralimitación regulatoria”.
También ha dicho en repetidas ocasiones que quiere colonizar Marte, y el programa Starship de SpaceX es un intento de hacer esto posible.
Pero en septiembre escribió que esto solo era una posibilidad “siempre que no se vea sofocada por la burocracia” y afirmó que la creación del DOGE era “el único camino para extender la vida más allá de la Tierra”.
¿Altruismo o interés?
Entonces, ¿hasta qué punto su motivación para asumir el rol en el gobierno responde a sus intereses comerciales?
Musk “se beneficiará personalmente de gran parte de la desregulación que promociona”, opina el profesor Phelps.
“Creo que poner a alguien que es multimillonario y dirige grandes corporaciones a cargo de un proyecto federal de desregulación es algo, por naturaleza, lleno de conflictos de intereses”.
Por su parte, el profesor Gift apunta que “no hay duda de que Musk tiene importantes intereses creados en el panorama regulatorio de Estados Unidos como resultado de sus muchas empresas comerciales”.
Al mismo tiempo, matiza, “es difícil afirmar que este sea el único motivo que lo impulsa”.
“Musk ha asumido enormes riesgos personales y políticos al salir del armario a favor de Trump, y muchas de sus actividades y retórica parecen mostrar a un individuo ideológicamente comprometido con causas en las que cree”.
El profesor Waddan coincide con este punto de vista: “es evidente que tiene algo en juego y un interés propio, pero igualmente puede creer sinceramente que hay demasiada regulación y demasiada burocracia gubernamental”.
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