En medio de las protestas universitarias tras el veto a la Ley de Financiamiento Universitario, docentes de las facultades de Filosofía y Letras y Psicología de la Universidad de Buenos Aires se encontraron impedidos de dar clases en las aulas, siendo obligados a trasladarlas a la calle. “Intenté dar clase adentro y no se me permitió”, relató una docente a LA NACION, luego de que un grupo de estudiantes le exigiera salir al exterior. Esta situación se repitió en varias sedes de la UBA, donde las clases públicas se utilizan como una herramienta de protesta, aunque bajo condiciones poco favorables, como el intenso calor.

Voy a dar clase a Puan, que está tomada. Me dicen que debo dar clase en la calle. Me niego, me meto, me quieren sacar. Yo también la estoy tomando, que me saquen con la policía, respondo. Doy mi clase en el patio. Un grupo de estudiantes está pelando papas.

— Valeria Castelló-Joubert (@UnLibroPorMes) October 15, 2024

En Filosofía y Letras, los estudiantes divididos entre quienes apoyan y rechazan la toma generaron un ambiente tenso. Mientras algunos ven la medida como un recurso necesario para visibilizar sus demandas, otros consideran que obstaculiza su educación. “Llevamos años con promesas vacías y la única forma de presionar es visibilizando el problema”, afirmó Santiago Ferreira, estudiante de Historia, en defensa de la toma. Sin embargo, Mariano Antonelli, alumno de Filosofía, expresó su frustración: “Estamos muy atrasados, y si seguimos así, vamos a perder el cuatrimestre”.

Las clases públicas, realizadas en las calles frente a los edificios, se vieron afectadas por el agobiante sol y el ruido del tránsito. “No se puede dar clases afuera con este sol”, mencionó una docente que intentaba enseñar en la vía pública. A pesar de estos inconvenientes, muchos estudiantes continúan apoyando la protesta como una forma de visibilizar la crisis universitaria. En Psicología, por ejemplo, varios automovilistas mostraron su respaldo con bocinazos.

El conflicto provocó debates acalorados entre los propios estudiantes. Durante una clase en Filosofía y Letras, un alumno se quejó abiertamente de las clases en la calle, lo que generó una discusión con compañeros que apoyaban la toma. “Hagamos un mea culpa, esto no está funcionando”, reclamó uno de ellos, mientras las posturas se dividían aún más.

La presidenta del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras, Isabel González, denunció durante una reunión del Consejo Directivo los efectos del ajuste en la educación pública, destacando que “más de la mitad de la población está bajo la línea de pobreza, y el 50% de los estudiantes también”. Además, pidió la unidad entre docentes y estudiantes para frenar las políticas de ajuste y exigir un mayor presupuesto para la educación pública.