En un vuelo relámpago, Cristina Kirchner viajó este jueves a Uruguay para visitar al expresidente José «Pepe» Mujica en su mítica chacra Rincón del Cerro de las afueras de Montevideo. Para ello, la actual dirigente en mando del Partido Justicialista se subió a un avión privado en el aeropuerto de San Fernando y, en el día, regresó en el mismo charter y a idéntico destino.

La dos veces presidenta no viajó sola. En el chárter de la empresa Just Flight SA -la firma de vuelos privados conocida por su nombre comercial Royal Class- la acompañaron, a la ida, Nicolás Trotta, el exministro de Educación del gobierno de Alberto Fernández, y Víctor Santa María, sindicalista al frente del gremio de encargados de edificio SUTERH y empresario dueño del diario kirchnerista Página/12, entre otros medios de su grupo Octubre.

Trotta, en un momento distante del kirchnerismo, retomó el vínculo con la exvice en el despoder. Desde su rol de director de la Escuela Justicialista Néstor Kirchner, el exfuncionario la llevó a un recordado acto a Cristina: el 47° aniversario de Abuelas de Plaza de Mayo, en el teatro Argentino de La Plata, en el que se dio un incómodo encuentro con Axel Kicillof, forzado por la ya entonces evidente interna entre el gobernador bonaerense y la jefa del kircherismo.

A Cristina también la acompañó su secretario privado Diego Bermúdez Bringue, a su vez actual prosecretario del bloque de Unión Ciudadana en el Senado, en un día de activa sesión legislativa, por el tratamiento de la suspensión de las PASO y el intento fallido de investigar en comisión al presidente Javier Milei por el escándalo cripto.

La comitiva la completó Diego Carbone, otro histórico de su entrono, comisario mayor retirado de la Policía Federal y jefe de su custodia.

Con todos ellos partió Kirchner minutos antes de las 15 desde San Fernando en un avión Cessna 550 Citation II matrícula LV-BRE, según pudo reconstruir Clarín de fuentes consultadas.

La vuelta, desde Montevideo, sería en el mismo avión privado, con arribo pasadas las 19 pero con una pasajera más. A la comitiva kirchnerista se le sumó al regreso Soledad Magno, militante de La Cámpora que supo ocupar el cargo de directora general de Diplomacia Parlamentaria en el Senado y que, el año pasado, acompañó a Cristina en una gira por México en tiempos de reivindicaciones feministas y la asunción de la presidenta Claudia Sheinbaum.

«Hoy con Pepe y Lucía en la cocina de su chacra. En Uruguay, claro. Charla y análisis de militantes que lo seguirán siendo hasta el último día de sus vidas», escribió la expresidenta en su cuenta de X para dar cuenta de su visita a Mujica y a su esposa Lucía Topolansky, con quienes compartió la mesa y una foto para sus redes.

A sus 89 años, Mujica padece un cáncer de esófago que él mismo informó en enero pasado que ya lo afecta en todo el cuerpo. «Me estoy muriendo, ya terminó mi ciclo», dijo entonces el mandatario que más de una vez ha sido crítico de Cristina Kirchner, pese a las coincidencias.

Ambos han ocupado la presidencia de sus países en mandatos con tiempos paralelos. «Gracias a los dos por el momento compartido. Y por todo lo demás también«, culminó Cristina en su mensaje de la red social X, con gentileza hacia la figura de la política uruguaya.