POLITICA
Francos minimizó el apoyo a Cristina y justificó el operativo de seguridad: “Pedir el DNI es parte del control”

De cara a la manifestación convocada para este miércoles a partir de las 14 en apoyo a Cristina Kirchner, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, dio detalles sobre el operativo de seguridad que prepara el Gobierno y, en eso, minimizó el respaldo a la expresidenta. “El Gobierno está tratando de cumplir con el rol que le corresponde para mantener la seguridad en el espacio público, que es lo que tiene que hacer. Vamos a controlar y evitar que esto se convierta en algo que no quiere nadie”, dijo.
Francos también apuntó contra el motivo de la protesta: “El sentido no es muy claro… Hay un sector de la población que apoya a Cristina, que la iba a apoyar en las elecciones, pero es minoritario hoy, es un 25%”. Así, en diálogo con Radio Mitre, el funcionario mileísta consideró que este sector ligado al kirchnerismo debería tener “un mínimo respeto con el resto de la población y no entorpecer su día de trabajo” porque “hay un 75% que no coincide con el apoyo a Cristina”.
“Va a haber medidas de seguridad para evitar cualquier intento de violencia, me parece absolutamente normal. Hay mucha gente que está evitando venir al centro porteño, pero pedir el DNI es parte del control de la calle. Hay listas de gente identificada como agitadora y que promueve la violencia, y la Policía la tiene para poder controlarla”, indicó, en relación también con el anuncio sobre el nuevo protocolo para la Policía Federal Argentina (PFA) que implementó la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, el martes por la tarde.
Al mismo tiempo, el jefe de Gabinete se refirió a las pintadas amenazantes que aparecieron en los últimos días en las casas de figuras políticas como el diputado nacional por La Libertad Avanza (LLA) José Luis Espert y en medios de comunicación como TN, Radio Rivadavia y el canal de streaming Olga.
“Estas cosas pasan, lamentablemente. Hay desubicados que creen que con estos hechos intimidan, pero están equivocados”, aseguró y dijo: “A los jueces, los dirigentes políticos o los periodistas a los que se dirigen estas intimidaciones no los intimidan. Estamos acostumbrados en la Argentina a vivir estos episodios”.
Y, sobre las críticas de la oposición que hacen alusión a que la condena a Cristina Kirchner se da en un marco similar al de las décadas de los 60 y 70, afirmó: “Las fuerzas de seguridad van a estar atentas para que ahora no se genere un germen de lo que fueron esas décadas perdidas en la Argentina”.
La convocatoria del Partido Justicialista (PJ) a marchar “por la libertad” de la expresidenta y en contra del fallo de los jueces de la Corte Suprema tendrá diferentes puntos de encuentro y el epicentro será en la Plaza de Mayo, a partir de las 14.
En un principio, la convocatoria -bajo el lema “Argentina con Cristina”- tenía como objetivo acompañar a la expresidenta desde su domicilio en el barrio porteño de Constitución hasta los tribunales de Comodoro Py, pero se disolvió cuando se confirmó que la expresidenta había sido notificada este martes a través de Zoom.
Para muchas agrupaciones sociales, la marcha se iniciará en la casa de Cristina, en la calle San José al 1111, y avanzará hacia Plaza de Mayo. Además, habrá cortes de calle y un paro convocado por la Asociación Trabajadores del Estado (ATE). “Mañana los estatales paramos y nos movilizamos en rechazo de la proscripción. No podemos tolerar que estos señores tengan la facultad de decidir quiénes pueden y quienes no pueden ser candidatos en la Argentina”, dijo el dirigente Rodolfo Aguiar.
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El Gobierno enfría el Congreso para enfocarse en las elecciones y frenar la arremetida opositora

La condena por corrupción contra Cristina Kirchner y la movilización del peronismo a Plaza de Mayo no solo ocuparon la agenda mediática sino que también redujeron al mínimo la actividad en el Congreso. Durante las últimas dos semanas apenas hubo algunas reuniones de comisión y los libertarios ya se resignan a asumir una posición exclusivamente defensiva hasta las elecciones.
En las filas del oficialismo saben que la relación con el peronismo está en su punto máximo de tensión y las cosas no están mucho mejor con los bloques aliados del PRO y la UCR; tampoco con los gobernadores, que siguen con preocupación tanto la caída de los niveles de recaudación como el avance del armado electoral de La Libertad Avanza en sus territorios.
Tras la presentación oficial del proyecto de ley de “presunción de inocencia fiscal”, que busca fomentar el uso de los dólares que los argentinos atesoran sin declarar “en el colchón”, desde el Gobierno habían adelantado que buscarían la ratificación parlamentaria lo más rápido posible, en la primera semana de julio. Pero todo parece indicar que no será posible cumplir con ese cronograma. El proyecto llegó a la Cámara de Diputados hace dos semanas y todavía no se convocó ni siquiera a una reunión de comisión de carácter informativo. No hay perspectivas de que ocurra la semana que viene.
La demora se explica por la reticencia de algunos bloques dialoguistas, que en el pasado apoyaron muchas iniciativas del Gobierno, en la comisión de Presupuesto. Allí los libertarios deben llegar a 25 firmas, pero para eso necesitan sumar a los representantes de Encuentro Federal (el bloque de Miguel Pichetto), los radicales disidentes de Democracia para Siempre y los de la Coalición Cívica.
Como hasta el momento no logró que se comprometan a acompañar, el libertario José Luis Espert eligió dejar cerrada la comisión. Es mejor no correr riesgos innecesarios en plena carrera electoral. Por eso ahora los libertarios dicen que “no hay apuro” y que el proyecto ya se está aplicando porque más de la mitad de los gobernadores adhirió al nuevo “Régimen Simplificado de Ganancias” (una de las partes de la iniciativa).
Las recientes declaraciones de Javier Milei tampoco ayudan a los libertarios a ampliar los consensos en el Congreso. En una entrevista el presidente acusó a Mauricio Macri de “interferir” en el Poder Judicial y aseguró que le “pagaron” a Miguel Pichetto con la candidatura a vicepresidente en 2019 por haber “cubierto a Cristina en el Senado”, en referencia a su rechazo a quitarle los fueros en el marco de la causa del Memorándum con Irán.
La decena de diputados que responde a Mauricio Macri dentro del bloque PRO ha dado señales de distanciamiento de la Casa Rosada, por ejemplo cuando se abstuvieron de votar el aumento para los jubilados en la última sesión, mientras que los diputados alineados con Cristian Ritondo y Patricia Bullrich votaron en contra. Esto preocupa a los libertarios porque eventuales ausencias podrían complicar un veto presidencial si el aumento de las jubilaciones y la restitución de la moratoria previsional finalmente avanzan en el Senado.
También hay señales de alerta con los llamados “Radicales con peluca” del bloque Liga del Interior que no vieron con buenos ojos que La Libertad Avanza haya marginado de la lista oficial a Martín Arjol en Misiones (tuvo que competir por su cuenta con el sello Partido Libertario). Estos cinco votos fueron clave el año pasado para sostener el veto al aumento de jubilaciones y del financiamiento universitario.
Al mismo tiempo, los gobernadores también hicieron saber su malestar por la falta de fondos y por la competencia de las listas de La Libertad Avanza en sus territorios. Justamente en un intento de recomponer la relación con las provincias, el Gobierno resucitó el Consejo de Mayo: se reunirá el próximo martes, un año después de haber sido anunciado. Allí seguramente tendrá que dar alguna respuesta a los principales reclamos de los gobernadores si pretende frenar la agenda opositora en el Congreso.
Los libertarios quieren reducir al máximo las posibilidades de que la oposición pueda avanzar con su agenda. Saben que en cuanto se abra el recinto la oposición intentará aprobar emplazamientos para destrabar la comisión investigadora del caso $Libra, para obligar a tratar proyectos relacionados con el financiamiento a las universidades nacionales y el Hospital Garrahan. También buscarán avanzar con la reforma de la ley de DNU y la anulación de la creación del nuevo Departamento Federal de Investigaciones que anunció Patricia Bullrich.
Los dialoguistas ya presentaron el pedido formal de sesión especial para el miércoles 2 de julio con las universidades y el Garrahan como plato fuerte, aunque no descartan que otros sectores de la oposición acuerden para ampliar el temario. Los libertarios, por ahora, solo buscarán ganar tiempo hasta las elecciones, a la espera de que un resultado favorable reacomode el juego de alianzas y refuerce su poder parlamentario.
POLITICA
Premian al exministro de Economía Jesús Rodríguez por un trabajo académico sobre el gobierno de Alfonsín

La Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas premió al ex ministro de Economía Jesús Rodríguez y al politólogo Alejandro Garvie por un trabajo sobre el gobierno de Raúl Alfonsín titulado «La Huella Democrática».
El otorgamiento del galardón a quien fuera titular del Palacio de Hacienda entre mayo y julio de 1989 fue decidido por el jurado integrado por los académicos Ana María Mustapic, Martín Farrell y Horacio Jaunarena.
Tras ser notificado a través de una carta firmada por presidente académico Rosendo Fraga y la secretaria académica Inés Weinberg de Roca.
En este sentido, luego de enterarse de la notificación Rodríguez publicó la misiva en su sitio web junto al siguiente mensaje:
«En el invierno pasado, cuando leía un muy interesante texto que revisa y sistematiza la bibliografía sobre violencia política en Argentina, recibí un mail de Luis Alberto Romero, el destacado historiador autor de ese ensayo bibliográfico.
El nunca respondido correo electrónico de Luis Alberto, que reconocía estar ‘en un día con resfrío y fiebre’, me informaba y me animaba a participar en el Concurso de Ensayo de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas que ese año tenía como tema ‘El gobierno de Raúl Alfonsín’.
A favor de aceptar el desafío debían considerarse las variadas lecturas realizadas de tantos trabajos publicados; las respuestas a innumerables requerimientos periodísticos; las consultas recibidas de muchos académicos que estudiaron ese proyecto político de la inauguración democrática y, por cierto, la propia experiencia como protagonista de esta histórica etapa de la vida social argentina.
Si bien es cierto que mi condición de ‘retiro efectivo’ de la función pública sin responsabilidades partidarias me permitía disponer de tiempo para ordenar mis ideas y volcarlas al papel, lo perentorio de los plazos desaconsejaban el esfuerzo.
Finalmente, la prórroga de la fecha de presentación del trabajo y, fundamentalmente, la condición de anonimato de los autores que deben presentarse con seudónimos al concurso, ya que solo se devela el nombre verdadero del autor en el caso de ser elegido por el jurado como mejor trabajo presentado, me convencieron de aceptar la sugerencia.
Hasta el momento que recibí la nota de la Academia, donde se me notifica de la decisión del jurado que otorga el premio al trabajo ‘La Huella Democrática: Política y Economía en el periodo 1983-1989’ que presentamos con Alejandro Garvie, solo mi familia conocía mi participación en el concurso.
Es por eso que ahora, con orgullo, comparto la emoción de este reconocimiento al esfuerzo que hicimos para transitar, con pasión democrática y ecuanimidad política, ese tramo de la historia argentina que, liderado por el presidente Alfonsín, dejó atrás la violencia como método socialmente aceptado de acción política, consagró la paz con los países vecinos, modernizó la sociedad argentina y enseñó que el respeto a la Constitución es la condición necesaria del progreso social y la realización individual».
POLITICA
La carta que se juega Cristina Kirchner

La prisión domiciliaria que se le concedió a Cristina Kirchner tras la confirmación de su condena promete seguir despertando controversias por bastante tiempo, del mismo modo que plantea interrogantes sobre cómo impactará su nueva situación en el escenario político.
El foco de la estrategia política de la expresidenta se advirtió en su mensaje del miércoles último, difundido durante la multitudinaria movilización hacia la Plaza de Mayo que protagonizaron sus seguidores. Pronosticó que el “modelo” de Javier Milei “va a caer” porque es “insostenible” desde el punto de vista socioeconómico, al tiempo que vaticinó: “Vamos a volver”.
El propósito de este discurso es claro. Sabe Cristina Kirchner que su protagonismo causa escozor en la piel de empresarios y potenciales inversores en la Argentina, que su presencia en la vida política aviva los temores a un regreso del kirchnerismo al poder y agiganta la incertidumbre, y que esta retrasa la caída del riesgo país, provocando ruido en la economía y complicando el proceso para la reinserción en los mercados internacionales.
Esa es la carta que, desde su prisión domiciliaria, se juega la exjefa del Estado. Apunta a entorpecer una economía que viene de alcanzar en mayo el menor índice de inflación mensual de los últimos cinco años.
Para los inversores que retrasan decisiones por miedo al kirchnerismo no debería ser menor la condena firme que inhabilita de por vida a la líder del kirchnerismo para ejercer cargos públicos. Sin embargo, el solo hecho de que pueda seguir liderando a la principal agrupación política opositora desde su lugar de detención y haciendo demostraciones de fuerza plantea dudas en un país tradicionalmente impredecible. Ante esas dudas, Milei busca llevar tranquilidad y confianza a los mercados: “En octubre vamos a ganar y se acaba el kirchnerismo”, sostiene, al tiempo que compara el acto por la libertad de Cristina en Plaza de Mayo con los partidos que se realizan en homenaje de aquellos futbolistas que se retiran de la actividad.
Frente a los cuestionamientos a la decisión judicial de admitir la detención domiciliaria, lo primero que se debe decir es que la normativa vigente es bien clara: todo condenado que supere los 70 años de edad o padezca enfermedades graves puede solicitar el cumplimiento de la pena en su domicilio. Cristina Kirchner tiene 72 años, por lo que su prisión domiciliaria se encuadra en un derecho legal.
Puede discutirse, sin embargo, si su departamento en el barrio porteño de Constitución es el lugar ideal para que la expresidenta cumpla su pena. El problema reside en que ella pretenda extender los límites de la legalidad a su gusto para convertirla en una fuente de privilegios, que le permitan transformar su casa en un búnker político y su balcón en una tribuna desde donde arengar a sus seguidores.
Lo cierto es que, luego de la confirmación de su detención, Cristina Kirchner ha ganado un protagonismo y una centralidad que hizo pasar a un segundo plano las acciones del propio gobierno de Milei.
Incluso una encuesta de opinión pública de la consultora CB, efectuada a 1328 personas en el ámbito nacional entre el 11 y el 12 de junio, determinó un llamativo crecimiento de la imagen positiva de la expresidenta tras la ratificación de su condena por la Corte Suprema de Justicia. La percepción buena o muy buena de Cristina Kirchner pasó del 35,1% en mayo al 37,8% en los últimos días.
Aun así, de acuerdo con el mismo sondeo, esa imagen positiva de la exmandataria es ampliamente superada por la negativa, que alcanza el 61,6%. Del mismo modo, una mayoría de consultados (58,5%) sostiene que es culpable frente a solo un 33,5% que la considera inocente.
Desde su prisión domiciliaria, Cristina Kirchner está dando señales de proponerse continuar liderando al peronismo, imponiéndole sus lineamientos estratégicos y sus principales candidaturas. Es probable que el kirchnerismo duro, que gira alrededor de La Cámpora y de Máximo Kirchner, pueda usufructuar en el corto plazo la idea de la supuesta “proscripción” de su líder y su raro protagonismo actual, influyendo en la integración de las listas de candidatos para las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre y, eventualmente, para las nacionales del 26 de octubre. Pero es probable que, en el mediano plazo, la misma inhabilitación de Cristina Kirchner para ocupar cargos electivos le haga perder a este sector un activo fundamental. Sobrevendrá así la oportunidad de una renovación del peronismo, cuyos hipotéticos artífices por ahora guardan silencio esperando que llegue su hora.
Una derrota del peronismo en los actos eleccionarios de este año podría ser el punto de inflexión para ese proceso de renovación.
Dentro del propio kirchnerismo se advierten algunas posiciones tan estridentes como contraproducentes. Un ejemplo está representado por las recientes declaraciones de alguien que ya sueña con una candidatura presidencial, como Juan Grabois. Aseguró que quienquiera que fuera el próximo postulante a la presidencia de la Nación por el peronismo deberá disponer el indulto a la expresidenta y plantear el juicio político a los actuales miembros de la Corte Suprema que convalidaron su condena.
Tal vez se trate de una declaración más emocional que racional, por cuanto cualquier candidato presidencial que prometa un indulto a Cristina Kirchner chocaría contra al menos seis de cada diez ciudadanos que consideran justa la condena a la expresidenta. Ese hipotético candidato no resistiría un balotaje presidencial con ese discurso de campaña.
Hay un dato que sirve para matizar el leve crecimiento de la imagen positiva que experimentó Cristina Kirchner en los últimos días. Es el hecho de que también la percepción positiva de Milei creció en la población, de acuerdo con el sondeo de la consultora CB.
La imagen positiva del presidente de la Nación alcanzaba el 49% en mayo y, al 12 de junio, subía al 53,5%. Podría haber influido en esa mejora la caída de la inflación en el último mes, pero también el hecho de que Cristina Kirchner haya quedado presa durante su gestión, aun cuando Milei no haya contribuido a esa decisión de la Justicia. Como señaló el director de la citada consultora, Cristian Buttié, la condena definitiva en contra de Cristina “le da a Milei un plus a corto y mediano plazo, ya que se trata de un logro que no se consiguió durante la gestión presidencial de Mauricio Macri y constituye un capital simbólico muy importante para el votante antikirchnerista”.
Así las cosas, mientras Cristina Kirchner realiza un usufructuo simbólico de una idea tan cara al sentimiento de los peronistas como la de la “proscripción”, aun cuando resulte absolutamente infundada, Milei podría explotar políticamente un hecho que no buscó directamente, pero que habla por sí solo y produjo satisfacción o alivio en una porción mayoritaria del electorado.
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